El documento analiza el crecimiento económico y las diferencias en los estándares de vida entre países, enfocándose en factores como la productividad, capital humano y reformas estructurales. Se destaca el caso de Perú, que experimentó un mayor crecimiento en América Latina entre 2002 y 2013 gracias a la estabilidad macroeconómica y reformas que mejoraron la eficiencia. A pesar de los logros, se identifican retos como la corrupción y la ineficiencia burocrática que dificultan un mejor clima de negocios.