El documento explora la evolución de la seguridad en el siglo XXI, proponiendo un enfoque analítico y cuantitativo para abordar problemas de inseguridad en contextos privados y públicos. Se enfatiza la necesidad de definir claramente los términos de seguridad, inseguridad y riesgo, y se argumenta que la corrupción y la falta de métodos sólidos han distorsionado la percepción de la seguridad. A través de la investigación operativa, se plantea la posibilidad de medir la seguridad y gestionar los riesgos de manera más efectiva.