El síndrome de anticuerpos antifosfolípidos (SAAF) se caracteriza por la presencia de anticuerpos que provocan trombosis y abortos recurrentes, afectando hasta el 2% de la población obstétrica. El diagnóstico se basa en criterios clínicos y de laboratorio, y su tratamiento incluye el uso de aspirina y heparina, mientras que el manejo debe ser multidisciplinario. También se menciona la trombocitopenia idiopática, que puede generar complicaciones durante el parto y requiere un diagnóstico y tratamiento específicos.