Ezequiel fue un profeta bíblico que vivió en el exilio en Babilonia. Ejerció su profecía entre los judíos desterrados durante 22 años, desde los 30 hasta los 52 años de edad. Su misión consistió en combatir la idolatría, la corrupción y las ideas erróneas sobre el regreso a Jerusalén, además de ofrecer consuelo y esperanza mediante la promesa mesiánica.