Un sistema operativo gestiona los recursos hardware de forma eficiente para permitir la ejecución concurrente de programas. Su objetivo principal es asignar los recursos como la CPU, memoria y dispositivos de forma que no haya conflictos y se maximice el rendimiento. Un sistema operativo actúa como intermediario entre el usuario y el hardware, proporcionando servicios y herramientas para la ejecución de programas de aplicación.