El síndrome de Stevens-Johnson y la necrólisis epidérmica tóxica son graves toxicodermias asociadas a la apoptosis de queratinocitos, generalmente provocadas por medicamentos, con una mortalidad que varía entre el 5% y el 50% dependiendo del porcentaje de superficie corporal comprometida. La identificación y el manejo de estos síndromes requieren el análisis de factores de riesgo genéticos y una historia clínica detallada de medicación. Las manifestaciones clínicas incluyen fiebre, lesiones cutáneas, y complicaciones en mucosas, con un tratamiento que se centra en la atención médica de apoyo y el manejo de las complicaciones.