El documento analiza la evolución de la cultura democrática en la transición española de 1978, dividiéndola en cuatro fases desde el pre-franquismo hasta el ascenso cultural post-franquista, destacando la importancia de la universidad y las artes en la consolidación de valores democráticos. Se señala que, a pesar de la censura y los riesgos, esta época sentó las bases para una cultura democrática que se transformó significativamente tras la muerte del dictador. Finalmente, el análisis contempla cómo el periodo culmina con un reconocimiento internacional de las culturas españolas y el surgimiento de nuevas perspectivas literarias y artísticas.