La sociedad colonial chilena en el siglo XVII se caracterizó por la mezcla entre el mundo indígena y español, dando origen a una identidad mestiza. La sociedad se estratificó en grupos como los españoles en lo alto, los mestizos y los indígenas en lo más bajo, y una clase media formada por criollos y otros oficios. Mientras los españoles habitaban las ciudades, los grupos más bajos vivían en los suburbios. La cultura estuvo dominada por la iglesia católica