El ciclo de refrigeración está compuesto por cinco elementos básicos: refrigerante, compresor, condensador, válvula de expansión y evaporador. Su función principal es conservar alimentos a temperaturas entre 0 °C y 8 °C para ralentizar la proliferación microbiana. Se utilizan diversas técnicas de congelación, como cámaras de aire forzado y túneles de congelación, para lograr una congelación eficiente.