San Martín de Porres vivió una vida de servicio y humildad como fraile dominico en Lima, Perú. Curó a cientos de personas y animales a través de milagros y con su conocimiento de medicina. Murió a los 60 años después de pasar su vida ayudando a los pobres y enfermos. Fue beatificado en 1837 y canonizado en 1962 por sus muchas obras de caridad y virtudes.