La sana doctrina se refiere a la enseñanza bíblica pura y no adulterada sobre Dios, Jesucristo y la salvación. Consiste en instruir a los creyentes sobre la verdad revelada en la Biblia, la Palabra de Dios, para nutrirlos espiritualmente y protegerlos de herejías. La sana doctrina exalta a Jesús como Señor y Salvador, y enseña que la Biblia es la única y final revelación de Dios.