¿CONOCE LAS
VERDADES FUNDAMENTALES
DE LA FE CRISTIANA?
n.c. SPROUL
CONTIENEUN ESTUDIO PROGRAMADO PORLA
FACULTAD LATINOAMERICANA DEESTUDIOS TEOLÓGICOS
LA.S.GRA.NDES DOCTRINAS
DEleitA BIBLI
LAS DOCTRINAS BÍBLICAS EXPLICADAS
YORGANIZADAS PARA FACILITAR SU USO ALOS
PASTORES YOBREROS CRISTIANOS
ISBN 0-7899-0251-6
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9 780789 902511
A
quellos que deseen internarse profundamente en
la fe, pueden comenzar su viaje en estas páginas.
) . Sproul retira la teología de los estantes polvo-
rientos de las bibliotecas teológicas y,en un lenguaje claro
y sencillo, expone más de cien doctrinas principales. Ofrece
a sus lectores un entendimiento básico de la fe cristiana,
despertando amor por la verdad eterna, requisito funda-
mental para alcanzar la madurez en Cristo. Se encuentran
aquí los conceptos bíblicos que todo cristiano debe conocer,
desarrollados en explicaciones con un firme respaldo
teológico pero escritos de tal manera que todos los
podamos entender.
Sproul utiliza analogías cotidianas e ilustraciones de la vida
contemporánea que hacen este libro interesante,
informativo, y fácil de leer.
EL AUTOR
R. C. Sproul es teólogo, pastor, maestro, y presidente de la
iuuta de Lígonier Ministries. Es graduado del Westminster
College, del Seminario Teológico de Pittsburg, y de la
Universidad Libre de Arnsterdam. En la actualidad, Sproul
es profesor de Teología Sistemática en el Seminario
Teológico Reformado, en Orlando, y el Seminario Juan
Knox, en Fort Lauderdale, Florida.
~~¡ EDITORIAL
.UNILIT
Producto: 491043
Categoría: Referencia
/ Ayudas pastorales
LAS GRANDE
DOCTRRNAS
DELABRBLRA
por R. C. Sproul
TABLA DE CONTENIDO
Publicado por
Editorial Unilit
Miarni, FL 33172
en coedición con LaGal, Inc.
© 1996 por Looot, Inc.
Miami, FL 33186
Traductora: Marcela Robaína
Título original en inglés: Essentials truths 01the Christianfaith
© 1992 por RC. Sproul
Publicado por Tyndale House Publishers, Inc.
Wheaton, IlIinois
Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción,
total o parcial, de esta obra, por cualquier medio, visual o
auditivo, sin autorización escrita de los editores.
Producto 491043
ISBN 0-7899-0251-6
Impreso en Colombia
Printed in Colombia
Prefacio v
Introducción vii
I. LA REVELACIÓN 1
l. La revelación divina 3
2. Paradojas, misterios
y contradicciones 7
3. La revelación general
inmediata y mediata 11
4. Revelaciones especiales
y la Biblia 15
5. La ley de Dios 17
6. Los profetas de Dios 19
7. El canon de la Escritura 21
8. Interpretando la Biblia 25
9. Interpretaciones
privadas 29
n. LA NATURALEZA
Y LOS ATRIBUTOS
DE DIOS 31
10. La incomprensibilidad
de Dios 33
11. La triple unidad de Dios 37
12. La preexistencia de Dios 39
13. La omnipotencia
de Dios 41
14. La omnipresencia
de Dios 45
15. La omnisciencia
de Dios 47
16. La santidad de Dios 51
17. La bondad de Dios 53
18. La justicia de Dios 57
m. LAS OBRAS Y LOS
DECRETOS DE DIOS 61
19. La creación 63
20. La providencia 67
21. Los milagros 71
22. La voluntad de Dios 75
23. La alianza 79
24. El pacto de las obras 81
IV. JESUCRISTO 83
25. La deidad de Cristo 85
26. La subordinación
de Cristo 87
27. La humanidad de Cristo 89
28. La no pecaminosidad
de Cristo 93
29. El nacimiento virginal 95
30. Jesucristo como el
Unigénito 97
31. El bautismo de Cristo 101
32. La gloria de Cristo 103
33. La ascensión de Cristo 105
34. Jesucristo como
el mediador 109
35. El oficio triple
de Cristo 111
36. Los títulos deJesús 113
V. EL ESPÍRITU
SANTO 119
37. La deidad del Espíritu
Santo 121
38. La personalidad del Espíritu
Santo 123
39. El testimonio interno del
Espíritu Santo 125
40. La iluminación del Espíritu
Santo 127
41. El bautismo del Espíritu
Santo 129
42. El Espíritu Santo como el
Consolador 133
43. El Espíritu Santo como
Santificador 135
VI. LOS SERES HUMANOS
Y LA CAÍDA 137
44. El conocimiento de uno
mismo y el conocimiento
de Dios 139
45. Los seres humanos creados a
imagen de Dios 143
46. Los seres humanos como
cuerpo y alma 145
47. Los seres humanos como
carne y espíritu 149
48. Satanás 153
49. Los demonios 157
50. El pecado 159
5l. El pecado original 163
52. La depravación
humana 167
53. La conciencia humana 171
54. El pecado
imperdonable 173
55. El sincretismo 177
VII. LA SALVACIÓN 179
56. La salvación 181
57. La predestinación 185
58. La predestinación y
la condenación 189
59. El llamado eficaz 193
60. El nuevo nacimiento 195
61. La expiación 199
62. La expiación
determinada 201
63. El libre albedrío 205
64. La fe 209
65. La fe salvífica 213
66. La justificación
por la fe 217
67. Lafeylasobras 219
68. El arrepentimiento 221
69. El mérito y la gracia 223
70. La perseverancia de
los santos 225
7 l. La certeza de la
salvación 229
72. El estado intermedio 233
73. La resurrección final 237
74. La glorificación 239
VIII. LA IGLESIA Y LOS
SACRAMENTOS 241
75. Los apóstoles 243
76. La iglesia 245
77. La marcas de una iglesia
verdadera 247
78. La excomulgación 249
79. Los sacramentos 251
80. El bautismo 253
81. La Cena del Señor 255
82. La transustanciación 259
83. El día de reposo 263
84. Los juramentos
y los votos 265
IX. LA ESPIRITUALIDAD
Y LA VIDA CONTEM-
PORÁNEA 269
85. El fruto del Espíritu 271
86. El amor 275
87. La esperanza 277
88. La oración 279
89. El antinomianismo 281
90. El1egalismo 285
91. La función triple
delaley 287
92. El percepcionismo 289
93. El gobierno civil 291
94. El matrimonio 295
95. El divorcio 297
X. LOS TIEMPOS
POSTREROS 301
96. El anticristo 303
97. La segunda venida
de Cristo 305
98. El reino de Dios 307
99. El cielo 309
100. La visión beatífica 313
]Ol. El infierno 317
Notas 321
Índice de citas bíblicas 323
Cómo establecer un seminario en
su iglesia 331
Cómo hacer el estudio 333
Guía del estudio 337
Manual para el facilitador 371
Hoja de calificaciones 405
PREFACIO
Orlando, Julio, 1992. Cada cnstiano es un teólogo. Siempre
estamos aprendiendo sobre los temas relativos a Dios. No todos
somos teólogos en el sentido profesional o académico, pero si
somos teólogos, para bien o para mal. Y no se trata de ningún
asunto menor el serlo "para mal". La segunda carta de Pedro nos
advierte que las herejías destruyen al pueblo de Dios y son
blasfemias cometidas contra Dios. Son destructivas porque la
teología alcanza todas y cada una de las dimensiones de nuestras
vidas.
La Biblia declara que como el hombre piense en su corazón,
así será el hombre. Esta declaración puede resultar extraña. Es
casi como si el escritor bíblico cometiera una equivocación.
Parece estar confundiendo la mente con el corazón. Lo usual es
que asociemos los pensamientos con la mente y los sentimientos
con el corazón. Por lo tanto, ¿qué puede querer significar cuando
dice que un hombre piensa en su corazón? La frase pensar en el
corazón se refiere a una reflexión meditada. Muchas ideas son
barajadas fugazmente por nuestra mente sin penetrar nunca en
nuestros corazones. Aquellas ideas que nos atrapen en nuestro
fuero más íntimo, sin embargo, serán las ideas que darán forma a
nuestras vidas. Somos lo que pensamos. Cuando nuestros pen-
samientos son corruptos, nuestras vidas también lo serán.
Todos sabemos que hay personas que pueden recitar los
credos sin cometer ninguna equivocación y pasar los cursos de
teología con las más altas calificaciones mientras viven vidas sin
Dios. Una teología sólida y cierta no es condición suficiente para
vivir una vida piadosa. Pero es de todos modos un requisito para
una vida piadosa. ¿Cómo podemos hacer la verdad sin antes
comprender lo que es la verdad?
Ningún cristiano puede eludir la teología. Todos los cristianos
tienen una teología. La cuestión, entonces, no se trata sobre si
deseamos tener una teología. Eso ya debe ser dado por hecho. El
fondo de la cuesti6n es: ¿contamos con una teología sólida y
cierta? ¿Abrazamos una doctrina verdadera, o acaso una falsa?
Este libro no se trata de un libro de texto sobre teología formal.
Es una introducción para los laicos sobre las doctrinas fundamer-
Las grandes doctrinas de la Biblia
tales del cristianismo. Para comprender el mensaje de la Biblia es
necesario que primero comprendamos los conceptos utilizados
para trasmitir este mensaje. Por lo tanto, el propósito de este libro
será el de introducir al lector en los conceptos claves que juntos
conforman el mensaje bíblico.
Cada concepto es expuesto en porciones breves muy
digeribles. Se agregan referencias bíblicas sugeridas para dar más
cuerpo al tratamiento esquemático de cada concepto. Se trata de
un libro básico y elemental. Ha sido diseñado para ser simple pero
no simplista. He intentado cristalizar en unas pocas páginas la
esencia de los conceptos teológicos, cada uno de los cuales podría
ser desarrollado en sendos volúmenes independientes para enten-
derlos cabalmente.
Quienes lean y estudien este libro no se convertirán en exper-
tos en teología. Pero se familiarizarán con los conceptos claves
que constituyen el marco de una teología a gran escala. Espero
que este libro motive a quienes lo lean para realizar un estudio
más profundo de teología, una empresa para toda la vida.
Deseo agradecer a Wendell Hawley de Tyndale House por
haber sugerido esta empresa, a Donna Mack por preparar el
manuscrito, a David Freeland por su ayuda con las gráficas, y a
mi hijo, R. c., por su capacidad editorial.
vi
INTRODUCCIÓN
En la década de los ochenta, la organización Gallup realizó un
estudio masivo y completo sobre la religión en los Estados Unidos
de América. Aunque los indicadores y las tendencias más mar-
cadas de este estudio fueron publicadas y evaluadas en diversas
revistas, las montañas de información que se recogieron no se
hicieron públicas. George Gallup entregó esta información a
Christianity Today, quienes a su vez seleccionaron a algunos
pocos teólogos para que examinaran y evaluaran el significado de
la información. Yo me encontraba en ese pequeño grupo que tuvo
el privilegio de analizar la totalidad de la información.
Los resultados del estudio son tan aterradores como reve-
ladores. Entre los elementos más significantes estaban los siguien-
tes: (l) más de sesenta millones de estadounidenses afirmaron
haber tenido una experiencia de conversión personal, y (2) un
porcentaje extraordinariamente alto de estadounidenses dijeron
que creían que la Biblia era la Palabra de Dios. "
Como contrapartida a estas afirmaciones, sin embargo, estaba
la revelación clara de que los estadounidenses, aun en el caso de
evangélicos, eran desgraciadamente ignorantes del contenido de
la Escritura y todavía más ignorantes de la historia del cristian-
ismo y la teología cristiana clásica. Posiblemente lo más alar-
n:ante fuera el tomar conciencia de que la masa de personas que
dicen tener una fe bíblica inciden poco y nada sobre las estructuras
y valores de la cultura estadounidense. Por ejemplo, algunos
estudios recientes sobre la ética sexual y el tema del aborto
sugieren que la diferencia entre el comportamiento de cristianos
evangélicos y los que no lo son es insignificante. En otras
palabras, el mensaje transparente de estos estudios es que la "fe"
cristiana produce una pequeña diferencia o ninguna diferencia en
la vida de las personas y en la cultura estadounidense. La medida
en que estos estudios sean un reflejo exacto de la realidad es un
tema para el debate.
¿Cómo es esto posible? Una explicación viene pronto a
nuestras mentes. Es posible que muchos de los que dicen haber
tenido una experiencia de conversión estén equivocados o min-
tiendo sobre su conversión. Sin embargo, si solo la mitad de los
vii
Las grandes doctrinas de la Biblia
que afirman haber tenido un nuevo nacimiento son efectivamente
regenerados, debemos llegar a la conclusión de que los Estados
Unidos ha experimentado un avivamiento más extendido que el
Gran Avivamiento.
Si dicho avivamiento ha tenido lugar, debemos preguntarnos
entonces por qué hay tan poca evidencia de su impacto sobre la
cultura. Parecería ser que tuvimos un enorme avivamiento sin prác-
ticamente ninguna transformación de nuestras costumbres y en
nuestra vida. Es más, la discrepancia que surge entre el avivamiento
y la transformación en nuestras vidas sería la mayor en la historia del
cristianismo. Dicho avivamiento es mera ficción. Es espurio. No se
trata de la verdadera fe bíblica que ha sido "resucitada".
Una perspectiva más optimista sobre esta anomalía sería la
que explicamos a continuación. La razón principal por la que
observamos tan poca evidencia del impacto de este avivamiento
sobre la vida y la cultura es porque todavía es demasiado temprano
para discernirlo. Las millones de personas que han nacido de
nuevo están todavía en su infancia espiritual. Cuando alcancen
una madurez espiritual sin duda que entonces se sentirá su impacto
sobre la nación.
En la cultura secular, los adolescentes tienden a tener un
poderoso impacto en la formación de valores, pero no tan grande
como el impacto de aquellos adultos que ocupan posiciones de
poder y de influencia. Los niños, sin embargo, no ejercen prácti-
camente ningún impacto sobre la formación de valores culturales.
Su voz no es escuchada, salvo cuando lloran pidiendo más leche.
Los niños no han desarrollado su pensamiento y sus habilidades
hasta alcanzar un nivel que haga que sus familias o la comunidad
que los rodea busquen su consejo. Deben maduran, deben con-
vertirse en mayores de edad, antes de ocupar puestos de liderazgo
dentro de sus familias y comunidades.
Nuestra esperanza es que quienes permanecen en una infancia
espiritual finalmente crezcan en madurez y produzcan un fuerte
impacto sobre la familia, la comunidad, la nación y el mundo.
Hasta el momento esto no ha sucedido. Puede ser que nunca
suceda. Pero para que un avivamiento y un cambio de vida
verdaderamente espiritual tengan lugar es necesario superar
varias barreras. Y comprenderlas es crucial para el cristiano.
A continuación expongo algunas breves notas sobre diez
causas que nos desvían de la meta cristiana de madurez espiritual.
Yll
introducción
Las presentaré por separado, definiéndolas a cada una en
cular.
Causa 1: El error de la fe como la de un niño
En algunos círculos cristianos el llamado bíblico a tener una
fe como la de un niño ha sido elevado a un ideal espiritual que
distorsiona radicalmente el significado bíblico de la fe. El Nueve
Testamento describe el adoptar cierta fe como la de un niño corno
una virtud. Jesús dijo que "el que no reciba el reino de Dios como
un niño, no entrará en él" (Marcos 10:15).
¿Pero de qué se trata esta fe como la de un niño? La palabra
como sugiere algún tipo de analogía. La analogía es obvia. Del
mismo modo que los hijos confían en sus padres y creen 10 que
sus padres les dicen, así también nosotros debemos confiar en
Dios. La vida de un niño depende de la confianza que deposite en
el cuidado de sus padres. Cuando un bebé que recién comienza a
caminar se acerca con curiosidad a las llamas de una estufa, sus
padres le dirán: "[No!" No hay tiempo para explicar las leyes de
la energía térmica, y además dichas explicaciones sofisticadas no
serían entendidas por el niño.
Sin embargo, en la medida que los hijos comienzan a crecer,
su capacidad para confiar en el liderazgo de sus padres comienza
a desvanecerse. Poco tiempo después comenzarán a preguntar el
porqué, y tarde o temprano, estarán en franco desafío.
Dicho desafío no tiene cabida en el reino de Dios. Los hijos
de Dios deben permanecer siempre en esa actitud que caracteriza
a un niño, maravillados por su Padre celestial y confiados en Él.
Se trata aquí de un ejercicio apropiado de fe implícita. Dios
merece nuestra confianza implícita. Sería una tontería y una
imprudencia no confiar en Dios implícitamente. Dios en su totali-
dad es digno de confianza. El cristiano maduro nunca perderá esta
fe similar a la de un niño.
Hay una diferencia muy grande sin embargo entre una fe
como la de un niño y una fe infantil, aunque muchas personas en
ocasiones las confundan entre sí. Una fe infantil se echa para atrás
si tiene que aprender sobre Dios en profundidad. Rechaza la carne
del evangelio y se aferra a una dieta únicamente de leche. Por
dicho motivo, este cristiano infantil recibe una amonestación:
Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo,
tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los
ix
Las grandes doctrinas de la Biblia
primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a
ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.
y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra
de justicia, porque es niño; pero el elemento sólido es para los que
han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos
ejercitados en el discernimiento del bien y del mal (Hebreos
5:12-14).
El llamado del Nuevo Testamento es a la madurez. El apóstol
Pablo dice: "Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba
como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé
lo que era de niño" (1 Corintios 13:11). Pablo vuelve a diferenciar
la forma en que hemos de permanecer como bebés y la forma en
que hemos sido llamados a comportamos como adultos. Dice:
"Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños
en la malicia, pero maduros en el modo de pensar" (1 Corintios
]4:20).
Causa 2: El temor al escepticismo teológico
La subcultura cristiana padece de una profunda desconfianza
hacia la teología. En muchos casos esta aversión a la teología
obedece a una desconfianza hacia los teólogos.
1. V. Langmead Casserley, el eminente apologista anglicano,
dedicó un capítulo entero de su libro Apologetics & Evangelism
("Apologética y Evangelismo") al tema, "La traición de los inte-
lectuales"l.Casserley observó que la creciente desconfianza por
parte del público cristiano hacia los teólogos ha sido provocada
por el escepticismo radical hacia la Biblia y el cristianismo
histórico que los eruditos del criticismo moderno manifiestan.
Fueron los teólogos dentro de la iglesia los primeros en declarar
que Dios estaba muerto. Los profesores de seminarios y profeso-
res de facultades cristianas son las voces que más se escuchan
atacando la confiabilidad de las Escrituras. A comienzos de este
siglo el teólogo holandés Abraham Kuyper señaló que "la crítica
bíblica se ha convertido en el vandalismo bíblico".
Es indudable que muchos de los seminarios teológicos en los
Estados Unidos se han convertido en ciudadelas del descreimien-
to. Los padres cristianos se sorprenden y se desconciertan cuando
sus hijos regresan a sus hogares de las así llamadas facultades
"cristianas" cargados con las dudas y el escepticismo que han
aprendido de sus profesores. La reacción a esta traición teológica
x
Introducción
teológica suele ser: "Si esto es a lo que conduce el estudiar
teología, más vale abandonar cualquier intento".
No hay duda de que la mala teología existe. No hay duda de
que el estudio profundo de la teología expone al estudiante a la
crítica escéptica. No hay duda de que mucho de lo que pasa por
ser teología cristiana no es más que el mero intento del teólogo
por justificar su propio descreimiento.
Sin embargo, debemos recordar que aunque la teología escép-
tica cunda por doquier en nuestras instituciones, su presencia no
es nueva. Los principales opositores de Jesús durante su ministe-
rio en esta tierra pertenecían a la clase clerical. Los teólogos en
los días de Jesús odiaban la teología de Jesús. Pero el rechazar a
toda la teología y a la educación teológica para evitar la mala
teología es cometer un suicidio espiritual. Es el ejercicio de otro
tipo de traición. Rechazar la teología es rechazar el conocimiento
de Dios. Y esta no es una opción abierta para el cristiano.
Causa 3: El error de la creencia fácil
La creencia fácil es una forma moderna de antinomianismo, una
antigua herejía. Afirma que una vez que una persona ha tomado
una decisión por Cristo o ha orado para recibir a Jesús como su
Salvador, ya no es necesario que lo acepte como Señor. No existe
ningún tipo de requisitos legales que obliguen a ese cristiano.
Hay algunos pocos profesores cristianos, si realmente es que
existen, que afirman que la persona que acepta a Cristo como
Salvador no debería aceptarlo también como Señor. En lugar de
hacer esto, animan a dicho "cristiano carnal" a convertirse en más
espiritual y obediente. Pero se echan atrás antes de declarar que es
necesario aceptar a Cristo como Señor para obtener la salvación. De
hecho, insisten en que este requisito no es necesario para alcanzar la
salvación. Permiten la realidad de un cristiano carnal.
Este tipo de antinomianismo está tan extendido en el mundo
evangélico que hasta puede constituir una mayoría. La controver-
sia de estos días sobre "señorío de Cristo" en la salvación se centra
en esta cuestión.
Recientemente un pastor me habló sobre un hombre joven de
su congregación que estaba usando drogas y viviendo una relación
ilícita con su novia. El pastor intentó aconsejar a dicho joven con
respecto a su estilo de vida. El hombre le contestó con naturalidad:
"Está todo bien, pastor. Yo soy un cristiano carnal".
Xl
Las grandes doctrinas de la Biblia
Ser un cristiano significa ser un discípulo de Cristo, en el
sentido bíblico de la palabra. Un discípulo es un "estudiante". Se
ha matriculado en la escuela de Cristo. El discípulo, como el
nombre mismo así 10 sugiere, ha sido llamado para seguir un
estudio disciplinado de las cosas de Dios.
Causa 4: El neo-monasticismo
El movimiento monástico en la historia de la iglesia consistió en
la glorificación del aislamiento de este mundo. Aquellas personas
que huían hacia los claustros estaban buscando refugio de las
influencias nefastas de esta sociedad maligna. El monasterio era
un puerto seguro para quienes buscaban la pureza espiritual.
Hubo muchas personas que ingresaron en la vida monástica
para seguir una vida de oración o de devoción espiritual. Para
otros, fue una oportunidad para dedicarse al estudio en reclusión.
Pero había un elemento en el monasticismo clásico que hoy está
ausente en el neo-monasticismo: la devoción hacia la erudición
teológica.
Cuando hablo sobre el neo-monasticismo, hago referencia a
la tendencia presente en algunos evangélicos de "abandonar" este
mundo. Estoy describiendo tanto una actitud como un estilo de
vida. Se trata de un tipo de negación del mundo que implica
muchísimo más que un rechazo a la mundanalidad. Implica un
rechazo al mundo como el ruedo principal donde se desarrolla la
actividad cristiana. Restringe la actividad del cristiano a un gueto
espiritual. Incluye un rechazo voluntarioso del estudio de
cualquier cosa que no sea claramente "evangélica".
Recuerdo mi segundo año de vida cristiana. Estaba en mi
segundo año en la facultad y durante una clase sobre filosofía
occidental toda mi alma fue sacudida. El profesor estaba diser-
tando sobre un ensayo escrito por San Agustín. La disertación
abrió mi mente a todo un horizonte nuevo de entendimiento del
carácter de Dios. Por ser un cristiano joven deseaba profundizar
en mi fe. La obra de Agustín y de otros como él me parecía ser de
enorme ayuda hacia ese fin.
Decidí cambiar de carrera para graduarme en filosofía en
lugar de Biblia. Cuando hice dicho cambio fui casi expulsado del
conjunto de evangélicos en nuestra universidad. Mis amigos
estaban escandalizados por mi aparente apostasía. Perdí la cuenta
de la cantidad de veces que me citaban el versículo de Colosenses
xii
Introducción
2:8, "Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas
sutilezas".
La reacción de mis compañeros me confundía tanto como me
dolía. Había decidido estudiar filosofía para fortalecer mi cono-
cimiento de Dios, no para debilitarlo. Aunque ya no estaba en el
curso de Biblia, esto no significaba que había rechazado a la Biblia
o que había dejado de estudiarla. No podía caber en mi cabeza
cómo era posible estar preparados para evitar ser engañados por
algo sin antes haber tomado conciencia sobre qué consistía ~se
algo. Mis estudios de filosofía secular sirvieron para acrecentar
mi aprecio por las profundidades y las riquezas encerradas en las
cosas reveladas en las Escrituras. Y además me proporcionaron
un entendimiento de las herramientas cruciales para la tarea
cristiana de apologética. Nunca se cruzó por mi mente que de-
bíamos abandonar al mundo para dejarlo en manos de Jospaganos.
El nco-monasticismo engendra la ignorancia -la ~ .-
no solo de la cultura y de las ideas que conforman nuestra ,-,uHUd.eL
sino también la ignorancia de la teología. Demuestra más una falta
de fe que una fortaleza de fe.
Los efectos del neo-monasticismo son catastróficos. Al tomar
la retirada y no comprometernos con el mundo hemos sufrido la
derrota por omisión. Nos agarramos la cabeza al contemplar la
secularización de la cultura estadounidense y nos preguntamos
cómo puede ser que haya sucedido.
Causa 5: El temor a las controversias
La teología engendra controversias. De esto no cabe la menor
duda. Siempre que se estudie teología, inevitablemente surgirán
discusiones a continuación. Todos deseamos mantener relaciones
signadas por la paz y la unidad. También comprendemos que la
Biblia nos prohibe el ser contenciosos, el provocar divisiones, el
ser discutidores, y el emitir juicios con ligereza. Debemos mani-
festar el fruto del Espíritu, el cual incluye la benignidad, la
mansedumbre, la paciencia y la bondad.
Nuestro razonamiento entonces sigue este curso: si hemos de
evitar el tener un espíritu discutidor y mostrar el fruto del Espíritu,
entonces debemos evitar el estudio de la teología. Existe
axioma generalizado que expresa: "Nunca se debe discutir sobre
religión ni política". Este axioma ha sido elevado a un sitial
preferencia por la sencilla razón que las discusiones sobre
xiii
Las grandes doctrinas de la Biblia
o política suelen generar más calor que iluminación. Estamos
cansados de la caza de brujas, de la discusión de cosas menores,
de las persecuciones, y hasta de las guerras que han comenzado
por controversias teológicas.
Sin embargo, la controversia siempre acompaña al com-
promiso teológico. John Stott, en un libro titulado Christ the
Controversialist2
("Cristo, el controversial"), afirmó algo que
debería resultar obvio a cualquiera que lea la Biblia -la vida de
Jesús estuvo envuelta en una tormenta de controversias. Los
apóstoles, como antes también le había sucedido a los profetas,
no podían pasar un día de sus vidas sin controversias. Pablo dijo
que discutía todos los días en el mercado. Eludir la controversia
es eludir a Cristo. Podremos tener paz, pero será una paz ob-
secuente y carnal mientras la verdad sea pisoteada en las calles.
Hemos sido llamados a evitar las controversias impías, sin
Dios. Hemos sido llamados a tener controversias piadosas, con
Dios. Un aspecto positivo de las controversias cristianas es que
los cristianos tienen la tendencia a discutir entre sí sobre teología
porque comprenden que la verdad, especialmente la verdad
teológica, tiene consecuencias eternas. Las pasiones afloran por-
que lo que está enjuego es muy valioso.
Las controversias impías surgen con frecuencia no porque los
combatientes sepan mucho sobre teología sino porque saben
demasiado poco. No disciernen la diferencia entre temas contun-
dentes de disputa y detalles menores que nunca deberían ser
motivo de división entre nosotros. Tenemos otra máxima: "Tener
poco conocimiento sobre algo es muy peligroso". El que se
detiene a discutir nimiedades es el estudiante de teología in-
maduro. Es el teólogo que todavía no terminó su entrenamiento
el que rebosa confianza en sí mismo e insensibilidad, y el que es
discutidor. Cuánto más uno se adentra en el estudio de la teología,
uno más discierne cuáles son aquellos temas negociables y toler-
ables y cuáles son aquellos temas que demandan toda nuestra
fuerza para defenderlos.
Causa 6: El espíritu antirracional de nuestra época
Creo que estamos viviendo en la época más anti-intelectual que
haya conocido la historia del cristianismo. No quiero decir anti-
académica, ni anti-tecnológica ni anti-científica. Por anti-intelec-
tual entiendo contra la mente.
xiv
Introducción
. Vivimos en un período que es alérgico a la racionalidad. La
influencia de la filosofía existencialista ha sido masiva. Nos
~~mos convertido en una nación sensual. Hasta nuestro propio
idioma lo refleja. Mis estudiantes en el seminario repetidas veces
se expresan del siguiente modo en sus exámenes: "Siento que está
mal.." o "Sient~ que es verdad..." Siempre les tacho la palabra
S/I'/I{O y la sustituyo por la palabra pienso. Hay una diferencia
entre sentir y pensar.
En la re cristiana hay una primacía de la mente. También
ul~a primacía del corazón en la fe cristiana. Sin duda que estas dos
ah rrnacioncs paradójicas parecen ser contradictorias. ¿Cómo es
posible que cxrstan dos primacías? Debe existir una que prime
sobre la otra. Es obvio que no podemos tener dos primacías
distintas aI mismo tiempo yen la misma relación. Lo que ocurre
es que cuando hablo de dos primacías distintas, quiero decir que
son con respecto a dos temas distintos.
Con respecto a la primacía en cuanto a la importancia, el
corazón viene primero. Si tengo la doctrina conecta en mi oen-
samiento pero no tengo el amor a Cristo en mi corazón, me he
perdido e}rein~ d~ Dios. Es extremadamente más importante que
rru corazon este bien delante de Dios que mi teología sea impeca-
blemente correcta.
. Sin embargo, para que mi corazón esté bien, existe una
pnmacía del intelecto en término de orden. No puede haber nada
en mi corazón que no haya estado primero en mi pensamiento.
¿Cómo es posible amar a un Dios o a un Jesús del cual no
comprendo nada? Cuanto más llegue a comprender el carácter de
Dios, más será mi capacidad para amarlo.
Dios se revela a sí mismo en un libro. Ese libro ha sido escrito
en palabras. Transmite conceptos que deben ser comprendidos
por la mente. Seguramente que algunas cosas permanecerán como
misterios. Pero el propósito de la revelación de Dios es que la
comprendamos con nuestras mentes para que pueda penetrar en
n~estros corazones. Despreciar el estudio de la teología es despre-
CIar aprender sobre la Palabra de Dios. ~
Causa 7: La seducción de la mundanalidad
Es bueno recordar que el primer desvío que Cristiano encontró el'
su cam.ino al cielo en El progreso del peregrino, de John Bunyan,
sobrevino cuando Cristiano fue seducido por el consejo del Sr.
xv
Las grandes aoctrtnas ae la tsioua
Sabio Mundano'. El Sr. Sabio Mundano no se llamaba Sr. Falso
Teólogo, si bien enseñaba una falsa teología.
Podemos entender cómo la mundanalidad nos seduce en
términos de sensualidad, materialismo, hedonismo, y otros del
mismo calibre. Pero una de las fuerzas seductivas más poderosas
del mundo secular es la tentación a adoptar la idea sobre la verdad
actualmente popular en la cultura estadounidense.
En su libro The Closing ofthe American Mind ("El cierre de
la mente americana',4, Allan Bloom ha documentado cómo la
educación moderna ha adoptado casi universalmente el relativ-
ismo como su epistemología vigente. La mente estadounidense se
ha cerrado a la verdad objetiva que puede ser conocida racional-
mente. El relativismo es en última instancia irracional. Decir que
la verdad es relativa no tiene ningún sentido. Es una afirmación
imposible de ser verdadera. La afirmación "Toda verdad es rela-
tiva" sería a su vez relativa y no tendría ningún valor como verdad.
Este marco mental, o mejor dicho, este marco mental anti-in-
telectual de la educación secular se ha infiltrado y casi conquis-
tado al mundo evangélico. Los evangélicos se sienten sublime-
mente encantados al poder afirmar ambos polos de estas ideas
contradictorias que les permite aceptar teologías radicalmente
inconsistentes y mutuamente excluyentes.
Para ser más precisos, los evangélicos no llaman a esto
relativismo o subjetivismo. Esta filosofía es bautizada y espiritu-
alizada detrás de un fino velo de jerga religiosa. La "guía del
Espíritu" se ha convertido en la licencia para una multitud de
pecados epistemológicos. Las personas son "guiadas por el
Espíritu" para llevar a cabo actos expresamente prohibidos por las
Escrituras. Pero esta guía subjetiva puede tener más valor que las
Escrituras porque la verdad es relativa. La afirmación de con-
tradicciones irracionales (una redundancia) se justifica por apelacio-
nes a un "orden superior de lógica" que se encuentra en la mente de
Dios.
Si buscamos un entendimiento coherente, lógico, consistente,
y racional de la Biblia, se nos acusa inmediatamente de adorar en
el templo de Aristóteles. Como la filosofía del racionalismo ha
sido con frecuencia hostil al cristianismo, huímos de cualquier
cosa que remotamente se asemeje al racionalismo. Como el
cristianismo tiene la verdad que la razón por sus propios esfuerzos
especulativos no puede descubrir, suponemos que hasta la razón
XVI
Introduccion
misma es negociable.
El cristianismo no es racionalismo. Pero es racional. Puede
contener la verdad más allá de lo que la razón pueda ser capaz de
sondear. Pero es más que racional, no menos. Se trata de una
virtud, no de una desventaja para buscar un entendimiento coher-
ente de la Palabra de Dios.
La Palabra de Dios no es irracional. Fue diseñada para ser
comprendida por la mente.
Causa 8: La sustitución pietista de la devoción por
el estudio
¿Es posible que la lectura devocional de la Biblia sea un impedi-
mento para el crecimiento cristiano? Si se convierte en un sustituto
del estudio serio de la Biblia, contesto categóricamente que sí.
Debo hacer una concesión, sin embargo, y se trata de que no
estoy totalmente seguro si entiendo la diferencia que existe entre
la "lectura devocional de la Biblia" y el estudio bíblico serio. El
estudiar la Biblia en serio es en sí un acto devocional. C. S. Lewis
en cierta oportunidad señaló:
Este libro es algo así como un experimento. Su traducción está
dirigida al mundo en su totalidad, y no solamente a los estudiantes
de teología. Si tiene éxito, es posible que le sucedan otras traduc-
ciones de otros grandes libros cristianos. En un sentido, por
supuesto, no es la primera traducción en este campo. En el
mercado podemos encontrar traducciones de la Theologia Ger-
manica, la Imitación, La Escala de la Perfeccián, y Las Revelacio-
nes de Lady lulian de Norwich, todas ellas muy valiosas si bien
no todas con el mismo grado de altura académica. Pero conviene
señalar que todos estos libros son de devoción y no de doctrina.
Pero, ahora bien, el laico o el aficionado debe ser instruido además
de ser exhortado. En los días que corren su necesidad de cono-
cimiento es apremiante. Tampoco es mi intención admitir que
exista ningún tipo de división marcada entre estos dos tipos de
libro. Personalmente, tiendo a encontrar los libros doctrinales de
mucha más ayuda en la devoción que los libros propiamente
devocionarios, y me inclino a pensar que esta misma experiencia
es compartida por muchos otros. Creo que muchas personas que
encuentran que "no pasa nada" cuando se sientan, o se arrodillan,
frente a un libro devocional, descubrirían que su corazón
xvii
Las grandes doctrinas de la Biblia
comienza a cantar sin que nadie se lo pida mientras tratan de
descifrar un pasaje difícil de teología, con una pipa entre sus
dientes y sosteniendo un lápiz en sus manos
s.
Hay muchas ayudas disponibles para las lecturas diarias
devocionales. Aquellas personas que leen la Biblia todos los días
durante quince o veinte minutos son una minoría. Aunque sin
duda que quince minutos de lectura diaria de la Biblia es mejor
que ninguna lectura.
El problema surge cuando pensamos que podemos sondear
las profundidades de las Escrituras con un simple régimen de
quince o veinte minutos diarios. Muy pocas disciplinas pueden
ser dominadas con ese lapso de atención tan breve. Para crecer en
el entendimiento maduro de la Palabra de Dios se requiere un
esfuerzo más concertado que el que puede ser logrado por breves
períodos de lectura devocional. La lectura devocional es un gran
complemento al estudio en serio pero no constituye un sustituto a
dicho estudio. Un estudio de las referencias bíblicas al final de
cada capítulo de este libro, y el comentario que se hace de las
mismas dentro de los capítulos, puede resultar un excelente
comienzo para dicho estudio en serio.
Causa 9: la pereza
Karl Barth en cierta ocasión señaló que los tres pecados primarios
y más básicos de la humanidad caída son el orgullo, la deshones-
tidad y la pereza. No estoy seguro que Barth estuviera en lo
correcto al jerarquizarlos de esta manera, pero no cabe duda que
son pecados severos sobre los que la Biblia tiene mucho que
decir.
Si debido a nuestra naturaleza caída tenemos una inclinación
pronunciada hacia la pereza, debemos estar en guardia para evi-
tarla. No es para nada seguro el presuponer que el nuevo
nacimiento nos librará inmediata y completamente de ser pere-
zosos. No nos curamos más instantáneamente de la indolencia que
lo que nos curamos del orgullo o la deshonestidad.
La vida cristiana demanda un arduo trabajo. Nuestra santifi-
cación es un proceso en el que somos colaboradores de Dios.
Contamos con la promesa de la ayuda de Dios en nuestra labor,
pero su ayuda divina no anula nuestra responsabilidad para asumir
el trabajo. "Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,
xviii
Introducción
porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el
hacer, por su buena voluntad" (Filipenses 2:12-13).
Esta ocupación no es algo que nos redunde en méritos o nos
gane nuestra justificación. Es la obra que sigue a la justificación,
la consecuencia de la fe. Los cristianos perezosos permanecerán
siempre inmaduros porque no se dedican a un estudio diligente de
la Palabra de Dios.
Con frecuencia suelo sorprender a mis estudiantes en el
seminario cuando les digo que los errores teológicos son pecados.
Este cargo les resulta demasiado fuerte ya que presuponen que no
puede existir ninguna culpabilidad moral si alguien comete un
error. Yo argumento que la razón primaria por la que malinterpre-
tamos la Biblia no es porque el Espíritu Santo ha fracasado en su
labor, sino porque nosotros hemos fracasado en llevar a cabo
nuestra labor. No alcanzamos a amar a Dios con toda nuestra
mente y descuidamos nuestra responsabilidad de dedicarnos a un
estudio riguroso de las cosas de Dios.
Causa 10: la desobediencia
Es posible que no sea del todo exacto incluir a la desobedien-
cia como una influencia causal independiente en nuestro fracaso
para crecer en madurez, ya que está implícita en todas las demás.
La enumeramos, entonces, como un resumen genérico de todas
las demás.
Si bien hemos considerado un número de razones por las que
los cristianos a veces descuidan el estudio de la teología, existen
al mismo tiempo varias razones positivas importantes para em-
barcarnos en dicho estudio. Es imperativo que superemos
cualquier tipo de obstáculos que se interpongan en nuestro camino
mientras perseguimos diligentemente un entendimiento teológico
en más profundidad.
La teología alimenta al alma
Para que el alma de una persona se inflame con la pasión por el
Dios vivo, la mente de esa persona debe informarse primero sobre
el carácter y la voluntad de Dios. No puede haber nada en el
corazón que antes no haya estado en la mente. Aunque es posible
tener una teología en la mente sin que ella nos traspase el alma,
no puede traspasarnos el alma si antes no la aceptamos con la
mente.
XIX
Las grandes doctrinas de la Biblia
El entendimiento intelectual de la doctrina es una condición
necesaria para el crecimiento espiritual. Sin embargo, no es una
condición suficiente para dicho crecimiento. Una condición ne-
cesaria es una condición que debe estar presente para que un
resultado buscado tenga lugar. Sin ella, el resultado sería imposi-
ble. Por ejemplo, el oxígeno es una condición necesaria para que
haya fuego. Sin embargo, la simple presencia de oxígeno no es
suficiente para garantizarnos que se produzca un fuego. Esto es
una suerte para nosotros, ya que de lo contrario el mundo estaría
en llamas si el oxígeno automáticamente produjera fuego. El
oxígeno es por lo tanto necesario para producir fuego, pero en sí
mismo no es suficiente para producir fuego. Del mismo modo que
el oxígeno es necesario pero no alcanza con su presencia para
prender un fuego, así también la doctrina es necesaria pero no
suficiente para encender un fuego en nuestros corazones. Sin la
operación de la gracia del Espíritu Santo en nuestros corazones,
la sola presencia de la doctrina nos dejará helados, no importa
cuán buena sea esta doctrina.
Dios nos manda a ser diligentes en el estudio
La segunda razón positiva para buscar un conocimiento de la
teología es que Dios, que es el tema central de la teología, nos
manda progresar en el entendimiento doctrinal. Debemos seguir
la exhortación de Pablo de "dejar lo que era de niño" (1 Corintios
13:11) para poder seguir adelante hacia la meta del entendimiento
cristiano. Con respecto a la malicia debemos ser como bebés, pero
con respecto al entendimiento debemos buscar alcanzar la
madurez de un adulto (l Corintios 14:20). No haremos esto para
convertirnos en arrogantes y estar orgullosos de nuestro propio
conocimiento, sino para crecer en la gracia. Un entendimiento
maduro es el fundamento para una vida madura.
Crecer en el conocimiento de Dios es un gran gozo y un
privilegio. Es algo que nos encanta. Pero es algo más que un
privilegio; es también un deber. Dios nos manda crecer en la
plenitud de Cristo. Consideremos el Shema del Israel del Antiguo
Testamento:
Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a
Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas
tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre
tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando
xx
Introducción
en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te
levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como
frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y
en tus puertas (Deuteronomio 6:4-9).
En el corazón de este mandamiento sagrado está el deber
solemne de aprender la ley de Dios, de dominar su revelación. No
se trata de una empresa alegre e informal. Dominar la Palabra de
Dios es sumergirse profundamente en el estudio de la teología.
Debemos recordar al lector que es posible tener una teología
buena sin tener una vida buena. Pero no es posible tener una vida
buena si no contamos con una teología buena. En este sentido, la
teología debe ser vista como una ciencia abstracta. Se trata de un
asunto de vida o muerte, de un asunto de vida eterna o muerte
eterna. La intención de este libro es ser una guía de viaje para
recorrer los temas de vida o muerte que aparecen en el paisaje
teológico.
xxi
Sproul__Grandes_Doctrinas_Biblia (1).pdf
LA REVELACiÓN
DIVINA
Todo lo que conocemos sobre el cristianismo nos ha sido revelado
por Dios. Revelar significa "quitar el velo". Implica el retirar la
cubierta de algo que estaba oculto.
Cuando mi hijo estaba creciendo, desarrollamos una tradición
anual para festejar su cumpleaños. En lugar de seguir el procedi-
miento normal de repartir los regalos, lo hacíamos mediante una
modalidad que era nuestra versión casera del programa televisivo
de entretenimientos "Hagamos un trato". Escondía sus regalos en
lugares secretos tales como un cajón, o debajo del sillón, o detrás
de una silla. Luego le daba opciones: "Puedes tener lo que está en
el cajón del escritorio o lo que está en mi bolsillo". El juego
aicanzaoa su Clímax cuanóo llegáDamos al "gran trato óel ÓÍa".
Colocaba en fila a tres sillas que cubría con una manta. Cada
manta ocultaba un regalo. Una de las sillas tenía un pequeño
regalo, la segunda silla tenía su regalo más grande, y la tercer silla
tenía una muleta que había utilizado cuando se fracturó la pierna
a los siete años.
¡Por tres años consecutivos mi hijo eligió la silla que tenía la
muleta! (Siempre terminaba permitiéndole canjear la muleta por
el verdadero regalo.) Al cuarto año, él estaba resuelto a no elegir
la silla con la muleta debajo de la manta. Esta vez oculté su regalo
grande junto con la muleta y dejé que la punta de la muleta
asomara por debajo de la manta. Al ver la punta de la muleta, evitó
elegir esa silla. [Nuevamente lo había atrapado!
La diversión del juego consistía en adivinar dónde estaba
escondido el tesoro. Pero se trataba únicamente de adivinar, de
pura especulación. El descubrimiento del tesoro verdadero no
podía concretarse hasta tanto la manta no hubiera sido retirada y
el regalo quedara al descubierto.
Lo mismo sucede con nuestro conocimiento de Dios. La
especulación ociosa sobre Dios es tarea para un tonto. Si desea-
mos conocerle en verdad, debemos confiar en lo que Él nos dice
sobre sí mismo.
La Biblia nos indica que Dios se revela a sí mismo de diversas
maneras. Despliega su gloria en la naturaleza y por medio de la
3
Las grandes doctrinas de la Biblia
naturaleza. En los tiempos antiguos se reveló por medio de sueños
y de visiones. La marca de su providencia está demostrada ~n las
páginas de la historia. Se revel~ a sí mismo ~~ las Escnt~ras
inspiradas. Y podemos ver el zemt de su revelacI~n en,!esucrlsto
que se hizo hombre -lo que los teólogos denomman la Encar-
nación".
El autor de la epístola a los Hebreos escribe:
Dios habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en
otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días
nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo,
y por quien asimismo hizo el universo (Hebreos 1:1-2).
Si bien la Biblia habla de las "muchas maneras" en que Dios
se ha revelado a sí mismo, debemos distinguir entre dos tipos
principales de revelación -la general y la especial.
La revelación general se llama "general" por dos razones: (1)
es general en cuanto a su contenido, y (2) ha sido revelada a un
público en general.
El contenido general .
La revelación general nos provee del conocimiento de que I?lOS
existe. "Los cielos declaran la gloria de Dios", nos dice el salmista.
La gloria de Dios la vemos desplegada en la obr~ de sus ~anos.
Este despliegue es tan claro y manifiesto que mnguna cnatura
puede dejar de apreciarlo. Nos revela la deidad y el poder eterno
de Dios (Romanos 1:18-23). La revelación en la naturaleza no nos
brinda una revelación completa de Dios. No nos brinda la infor-
mación sobre Dios el Redentor que encontramos en la Biblia. Pero
el Dios revelado en la naturaleza es el mismo Dios revelado en
las Escrituras.
El público en general
No todas las personas en el mundo han leído la Biblia o escuch~do
la proclamación del evangelio. Pero la luz de la n~tur~leza bnlla
sobre cada uno en cualquier lugar y en cualquier ~Iempo. La
revelación general de Dios tiene lugar todos los días. El nu~ca se
queda sin ningún testigo. El mundo visible es como un espejo que
refleja la gloria de su Hacedor., . .
El mundo es el escenario de Dios. El es el actor principal que
aparece al principio y en el centro. No puede caer ningún telón
4
La revelación divina
que oscurezca su presencia. De una simple mirada a la creación
podemos saber que la naturaleza no es su propia madre. No hay
nada de "madre" en la Madre Naturaleza. La naturaleza en sí
misma no tiene ningún poder para producir ningún tipo de vida.
En sí misma, la naturaleza es estéril. El poder para producir la vida
reside en el Autor de la naturaleza -Dios. El sustituir la natura-
leza como la fuente de vida es confundir a la criatura con el
Creador. Cualquier forma de adoración de la naturaleza es un acto
de idolatría y como talle resulta detestable a Dios.
Debido a la fuerza de la revelación general, todos los seres
humanos saben que Dios existe. El ateísmo consiste en la nega-
ción lisa y llana de algo que se sabe ser cierto. Por eso es que la
Biblia dice: "Dice el necio en su corazón: No hay Dios" (Salmo
14:1). Cuando las Escrituras tratan de este modo al ateo, llamán-
dolo "necio", le están haciendo un juicio moral. Ser un necio en
términos bíblicos no es ser de pocas luces o ser poco inteligente;
es ser inmoral. Así como el temor de Dios es el principio de la
sabiduría, la negación de Dios es el colmo de la necedad.
DIOS
Revelación
Seres humanos
El agnóstico, asimismo, niega la fuerza de la revelación
general. El agnóstico es menos estridente que el ateo; no niega de
manera tajante la existencia de Dios. Sin embargo, el agnóstico
declara que no hay evidencia suficiente para decidirse por una
cosa u otra con respecto a la existencia de Dios. Prefiere dejar su
juicio en suspenso, dejar la cuestión sobre la existencia de Dios
con un signo de interrogación. Sin embargo, a la luz de la claridad
de la revelación general, la postura que asume el agnóstico no es
menos detestable para Dios que la del ateo militante.
Pero para todo aquel cuya mente y corazón estén abiertos, la
gloria de Dios es maravillosa de contemplar -desde los billones
de universos en los cielos hasta las partículas subatómicas que
componen la más pequeña de las moléculas. ¡Qué Dios increíble
es este a quien servimos!
Diversos movimientos dentro de nuestra cultura contemporánea,
tales como la "New Age", las religiones orientales, y la filosofía
irracional, han ejercido su influencia y conducido a una crisis de
entendimiento. Ha surgido una nueva forma de misticismo que le
otorga al absurdo el sello de la verdad religiosa. A nuestro
entender, la máxima del budismo zen, "Dios es una mano aplaudi-
endo", constituye una clara ilustración de este concepto.
Decir que Dios es una mano aplaudiendo suena como algo
profundo. La mente conciente se confunde porque va a con-
tramano de los patrones normales de pensamiento. Suena "pro-
fundo" e intrigante hasta que la analizamos cuidadosamente y
descubrimos que en el fondo solo se trata de una afirmación
carente de sentido.
La irracionalidad es un tipo de caos mental. Descansa sobre
una confusión contrapuesta con el Autor de toda verdad que no
es un autor de confusión.
El cristianismo bíblico es vulnerable a dichas cadenas de
irracionalidad exaltada debido a su cándido reconocimiento de
que existen muchas paradojas y misterios en la Biblia. Como las
diferencias que marcan los límites entre las paradojas, los miste-
rios y las contradicciones son débiles pero cruciales, es ;rnnn,·t<>ntp
que aprendamos a distinguir cuáles son estas diferencias.
Cuando buscamos sondear las profundidades de Dios nos
confundimos con mucha rapidez. Ningún mortal puede compren-
der a Dios exhaustivamente. La Biblia nos revela cosas sobre
Dios, cosas que aunque somos incapaces de comprenderlas com-
pletamente sabemos que son verdades. No tenemos ningún punto
de referencia humano, por ejemplo, para entender a un ser que es
tres en persona y uno en esencia (la Trinidad), o a un ser que es
una persona con dos naturalezas distintas, la humana y la divina
(la persona de Cristo). Estas verdades, tan ciertas como puedan
serlo, son demasiado "elevadas" para ser alcanzadas por nosotros.
Nos enfrentamos con problemas similares en el mundo natu-
ral. Sabemos que la gravedad existe, pero aunque no la entende-
mos, no por ello intentamos definirla en términos irracionales o
Las grandes doctrinas de la Biblia
Resumen
1, El cristianismo es una religión revelada.
2. La revelación de Dios es Dios revelándose. Dios mismo quita
el velo que nos impide conocerle.
3. No podemos llegar a conocer a Dios por medio de la especu-
lación.
4. Dios, a lo largo de la historia, se reveló a sí mismo de diversas
maneras.
5. La revelación general ha sido dada a todos los seres humanos.
6. El ateísmo y el agnosticismo se basan en la negación de lo
que las personas saben que es cierto.
7. La necedad se funda sobre la negación de Dios.
8. La sabiduría se funda en el temor de Dios.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Salmo 19:1-14
Efesios 3:1-13
2 Timoteo 3:14-17
Hebreos 1:1-4
La revelación general:
Dios el Creador
La revelación especial:
4--/---If----- Dios el Redentor se
revela a quienes
escuchan
~ La revelación dada a
todos los seres humanos
2 ' PARADOJAS, MISTERIOS,
Y CONTRADICCiONES
6
7
Las grandes doctrinas de la Biblia
Paradojas, misterios, y contradicciones
Pasajes bíblicos para la reflexión
Mateo 13:11
Mateo 16:25
Romanos 16:25-27
1 Corintios 2:7
1 Corintios 14:33
palabra contradicción proviene del latín "hablar en contra". Tam-
bién se las conoce como una antinomia, que significa "contra la
ley". Si Dios hablara por medio de contradicciones carecería
intelectualmente de leyes, tendría un doble discurso. Es un tre-
mendo insulto y una blasfemia incluso el sugerir que el Autor de
la verdad pudiera hablar con contradicciones. La contradicción es
la herramienta de aquel que miente -el padre de las mentiras que
desprecia la verdad.
Existe una relación entre los misterios y las contradicciones
que fácilmente nos conduce a confundirlas entre sí. No podemos
entender los misterios. No podemos entender las contradicciones.
El punto de contacto entre los dos conceptos es su carácter de no
inteligible. Los misterios no nos resultan claros ahora porque
carecemos d~ l~ información o de la perspectiva para compren-
derlos. La Biblia nos promete que, una vez en el cielo estos
misterios. qu~ ahora no podemos comprender serán explicados.
Las explicaciones solucionarán los misterios del presente. Sin
embargo, no hay ninguna explicación posible, ni en el cielo ni en
la tierra, que pueda solucionar una contradicción.
contradictorios. Casi todos estamos de acuerdo que el movimiento
forma parte integral de la realidad, sin embargo, la esencia del
movimiento en sí mismo ha dejado perplejos a los filósofos y a
los científicos por milenios. La realidad tiene mucho de misteriosa
y mucho que no podemos entender. Pero esto no se convierte en
nuestra garantía para dar un salto al absurdo. Tanto en la religión
como en la ciencia, la irracionalidad es fatal. En realidad, es mortal
para cualquier verdad.
El filósofo cristiano Gordon H. Clark en cierta ocasión definió
un paradoja como "un calambre entre las orejas". El propósito de
su definición era señalar que lo que muchas veces se denomina
una paradoja no es nada más que un razonamiento descuidado.
Clark, sin embargo, reconoció con claridad la función y el papel
legítimo de las paradojas. La palabra paradoja proviene de la raíz
griega que significa "parecer o aparecer". Las paradojas nos
resultan difíciles porque a primera vista "parecen" ser contradic-
torias, pero si las examinamos con mayor detalle podemos encon-
trarles la solución. Por ejemplo, Jesús dijo que "El que halla su
vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará"
(Mateo 10:39). Superficialmente, esto parece ser una afirmación
del mismo tenor que la que dice que "Dios es una mano aplaudi-
endo". Parece contener en sí una contradicción. Lo que Jesús
intentó decir, sin embargo, fue que si alguien pierde su vida en un
sentido, la encontrará en otro sentido. Como la pérdida y el
hallazgo están en dos sentidos distintos, no hay ninguna contradic-
ción. Yo sayal mismo tiempo un padre y un hijo pero, obvia-
mente, no en la misma relación.
Debido a que la palabraparadoja ha sido muy frecuentemente
entendida como sinónimo de contradicción, en algunos diccion-
arios ingleses ha sido ingresada como una segunda acepción al
término contradicción. Una contradicción es una afirmación que
viola la clásica ley de no contradicción. La ley de no contradicción
afirma que no es posible que A sea A y no-A al mismo tiempo y
en el mismo sentido. En otras palabras, algo no puede ser lo que
es y no ser lo que es, al mismo tiempo y en el mismo sentido. Se
trata de la ley más importante de todas las leyes de lógica.
Nadie es capaz de entender una contradicción porque una
contradicción es inherentemente no inteligible. Ni siquiera Dios
puede comprender las contradicciones. Pero sin duda que las
puede reconocer por lo que en realidad son -rneras falsedades. La
8
1.
2.
3.
Resumen
Una p~rad~ja es una contradicción aparente que puede ser
entendida SI se la examina en detalle.
Un misterio es algo que ahora nos resulta desconocido, pero
que puede ser resuelto.
Una contradicción es una violación de la ley de no contradic-
ción. Una contradicción no puede ser resuelta, ni por los
mortales ni por Dios, ni en este mundo ni en el porvenir.
l)
LA REVELACiÓN
GENERAL INMEDIATA
Y MEDIATA
Cuando era niño y mi madre me pedía que hiciera algo sin demora,
siempre me daba las órdenes pautándolas con el adverbio inme-
diatamente. Decía: "Hijo, ve inmediatamente a tu dormitorio".
Utilizaba la palabra inmediatamente para referirse a un acon-
tecimiento en el tiempo que tiene lugar sin que transcurra ningún
lapso de tiempo. En la teología el término inmediato significa algo
distinto. Significa que algo sucede sin pasar a través de ningún
tipo de medio, de cosa o de agente interventor. Se trata de una
acción que tiene lugar sin intermediarios.
En la teología bíblica, se distinguen dos tipos de revelación
general, aquella que ha sido comunicada por medio de un inter-
mediario y aquella que es directa. Cuando hablamos de la reve-
lación general mediata, nos estamos refiriendo a la revelación que
ha sido transmitida a través de algo. Cuando los cielos nos revelan
a Dios, se convierten en el medio o los medios a través de los
cuales Dios despliega su gloria. En este sentido, todo el universo
es un medio de revelación divina. La creación da testimonio sobre
su Creador.
La Biblia nos dice que toda la tierra está llena de la gloria de
Dios. Lamentablemente, con frecuencia no nos damos cuenta de
la propia gloria que nos rodea. Tenemos la tendencia a vivir en la
superficie de las cosas. Somos ajenos a las maravillas y el encanto
que Dios nos provee en su gloriosa creación. Hemos perdido la
sintonía. Hemos perdido el contacto. Las ideas religiosas no tienen
ningún valor si no expresan algo real.
La sublime presencia de Dios está en todo lo que nos rodea. Sin
embargo, con frecuencia somos sordos y ciegos. No entendemos su
idioma. Para apreciar el aroma de las flores es necesario hacer algo
más que detenerse. La flor contiene más que un dulce aroma o
fragancia. Exhala la gloria de su Creador. Estamos en contacto con
la revelación divina cuando somos concientes de la gloria de Dios
en la naturaleza. La naturaleza no es divina. Pero la gloria de Dios
llena la naturaleza y se nos revela en ella y por medio de ella.
Además de revelar su gloria indirectamente por medio de la
creación, Dios también se revela a sí mismo directamente a la
11
Las grandes doctrinas de la Biblia
mente humana. Esta revelación se llama la revelación general
inmediata.
El apóstol Pablo habla sobre la ley de Dios que ha sido
grabada en nuestros corazones (Romanos 2:12-16). Juan Calvino
habló de un sentido de lo divino que Dios implanta en la mente
de cada persona. Escribió:
Que existe en la mente humana, y por instinto natural, una
determinada percepción de la Deidad, no puede ser cuestión de
disputa, ya que Dios mismo... ha dotado a todos los hombres con
alguna idea de su Divinidad, la memoria de la cual constantemente
renueva y ocasionalmente expandel.
Las culturas en todas partes atestiguan la presencia de algún
tipo de actividad religiosa, confirmando así la naturaleza religiosa
incurable en el género humano. Los seres humanos son religiosos
en su parte más íntima. El carácter de dicha religión puede ser
crasamente idolátrico; pero hasta la idolatría, y en realidad espe-
cialmente la idolatría, nos brinda la evidencia de este cono-
cimiento innato que puede presentarse distorsionado pero nunca
obliterado.
En lo más profundo de nuestras almas sabemos que Dios
existe y que nos ha dado su ley. Intentamos reprimir este cono-
cimiento para eludir cumplir con los mandamientos de Dios. Pero
no importa cuánto tratemos, no podremos silenciar esta voz
interior. Puede ser amordazada pero no puede ser destruida.
La revelación general mediata
DIOS
La revelación general inmediata y mediata
Resumen
l. La gloria de Dios es evidente en todo lo que nos rodea. Ha
sido mediatizada por la creación de Dios.
2. Los seres humanos son religiosos por naturaleza.
3. Dios implanta en todos los seres humanos un conocimiento
innato de Él. En esto consiste la revelación general inmediata.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Salmo 19:1-14
Hechos 14:8-18
Hechos 17:16-34
Romanos 1:18-23
Romanos 2:14-15
La revelación general inmediata
lOS implanta un
sentido innato de Él
en los seres humanos.
Los seres humanos
Creación
Los seres humanos C-~)
12
Dios se revela a sí
mismo en el medio
de la creación
13
LA REVELACiÓN
ESPECIAL Y LA BIBLIA
Cuando Jesús fue tentado por Satanás en el desierto, reprendió al
demonio con estas palabras: "No sólo de pan vivirá el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4:4).
Históricamente, la iglesia se ha hecho eco de la enseñanza de Jesús
al afirmar que la Biblia es la vox Dei, la "voz de Dios" o el verbuni
Dei, la "Palabra de Dios". Llamar a la Biblia la Palabra de Dios
no significa sugerir que fue escrita por la propia mano divina de
Dios o que nos cayó del cielo en un paracaídas. La Biblia misma
dirige nuestra atención hacia muchos de sus escritores humanos.
Si estudiamos la Escritura diligentemente, notaremos que cada
uno de sus escritores humanos tiene su estilo literario propio, su
vocabulario, su énfasis especial, su perspectiva, y otras carac-
terísticas. Si la producción de la Biblia implicó el esfuerzo hu-
mano, ¿cómo es posible considerarla la Palabra de Dios?
A la Biblia se la llama la Palabra de Dios porque ella misma
declara, y la iglesia lo cree, que los escritores humanos no
escribieron simplemente sus propias opiniones, sino que sus
palabras fueron inspiradas por Dios. El apóstol Pablo escribe:
"Toda la Escritura es inspirada por Dios" (2 Timoteo 3:16). La
palabra inspiración es una traducción de la palabra griega que
significa "exhalado por Dios". Dios exhaló la Biblia. De la misma
manera que exhalamos el aire a través de nuestras bocas cuando
hablamos, así la Escritura es Dios hablando.
Aunque la Escritura llegó a nuestras manos de las plumas de
los autores humanos, la fuente originaria de la Escritura es Dios.
Por eso es que los profetas podían anteponer a sus palabras este
prefacio: "Así dijo el Señor". Por eso es que Jesús pudo decir: "Tu
palabra es verdad" (Juan 17:17), y "la Escritura no puede ser
quebrantada" (Juan 10:35).
La palabra inspiración también dirige nuestra atención al
proceso utilizado por el Espíritu Santo para supervisar la produc-
ción de la Escritura. El Espíritu Santo guió a los autores humanos
para que sus palabras no fueran otra cosa que la palabra de Dios.
No sabemos cómo supervisó Dios los escritos originales de la
Biblia. Pero la inspiración no implica que Dios dictó sus men-
15
Las grandes doctrinas de la Biblia
Resumén
Pasajes bíblicos para la reflexión
l. La inspiración es el proceso por el cual Dios ha exhalado su
palabra.
2. Dios es lafuente originaria de la Biblia.
3. Dios es el supervisor final de la Biblia.
4. Solamente los manuscritos originales de la Biblia no con-
tenían ningún error.
LA LEY
DE DIOS
Dios gobierna a su universo por la ley. La propia naturaleza
funciona bajo su gobierno providencial. Las así denominadas
leyes de la naturaleza son simples descripciones de la manera
normal que Dios tiene de ordenar su universo. Estas "leyes" son
expresiones de su voluntad soberana.
Dios no le rinde cuentas a ninguna ley fuera de sí mismo. No
existen normas cósmicas independientes que obliguen a Dios a
obedecerlas. Por el contrario, Dios es su propia ley. Esto
decir que Dios actúa de acuerdo con su propio carácter moral. SLn
propio carácter no es solo moralmente perfecto, sino que es el
patrón estándar de la perfección. Su acciones son perfectas porque
su naturaleza es perfecta, y Él siempre actúa de acuerdo con su
naturaleza. Por lo tanto, Dios nunca es arbitrario, caprichoso o
antojadizo. Siempre hace lo que es correcto.
Como criaturas de Dios, a nosotros también se nos exige que
hagamos lo que es correcto. Dios nos exige que vivamos una vida
de acuerdo a su ley moral, la cual nos ha revelado en la Biblia. La
ley de Dios es el estándar de justicia y la norma suprema para
juzgar el bien y el mal. Dios tiene la autoridad para imponernos
obligaciones, para exigir nuestra obediencia, y exigir el compro-
miso de nuestras conciencias, porque Él es nuestro soberano.
También tiene el poder y el derecho para castigar la desobediencia
cuando violamos su ley. (El pecado puede ser definido como la
desobediencia a la ley de Dios.)
Algunas leyes de la Biblia están directamente basadas en el
carácter de Dios. Estas leyes reflejan los elementos transculturales
y permanentes de las relaciones, tanto divinas como humanas.
Otras leyes obedecieron a condiciones pasajeras de la sociedad.
Esto significa que algunas leyes son absolutas y eternas, mientras
que otras pueden ser anuladas por Dios por razones históricas,
como las leyes ceremoniales y de dieta de Israel. Solo Dios puede
abolir dichas leyes. Los seres humanos nunca tienen la autoridad
para abolir la ley de Dios.
No somos autónomos. Es decir, no se nos permite vivir de
acuerdo con nuestra propia ley. La condición moral de la huma-
DIOS:::Autor Supremo
~ I
J Los seres humanos
~ t
La Biblia
Salmo 119
Juan 17:17
1 Tesalonicenses 2: 13
2 Timoteo 3:15-17
2 Pedro 1:20-2J
sajes a quienes escribieron la Biblia. El Espíritu Santo comunicó
las propias palabras de Dios por medio de los escritores humanos.
Los cristianos afirman la infalibilidad y la inerrabilidad de la
Biblia porque en última instancia Dios es el autor de la Biblia. Y
como es imposible que Dios inspire falsedades, su palabra debe
ser completamente cierta y confiable. Cualquier producto literario
preparado normalmente por los humanos es factible de contener
errores. Pero la Biblia no es un proyecto humano normal. Si la
Biblia ha sido inspirada y supervisada por Dios, entonces no
puede equivocarse.
Esto no significa que las traducciones de la Biblia con las que
contamos hoy en día no contengan errores, sino que los manuscri-
tos originales eran absolutamente correctos. Tampoco significa
que todas las afirmaciones contenidas en la Biblia sean verda-
deras. El escritor del libro de Eclesiastés, por ejemplo, declara que
"en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni
sabiduría" (Eclesiastés 9:1O).El escritor estaba escribiendo desde
una perspectiva de desesperación humana, y sabemos que su
afirmación no es verdadera a la luz de otras partes de la Escritura.
Pero hasta cuando nos revela los falsos razonamientos de un
hombre desesperado, la Biblia nos dice la verdad.
16 17
Las grandes doctrinas de la Biblia
nidad es la de heteronomía: vivimos bajo la ley de otro. La forma
específica de heteronomía bajo la cual vivimos es la teonomía, o
la ley de Dios.
Resumen
l. Dios gobierna al universo por leyes. La gravedad es un
ejemplo de las leyes de Dios para la naturaleza. La ley moral
de Dios está en los Diez Mandamientos.
2. Dios tiene la autoridad para imponer obligaciones a sus
criaturas.
3. Dios actúa de acuerdo a la ley de su propio carácter.
4. Dios nos revela su ley moral a nuestras conciencias y en la
Escritura.
5. Solo Dios tiene la autoridad para abolir sus leyes.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Exodo 20:1-17
Salmo 115:3
Mateo 5:17-20
Romanos 7:7-25
Gálatas 3:23-29
Autonomía» Auto nomos
Ley propia
Heteronomía= Hetera nomos
Ley de otro
Teonomíae Theo nomos
Ley de Dios
18
lOS PROFETAS
DE DIOS
Los profetas del Antiguo Testamento fueron personas llamadas
exclusivamente por Dios y a quienes Dios les entregó en forma
sobrenatural sus mensajes para que nos los entregaran. Dios habló
su palabra por medio de los labios y los escritos de los profetas.
La profecía implicaba tanto la predicción sobre el futuro (el
predecir) como la exhortación y la proclamación presente de la
palabra de Dios (el proclamar). Los profetas fueron dotados por
elEspíritu Santo para que sus palabras fueran las palabras de Dios.
Por eso es que los mensajes proféticos solían estar precedidos por
la expresión: "Así dice el Señor".
Los profetas fueron reformadores de la religión de Israel.
Llamaron al pueblo a volverse a la adoración pura y a la obedien-
cia a Dios. Aunque los profetas criticaron la manera como la
adoración judía muchas veces se había degenerado y se había
convertido en un simple ritual, no condenaron ni atacaron las
formas originales de adoración que Dios había encomendado a su
pueblo. Los profetas no fueron revolucionarios ni anarquistas
religiosos. Su tarea consistía en purificar, no en destruir; en
reformar, no en sustituir la adoración de Israel.
Los profetas también estaban profundamente preocupados
por la justicia y la equidad social. Eran la conciencia de Israel,
llamando al pueblo al arrepentimiento. También actuaron como
los defensores del pacto de Dios. Ellos "entregaron citaciones a
comparecer" a la nación ante eljuez divino por violar los términos
del pacto con Dios.
Los profetas hablaron con una autoridad divina porque Dios
los había llamado específicamente para ser sus voceros. El profeta
no era un cargo hereditario, ni tampoco eran elegidos para ocupar
dicha función. Las credenciales de los profetas la constituían el
llamado directo e inmediato de Dios unido al poder del Espíritu
Santo.
Los falsos profetas fueron constantemente un problema en
Israel. En lugar de transmitir los oráculos de Dios, relataban sus
propios sueños y opiniones ~diciéndoles a las personas única-
mente lo que ellas deseaban escuchar. Los verdaderos profetas
19
Las grandes doctrinas de la Biblia
fueron muchas veces perseguidos y rechazados por sus contem-
poráneos por rehusarse a comprometer la proclamación del con-
sejo de Dios.
Los libros de los profetas suelen dividirse en los libros de los
"profetas mayores" y los "profetas menores". Esta diferenciación
solo se refiere a la extensión de los escritos canónicos y no
constituye ninguna referencia a la mayor o menor importancia de
los profetas. Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel son conocidos
como los profetas mayores porque fueron los que más escribieron;
mientras que Amós, Oseas, Miqueas, Jonás, etc. son los profetas
menores porque sus libros son más pequeños.
Los apóstoles del Nuevo Testamento también tuvieron mu-
chas de las características de los profetas del Antiguo Testamento.
Los apóstoles junto con los profetas son llamados el fundamento
de la iglesia.
Resumen
1. Los profetas del Antiguo Testamento fueron agentes de la
revelación divina.
2. La profecía implicaba la predicción sobre el futuro y la
proclamación.
3. Los profetas fueron reformadores de la adoración y la vida
israelita.
4. Solo quienes habían sido llamados directamente por Dios
tenían la autoridad para ser sus profetas.
5. Los falsos profetas expresaban sus propias opiniones y le
manifestaban a la gente solo lo que esta deseaba escuchar.
6. La división en profetas mayores y menores es una diferencia
establecida en base a la extensión de sus escritos y no en base
a su importancia.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Deuteronomio 18:15-22
Isaías 6
Joe12:28-32
Mateo 7:15-20
Efesios 4:11-16
20
EL CANON DE
LA ESCRITURA
Comúnmente pensamos en la Biblia como un solo gran libro. En
realidad, es una pequeña biblioteca de sesenta y seis libros indi-
viduales. La reunión de estos libros constituye lo que llamamos
el canon de la sagrada Escritura. El término canon proviene de la
palabra griega que significa "vara de medir" °"metro", "están-
dar", o "norma". Históricamente, la Biblia ha sido siempre el
precepto autorizado para la fe y la práctica en la iglesia.
Con respecto a los libros incluidos en el Nuevo Testamento,
los católicos y los protestantes están de acuerdo. Sin embargo, los
dos grupos están en franco desacuerdo con lo que respecta a los
libros que deberían ser incluidos en el Antiguo Testamento. Los
católicos creen que los libros apócrifos deberían ser considerados
canónicos, mientras que el protestantismo piensa lo contrario.
(Estos libros apócrifos fueron escritos después que se completó
el Antiguo Testamento y antes que se comenzara a escribir el
Nuevo Testamento.) El debate con respecto a los libros apócrifos
se centra en el tema más amplio sobre qué fue considerado
canónico por la comunidad judía. Existe una contundente eviden-
cia que los libros apócrifos no estaban incluidos en el canon
palestino de los judíos. Por otro lado, parece ser que losjudíos que
vivían en Egipto habrían incluido a los libros apócrifos (traduci-
dos al griego) en el canon alejandrino. Hay pruebas más recientes,
sin embargo, que arrojan ciertas dudas a este respecto.
Algunos críticos de la Biblia aducen que la iglesia no contó
con una Biblia como tal hasta casi principios del siglo quinto. Pero
esto es una distorsión de todo el proceso de desarrollo canónico.
La iglesia se reunió en concilios en varias ocasiones durante los
primeros siglos para decidir sobre cuales libros pertenecían pro-
piamente al canon. El primer canon formal del Nuevo Testamento
fue creado por el hereje Marcia, quien produjo su propia versión
expurgada de la Biblia. Para combatir a este hereje, la iglesia se
vio obligada a declarar cuál era el contenido exacto del Nuevo
Testamento.
Aunque la gran mayoría de los libros que hoy en día están
incluidos en el Nuevo Testamento en su día claramente funciona-
21
Las grandes doctrinas de la Biblia
ron con autoridad canónica desde que fueron escritos, hubo algu-
nos pocos libros cuya inclusión en el canon del Nuevo Testamento
fue motivo de discusión. Estos fueron Hebreos, Santiago, la
segunda epístola de Pedro, la segunda y tercera epístola de Juan,
Judas, y Apocalipsis.
Existieron además varios libros que rivalizaron para obtener
esta posición canónica pero que no fueron incluidos. La gran
mayoría de estos eran obras espurias escritas por herejes gnósticos
del segundo siglo. Estos libros nunca recibieron una considera-
ción seria. (Este es un punto clave que los críticos suelen pasar
por alto cuando alegan que entre más de dos mil contendientes al
canon se eligieron solo veintisiete. Y luego preguntan: "¿No es
poco probable que se haya seleccionado a los veintisiete correc-
tos?") En realidad, son solo dos o tres libros los que no fueron
incluidos luego de haber sido seriamente considerados. Estos
fueron 1 Clemente, El Pastor de Hermas, y La Didaqué. Estos
libros no fueron incluidos en el canon de la Escritura porque no
habían sido escritos por los apóstoles, y sus propios autores recono-
cieron que su autoridad estaba subordinada a la de los apóstoles.
Algunos cristianos están preocupados por el hecho de que
haya habido un proceso histórico selectivo. Les molesta la pre-
gunta: ¿cómo es posible saber que el canon del Nuevo Testamento
incluye los libros que debería contener? La teología católica
tradicional contesta esta pregunta apelando a la infalibilidad de la
iglesia. La iglesia es vista entonces como "creando" el canon, y
tiene así la misma autoridad que la propia Escritura. El protestan-
tismo clásico niega el hecho de que la iglesia sea infalible y que
la iglesia "haya creado" el canon. La diferencia entre el catolicis-
mo y el protestantismo puede resumirse de la siguiente manera:
El punto de vista católico: El canon es una colección infalible de
libros infalibles.
El punto de vista protestante clásico: El canon es una colección
falible de libros infalibles.
El punto de vista crítico liberal: El canon es una colección falible
de libros falibles.
Si bien los protestantes creen que Dios en su providencia
ejerció su cuidado especial para asegurar que solo los libros
apropiados fueran incluidos, no convirtió a la iglesia en sí misma
22
El canon de la escritura
en infalible. Los protestantes, además, le recuerdan a los católicos
que la iglesia no "creó" al canon. La iglesia reconoció, aceptó,
recibió y se sujetó al canon de la Escritura. El término que la
iglesia utilizó en los concilios fue recipimus, "Recibimos".
¿Cuál fue el criterio utilizado para evaluar los libros? Las así
llamadas evidencias canónicas incluían las siguientes:
l. Los libros deberían contar con la autoría o el respaldo apos-
tólico.
2. Su autoridad debería haber sido recibida por la iglesia primi-
tiva.
3. Deberían estar en armonía con los libros de los cuales nadie
dudaba de su canonicidad.
Si bien en una etapa de su vida Martín Lutero cuestionó el
carácter canónico de Santiago, más adelante cambió de parecer.
No hay ninguna razón valedera para dudar de que los libros que
actualmente están incluidos en el canon del Nuevo Testamento no
son los que deberían estar allí.
Resumen
1. El término canon proviene del griego, y significa "norma" o
"estándar". Se utiliza la palabra canon para describir la lista
autorizada de libros que la iglesia reconoce como la sagrada
Escritura y, por ende, el "precepto" para su fe y su práctica.
2. Además de los sesenta y seis libros de la Biblia aceptados por
los protestantes, los católicos también aceptan a los libros
apócrifos como Escritura autorizada.
3. Para combatir la herejía, la iglesia reconoció la necesidad de
declarar a cuáles libros se les había reconocido su autoridad.
4. Hubo algunos libros cuya inclusión en el canon fue motivo
de disputa (Hebreos, Santiago, 2 Pedro, 2 y 3 Juan, Judas, y
Apocalipsis), y otros libros cuya inclusión fue considerada
pero que no fueron admitidos en el canon, entre los que se
encuentran 1 Clemente, El Pastor de Hermas, y La Didaqué.
5. La iglesia no creó al canon, simplemente reconoció a los
libros que tenían las evidencias canónicas y que por lo tanto
gozaban de autoridad dentro de la iglesia.
6. Las evidencias canónicas incluyen: (1) la autoría o el respaldo
apostólico, (2) que la autoridad de dichos libros haya sido
23
Las grandes doctrinas de la Biblia
reconocida por la iglesia primitiva, y (3) el estar en armonía
con los libros que sin ningún tipo de duda formaban parte del
canon.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Lucas 24:44-45
1 Corintios 15:3-8
2 Timoteo 3:16-17
2 Pedro 1:19-21
2 Pedro 3:14-16
24
INTERPRETANDO
LA BIBLIA
Cualquier documento escrito debe ser interpretado si ha de ser
entendido. Los Estados Unidos de América cuentan con nueve
individuos extremadamente capacitados cuya tarea diaria consiste
en interpretar la Constitución. Constituyen la Corte Suprema de
dicho país. El interpretar la Biblia es una tarea muchísimo más
solemne que interpretar la Constitución de los Estados Unidos de
América. Demanda mucho cuidado y diligencia.
La Biblia misma es su propia Corte Suprema. La regla prin-
cipal de la interpretación bíblica es "la sagrada Escritura es su
propio intérprete". Este principio significa que la Biblia ha de ser
interpretada por la Biblia. Un pasaje oscuro en la Escritura puede
ser aclarado por otro pasaje. Interpretar la Escritura con la Escri-
tura significa que no podemos enfrentar un pasaje de la Escritura
con otro pasaje. Cada texto debe ser entendido no solamente a la
luz de su contexto inmediato sino también a la luz del contexto de
la Escritura en su totalidad.
Además, entendido correctamente, el único método íegítrmo
y válido para interpretar la Biblia es el método de la interpretación
literal. Sin embargo, existe mucha confusión con respecto a la idea
de la interpretación literal. La interpretación literal, en un sentido
restringido, significa que hemos de interpretar a la Biblia tal como
ha sido escrita. Un sustantivo ha de ser tratado como un sustan-
tivo, lI0 verbo como un verbo. Significa que todas las formas
utilizadas en la escritura de la Biblia han de ser interpretadas de
acuerdo con las reglas normales que gobiernan dichas formas. La
poesía debe ser tratada como poesía. Los relatos históricos han de
ser tratados como historia. Las parábolas como parábolas, las
hipérboles como hipérboles, y así sucesivamente.
A este respecto, la Biblia ha de ser interpretada de acuerdo a
las normas que gobiernan la interpretación de cualquier libro. En
algunos sentidos la Biblia es muy distinta a cualquier libro que
jamás haya sido escrito. Sin embargo, en lo que tiene que ver con
su interpretación, ha de ser tratada como cualquier otro libro.
La Biblia no ha de ser interpretada de acuerdo con nuestros
deseos y prejuicios. Debemos encontrar lo que en realidad dice y
25
Las grandes doctrinas de la Biblia
cuidarnos de no forzar nuestros propios puntos de vista. El deporte
de los herejes es buscar el respaldo de la Escritura para las falsas
doctrinas que no tienen base alguna en el texto. Satanás mismo
citó a la Escritura de manera no válida para tentar a Cristo al
pecado (Mateo 4:1-11).
El mensaje básico de la Biblia en tan sencillo y claro que hasta
un niño lo puede comprender. Sin embargo, para entender ade-
cuadamente la carne de la Escritura se requiere de una cuidadosa
atención y estudio. Algunos de los temas abordados por la Biblia
son tan complejos y profundos que acaparan el esfuerzo perenne
del académico más especializado.
Existen algunos pocos principios de interpretación que son
básicos para cualquier estudio correcto de la Biblia. Entre ellos se
encuentran los siguientes: (1) Los relatos narrativos deben ser
interpretados a la luz de los pasajes "de enseñanza". Por ejemplo,
la historia de Abraham ofreciendo a Isaac en el monte de Moriah
parecería sugerir que Dios no sabía que la fe de Abraham era
verdadera. Pero las porciones didácticas de la Escritura reflejan
con claridad que Dios es omnisciente. (2) Lo implícito debe ser
siempre interpretado a la luz de 10 explícito; y nunca lo explícito
por lo implícito. En otras palabras, si un texto en particular parecer
implicar algo, no debemos aceptar como correcto lo que ese texto
implica si dicha interpretación se contrapone a una afirmación
explícita de otro lugar de la Escritura. (3) La leyes de lógica
gobiernan la interpretación bíblica. Si, por ejemplo, sabemos
que todos los gatos tienen cola, no podemos deducir que algu-
nos gatos no tienen cola. Si es cierto que algunos gatos no tienen
cola, entonces no puede ser igualmente cierto que todos los
gatos tienen cola. No se trata de un mero asunto de las leyes
técnicas de la inferencia; se trata de un asunto de sentido
común. Sin embargo, la gran mayoría de las interpretaciones
erróneas de la Biblia han sido provocadas por deducciones no
legítimas de la Escritura.
Resumen
l. La Biblia es su propio intérprete.
2. Debemos interpretar la Biblia literalmente -como ha sido
escrita.
3. La Biblia debe ser interpretada como cualquier otro libro.
26
Interpretando la Biblia
4. Las partes oscuras de la Biblia deben ser interpretadas a la luz
de las partes más claras.
5. Lo implícito debe ser interpretado a la luz de lo explícito.
6. Las leyes lógicas gobiernan todo lo que pueda ser razonable-
mente deducido o concluido a partir de la Escritura.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Hechos 15:15-16
Efesios 4:11-16
2 Pedro 1:16-21
2 Pedro 3:14-18
27
LA INTERPRETACiÓN
PRIVADA
Dos de los grandes legados de la Reforma fueron el principio de
la interpretación privada y la traducción de la Biblia al lenguaje
común del pueblo. El mismo Lutero trajo este tema a la luz.
Cuando Lutero se apareció frente a la Dieta de Worms (un concilio
que lo estaba acusando de herejía por causa de su enseñanza),
declaró:
Si no se me convence con las Escrituras y claras razones -pues yo
no acepto la autoridad ni del Papa ni de los concilios exclusi-
vamente, ya que con frecuencia se han contradicho entre sí- mi
conciencia está prisionera de la Palabra de Dios. Por tanto, no
puedo ni quiero retractarme, porque hacer algo contra la concien-
cia no tranquiliza ni estaría bien. Dios mío, ayúdame. Amén
1
.
La declaración de Lutero, y su subsiguiente traducción de la
Biblia a su lengua materna, tuvo dos consecuencias. Primero, le
retiró a la iglesia católica el derecho exclusivo de interpretación.
A partir de entonces el pueblo no estaría a la merced de la doctrina
de la iglesia, teniendo que aceptar la autoridad de la enseñanza
tradicional o la de la iglesia en igualdad de condiciones que la
Palabra de Dios. Segundo, puso la interpretación en manos del
pueblo. Este cambio ha sido más problemático. Condujo a los
mismos excesos que la iglesia católica quería prevenir -la inter-
pretación subjetiva del texto que se aparta de la fe cristiana
histórica.
El subjetivismo ha sido el gran peligro de la interpretación
privada. Sin embargo, el principio de interpretación privada no
significa que el pueblo de Dios tiene derecho a interpretar la Biblia
como se le antoje. El "derecho" a interpretar la Escritura va junto
con la responsabilidad para interpretarla correctamente. Los cre-
yentes tienen la libertad para descubrir las verdades de la Escri-
tura, pero no están libres para fabricar sus propias verdades. Los
creyentes han sido llamados para entender los principios válidos
de interpretación y para evitar el peligro de subjetivismo.
Al buscar un entendimiento objetivo de la Escritura no esta-
mos reduciendo la Escritura a algo frío, abstracto y carente de
29
Las grandes doctrinas de la Biblia
vida. Lo que estamos buscando es entender lo que dice la Palabra
en el contexto, antes de encaminarnos a la tarea igualmente
necesaria de ponerla en práctica en nuestras vidas. Una afirmación
en particular puede tener numerosas aplicaciones personales po-
sibles, pero solo puede tener un significado correcto. El derecho
a interpretar la Escritura lleva consigo la obligación de interpre-
tarla con exactitud. La Biblia no es una estatua de cera que puede
ser moldeada y a la que puede darse la forma que mejor convenga
a las opiniones del intérprete.
Resumen
1. La Reforma le brindó a la iglesia una traducción de la Biblia
en el lenguaje común del pueblo, y le otorgó a cada creyente
el derecho y la responsabilidad de la interpretación privada.
2. La tradición de la iglesia, si bien puede servir como una guía
instructiva, no tiene la misma autoridad que la Escritura.
3. La interpretación privada no es una licencia para el subjeti-
visrno.
4. El principio de interpretación privada lleva consigo la obli-
gación de buscar la interpretación correcta de la Biblia.
5. Cada texto bíblico tiene múltiples aplicaciones, pero un solo
significado correcto.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Nehemías 8:8
2 Timoteo 2:15
2 Timoteo 3:14-17
Hebreos 1:1-4
2 Pedro 1:20-21
30
Le& n<8l,ltuJI&leza 'y l([})§
~tJri1but(())§ de Di((J)§
LA INCOMPRENSIBILIDAD
DE DIOS
Durante un seminario en los Estados Unidos, un estudiante le
preguntó al teólogo suizo Karl Barth: "Dr. Barth, ¿cuál ha sido lo
más profundo que usted ha aprendido en su estudio de la teolo-
gía?" Barth pensó por un momento y luego contestó: "Cristo me
ama, bien lo sé, en la Biblia dice así". Los estudiantes se rieron
de su respuesta tan simplista, pero su risa se tornó algo nerviosa
cuando pronto advirtieron que Barth lo había dicho muy en serio.
Barth dio una respuesta sencilla a una pregunta muy profunda.
Al hacerlo estaba llamando la atención a por lo menos dos
nociones fundamentalmente importantes. (1) En la más sencilla
de las verdades cristianas reside una profundidad que puede
ocupar las mentes de las personas más brillantes durante toda su
vida. (2) Que aun dentro de la sofisticación teológica más acadé-
mica nunca nos podremos elevar más allá del entendimiento de
un niño para comprender las profundidades misteriosas y las
riquezas del carácter de Dios.
Juan Calvino utilizó otra analogía. Dijo que Dios nos habla
como si estuviera balbuceando. De la misma manera que los
padres les hablan a sus hijos recién nacidos imitando el balbuceo
de los bebés, así Dios cuando desea comunicarse con los mortales
debe condescenderse y hablarnos con balbuceos.
Ningún ser humano tiene la capacidad para entender a Dios
exhaustivamente. Existe una barrera infranqueable que impide un
entendimiento completo y exhaustivo de Dios. Somos seres fini-
tos; Dios es un ser infinito. Y ahí radica el problema. ¿Cómo puede
algo que es finito comprender a algo que es infinito? Los teólogos
medioevales tenían una frase que se ha convertido en un axioma
dominante en cualquier estudio de teología. "Lo finito no puede
aprehender (o contener) a lo infinito." No hay nada que resulte
más obvio que esto, que un objeto infinito no puede ser introdu-
cido dentro de un espacio finito.
Este axioma contiene una de las doctrinas más importantes
del cristianismo ortodoxo. Se trata de la doctrina de la incompren-
sibilidad de Dios. Este término puede no ser bien entendido.
Puede sugerir que como lo finito no puede "aprehender" a lo
33
Las grandes doctrinas de la Biblia La incomprensibilidad de Dios
infinito, entonces es imposible llegar a conocer nada sobre Dios.
Si Dios está más allá del entendimiento humano, ¿no sugiere eso
que toda discusión religiosa no es más que mero palabrería
teológico y que entonces, como mucho, solo nos queda un altar a
un Dios desconocido?
Por supuesto que esto no es la intención. La incomprensibili-
dad de Dios no significa que no sabemos nada sobre Dios. En
realidad significa que nuestro conocimiento será parcial y limita-
do, que nunca podremos alcanzar el conocimiento total y exhaus-
tivo de Dios. El conocimiento que Dios nos da sobre sí mismo
mediante la revelación es verdadero y útil. Podemos conocer a
Dios en la medida que Él decida revelarse a sí mismo. Lo finito
puede "aprehender" a lo infinito, pero lo finito no podrá nunca
contener a lo infinito en sus manos. Siempre habrá algo más de
Dios que lo que podamos aprehender.
La Biblia expresa esto mismo de esta manera: "Las cosas
REVELADO
= El aspecto secreto de Dios
= El aspecto revelado de Dios
1. Hasta las verdades cristianas más sencillas contienen un
profundo significado.
2. Independientemente de lo profundo que pueda ser nuestro
conocimiento teológico, siempre habrá mucho sobre la natu-
raleza y el carácter de Dios que seguirá siendo un misterio
para nosotros.
3. Ningún ser humano puede tener un conocimiento exhaustivo
sobre Dios.
4. La doctrina de la incomprensibilidad de Dios no significa que
no podemos llegar a conocer nada sobre Dios. Significa que
nuestro conocimiento está restringido, limitado por nuestra
humanidad.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Job 38:1-41:34
Salmo 139:1-18
Isaías 55:8-9
Romanos 11:33-36
1 Corintios 2:6-16
secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son
para nosotros y para nuestros hijos para siempre" (Deuteronomio
29:29). Martín Lutero hizo referencia a los dos aspectos de Dios
-el secreto y el revelado. Una porción del conocimiento divino
permanece oculta a nuestros ojos. Trabajamos a la luz de lo que
Dios nos ha revelado.
Resumen
iNFINITO
8 Lo finito no puede contener a lo
infinito.
34 35
LA TRIPLE UNIDAD
DE DIOS
La doctrina de la Trinidad nos resulta difícil y confusa. A veces
hasta se ha pensado que el cristianismo enseña la noción absurda
de que 1+1+1=1. Resulta claro que esta es una ecuación falsa. El
término Trinidad describe una relación de un Dios que es tres
personas, y no una relación entre tres dioses. La Trinidad no
significa un triteísmo, es decir, que hay tres seres que en su
conjunto conforman un Dios. La palabra Trinidad se utiliza como
un esfuerzo para definir la plenitud de la Deidad en términos de
su unidad y su diversidad.
La formulación histórica de la Trinidad es que Dios es uno en
esencia y tres en persona. Aunque esta fórmula es misteriosa y
paradójica, no conlleva de modo alguno una contradicción. Con
respecto a la esencia o el ser, se afirma la unidad de la Deidad;
con respecto a la persona, se expresa la diversidad de la Deidad.
Si bien el término Trinidad no se encuentra en la Biblia, el
concepto aparece en ella con claridad. Por un lado la Biblia declara
de manera contundente la unidad de Dios (Deuteronomio 6:4).
Por otro lado, la Biblia declara con claridad el carácter plenamente
divino de las tres personas de la Deidad: el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo. La iglesia ha rechazado las herejías del modalismo
y el triteísmo. El modalismo niega la diferencia que existe entre
las personas de la Deidad, afirmando que el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo son distintas maneras en que Dios se expresa a sí
mismo. El triteísmo, por otro lado, falsamente afirma que existen
tres seres que juntos constituyen a Dios.
El término persona no significa una diferencia en esencia sino
una subsistencia diferente en la Deidad. Una subsistencia en la
Deidad constituye una diferencia real pero no es una diferencia
esencial, en cuanto a una diferencia en el ser. Cada persona
subsiste o existe "bajo" la pura esencia de lo divino. La subsisten-
cia es una diferencia dentro del mismo ser, no un ser o una esencia
separada. Todas las personas de la Deidad comparten todos los
atributos divinos.
También hay una diferencia en la función desarrollada por
cada miembro de la Trinidad. El trabajo de la salvación es en cierto
37
Las grandes doctrinas de la Biblia
sentido compartido por las tres personas de la Trinidad. Sin
embargo, con respecto a la manera de actuar, el Padre, el Hijo y
el Espíritu Santo operan de distinta forma. El Padre es quien inicia
la creación y la redención; el Hijo es quien redime a la creación;
y el Espíritu Santo regenera y santifica, operando la redención en
los creyentes.
La Trinidad no se refiere a las partes de Dios, ni siquiera a los
roles. Las analogías humanas, como las de un hombre que es un
padre, un hijo y un esposo, son insuficientes para reflejar el
misterio de la naturaleza de Dios.
La doctrina de la Trinidad no explica completamente el
carácter misterioso de Dios. En realidad lo que hace es fijar los
límites que no debemos trasponer. Define los límites de nuestra
reflexión finita. Nos ordena ser fieles a la revelación bíblica de
que Dios es uno en un sentido y tres en otro sentido.
Resumen
1. La doctrina de la Trinidad afirma la triple unidad de Dios.
2. La doctrina de la Trinidad no es una contradicción: Dios es
uno en esencia y tres en persona.
3. La Biblia declara tanto la unicidad de Dios como el carácter
divino del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
4. La Trinidad se distingue por la obra asumida por el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo.
S. La doctrina de la Trinidad fija los límites de la especulación
humana con respecto a la naturaleza de Dios.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Deuteronomio 6:4
Mateo 3:16-17
Mateo 28:19
2 Corintios 13:14
1 Pedro 1:2
38
LA PREEXISTENCIA
DE DIOS
Cuando la Biblia declara que Dios es el Creador del universo nos
está señalando que Dios mismo no ha sido creado. Existe una
diferencia crucial entre el Creador y la creación. La creación tiene
el sello del Creador y es testigo de su gloria. Pero esta creación
nunca será digna de adoración. No es suprema.
Es imposible que algo se cree a sí mismo. El concepto de la
autocreación es una contradicción de palabras, es una afirmación
carente de sentido. Le solicito al lector que se detenga y reflexione
un poco. Nada puede autocrearse. Ni siquiera Dios puede crearse
a sí mismo. Para que Dios se creara a sí mismo debería haber sido
antes que Él. Ni siquiera Dios puede hacer eso.
Todo efecto debe tener una causa. Esto es cierto por defini-
ción. Pero Dios no es un efecto. Él no tiene principio y por lo tanto
no tiene ninguna causa precedente. Él es eterno. Él siempre ha
sido o es. Él tiene, dentro de sí mismo, el poder de ser. No necesita
de ninguna ayuda de recursos externos para seguir existiendo.
Esto es lo que significa la idea de la preexistencia. Reconocemos
que se trata de un concepto elevado y tremendo. No conocemos
nada que se le parezca. Todo lo que percibimos en nuestro marco
de referencia es dependiente y ha sido creado. No podemos
entender cabalmente algo que sea preexistente.
Pero solo porque sea imposible (por definición) que una criatura
sea preexistente no significa que sea imposible que el Creador sea
preexistente. Dios, como nosotros, no puede crearse a símismo. Pero
Dios, a diferencia de nosotros, puede ser preexistente. En realidad
esto constituye la esencia misma de la diferencia que existe entre el
Creador y la creación. Esto es lo que lo convierte en el Ser Supremo
yen 1afuente de todos los demás seres.
El concepto de preexistencia no viola ninguna ley racional,
lógica o científica. Es una noción racional válida. Por el contrario, el
concepto de la autocreación viola la más básica de todas las leyes
racionales, lógicas y científicas -la ley de la no contradicción. La
preexistencia es un concepto racional; la autocreación es irracional.
La noción de que algo sea preexistente no es solo racional-
mente posible, es racionalmente necesaria. Nuevamente, la razón
39
Las grandes doctrinas de la Biblia
exige que si algo es, entonces debe haber algo q~e conteng~ dentro
de sí mismo la capacidad de ser. De lo contrano no habna nada.
Si no hubiese algo que existiera en sí mismo, nada podría existir.
Posiblemente la pregunta más antigua y más profunda sea:
.Por qué hay algo en vez de nada? Una respuesta necesaria para
~l menos parte de la pregunta es porque Dios existe. Dios exis~e
en sí mismo eternamente. Es el origen y la fuente del ser. Solo El
tiene, dentro de sí mismo, el poder de ser. Pablo declara ~ue
nuestra propia existencia depende del poder del ser de DlOS:
"Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos" (Hechos 17:28).
Resumen
1. Todo efecto debe tener una causa.
2. Dios no es un efecto; Dios no tiene causa.
3. La autocreación es un concepto irracional.
4. La preexistencia es un concepto racional. .
5. La preexistencia no es solamente posible sino que es racio-
nalmente necesaria.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Salmo 90:2
Juan 1:1-5
Hechos 17:22-31
Colosenses 1:15-20
Apocalipsis 1:8
40
LA OMNIPOTENCIA
DE DIOS
A todos los teólogos, tarde o temprano, un estudiante les planteará
una pregunta que resulta ser un rompedero de cabeza. Esta pre-
gunta tan antigua es la siguiente: ¿puede Dios crear una roca tan
grande que no la pueda mover? A primera vista esta pregunta
parece crear un cerco que encierra al teólogo en un dilema sin
solución. Si contestamos que sí, entonces estamos diciendo que
hay algo que Dios no puede hacer; no puede mover la roca. Si
contestamos que no, entonces estamos diciendo que Dios no
puede construir dicha roca. Cualquiera sea la respuesta que demos
estamos forzados a establecerle límites al poder de Dios.
Este problema se asemeja a otro: ¿qué sucede cuando una
fuerza irresistible se enfrenta con un objeto inamovible? Es posi-
ble concebir una fuerza irresistible. También es posible concebir
un objeto inamovible. Lo que nos resulta imposible de concebir
es la coexistencia de ambos. Si una fuerza irresistible se enfrentara
con un objeto inamovible y el objeto se moviera, entonces no
podría ser con propiedad llamado inamovible. Si el objeto no se
moviera, entonces nuestra fuerza "irresistible" no podría ser llamada
con propiedad irresistible. Vemos, entonces, que la realidad no puede
contener a ambos -una fuerza irresistible y un objeto inamovible.
Volvamos ahora al tema de la roca inamovible. El dilema que
se plantea aquí (como en el caso de la fuerza irresistible) es un
falso dilema. Es falso porque se funda sobre una premisa falsa.
Está suponiendo que la "omnipotencia" significa que Dios puede
hacer cualquier cosa. Sin embargo, considerado como un término
teológico, la omnipotencia no significa que Dios pueda hacer
cualquier cosa. La Biblia nos señala varias cosas que Dios no
puede hacer. No puede mentir (Hebreos 6: 18). No puede morir.
No puede ser eterno y a la vez haber sido creado. No puede actuar
en contra de su naturaleza. No puede ser Dios y no ser Dios al
mismo tiempo y en el mismo sentido.
La omnipotencia significa que Dios tiene el poder sobre su
creación. No hay ninguna parte de la creación fuera del alcance
de su control soberano. Por lo tanto, hay una respuesta correcta al
dilema de la roca. El problema tiene solución. La respuesta es no.
41
Las grandes doctrinas de la Biblia
Dios no puede construir una roca tan grande imposible de mover.
¿Por qué? Si Dios construyera dicha roca estaría creando algo
sobre lo que no podría ejercer su poder. Estaría destruyendo su
propia omnipotencia. Dios no puede dejar de ser Dios; no puede
no ser omnipotente.
Cuando la Virgen María se vio confundida por la anunciación
de Gabriel sobre la concepción de Jesús en su vientre, el ángel le
dijo: "porque nada hay imposible para Dios" (Lucas 1:37). El
ángel le estaba recordando a María la omnipotencia de Dios. Creo
que hasta los ángeles son capaces de usar hipérboles. En un
sentido restringido, el ángel estaba expresando una teología inco-
rrecta. Pero en un sentido bíblico más amplio entendemos que el
poder de Dios supera al de la criatura. Lo que para nosotros es
imposible para Dios es posible. Decir que nada es imposible para
Dios significa que Dios puede hacer cualquier cosa que sea su
voluntad. Su poder no está limitado por limitaciones finitas. Nada
o "ninguna cosa" puede restringir su poder. Sin embargo, su poder
todavía está limitado por lo que él es. El pecado le es imposible
porque uno no puede pecar si no lo desea. Dios no puede pecar
porque nunca tendrá la voluntad de pecar. Job llegó al meollo de
este asunto cuando dijo: "Yo conozco que todo lo puedes, y que
no hay pensamiento que se esconda de ti" (Job 42:2).
Para el cristiano la omnipotencia de Dios es una enorme
fuente de consuelo. Sabemos que el mismo poder que Dios
desplegó al crear el universo está a su disposición para asegurar-
nos la salvación. Demostró su poder en el Éxodo de Egipto.
Demostró su poder sobre la muerte en la resurrección de Cristo.
Sabemos que ninguna parte de la creación puede frustrar sus
planes para el futuro. No hay moléculas perdidas al azar en el
universo que puedan destruir sus planes. Aunque los poderes y las
fuerzas de este mundo amenacen con destruirlos, no tenemos por qué
temer. Podemos descansar confiados en el conocimiento de que nada
puede superar el poder de Dios. Dios es el Todopoderoso.
Resumen
l. La omnipotencia no significa que Dios puede hacer cualquier
cosa. Dios no puede actuar en contra de su naturaleza.
2. La omnipotencia se refiere al poder, la autoridad y el control
soberano que Dios ejerce sobre el orden creado.
42
La omnipotencia de Dios
3. La omnipotencia es una amenaza para los malvados, y es una
fuente de consuelo para los creyentes.
4. El mismo poder que Dios exhibió en la creación lo demostró
en nuestra redención.
5. No existe nada en el universo que pueda desbaratar los planes
de Dios.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Génesis 17:l
Salmo 115:3
Romanos 11:36
Efesios 1:11
Hebreos 1:3
43
LA OMNIPRESENCIA
DE DIOS
La proyección astral es una fantasía. Hay personas que dicen que
pueden abandonar sus cuerpos y viajar a California o a la India y
regresar sin utilizar trenes, aviones o barcos; pero cuando hacen
estas afirmaciones, se han engañado a sí mismos o están engañan-
do a otros. Incluso si el alma o el espíritu de una persona pudiera
"proyectarse" de esta manera para peregrinar por el mundo,
dichos viajes solo podrían incluir una parada por vez. Nuestros
espíritus humanos son espíritus finitos y no pueden, ni nunca
podrán, ser capaces de estar en más de un lugar al mismo tiempo.
Solo un Espíritu infinito tiene la capacidad de la omnipresencia.
Cuando hablamos de la omnipresencia de Dios queremos
decir que su presencia está en todo lugar. No hay ningún lugar
donde Dios no esté. Sin embargo, como espíritu, Dios no ocupa
ningún lugar, en el sentido que los objetos físicos ocupan el
espacio. No tiene cualidades físicas que puedan ocupar el espacio.
La clave para entender esta paradoja es pensar en términos de otra
dimensión. La barrera que existe entre Dios y nosotros no es una
barrera de espacio o tiempo. Encontrarse con Dios no implica un
"lugar" adonde ir o un "momento" donde transcurrir. Estar en la
presencia inmediata de Dios es traspasar el umbral de otra dimen-
sión.
Hay otro segundo aspecto relacionado con la omnipresencia
de Dios que solemos soslayar. La partícula "ornni" se refiere no
solo a los lugares donde Dios está, sino a cuánto de Dios está en
un determinado lugar. Dios no solo está presente en todo lugar
sino que Dios está plenamente presente en todo lugar. A esta
característica se la llama su Inmensidad. Los creyentes en Nueva
York disfrutan de la plenitud de la presencia de Dios mientras que
los creyentes en Moscú también disfrutan de la misma presencia.
Su Inmensidad no se refiere, entonces, a su tamaño, sino a su
capacidad para estar plenamente presente en todo lugar.
La doctrina sobre la omnipresencia de Dios nos llena de
asombro. Esta doctrina engendra reverencia en nosotros, pero
además nos sirve de consuelo. Siempre podemos estar seguros de
la atención exclusiva de Dios. No tenemos necesidad de hacer una
45
Las grandes doctrinas de la Biblia
fila o solicitar una entrevista para estar con Dios. Cuando estamos
en la presencia de Dios, Dios no está preocupado por los aconte-
cimientos que están sucediendo del otro lado del planeta; Esta
doctrina, sin embargo, no es ningún consuelo para los no creyen-
tes. No hay ningún lugar donde puedan esconderse de Dios. No
hay ningún rincón en el universo donde Dios no esté. Los malva-
dos en el infierno no están separados de Dios, están separados de
su benevolencia. La ira de Dios los acompaña constantemente.
David, que muchas veces alabó la gloria de la omnipresencia
de Dios en los salmos, nos da un resumen poético de esta doctrina:
¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Ya dónde huiré de tu
presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol
hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba
y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y
me asirá tu diestra. (Salmo 139:7-10)
Resumen
l. Solo un Espíritu infinito puede ser omnipresente.
2. Dios no está limitado por el tiempo ni por el espacio. Su Ser
trasciende el tiempo y el espacio.
3. La omnipresencia de Dios incluye su Inmensidad, que le
permite estar presente en su plenitud en todos los tiempos y
en todos los lugares.
4. La omnipresencia de Dios es un consuelo para el creyente y
un motivo de terror para el no creyente.
Pasajes bíblicos para la reflexión
1 Reyes 8:27
Job 11:7-9
Jeremías 23:23-24
Hechos 17:22-31
46
LA OMNISCIENCIA
DE DIOS
Mi primer recuerdo sobre el concepto de omnisciencia está rela-
cionado con mi entendimiento infantil sobre Papá Noel. Me
dijeron que "estaba haciendo una lista y verificándola". También
pensé en el conejillo de Pascuas que vivía en nuestra buhardilla
(fuera de temporada) y que podía vigilarme todo el tiempo.
La palabra omnisciencia significa "tener todo (omni) conoci-
miento (ciencia)". Es un término que solo puede ser apropiada-
mente aplicado a Dios. Únicamente un ser que es infinito y eterno
es capaz de conocer todo. El conocimiento de una criatura finita
estará siempre limitado por un ser finito.
Dios, siendo infinito, es capaz de ser conciente de todas las
cosas, de entender todas las cosas y de comprender todas las cosas.
Nunca aprende nada ni adquiere nuevos conocimientos. El futuro
así como el pasado y el presente le son completamente conocidos.
Nada lo puede sorprender.
Como el conocimiento de Dios supera ampliamente
nuestro conocimiento (es de un tipo más elevado), algunos
cristianos creen que su pensamiento es de un tipo radical-
mente distinto al nuestro. Por ejemplo, para Jos cristianos se
ha convertido en un lugar común el afirmar que Dios opera
con una lógica distinta a la nuestra. Este concepto es muy
conveniente cuando encallamos en nuestra teología. Si nos
encontramos afirmando ambos polos de una contradicción,
podemos aliviar la tensión apelando a un orden de lógica de
Dios distinta a la nuestra. Podemos decir con total tranqui-
lidad: "Esto nos puede resultar contradictorio, pero no es
contradictorio en la mente de Dios".
Este tipo de razonamiento es fatal para el cristianismo. ¿Por
qué? Si Dios tiene un orden de lógica diferente, por el cual lo que
para nosotros es contradictorio para Él es lógico, entonces no
tenemos ninguna razón para confiar en ninguna palabra de la
Biblia. Cualquier cosa que nos dijera la Biblia podría significar
exactamente lo contrario para Dios. En la mente de Dios hasta el
mal y el bien podrían no ser contrarios, y el Anticristo podría hasta
llegar a ser el Cristo.
47
Las grande,s doctrinas de la Biblia
El conocimiento superior de Dios le permite resolver miste-
rios que a nosotros nos deslumbran. Pero esto está apuntando a
una diferencia en el grado del conocimiento de Dios, ha a una
diferencia en el tipo de lógica que Él utiliza. Como Dios es
racional, ni siquiera Él puede reconciliar las contradicciones.
La omnisciencia de Dios asimismo proviene de su omnipo-
tencia. Dios no conoce todas las cosas por el simple hecho que Él
ha aplicado su intelecto superior a un estudio diligente del univer-
so y de todo su contenido. En realidad, Dios conoce todas las cosas
porque Él las ha creado y por su voluntad existen. Como Soberano
del universo, Dios controla al universo. Si bien algunos teólogos
han intentado separar estas dos cosas, sería imposible que Dios
conociera todo si no controlara todo, y sería igualmente imposible
que Dios controlara todo si no conociera todo. Así como sucede
con todos los demás atributos de Dios, son interdependientes, las
dos partes necesarias para un todo.
La omnisciencia de Dios, del mismo modo que su omnipo-
tencia y su omnipresencia, también se da con respecto al tiempo.
El conocimiento de Dios es absoluto en el sentido que Dios
siempre tiene conciencia de todas las cosas. El intelecto de Dios
es distinto al nuestro en que Él no tiene que "acceder" a la
información, como un computador accede y abre un archivo.
Todo tipo de conocimiento está siempre directamente delante de
Dios.
El conocimiento de Dios de todas las cosas es una espada de
doble filo. Para el creyente este pensamiento le brinda seguridad
-Dios mantiene el control, Dios comprende. A Dios no lo
confunden los problemas que nos confunden a nosotros. Para el
no cristiano, sin embargo, esta doctrina vuelve a enfatizar el hecho
de que las personas no pueden esconderse de Dios. Sus pecados
están expuestos. Como Adán, procuran esconderse. Sin embargo,
no hay ningún rincón en el universo fuera del alcance de la mirada
de Dios, de su amor y de su ira.
La omnisciencia de Dios es también una parte crucial de la
promesa de Dios de traer la justicia a este mundo. Antes de que
un juez pueda dar su veredicto justo es necesario que esté al
corriente de todos los hechos. No hay ninguna evidencia que
pueda ser encubierta del escrutinio de Dios. Cualquier circunstan-
cia atenuante será conocida por Dios.
48
La omnisciencia de Dios
Resumen
1. Omnisciencia significa "todo conocimiento".
2. Únicamente un Ser infinito puede poseer un conocimiento
infinito.
3. Dios tiene un grado de conocimiento superior al de sus
criaturas, pero se trata del mismo orden de lógica.
4. El atribuirle a Dios un tipo distinto de lógica es fatal para el
cristianismo.
5. La omnisciencia de Dios se basa en su carácter infinito y en
su omnipotencia.
6. La omnisciencia de Dios es crucial para el papel que desem-
peña como Juez de este mundo.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Salmo 147:5
Ezequiel 11:5
Hechos 15:18
Romanos 11 :33-36
Hebreos 4:13
49
LA SANTIDAD
DE DIOS
La primera oración que aprendí siendo un niño fue la sencilla
oración de agradecimiento frente a los alimentos: "Dios es grande;
Dios es bueno. Y le agradecemos estos alimentos". Supongo que
esta oración debería de rimar. Al menos, rimaba cuando la redtaba
mi abuela que pronunciabajoozí ("alimentos") de manera tal que
rimara con good ("bueno").
Estas dos virtudes asignadas a Dios en esta oración, la gran-
deza y la bondad, están comprendidas en una sola palabra bíblica,
la santidad. Cuando hablamos de la santidad de Dios, estamos
muy acostumbrados a asociarla casi exclusivamente con la pureza
y la justicia de Dios. Sin duda que la idea de santidad contiene
dichas virtudes, pero no constituyen el significado principal de la
santidad.
La palabra bíblica santo tiene dos significados distintos. El
significadoprincipal es "lo apartado" o "lo otro". Cuando decimos
que Dios es santo, estamos llamando la atención a la profunda
diferencia que existe entre Él y todas las demás criaturas. Se
refiere a la majestad trascendente de Dios, a su augusta supe-
rioridad, en virtud de la cual Él es digno de todo nuestro honor,
nuestra reverencia, nuestra adoración y nuestra alabanza. Él es
"otro", o es distinto a nosotros en su gloria. Cuando la Biblia habla
de objetos santos, o de un pueblo santo, o de un tiempo santo, se
refiere a objetos que han sido apartados, consagrados o hechos
diferentes por la mano de Dios. El suelo que pisaba Moisés frente
a la zarza que ardía era suelo santo porque Dios estaba allí,
presente de una manera muy especial. Era la cercanía de lo divino
que convertía a lo ordinario súbitamente en algo extraordinario,
y a lo cotidiano en algo fuera de lo común.
El segundo significado de santo se refiere a las acciones puras
yjustas de Dios. Dios hace lo que está bien. Nunca hace algo que
esté mal. Dios siempre actúa de manerajusta porque su naturaleza
es santa. Podemos entonces diferenciar la justicia interna de Dios
(su naturaleza santa) de la justicia externa de Dios (sus acciones).
Como Dios es santo, es grande y bueno al mismo tiempo. No
hay maldad entremezclada con su bondad. Cuando somos llama-
Las grandes doctrinas de la Biblia
dos a ser santos, no significa que hemos de compartir la majestad
divina de Dios, sino que hemos de apartarnos de nuestra pec.aml-
nosidad normal como caídos. Hemos sido llam.ad~s a reflejar el
carácter moral y la actividad de Dios. Hemos de umtar su bondad.
LA BONDAD
DE DIOS
Pasajes bíblicos para la reflexión
Éxodo 3:1-6
1 Samuel 2:2
Salmo 99: 1-9
Isaías 6:1-13
Apocalipsis 4:1-11
Hemos sido llamados a ser santos -a ret1ejar la justicia y la
pureza de Dios.
Resumen
La santidad tiene dos significados: (1) "lo otro" o "lo apar-
tado", y (2) "las acciones puras Yjustas".
1.
2.
SANTO
1. Lo otro (majestad)
= 2. Pureza (justicia)
Quizás uno de los momentos más divertidos de esta vida sea
cuando observamos como un pequeño perro o gato persiguen su
propia sombra. En vano tratan de alcanzarla. Cuando se mueven,
su sombra se mueve con ellos. Esto no sucede en el caso de Dios.
Santiago nos dice: "Toda buena dádiva y todo don perfecto
desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay
mudanza, ni sombra de variación" (Santiago 1:17).
Dios nunca cambia. En Él no hay "sombra de variación". Esto
no está únicamente sugiriendo que Dios es inmaterial y que por
lo tanto es incapaz de tener una sombra, sino que asimismo nos
dice que Dios no tiene un "lado sombrío" en un sentido figurativo
o moral. Las sombras sugieren oscuridad, y en términos espiritua-
les la oscuridad sugiere maldad. Como no hay maldad en Dios,
tampoco hay ningún indicio de oscuridad en Él. Él es el Padre de
las luces.
Cuando Santiago agrega que no hay "sombra de variación"
en Dios no alcanza con entender esto simplemente en términos
del ser incambiable e inmutable de Dios. Se trata también de una
referencia al carácter de Dios. Dios no es solo enteramente bueno,
sino que es siempre bueno. Dios no sabe cómo ser otra cosa que
no sea bueno.
La relación entre la bondad y Dios es tan estrecha que hasta
los filósofos paganos como Platón equiparan la máxima bondad,
el bien supremo, con Dios mismo. La bondad de Dios se refiere
tanto a su carácter como a su conducta. Sus actos proceden de su
propio ser. Dios actúa en base a lo que Él es. De la misma manera
que un árbol corrupto no puede producir fruta incorrupta, tampoco
un Dios incorrupto puede producir fruta corrupta.
La ley de Dios refleja su bondad. El que Dios sea bueno no
es consecuencia de que Dios obedezca y pueda ser juzgado por
alguna ley cósmica ajena a sí mismo, o debido a que Dios define
la bondad de manera tal que pueda actuar sin estar sujeto a ninguna
ley y por el solo poder de su autoridad le sea permitido declarar
sus acciones como buenas. La bondad de Dios no es ni arbitraria
ni caprichosa. Dios no obedece una ley, sino que la ley que
'i'J
53
Las grandes doctrinas de la Biblia
obedece es la ley de su propio carácter. Dios siempre actúa de
acuerdo con su propio carácter, que es eterno, inmutable, e intrín-
secamente bueno. Santiago nos enseña que todo lo bueno y lo
perfecto provienen de Dios. Dios no es solo el estándar principal
de bondad; es la Fuente de toda bondad.
Uno de los versículos más populares del Nuevo Testamento
es el de Romanos 8:28. "Y sabemos que a los que aman a Dios,
todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su
propósito son llamados". Este texto sobre la providencia divina
es tan difícil de comprender como lo es de popular. Si Dios es
capaz de hacer que todo lo que nos suceda redunde en nuestro
bien, entonces en última instancia todo lo que nos suceda será
bueno. Conviene resaltar aquí la expresión en ultima instancia.
En el plano mundano nos pueden suceder cosas que sean maldad.
(Debemos estar precavidos y no llamar al bien, maldad o a la
maldad, bien.) Encontramos aflicción, miseria, injusticia, y otro
montón de maldades. Sin embargo, Dios en su bondad trasciende
todas estas cosas y hace que ellas ayuden para nuestro bien. Para
el cristiano, en última instancia, no existen las tragedias. En última
instancia, la providencia de Dios hará que todas estas maldades
tan cercanas redunden para nuestro beneficio final.
Martín Lutero comprendió muy bien este aspecto de la buena
providencia de Dios cuando dijo que "si Dios me pidiera que
comiera el estiércol de la calles, no solo lo comería sino que sabría
que es para mi bien".
Resumen
l. Las criaturas tienen sombra por causa de la oscuridad del
pecado.
La bondad de Dios
4. Dios es inseparable de la ley.
Ley / DIOS
5. Dios es su propia ley.
~
~
Pasajes bíblicos para la reflexión
Éxodo 34:6-7
Salmo 25:8-10
Salmo 100:1-5
Romanos 8:28-39
Santiago 1:17
l.... criaturaJ (Tiene sombra)
1 DIOS I (No tiene sombra)
2. Dios no tiene un lado sombrío.
3. Dios no está bajo ninguna ley.
54
Ley
~
DIOS
ss
LA JUSTICIA
DE DIOS
La justicia es una palabra que escuchamos decir todos los días.
La usamos en nuestras relaciones personales, en el trato social,
con respecto a la legislación, y en ocasión de los veredictos de un
tribunal. Pero aunque se trata de una palabra tan frecuentemente
utilizada, ha confundido a los filósofos que buscan definirla con
exactitud.
Muchas veces relacionamos y equiparamos la justicia con lo
que se ha ganado o se merece. Hablamos de personas que reciben
su justa retribución en términos de recompensas o castigos. Pero
las recompensas no siempre son otorgadas en base al mérito.
Supongamos que realizamos un concurso de belleza y declaramos
que se otorgará un premio a la persona considerada la más bella,
Si la "belleza" recibe el premio, no será porque hay algo meritorio
en ser bella. En realidad, se hará justicia cuando se le otorgue el
premio al participante más bello. Si los jueces votan por alguien
a quien no consideran la persona más bella (ya sea por razones
políticas, o porque fueron sobornados) entonces el resultado de!
concurso será injusto,
Por este tipo de razones es que Aristóteles definió la justicia
corno "el dar a una persona su merecido". Lo "merecido" puede
estar determinado por obligaciones éticas o por algún acuerdo
previo. Si una persona es castigada con mayor severidad que la
requerida por su crimen, el castigo es injusto. Si una persona
recibe una recompensa menor a la que es acreedor, entonces la
recompensa no ha sido justa.
¿Cómo se relaciona entonces la misericordia con la justicia?
La misericordia y la justicia son obviamente dos cosas distintas,
aunque a veces se las confunda. La misericordia ocurre cuando a
quienes actuaron mal se les da un castigo menor al merecido o
una recompensa mayor a la que se han ganado.
Dios templa su justicia con misericordia. Su gracia es esen-
cialmente un tipo de misericordia. Dios es misericordioso hacia
nosotros cuando no nos castiga como nos correspondería y cuando
recompensa nuestra obediencia aun teniendo en cuenta que le
debernos obediencia y que por lo tanto no mereceríamos ninguna
57
Las grandes doctrinas de la Biblia
recompensa. Dios siempre tiene la voluntad de ejercer su miseri-
cordia. No está obligado a ser misericordioso. Se reserva el
derecho a ejercer su gracia de acuerdo con su voluntad. Por eso
le dice a Moisés: "Tendré misericordia del que yo tenga miseri-
cordia, y me compadeceré del que yo me compadezca" (Romanos
9:15).
Las personas suelen quejarse de que Dios no es justo porque
no distribuye su gracia o su misericordia a todos por igual. Nos
quejamos de que si Dios perdona a alguien está entonces obligado
a perdonar a todos.
Sin embargo, vemos claramente en la Escritura que Dios no
trata a todos del mismo modo. Dios se reveló a Abraham de un
modo como no lo hizo con los otros paganos en el mundo antiguo.
En su gracia se le apareció a Pablo en el camino como no se le
apareció a Judas Iscariote.
Pablo recibió la gracia de Dios; Judas Iscariote recibió su
justicia. La misericordia y la gracia no son formas de justicia, pero
no son actos de injusticia. Si el castigo de Judas hubiese sido más
severo que el que merecía, entonces habría tenido motivos para
quejarse. Pablo recibió la gracia, pero esto no significa que Judas
tenga también derecho a recibir la gracia. Si la gracia debe ser
exigida a Dios, si Dios está obligado a manifestar su gracia,
entonces no estamos hablando de la gracia sino de la justicia.
Bíblicamente, la justicia se define en términos de rectitud.
Cuando Dios es justo, está actuando con rectitud. Abraham le
preguntó a Dios una pregunta retórica que tiene una sola respuesta
obvia: "El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?"
(Génesis 18:25). De la misma manera, el apóstol Pablo hizo la
misma pregunta retórica: "¿Qué pues diremos? ¿Qué hay injusti-
cia en Dios? En ninguna manera" (Romanos 9:14).
Resumen
l. La justicia consiste en dar lo que se merece.
2. La justicia bíblica está relacionada con la rectitud, con actuar
con justicia.
3. La injusticia cae fuera de la categoría de justicia y es una
violación a la justicia. La misericordia también cae fuera de
la categoría de justicia pero no es una violación a la justicia.
58
La justicia de Dios
Pasajes bíblicos para la reflexión
Génesis 18:25
Éxodo 34:6-7
Nehemías 9:32-33
Salmo 145:17
Romanos 9:14-33
59
PcéllJrtce
L&§ ([J)lbJre&§ Y R([J)§
JceceJrcet([J)§ de Di([J)§
,
19
LA CREACIÓN
Todo lo que existe en el tiempo y el espacio tuvo un principio. Yo
tuve un principio; todos tuvimos un principio. La casa en que
vivimos ha tenido un principio. La ropa que vestimos ha tenido
un principio. Hubo un tiempo en que nuestras casas, nuestra ropa,
nuestros automóviles, nuestras lavadoras, y nosotros mismos, no
existíamos. No eran, no existían. Nada puede resultar más obvio
que esto.
Como estamos rodeados por cosas ypersonas que obviamente
tuvieron un principio, nos vemos tentados a saltar a la conclusión
de que todo tuvo un principio. Esta conclusión, sin embargo,
podría ser un salto fatal al abismo de lo absurdo. Sería fatal para
la religión. También sería fatal para la ciencia y la razón.
¿Por qué? ¿No dije en un comienzo que todo lo que existe en
el tiempo y el espacio tuvo un principio? ¿No es acaso 10 mismo
que decir que todo tuvo un principio? De ningún modo. Resulta
simplemente imposible lógica y científicamente que todo haya
tenido un principio. ¿Por qué? Si todo lo que existe tuvo un
principio, entonces debe haber habido un tiempo cuando nada
existía.
Detengámonos un instante para reflexionar. Intentemos ima-
ginarnos que nada existe. Absolutamente nada. No podemos ni
siquiera concebir la nada absoluta. El concepto en sí mismo es la
negación de algo.
Sin embargo, si dicho tiempo cuando nada existía fue, ¿qué
habría ahora? Exactamente. ¡Nada! Si no había nada, entonces la
lógica me obliga a deducir que siempre habrá nada. Ni siquiera es
posible hablar de un "siempre" en que nada hubo.
¿Cómo podemos tener tanta certidumbre, en realidad, la más
absoluta de las certezas, de que si no había nada entonces no habría
nada ahora? La respuesta es sorprendentemente sencilla, a pesar
de que hasta las personas muy inteligentes se tropiezan con este
hecho tan obvio. La respuesta es sencillamente que no se puede
extraer algo a partir de la nada. Una ley absoluta de la ciencia y
de la lógica es ex nihilo nihilfit (de la nada, nada surge). La nada
no puede producir nada. La nada no puede reír, cantar, llorar,
63
La creación
trabajar, bailar o respirar. Y de ningún modo puede crear. La nada
no puede hacer nada porque nada es. No existe. No tiene absolu-
tamente ningún poder porque no es.
Para que algo surgiera de la nada tendría que poseer el poder
de la autocreación. Debería ser capaz de crearse a sí mismo, de
traerse a la existencia. Pero esto es a todas luces un absurdo. Para
que algo se cree o se produzca a sí mismo es necesario que sea
antes de ser. Pero si algo ya es, no tiene necesidad de ser creado.
Para crearse a sí mismo, algo debería ser y no ser, debería existir
y no existir, al mismo tiempo y en el mismo sentido. Esto es una
contradicción. Violala más fundamental de todas las leyes cien-
tíficas y racionales, la ley de la no contradicción.
Si es que sabemos algo, sabemos que si hoy algo existe,
entonces, de algún modo, y en algún lugar, debe haber habido algo
que no tuvo un principio. Soy conciente de que pensadores
brillantes como Bertrand Russell, en su famoso debate con Fre-
derick Copelston, argumentó que el universo presente es el resul-
tado de una "serie infinita de causas finitas". Postula una serie
infinita, desarrollándose hacia la eternidad pasada, de cosas cau-
sadas causando otras por siempre. Lo que esta idea hace es
simplemente replantear el problema de la autocreación hacia el
infinito. Es un concepto fundamentalmente tonto. El hecho de que
haya sido propuesto por personas inteligentes no lo hace menos
tonto. Es peor que una tontería. Las tonterías pueden ser reales.
Pero este concepto es lógicamente imposible.
Russell puede negar la ley de que nada surge de la nada, pero
no puede refutarla sin cometer un suicidio mental. Sabemos (con
certidumbre lógica) que si algo existe ahora, entonces debe haber
algo que no tuvo un principio. La cuestión ahora se convierte en
saber qué o quién.
Hay muchos académicos que creen que la respuesta al qué la
hallamos en el universo mismo. Argumentan (como en el caso de
Carl Sagan) que no hay necesidad de buscar más allá del universo
para encontrar algo que no tenga un principio a partir del cual todo
proviene. En otras palabras, no es necesario suponer que exista
algo semejante a "Dios" que trascienda el universo. El universo,
o alguna cosa dentro del universo, puede cumplir esta función
perfectamente.
Hay un error muy sutil en este escenario. Tiene que ver con
el significado del término trascendente. En filosofía y en teología
64
Las grandes doctrinas de la Biblia
la idea de trascendencia significa que Dios está "sobre y más allá"
del universo en el sentido de que Dios es un ser de orden
superior a los otros seres. Solemos referimos a Dios como el
Ser supremo.
¿Qué es lo que convierte al Ser supremo en algo distinto de
los seres humanos? Notemos que ambos conceptos tienen algo en
común, la palabra ser. Cuando decimos que Dios es el Ser
supremo, estamos diciendo que es un tipo de ser distinto a los seres
ordinarios. ¿En que consiste precisamente esta diferencia? Lo
llamamos supremo porque no tiene principio. Él es supremo
porque todos los demás seres le deben su existencia a Él, mientras
que Él no le debe su existencia a nadie. Él es el Creador eterno.
Todo lo demás es la obra de su creación.
Cuando Carl Sagan y otros dicen que dentro del universo, y
nopor encima omásalládel universo, hayalgoque noha sidocreado,
simplemente están haciendo uso de sofismas para hablar sobre la
morada del Creador. Están diciendo que lo que no fue creado vive
aquí (dentro del universo), y no "allá afuera" (por encima o trascen-
diendo el universo). Pero esto todavía requiere la existencia de un
Ser supremo. La parte misteriosa, a partir de la cual provienen todas
las cosas creadas, todavía estará más allá y por encima de cualquier
otra cosa de la creación en términos de ser. En otras palabras,
todavía se requiere la existencia de un Ser trascendente.
Cuanto más indagamos sobre este "Creador dentro-del-uni-
verso", más se asemeja a Dios. No ha sido creado. Crea todo lo
demás. Tiene el poder intrínseco de ser.
Lo que resulta tan claro como el agua es que si algo ahora
existe, entonces debe haber un Ser supremo que lo hizo existir.
La primera afirmación de la Biblia es "En el principio creó Dios
los cielos y la tierra". Este texto es fundacional para todo el
pensamiento cristiano. No se trata solamente de una afirmación
religiosa sino que es un concepto racionalmente necesario.
Resumen
l. Todo lo que existe en el tiempo y el espacio tuvo un principio.
2. De la nada no puede surgir algo. La nada, nada puede hacer.
3. Si no había nada, entonces ahora habría nada.
4. Ahora existe algo; por lo tanto, debe existir algo que no tuvo
un principio.
65
La creación
5. Las cosas no se pueden crear a sí mismas porque esto impli-
caría que fueran antes de ser.
6. Si alguna "parte" del universo no ha sido creada, entonces
esta "parte" es superior o trascendente a las partes que han
tenido un principio.
7. Un ser que no ha sido creado es supremo (es un ser de un
orden superior a los seres creados), independientemente de
dónde esté su morada.
8. La trascendencia se refiere a un nivel de existencia, no a la
geografía.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Génesis 1
Salmo 33:1-9
Salmo 104:24-26
Jeremías 10:1-16
Hebreos 11:3
66
LA PROVIDENCIA
En Rhode Island hay una ciudad importante llamada Providence
("Providencia" en castellano). Este nombre tiene algo de extraor-
dinario. El nombre de la ciudad hace que nos demos cuenta del
abismo que separa el pensamiento de nuestra sociedad actual del
pensamiento de las generaciones pasadas. ¿A quién hoy día se le
ocurriría llamar a una ciudad "Providencia"? La palabra de por sí
suena pasada de moda y arcaica.
Cuando leo los escritos de los cristianos de siglos pasados me
llama la atención la multitud de referencias a la providencia de
Dios. Parece ser como si antes del advenimiento del siglo veinte
los cristianos sintonizaban más con la providencia de Dios en sus
vidas que lo que sucede ahora. El espíritu del naturalismo que
entiende que todos los acontecimientos en la naturaleza están
gobernados por fuerzas naturales ha hecho su impacto sobre
nuestra generación.
La raíz del significado de la palabra providencia es "prever o
verde antemano", o "proveer". La palabra, como tal, no transmite
el significado profundo de la doctrina de la providencia. La
doctrina implica mucho más que el hecho de que Dios sea un
espectador de los acontecimientos humanos. Conlleva más que
una simple referencia a su previo conocimiento.
Los ministros de Westminster en el siglo diecisiete definieron
la providencia de la siguiente manera:
Dios, el gran Creador de todas las cosas, sostiene, dirige, dispone y
gobiernaa todas lascriaturas,acciones, y cosas, desde la más grande
hasta la más pequeña, por su más sabia y santa providencia, de
acuerdocon su previo conocimiento infalible,y el libre e inmutable
consejo de su propia voluntad, para la alabanza de la gloria de su
sabiduría, su poder,sujusticia, su bondad y su misericordia'.
Dios también sostiene lo que crea. El universo no solo depen-
de de Dios para su origen, depende de Dios para continuar
existiendo. El universo no puede ni existir ni operar por su propio
poder. Dios tiene todo en su poder. Es en Él que vivimos, nos
movemos y somos.
67
Las grandes doctrinas de la Biblia
El punto central de la doctrina de la provi~encia e? la iu:por-
tancia otorgada al gobierno de Dios sobre el universo. El gobierna
a su creación con absoluta soberanía y autoridad. Gobierna todo
lo que acontece, desde lo más importante hasta lo más insi~nifi­
cante. No sucede nada que esté fuera del alcance de su gobierno
providencial soberano. Él hace que caiga la lluv~a ~ que brille el
sol. Él hace que surjan los reinos y los hace caer. El tiene contados
los cabellos sobre nuestras cabezas y los días de nuestra vida.
Hay una diferencia crucial entre la providencia de Dios y el
destino, la fatalidad o la fortuna. La clave de esta diferencia la
encontramos en el carácter personal de Dios. El destino es ciego,
mientras que Dios todo lo ve. La fatalidad es impersonal, mientras
que Dios es un Padre. La fortuna no tiene voz, ~ientras que Dios
puede hablar. No hay fuerzas impersonales y ciegas act~an?~ en
la historia de la humanidad. Todo acontece por la mano invisible
de la Providencia.
En un universo gobernado por Dios no hay lugar para acon-
tecimientos fortuitos. La casualidad no existe. La probabilidad es
solo una palabra que utilizamos para describir las posibilidades
matemáticas. Pero ni la casualidad ni la probabilidad intrínseca-
mente tienen ningún poder porque no son. La casualidad no es
una entidad capaz de influenciar la realidad. La casualidad no es
algo. Es nada. .
Otro aspecto de la providencia es llamado la concurrencia.
La concurrencia se refiere a las acciones coextensivas de Dios y
los seres humanos. Somos criaturas con nuestra propia voluntad.
Podemos provocar acontecimientos. Sin embargo, el poder cau~al
que ejercemos es secundario. ,La providencia soberana de ?lOS
trasciende nuestras acciones. El cumple su voluntad a traves de
las acciones de las voluntades humanas, sin violar la libertad de
dichas voluntades humanas. El ejemplo más claro de concurrencia
que encontramos en la Escritura es el caso de José y sus hermanos.
Aunque los hermanos de José incurrieron en una culpa verdadera
por haber traicionado a su hermano, la providencia de Dios seguía
actuando a través de su pecado. José le dijo a sus hermanos:
"Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien,
para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho
pueblo" (Génesis 50:20). . ,
La providencia redentora de Dios puede obrar incluso a traves
de las acciones más diabólicas. La ofensa más grande jamás
68
La providencia
cometida por un ser humano fue la traición de Cristo por Judas.
Sin embargo, la muerte de Cristo no fue un accidente histórico.
Estaba en concordancia con el consejo determinado de Dios. El
acto malvado de Judas hizo que sucediera lo mejor que haya
sucedido en la historia, la Expiación. No es ninguna casualidad
que ese día sea conocido históricamente como el Viernes "Santo".
Resumen
1. Hoy en día no se cree generalmente en el concepto de la
providencia divina.
2. La providencia implica la obra de Dios para sostener a su
creación.
3. La providencia se refiere principalmente al gobierno de Dios
sobre la creación.
4. A la luz de la providencia divina no hay cabida para fuerzas
impersonales como el destino, la fatalidad o la casualidad.
5. La providencia implica la concurrencia por medio de la cual
Dios obra su divina voluntad a través de la voluntad de sus
criaturas.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Job 38:1-41:34
Daniel 4:34-35
Hechos 2:22-24
Romanos 11:33-36
69
LOS MILAGROS
A veces, cuando juego al golf con mis amigos (en un campo de
golf que tiene un número elevado de lagunas de agua), hago un
tiro equivocado y la pelota sale en dirección a una laguna, pero
luego salta rozando la superficie del agua y se detiene del otro
lado. Como soy un ministro, mis amigos se extrañan de dicho
logro y comentan el hecho con expresiones tales como: "[Es un
milagro!" Como cualquier niño puede saberlo, no se requiere un
milagro para hacer saltar una piedra sobre la superficie del agua.
Tampoco se requiere de un milagro para hacer saltar una pelota
de golf sobre el agua. Siempre y cuando la pelota tenga la
trayectoria correcta y esté girando sobre sí misma, es un hecho
sencillo.
El término milagro hoy se utiliza con demasiada ligereza. Por
rutina decimos que ocurrió un milagro cuando se da un pase en
profundidad en un partido, o se evita un accidente a último
momento, o cuando contemplamos la belleza de una puesta de sol.
Pero la palabra milagro puede ser utilizada de tres maneras
distintas. La primera de ellas describe acontecimientos ordinarios,
pero que nos causan una fuerte impresión. Nos referimos al
nacimiento de un bebé, por ejemplo, como un milagro. Al hacerlo,
estamos honrando a Dios por los detalles y la belleza de su
creación. Nos quedamos asombrados de la majestad del cosmos
al ver cómo Dios obra a través de los medios secundarios de las
leyes naturales, las que a su vez son creaciones de Dios. En este
sentido el término milagro se refiere a cosas ordinarias que
apuntan a una causa extraordinaria, el poder de Dios.
La segunda manera en que utilizamos el término milagro es
similar a la primera. Con frecuencia en la Escritura leemos como
Dios obra a través de medios secundarios en el momento y el lugar
más propicio. La estrella de Belén, por ejemplo, posiblemente
tuvo una causa científica y natural. La extraordinaria alineación
de un grupo de estrellas, o una supernova pueden haber sido la
explicación de suluminosidad. Pero el reconocer esta posibilidad,
sinembargo, no hace que el acontecimiento sea menos milagroso.
La luz irradió su brillo en oportunidad del nacimiento de Cristo.
71
Las grandes doctrinas de la Biblia
Le indicó a los magos el camino a Belén. La estrella es entonces
un milagro de tiempo y lugar. Este milagro honra a Dios y a su
manera de tejer el tapiz de la historia y, por lo tanto, debemos
reconocer que el acontecimiento ocurrió de manera milagrosa.
En tercer lugar, los milagros se refieren a actos de Dios
contrarios a la naturaleza. Este es el uso más técnico del término.
Cuando Jesús convirtió el agua en vino o cuando levantó a Lázaro
de entre los muertos, Dios estaba actuando por encima de sus leyes
naturales. No hay explicación natural posible para estos aconte-
cimientos. Sirven para convalidar a Cristo como el Hijo divino de
Dios.
La Biblia utiliza varias palabras para encerrar el concepto
contenido en la palabra milagro. La Biblia nos habla de señales,
maravillas y prodigios. En el sentido más restricto, identificamos
los milagros con la palabra bíblica señales. A los milagros se los
llama señales porque como cualquier señal, apuntan hacia algo
que es distinto a ellas, algo que es más significativo. Dios utilizó
los milagros con sus agentes como prueba o confirmación de la
revelación divina (Hebreos 2:3-4). Dios le otorgó a Moisés la
capacidad de hacer milagros para que esto fuera la prueba de que
Dios había enviado a Moisés. Del mismo modo, Dios autenticó a
su Hijo por medio de las señales que Él hizo.
En la actualidad hay tres puntos de vista distintos de entender
los milagros. El primer punto de vista es escéptico y niega la
posibilidad de que los milagros hayan ocurrido alguna vez. El
segundo punto de vista considera que los milagros ocurrieron en
los tiempos bíblicos y que todavía ocurren hoy en día. Y el tercer
punto de vista considera que hubo milagros verdaderos en la
Biblia, pero que una vez que Dios terminó de establecer su
revelación en la Escritura, dejó de realizar milagros. Según este
punto de vista, Dios todavía obra en el mundo de manera sobre-
natural pero no le otorga el poder de realizar milagros a los seres
humanos.
Resumen
l. La Biblia nos habla de señales, prodigios y maravillas.
2. La Biblia registra distintos tipos de milagros.
3. Todos los milagros son acontecimientos sobrenaturales, pero
no todos los acontecimientos sobrenaturales son milagros.
72
Pasajes bíblicos para la reflexión
Éxodo 4:1-9
1 Reyes 17:21-24
Juan 2:11
Hebreos 2:1-4
73
Los milagros
LA VOLUNTAD
DE DIOS
Doris Day cantaba una canción popular llamada "(Lo) que será,
será". A primera vista, el tema de esta canción parece transmitir
un tipo de fatalismo que es deprimente. La teología islámica
frecuentemente dice con respecto a algún acontecimiento especí-
fico: "Así es la voluntad de Alá".
La voluntad de Dios -su autoridad soberana sobre su crea-
cióny sobre todo lo que en ella hay- es un tema muy importante
en la Biblia. Cuando nos referimos a la voluntad de Dios lo
hacemos, por lo menos, de tres maneras distintas. El concepto más
amplio se conoce como la voluntad secreta, decretal, o soberana
de Dios. Los teólogos utilizan esta expresión para referirse a la
voluntad de Dios por medio de la cual en su soberanía ordena todo
loque tiene lugar. Como Dios es soberano y su voluntad no puede
versefrustrada, podemos tener la certeza de que nada sucede fuera
de su control. Por lo menos, debe "permitir" que suceda lo que
sucede. Pero incluso cuando Dios pasivamente permite que suce-
dan las cosas, elige permitirlas en la medida que siempre tiene el
poder y el derecho de evitar e intervenir en las acciones y los
acontecimientos de este mundo. En la medida que permite que las
cosas sucedan, "está disponiendo" de ellas en este sentido.
Aunque la soberana voluntad de Dios nos suele ser descono-
cida hasta que se haya cumplido, hay un aspecto de su voluntad
que nos resulta muy claro -su voluntad preceptiva. Dios revela
su voluntad por intermedio de su santa ley. Por ejemplo, es la
voluntad de Dios que no robemos; que amemos a nuestros ene-
migos; que nos arrepintamos; que seamos santos. Este aspecto de
la voluntad de Dios nos ha sido revelado en su Palabra y en
nuestras conciencias, en las que Dios ha escrito su ley moral sobre
nuestros corazones.
Sus leyes, ya sean las que encontramos en la Escritura o en
nuestro corazón, tienen plena vigencia. No tenemos ninguna
autoridad para violar su voluntad. Tenemos el poder o la capaci-
dad de distorsionar la voluntad preceptiva de Dios, pero nunca
tendremos el derecho de hacerlo. Tampoco es una excusa que nos
disculpemos por pecar, diciendo: "(Lo) que será, será". Puede ser
75
Las grandes doctrinas de la Biblia
la voluntad soberana y secreta de Dios que se nos "permita" pecar,
al disponer que su voluntad se cumpla por intermedio de los actos
pecaminosos de la gente. Dios dispuso que Jesús fuera traicionado
por instrumento de la traición de Judas. Pero esto no convierte al
pecado de Judas en una traición menor o a Judas en menos
malvado. Cuando Dios nos "permite" que transgredamos su vo-
luntad preceptiva, no debemos entender este permiso en un sen-
tido moral, de otorgarnos un derecho moral. Su permiso nos da el
poder de pecar, pero no el derecho a pecar.
La tercer manera como la Biblia habla de la voluntad de Dios
es con respecto a la voluntad de disposición de Dios. Esta voluntad
nos describe la actitud de Dios. Nos define qué es lo que le agrada
a Dios. Por ejemplo, Dios no se deleita en la muerte de los
malvados, pero dispone o decreta la muerte de los malvados. El
deleite supremo de Dios está en su propia santidad y justicia.
Cuando Dios juzga al mundo, se deleita en reivindicar su propia
rectitud yjusticia, pero no se complace por haberse vengado, para
decirlo de cierto modo, de los que debían recibir su juicio. Dios
se complace cuando nosotros encontramos nuestro placer en la
obediencia. Se disgusta, y mucho, cuando somos desobedientes.
Muchos cristianos se preocupan, y hasta llegan a obsesionar-
se, por encontrar la "voluntad" de Dios para sus vidas. Si la
voluntad que estamos buscando es su voluntad secreta, oculta, o
decretal, entonces nuestra búsqueda será infructuosa. El consejo
secreto de Dios es un secreto que le pertenece. No le ha agradado
darlo a conocer a nosotros. Lejos de ser una señal de espirituali-
dad, la búsqueda de la voluntad secreta de Dios es una invasión
inexcusable a lo que es privativo de Dios. El consejo secreto de
Dios no es asunto nuestro. Por eso es que la Biblia asume, en parte,
una posición muy negativa con respecto a los adivinadores, la
necromancia, y otras formas de prácticas prohibidas.
Debemos ser sabios y seguir el consejo de Juan Calvino
cuando dijo: "Cuando Dios cierra su santa boca, dejo de insistir".
La verdadera señal de espiritualidad es la que encontramos en
quienes buscan conocer la voluntad de Dios revelada en su volun-
tad preceptiva. Es la persona piadosa que medita en la ley de Dios
de noche y de día. Mientras buscamos la "guía" del Espíritu Santo,
es fundamental que recordemos que el Espíritu Santo nos guía
antes que nada a la justicia. Hemos sido llamados a vivir nuestras
vidas de acuerdo con cada palabra que salga de la boca de Dios.
76
La voluntad de Dios
La voluntad revelada de Dios deberá ser nuestra ocupación;
incluso más, en realidad deberá consistir en la principal ocupación
de nuestras vidas.
Resumen
1. La voluntad de Dios significa tres cosas:
(a) La voluntad decretal soberana es la voluntad por medio
de la cual Dios hace que se cumplan todos sus decretos y
ordenanzas. Esta voluntad es secreta hasta el momento en
que acontezca.
(b) La voluntad preceptiva es la ley o los mandamientos
revelados por Dios. Tenemos la capacidad de transgre-
dirlos, aunque no el derecho.
(e) La voluntad de disposición describe la actitud o la dis-
posición de Dios. Nos revela lo que le agrada a Dios.
2. El pecado humano cuenta con el "permiso" soberano de Dios
pero no cuenta con su aprobación moral.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Juan 19:11
Romanos 9:14-18
Efesios 1:11
Colosenses 1:9-14
Hebreos 6:13-18
2 Pedro 3:9
77
LA ALIANZA
La estructura básica de la relación que Dios ha establecido con su
pueblo es la alianza. Una alianza es algo así como un contrato. Si
bien hay algunas similitudes entre las alianzas y los contratos, hay
también algunas diferencias importantes. Se trata en ambos casos
de acuerdos que crean compromisos. Los contratos suelen conso-
lidarse a partir de dos posiciones negociadoras en igualdad de
condiciones, y ambas partes están en libertad de no firmar el
contrato. Una alianza también es un acuerdo. Sin embargo, las
alianzas en la Biblia no suelen ser entre iguales. Por el contrario,
siguen el patrón común de los tratados entre el soberano y sus
vasallos, en la antigüedad del Cercano Oriente. Los tratados entre
el soberano y sus vasallos (como se ve en el caso de los reyes
Hititas) eran pactados entre un rey conquistador y el conquistado.
No había ninguna negociación entre las partes.
El primer elemento de estos pactos es el preámbulo, que identi-
ficaalas partesrespectivas.Éxodo 20:2 comienza diciendo: "Yo soy
Jehová tu Dios". Dios es el soberano; el pueblo de Israel son los
vasallos. El segundo elemento es el prólogo histórico. Esta sección
describe lo que el soberano (o el Señor) ha hecho para merecer la
lealtad, como el haber liberado a los hebreos de la esclavitud en
Egipto. En términos teológicos, esta es la sección de la gracia.
En la siguiente sección, el Señor detalla lo que exigirá de
quienes están bajo su gobierno. En Éxodo 20, estas exigencias son
los Diez Mandamientos. Cada uno de los mandamientos era
considerado un compromiso moral asumido por toda la comuni-
dad que hacía el pacto.
La parte final de este tipo de pacto detalla las bendiciones y
las maldiciones. El Señor describe los beneficios que le corres-
ponderán a los vasallos que acaten lo estipulado en el pacto.
Encontrarnos un ejemplo de esto en el quinto mandamiento. Dios
le promete a los israelitas que serán largos sus días en la Tierra
Prometida si honran a sus padres. El pacto también describe las
maldiciones que sobrevendrán si el pueblo no cumple con sus
responsabilidades. Dios le advierte a Israel que no los liberará de
culpa si no honran su nombre.
79
Las grandes doctrinas de la Biblia
Resumen
Los elementos de un pacto son los siguientes:
1. El preámbulo: identifica al soberano.
2. El prólogo histórico: describe la historia de la relación entre
las partes.
3. Las cláusulas: se detallan los términos del pacto.
4. Los juramentos/votos: las promesas que comprometen a las
partes a cumplir con los términos del pacto.
5. Las sanciones: las bendiciones y las maldiciones (las recom-
pensas y los castigos) a ser ejecutadas por guardar o romper
el pacto.
6. La ratificación: el sello del pacto con sangre; es decir, el
sacrificio de animales o la muerte de Cristo.
Este esquema básico es también evidente en las alianzas de
Dios con Adán, con Noé, con Abraharn, con Moisés, y en el pacto
de Jesús con su iglesia.
En los tiempos bíblicos, las alianzas eran ratificadas con
sangre. Era una costumbre para ambas partes de la alianza pasar
entre animales despedazados, como prueba del acuerdo estable-
cido en los términos de la alianza (véase Jeremías 34:18). Tene-
mos un ejemplo de este tipo de alianza en Génesis 15:7-21 en
donde Dios le hizo determinadas promesas a Abraham, las que
fueron ratificadas por el sacrificio de animales. Sin embargo, en
este caso fue solo Dios el que pasó entre los animales divididos,
indicando de ese modo que se estaba comprometiendo por medio
de un juramento solemne a cumplir la alianza.
La nueva alianza, el pacto de la gracia, fue ratificada por el
derramamiento de sangre de Cristo sobre la cruz. En el centro de
esta alianza está la promesa de Dios de la redención. Dios no solo
ha prometido redimir a todos los que confían en Cristo, sino que
ha sellado y confirmado esa promesa con el más sagrado de todos
los votos. Servimos y adoramos a un Dios que se entregó a sí
mismo para nuestra plena redención.
EL PACTO DE
LAS OBRAS
Cuando Adán y Eva fueron creados, tenían una relación moral
con Dios, su Creador. Le debían obediencia sin ningún derecho
inherente a reclamar una recompensa o bendición por dicha
obediencia. En su amor, misericordia, y gracia, sin embargo, Dios
voluntariamente entró en una alianza con sus criaturas para agre-
gar una promesa de bendición a su ley. No se trataba de una
alianza entre socios en igualdad de condiciones, sino una alian-
za que descansaba en la iniciativa de Dios y en su divina
autoridad.
El pacto original entre Dios y la humanidad fue un pacto de
obras. En este pacto, Dios exigía una obediencia perfecta y total
a su gobierno. Les prometió la vida eterna como bendición él la
obediencia, pero amenazó a la humanidad con la muerte si deso-
bedecía la ley de Dios. Todos los seres humanos desde Adán hasta
la actualidad están ineludiblemente incluidos en este pacto. Las
personas puede rehusarse a obedecer o incluso pueden hasta no
reconocer la existencia de dicho pacto, pero no pueden escaparse
de sus cláusulas. Todos los seres humanos están bajo una relación
pactada con Dios, ya sea como transgresores de dicho pacto o
como fieles cumplidores del mismo. El pacto de las obras es la
base de nuestra necesidad de salvación (porque lo hemos violado)
y nuestra esperanza de redención (porque Cristo ha tomado nues-
tro lugar y cumplido con las cláusulas del pacto).
Basta solo un pecado para transgredir el pacto de las obras y
convertirnos en deudores incapaces de saldar nuestra deuda con
Dios. El hecho de que nosotros, después de haber cometido aunque
tan solo sea un pecado,tengamos alguna esperanza de ser redimidos
se debe a la gracia de Dios, y únicamente a la gracia de Dios.
Las recompensas que recibiremos de Dios en el cielo son
también actos de gracia. Son la coronación de Dios de sus propias
dádivas de gracia. Si Adán hubiese sido obediente al pacto de las
obras, solo habría alcanzado el mérito en virtud de haber cumplido
lo pactado con Dios. Como Adán pecó, Dios, en su misericordia,
instituyó un nuevo pacto de la gracia que hizo posible y vigente
la salvación.
Hebreos 8
Hebreos 13:20-21
Jeremías 31:31-34
Lucas 22:20
Pasajes bíblicos para la reflexión
Génesis 15
Exodo 20
80 81
Las grandes doctrinas de la Biblia
Hay solo un humano que cumplió el pacto de las obras. Esa
persona fue Jesús. Su obra como el segundo o el nuevo Adán
cumplió con todos los términos de nuestro pacto original con Dios.
El mérito que logró al cumplirlo está disponible para todos los que
confían en Jesús.
Jesús es la primer persona en entrar al cielo por sus buenas
obras. Nosotros también podemos alcanzar el cielo por buenas
obras -las buenas obras de Jesús. Se convierten en "nuestras"
buenas obras cuando recibimos aJesús por la fe. Cuando ponemos
nuestra fe en Cristo, Dios nos acredita las buenas obras de Cristo
en nuestra cuenta. El pacto de la gracia cumple con el pacto de las
obras porque Dios gratuitamente asigna el mérito de Cristo en
nuestra cuenta. Por la gracia, entonces, es que podemos cumplir
con los términos establecidos en el pacto de las obras.
Resumen
1. Dios estableció un pacto de obras con Adán y Eva.
2. Todos los seres humanos están ineludiblemente comprometi-
dos con el pacto de las obras establecido por Dios.
3. Todos los seres humanos han violado el pacto de las obras.
4. Jesús cumplió con el pacto de las obras.
5. El pacto de la gracia nos confiere los méritos de Cristo, que
permiten satisfacer los términos del pacto de las obras.
Pasajes bíblicos par la reflexión
Génesis 2:17
Romanos 3:20-26
Romanos 10:5-13
Gálatas 3:10-14
82
LA DEIDAD
DE CRISTO
La fe en la deidad de Cristo es necesaria para ser un cristiano, t"s
una parte esencial del evangelio de Cristo del Nuevo Testamento.
Sin embargo, en todos los siglos la iglesia se ha visto obligada 2.
habérselas con personas que dicen ser cristianas mientras que al
mismo tiempo niegan o distorsionan la deidad de Cristo.
En la historia de la iglesia ha habido cuatro en que
la confesión de la deidad de Cristo fue un asunto Ji crucial
dentro de la iglesia. Fueron los siglos cuarto, diecinueve
y veinte. Como estamos viviendo durante uno de los en que
la herejía arremete contra la iglesia, es urgente que resguardemos
la confesión de la iglesia sobre la deidad de Cristo.
En el Concilio de Nicea, en el año 325 d.C; la iglesia en
oposición a la herejía arriana declaró que Jesús había sido engen-
drado, no hecho, y que su naturaleza divina era de la misma
sustancia (homousios) que la del Padre. Esta afirmación declaró
que la Segunda Persona de la Trinidad es una en sustancia COIl
Dios el Padre. Es decir, el "ser" de Cristo es el ser de Dios. No es
solo semejante a la Deidad, sino que es la Deidad.
La confesión de la deidad de Cristo surge de los múltiples
testimonios del Nuevo Testamento. Como el Lagos Encarnado,
Cristo se nos revela no solo como siendo preexistente a la crea-
ción, sino eterno. Se nos dice que en el principio era con Dios y
que también Él era Dios (Juan 1:1-3). Que sea con Dios requiere
una diferencia personal dentro de la Divinidad. sea Dios
requiere que esté incluido en la Divinidad.
En otros pasajes, el Nuevo Testamento le atribuye a Jesús
términos y títulos que son claramente títulos divinos. Dios le
otorga el título preeminentemente divino de Señor (Filipenses
2:9-11). Como Hijo del Hombre, Jesús dice ser el Señor del día
de reposo (Marcos 2:28) y de tener autoridad para perdonar
pecados (Marcos 2:1-12). Se lo llama el "Señor de la gloria"
(Santiago 2:1) Yacepta la adoración de Tomás cuando le confiesa
"[Señor mío, y Dios mío!" (Juan 20:28, véase Apocalipsis 22:8-9).
Pablo nos dice que en Él habita toda plenitud de la divinidad
(Colosenses 1:19) y que Jesús es más alto que los ángeles, un tema
85
Las grandes doctrinas de la Biblia
reiterado en el libro de los Hebreos. Adorar a un ángel o a
cualquier criatura, no importa lo exaltada que sea, es violar la
prohibición bíblica en contra de la idolatría. Los Yo soy del
evangelio de Juan también son un testimonio de la identificación
de Cristo con la Deidad.
En el siglo quinto, el Concilio de Calcedonia (45 ¡ d.C.)
afirmó que Jesús era verdadero hombre Ji verdadero Dios. Las dos
naturale-zas de Dios, su humanidad y su divinidad, eran sin con-
sin mutación, sin división y sin separación.
Resumen
l. La deidad de Cristo es una doctrina esencial para el cristia-
nismo.
2. La iglesia ha tenido varias crisis heréticas con respecto a la
deidad de Cristo en los siglos cuarto, quinto, diecinueve y
veinte.
3. El Concilio de Nicea (325 d.C.) afirmó la deidad de Cristo,
declarando que Él es de la misma sustancia o esencia que el
Padre y que Él no es un ser creado.
4. El Nuevo Testamento afirma con claridad la deidad de Cristo.
5. El Concilio de Calcedonia (451 d.C.) declaró que Jesús era
verdadero Dios.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Marcos 2:28
Juan 1:}-14
Juan 8:58
Juan 20:28
Filipenses 2:9-11
Colosenses 1:19
86
LA SUBORDINACIÓN
DE CRISTO
¿Qué es un subordinado? En nuestro idioma resulta claro que ser
un subordinado de alguien es estar "bajo" la autoridad de es"
persona. Un subordinado no es un igual; un 2':0 goza
de la misma jerarquía que su superior o superiora. El sUD-
significa "bajo" y super- significa "sobre" o "encima".
Cuando hablamos de la subordinación de Cristo debemos
hacerlo con mucho cuidado. Nuestra cultura equipara la subordi-
nación con la desigualdad. Pero en la Trinidad todos los miembros
son iguales en naturaleza, en honor yen gloria. Los tres miembros
son eternos, preexistentes; participan de todos los aspectos y los
atributos de la Deidad.
En el plan de Dios para la redención, sin embargo, el
voluntariamente asume un papel subordinado al Padre. Es el
Padre quien envía al Hijo al mundo. El Hijo en obediencia viene
a este mundo para hacer la voluntad del Padre. Debemos tener
mucho cuidado y tomar nota, sin embargo, que no se trata de una
obediencia forzada. Como son iguales en gloria, el Padre el
son de una misma voluntad. El Padre desea la redención tante
como la desea el Hijo. El Hijo está ansioso por cumplir la obra de
la salvación, tanto como el Padre está ansioso de que Élla cumpla.
Jesús declaró que lo consumía el celo por la casa de su Padre
2:17) y que su comida y bebida era hacer la voluntad del Padre.
Por último, debemos señalar que la subordinación y la obe-
diencia de Cristo no fue únicamente en el sufrimiento. El
incluyó todos los aspectos de la obra de Cristo por nosotros y la
glorificación final de Cristo. La Confesión de Westminster recoge
la interrelación entre el propósito del Padre y la obra de Cristo:
Le complació a Dios, en su eterno propósito, el elegir y ordenar
al Señor Jesús, su Unigénito Hijo, para ser el Mediador entre Dios
y el hombre, el Profeta, el Sacerdote y el Rey, la Cabeza y el
Salvador de Su Iglesia, el heredero de todas las cosas, y el Juez
del mundo; a quien le dio desde la eternidad un pueblo, para que
fuera su semilla, y para que en el tiempo Él lo redimiera, llamara,
justificara, santificara y glorificara1
.
87
Las grandes doctrinas de la Biblia
EL PADRE=EL HIJO
EL HIJO
Resumen
LA HUMANIDAD
DE CRISTO
Que Dios el Hijo haya tomado sobre sí mismo una naturaleza
humana real es una doctrina crucial del cristianismo histórico. El
gran concilio ecuménico de Calcedonia, en el año 4S1 d.e. declaré
que Jesús es verdadero hombre y verdadero Dios y que la huma-
nidad y divinidad de Cristo están unidas sin confusión, sin muta-
ción, sin división y sin separación, cada naturaleza conservando
sus propios atributos.
La verdadera humanidad de Jesús ha sido atacada, pnncipaí-
mente en dos formas. La iglesia primitiva se vio a
combatir la herejía del docetismo, que enseñaba que Jesús no
había tenido un cuerpo físico real ni una verdadera naturaleza
humana. Argumentaban que Jesús meramente "parecía" tener
cuerpo pero que en realidad era un ser fantasmal. Para contrarres-
tal' esto, Juan declaró con total firmeza que aquellos que negaban
que Jesús había verdaderamente venido en la carne eran del
Anticristo.
La otra herejía rechazada por la iglesia consistió en la
monofisita. Según esta herejía Jesús no tenía dos naturalezas sine
solo una, y esta naturaleza singular no era ni verdaderamente
divina ni verdaderamente humana sino una mezcla de ambas. Se
la llamaba una naturaleza , La ",u'
nofisita implica una naturaleza humana deificada o una naturaleza
divina humanizada.
formas sutiles de la mononsita que amenazan 2;
la iglesia en cada generación. La tendencia es h~cia el .
que la naturaleza humana de Dios sea absorbida por la naturaleza
divina, de manera tal que la humanidad de Jesús no tenga ninguna
limitación verdadera.
Debemos distinguir entre las dos naturalezas de Jesús sin
separarlas. Cuando Jesús tiene hambre, por ejemplo, vemos una
manifestación de la naturaleza humana, no de la divina. Lo que se
dice de la naturaleza divina o la naturaleza humana puede ser
afirmado sobre la persona. Por ejemplo, en la cruz, Cristo, el
Dios-hombre, murió. Esto, sin embargo, no significa decir que
Dios pereció en la cruz. Aunque las dos naturalezas permanecen
Juan 5:30
Hebreos 5:8-10
Pasajes bíblicos para la reflexión
1. Aunque Cristo es igual al Padre en términos de su naturaleza
divina, está subordinado al padre en su papel en la redención.
2. La subordinación no implica ser "inferior".
3. La subordinación de Cristo es voluntaria.
4. La perfecta obediencia de Cristo hizo que cumpliera los
requisitos para llevar el pecado de su pueblo y ganarse las
recompensas del cielo prometidas a los redimidos.
EL PADRE
El Hijo subordinado en
la economía de la redención
Al someterse a sí mismo a la perfecta voluntad de su Padre,
Jesús hizo lo que nosotros no estábamos dispuestos a hacer, ni
éramos capaces de hacer, por nosotros mismos. Obedeció la ley
de Dios de manera perfecta. En su bautismo Cristo le dijo a Juan:
"Porque así conviene que cumplamos todajusticia" (Mateo 3: 15).
Toda la vida y el ministerio de Jesús demuestran esta perfecta
obediencia.
Al obedecer la ley de manera perfecta, Jesús logró dos cosas
importantes. Por un lado, cumplió con los requisitos para ser
nuestro Redentor, el Cordero sin mancha. Si Jesús hubiese peca-
do, no podría haber expiado sus propios pecados, mucho menos
los nuestros. Por otro lado, su perfecta obediencia le mereció la
recompensa prometida por Dios a todos quienes guardan su pacto.
Mereció las recompensas del cielo que ahora las ha entregado a
nosotros. Como el Subordinado, salvó a un pueblo que se había
insubordinado.
Iguales en el ser
y en los atributos eternos
Juan 4:34
Filipenses 2:5-8
Hebreos 10:5-10
88
89
Las grandes doctrinas de la Biblia
unidas después de la ascensión de Cristo, es necesario que todavía
diferenciemos ambas naturalezas en lo que respecta a la modali-
dad de su presencia entre nosotros. Con respecto a su naturaleza
humana, Cristo ya no está entre nosotros. Sin embargo, con
respecto a su naturaleza divina, Cristo siempre está entre nosotros.
La humanidad de Cristo fue como la nuestra. Se hizo hombre
"por nuestra causa". Compartió nuestra situación para actuar
como nuestro Redentor. Se convirtió en nuestro sustituto, toman-
do sobre sí mismo nuestros pecados y sufriendo en nuestro lugar.
También se convirtió en nuestro defensor, cumpliendo con la ley
de Dios en nuestro lugar.
En la redención hay un intercambio en dos sentidos. Nuestros
pecados son entregados a Jesús. Su justicia es entregada a noso-
tros. Él recibe el juicio que correspondía a nuestra humanidad
imperfecta, mientras que nosotros recibimos la bendición que le
correspondía a su humanidad perfecta. En su humanidad Jesús
compartía las mismas limitaciones comunes a todos los seres
humanos, excepto que Él era sin pecado. En su naturaleza humana
Él no era omnisciente. Su conocimiento, aunque verdadero y
exacto, no era infinito. Había cosas que desconocía, tales como el
día y la hora de su regreso a la tierra. Por supuesto, en su naturaleza
divina Él es omnisciente y su conocimiento no tiene límites.
Como un ser humano, Jesús estaba restringido por el tiempo
y el espacio. Como cualquier otro ser humano, no podía estar en
más de un lugar al mismo tiempo. Transpiró. Tuvo hambre. Lloró.
Soportó el dolor. Era mortal, era capaz de sufrir la muerte. En
todos estos aspectos Él era como nosotros.
Resumen
l. Jesús tuvo una naturaleza humana verdadera que estaba per-
fectamente unida a su naturaleza divina.
2. El docetismo dice que Jesús no tuvo un cuerpo físico verdadero.
3. La herejía monofisita implica de deificación de la naturaleza
humana, resultando su humanidad eclipsada por su deidad.
4. La humanidad de Cristo es la base de su identificación con
nosotros.
5. Jesús llevó sobre sí nuestros pecados y nos imparte sujusticia.
6. La naturaleza humana de Jesús tenía las limitaciones de
cualquier ser humano normal, excepto que Él era sin pecado.
90
La humanidad de Cristo
Pasajes bíblicos para la reflexión
Juan 1:1-14
Gálatas 4:4
Filipenses 2:5-11
Hebreos 2:14-18
Hebreos 4:15
91
LA NO PECAMINOSIDAD
DE CRISTO
Cuando nos referimos a la no pecaminosidad de Cristo por lo
general estamos haciendo referencia a su humanidad. Sería del
todo innecesario afirmar la no pecaminosidad de la deidad de
Cristo, ya que la deidad, por definición, no puede pecar ni peca.
La doctrina sobre la no pecaminosidad de Cristo nunca ha sido
campo de controversia fundamental. Ni siquiera los herejes más
recalcitrantes de la historia la han negado.
La no pecaminosidad de Cristo no nos sirve solamente de
ejemplo. Es fundamental y necesaria para nuestra salvación. Si
Cristo no hubiese sido el "cordero sin mancha" no podría haber
asegurado la salvación de nadie, y además tendría que haber
necesitado un salvador para Él mismo. Los múltiples pecados que
Cristo cargó en la cruz requerían un sacrificio perfecto. Ese
sacrificio debería ser hecho por uno que no tenía pecado.
La no pecaminosidad de Cristo puede considerarse desde un
punto de vista positivo y otro negativo. Negativamente, Cristo
estaba completamente libre de cualquier transgresión. No que-
brantó nada de lo establecido en la santa ley de Dios. Obedeció
escrupulosamente todo lo que Dios ordenó. A pesar de su no
pecaminosidad, Cristo igualmente obedeció la ley judía, some-
tiéndose a la circuncisión, al bautismo, y posiblemente hasta al
sistema de sacrificios. Positivamente, Cristo estaba ansioso por
obedecer la ley; estaba comprometido en cumplir la voluntad de
su Padre. De Cristo se nos dice que lo consumía el celo por la casa
de su Padre (Juan 2:17) y que su comida era hacer la voluntad de
su Padre (Juan 4:34).
Una dificultad relacionada con la no pecaminosidad de Cristo
está relacionada con el versículo de Hebreos 4:15: "Porque no
tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nues-
tras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra
semejanza, pero sin pecado". Si Cristo fue tentado según nuestra
semejanza, ¿cómo podría ser sin pecado? El problema se torna
mayor aún cuando leemos Santiago 1:14-15, "sino que cada uno
es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y
seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido,
93
Las grandes doctrinas de la Biblia
Resumen
Pasajes bíblicos para la reflexión
1. La no pecaminosidad de Cristo es necesaria para nuestra
salvación.
2. Jesús hizo la expiación como el Cordero sin mancha.
3. Cristo no fue tentado por sus deseos pecaminosos.
4. Jesús, por su perfecta obediencia, cumplió con la justicia (el
mérito) que requeríamos para ser salvos.
da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la
muerte".
Santiago nos describe un tipo de tentación que surge de los
deseos pecaminosos que existen dentro nuestro. Estos deseos ya
son pecaminosos por naturaleza. Si Jesús fue tentado del mismo
modo que somos tentados nosotros, esto parece estar sugiriendo
que tenía deseos pecaminosos. Sin embargo, es precisamente
hacia este asunto donde apunta el calificativo "pero sin pecado"
del libro de Hebreos. Jesús tenía deseos. Pero no tenía ningún
deseo pecaminoso. Cuando fue tentado por Satanás el asalto vino
del exterior. Fue una tentación externa. Satanás trató de seducir a
Jesús para que comiera durante su ayuno. Sin duda que Jesús tenía
hambre físicamente, que deseaba comer. Pero no hay ningún
pecado en tener hambre. Jesús deseaba comer; pero Jesús estaba
comprometido a obedecer la voluntad de su Padre. No tenía
ningún deseo de pecar.
Fue la no pecaminosidad de Jesús lo que lo habilitó para ser
el sacrificio perfecto por nuestros pecados. Sin embargo, nuestra
salvación requiere dos aspectos para la redención. No solo fue
necesario que Jesús fuese nuestro sustituto y que recibiera el
castigo que merecían nuestros pecados; también tuvo que cumplir
con toda la ley de Dios de manera perfecta para asegurar el mérito
que nos era necesario para recibir las bendiciones del pacto de
Dios. Jesús no solo murió como lo perfecto por Jo imperfecto, lo
que era sin pecado por lo que era pecaminoso, sino que vivió la
vida de perfecta obediencia exigida para nuestra salvación.
EL NACIMIE
VIRGI
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La doctrina del nacimiento virginal de Jesús sostiene que e~
nacimiento de Jesús fue el resultado de una concepción rmlagrosa
en la que la Virgen María concibió un niño en su vientre e:
poder del Espíritu Santo, sin intervención de un padre humano. El
nacimiento milagroso de Cristo nos está diciendo mucho su
naturaleza. El hecho de que haya nacido de una mujer demuestra
que Jesús era verdaderamente humano y que se convirtió en uno
de nosotros. La humanidad de Cristo, sin embargo, no era
samente igual a la nuestra. Nosotros hemos nacido con el
original, Cristo no.
El nacimiento virginal también está relacionado con la
de Cristo. Si bien es posible que la Deidad se incorpore a este
mundo de otra manera que no sea un nacimiento virginal, el
milagro de su nacimiento nos demuestra la divinidad de Cristo,
La anunciación del ángel Gabriel a María subraya este
Cuando le dijo a María que habría de tener un María estaba
sorprendida: "¿Cómo será esto? pues no conozco varón"
] :34).
La respuesta de Gabriel a María tiene un significado decisivo
para nuestro entendimiento del nacimiento virginal: "El Espíritu
Santo vendrá sobre ti, y el poder el Altísimo te cubrirá con su
sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado
Hijo de Dios" (Lucas 1:35). Y momentos más tarde el ángel
agregó: "porque nada hay imposible para Dios" (Lucas 1:37).
Fuera de la inseminación artificial, que es una variación
moderna y no milagrosa de la concepción, no hay nada más
regular y común en la naturaleza que la concepción de un bebé
como resultado normal luego de una relación. Que una mujer que
no ha tenido relaciones sexuales con un hombre quede embaraza-
da no es solo un hecho biológico extraordinario sino que es
claramente contrario a las leyes de la naturaleza.
Pero el hijo de María no fue generado por María misma. El
"padre" del niño fue el Espíritu Santo. El Espíritu descendiendo
sobre María y "cubriéndola con su sombra" nos recuerda la obra
del Espíritu Santo en la creación original del mundo. Nos revela
Romanos 5:18-21
Hebreos 7:26
Mateo 3:15
2 Corintios 5:21
1 Pedro 3:18
94 95
Las grandes doctrinas de la Biblia
que este niño será una creación especial porque su padre es Dios
mismo.
Quienes no creen en el nacimiento virginal por lo general
tampoco creen que Jesús es el verdadero Hijo de Dios. La doctrina
del nacimiento virginal se convierte así en una doctrina divisoria
de las aguas, separando a los cristianos ortodoxos de aquellos que
no creen en la resurrección ni en la expiación.
Resumen
l. La Biblia enseña el nacimiento virginal claramente y sin
ambages.
2. El nacimiento de Jesús de una mujer dirige nuestra atención
a su humanidad y su venida como el nuevo o el segundo Adán.
3. El hecho de que Jesús haya nacido sin la intervención de un
padre humano nos está indicando su naturaleza divina como
el Hijo de Dios.
4. La negación del nacimiento virginal suele estar vinculada a
la negación de los elementos sobrenaturales y milagrosos en
la Escritura.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Isaías 7:10-16
Mateo 1:23
Romanos 1:3-4
1 Corintios 15:45-49
Gálatas 4:4
96
JESUCRISTO COMO
EL UNIGÉNITO HIJO
La Biblia se refiere a Jesús como siendo "el unigénito del Padre"
(Juan 1:14) Yesto ha provocado mucha controversia en la historia
de la iglesia. Como a Jesús también se lo llama "el primogénito de
toda creación" (Colosenses 1:15), se sostiene que la Biblia enseña
que Jesús no es divino, sino que se trata de una criatura exaltada.
Tanto los Testigos de Jehová como los Mormones niegan la
deidad de Cristo apelando a estos conceptos. Es principalmente
por causa de su negación de la deidad de Cristo que estos dos
grupos son considerados sectas y no denominaciones cristianas
propiamente dichas.
La deidad de Cristo fue un tema crucial de discusión en el
siglo cuarto cuando el hereje Arria negó la Trinidad. El principal
argumento de Arria en contra de la deidad de Cristo anticipaba
los argumentos modernos de los Testigos de Jehová JI los Mor-
mones. Arria fue condenado como hereje en el Concilio de Nicea
en el año 325 d.e.
Arria sostenía que la palabra griega traducida como el sufijo
"génito" (en la palabra "unigénito" y "primogénito") significaba
"suceder", "convertirse", "comenzar a ser". Lo que ha sido en-
gendrado debe tener un comienzo en el tiempo. Debe ser finito en
lo que respecta al tiempo, lo que es un signo de una criatura. Ser
"el primogénito de toda creación" sugiere la jerarquía superior de
todo lo creado, superior a los ángeles, pero siempre dentro del
orden de lo creado, sin ascender a un orden superior. Adorar a una
criatura, de cualquier tipo, constituye una idolatría. Ningún ángel
ni ninguna otra criatura es digna de adoración. AITioconcibió el
atribuirle la deidad a Jesús como un rechazo blasfemo del mono-
teísmo bíblico. Arria consideraba que Dios debía ser considerado
"uno", uno en esencia y uno en persona.
El Credo Niceno refleja la respuesta de la iglesia a la herejía
arriana. Confiesa que Jesús "fue engendrado, no hecho". En esta
fórmula tan sencilla, la iglesia estaba celosamente protegiéndose
de la idea de interpretar el sufijo "génito" (en la palabra "unigé-
nito" y "primogénito") como queriendo significar creado, o lle-
vando implícita la idea de una criatura.
97
Las grandes doctrinas de la Biblia
Algunos historiadores han censurado al Concilio de Nicea por
haberse comprometido en defender una causa especial o requerir
una gimnasia mental para eludir el significado liso y llano de la
palabra griega traducida por el sufijo génito en la expresión "el
primogénito de toda creación". La iglesia, sin embargo, no huyó
del significado primario de estos términos de una manera arbitra-
ria. Había una base justificable para esgrimir el morfema génito
con el calificativo "no hecho".
En primer lugar, la iglesia estaba buscando entender estas
expresiones dentro del contexto total de la enseñanza bíblica
relacionada con la naturaleza de Cristo. Estando persuadida de que
el Nuevo Testamento le asignaba claramente la deidad a Cristo, la
iglesia se rehusaba a enfrentar una parte de la Escritura contra otra.
En segundo lugar, si bien el Nuevo Testamento había sido
escrito en griego, muchos de sus conceptos y formas de pensa-
miento estaban cargados de significados hebreos. Los conceptos
hebreos fueron transmitidos por el vehículo de la lengua griega.
Este hecho de por sí ya nos está poniendo en sobreaviso con
respecto a la tendencia a apoyarnos excesivamente sobre los
matices del griego clásico. Del mismo modo que sería un error
entender la palabra logos, tan cargada de connotaciones, que Juan
utilizó para referirse a Jesús, exclusivamente con las ideas griegas
asociadas a la utilización de ese término.
En tercer lugar, el morfema génito es utilizado de una manera
especial en el Nuevo Testamento. En Juan 1:14 Jesús es llamado
"el unigénito". Nuevamente, en Juan 1:18 se lo llama "el unigénito
Hijo". Hay evidencia muy significativa en los manuscritos que
sugiere que el griego original decía "el unigénito Dios". Si este
texto hubiese sido el aceptado, el debate ya habría sido superado.
Sin embargo, si de todos modos tratamos el pasaje como diciendo
"el unigénito Hijo", todavía contamos con un calificativo crucial.
Jesús es llamado el unigénito (monogenais). El prefijo mono es
más fuerte en griego que el prefijo castellano uni. Jesús es abso-
lutamente singular en su génesis. Ha sido engendrado de una
manera única en su género. No hay nada ni nadie que haya sido
engendrado en el mismo sentido en que fue engendrado Jesús. El
hecho de que la iglesia pueda hablar sobre la génesis eterna de
Cristo es un intento de hacer justicia a este factor. El Hijo procede
eternamente del Padre, no como una criatura, sino como la Se-
gunda Persona de la Trinidad.
98
Jesucristo como el unigénito 'rijo
El libro de Hebreos, que también hace referencia a Jesús come
"engendrado" (Hebreos 1:5), es posiblemente la oue
contiene la Cristología más elevada del Nuevo Testamento. 'E:
único libro del Nuevo Testamento que puede rivalizar con He-
breos a este respecto es el evangelio de Juan. Y- es precisamente
Juan que llamaba a Jesús "Dios" con total claridad. Es también
Juan que habla de Cristo como "el unigénito".
Por último, la expresión "el primogénito de toda creación"
debe ser entendida a partir del panorama cultural judío del primer
siglo. Desde esta perspectiva podemos ver que el término primo-
génito se refiere a la posición exaltada de Cristo como el heredero
del Padre. De la misma manera que el hijo primogénito solía
recibir la herencia patriarcal, Jesús como el Hijo divino recibe el
reino del Padre como su herencia.
Resumen
l. Ha habido mucha controversia en la historia de la iglesia sobre
la deidad de Cristo por el hecho de que Jesús es llamado "el
unigénito del Padre" y "el primogénito de toda creación".
2. Los Testigos de Jehová y los Mormones utilizan estos pasajes
para negar la deidad de Cristo.
3. El Credo Niceno declaró que Jesús fue "engendrado, no
hecho". Esta aclaración se hizo para reflejar la afirmación
sobre la deidad de Cristo contenida en el Nuevo Testamento.
4. Jesús es llamado "el unigénito" del Padre. Jesús ha sido
engendrado por el Padre de una manera única en su género,
no como una criatura, sino como el Hijo eterno de Dios, como
la Segunda Persona de la Trinidad.
S. El término primogénito debe ser entendido en el contexto
judío del primer siglo. Jesús es "el primogénito de toda
creación" en el sentido de que Él es el heredero de todo lo que
le pertenece al Padre. "
Pasajes bíblicos para la reflexión
Juan 1:1-18
Colosenses 1:15-19
Hebreos 1:1-14
99
,
31 EL BAUTISMO
DE CRISTO
El rito del bautismo con agua efectuado por Juan el Bautista está
ligado estrechamente al sacramento del bautismo instituido por
Jesús como señal del nuevo pacto. Si bien hay una continuidad
entre los dos bautismos, no deben ser considerados como idén-
ticos.
El bautismo de Juan, considerado de manera apropiada, co-
rresponde al Antiguo Testamento. Aunque leemos sobre Él en el
Nuevo Testamento, el Nuevo Pacto no comenzó hasta que el
ministerio de Juan hubo terminado. Fue un requisito que Dios le
dio a su pueblo, Israel. Fue un bautismo de preparación. Juan
predicó que el reino de Dios se acercaba. Era el heraldo del
Mesías. La cercanía de] reino venidero de Dios estaba presente en
la inminente aparición de Cristo. El Mesías Rey estaba a punto de
ser conocido, pero el pueblo de Israel no estaba pronto para
recibirlo. No estaban preparados. Estaban sucios.
El bautismo de Juan constituyó una innovación radical. Antes
de Juan, los gentiles que se convertían al judaísmo debían cumplir
con un rito de purificación de lavamiento. Cuando aparece Juan
el Bautista, Dios le ordena también a los judíos que se arrepientan
y sean lavados. El clero judío entendía que el requisito de Juan
era herético e insultante. Significaba que Juan estaba tratando a
los judíos como si fueran tan sucios como los gentiles.
Jesús se sometió voluntariamente al bautismo de Juan, e
incluso insistió (frente a las protestas de Juan) porque en su papel
como Mesías era necesario que él se sometiera a todos los requi-
sitos de la ley de Dios para Israel. En su identificación con su
pueblo, Jesús fue bautizado para cumplir con la justicia.
Cuando Jesús entró en el río Jordán para ser bautizado por
Juan, este acontecimiento marcó el comienzo del ministerio terre-
nal de Jesús. En ese momento Jesús no solo se identificó con el
pecado de su pueblo, sino que fue ungido por el Espíritu Santo
para su ministerio. En un sentido se trató de la ordenación de Jesús.
Fue aquí cuando comenzó su vocación como el Cristo.
El término Cristo significa "el ungido". Jesús fue ungido por
el Espíritu Santo en ocasión de su bautismo y comenzó a cumplir
J01
Los grandes doctrinos de lo Biblia
con el papel del Mesías descrito por Isaías. "El Espíritu de Jehová
el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado
a predicar buenas nuevas a los abatidos" (Isaías 61:1).
Resumen
1. El bautismo de Juan fue una preparación para la venida del
Mesías.
2. El bautismo de Juan era un insulto para la oficialidad judía
porque implicaba que estaban "sucios".
3. Jesús fue bautizado no por sus pecados sino para identificarse
con los pecadores a quienes había venido a salvar.
4. Jesús fue ordenado o ungido en su bautismo.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Isaías 40:3
Mateo 3:13-17
Marcos 1:1-5
2 Corintios 5:21
102
LA GLORIA
DE CRISTO
Solemos pensar en la gloria como algo que es alcanzado por
victorias atléticas extraordinarias, por logros comerciales, por la
fama personal. En la Biblia, sin embargo, está relacionada con el
fulgor radiante que emana de la majestad trascendente de Dios.
En algunos momentos cruciales el esplendor de la deidad de Jesús
se filtró a través del manto de su humanidad.
El posible que la gloria de Cristo no haya sido más evidente
que lo que fue durante su transfiguración. La palabra griega para
transfiguración es metamorphoomai, de donde proviene también
nuestra palabra metamorfosis. Está denotando un cambio de for-
ma; por ejemplo, la transformación que ocurre cuando una oruga
se convierte en una mariposa. El prefijo trans- significa literal-
mente "a través". En ocasión de la transfiguración hubo un límite
o barrera que fue traspuesto. Podríamos decir que fue el cruce de
una línea entre lo natural y lo sobrenatural, entre lo humano y lo
divino. El cruce de una dimensión a otra para ingresar al dominio
exclusivo de Dios.
En la transfiguración una luz resplandeciente emanaba de
Jesús. Esta luz era la manifestación visible de la frontera que había
sido traspuesta. Existen algunas similitudes entre esta manifesta-
ción de la gloria y la cara resplandeciente de Moisés cuando
descendió del monte Sinaí con los Diez Mandamientos. Las
diferencias, sin embargo, son significantes. El rostro de Moisés
resplandecía con la gloria reflejada. Cristo no estaba simplemente
reflejando el esplendor de la gloria divina, sino que su gloria era
el esplendor de la gloria divina. A este respecto, y con toda
claridad, su gloria trascendía la gloria reflejada en el rostro de
Moisés.
Cristo, entonces, no reflejaba la luz sino que era la fuente de
la luz. La transfiguración se asemeja a lo que los cristianos hemos
, de experimentar en la Nueva Jerusalén. En Apocalipsis 21 :23,
Juan nos explica que la ciudad celestial no tendrá necesidad ni de
sol ni de luna para iluminarla. Será iluminada por la gloria de Dios.
El Cordero será su luz. Juan escribe: "Y verán su rostro, y su
nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen
103
Las grandes doctrinas de la Biblia
necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor
los iluminará" (Apocalipsis 22:4-5).
No debe sorprendernos que la gloria de Cristo resplandeciera
durante la transfiguración. Lo que debe sorprendernos es que
voluntariamente cubrió su gloria con un velo por amor de sus
hijos.
Resumen
1. La gloria de Cristo fue revelada en ocasión de su transfigu-
ración.
2. La transfiguración de Cristo fue un cambio de forma, el paso
desde lo natural a lo sobrenatural.
3. La gloria de Cristo no es simplemente el reflejo de la gloria
de Dios, sino que es la propia gloria de Dios mismo.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Mateo 17:1-9
Marcos 13:24-27
Hebreos 1:1-3
Apocalipsis 22:4-5
104
LA ASCENSiÓN
DE CRISTO
La iglesia moderna suele pasar por alto la importancia de la
ascensión. Tenemos celebraciones especiales y feriados (días
santos) para recordar el nacimiento (la Navidad), la muerte (el
Viernes Santo) y la resurrección (Domingo de Resurrección) de
Cristo. La mayoría de las iglesias, sin embargo, apenas si hacen
alguna mención a la ascensión. Sin embargo, la ascensión es un
acontecimiento de profunda importancia en la redención. Señala
el momento cumbre de la exaltación de Cristo antes de su segunda
venida. Fue en la ascensión cuando Cristo entró en su gloria.
Jesús describió su partida de esta tierra como siendo mejor
para nosotros que su presencia permanente. La primera vez que
Jesús les anunció su pronta partida a sus discípulos, estos se
entristecieron. Sin embargo, más adelante pudieron reconocer la
importancia de este gran acontecimiento. Lucas nos registra la
ascensión:
y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le
recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los
ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se
pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los
cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mi-
rando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros
al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo (Hechos 1:9-11).
Observamos que Jesús partió en una nube. Esta es pro-
bablemente una referencia a la Shekinah, la nube de la gloria de
Dios. La Shekinah supera en resplandor a cualquier otra nube. Es
la manifestación visible de la gloria esplendorosa de Dios. Por lo
tanto, la manera de la partida de Jesús no fue para nada ordinaria.
Fue un momento de asombroso esplendor.
Ascender significa "subir" o "elevarse". Sin embargo, la
expresión ascensión es utilizada con respecto a Cristo con un
significado más profundo, más rico y más específico. La ascen-
sión de Jesús fue un acontecimiento singular. Tiene un carácter
distinto al hecho de que Enoc haya sido llevado directamente al
cielo o a la partida de Elías en un carro de fuego.
105
Las grandes doctrinas de la Biblia
La ascensión de Jesús se refiere al hecho de la ida de Jesús a
un lugar especial con un propósito especial. Va al Padre, a la
diestra del Padre. Asciende a la sede de la autoridad cósmica.
Jesús se dirige al cielo para su coronación, su confirmación como
el Rey de Reyes.
Jesús también ascendió para entrar al Lugar Santísimo celes-
tial, para continuar su obra como nuestro Sumo Sacerdote. En el
cielo Jesús reina como el Rey e intercede por nosotros como
nuestro Sumo Sacerdote. Desde esa posición de autoridad eleva-
da, Él derramó su Espíritu sobre la iglesia. Juan Calvino señaló:
y así, aunque habiendo subido al cielo, haya sido quitada de
nuestra vida su presencia corporal, no ha dejado de estar con los
fieles su auxilio y su potencia, ni ha dejado de manifestar la virtud
d
. 1
e su presencIa .
Cuando Jesús ascendió al cielo para su coronación como el
Rey de Reyes, se sentó a la diestra de Dios. La diestra de Dios es
la sede de la autoridad. Desde esta posición Jesús gobierna,
administra su reino, y preside como el juez del cielo y de la tierra.
A la diestra del Padre, Jesús ocupa la posición como Cabeza
de su cuerpo, la iglesia. Pero en esta posición, la autoridad, y la
jurisdicción y administración de su gobierno se extienden más allá
de la esfera de su iglesia y alcanzan a todo el mundo. Aunque es
posible distinguir a la iglesia y el estado dentro del dominio de
Jesús, estas nunca están separadas o divorciadas. Su autoridad se
extiende a ambas. Todos los gobernantes de este mundo deberán
rendirle cuentas a Él y serán juzgados por Él en su función como
el Rey de Reyes y el Señor de Señores.
Todas las personas en el cielo y la tierra han sido llamadas
por Dios para reverenciar la majestad de Jesús, para ser goberna-
das por su mano, para rendirle el homenaje debido, y para some-
terse a su poder. Todas las personas finalmente deberán pararse
delante de Jesús cuando se siente en el juicio final.
Jesús tiene la autoridad para derramar su Espíritu Santo sobre
la iglesia. Pero Jesús derramó su Espíritu recién después que se
hubo sentado a la diestra de Dios. El Espíritu ejerce su ministerio
en subordinación al Padre y al Hijo, que juntos lo enviaron para
aplicar la obra de Cristo para salvación a los creyentes.
Mientras está sentado a la diestra de Dios, Jesús ejerce su
papel como el Rey de Reyes y, asimismo, cumple su papel como
106
La ascensión de Cristo
juez cósmico. Es el juez sobre todas las naciones y sobre todos
los pueblos. Aunque Jesús es nuestro juez, el Padre también lo ha
nombrado nuestro abogado. Es nuestro defensor. En eljuicio final
nuestro defensor de oficio será el mismo juez que presida. Pode-
mos atisbar la intercesión de Jesús por sus santos en el martirio
de Esteban:
Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo,
vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y
dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que
está a la diestra de Dios (Hechos 7:55-56).
Resumen
1. La ascensión no recibe mucha atención en la iglesia moderna.
2. La ascensión representa un punto crítico en la exaltación de
Cristo en la historia de la redención.
3. Cristo partió en una nube de gloria.
4. Cristo ascendió a un lugar específico para un propósito
específico: su coronación como el Rey de Reyes.
5. En su ascensión, Cristo entró a desempeñar su papel como
nuestro Sumo Sacerdote celestial y se sentó a la diestra de
Dios, la sede de autoridad cósmica.
6. Desde esa posición a la diestra de Dios, Jesús autorizó el
derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés.
7. En su posición de autoridad, Jesús es el Juez sobre todo.
8. Jesús también es el abogado o defensor de su pueblo.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Lucas 24:50-53
Romanos 8:34
Romanos 14:9-10
Efesios 4:7-8
Hebreos 9:23-28
107
JESUCRISTO COMO
EL MEDIADOR
Un mediador es un intermediario. Es alguien que hace de inter-
mediario entre dos o más personas o grupos en disputa e intenta
reconciliarlos. En términos bíblicos, los seres humanos son con-
siderados en enemistad contra Dios. Nos hemos rebelado, revo-
lucionado y rehusado a obedecer la ley de Dios. Como resultado,
la ira de Dios está sobre nosotros. Para modificar o redimir esta
situación catastrófica, es necesario que seamos reconciliados con
Dios.
Para efectuar nuestra reconciliación, Dios el Padre nombró y
envió a su Hijo como nuestro Mediador. Cristo nos trae nada más
y nada menos que la majestad divina de Dios mismo -Él es Dios
encarnado. Sin embargo, tomó sobre sí mismo una naturaleza
humana y se sometió voluntariamente a las demandas de la ley de
Dios.
Cristo no comenzó la reconciliación en un intento para per-
suadir al Padre a dejar de lado su ira. Por el contrario, en el eterno
consejo de la Divinidad había un acuerdo total entre el Padre y el
Hijo para que el Hijo viniera como nuestro Mediador. Ningún
ángel podía venir como representante de Dios; únicamente Dios
mismo podía hacer eso.
En la Encarnación, el Hijo tomó sobre sí mismo la naturaleza
humana para obtener la redención de la simiente caída de Adán.
Por su perfecta obediencia, Cristo satisfizo las demandas de la ley
de Dios y logró la vida eterna para nosotros. Por su sumisión a la
muerte expiatoria en la cruz, satisfizo las demandas de la ira de
Dios contra nosotros. Tanto desde una perspectiva positiva como
negativa, Cristo satisfizo las condiciones divinas para la reconci-
liación. Nos hizo un nuevo pacto con Dios por su sangre y
continúa diariamente intercediendo por nosotros como nuestro
Sumo Sacerdote.
Un mediador efectivo es alguien que es capaz de lograr que
dos partes que están en conflicto, o alejadas entre sí, logren la paz.
Este es el papel que desempeñó Jesús como nuestro Mediador
perfecto. Pablo declaró que tenemos paz con Dios mediante la
obra de reconciliación de Cristo: "Justificados, pues, por la fe,
109
Las grandes doctrinas de la Biblia
tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo"
(Romanos 5:1).
La obra mediadora de Cristo es superior a la obra ejercida por
cualquier otro mediador. Moisés fue el mediador del Antiguo
Pacto. Fue el intermediario de Dios, entregándole a los israelitas
la ley. Pero Jesús es superior a Moisés. El autor del libro a los
Hebreos declara:
Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno éste,
cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo... Y Moisés a
la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo... pero
Cristo (fue fiel) como hijo sobre su casa, la cual casa somos
nosotros (Hebreos 3:3-6).
Resumen
1. Un mediador trabaja para lograr la reconciliación entre dos
partes alejadas.
2. Cristo como el Dios-hombre nos reconcilia con el Padre.
3. Cristo y el Padre estaban de acuerdo desde la eternidad de que
Cristo debería ser nuestro Mediador.
4. La obra de mediación de Cristo es superior a la de los profetas,
la de los ángeles, y la de Moisés.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Romanos 8:33-34
1 Timoteo 2:5
Hebreos 7:20-25
Hebreos 9:11-22
1 1()
EL OFICIO TRIPLE
DE CRISTO
Una de las grandes contribuciones para un entendimiento cristia-
no de la obra de Cristo es la exposición de Juan Calvino sobre el
oficio triple de Cristo como Profeta, Sacerdote y Rey] . Como el
profeta de Dios por excelencia, Jesús fue el objeto y el sujeto de
la profecía. Su persona y su obra son el punto focal de las profecías
del Antiguo Testamento, pero Él mismo también fue un profeta.
El reino de Dios y el papel que Jesús desempeñaría dentro de dicho
reino venidero son temas principales en las afirmaciones proféti-
cas de Jesús. La función principal de un profeta era transmitir la
~alabra de Dios. Jesús transmitió la Palabra de Dios, pero además,
El mismo es la Palabra de Dios. Jesús fue el Profeta de Dios
supremo, siendo la Palabra de Dios en la carne.
El profeta del Antiguo Testamento era una clase de mediador
entre Dios y el pueblo de Israel. Hablaba al pueblo como repre-
sentante de Dios. El sacerdote hablaba a Dios como representante
del pueblo. Jesús también cumplió el papel del Sumo Sacerdote.
Los sacerdotes del Antiguo Testamento ofrecían sacrificios regu-
larmente, pero Jesús ofreció un sacrificio de valor eterno, una vez
y para siempre. La ofrenda de Jesús al Padre consistió en el
sacrificio de sí mismo. Él era la ofrenda y el que ofrendaba.
Mientras que en el Antiguo Testamento los oficios mediado-
res de profeta, sacerdote y rey eran ejercidos por individuos
distintos, estos oficios son ejercidos de manera suprema en la
persona de Jesús. Jesús cumplió la profecía mesiánica del Salmo
110. Él es descendiente de David y el Señor de David. Él es el
sacerdote que también es Rey. El Cordero que es sacrificado es
también el León de Judá. Para entender la obra de Cristo en su
totalidad, no debemos considerarlo simplemente como un profeta,
o un sacerdote, o un rey. Todas estos tres oficios fueron perfecta-
mente cumplidos por Él.
Resumen
1. Jesús fue e~ cumplimiento de las profecías del Antiguo Tes-
tamento y El mismo fue un profeta.
111
Las grandes doctrinas de la Biblia
2. Jesús fue el Sacerdote y el sacrificio. Como el Sacerdote, Él
se ofreció a sí mismo como el sacrificio perfecto por el
pecado.
3. Jesús es el ungido Rey de Reyes y el Señor de Señores.
LOS TíTULOS
DE JESÚS
t
Profeta
t
Pasajes bíblicos para la reflexión
Salmo 110
lsaías 42:1-4
Lucas 1:26-38
Hechos 3:17-26
Hebreos 5:5-6
112
Jesús de Nazaret tuvo más títulos que ninguna otra persona de la
historia. Una muestra breve incluiría a los siguientes:
Cristo
Señor
Hijo del Hombre
Salvador
Hijo de David
Gran Sumo Sacerdote
Hijo de Dios
Alfa y Omega
Maestro
Rabí
Justicia
Profeta
Rosa de Sarón
Lirio del Valle
Abogado
León de Judá
Cordero de Dios
Segundo Adán
Los principales titulas conferidos a Jesús son:
1. Cristo. El título de Cristo es utilizado con respecto a Jesús
con tanta frecuencia que la gente suele confundirlo con su apelli-
do. No se trata de un nombre, sin embargo, sino de un título que
hace referencia a su posición y a su obra como el Mesías. El término
Cristo proviene delgriego Christos, utilizado para traducir la palabra
hebrea Mesías. Cristo y Mesías significan "el Ungido".
En el Antiguo Testamento el concepto del Mesías prometido,
que sería ungido por el Espíritu Santo, era una idea compleja y de
varias aristas. No todos los judíos compartían la misma idea sobre
el Mesías.
Un concepto sobre el Mesías era que sería un rey. Sería el
ungido Hijo de David, el León de Judá, que restauraría el reino
113
Las grandes doctrinas de la Biblia
caído de David. (Este aspecto excitaba a los judíos y avivaba las
llamas de su esperanza en un gobernador político que los liberaría
del yugo de Roma.)
Pero el Mesías también era conocido como el Siervo de Dios,
como el Siervo Sufriente mencionado en la profecía de Isaías.
Parece ser imposible unir estas dos vertientes en una persona,
aunque obviamente 10 fueron en Jesús.
El Mesías sería también un ser celestial (el Hijo del Hombre)
y estaría relacionado con Dios el Padre de una manera singular
(el Hijo de Dios). Sería, además, el sacerdote y el profeta. Cuanto
más reconocemos la complejidad que encierra el concepto del
Mesías, más nos asombra la manera intrincada en que todas estas
vertientes se fusionaron en la persona y la obra de Jesús.
2. Señor. El segundo título utilizado con mayor frecuencia
para referirse a Jesús en el Nuevo Testamento es el título de Señor.
Este título es de suprema importancia para entender el retrato que
nos hace el Nuevo Testamento sobre Jesús. El término Señor es
utilizado de tres maneras distintas en el Nuevo Testamento. La
primera de ellas es una costumbre cordial y amable de dirigirse a
alguien, la que usamos cuando anteponemos la palabra "señor" al
apellido de alguien. El segundo uso se refiere al dueño de un
esclavo o "señor". En este caso se aplica a Jesús en un sentido
figurativo. Él es nuestro señor y nosotros sus esclavos. El tercer
uso es de carácter imperial. Se refiere a aquel que tiene la sobera-
nía.
En el primer siglo, los emperadores romanos exigían un
juramento de lealtad de parte de sus sujetos, quienes debían
confesar según la fórmula de que "César es el Señor". Los
cristianos sufrieron el martirio por negarse a cumplir esta orden.
En su lugar, proclamaban el primero de los credos cristianos,
"Jesús es el Señor". Llamar a Jesús "Señor" era una postura
radical desde el punto de vista de los romanos, pero también lo
era desde una perspectiva judía, ya que es el título dado a Dios
mismo en el Antiguo Testamento.
El título Señor le fue dado a Jesús por Dios el Padre. Es "el
nombre que es sobre todo nombre" al que Pablo hace referencia
en Filipenses 2:9.
3. El Hijo del Hombre. Este título es uno de los títulos más
fascinantes que se le haya dado él Jesús y, probablemente, uno de
los más mal entendidos. Debido a que la iglesia confiesa la
lU
Los títulos de Jesús
naturaleza dual de Jesús, que es verdaderamente hombre y verda-
deramente Dios, y a que la Biblia describe a Jesús como el Hijo
del Hombre y como el Hijo de Dios, puede resultar una tentación
suponer que el Hijo del Hombre se refiere a la humanidad de Jesús
y que el Hijo de Dios se refiere a su deidad. Esto, sin embargo, no
es exactamente así. Si bien el título el Hijo del Hombre incluye
un elemento de humanidad, su referencia primaria es la naturaleza
divina de Jesús. El título Hijo de Dios también incluye una
referencia a su deidad, pero nos está señalando principalmente la
obediencia de Jesús como el hijo.
Este título, el Hijo del Hombre, toma una importancia adicio-
nal cuando observamos que si bien ocupa el tercer lugar en cuanto
a su frecuencia de utilización en el Nuevo Testamento (bastante
bajo), ocupa el primer lugar (por un amplio margen) entre los
títulos que Jesús utiliza para referirse a sí mismo. El Hijo del
Hombre es por lejos ladesignación favorita de Jesús para sí mismo.
La importancia de este título surge de su vinculación con el
uso que hace Daniel en el Antiguo Testamento (véase Daniel
En dicho caso el Hijo del Hombre se refiere claramente a un ser
celestial que oficia en el papel de Juez cósmico. En labios de Jesús
el título no es un ejercicio de falsa humildad, sino una reivindica-
ción de su autoridad divina. Jesús reivindicó, por ejemplo, que el
Hijo del Hombre tenía autoridad para perdonar pecados (Marcos
2:10), una prerrogativa divina, y que era el Señor del Día de
Reposo (Marcos 2:28).
4. El Logos. No hay otro título para Jesús que haya engendra-
do tanto interés teológico y filosófico en los primeros tres siglos
que el título de Logos. El Lagos fue central para el desarrollo
temprano de la cristología de la iglesia. El prólogo del evangelio
de Juan es crucial para el entendimiento cristológico del Lagos.
Juan escribe "En el principio era el Verbo (Logos), y el Verbo
(Logos) era con Dios, y el Verbo (Logos) era Dios" (Juan 1:1).
En este pasaje asombroso el Lagos es distinguido de Dios
("era con Dios") y al mismo tiempo es identificado con Dios ("era
Dios"). Esta paradoja tuvo gran influencia sobre el desarrollo de
la doctrina de la Trinidad, en la que el Lagos es considerado 12,
Segunda Persona de la Trinidad. Difiere en persona del Padre,
pero es uno en esencia con el Padre.
Es fácil comprender por qué las filosofías cristianas
atraídas hacia el concepto del lagos como un título para Jesús.
11 ~
Las grandes doctrinas de la Biblia
bien el término lagos puede ser sencillamente traducido como
"verbo" o "palabra", había detrás de lagos una historia de uso
filosófico técnico que enriquecía su significado. Los antiguos
griegos habían estado preocupados por encontrarle un sentido al
universo y se habían embarcado, entonces, en la búsqueda de la
"realidad última" (la metafísica). Sus filósofos procuraban encon-
trar al factor o el poder unificador que trajera el orden y la armonía
a toda la diversidad existente en el reino de 10creado (la cosmo-
logía). Procuraban hallar un nous (una mente) a la que (o a quien)
atribuirle el orden de todas las cosas. A esta realidad suprema,
unificadora, los griegos habían denominado lagos. Proveía a la
realidad de coherencia o de "lógica". Este concepto fue usado por
Heráclito y luego por los filósofos estoicos, donde se utilizó como
una ley abstracta y cósmica.
Aunque el término está cargado de un bagaje filosófico griego
pre-cristiano, el uso bíblico de lagos abarca más que el uso griego.
En Génesis 1:3ss. se nos dice que "dijo Dios ... y fue". Entonces,
fue por la palabra de Dios que se hizo la creación. Lo que
diferencia al concepto de lagos de la filosofía griega, sin embargo,
es que el "lagos" del Nuevo Testamento es personal -la Palabra,
o el Verbo, se hizo hombre y como tal vivió y murió en nuestro
mundo.
Resumen
1. El Mesías significa "el Ungido" y es utilizado como un título
de Jesús para demostrar su papel como Rey y como Siervo
Sufriente. El Mesías es el título utilizado con mayor frecuen-
cia para referirse a Jesús.
2. El Señor es el título asignado a Jesús que le sigue en frecuen-
cia de uso, y se refiere a su autoridad suprema como Soberano
del universo.
3. El Hijo del Hombre es el título que Jesús utilizó con mayor
frecuencia para referirse a sí mismo. Este título se refiere
principalmente al papel desempeñado por Jesús como Juez de
todo el cosmos.
4. El título de Lagos tiene una rica herencia de la cultura hebrea
y griega. Jesús es el Lagos -el Creador del universo, la
realidad suprema detrás del universo, y Aquel que está cons-
tantemente sosteniendo al universo.
116
Los títulos de Jesús
Pasajes bíblicos para la reflexión
Génesis 1:1-2:3
Mateo 9:1-8
Mateo 16:13-21
Juan 1:1-18
Apocalipsis 19:11-16
117
Sproul__Grandes_Doctrinas_Biblia (1).pdf
LA DEIDAD DEL
EspíRITU SANTO
En la liturgia de la iglesia solemos escuchar la palabras "En el
nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén". Esta
expresión es una fórmula trinitaria que le asigna la deidad a las
tres personas de la Divinidad.
De manera similar entonamos el Gloria:
Gloria sea al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como fue en el principio, y es ahora, y siempre será, por
siempre. Amén.
Esta himno le asigna la gloria eterna a las tres personas de la
Trinidad. Se le asigna la gloria eterna al Espíritu Santo, junto con
el Padre y el Hijo.
Mientras que la deidad de Cristo ha sido tema de debate por
siglos, y este debate todavía continúa en la actualidad, la deidad
del Espíritu Santo es generalmente aceptada en la iglesia. Posi-
blemente la razón por la cual la deidad del Espíritu Santo no ha
sido tan controvertida es porque el Espíritu nunca tomó forma
humana.
La Biblia claramente representa al Espíritu Santo como pose-
yendo los atributos divinos y ejerciendo la autoridad divina. Desde
el siglo cuarto, casi todos los que concuerdan con el hecho de que el
Espíritu es una persona también concuerdan con que es divino.
En el Antiguo Testamento 10 que se nos dice de Dios también
es dicho sobre el Espíritu de Dios. Las expresiones "Dios dijo" y
"el Espíritu dijo" son utilizadas indistintamente repetidas veces.
En el Nuevo Testamento este esquema continúa, y posiblemente
el pasaje con más fuerza en este sentido sea el que encontramos
en Hechos 5:3-4, donde Pedro dice: "Ananías, ¿por qué llenó
Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustra-
jeseis del precio de la heredad? .. No has mentido a los hombres,
sino a Dios". Para decirlo lisa y llanamente, mentir al Espíritu
Santo es mentirle a Dios mismo.
La Escritura también le asigna atributos divinos al Espí-
ritu Santo. Pablo escribe sobre la omnisciencia del Espíritu
121
Las grandes doctrinas de la Biblia
en 1 Corintios 2:10-11, "El Espíritu todo lo escudriña, aun lo
profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas
del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así
tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de
Dios". El salmista atestigua sobre la omnipresencia del Espíritu
en el Salmo 139:7-8: "¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Ya dónde
huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en
el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás". El Espíritu
también trabaja en la creación, moviéndose sobre la faz de las
aguas (Génesis 1:1-2).
Como conclusión final sobre la deidad del Espíritu Santo
tenemos la bendición de Pablo en su segunda carta a los Corintios,
"La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión
del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén" (2 Corintios
13:14).
Resumen
1. La liturgia de la iglesia le atribuye la deidad al Espíritu Santo.
2. El Antiguo Testamento le asigna los atributos y la autoridad
divina al Espíritu Santo.
3. El Nuevo Testamento le asigna los atributos divinos al
Espíritu Santo.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Génesis 1:1-2
Hechos 5:3-4
Romanos 8:9-17
1 Corintios 6:19-20
Efesios 2:19-22
122
LA PERSONALIDAD
DEL EspíRITU SANTO
La noche que mi esposa se convirtió a Cristo exclamó: "Ahora sé
quién es el Espíritu Santo". Hasta ese momento ella había pensado
en el Espíritu Santo como "algo" y no como "alguien".
Cuando hablamos sobre la personalidad del Espíritu Santo,
queremos decir que el Tercer Miembro de la Trinidad es una
persona y no una fuerza. Esto resulta claro de la Escritura, donde
se utilizan solo pronombres personales para referirse al Espíritu.
En Juan 16:13, Jesús dijo: "Pero cuando venga el Espíritu de
verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su
propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber
las cosas que habrán de venir".
Como el Espíritu Santo se trata de una persona real y precisa
y no de una fuerza impersonal, nosotros tenemos la posibilidad
de disfrutar una relación personal con Él. Pablo le dio su bendición
a la iglesia de Corinto resaltando este hecho, "La gracia del Señor
Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean
con todos vosotros. Amén" (2 Corintios 13:14). Tener comunión
con alguien es entrar en una relación personal con ese alguien.
Además, se nos llama a no pecar contra el Espíritu Santo, a no
resistirle y a no afligirlo. Las fuerzas impersonales no pueden ser
"afligidas". La aflicción únicamente puede ser experimentada por
un ser personal.
Como el Espíritu Santo es una persona, es posible que le
oremos. Su papel en la oración es ayudarnos a expresarnos de
manera adecuada al Padre. Del mismo modo que Jesús intercede
por nosotros como nuestro Sumo Sacerdote, así el Espíritu Santo
intercede por nosotros en la oración.
Por último, la Biblia también nos habla del Espíritu Santo
realizando tareas que solo pueden ser llevadas a cabo por personas.
El Espíritu consuela, guía, y enseña a los elegidos (véase Juan 16).
Estas actividades son desarrolladas de manera tal que involu-
cran la inteligencia, la voluntad, el sentimiento y el poder. Él busca,
selecciona, revela, consuela, convence, y amonesta. Solo una
persona puede hacer tales cosas. La respuesta del cristiano, enton-
ces, no es la mera afirmación de que tal ser existe, sino obedecer,
123
Las grandes doctrinas de la Biblia
amar y adorar al Espíritu Santo, la Tercera Persona de la
Trinidad.
Resumen
EL TESTIMONIO INTERNO
DEL EspíRITU SANTO
l. El Espíritu Santo es una persona, no una fuerza impersonal.
2. La Escritura utiliza pronombres personales cuando se refiere
al Espíritu Santo.
3. La obra del Espíritu Santo requiere de una personalidad y
refleja una personalidad.
4. El cristiano disfruta de una relación personal con el Espíritu
Santo.
5. El Espíritu Santo debe ser adorado y obedecido.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Juan 16:13
2 Corintios 13:14
1 Timoteo 4: 1
Santiago 4:5
1 Juan 5:6
124
En cualquier obra teatral que involucre un juicio, incluyendo a
testigos, el testimonio que se brinde será crucial para el caso. El
testimonio es importante porque su función es ayudarnos a llegar
a la verdad del asunto. En algunos juicios, el testimonio de los
testigos es puesto en tela de juicio porque el carácter de los testigos
es sospechoso. El testimonio de un mentiroso psicópata es de poco
valor. Para que un testimonio sea creíble, el testigo debe ser
creíble.
Cuando Dios testifica la verdad sobre algo, su testimonio es
cierto. Su testimonio no puede ser recusado. El testimonio que
tiene a Dios como su autor no puede fallar. Se trata, de hecho, de
un testimonio infalible. Procede del carácter más elevado posible,
de la fuente más profunda de conocimiento, y de la autoridad más
suprema. La confiabilidad en el testimonio de Dios fue 10 que
impulsó a Lutero a declarar que "el Espíritu Santo no es escépti-
co,,1. Las verdades reveladas por el Espíritu son más ciertas que
la propia vida.
Juan Calvino enseñó que aunque las Escrituras manifiestan
signos claros y razonables de autoridad divina y exhiben la
suficiente evidencia de su procedencia divina, estas evidencias
recién nos convencen plenamente cuando han sido selladas ep
nuestros corazones por el testimonio interior del Espíritu Santo".
Cal vino reconoció la diferencia que existe entre las pruebas y el
convencimiento. Aunque seamos capaces de ofrecer evidencias
objetivas y precisas sobre la veracidad de la Escritura, esto no
constituye ninguna garantía de que las personas creerán en ella,
se rendirán a ella o la abrazarán. Para estar persuadidos de su
verdad necesitamos la ayuda del testimonio interno del Espíritu.
El Espíritu es quien nos hace someternos y rendirnos ante la
evidencia precisa de la verdad de las Escrituras.
En su testimonio interior, el Espíritu Santo no nos ofrece
ninguna información nueva y secreta o ningún argumento inteli-
gente que no estuviera de otro modo a nuestra disposición. Lo que
hace, en realidad, es operar sobre nuestros espíritus para quebrar-
los y vencer nuestra resistencia a la verdad de Dios. Nos mueve a
125
Las grandes doctrinas de la Biblia
rendirnos ante las enseñanzas claras de la Palabra de Dios y a
abrazarlas con total seguridad.
El testimonio interno del Espíritu no es una huida al misticis-
mo o un escape al subjetivismo, donde los sentimientos personales
son ascendidos a un rango de absoluta autoridad. Existe una
diferencia crucial entre el testimonio del Espíritu Santo a nuestros
espíritus y el testimonio humano de nuestros espíritus. El testimo-
nio del Espíritu Santo es a la Palabra de Dios. Nos viene con la
Palabra y a través de la Palabra. No nos viene por fuera de la
Palabra o sin la Palabra.
Del mismo modo que el Espíritu Santo da testimonio a
nuestros espíritus de que somos hijos de Dios, confirmando su
palabra a nosotros (Romanos 8:16), el Espíritu Santo también nos
asegura interiormente que la Biblia es la Palabra de Dios.
Resumen
1. El testimonio de Dios es completamente confiable.
2. La Biblia nos ofrece evidencia objetiva de que es la Palabra
de Dios.
3. No estamos plenamente convencidos de la verdad de la Escri-
tura sin el testimonio del Espíritu Santo.
4. El testimonio interno del Espíritu no ofrece ningún argumento
nuevo a la mente, sino que obra sobre nuestros corazones y
espíritus para rendirlos a la evidencia ya presente.
5. La doctrina del testimonio interno del Espíritu Santo no es
una licencia para creer que cualquier cosa que sintamos ser
verdadera sea verdadera.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Juan 15:13
Hechos 5:32
Hechos 15:28
Romanos 8:16
Gálatas 5:16-18
126
LA ILUMINACiÓN
DEL EspíRITU SANTO
Una de la invenciones modernas más útiles ha sido la linterna a
pilas. Cuando hay un corte de electricidad y la casa se SU111erge
en la oscuridad, la linterna es un salvavidas. Su función es hacer
brillar la luz en la oscuridad para que podamos ver lo que hay allí.
Sirve para iluminar la escena.
La Biblia no es un libro de oscuridad. Por el contrario, es la
fuente de luz tan necesaria. El salmista dice sobre la Palabra de
Dios "lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino"
(Salmo 119:105).
No todas las partes de la Escritura son igualmente claras para
nuestro entendimiento. Algunos pasajes son difíciles de entender.
En algunos pasajes debemos hacer un gran esfuerzo para discernir
el significado del texto. La consecuencia del pecado sobre noso-
tros ha sido la de envolver nuestras mentes en la oscuridad. Debido
a nuestra naturaleza caída, somos criaturas en la oscuridad, deses-
peradas por la luz.
Aunque las Escrituras en sí mismas son nuestra luz, todavía
tenemos necesidad de iluminación adicional para que podamos
percibir la luz con claridad. El mismo Espíritu Santo que inspira
la Escritura, trabaja para iluminar las Escrituras para nuestro
beneficio. Él hará que la luz original ilumine todavía más. La
iluminación es el trabajo del Espíritu Santo. Él nos ayuda a
escuchar, a recibir y a entender adecuadamente el mensaje de la
Palabra de Dios. Como lo expresa el apóstol Pablo:
Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha prepa-
rado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por
el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo
de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre,
sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció
las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios (l Corintios 2:9-11).
Pablo está haciendo una analogía extraída de la experiencia
humana. Es posible aprender muchas cosas nuevas sobre mí
observándome o escuchando lo que se dice de mí, pero no es
127
"¿Has recibido el bautismo del Espíritu Santo?" A cualquier
persona hoy en día que se convierta en cristiano tarde o temprano
se le hará esta pregunta. Esta pregunta la suelen formular los
cristianos carismáticos, muy entusiastas de sus experiencias con
el Espíritu Santo.
Una doctrina que en un tiempo estaba confinada a las Iglesias
Pentecostales y a las Asambleas de Dios, se ha convertido ahora
de vital importancia para un número muy extendido de creyentes.
El movimiento neo-Pentecostal ha alcanzado a casi todas las
denominaciones cristianas. Un sentimiento de excitación y de
renovación espiritual suele acompañareste descubrimiento fresco
de la presencia y el poder del Espíritu Santo en la iglesia.
El neo-Pentecostalismo ha buscado definir la doctrina del
bautismo del Espíritu Santo basándose en las experiencias de las
personas. Esta doctrina ha sido motivo de mucha controversia.
Por 10 general, si bien no siempre, el cristiano carismático
considera que el bautismo del Espíritu Santo es una segunda obra
de gracia, distinta y subsiguiente a la regeneración y la conversión.
Es una obra del Espíritu Santo que esta disponible para todos los
cristianos, pero que no todos los cristianos toman posesión de ella.
Los carismáticos están divididos entre sí sobre el tema de si el
hablar en lenguas es una señal o manifestación necesaria del
"bautismo".
Los Pentecostales señalan que en el libro de Hechos los
creyentes (que obviamente ya habían experimentado la obra de
regeneración del Espíritu con anterioridad a Pentecostés) fueron
llenos del Espíritu Santo y hablaron en lenguas. Este modelo
bíblico, que incluye el transcurso del tiempo entre la conversión y el
bautismo del Espíritu,es visto como normativo para todas las edades.
Los Pentecostales están en lo cierto cuando distinguen entre
la regeneración del Espíritu Santo y el bautismo del Espíritu
Santo. La regeneración se refiere al Espíritu Santo otorgándole al
creyente una nueva vida -resucitando a la vida a alguien que
estaba muerto en el pecado. El bautismo del Espíritu Santo se
refiere a Dios dotando a su pueblo del poder para el ministerio.
Las grandes doctrinas de la Biblia
posible saber lo que está ocurriendo en realidad en mi mente ni
en mi espíritu a no ser que yo mismo opte por revelarlo. Solamente
yo sé lo que estoy pensando. (Aunque a veces, ¡estoy seguro que
mi esposa puede leer mi pensamiento!)
De la misma manera, es el Espíritu Santo quien conoce los
pensamientos más secretos de Dios. Pablo nos dice que el Espíritu
"escudriña" lo profundo de Dios. Esto no significa que el Espíritu
Santo deba investigar o estudiar la mente de Dios para ser instrui-
do. No está buscando información que Él no tenga. "Escudriña"
del mismo modo que lo hace una linterna en la noche para traer a
la luz lo que de otro modo quedaría oculto.
La iluminación no debe ser confundida con la revelación. Hoy
en día se ha vuelto un lugar común oír hablar a las personas sobre
revelaciones privadas que dicen haber recibido del Espíritu Santo.
La obra de iluminación del Espíritu Santo no es la de proveer
nueva información o nuevas revelaciones aparte de las que encon-
tramos en la sagrada Escritura.
El cristianismo reformado niega enfáticamente que Dios esté
dando hoy día nuevas revelaciones normativas. El Espíritu toda-
vía está trabajando para iluminar lo que ha sido revelado en la
Escritura. El Espíritu nos ayuda a entender la Biblia, nos convence
de la verdad de la Biblia, y aplica esta verdad en nuestras vidas.
Trabaja con la Palabra y a través de la Palabra. Su tarea nunca
consiste en enseñar algo contrario a la Palabra. Por 10tanto, resulta
siempre necesario comparar lo que escuchamos con la enseñanza
de la Escritura. La Escritura es el libro del Espíritu.
Resumen
l. La iluminación se refiere a la ayuda que el Espíritu Santo nos
brinda para entender y aplicar la Escritura.
2. La iluminación no debe ser confundida con la revelación.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Juan 16:13-15 2 Pedro 1:21
1 Corintios 2:9-16
EL BAUTISMO
DEL EspíRITU SANTO
128 129
Las grandes doctrinas de la Biblia
Si bien la diferencia entre la regeneración y el bautismo del
Espíritu Santo es legítima, el hacer que el transcurso del tiempo
entre ambos sea normativo para todas las edades no es válido. El
modelo normal, desde el tiempo de los apóstoles, ha sido que los
cristianos recibieran el poder del Espíritu Santo de manera con-
comitante con la regeneración. No es necesario que los creyentes
busquen un bautismo específico a una segunda obra del Espíritu,
subsiguiente a su conversión. Todos los cristianos están, en mayor
o menor grado, llenos del Espíritu -dependiendo de cuanto de sí
han rendido al Espíritu.
Otro problema relacionado con la doctrina pentecostal es que
nos brinda una visión inadecuada de Pentecostés. Pentecostés
representa la divisoria de las aguas en la historia del Nuevo
Testamento. En el Antiguo Testamento, solo un grupo muy selec-
to de creyentes habían recibido los dones de Dios para el minis-
terio (véase Números 11). Este modelo se modificó en Pentecos-
tés. En Pentecostés todos los creyentes presentes (quienes eran
todos judíos) recibieron el bautismo. De manera similar, recibie-
ron e!bautismo del Espíritu cuando e!Espíritu también se derramó
en los convertidos en Samaria (Hechos 8), los creyentes en la casa
de Camelia (Hechos 10), y los discípulos gentiles de luan en
Éfeso (Hechos 19).
Los primeros creyentes no pensaban que los samaritanos, los
temerosos de Dios, y los discípulos gentiles de Juan podían ser
cristianos. Por eso, el bautismo del Espíritu Santo sirvió como
confirmación de su calidad de miembros dentro de la iglesia.
Como cada uno de estos grupos había experimentado el bautismo
del Espíritu Santo de la misma manera que lo habían experimen-
tado los judíos en Pentecostés, no había forma de rechazar su
inclusión en la iglesia. Pedro mismo tuvo esta experiencia perso-
nalmente. Cuando Pedro vio que el Espíritu Santo había venido
sobre los gentiles temerosos de Dios que estaban en la casa de
Camelia, concluyó que no había ningún motivo para mantenerlos
alejados de la plena comunión en la iglesia. Pedro dijo: "¿Puede
acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos
que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?"
(Hechos 10:47).
Los episodios del bautismo del Espíritu Santo subsiguientes
a Pentecostés deben ser entendidos como una prolongación de
Pentecostés por medio de la cual todo el cuerpo de Cristo tiene el
130
El bautismo del Espíritu SCllJ!O
don del ministerio. En la iglesia del Nuevo Testamento no todos
los creyentes hablaban en lenguas, pero todos los cristianos tenían
el don del Espíritu Santo. Se había cumplido así con la profecía
de Joel (Hechos 2:16-21).
Resumen
l. El bautismo del Espíritu Santo es una obra específica en la
cual el Espíritu dota a los creyentes con los dones para el
ministerio.
2. En Hechos, el Espíritu Santo es derramado en cuatro grupos
(los judíos, los samaritanos, los temerosos de Dios, y los
gentiles), indicando así que todos están incluidos en la iglesia
de! Nuevo Pacto.
3. Pentecostés cumple la profecía del Antiguo Testamento que
dice que el Espíritu sería derramado sobre todos los creyentes
y no estaría restricto a unos pocos.
Pasajes bíblicos para la reflexión
loeI2:28-29
luan 7:37-39
Hechos 2:1-11
1 Corintios 12
1 Corintios 14:26-33
1'11
EL EspíRITU SANTO
COMO EL CONSOLADOR
Al enseñar en vísperas de su muerte en el aposento alto, Jesús se
explayó sobre el Espíritu Santo. Dijo: "Y yo rogaré al Padre, y os
dará otro Consolador" (Juan 14:16). La palabra Consolador a
veces es traducida como "Ayudador" o "Consejero" y proviene
de la palabra griega paracleto.
Lo primero que nos llama la atención en este pasaje es que
Jesús nos promete otro "Paracleto" o "Ayudador". Para que Jesús
haya dicho que el Espíritu Santo sería otro Ayudador es necesario
que haya habido un Ayudador antes del Espíritu. El Nuevo
Testamento identifica claramente al Primer Ayudador, o Paracle-
to, con Jesús mismo. Juan escribe'. "Hijitos míos, estas cosas os
escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado
tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo" (l Juan 2:1).
El título de Abogado que se le da a Jesús en esta oportunidad
es otra traducción posible de la palabra griega paracleto. Vemos
entonces que Jesús es el primer Paracleto, y Jesús oró para que
posteriormente a su partida de este mundo el Padre proveyera de
otro Paracleto en su ausencia. El Espíritu fue enviado para ser el
sustituto de Cristo, Él es el vicario supremo de Cristo sobre la
tierra.
En el mundo de la antigüedad, un paracleto era alguien que
había sido llamado para brindar su asistencia en una corte legal.
El Espíritu Santo, al desempeñar este papel, cumple con más de
una tarea. Uno de sus trabajos es la ayuda que el Espíritu brinda
al creyente que se dirige al Padre. Pablo le escribe a la iglesia en
Roma:
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues
qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del
Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los
santos (Romanos 8:26-27).
El Espíritu Santo también ayuda al creyente a dirigirse al
mundo. Habla por nuestro intermedio cuando nos enfrentamos al
133
Las grandes doctrinas de la Biblia
conflicto, como lo prometió Jesús en Marcos 13:11. El Espíritu
nos defiende frente al mundo procesándolo por el pecado. El
Espíritu Santo trabaja para reivindicar la justicia frente a los
ataques de los impíos.
El concepto del Paracleto también incluye el papel del Con-
solador. Esto está vinculado a dos aspectos. Es una fuente de solaz
para los heridos, los derrotados, y los afligidos. El segundo
aspecto es de igual importancia. La palabra Consolador en su
derivado latino significa "con fuerza". El Espíritu viene a nosotros
cuando tenemos necesidad de fuerza. Nos dota de coraje y de
valentía. En su papel como el Consolador, nos consuela y nos da
el coraje para que en Cristo seamos más que vencedores (Roma-
nos 8:37).
Resumen
1. Jesús es nuestro primer Consolador en su papel como Abo-
gado delante del Padre.
2. El Espíritu Santo es otro Consolador, el sustituto de Jesús
después de su ascensión.
3. El Espíritu actúa como nuestro Ayudador actual.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Juan 14:16-18
Hechos 19:1-7
Romanos 8:26-27
Gálatas 4:6
134
EL EspíRITU
COMO SANTIFICADOR
Dios llama a todas las personas a reflejar su carácter santo: "Como
aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda
vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque
yo soy santo" (l Pedro 1:15-16). Nuestro problema radica en que
nosotros mismos no somos santos. Sin embargo, la Biblia se
refiere a nosotros como "santos". El término santo significa "uno
que es santo". Como no podemos encontrar la santidad en noso-
tros mismos, debemos ser hechos santos. Es el Espíritu Santo el
que actúa en nosotros para hacernos santos, para hacernos con-
forme a la imagen de Cristo. Como la Tercera Persona de la
Trinidad, el Espíritu Santo no es más santo que el Padre ni que el
Hijo. Sin embargo, no hablamos del Padre Santo, del Hijo Santo
y del Espíritu Santo. Al Espíritu de Dios se lo llama el Espíritu
Santo no tanto por su persona (que sin duda es santa) sino por su
obra, que nos hace santos.
Es la tarea especial del Espíritu Santo hacernos santos. Él nos
consagra. El Espíritu Santo cumple el papel de santificador. Ser
santificado es ser hecho santo, o justo. La santificación es un
proceso que comienza en el instante en que nos convertimos en
cristianos. El proceso continúa hasta nuestra muerte cuando el
creyente es hecho justo por última vez, completamente y para
siempre.
La fe de la Reforma es muy precisa en cuanto a su énfasis
sobre la obra del Espíritu Santo por sí solo en la regeneración. No
lo ayudamos al Espíritu Santo en nuestro nuevo nacimiento.
Rechazamos de plano cualquier noción de esfuerzo cooperativo
en el nuevo nacimiento del creyente. La santificación, sin embar-
go, es otro asunto. Nuestra santificación es un emprendimiento
cooperativo. Debemos trabajar junto con el Espíritu Santo para
crecer en la santificación. El apóstol Pablo expresó esta idea en
su carta a la iglesia de Filipo:
Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como
en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia,
ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios
135
Las grandes doctrinas de la Biblia
es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su
buena voluntad (Filipenses 2:12-13).
El llamado a la cooperación implica trabajo. Debemos traba-
jar en serio. Trabajar con temor y temblor no sugiere un espíritu
de terror sino de reverencia unida al esfuerzo. Somos consolados
por el conocimiento de saber que no estamos solos para hacer este
trabajo ni librados a nuestros propios esfuerzos. Dios está traba-
jando dentro nuestro para lograr nuestra santificación.
El Espíritu Santo mora dentro del creyente, obrando para
producir una vida más justa y un corazón más recto. Debemos ser
cuidadosos, sin embargo, y no confundir la morada interior del
Espíritu Santo con ninguna deificación del individuo. El Espíritu
está dentro del creyente y obra con el creyente, pero no se
convierte en el creyente. El Espíritu obra para producir la santifi-
cación de los seres humanos, no la deificación de las criaturas.
Cuando el Espíritu mora en nosotros, Él no se convierte en
humano ni nosotros nos convertimos en dioses. El Espíritu Santo
no destruye nuestras identidades personales como seres humanos.
Por medio de nuestra santificación nos hemos de convertir en
semejantes a Dios en nuestro carácter, pero no en nuestro ser.
Resumen
1. Dios nos llama a reflejar su santidad.
2. Para ser santos es necesario que recibamos la santidad desde
fuera de nosotros mismos.
3. El Espíritu Santo es llamado santo por su obra como nuestro
santificador.
4. La santificación es un proceso que dura toda la vida.
5. La santificación es un trabajo cooperativo, que involucra al
creyente y al Espíritu Santo.
6. El Espíritu Santo que mora en nosotros no nos deifica.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Juan 15:26
2 Corintios 3:17-18
Gálatas 4:6
Filipenses 2:12-13
1 Pedro 1:15-16
136
L([))§ §cerce§ huJtll&n(Q)§
y la c&ídLa
EL CONOCIMIENTO DE
UNO MISMO Y EL
CONOCIMIENTO DE DIOS
Una palmada en las nalgas suele acompañar la llegada de un bebé
a este mundo. La respuesta del niño es prorrumpir en una protesta
estridente. ¿Por qué llora el bebé? ¿Es el llanto una respuesta al
dolor? ¿O al miedo? ¿O acaso llora de rabia?
Posiblemente el llanto sea provocado por todos estos factores.
Nuestra entrada a este mundo está marcada por ruido y furia. Esta
protesta inicial es considerada por algunos como la expresión no
solo del significado del nacimiento sino del significado de la vida
en su totalidad.
Macbeth murmuraba:
La vida no es más que una sombra que pasa,
un histrión que se ensobérbese y se impacienta
el tiempo que le toca estar en el tablado,
y de quien luego nada se sabe: es un cuento
que dice un idiota, lleno de miedo y de arrebato,
pero falto de toda significación1
.
No tener ningún significado es ser completamente insignifi-
cante. Ser insignificante es no tener ningún sentido. Y no tener
ningún sentido es no tener ningún valor.
El sentido de mi vida y el de la de todos está vinculado a las
preguntas ¿Quiénes somos? y ¿Qué somos? Es una cuestión de
identidad. Mi identidad está en última instancia vinculada a mi
relación con Dios. No puedo entender quién o qué soy si no
entiendo quién o qué es Dios.
Existe una dependencia mutua entre nuestro conocimiento de
nosotros mismos y nuestro conocimiento de Dios. Tan pronto
como adquiero conocimiento de mí con yo, tomo conciencia de
que no soy Dios; soy una criatura. Tengo una fecha de nacimiento,
un instante en que mi vida comenzó sobre esta tierra. Mi punto de
partida tallado en mi lápida no será la eternidad. No puedo saber
cuál ha de ser la fecha final sobre mi lápida, pero la primera fecha
fue 1939.
Mi sentido de criatura hace que mi pensamiento se vuelque
hacia el pasado, o "hacia arriba", a mi Creador. No puedo con-
139
Las grandes doctrinas de la Biblia
templar a Dios ni a ninguna otra cosa externa a mí mismo hasta
no tomar conciencia de mí. Sin embargo, no puedo entender todo
mi significado hasta que no me entienda en relación con Dios. En
última instancia, entonces, la antropología, el estudio del hombre,
es una subdivisión de la teología, el estudio de Dios.
La crisis de la humanidad moderna la encontramos en la
ruptura entre la antropología y la teología, entre el estudio de los
seres humanos y el estudio de Dios. Cuando nuestra historia es
narrada en forma aislada o divorciada de la historia de Dios,
entonces sí se convierte en falta "de toda significación". Si nos
consideramos sin referencia a Dios, nos convertimos en "una
pasión inútil" como lo afirmó el filósofo Jean-Paul Sartre.
¿En qué consiste "una pasión inútil"? Una pasión es un
sentimiento intenso. La vida humana está signada por sentimien-
tos intensos. Entre ellos hay pasiones tales como el amor, el odio,
el temor, la culpa, la ambición, la lujuria, la envidia, los celos, y
muchísimos más. Como criaturas tenemos sentimientos muy pro-
fundos sobre nuestras vidas. La pregunta nos angustia: ¿Acaso
todos estos sentimientos son inútiles? ¿Acaso todo nuestro esfuer-
zo y nuestro amor es un simple ejercicio en la futilidad, una
excursión de vanidad?
Está en juego el significado de nuestras vidas. Nos estamos
jugando nuestra dignidad. Si se considera a los seres humanos
aislados, no relacionados con Dios, entonces permanecen solos e
insignificantes. Si no somos criaturas hechas por Dios y relacio-
nadas con Dios, entonces somos un mero accidente cósmico.
Nuestro origen es insignificante y nuestro destino es igualmente
insignificante. Si surgimos del barro por accidente y hemos de
desintegrarnos en el vacío o en el abismo de la nada, entonces
estamos viviendo nuestras vidas entre los dos polos del más
absoluto sin sentido. Somos ceros a la izquierda, desnudos de
dignidad o de valor.
El dotar temporalmente de dignidad a un ser humano que se
encuentra entre los polos de un origen sin sentido y un destino sin
sentido, es acceder meramente a los caprichos de un sentimiento.
Nos ilusionamos con nuestro propio engaño.
Nuestro origen y nuestro destino están unidos a Dios. El único
significado final que podemos tener debe ser teológico. Esta
misma pregunta que nos hacemos ya fue formulada por el sal-
mista:
140
El conocimiento de 1II1O mismo v el conocimiento de Dios
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas
que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él
memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho
poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra
(Salmo 8:3-5).
Haber sido creados por Dios es estar relacionados con Dios.
Esta relación ineludible nos brinda la seguridad de que no somos
ruido o sentimientos inútiles. En la creación recibimos una corona
de gloria. Una corona de gloria es una tiara de dignidad. Con Dios,
tenemos dignidad; sin Dios, no somos nada.
Resumen
1. No podemos conocer a Dios sin antes tomar conciencia de
nosotros mismos.
2. No nos podemos conocer a nosotros mismos con precisión si
no conocemos antes a Dios.
Conocimiento de DIOS
~Conocimiento más
elevado de uno mismo
Conocimiento de uno
mismo (conciencia de uno mismo)
El conocimiento de uno mismo nos conduce al conocimiento
de Dios, el cual a su vez nos brinda un entendimiento más
elevado y más completo de nosotros mismos.
3. Los seres humanos en relación con Dios: Un origen con un
propósito +Un destino con un propósito = Una vida con sentido.
4. Los seres humanos sin relación con Dios: Un origen sin
sentido + Un destino sin sentido =Una vida sin sentido.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Génesis 1:27 Hechos 17:22-31
Salmo 51 Romanos 1:18-23
Hechos 14:8-18
141
LOS SERES HUMANOS
CREADOS A IMAGEN
DE DIOS
En el arte, el hacer imágenes es un ejercicio de belleza. La pintura,
la escultura, y otras artes suelen ser imitativas. Mediante nuestra
creación imitamos a los objetos de la vida real.
El artista principal es Dios. Cuando Dios diseñó el universo,
dejó su sello sobre él de manera tal que los cielos declaran su gloria
y el firmamento nos muestra su obra.
Cuando Dios hizo a las criaturas que habitan la tierra y el mar,
creó una criatura singular, hecha a su propia imagen. Génesis
1:26-27 nos dice:
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, con-
forme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las
aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, yen todo animal
que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen,
a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Como la Biblia dice que fuimos creados a la imagen y seme-
janza de Dios, algunos (en especial los católicos) han llegado a la
conclusión de que existe una diferencia entre ser a imagen y ser
a semejanza de Dios. Pero la estructura del lenguaje bíblico nos
indica que la imagen y la semejanza se refieren a una misma cosa.
Somos los iconos de Dios, criaturas hechas con la capacidad única
de reflejar el carácter de Dios, como si fuésemos un espejo.
El haber sido hechos a imagen de Dios suele entenderse como
señalando el sentido de que somos como Dios. Aunque Él es el
Creador y nosotros sus criaturas, y aunque Dios nos trasciende en
esencia, en poder yen gloria, sin embargo en cierto sentido somos
como Él. Hay algún tipo de analogía entre Dios y nosotros. Dios
es un ser moral e inteligente. Nosotros también somos agentes
morales equipados con una mente, un corazón y una voluntad.
Estas facultades hacen posible que podamos reflejar la santidad
de Dios, santidad que fue nuestra vocación original.
La palabra hombre, cuando es utilizada en los pasajes de la
Escritura como "creó Dios al hombre a su imagen" (Génesis 1:27),
significa "la humanidad". Tanto el varón como la hembra de la
especie humana han sido creados a imagen de Dios. Parte de esta
143
Las grandes doctrinas de la Biblia
imagen comprende el llamado de la humanidad a gobernar la
tierra, a tener dominio sobre ella. Hemos sido llamados a cultivar,
a llenar, y a guardar esta tierra como los regentes de Dios. Hemos
sido llamados a reflejar el carácter del gobierno justo de Dios
sobre el universo. Él nunca saquea o explota lo que domina, sino
que reina con justicia y bondad.
En ocasión de la caída de la humanidad, algo terrible ocurrió.
La imagen de Dios perdió su lustre. Nuestra capacidad para
reflejar su santidad se vio tan afectada que ahora este espejo está
opaco.
La caída, sin embargo, no destruyó nuestra humanidad. Aun-
que nuestra capacidad para reflejar la santidad de Dios se perdió
en la caída, todavía somos humanos. Todavía tenemos una mente,
un corazón y una voluntad. Todavía llevamos la marca de nuestro
Creador sobre nosotros. Cristo es quien restaura la plenitud de la
imagen de Dios en los seres humanos. Él es, como lo declara el
autor de Hebreos, "el resplandor de su gloria, y la imagen misma
de su sustancia" (Hebreos 1:3).
Resumen
l. Dios creó a los seres humanos -al varón ya la hembra- a su
imagen y semejanza.
2. Existe cierta analogía entre Dios y los seres humanos que hace
posible la comunicación entre ambos.
3. Los seres humanos, como Dios, son agentes morales con las
facultades de pensamiento y voluntad.
4. Los seres humanos han sido llamado a ejercer el dominio
sobre la tierra.
5. En la caída, la imagen de Dios en los seres humanos se opacó.
6. Cristo es la imagen perfecta de Dios. Él nos está restaurando
a la plenitud de la imagen de Dios.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Génesis 9:6
Romanos 8:29
1 Corintios 15:42-57
Colosenses 1:15
144
LOS SERES HUMANOS
COMO CUERPO Y ALMA
Tres veces a la semana me someto a la tortura de mi entrenador
en el Gimnasio de Gold. Él es mi Faraón privado, mi Simon
Legree. El ejercicio cardiovascular, la bomba de hierro, y las
rutinas de contorsiones son parte de mi dieta. Todo esto a pesar
del conocimiento de la Escritura que dice que i"el ejercicio
corporal para poco es provechoso" (l Timoteo 4:8)!
Mientras me preocupo por mi cuerpo, por su peso, su aparien-
cia y su salud, vienen a mi mente las palabras de Jesús: "Y no
temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar;
temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en
el infierno" (Mateo 10:28).
Los seres humanos, creados a imagen y semejanza de Dios,
son criaturas hechas de un cuerpo material y de un alma no
material. Esta alma también es llamada espíritu.
Tanto el cuerpo como el alma fueron creados por Dios y
constituyen dos aspectos distintos de nuestra personalidad. El
punto de vista bíblico sobre los seres humanos difiere marcada-
mente del punto de vista de los antiguos griegos. Nuestro cuerpo
y alma forman una dualidad, no un dualismo. En las teorías
dualísticas, el cuerpo y el alma son vistos como dos sustancias
incompatibles que coexisten en constante tensión. Son fundamen-
talmente incompatibles. El dualismo suele afirmar que hay algo
inherentemente malvado o imperfecto en cualquier cosa física y,
por 10 tanto, considera que el cuerpo es un recipiente malvado para
contener al alma pura. Para los griegos, la salvación significaba
en última instancia ser redimidos del cuerpo, cuando el alma
finalmente fuera liberada de la prisión de la carne.
El punto de vista bíblico es que el cuerpo fue creado bueno y
no hay ningún mal inherente a su sustancia física. Sin embargo,
padece la corrupción moral de la misma manera que el alma. Los
seres humanos son pecaminosos tanto en su cuerpo como en su
alma. El cristianismo no enseña la redención independiente del
cuerpo, sino la redención del cuerpo.
Al ser una dualidad, los seres humanos son una entidad con
dos partes distintas unidas por el acto creativo de Dios. No
145
Las grandes doctrinas de la Biblia
ninguna necesidad, ni filosófica ni exegética, para agregar otra
tercer parte o sustancia (como un espíritu) para sortear la tensión
dualística. La teología ortodoxa rechaza la visión tricotómica de
los seres humanos, que concibe a los seres humanos como inte-
grados por tres partes: el cuerpo, el alma y el espíritu.
Aunque hay muchos teólogos que han argumentado en favor
de la inmortalidad natural o esencial del alma humana, es impor-
tante recordar que el alma humana: (1) ha sido creada por Dios
y no es inherentemente eterna; (2) aunque no está compuesta por
materia y como tal sujeta a las fuerzas físicas, de todos modos es
factible de ser destruida por Dios. El alma no puede existir en
ningún momento separada del poder sustentador de Dios. "En él
vivimos, y nos movemos, y somos" (Hechos 17:28).
En el momento de la muerte, aunque el cuerpo muere, el alma
del creyente y del no creyente continúan viviendo. Los creyentes
aguardan la consumación de su redención con la resurrección y la
glorificación de sus cuerpos, mientras que los impenitentes aguar-
dan el juicio final de Dios. Como Dios preserva al alma de la
muerte, los seres humanos tienen una continuidad de su existencia
personal conciente más allá de la muerte. Toda la persona ha
caído; tanto el cuerpo como el alma son los objetos de la gracia
salvífica de Dios.
Resumen
l. Los seres humanos tienen un cuerpo material y un alma
inmaterial.
2. Los seres humanos son una unidad-en-la-dualidad. El cris-
tianismo rechaza la noción griega de dualismo.
Los seres humanos-Unídad en la dualidad
CUERPO ALMA
Los seres humanos como cuerpo y alma
Concepto griego=Dualismo unificado
CUERPO ALMA
---. ..--
Trtcotomlael,a tensión entre el cuerpo
y el alma aliviada por el espíritu
m
UJ
u
CUERPO ji' ALMA
---. =1 ..--
e
3, El cuerpo humano forma parte de la buena creación de Dios.
Aunque cayó, junto con el alma, ninguno de los dos son
inherentemente malvados.
4. El alma humana no es naturalmente eterna. Debió ser creada
y sustentada por Dios.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Génesis 1:1-2:25
Eclesiastés 12:7
Mateo 10:28
Romanos 8:18-23
1 Corintios 15:35-55
147
LOS SERES HUMANOS
COMO CARNE Y EspíRITU
En la iglesia moderna hay mucha confusión con respecto al
significado bíblico de la carne y el espíritu. Por un lado, la
iglesia todavía está luchando contra la idea griega de que todo
lo que sea físico debe ser malo en cierto grado. Algunos, por lo
tanto, suponen que la vida cristiana es algo que debe ser
completamente espiritual y que no puede tener nada que ver
con nuestra existencia corporal. Algunos llevan este requisito
al extremo de considerar necesariamente malas todas las funcio-
nes corporales, como comer, beber y la satisfacción sexual. Otros,
creyendo que el cuerpo carece de importancia, se engañan creyen-
do que no importa como sea utilizado el cuerpo siempre y cuando
su alma esté saludable. Ambas perspectivas reflejan una grave
distorsión de la enseñanza bíblica sobre el cuerpo y el espíritu,
según la cual ambos son importantes y deben ser alimentados
cuidados.
Surge un segundo problema cuando se hace una diferencia
demasiado marcada entre los cristianos "carnales" y los cristianos
"espirituales". En este caso debemos considerar tres tipos de
personas: (l) los que no son cristianos y son carnales, (2) los
cristianos carnales, y (3) los cristianos llenos del Espíritu. Sí
pensamos en un cristiano carnal como en una persona totalmente
vacía del Espíritu Santo, entregada a un estilo de vida completa-
mente carnal, no estamos hablando de un cristiano carnal, estamos
hablando de alguien que ni siquiera es cristiano. Una persona
puede profesar ser cristiano y seguir siendo completamente car-
nal, haciendo de su profesión una mentira. Un cristiano comple-
tamente carnal es una contradicción.
Todos los cristianos han sido llenos por el Espíritu. La "ple-
nitud" del Espíritu puede ser de menor a mayor grado; porque los
cristianos varían entre sí, se han entregado al Espíritu en distinto
grado. Pero el Espíritu habita dentro de todos los cristianos.
El apóstol Pablo habla sobre una lucha o conflicto que el
creyente experimenta entre la carne y el espíritu. Al hacerlo, Pablo
no está enseñando un dualismo o una falta de armonía entre el
cuerpo y el alma. El conflicto descrito por Pablo no puede ser
1;10
Las grandes doctrinas de la Biblia
reducido a una lucha entre los deseos o apetitos físicos y las
virtudes espirituales. El conflicto es más profundo que eso.
La palabra carne (sarx) es a veces utilizada en el Nuevo
Testamento como un sinónimo virtual de cuerpo (soma). Sin
embargo, cuando esta palabra es usada en claro contraste con
espíritu (pneuma), suele referirse a algo diferente del cuerpo
físico. La carne en dicho caso suele referirse a la naturaleza
corrupta de los seres humanos caídos. Cuando el Espíritu Santo
nos regenera y nos convertimos en nuevas criaturas en Cristo, el
poder de nuestra naturaleza caída (la carne) es conquistado pero
no destruido. Como la santificación consiste en un proceso que
dura toda la vida, los cristianos están inmersos en una lucha diaria
con su vieja naturaleza mientras buscan crecer en el Espíritu y en
la gracia. La vieja persona muere día a día mientras que la nueva
persona en Cristo se fortalece por el Espíritu Santo que mora en
ella. El Espíritu, que nos ha dado su palabra y nos ha sellado, será
quien finalmente prevalezca en esta lucha. Mientras tanto, sin
embargo, la lucha puede ser muy intensa. Los cristianos deben
seguir luchando contra el pecado y la tentación. La conversión nos
libera del control total de la carne, pero no nos perfecciona.
Esta lucha entre la vieja persona (la carne) y el Espíritu
continúa hasta nuestra muerte. Después de la muerte hemos de ser
glorificados: la carne será completamente aniquilada, y la nueva
persona será completamente purificada.
Resumen
l. La Biblia rechaza la noción griega que considera al cuerpo
intrínsecamente malo.
2. Los cristianos no deben ni despreciar ni exaltar al cuerpo. El
cuerpo y el alma tienen necesidad de santificación.
3. Ningún cristiano puede ser completamente carnal ni comple-
tamente libre de carnalidad.
4. El Espíritu Santo habita en todos los cristianos.
5. La lucha entre la carne y el espíritu no es un conflicto entre
el cuerpo y el alma sino un conflicto entre nuestra naturaleza
de pecado caída (la vieja persona) y nuestra naturaleza rege-
nerada (la nueva persona).
6. La lucha entre la carne y el Espíritu continúa durante toda la
vida del cristiano hasta su glorificación.
150
Los seres humanos como carne v espíritu
Pasajes bíblicos para la reflexión
Mateo 26:36-41
Juan 3:6
Romanos 7:13-8:17
Efesios 2:1-3
1 Pedro 2:11
151
SATANÁS
La figura de Satanás suele ser concebida como un fugitivo de una
fiesta de "Halloween", Se lo retrata vistiendo un ridículo traje
rojo. Tiene espuelas, cuernos, una cola, y lleva consigo un triden-
te. Esta figura es motivo de ridículo entre quienes niegan el
cristianismo bíblico. En determinada ocasión le pregunté a mi
clase de unos treinta estudiantes: "¿Cuántos creen en Dios?" La
mayoría de los estudiantes levantó su mano. Luego pregunté:
"¿Cuántos creen en el diablo?" Solamente se alzaron un de
manos.
Un estudiante espetó, "¿Cómo puede una persona inteligente
creer en el diablo en los días que corren? El diablo pertenece a
superstición, junto con los fantasmas, los duendes y todo el reste
de la parafernalia nocturna",
Yo le respondí: "Hay un origen muchísimo más fiable para
creer en Satanás que para creer en los duendes. Es posible que no
estén convencidos de la veracidad de la Biblia, pero sin duda que
es un origen más fiable que los cuentos de hadas",
Amontonar a Satanás junto con las brujas y los duendes
implica violar las reglas de un pensamiento serio y grave. Conti-
nué mi discusión con el estudiante realizándole otra pregunta: "Si
creemos que Dios es un ser invisible, y personal, que tiene la
capacidad de influenciar a las personas hacia el bien, ¿por qué
resulta tan increíble y tan difícil imaginar que existe un ser
invisible, y personal, que tiene la capacidad de influenciar a las
personas al mal?"
Es posible que nuestro problema con respecto a Satanás
radique en el hecho de que estamos reaccionando a una caricatura
y no al punto de vista bíblico sobre él. En la Escritura, la palabra
Satanás significa "adversario". Lo conocemos como el diablo. Es
una criatura angelical que, antes de la creación de la raza humana,
se rebeló contra Dios y que desde entonces ha luchado contra la
raza humana y contra Dios. Se lo llama el príncipe de las tinieblas,
el padre de la mentira, el acusador, y la serpiente. Este retrato no
tiene nada que ver con el adversario cómico, con cuernos, y un
tridente, al que nos hemos acostumbrado. Esa imagen, por lo
]53
Las grandes doctrinas de la Biblia
menos en parte, surgió en la iglesia medioeval. Esta caricatura de
Satanás fue creada intencionalmente en la iglesia para poder
burlarse de él. La iglesia estaba convencida que era una estrata-
gema efectiva contra Satanás el insultarlo. Se consideraba que su
parte más vulnerable era su orgullo. El atacar su orgullo era visto
como una manera efectiva para repeler su ataque.
La noción bíblica, sin embargo, es mucho más sofisticada. Él
se aparece como un "ángel de luz". Esta imagen subraya la
habilidad inteligente de Satanás para manifestarse bajo la aparien-
cia del bien. Satanás es muy sutil, seductor y astuto. Sabe hablar
con elocuencia; su apariencia es deslumbrante. El príncipe de las
tinieblas se viste con un ropaje de luz. La Escritura también nos
habla de Satanás como un león rugiente, buscando a quien devo-
rar. Cristo también es llamado un león, el León de Judá. Él es el
redentor, el anti-león y devorador. Ambas imágenes nos hablan
de la fuerza.
¿Cómo deberá reaccionar, entonces, el creyente frente a Sa-
tanás? Por un lado, Satanás es realmente temible. En 1 Pedro 5:8
se nos dice que "vuestro adversario el diablo, como león rugiente,
anda alrededor buscando a quien devorar". La respuesta del
creyente no debe ser, sin embargo, la del miedo. Satanás puede
ser más fuerte que nosotros, pero Cristo es más fuerte que Satanás.
La Biblia afirma que "mayor es el que está en vosotros, que el que
está en el mundo" (1 Juan 4:4). Satanás es después de todo una
criatura. Es finito y limitado. Está limitado en el tiempo y el
espacio. No puede estar en más de un lugar al mismo tiempo.
Nunca debe ser considerado igual a Dios. Satanás es de un orden
superior a los humanos, es un ángel caído. Pero no es divino. Tiene
más poder que las criaturas de este mundo pero su poder es
infinitamente menor que el poder del Dios todopoderoso.
Resumen
1. Satanás no debe ser comparado a las criaturas mitológicas.
2. Satanás es un ángel caído con poderes sofisticados para
engañar, tentar y acusar a las personas.
3. Satanás es una criatura finita sin los poderes y los atributos
divinos.
154
Pasajes bíblicos para la reflexión
Job 1:6-12
Mateo 4:1-11
Lucas 22:31
2 Tesalonicenses 2:5-10
1 Pedro 5:8-11
155
Satanás
" >
49
LOS DEMONIOS
Los demonios son seres sobrenaturales que sirven a Satanás.
Como Satanás, también fueron ángeles. Se unieron con Satanás
en su rebelión y fueron echados del cielo junto con él. Cuando se
los menciona en la Escritura, es principalmente con respecto a la
posesión demoníaca de los seres humanos.
El apóstol Pablo señala que mientras los dioses idolátricos
adorados por los paganos no existen en realidad, los demonios sí
existen, instigando y propagando dicha adoración pagana. Quie-
nes participan de dichos ritos paganos en realidad están ofreciendo
su adoración a los demonios y están operando bajo las directivas
demoníacas.
El Nuevo Testamento nos revela varias características de los
demonios. Suelen estar asociados con algún tipo de deficiencia
física o mental, como la ceguera o el inf1igirse daño a sí mismos.
Los demonios con frecuencia reconocieron a Cristo como el Santo
de Dios. Le temieron y se sujetaron a la autoridad de Jesús.
Además, los demonios tenían un conocimiento superior o sobre-
natural, una fuerza superior, y la capacidad de predecir el futuro.
La Reforma reaccionó con firmeza contra el exceso de prác-
ticas y supersticiones que rodeaban a los demonios en la Edad
Media. Hacia fines del siglo dieciséis, la práctica de exorcizar
demonios había sido abolida dentro de la Iglesia Luterana.
Si bien los demonios todavía continúan actuando, el nivel y
la severidad de su actividad como están expresadas en el Nuevo
Testamento son propias de ese tiempo. Era la "plenitud del
tiempo", la última gran defensa de este mundo contra el Redentor
de la humanidad. Satanás, por decirlo de algún modo, tiró la casa
por la ventana. Con la resurrección y la venida del Espíritu Santo
en Pentecostés, el reino de Satanás, y sus camaradas los demonios,
se vio severamente restringido. Sin embargo, tanto Pablo como
Juan le advierten a los creyentes que en los tiempos postreros las
actividades de Satanás y sus demonios se habrían de incrementar.
Si tomamos lo que nos dice la Biblia en serio, debemos tomar
en serio también al mundo de los demonios. No puede haber una
teología bíblica sin su correspondiente demonología.
157
Las grandes doctrinas de la Biblia
Aunque los demonios son reales y poderosos, no hay ningún
motivo para creer que pudieran llegar a poseer a un cristiano.
Podremos ser acosados, tentados, o acusados por los demonios,
pero nunca nos podrán controlar. Todos los cristianos tienen al
Espíritu Santo morando dentro de sí. Su presencia les garantiza el
estar libre de la posesión de los demonios. El Espíritu Santo es
más poderoso que cualquier demonio que pueda atacarnos.
Resumen
l. Los demonios son ángeles caídos que están bajo el dominio
de Satanás.
2. Los demonios aparecieron con fuerza inusitada cuando Jesús
estuvo sobre esta tierra.
3. Los cristianos no pueden ser poseídos por los demonios.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Marcos 1:21-28
Lucas 10:17-20
Lucas 11:14-26
1 Corintios 10:14-24
1 Juan 4:1-6
158
EL PECADO
El pecado puede ser ilustrado como un a.rquero que dispara una
flecha y no da en el blanco. No se trata, por supuesto, de inferir
que es un asunto moral el no dar en el blanco en las competencias
de tiro al blanco. Lo que ocurre es que la definición bíblica más
sencilla para el pecado es "errar el blanco". En términos bíblicos,
el blanco que no se consigue no es un blanco relleno de paja; es
el blanco o la "norma" de la ley de Dios. La ley de Dios expresa
su propia justicia y es el estándar supremo para nuestro compor-
tamiento. Cuando no damos en el blanco de este estándar, pecamos.
La Biblia nos habla de la universalidad del pecado en términos
de no dar en el blanco de la gloria de Dios. "Por cuantos todos
pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23).
Decir que "nadie es perfecto" o que "errar es humano" es recono-
cer la universalidad del pecado. Todos somos pecadores y todos
tenemos necesidad de la redención.
El pecado puede definirse como "el no conformarse o el
transgredir cualquier ley de Dios, otorgada como la norma para
las criaturas racionales"¡. ay tres dimensiones cruciales en esta
definición. En primer lugar, el pecado es la no conformidad o el
no poder cumplir plenamente algo. Constituye el no cumplimiento
de la ley de Dios. Un pecado de omisión es el fracaso de hacer lo
que Dios ordena. Si nos ordena amar al prójimo y no lo amamos,
eso es pecado.
En segundo lugar, el pecado es definido como una transgre-
sión a la ley. Transgredir una leyes pasar por alto sus barreras,
traspasar sus límites. Por eso es que podemos describir al pecado
como "una invasión al derecho de propiedad". Caminamos por
donde no se nos permite caminar. En este caso hablamos de
pecados por comisión, cuando cometemos acciones prohibidas
por Dios. Cuando la ley de Dios se pronuncia en términos nega-
tivos, "No harás talo cual cosa", y nosotros hacemos lo que no
está permitido, pecamos.
En tercer lugar, el pecado es una acción realizada por criaturas
que tienen uso de razón. Por ser criaturas creadas a la imagen de
Dios, somos agentes morales libres. Porque tenemos una mente y
159
Las grandes doctrinas de la Biblia
una voluntad, somos capaces de realizar acciones morales. Peca-
mos siempre que hacemos algo que sabemos que está mal, y
elegimos desobedecer la ley de Dios.
El protestantismo rechaza la diferencia clásica establecida en
la teología católica entre los pecados veniales y los pecados
mortales. La teología católica clásica define un pecado mortal
como un pecado que "mata" la gracia en el alma y requiere renovar
la justificación mediante el sacramento de la penitencia. Un
pecado venial es un pecado de menor gravedad. No destruye la
gracia salvífica.
Juan Calvino declaró que todo pecado contra Dios es un
pecado mortal en cuanto merece la muerte, pero ningún pecado
es mortal en el sentido que destruye nuestra justificación por la
fe2
. El protestantismo afirma que cualquier pecado es grave. Hasta
el pecado más pequeño es un acto de rebeldía contra Dios. Todos
los pecados constituyen un acto de traición cósmica, un intento
fútil por destronar a Dios en su autoridad soberana.
Sin embargo, la Biblia considera a algunos pecados más
atroces que otros. Hay grados de maldad del mismo modo que
habrá grados de castigo en el tribunal de la justicia de Dios. Jesús
reprendió a los Fariseos por haber omitido cumplir con las cues-
tiones más importantes de la ley, y reconvino a las ciudades de
Betsaida y Corazín diciéndoles que su pecado era peor que el de
Sodoma y Gomarra (Mateo 11:20-24).
La Biblia también nos advierte sobre la culpa incurrida al
pecar múltiples veces. Aunque Santiago nos enseña que pecar
contra una parte de la leyes pecar contra toda la ley (Santiago
2:10), cada transgresión particular añade más culpa. Pablo nos
previene de no atesorar ira para el día de la ira (Romanos 2:1-11).
Cada vez que cometemos un pecado estamos agrandando nuestra
culpa y nuestra exposición a la ira de Dios. Sin embargo, la gracia
de Dios es mayor que toda nuestra culpa junta.
La Biblia toma al pecado muy en serio porque toma a Dios
muy en serio, y también toma en serio a los seres humanos.
Cuando pecamos contra Dios, estamos violando su santidad.
Cuando pecamos contra nuestro prójimo, estamos violando su
humanidad.
160
El pecado
Resumen
1. El significado bíblico del pecado es errar el blanco de la
justicia de Dios.
2. Todos los seres humanos son pecadores.
3. El pecado comprende el fracaso de no conformarse a algo (de
omisión) y la transgresión (de comisión) de la ley de Dios.
4. Solo los agentes morales pueden ser culpables de pecado.
5. El protestantismo rechaza la diferencia entre pecados mor-
tales y veniales, pero afirma que hay pecados más graves que
otros.
6. Con cada pecado que se comete se incurre en mayor culpa.
7. El pecado viola a Dios y a las personas.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Romanos 2:1-11
Romanos 3:10-26
Romanos 5:12-19
Santiago 1:12-15
1 Juan 1:8-10
161
EL PECADO ORIGINAL
Es un lugar bastante común escuchar la aseveración de que "la gente
es básicamente buena". Aunque se admite que nadie es perfecto, se
minimiza la malicia humana. Sin embargo, si las personas son
básicamente buenas, ¿por qué el pecado es tan universal?
Suele decirse que todo el mundo peca debido a la influencia
negativa de la sociedad. El problema es encuadrado dentro del
entorno social y no dentro de nuestra propia naturaleza. Pero esta
explicación sobre la universalidad del pecado no contesta esta
pregunta: "¿Cómo fue que la sociedad se tornó corrupta en primer
lugar?" Si las personas son buenas e inocentes cuando nacen,
cabría esperar que al menos un porcentaje de ellas permaneciesen
buenas y sin pecado. Debería ser posible encontrar sociedades no
corruptas, donde el entorno haya sido condicionado por la no
pecaminosidad en lugar de haber sido condicionado por la peca-
minosidad. Y sin embargo, hasta las comunidades más compro-
metidas-con-la-justicia han tenido que tomar provisiones para
tratar con la culpa del pecado.
Como la fruta está universalmente corrupta, buscamos la raíz
del problema en el árbol. Jesús nos enseñó que un árbol bueno no
puede producir fruta corrupta. La Biblia enseña con total claridad
que nuestros padres originales, Adán y Eva, cayeron en el pecado.
De ahí en más, todos los seres humanos han nacido con una
naturaleza pecaminosa y corrupta. Si la Biblia no enseñara esto
explícitamente, de todos modos tendríamos que deducirlo racio-
nalmente debido a la universalidad del pecado.
Sin embargo la caída no es meramente una cuestión de
deducción racional. Es un punto en la revelación divina. Se refiere
a lo que conocemos como el pecado original. El pecado original
no se refiere principalmente al primer pecado o el pecado original
cometido por Adán y Eva. El pecado original se refiere al resul-
tado del primer pecado -la corrupción de la raza humana. El
pecado original se refiere a la condición caída en la que estamos
ya cuando nacemos.
De la Escritura surge claramente que la caída tuvo lugar. La
caída fue devastadora. Cómo fue que sucedió es un tema abierto
Las grandes doctrinas de la Biblia
a la disputa aun entre los pensadores de la Reforma. La Confesión
de Westminster, de manera muy similar a la explicación de la
Escritura, explica este acontecimiento con sencillez:
Nuestros primeros padres, habiendo sido seducidos por la sutileza
y la tentación de Satanás, pecaron, al comer de la fruta prohibida.
Dios, de acuerdo con su sabio y santo consejo, permitió este su
pecado, habiendo decidido ordenarlo para su propia gloria
1
•
Por consiguiente, la caída ocurrió. Los resultados, sin embar-
go, alcanzaron mucho más que a Adán y Eva. No solo alcanzaron
a toda la humanidad, sino que diezmaron a la humanidad. Somos
pecadores en Adán. No corresponde preguntarnos: ¿Cuándo se
convierte una persona en un pecador? Porque la verdad es que los
seres humanos nacen en un estado de pecaminosidad. Son vistos
por Dios como pecadores, por su solidaridad con Adán.
La Confesión de Westminster nuevamente expresa elegante-
mente los resultados de la caída, en particular en su relación con
los seres humanos:
Por este pecado cayeron de su estado original de justicia y comu-
nión con Dios, y murieron al pecado, completamente corruptos
en todas las partes y facultades del alma y del cuerpo. Como eran
la raíz de toda la humanidad, la culpa de este pecado, y la misma
muerte al pecado, y la naturaleza corrupta se imputó y se transmi-
tió a toda su descendencia postrera por generación ordinaria. A
partir de esta corrupción original, por la cual estamos comple-
tamente indispuestos, inhabilitados, y contrarios hacia el bien, y
completamente inclinados hacia el mal, es que proceden todas las
. 2
transgresiones presentes .
Esta última frase es crucial. Somos pecadores no porque
pequemos, sino que pecamos porque somos pecadores. Por eso es
que David se lamenta: "En verdad, soy malo desde que nací; soy
pecador desde el seno de mi madre" (Salmo 51:5, La Biblia,
Versión Popular).
Resumen
1. La universalidad del pecado no puede ser explicada por
factores sociales o del entorno.
2. La universalidad del pecado es explicada por la caída de la
humanidad.
164
El pecado original
3. El pecado original no se refiere principalmente al primer
pecado, sino al resultado de dicho pecado. .
4. Todas las personas nacen con una naturaleza pecammosa o
con un "pecado original".
5. Todos pecamos porque somos pecadores por naturaleza.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Génesis 3:1-24
Jeremías 17:9
Romanos 3:10-26
Romanos 5:12-19
Tito 1:15
165
LA DEPRAVACiÓN
HUMANA
Como mencionamos en el capítulo anterior, un tema común de
debate entre los teólogos radica en la cuestión de si los seres
humanos son básicamente buenos o básicamente malos. Esta
cuestión gira en torno a la palabra básicamente. Existe un consen-
so prácticamente universal de que nadie es perfecto. Todos acep-
tamos la máxima de que "errar es humano".
La Biblia nos dice qué "todos pecaron y están destituidos de
la gloria de Dios" (Romanos 3:23). A pesar de este veredicto sobre
las limitaciones de los humanos, nuestra cultura, dominada por el
humanismo, persiste en creer que el pecado es algo periférico o
tangencial a nuestra naturaleza. No obstante, tenemos fallas por
causa del pecado. Nuestros registros morales exhiben manchas.
Pero de algún modo pensamos que nuestra maldad reside en la
periferia de nuestro carácter, apenas lo roza, y nunca puede
penetrar a nuestro centro interior. Se supone, básicamente, que las
personas son inherentemente buenas.
Después de haber sido liberado de su cautiverio en Iraq y
haber experimentado de primera mano la corrupción de los mé-
todos de Saddam Hussein, uno de los rehenes declaró: "A pesar
de todo lo que padecí, nunca perdí mi confianza en la bondad
básica de las personas". Es posible que este punto de vista des-
canse en parte en una escala variable de relativa bondad o maldad
de la gente. Es obvio que algunas personas son más malvadas que
otras. Al lado de Saddam Hussein o Adolfo Hitler, cualquier
pecador del montón se parece a un santo. Pero si elevamos nuestra
mirada hacia el estándar supremo de bondad -el carácter santo
de Dios- nos damos cuenta de que lo que se presenta como una
bondad en un nivel terrenal es corrupto hasta la cabeza.
La Biblia nos enseña la total depravación de la raza humana.
La depravación total significa la corrupción radical. Debemos
tener cuidado de observar la diferencia que existe entre la depra-
vación total y la depravación completa. Ser completamente de-
pravados es ser tan malos como es posible ser. Hitler era extre-
madamente depravado, pero podría haber sido todavía peor. Yo
soy un pecador. Pero podría pecar más a menudo y mis pecados
167
Las grandes doctrinas de la Biblia
podrían ser más graves que los que peco en realidad. No hago
cosas completamente depravadas, pero sí soy totalmente depra-
vado. La depravación total significa que yo y todos los demás
somos depravados o corruptos en todo nuestro ser. No hay ningu-
na parte de nosotros que no haya sido alcanzada por el pecado.
Nuestras mentes, nuestras voluntades, y nuestros cuerpos se han
visto afectados por el mal. Hablamos palabras pecaminosas, de-
sarrollamos acciones pecaminosas, tenemos pensamientos impu-
ros. Nuestros propios cuerpos padecen los estragos del pecado.
Posiblemente la expresión corrupción radical sea más feliz
que la expresión "depravación total" para describir nuestra con-
dición caída. Utilizo la palabra radical no tanto como sinónimo
de "extremo" sino en el sentido de su significado original. La
palabra radical proviene de la palabra latina que significa "raíz".
Nuestro problema con el pecado es que está radicado en el centro
de nuestro ser. Cala en lo profundo de nuestros corazones. Debido
a que el pecado está en lo más profundo de nuestro ser y no
simplemente en el exterior de nuestras vidas es que la Biblia dice:
No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien
busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no
hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno (Romanos 3:10-12).
Por causa de esta condición se escucha el veredicto de la
Escritura: estamos "muertos en delitos y pecados" (Efesios 2:1);
hemos sido "vendidos al pecado" (Romanos 7:14); hemos sido
llevados "cautivos a la ley del pecado" (Romanos 7:23) y somos
"por naturaleza hijos de ira" (Efesios 2:3). Solamente el poder
vivificador del Espíritu Santo puede sacarnos de este estado de
muerte espiritual. Es Dios quien nos vuelve a la vida mientras nos
convierte en hechura suya (Efesios 2:1-10).
Resumen
l. El humanismo considera que el pecado se encuentra en el
borde o la periferia de la vida humana. Considera que los seres
humanos son básicamente buenos.
168
La depravacián humana
2. El cristianismo bíblico enseña que el pecado cala hasta lo más
profundo de nuestras vidas.
3. La depravación total no significa la depravación completa.
No somos tan malos como podríamos ser.
4. La corrupción radical subraya la pecaminosidad que alcanza
hasta lo más profundo de nuestros corazones.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Jeremías 17:9
Romanos 8:1-11
Efesios 2:1-3
Efesios 4:17-19
1 Juan 1:8-10
169
LA CONCIE
HUMANA
Fue Cricket quien que tu conciencia sea
siempre tu guía". Este es un buen si nuestra conciencia
ha sido instruida por la Palabra de Dios y dirigida por ella. Sir,
embargo, si nuestra conciencia es ignorante de la Escritura e
sido cauterizada o endurecida por repetidos pecados, 12, teC;lC!;2J8
de Jimmy Cricket puede ser desastrosa.
La conciencia juega un papel importante en la vida cristiana.
Resulta vital, sin embargo, que la comprendamos correctamente.
La conciencia ha sido descrita como una voz interior de Dios
que nuestra mente utiliza para acusarnos o excusarnos de los
pecados. Incluye dos elementos básicos: (1) una conciencia o
realización interna del bien y del mal, y (2) una habilidad
mental para aplicar leyes, normas, y preceptos a situaciones
concretas.
En Romanos 2:15, Pablo nos enseña que Dios ha escrito St~
ley sobre el corazón humano. La conciencia humana ha sido
instruida por la revelación de la ley de Dios, que Él ha implantado
en el corazón humano.
Las personas tienen una responsabilidad moral de
que su conciencia les dicte. Es pecado actuar en contra de
conciencia de uno. En la Dieta de Lutero declaró: "Mi
conciencia está cautiva de la Palabra de Dios.... porque hacer
contra la conciencia no tranquiliza ni estaría bi~n"f.
La respuesta de Lutero demuestra dos principios bíblicos
importantes. En primer lugar, que la conciencia debe ser instruida
o "hecha cautiva" por la Palabra de Dios. La conciencia puede ser
mal enseñada o cauterizarse, o apagarse, por los pecados repetidos
una vez tras otra. El pecado habitual o la aceptación de la sociedad
del pecado nos pueden endurecer tanto que acallemos la voz de
la conciencia y pequemos sin ningún remordimiento.
Por otro lado, si nuestra conciencia nos convence de que algo
es ilegal o pecaminoso, aunque en realidad no sea pecaminoso,
igualmente estaría mal que lo hiciésemos. Hacer lo que conside-
ramos mal, aunque no sea en realidad mal, es pecar. Pablo nos
enseña que cualquier cosa que no provenga de fe, es pecado
171
Las grandes doctrinas de la Biblia
(Romanos 14:23). En dicha instancia, actuar en contra de la
conciencia no nos tranquilizaría ni estaría bien.
Resumen
EL PECADO
IMPERDONABLE
1. La conciencia es una buena guía únicamente cuando ha sido
instruida y dirigida por Dios.
2. La conciencia es una voz moral dentro nuestro que nos acusa
o nos excusa de nuestras acciones.
3. Es un pecado actuar en contra de la conciencia.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Lucas 11:39-44
Romanos 2:12-16
Romanos 14:23
Tito 1:15
1'7")
Muchas personas temen y se preocupan porque en la Biblia hay
un pecado que se describe como "imperdonable". Aunque el
evangelio ofrece gratuitamente el perdón a todos los que se
arrepienten de sus pecados, hay un límite colocado en el umbral
de este crimen. El pecado imperdonable sobre el que advirtió
Jesús se identifica con la blasfemia contra el Espíritu Santo. Jesús
declaró que este pecado no puede ser perdonado ni en el presente
ni en el futuro:
Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los
hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será per-
donada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del
Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu
Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero
(Mateo 12:31-32).
Ha habido varios intentos por identificar este crimen especí-
fico que es imperdonable. Se lo ha asignado a crímenes tan
horrendos como el homicidio o el adulterio. Sin embargo, si bien
estos dos crímenes son pecados horribles contra Dios, la Escritura
deja muy en claro que pueden ser perdonados si la persona que
los cometió se arrepiente. David, por ejemplo, era culpable de
ambos, pero fue restaurado a la gracia.
El pecado imperdonable con frecuencia suele ser identificado
con la resistencia total y persistente a creer en Cristo. Como la
muerte trae consigo el final de la oportunidad que una persona
tiene para arrepentirse de su pecado y confiar en Cristo, la conse-
cuencia de rehusarse a creer trae consigo el fin de la esperanza del
perdón.
Si bien la resistencia total y persistente a creer tiene estas
consecuencias no explica de manera adecuada la advertencia de
Jesús relacionada con la blasfemia contra el Espíritu Santo. La
blasfemia es algo que se hace con los labios o con la pluma.
Involucra palabras.
Aunque cualquier forma de blasfemia es un ataque grave al
carácter de Dios, se la suele considerar perdonable. Cuando Jesús
173
considerarla en el contexto de sus acusadores que estaban afir-
mando que Él estaba en liga con Satanás, Su advertencia es seria
aterradora. No obstante, sobre la cruz, Jesús oró para que los
que habían blasfemado contra fuesen perdonados por causa de
su ignorancia. "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen"
(Lucas 23:34).
Pero, sin embargo, si las personas han sido iluminadas por el
Espíritu Santo hasta el grado de saber que Jesús es verdaderamen-
te el Cristo, y luego lo acusan de ser satánico, han cometido un
pecado que no tiene perdón. Los cristianos librados a sus propios
recursos son capaces de cometer el pecado imperdonable, pero
confiamos en que Dios en su gracia protectora guardará a sus
escogidos de cometer dicho pecado. Cuando los cristianos fieles
temen haber cometido dicho pecado, esta señal posiblemente ya
nos esté indicando que no lo cometieron. Quienes cometan dicho
pecado tendrán su corazón tan endurecido y se habrán abandona-
do tanto a su pecado que no sentirán ningún remordimiento.
Incluso en una cultura pagana y secular como la nuestra, las
personas son reacias a blasfemar abiertamente contra Dios y
contra Cristo. Aunque el nombre de Cristo es arrastrado por el
barro cuando se echan ternos y el evangelio es ridiculizado con
chanzas y comentarios irreverentes, la gente evita relacionar a
Jesús con Satanás.
Si bien el ocultismo y el satanismo proveen un contexto de
peligro inminente para cometer el pecado imperdonable, aunque
la blasfemia radical ocurriera ahí, todavía podría ser perdonada
porque habría sido cometida en ignorancia por aquellos que
todavía no fueron iluminados por el Espíritu Santo.
Los grandes doctrinas de lo Biblia
hace esta advertencia sobre el imperdonable debemos
El pecado Imperdonable
5. Los cnstianos nunca cometerán este pecado por la gracia
protectora de Dios.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Mateo 12:22-32
Lucas 23:34
1 Juan 5: 16
Resumen
l. La blasfemia contra el Espíritu Santo no debe ser equiparada
al homicidio o el adulterio.
2. La blasfemia es un pecado contra Dios que involucra
palabras.
3. La advertencia original de Cristo era en contra de atribuirle
las obras de Dios el Espíritu Santo a Satanás.
4. Jesús oró pidiendo el perdón de los blasfemos que ignoraban
su verdadera identidad.
174 17<;
EL SINCRETISMO
El sincretismo es el proceso por el cual algunos aspectos de una
religión son asimilados, o incorporados, a otra religión. Esto lleva
a cambios fundamentales en ambas religiones.
En el Antiguo Testamento, Dios estaba profundamente preo-
cupado con las presiones y las tentaciones hacia el sincretismo.
Cuando el pueblo de Dios entró en la Tierra Prometida fueron
confrontados con religiones paganas. Los dioses cananeos, Baal
y Asera, se convirtieron en objetos de la devoción israelita. Más
adelante, el pueblo de Dios adoró a los dioses nacionales de Asiria
y Babilonia. La ley de Dios le advertía a Israel con claridad que
no debía abandonar a Jehová en pos de otros dioses, y que tampoco
debía adorar a otros dioses además del verdadero Dios. Los profetas
predijeron los juicios venideros que caerían si la gente modificaba
su fe para acomodarla a las doctrinas y prácticas extranjeras.
El período del Nuevo Testamento fue típico de un extenso
sincretismo. Con la expansión del Imperio Griego, sus dioses se
mezclaron con los dioses nativos de las naciones conquistadas. El
Imperio Romano también abrigó en su seno a todo tipo de culto
y religiones de misterio. El cristianismo no pudo escapar a esto.
Los padres de la iglesia no solo propagaron el evangelio sino que
lucharon por proteger su integridad. El maniqueísmo (una filoso-
fía dualística que identificaba lo físico con el mal) se introdujo en
algunas doctrinas. El docetismo (una enseñanza que negaba que
Jesús hubiese tenido un cuerpo físico) ya constituía un problema
mientras el Nuevo Testamento estaba en proceso de composición.
Muchas formas de neoplatonismo hacían un esfuerzo conciente
por combinar elementos de la religión cristiana con la filosofía
platónica y con el dualismo oriental. La historia de los credos
cristianos es la historia del pueblo de Dios buscando separarse de
las artimañas de las religiones y filosofías foráneas.
Este problema todavía existe hoy en día en la iglesia. Las
filosofías no cristianas como el marxismo o el existencialismo
buscan el poder del cristianismo mientras dejan de lado lo que es
singularmente cristiano. El sincretismo continúa siendo una he-
rramienta poderosa para separar a Dios de su pueblo.
177
Las grandes doctrinas de la Biblia
Cada generación de cristianos tiene que enfrentarse con la
tentación del sincretismo. Si nuestro deseo es "estar al día" o ser
contemporáneo en nuestras prácticas y creencias, caeremos en la
tentación de ser conformados por los modelos de este mundo.
Aceptaremos las prácticas y las ideas paganas e intentaremos
"bautizarlas". Hasta cuando combatimos y nos enfrentamos con
las religiones y filosofías extrañas corremos el riesgo de ser
influenciados por ellas. Cualquier elemento extraño que se filtre
en la fe y la práctica cristiana constituye un elemento que debilita
la pureza de la fe.
Resumen
l. El sincretismo es la incorporación o la combinación de re-
ligiones o filosofías extrañas.
2. Uno de los problemas constantes de la religión israelita en el
Antiguo Testamento fue la intromisión de las religiones pa-
ganas.
3. La iglesia del Nuevo Testamento luchó contra la influencia
de la religión y la cultura griega y romana.
4. El cristianismo moderno está amenazado por los intentos de
combinar el pensamiento cristiano con la religión pagana y la
filosofía secular.
Pasajes bíblicos para la reflexión
1 Reyes 16:29-34
1 Corintios 10:14-23
2 Corintios 6:14-18
Gálatas 3:1-14
Colosenses 2:8
1 Juan 5:19-21
"70
LA SALVACiÓN
En cierta ocasión un hombre joven en Filadelfia me detuvo y me
preguntó: "¿Sois salvo?" Mi respuesta fue: "¿Salvo de qué?" Mi
respuesta lo tomó por sorpresa. Obviamente no había pensado
mucho sobre la pregunta que le estaba formulando a la gente. De
lo que no me había salvado era de las personas que me detienen
en la calle para acribillarme con la pregunta: "¿Sois salvo?"
La cuestión de ser salvo es la cuestión más importante de la
Biblia. El tema de las Sagradas Escrituras es el tema de la
salvación. En su concepción en el seno de María, Jesús es anun-
ciado como el Salvador. El Salvador y la salvación van unidos. El
papel del Salvador es salvar.
Pero volvemos a preguntarnos: ¿Salvarse de qué? El signifi-
cado bíblico de la salvación es amplio y diverso. En su forma más
sencilla el verbo salvar significa "ser rescatado de una situación
peligrosa o amenazante". Cuando Israel se escapó de la derrota
de manos de sus enemigos en la batalla, se nos dice que fue
salvado. Cuando una persona se recupera de una enfermedad que
puso su vida en peligro de muerte, experimenta la salvación.
Cuando se evita que una cosecha se pierda por una plaga o una
sequía, el resultado es la salvación.
Utilizamos la palabra salvación de una manera similar. Deci-
mos que a un boxeador lo "salvó la campana" si el asalto termina
antes de que el árbitro acabe de contar. La salvación significa el
haber sido rescatado de alguna calamidad. Sin embargo, la Biblia
también utiliza la palabra salvación en un sentido específico para
referirse a nuestra redención final del pecado y nuestra reconci-
liación con Dios. En este sentido, la salvación es la salvación de
la mayor calamidad -el juicio de Dios. La salvación suprema ha
sido lograda por Cristo que "nos libra de la ira venidera" (1
Tesalonicenses 1:10).
La Biblia anuncia con total claridad que habrá un día de juicio
en el que todos los seres humanos deberán rendir cuentas delante
del tribunal de Dios. Para muchos este "día del Señor" será un día
de oscuridad sin ninguna luz. Será el día en que Dios derrame su
ira contra los malvados y los impenitentes. Será el holocausto
181
Las grandes doctrinas de la Biblia
final, la hora más oscura, la peor calamidad que haya ocurrido en
la historia humana. Ser libre de la ira de Dios, que sin duda se
derramará sobre el mundo, es la salvación suprema. Es la opera-
ción de rescate que Cristo como el Salvador realiza para su pueblo.
La Biblia utiliza la palabra salvación en pocos sentidos, pero
en muchos tiempos verbales. El verbo salvar aparece práctica-
mente en todos los tiempos verbales griegos. En un sentidofuimos
salvados (desde la fundación del mundo);fuimos siendo salvados
(por la obra de Dios en la historia); estamos salvados (por estar
en un estado de justificación); estamos siendo salvados (al ser
santificados o ser hechos santos); y seremos salvados (cuando
experimentemos la consumación denuestra redención en el cielo).
La Biblia nos habla de la salvación en términos del pasado, del
presente y del futuro.
A veces, equiparamos la salvación presente con nuestra jus-
tificación, que es presente. Otras veces, consideramos a la justifi-
cación como un paso específico dentro del orden o plan de la
salvación.
Por último, es importante señalar otro aspecto central del
concepto bíblico de la salvación. La salvación es del Señor. La
salvación no es un emprendimiento humano. Los seres humanos
no se pueden salvar a sí mismos. La salvación es una obra divina;
Dios es quien la logra y la aplica. La salvación es del Señor y
proviene del Señor. Es el Señor el que nos libra de la ira del Señor.
Resumen
l. El significado más amplio de salvación es "ser rescatados de
una situación amenazadora".
2. La salvación suprema significa ser librados de la peor calami-
dad, de la ira de Dios.
3. La Biblia utiliza la palabra salvación en varios tiempos ver-
bales, para referirse a la obra redentora de Dios en el pasado,
en el presente y en el futuro.
4. La justificación es a veces utilizada como sinónimo de sal-
vación; otras veces, es considerada como un aspecto dentro
del esquema de la redención.
5. La salvación es del Señor y proviene del Señor.
Pasajes bíblicos
Ezequiel 36:26-27
Sofonías 1
Juan 3:16-17
Romanos 1:16-17
1 Corintios 1:26-31
1 Tesalonicenses 1:6-10
182 183
LA PREDESTINACiÓN
Hay muy pocas doctrinas que despiertan tanta controversia o
provocan tanta consternación como la doctrina de la predestina-
ción. Es una doctrina muy difícil que requiere ser tratada con
mucho cuidado y esmero. Sin embargo, es una doctrina bíblica y
por lo tanto es necesario considerarla. No nos atrevemos a ignorarla.
Prácticamente todas las iglesias cristianas tienen algún tipo
de doctrina sobre la predestinación. Es inevitable, porque el
concepto aparece claramente en la Sagrada Escritura. Estas igle-
sias sin embargo están en desacuerdo, a veces en franco desacuer-
do sobre su significado. El punto de vista metodista difiere del
punto de vista luterano, el que difiere del punto de vista presbite-
riano. Aunque todos estos puntos de vista difieren, cada uno esta
intentando entender este tema difícil.
En su forma más elemental, la predestinación significa que
nuestro destino final, el cielo o el infierno, ha sido decidido por
Dios no solamente antes de que lleguemos allí, sino antes incluso
de haber nacido. Nos enseña que nuestro destino está en las manos
de Dios. Para expresar esto de otro modo: desde la eternidad
pasada, antes de que existiésemos, Dios decidió salvar a algunos
miembros de la raza humana y dejar que el resto de la raza humana
perezca. Dios hizo una elección -eligió a algunos individuos
para que fuesen salvos y disfrutaran la eterna bendición del cielo
y eligió a otros para que sufrieran las consecuencias de sus
pecados hasta el tormento eterno en el infierno.
Esta definición es común para muchas iglesias. Pero para
llegar al centro de la contienda corresponde preguntarse: ¿Cómo
elige Dios? El punto de vista de las iglesias que no provienen de
la Reforma, sostenido por lamayoría de los cristianos, es que Dios
realiza esta elección en base a su previo conocimiento. Dios elige
para la vida eterna a las personas que Él sabe han de elegirlo a Él.
Es la noción presciente de la predestinación porque descansa
sobre el previo conocimiento de Dios sobre las decisiones o actos
humanos.
El punto de vista de las Iglesias Reformadas difiere en tanto
que considera que la decisión final para la salvación depende de
185
Las grandes doctrinas de la Biblia
Dios y no de nosotros. Según esta noción, la elección de Dios es
soberana. No descansa sobre las decisiones o las respuestas pre-
vistas por Dios. Considera que estas decisiones emanan de la
soberana gracia de Dios.
El punto de vista sostenido por las Iglesias Reformadas es
que, librada a sí misma, ninguna persona escogería a Dios. Las
personas caídas todavía tienen una voluntad libre y son capaces
de elegir 10 que desean. Pero el problema radica en que no tenemos
ningún deseo por Dios y no elegiremos a Cristo hasta que no
seamos regenerados. La fe es el don que surge del nuevo naci-
miento. Solo los escogidos pueden responder en la fe al evangelio.
Los escogidos se deciden por Cristo, pero solo porque fueron
elegidos por Dios en primer lugar. Como en el caso de Jacob y de
Esaú, los escogidos son elegidos únicamente en base a la soberana
buena voluntad de Dios y no sobre la base de nada que hayan
hecho o que hayan de realizar. Pablo nos dice:
y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de
Isaac nuestro padre (pues no habían aún nacido, ni habían hecho
aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la
elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama), se
le dijo: El mayor servirá al menor... Así que no depende del que
quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.
(Romanos 9:10-12,16)
Un problema polémico con respecto a la predestinación es
que Dios no escoge o elige salvar a todos. Se reserva el derecho
de tener misericordia sobre quien Él decida tener misericordia.
Algunas personas de la caída humanidad reciben la gracia y la
misericordia de la elección. Al resto, Dios las pasa por alto
dejándolas en su pecado. Los que no han sido escogidos reciben
la justicia. Los escogidos reciben la misericordia. Nadie recibe la
injusticia. No hay nada que obligue a Dios a ser misericordioso
hacia algunos o hacia todos por igual. Es su entera decisión definir
cuán misericordioso desea ser. Sin embargo, nunca será culpable
de no ser justo con alguien (véase Romanos 9:14-15).
Resumen
l. La predestinación es una doctrina difícil que debe ser tratada
con delicadeza.
186
La iJrecies'tiJ7,]ci,5n
2. La Biblia nos enseña la doctrina de la predestinación.
3. Muchos cristianos definen la predestinación en función del
previo conocimiento de Dios.
4. El punto de vista de la Reforma no considera al
conocimiento como una explicación de la predestinación
bíblica.
5. La predestinación se basa en la elección de Dios, no en la
elección de los seres humanos.
6. Las personas no regeneradas no tienen deseo de
escoger a Cristo.
7. Dios no escoge a todos. Se reserva el. cerceno tener
misericordia sobre quien quiera.
8. Dios no trata a nadie injustamente.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Proverbios 16:4
Juan 13:18
Romanos 8:30
Efesios 1:3-14
2 Tesalonicenses 2:13-15
187
.. ,
58 LA PREDESTINACiÓN Y
LA CONDENACiÓN
Toda moneda tiene dos caras. También hay otra cara a la doctrina
de la elección. La elección se refiere tan solo a uno de los aspectos
de la doctrina más amplia de la predestinación. El otro lado de la
moneda es la cuestión de la condenación. Dios declaró que amó
a Jacob pero que odió a Esaú. ¿Cómo debemos entender esta
referencia alodio divino?
La predestinación es doble. La única manera de evitar la
doctrina de la doble predestinación sería el afirmar que Dios
predestina a todos a ser escogidos o que no predestina a nadie ni
a ser escogido ni a ser condenado. Como la Biblia enseña la
predestinación con claridad en cuanto a la elección y niega la
salvación universal, debemos concluir que la predestinación es
doble. Incluye tanto la elección como la condenación. La doble
predestinación es inevitable si tomamos a la Escritura en serio. El
punto crucial, sin embargo, es ¿cómo debe ser entendida la doble
predestinación?
Algunos han entendido a la doble predestinación como una
relación de causa y efecto, en la cual Dios es igualmente respon-
sable de que el malvado no crea y de que los escogidos crean. Esta
posición sobre la predestinación se conoce como la positiva-po-
sitiva.
La posición positiva-positiva sobre la predestinación nos
enseña que Dios positiva y activamente interviene en las vidas de
los escogidos para obrar su gracia en sus corazones y para traerlos
a la fe. Del mismo modo, en el caso de los malvados, obra el mal
en los corazones de los malvados y activamente les impide que se
lleguen a la fe. Esta posición ha sido llamada con frecuencia el
"hipercalvinismo" porque va más allá de las posiciones que a este
respecto tenían Calvino, Lutero y otros pensadores de la Reforma.
La posición de la Iglesia Reformada sobre la doble predesti-
nación sigue un patrón positivo-negativo. En el caso de los esco-
gidos, Dios interviene positiva y activamente para obrar la gracia
en sus almas y traerlos a la fe salvadora. Unilateralmente regenera
a los escogidos y les asegura su salvación. En el caso de los
malvados, no obra el mal en ellos o impide que se acerquen a la
189
Las grandes doctrinas de la Biblia
fe. En lugar de hacer esto, los pasa por alto, dejándolos librados
a sus propios pecados. Según esta posición la acción divina no es
simétrica. La actividad de Dios es asimétrica con respecto a los
escogidos y a los malvados. Existe, sin embargo, un plano de
igualdad. El malvado, que ha sido pasado por alto por Dios, está
finalmente condenado, y su maldición es tan real y cierta como la
salvación final de los escogidos.
El problema se vincula a las afirmaciones bíblicas como en
el caso de Dios endureciendo el corazón de Faraón. Nadie discute
que la Biblia dice que Dios endureció el corazón de Faraón. Pero
la pregunta sigue en pie: ¿Cómo endureció Dios el corazón de
Faraón? Lutero argumentaba que se trataba de un endurecimiento
pasivo y no activo. En otras palabras, Dios no creó ninguna nueva
maldad en el corazón de Faraón. Ya existía suficiente maldad en
el corazón de Faraón para que este se inclinara a resistir la
voluntad de Dios siempre que pudiera. Todo lo que Dios tiene que
hacer para que alguien se endurezca es retirar su gracia de dicha
persona y dejarla librada a sus propios impulsos hacia el mal. Esto
es precisamente lo que Dios hace a quienes están condenados en
el infierno. Los abandona a su propia maldad.
¿En que sentido "odió" Dios a Esaú? Hay dos explicaciones
propuestas para resolver este problema. La primera de ellas lo
explica definiendo alodio no como una pasión negativa dirigida
hacia Esaú sino simplemente como la ausencia de amor redentor.
Que Dios "amó" aJacob significa sencillamente que hizo de Jacob
el objeto de su gracia inmerecida. Le dio a Jacob un beneficio que
Jacob no merecía. Esaú no recibió el mismo beneficio y en dicho
sentido fue odiado por Dios.
Esta primera explicación suena un poco rebuscada, parece
querer evitar que se pueda decir que Dios puede odiar a alguien.
La segunda explicación le da más fuerza a la palabra odio. Según
esta segunda explicación Dios efectivamente odió a Esaú. Esaú
era odioso a la vista de Dios. No había nada en Esaú que Dios
pudiera amar. Esaú era un vaso solo digno de ser destruido y
merecedor de la ira y el odio santo de Dios. Que el lector decida
con cuál explicación se queda.
Resumen
l. La predestinación es doble; tiene dos facetas.
190
La predestinación y la condenación
2. Algunos enseñan que Dios es igualmente responsable de la
elección y de la condenación. Esto es característico del hiper-
calvinismo.
3. La posición sostenida por la Reforma es que la doble predesti-
nación refleja un esquema positivo-negativo.
4. Dios endureció el corazón de Faraón en forma pasiva, no
activa.
S. Dios odió a Esaú en el sentido de que no le dio la bendición
de la gracia, o en el sentido de aborrecerlo, de considerarlo
un objeto digno de ser destruido.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Éxodo 7:l-S
Proverbios 16:4
Romanos 9
Efesios 1:3-6
Judas 1:4
191
EL LLAMADO EFICAZ
Cuando era un niño mi madre me solía llamar desde la ventana
para que viniera a cenar. Por lo general iba la primera vez que me
llamaba, pero no siempre. Si me demoraba, me volvía a llamar
una segunda vez, por lo general con un tono de voz más elevado.
Su primer llamado no siempre era efectivo; no lograba el efecto
buscado. Su segundo llamado solía ser efectivo; corría hacia
adentro de la casa.
Hay un llamado de Dios que es efectivo. Cuando Dios ordenó
la creación del mundo, el universo no titubeó antes de cumplir con
dicha orden. El efecto deseado por Dios en la creación se hizo
realidad. De mismo modo, cuando Dios llamó a Lázaro de su
tumba, Lázaro respondió viniendo a la vida.
Hay también un llamado eficaz de Dios en la vida del creyen-
te. Es un llamado que produce el efecto buscado. Teólogos de la
Reforma enseñan que el llamado eficaz está relacionado con el
poder de Dios para regenerar al pecador de su muerte espiritual.
También suele ser conocido como la "gracia irresistible".
El llamado eficaz se refiere a un llamado de Dios que por su
poder y autoridad soberana produce el efecto, o el resultado,
buscado u ordenado. Cuando Pablo nos enseña que aquellos a
quienes predestina, los llamó, y aquellos a quienes llamó, justifi-
có, se está refiriendo al llamado eficaz de Dios.
El llamado eficaz de Dios es un llamado interior. Es el trabajo
secreto de avivamiento o regeneración logrado en las almas de los
escogidos por la obra sobrenatural inmediata del Espíritu Santo.
Efectúa u obra el cambio interior en la predisposición, la inclina-
ción, y el deseo del alma. Ninguna persona siente la inclinación
de venir a Dios antes de recibir el llamado de Dios eficaz e interior.
y todos los que son eficazmente llamados tienen una predisposi-
ción hacia Dios y le responden en la fe. Vemos, entonces, que la
fe en sí misma es un regalo de Dios, habiendo sido entregada en
el llamado eficaz del Espíritu Santo.
La predicación del evangelio representa el llamado externo
de Dios. Este llamado es audible tanto para los escogidos como
para los que no han sido escogidos. Los seres humanos tienen la
193
Las grandes doctrinas de la Biblia
capacidad de resistir y de rechazar este llamado externo. No
responderán en la fe al llamado externo hasta que este llamado
externo venga acompañado del llamado interno eficaz del Espíritu
Santo. El llamado eficaz es irresistible en el sentido que Dios en
su soberanía producirá el efecto deseado. Esta obra soberana de
la gracia es resistible en el sentido de que podemos resistirla por
causa de nuestra naturaleza caída, y de hecho la resistimos; pero
es irresistible en el sentido de que la gracia de Dios prevalece sobre
nuestra resistencia natural.
El llamado eficaz se refiere al poder creativo de Dios por medio
del cual somos traídos a la vida espiritual. El apóstol Pablo escribe:
y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros
delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo,
siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la
potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de
desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos
en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la volun-
tad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza
hijos de ira, lo mismo que los demás (Efesios 2:1-3).
Nosotros que en otro tiempo fuimos hijos de ira, y estábamos
espiritualmente muertos nos hemos convertidos en "los llamados"
por virtud del poder y la eficacia del llamado interior de Dios. En
su gracia, el Espíritu Santo nos ha dado la vista para ver lo que no
queríamos ver y el oídopara escuchar loque no queríamos escuchar.
Resumen
l. Los llamados humanos pueden ser eficaces o ineficaces.
2. Dios tiene el poder de llamar eficazmente para que los mun-
dos existan, los muertos resuciten, y las personas pasen de la
muerte espiritual a la vida espiritual.
3. Las personas pueden escuchar el llamado externo de Dios en
el evangelio y rechazarlo. Pero el llamado interno de Dios es
siempre efectivo. Siempre produce el resultado deseado.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Ezequiel 36:26-27 Romanos 8:30 Efesios 1:7-12
2 Tesalonicenses 2:13-14 2 Timoteo 1:8-12
EL NUEVO NACIMIENTO
Cuando Jimmy Carter fue elegido presidente de los Estados
Unidos de América se definió como "un cristiano nacido de
nuevo". Luego Charles Colson, el hombre que hacía el trabajo
sucio para la Casa Blanca de Nixon, escribió un libro que se
convirtió en un éxito de librería y que se llamó Born Again
("Nacido de nuevo") 1. En dicho libro, narra su propia expel~iencia
de conversión al cristianismo. Desde que estas dos personalidades
popularizaran la expresión nacido de nuevo, esta se ha convertido
en moneda corriente en el lenguaje moderno.
Describir a alguien como un cristiano nacido de nuevo es,
técnicamente, una redundancia. No existe tal cosa como un cristiano
no-nacido-de-nuevo. Un cristiano no regenerado (que no ha nacido
de nuevo) es una contradicción de términos. Del mismo modo, un
no-cristiano nacido-de-nuevo también es una contradicción.
Fue Jesús el primero en declarar que era una necesidad
absoluta el nacer de nuevo espiritualmente para entrar en el reino
de Dios. Le dijo a Nicodemo: "De cierto, de cierto te digo, que el
que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios" (Juan
3:3). Esta oración condicional en la enseñanza de Jesús nos está
señalando la condición universalmente necesaria para ver y entrar
en el reino de Dios. El nuevo nacimiento constituye, por lo tanto,
una parte esencial del cristianismo; sin él, la entrada en el reino
de Dios es imposible.
La regeneración es el término teológico utilizado para des-
cribir el nuevo nacimiento. Se refiere a una nueva generación, una
nueva génesis, un nuevo comienzo. Es más que "dar vuelta la
hoja"; señala el comienzo de una nueva vida en una persona
radicalmente renovada. Pedro nos expresa con respecto a los
creyentes que "siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino
de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para
siempre" (l Pedro 1:23).
La regeneración es la obra del Espíritu Santo sobre aquellas
personas que están espiritualmente muertas (véase Efesios 2:1-
10). El Espíritu vuelve a crear al corazón humano, resucitándolo
de la muerte espiritual a la vida espiritual. Las personas regene-
'O~
Las grandes doctrinas de la Biblia
radas son nuevas creaciones. Donde antes no existía ningún tipo
de predisposición, ninguna inclinación o deseo para las cosas de
Dios, ahora hay una predisposición y una atracción hacia Dios.
En la regeneración, Dios siembra en el corazón humano el deseo
hacia Él, deseo que de otro modo no estaría presente.
La regeneración no debe ser confundida con la plena expe-
riencia de la conversión. De la misma manera que el nacimiento
es nuestro principio, nuestra primera entrada a la vida fuera del
vientre de nuestra madre, así también nuestro nuevo nacimiento
espiritual es el punto de partida de nuestra vida espiritual. Tiene
lugar por la iniciativa divina de Dios y es un acto soberano,
inmediato, e instantáneo. El tomar conciencia de nuestra conver-
sión puede ser un proceso gradual; sin embargo, el nuevo naci-
miento es instantáneo. Nadie puede ser parcialmente renacido,
como ninguna mujer puede estar parcialmente embarazada.
Teólogos de la Reforma enseñan que la regeneración no es el
fruto ni el resultado de la fe, sino que la regeneración precede a
Zafe como la condición necesaria para la fe. Tampoco de ningún
modo nos predisponemos hacia la regeneración o cooperamos
como colaboradores con el Espíritu Santo para que acontezca. No
decidimos ni elegimos ser regenerados. Dios elige regenerarnos
antes de que nosotros confiemos en Él. Para ser más precisos,
después de que hemos sido regenerados por la gracia soberana de
Dios, entonces sí elegimos a Cristo, actuamos y cooperamos con
Él, y creemos en Él. Dios no tiene fe por nosotros. Es nuestra
propia fe la que nos justifica. Lo que Dios hace es despertarnos
para la vida espiritual, rescatándonos de la oscuridad, el someti-
miento y la muerte espiritual. Dios hace que la fe sea posible y
actual, despierta la fe dentro nuestro.
Resumen
l. Todos los que son verdaderamente cristianos han nacido de
nuevo.
2. Todos los que verdaderamente han nacido de nuevo son
cristianos.
3. El nuevo nacimiento es la condición previa necesaria para
entrar en el reino de Dios.
4. La regeneraciónesla obra soberanadegraciadel EspírituSanto.
196
El nuevo nacimiento
5. La posición de los teólogos de la Reforma es que la regene-
ración precede a la fe. Es la iniciativa divina de Dios en la
salvación.
EL ORDEN DE LA SALVACiÓN
Glorificación
»
Santificación
/
Justificación
/
Fe
/
Regeneración
Pasajes bíblicos para la reflexión
Deuteronomio 30:6
Ezequiel 36:26-27
Romanos 8:30
Tito 3:4-7
IQ7
LA EXPIACiÓN
El Pablo declaró que él se había propuesto no saber nada
excepto a Cristo y a Cristo crucificado. Esta era la forma que el
apóstol tenía para resaltar la importancia extrema que tiene 12 'C:~t1Z
en el cristianismo. La doctrina de la es centra: t-ara
cualquier doctrina cristiana. Lutero que el cristianismo ere.
una teología de la Cruz. La figura de la cruz es el umversa:
del cristianismo. El concepto de expiación se remonta ?c2 "-"'n"E'L.·~
Testamento cuando Dios construyó un sistema por el cual e.
pueblo de Israel podía expiar sus pecados. Expiar repa-
rar, corregir lo que está mal.
Tanto eI Antiguo como el Nuevo Testamento bien en
claro que todos los seres humanos son pecadores. Como nues-
tros pecados han sido contra un Dios santo e infinito que ni
siquiera puede contemplar el pecado, la expiación es necesaria
para poder restablecer la comunión con Dios. Como el pecaco
alcanza hasta nuestras mejores obras, somos incapaces de rea-
lizar un sacrificio suficientemente bueno. Incluso nuestros sa-
crificios estarían manchados y requerirían otro sacrificio adi-
cional para cubrir dicha mancha, ad infinitum. No tenernos
ningún don que sea lo suficientemente valioso, obra
que sea lo suficientemente justa, para poder expiar nuestros
propios pecados. Somos deudores que no podemos pagar nues-
tras deudas.
Al recibir la ira del Padre sobre la cruz, Cristo fue capaz de
realizar la expiación por su pueblo. Cristo llevó, o cargó, el casuzo
por el pecado de los seres humanos. Él los expió al aceptar el
castigo justo que dichos pecados merecían. El pacto del Antiguo
Testamento pronunciaba una maldición sobre cualquier persona
que quebrantara la ley de Dios. Sobre la cruz, Jesús no solo tomó
esa maldición sobre sí mismo, sino que fue "hecho por nosotros
maldición" (Gálatas 3:13). Fue desamparado por el Padre y expe-
rimentó toda la fuerza del infierno sobre la cruz.
El cristianismo ortodoxo ha insistido en que la expiación
conlleva la sustitución y la satisfacción. Al llevar la maldición de
Dios sobre sí mismo, Jesús satisfizo las demandas de la santa
199
Las grandes doctrinas de la Biblia
justicia de Dios. Recibió la ira de Dios por nosotros, salvándonos
así de la ira venidera (l Tesalonicenses 1:10).
Hay una frase en la Biblia que resulta clave con relación a la
expiación: "en nuestro lugar". Jesús no murió por sí mismo, sino
que murió por nosotros. Fue un sufrimiento vicario; Él fue nuestro
sustituto. Tomó nuestro lugar al desempeñar el papel del Cordero
de Dios que quita el pecado del mundo.
Conviene notar que aunque la ira de Dios es real, la expiación
que Cristo hizo no significa que el Hijo estuviese obrando en
contra de la voluntad del Padre. No implica que Cristo estuviese
arrebatando a su pueblo de las manos del Padre. El Hijo no
convenció al Padre para que salvara a las personas que el Padre
no deseaba salvar. Por el contrario, la salvación de los escogidos
era la voluntad del Padre y del Hijo, y juntos trabajaron para que
se cumpliese. Como escribió el apóstol Pablo: "Dios estaba en
Cristo reconciliando consigo al mundo" (2 Corintios 5:19).
Resumen
l. La expiación implica un pago para reparar una deuda.
2. Los seres humanos no son capaces de expiar sus propios
pecados.
3. La perfección de Jesús lo calificó para realizar la expiación.
4. Cristo llevó la maldición del Antiguo Pacto.
5. La expiación de Cristo fue una obra de sustitución y una obra
de satisfacción.
6. El Padre y el Hijo trabajaron en armonía para lograr nuestra
reconciliación.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Romanos 3:21-28
Romanos 5:17-19
Efesios 1:7
Filipenses 3:8-9
Tito 3:1-7
200
LA EXPIACiÓN
DETERMINADA
Las doctrinas que identifican la teología de la Reforma suelen
resumirse en un acróstico inglés T-U-L-I-P. Cada una de estas
letras significa lo siguiente:
T=Total depravación
U=Elección incondicional
L=Expiación limitada
I=Gracia irresistible
P=Perseverancia de los santos
Si bien este acróstico sirve para aprender de memoria estas
doctrinas, también puede crear confusión sobre las mismas doc-
trinas por la manera en que el acróstico determina su defi~ici?:.
Esto es particularmente cierto en el tercer punto, la expiacion
limitada. Muchos calvinistas, que se llaman a sí mismo "de los
cuatro puntos", están dispuestos a aceptar todos los puntos excep-
to el de la expiación limitada. Sacan la L del acróstico TULIP.
Yo personalmente prefiero utilizar la expresión expiación
determinada en lugar de expiación limitada (si bien también
estaría modificando el acróstico, convirtiéndolo en tudip). La
doctrina sobre la expiación determinada se centra en la cuestión
del designio de la expiación de Cristo. Está relacionada con la
intención de Dios al enviar a Jesús a la cruz.
Con excepción de un universalista, todos están dispuestos a
aceptar que el efecto de la obra de Cristo sobre la cruz est~ lirnit.ado
a los que creen. Es decir, la expiación de Cristo no está disponible
para los no creyentes. Su muerte no salva a todo el mundo.
También todos están de acuerdo con que el mérito de la muerte de
Cristo es suficiente para pagar por los pecados de todos los seres
humanos. Algunos lo expresan de este modo: la expiación de Cristo
es suficiente para todos, pero eficiente solamente para algunos.
Esto, sin embargo, no llega a la raíz de la cuestión sobre la
expiación determinada. Quienes niegan la expiación det~rn:~nada
insisten en que el designio de Dios en la obra de expiacion de
Cristo fue que sirviera para expiar los pecados de todo el mundo.
Hizo que la salvación fuese posible para todos, pero no aseguró
201
Las grandes doctrinas de la Biblia
la salvación para nadie. El designio sería por 10 tanto ilimitado e
indeterminado.
El punto de vista de la Reforma sostiene que el designio y la
intención de la expiación de Cristo eran determinados únicamente
para los escogidos. Cristo entregó su vida por sus corderos y
únicamente por sus corderos. Además, la expiación aseguró la
salvación para todos los escogidos. La expiación era una obra de
redención real, no meramentepotencial. Según este punto de vista
no hay ninguna posibilidad de que el designio y la intención de
Dios para la expiación fuesen frustrados. El propósito de Dios en
la salvación es seguro.
Los teólogos de la Reforma no concuerdan con respecto a la
cuestión del ofrecimiento de la expiación a la raza humana.
Algunos insisten en que este ofrecimiento del evangelio es uni-
versal. La Cruz y sus beneficios son ofrecidos a todos los que
creen. Otros insisten en que este concepto de un ofrecimiento
universal es confuso y que implica un juego de palabras. Como
únicamente los escogidos serán quienes crean, en realidad el
ofrecimiento es hecho solo a ellos. Dios nunca ofrece el beneficio
de la expiación de Cristo a los impenitentes o a los que no creen.
Como el creer y el arrepentimiento son condiciones cumplidas
únicamente por los escogidos, en último término la expiación es
ofrecida únicamente a ellos.
Juan escribe: "Y él es propiciación por nuestros pecados; y
no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el
mundo" (l Juan 2:2). Este pasaje, más que ningún otro, es la cita
utilizada como la prueba de la Escritura en contra de la expiación
determinada. A primera vista parece apoyar la idea de que la
muerte de Cristo fue intencionada para todos (para todo el mun-
do). Sin embargo, si la tomamos en este sentido, el texto prueba
aun más que los pensadores no vinculados a la Reforma quieren
que pruebe. Se convierte en la prueba del universalismo. Si Cristo
propició o satisfizo las demandas de Dios para el castigo de los
pecados de todos, entonces todos habrían de ser salvados. Si Dios
hubiese castigado los pecados que ya habían sido propiciados,
entonces Él sería injusto. Si entendemos este texto como querien-
do decir que los pecados de todos han sido propiciados condicio-
nalmente (en base a la fe y el arrepentimiento), volvemos al punto
de partida original en el que únicamente los escogidos satisfacen
estas condiciones.
202
La expiación determinada
Otra posibilidad de entender este texto es ver el contraste que
existe entre nuestros pecados y los de todo el mundo. ¿Qué
personas están incluidas en la palabra nuestros? Si Juan está
hablando solo de los creyentes como él, entonces la interpretación
previa al texto sería la que correspondería. ¿Pero es este el único
significado posible de nuestros?
En el Nuevo Testamento se suele hacer un contraste entre la
salvación que disfrutaban los judíos y la que disfrutaban los no
judíos. Un punto crucial del evangelio es que no está limitado a
los judíos sino que ha sido extendido a los pueblos de todo el
mundo, a los pueblos de toda tribu y nación. Dios ama a todo el
mundo, pero no salva a todo el mundo; salva a personas de todas
partes del mundo. De acuerdo a los teólogos de la Reforma, en
este texto, Juan simplemente está diciendo que Cristo no es
solamente una propiciación por nuestros pecados (los de los
creyentes judíos) sino por los de los escogidos que aparezcan en
todo el mundo.
De cualquier modo, el plan de Dios se definió antes de que
hubiese nadie en el mundo. La expiación de Cristo no fue algo
que se le ocurrió más tarde. El propósito de Dios en la muerte de
Cristo fue determinado en la fundación del mundo. El designio no
fue mera conjetura, sino que fue de acuerdo a un plan y a un
propósito específico, que Dios en su soberanía llevó a cabo. Todos
por quienes murió Cristo han sido redimidos por su actode sacrificio.
Resumen
1. La expiación determinada reemplaza el término expiación
limitada en el acróstico inglés TULIP. .
2. La expiación determinada se refiere al alcance del designio
de Dios para la redención y la intención de la Cruz.
3. Todos, con excepción de los universalistas, están de acuerdo
con que la expiación de Cristo es suficiente para todos, pero
efectiva únicamente para los que creen.
4. La expiación de Cristo fue una propiciación real por el pe-
cado, no una propiciación potencial o condicional.
5. La expiación en un sentido amplio es ofrecida a todos; en un
sentido restricto, es solamente ofrecida a los escogidos.
203
Las grandes doctrinas de la Biblia
6. La enseñanza de Juan con respecto a que Cristo murió por los
pecados de todo el mundo significa que los escogidos no se
limitan a Israel sino que pueden encontrarse en todo el mundo.
EL LIBRE ALBEDRío
Pasajes bíblicos para la reflexión
Mateo 1:21
Juan 3:16
Juan 10:27-30
Juan 17:9-12
Hechos 20:28
Romanos 8:30
?04
En este mismo momento usted está leyendo estas palabras porque
ha elegido por su propia y libre voluntad leerlas. Es posible
protestar: "¡No! Yo no elegí leerlas. Me obligaron a leerlas. En
realidad no quisiera leerlas". Es posible que ese fuera el caso. Sin
embargo, las está leyendo. Es posible que haya otras cosas que
prefiriera estar haciendo en este momento, pero ha optado por leer
este libro a pesar de ello. Ha decidido leerlo en lugar de no leerlo.
Yana puedo saber por qué lo está leyendo. Pero sí sé que debe
tener sus motivos para leerlo. Si no tuviese ningún motivo para
leerlo, simplemente no habría decidido leerlo.
Toda elección que hacemos en la vida, la hacemos por alguna
razón. Nuestras decisiones se basan en lo que en determinado
momento, y considerando todos los factores, nos parece bien.
Algunas cosas las hacemos porque tenemos un deseo muy intenso
de realizarlas. Otras cosas las hacemos sin tener ni siquiera la
conciencia de desearlas. Sin embargo, el deseo está allí presente;
de otro modo, no habríamos elegido realizarlas. En esto consiste
la esencia misma de la libre voluntad, o el libre albedrío -el elegir
de acuerdo a nuestros deseos.
Jonathan Edwards, en su obra The Freedom ofthe Will ("La
Libertad de la Voluntad"), define a la voluntad, o el albedrío,
como "aquello con lo que la mente elige"!. No cabe ninguna duda
de que los seres humanos realmente hacen elecciones. Yo elegí
escribir, usted eligió leer. Es mi voluntad escribir, y la escritura
se pone en acción. Cuando le agrego la idea de libertad, sin
embargo, el tema se torna terriblemente complicado. Debemos
preguntarnos: ¿Libertad para hacer qué? Hasta el calvinista más
ardiente no negaría que la voluntad es libre de elegir cualquier
cosa que desee. Hasta el arminiano más ardiente estaría de acuer-
do con que la voluntad no es libre de elegir lo que no desea.
Con respecto a la salvación, la pregunta entonces se transfor-
ma en: ¿Qué es los que los seres humanos desean? Los arminianos
creen que algunas personas desean arrepentirse y ser salvas. Otras
desean huir de Dios y cosechar entonces la maldición eterna. Los
arminianos nunca dejan en claro por qué las distintas personas
205
2.
1.
Las grandes doctrinas de la Biblia
tienen deseos distintos. Los calvinistas sostienen que todos los
seres humanos desean huir de Dios hasta el momento en que el
Espíritu Santo realiza una obra de regeneración. Dicha regenera-
ción cambia nuestros deseos para que libremente nos arrepinta-
mos y seamos salvos.
Es importante señalar que hasta los no regenerados nunca son
forzados a ir en contra de su voluntad. Sus voluntades cambian
sin su permiso, pero siempre están libres para elegir según su
voluntad. Entonces, somos realmente libres para actuar según
nuestra voluntad. No somos libres, sin embargo, para elegir o
seleccionar nuestra naturaleza. Uno no puede declarar: "De ahora
en más desearé solamente el bien" del mismo modo que Cristo no
podría haber declarado: "De ahora en más desearé solamente el
mal". Aquí termina nuestra libertad.
La teología de la Reforma afirma que la caída dejó a la
voluntad humana intacta en cuanto todavía tenemos la facultad de
elegir. Nuestras mentes han sido oscurecidas por el pecado y
nuestros deseos han sido atados por impulsos malvados. Pero
todavía podemos pensar, elegir, y actuar. Pero algo terrible nos
ha sucedido. Hemos perdido cualquier deseo que pudiésemos
tener por Dios. Los pensamientos y los deseos de nuestro corazón
son continuamente hacia el mal. Nuestro libre albedrío es una
maldición. Como todavía podemos elegir según nuestros deseos,
elegimos el pecado y quedamos sujetos al juicio de Dios.
Agustín dijo que aunque todavía tenemos una voluntad libre,
hemos perdido nuestra libertad. La libertad real de la que habla la
Biblia es la libertad o el poder de elegir a Cristo como nuestro.
Pero hasta que el Espíritu Santo no transforme nuestros corazones,
no tendremos ningún deseo por Cristo. Sin ese deseo nunca lo
elegiremos a Él. Dios debe despertar nuestras almas y darnos el
deseo por Cristo antes de que nos sintamos inclinados a elegirlo.
Edwards dijo que como seres humanos caídos retenemos
nuestra libertad natural (el poder de actuar de acuerdo con nues-
tros deseos) pero perdemos la libertad moral'', La libertad moral
incluye la predisposición, la inclinación y el deseo del alma hacia
la justicia. Esta tendencia hacia la justicia fue lo que se perdió en
la caída.
Todas las decisiones que tomo están determinadas por algo.
Hay una razón para ellas, un deseo detrás de ellas. Esto puede
sonar a determinismo. ¡De ningún modo! El determinismo nos
El libre albedrío
enseña que nuestras acciones están completamente controladas
por algo que nos es externo, que nos hace hacer lo que no
queremos hacer. Esto es coerción y es lo opuesto a la libertad.
¿Como es posible que nuestras decisiones sean determinadas
pero que no hayan sido coaccionadas? Porque han sido determi-
nadas por algo ~esde dentr? -por lo que somos y por lo que
deseamos. Han SIdo determinadas por nosotros mismos. Esto es
la autodeterminación, que es la esencia propia de la libertad.
Para ser más precisos, para que podamos elegir a Cristo, Dios
debe cambi~r nuestros corazones. Yeso es precisamente lo que
hace. Cambia nuestro corazón. Nos da un deseo por Él, deseo que
de otro modo no tendríamos. Luego 10 elegimos a raíz del de~eo
que está dentI:o nue/stro. Lo elegimos libremente a Él porque
deseamos elegirlo a El. En esto consiste la maravilla de su gracia.
Resumen
Cualquier elección que hagamos, la hacemos por alguna
razón.
Siempre elegimos de acuerdo con nuestra inclinación más
fuerte en el momento de la decisión.
3. La voluntad es la facultad electiva.
4. Los seres humanos caídos tienen una voluntad libre pero
carecen de libertad. Tenemos libertad natural pero no tene-mos
libertad moral.
5. La libertad consiste en la autodeterminación.
6. En la regeneración, Dios cambia la predisposición de nuestros
corazones y siembra en nosotros un deseo hacia Él.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Deuteronomio 30: 19-20
Juan 6:44, 65
Juan 8:34-36
Juan 15:5
Romanos 8:5-8
Santiago 1:13-15
207
LA FE
Al cristianismo se lo suele llamar una religión. Más apropiado
sería llamarlo una "fe". Solemos hablar de laje cristiana. Se la
llama una fe porque consiste en un conjunto de conocimientos que
es afirmado o creído por sus adherentes. También se la llama una
fe porque la virtud de la fe es central a su entendimiento de la
redención.
¿Qué significa la fe? En nuestra cultura suele confundirse con
una creencia ciega en algo irrazonable. Llamar a la fe cristiana
una "fe ciega", sin embargo, no es solo rebajar a los cristianos
sino que es una afrenta a Dios. Cuando la Biblia habla de ceguera
está utilizando esta imagen para laspersonas que, por su pecado,
caminan en la oscuridad. El cristianismo llama a las personas a
abandonar la oscuridad, no a venir a la oscuridad. La fe es el
antídoto a la ceguera, no la causa de la ceguera.
En su raíz, la palabraje significa "confianza". Confiar en Dios
no es un acto de creencia irracional. Dios nos ha demostrado que
es eminentemente digno de confianza. Nos ha dado razones más
que suficientes para confiar en Él. Él nos ha probado que es fiel
y que es digno de nuestra confianza.
Existe una enorme diferencia entre la fe y la credulidad. Ser
crédulo es creer en algo por ninguna razón valedera. La supersti-
ción está hecha y prospera en base a la credulidad. La fe, en
cambio, se establece sobre un razonamiento coherente y consis-
tente y sobre evidencias empíricamente valederas. Pedro escribe:
"Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de
nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como
habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad" (2 Pedro
1:16).
El cristianismo no descansa sobre mitos y fábulas sino sobre
el testimonio de quienes vieron con sus propios ojos y oyeron con
sus propios oídos. La verdad del evangelio se basa sobre aconte-
cimientos históricos. Si el relato de estos acontecimientos no es
digno de confianza, entonces sin duda que nuestra fe es en vano.
Pero Dios no nos pide que creamos en cualquier cosa en base al
mito.
209
Las grandes doctrinas de la Biblia
El libro de Hebreos nos proporciona una definición de la fe:
"Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo
que no se ve" (Hebreos 11:1). La fe comprende la esencia de
nuestra esperanza para el futuro. En términos sencillos, esto
significa que confiamos en Dios para el futuro en base a nuestra
fe en lo que Él ha logrado en el pasado. Creer que Dios seguirá
siendo digno de confianza no es una fe gratuita. Existen múltiples
razones para creer que Dios seguirá siendo tan fiel a sus promesas
en el futuro como ha sido en el pasado. Existe una razón, una razón
sustancial, para la esperanza que tenemos dentro nuestro.
La fe que es la evidencia de las cosas ocultas tiene una
referencia primaria, pero no exclusiva, hacia el futuro. Nadie tiene
una bola de cristal que funcione. Todos nos encaminamos hacia
el futuro por la fe y no por la vista. Podemos hacer planes y
proyectos, pero hasta nuestras mejores previsiones estarán basa-
das sobre conjeturas inteligentes. Nadie de nosotros cuenta con el
conocimiento de la experiencia del mañana. Contemplamos el
presente y recordamos elpasado. Somos expertos en lapercepción
tardía de lo sucedido. La única evidencia sólida que tenemos para
nuestro futuro surge de las promesas de Dios. Es aquí donde la fe
nos ofrece la evidencia para las cosas no vistas. Confiamos en
Dios para el mañana.
También confiamos o creemos que Dios existe. Y si bien Dios
mismo no puede ser visto, las Escrituras dejan en claro que el Dios
invisible se ha hecho manifiesto por las cosas visibles (Romanos
1:20). Aunque Dios no es visible para nosotros, creemos que Él
está ahí porque se ha manifestado en la creación y en la historia.
La fe incluye el creer en Dios. Sin embargo este tipo de fe no
es particularmente loable. Santiago escribe: "Tú crees que Dios
es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan"
(Santiago 2:19). El sarcasmo emana de la pluma de Santiago.
Creer en la existencia de Dios solo nos califica para ser demonios.
Una cosa es creer en Dios, y otra cosa es creerle a Dios. Creerle
a Dios, confiar en Él para nuestra propia vida, en eso consiste la
esencia de la fe cristiana.
Resumen
l. El cristianismo es una fe porque está basado en un conjunto
de conocimientos revelados por Dios.
i10
Lo fe
2. La fe no es un salto ciego en la oscuridad, sino una confianza
en Dios que nos transfiere de la oscuridad a la luz.
3. La fe es simple, pero no es simplista.
4. La fe no es credulidad. Está basada sobre razones valederas
y evidencias históricas.
5. La fe nos proporciona la sustancia para nuestra esperanza
futura.
6. La fe implica confiar en lo que no se ve.
7. La fe implica más que creer en Dios; significa creerle a Dios.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Romanos 1:16-32
Romanos 5:1-11
Romanos 10:14-17
Gálatas 3:1-14
Efesios 2:8-9
Santiago 2:14-26
'""'11
LA FE SALViFICA
Jesús en una ocasión señaló que si no tenemos la fe de un niño no
podemos entrar en el reino de los cielos. Una fe como la de un
niño es un requisito previo para ser miembro del reino de Dios.
Existe una diferencia, sin embargo, entre una fe como la de un
niño y una fe infantil. La Biblia nos llama a ser niños en la malicia,
pero maduros en nuestro entendimiento. La fe salvífica es simple,
pero no es simplista.
Como la Biblia nos enseña que la justificación es por la fe
sola, y que la fe es condición necesaria para la salvación, resulta
imperativo que entendamos en qué consiste esta fe salvífica.
Santiago nos explica claramente en qué no consiste esta fe:
"Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene
fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?" (Santiago 2:14).
Santiago está distinguiendo entre la profesión de fe y la realidad
de la fe. Cualquiera puede decir que tiene fe. Si bien hemos sido
llamados a profesar nuestra fe, la profesión por sí sola no salva a
nadie. La Biblia deja bien en claro que las personas son capaces
de honrar a Cristo de labios mientras sus corazones están lejos de
Él. La fe de los labios para fuera, sin ninguna manifestación del
fruto de la fe, no es fe salvífica.
Santiago continúa diciendo: "Así también, si no tiene obras,
es muerta en sí misma" (Santiago 2:17). Santiago describe la fe
muerta en sí misma como una fe sin ningún provecho. Es fútil y
vana y no justifica a nadie.
Cuando Lutero y los demás de la Reforma declararon la
justificación solo por la fe, se dieron cuenta que era necesario dar
una definición detallada sobre la fe salvífica. Definieron la fe
salvífica en función de determinados elementos constituyentes.
La fe salvífica está compuesta de la información, el consentimien-
to intelectual, y la confianza personal.
La fe salvífica implica el contenido. No somos justificados
por creer en cualquier cosa. Algunos han dicho: "No importa lo
que uno cree, siempre y cuando sea sincero". Este sentimiento es
radicalmente opuesto a la enseñanza de la Biblia. La Biblia nos
enseña que lo que creemos es muy importante. La sinceridad por
213
Las grandes doctrinas de la Biblia
sí sola no es suficiente para la justificación. Podemos estar since-
ramente equivocados. La sana doctrina, al menos en lo que
concierne a Ls verdades fundamentales del evangelio, es un
ingrediente necesario de la fe salvífica. Creemos en el evangelio,
en la persona y la obra de Cristo. Esto es una parte integral de la
fe salvífica. Si nuestra doctrina es herética en los fundamentos,
no seremos salvos. Si, por ejemplo, decimos que creemos en
Cristo pero negamos su deidad, no poseemos la fe que justifica.
Aunque es necesario tener un correcto entendimiento de las
verdades fundamentales del evangelio para poder ser salvos, un
entendimiento correcto de ellas no es suficiente para ser salvos.
Un estudiante puede sacar las notas máximas en un examen de
teología cristiana, entendiendo todas las verdades del cristianis-
mo, sin afirmar personalmente que son verdad. La fe salvífica
incluye la afirmación de la mente a la verdad del evangelio.
Pero aun si las personas entienden el evangelio y afirman o
confirman su verdad, todavía pueden llegar a no alcanzar la fe
salvífica. El diablo sabe que el evangelio es verdad, pero lo odia
con todas las fibras de su ser. Hay un elemento de confianza en la
fe salvífica. Implica una confianza y una dependencia personal
sobre el evangelio. Podemos creer que una silla va a soportar
nuestro peso, pero no exhibimos una confianza personal en la silla
hasta el momento en que nos sentamos sobre ella.
La confianza comprende la voluntad además de la mente.
Tener la fe salvífica requiere que amemos la verdad del evangelio
y que deseemos vivirla. Confiamos de corazón en la dulzura y el
amor de Cristo.
Considerada técnicamente, la confianza personal podría ser
un corolario o una proyección del consentimiento intelectual. El
diablo puede aceptar la verdad de ciertos hechos relacionados con
Jesús, pero no los acepta a todos. No acepta el amor de Cristo, ni
lo anhela. Pero ya sea que diferenciemos o que combinemos la
aceptación intelectual y la confianza personal, el hecho sigue en
pie de que la fe salvífica requiere lo que Lutero llamó una fe
viviente -una confianza vital y personal en Cristo como el
Salvador y el Señor.
Resumen
l. La fe salvífica es como la de un niño pero no es infantil.
214
Lafe "({IVII/"II
2. La mera profesión de fe no es suficiente para justificar a una
persona.
3. La fe salvífica requiere la aceptación intelectual de la verdad
del evangelio.
4. La fe salvífica implica una confianza personal en Cristo y el
amor a Cristo.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Mateo 18:3
Romanos 10:5-13
Efesios 2:4-10
1 Tesalonicenses 2:13
Santiago 2:14-26
LA JUSTIFICACiÓN
POR LA FE
Martín Lutero declaró que la justificación solo por la fe es el
artículo sobre el cual la iglesia se apoya o cae. Esta doctrina
cardinal de la Reforma Protestante fue vista como el campo de
batalla para nada menos que el propio evangelio.
La justificación puede ser definida como el acto por el cual
los pecadores injustos son hechos justos a la vista de un Dios justo
y santo. La necesidad suprema de las personas injustas es la
justicia. Cristo provee esta falta de justicia en lugar del pecador
creyente. La justificación solo por la fe significa la justificación
únicamente por la justicia o el mérito de Cristo, no por nuestra
bondad o por nuestras buenas obras.
La cuestión de la justificación se centra en el tema del mérito
y la gracia. La justificación por la fe significa que las obras que
hacemos no son lo suficientemente buenas para merecer la justi-
ficación. Como lo expresó Pablo, "ya que por las obras de la ley,
ningún ser humano será justificado delante de él" (Romanos
3:20). La justificación es contable. Es decir, somos declarados,
contabilizados o considerados justos cuando Dios nos acredita la
justicia de Cristo en nuestra cuenta. La condición necesaria para
esto es la fe.
La teología protestante afirma que la fe es la causa instrumen-
tal para la justificación porque la fe es el medio por el cual nos
apropiamos de los méritos de Cristo. La teología católica enseña
que el bautismo es la causa instrumental primaria para la justifi-
cación y que el sacramento de la penitencia es la causa secundaria,
o restauradora. (La teología católica considera a la penitencia
como la segunda tabla salvavidas para la justificación de aque-
llas personas cuyas almas han encallado -aquellas que han
perdido la gracia de la justificación por cometer un pecado
mortal.) El sacramento de la penitencia precisa de obras de
satisfacción por las cuales los seres humanos logran el mérito
apropiado para la justificación. El punto de vista católico afir-
ma que la justificación es por la fe, pero niega que sea única-
mente por la fe, agregando las buenas obras como una condi-
ción necesaria.
217
Hay muchas personas que suponen que si tratan de llevar una vida
de bien, ya han hecho todo lo que es necesario para entrar en el
cielo. Depositan su confianza para satisfacer las demandas de la
justicia de Dios sobre las buenas obras que han realizado.
Se trata de una esperanza fútil. La ley de Dios requiere
perfección. Como no somos perfectos, carecemos del bien nece-
sario para ingresar al cielo. Por eso es que es imposible alcanzar
el bien viviendo una vida de bien. La única manera de alcanzare!
bien es confiando en la justicia de Cristo. Su mérito es perfecto y
está a disposición nuestra por la fe.
Creer que seamos justificados por nuestras buenas obras
independientemente de la fe es aceptar la herejía del legalismo.
Creer que seamos justificados por un tipo de fe que no produce
obras es aceptar la herejía del antinomianismo.
La relación entre la fe y las buenas obras implica que estas
deben ser diferenciadas pero no separadas. Aunque nuestras bue-
nas obras no agregan ningún mérito a nuestra fe delante de Dios,
y si bien la condición exclusiva para nuestra justificación es
nuestra fe en Cristo; si nuestra profesión de fe no es seguida de
buenas obras, esta es una indicación clara de que no poseemos la
fe que justifica. La fórmula de la Reforma es que "somos justifi-
cados solamente por la fe, pero no por una fe por sí sola". La
verdadera justificación siempre tiene como resultado el proceso
de santificación. Si hay justificación, la santificación sucederá
inevitablemente. Si la justificación no es sucedida por la santifi-
cación, es seguro que la justificación nunca estuvo realmente
presente. Esto no significa que la justificación dependa o se
apoye en la santificación. La justificación depende de la fe
verdadera, la cual a su vez conducirá inevitablemente a obras
de obediencia.
Cuando Santiago declara que la fe sin obras es muerta, está
afirmando que dicha "fe" no puede justificar a nadie porque no es
una fe viva. La fe viviente produce buenas obras, pero estas
buenas obras no son la base para nuestra justificación. Únicamen-
te el mérito logrado por Jesucristo puede justificar al pecador.
219
Las grandes doctrinas de la Biblia
La fe que justifica es una fe viviente, no una profesión hueca
de fe. La fe es una confianza personal que acepta únicamente a
Cristo para su salvación. La fe salvífica es también una fe que
acepta a Cristo como su Salvador y Señor.
La Biblia dice que no podemos ser justificados por nuestras
propias buenas obras, sino por lo que la fe nos agrega; vale decir,
la justicia de Cristo. En síntesis, algo nuevo es agregado a algo
básico. Nuestra justificación es una síntesis porque la justicia de
Cristo nos ha sido agregada. Nuestra justificación es por imputa-
ción. Dios nos transfiere, por la fe, la justicia de Cristo. Esto no
se trata de una "ficción legal" porque Dios nos atribuye el mérito
real de Cristo, a quien ahora pertenecemos. Se trata de una
imputación real.
Resumen
l. La justificación es un acto de Dios por el cual Él declarajustos
a los pecadores injustos, después de haberles imputado la
justicia de Cristo.
2. Nadie puede acceder a la justificación por sus buenas obras.
3. La fe es la condición necesaria para recibir la imputación de
los méritos de Cristo.
4. La justificación requiere una fe viva y real, no la mera profesión
de fe.
1010sl
' I! ///
Mérito de Cristo
¡Humanidad injustal
Pasajes bíblicos para la reflexión
Romanos 3:21-28
Romanos 5:12-19
2 Corintios 5:16-21
Gálatas 2:11-21
Efesios 2:1-10
Filipenses 3:7-11
218
LA FE Y LAS OBRAS
Las grandes doctrinas de la Biblia
Resumen
Pasajes bíblicos para la reflexión
1. Nadie puede ser justificado por buenas obras. Solo podemos
ser justificados por la fe en Cristo.
2. La fe y las buenas obras deben ser diferenciadas pero nunca
separadas. La verdadera fe siempre producirá obras de obe-
diencia.
3. La justificación es solo por la fe, pero no por una fe por sí
sola.
4. La fe que es muerta no puede justificar.
5. Tener fe en Cristo significa confiar en Él como el Salvador y
someterse a Él como el Señor.
6. Seremos recompensados en el cielo según nuestras buenas
obras, aunque esta recompensa es por la gracia.
EL ARREPENTIMIENTO
El mensaje principal de Juan el Bautista, que fue el heraldo de
Jesús, era "Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acer-
cado". Este llamado al arrepentimiento era una apelación urgente
a los pecadores. Nadie que se niegue a arrepentirse puede entrar
en el reino de Dios. El arrepentimiento es un requisito previo, una
condición necesaria para la salvación.
En la Escritura, el arrepentimiento significa "sufrir un cambio
de mentalidad". Este cambio de mentalidadno es un simple cambio
de opiniones menores, sino un cambio completo en la dirección
de nuestras vidas. Implica un giro radical del pecado a Cristo.
El arrepentimiento no es la causa de un nuevo nacimiento o
regeneración; es el resultado del fruto de la regeneración. Aunque
el arrepentimiento comienza con la regeneración, constituye una
actitud y una acción que debe ser repetida a lo largo de la vida
cristiana. Como continuaremos pecando, se nos llama a arrepen-
tirnos al ser convencidos de pecado por el Espíritu Santo.
Los teólogos distinguen dos tipos de arrepentimiento. El
primero es llamado atrición. La atrición es un arrepentimiento
falso o espurio. Comprende el remordimiento causado por un
temor al castigo o la pérdida de una bendición. Cualquier padre
ha comprobado la atrición en un hijo cuando lo descubre con las
manos en la masa. El niño, temiendo la paliza, grita: "Lo siento,
¡por favor no me pegues!" Estas plegarias junto con algunas
lágrimas de cocodrilo no suelen ser signos de un remordimiento
genuino por haber actuado mal. Fue el tipo de arrepentimiento que
exhibió Esaú (Génesis 27:30-46). Se lamentaba no por haber
pecado sino por haber perdido su primogenitura. La atrición,
entonces, es el arrepentimiento motivado por un intento de obte-
ner un boleto que nos saque del infierno o de evitar el castigo.
La contrición, en cambio, es el arrepentimiento verdadero y
piadoso. Es genuino. Comprende un remordimiento profundo por
haber ofendido a Dios. La persona contrita confiesa su pecado de
manera abierta y completa, sin intentar buscar excusas o justifi-
carlo. Este reconocimiento del pecado viene acompañado de una
voluntad por hacer una restitución siempre que sea posible y una
Falso
Falso
Falso
Verdadero
Filipenses 2:12-13
2 Pedro 1:5-11
1 Juan 4:7-11
Obras ~ Justificación.
Fe-Obras ~ Justificación.
Fe ~ Justificación-Obras.
Fe ~ .Justiñcaclón-Obras.
Romanos 3:9-4:8
Santiago 2:18-24
1 Juan 2:3-6
Se trata de un error muy grave, una forma moderna de la
herejía del antinomianismo, el sugerir que una persona puede ser
justificada por aceptar a Jesús como el Salvador pero no como el
Señor. La fe verdadera acepta a Cristo como Salvador y como
Señor. Depender solo de Cristo para la salvación es el reconocer
la más completa dependencia de nuestra persona en Él y el
arrepentirse de nuestros pecados. Arrepentirse de los pecados es
someterse a la autoridad de Cristo. Negar su señorío es buscar la
justificación con una fe impenitente,que no representa ninguna fe.
Aunque nuestras buenas obras no nos hacen merecedores de
la salvación, son la base sobre la cual Dios nos promete distribuir
las recompensas en el cielo. Nuestra entrada al reino de Dios es
únicamente por la fe. Nuestra recompensa en el reino será según
nuestras buenas obras, lo que representa un caso de la coronación
gratuita de Dios sobre sus propios dones, como lo observó Agustín.
220 221
Las grandes doctrinas de la Biblia
resolución de abandonar el pecado. Este es el espíritu que exhibió
David en el Salmo 51. "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
y renueva un espíritu recto dentro de mí... Los sacrificios de Dios
son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no
despreciarás tú, oh Dios" (Salmo 51: 10, 17).
Cuando le ofrecemos a Dios nuestro arrepentimiento en un
espíritu de verdadera contrición, Él nos promete perdonarnos y
restaurarnos a la comunión con Él. "Si confesamos nuestros
pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y
limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9).
Resumen
1. El arrepentimiento es una condición necesaria para la sal-
vación.
2. El arrepentimiento es el fruto de la regeneración.
3. La atrición es un arrepentimiento falso motivado por el temor.
4. La contrición es un arrepentimiento verdadero motivado por
el remordimiento piadoso.
5. El arrepentimiento verdadero conlleva la plena confesión, la
restitución, y la resolución de abandonar el pecado.
6. Dios promete el perdón y la restauración a todos los que se
arrepienten en verdad.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Ezequiel 18:30-32
Lucas 24:46-47
Hechos 20:17-21
Romanos 2:4
2 Corintios 7:8-12
'Y)')
EL MÉRITO Y LA GRACIA
La cuestión del mérito y la gracia está en el corazón del debate
histórico entre la teología romana católica y el protestantismo. La
declaración principal de la Reforma fue sola gratia -la salvación
es únicamente por la gracia de Dios. Los creyentes no traen ningún
mérito propio delante del juicio de Dios, sino que descansan
exclusivamente sobre la misericordia y la gracia de Dios.
El mérito se define como aquello que se gana o se merece. La
justicia requiere que el mérito sea otorgado allí donde es merecido.
El mérito es algo que una persona merece por su actuación. Si no
se recibe el mérito debido, se comete una injusticia.
La teología romana católica habla del mérito de tres maneras.
Se refiere al mérito merecido, algo que es tan meritorio que
impone la obligación de ser recompensado. También habla sobre
un mérito congruente, en el que si bien no es tan elevado como el
mérito merecido, la recompensa de Dios sería "congruente o
apropiada". El mérito congruente se logra al realizar buenas obras
en conjunto con el sacramento de la penitencia. Un tercer tipo de
mérito es el mérito supererogatorio, que es el mérito que trasciende
el llamado al deber. Es el mérito en exceso logrado por los santos.
Este mérito es depositado en la tesorería del mérito de donde laiglesia
puede retirarlo para suplir las cuentas de aquellos que carecen del
mérito suficiente para progresar del purgatorio al cielo.
La teología protestante niega y "protesta" contra todos estos
tipos de mérito, declarando que el único mérito que tenemos a
nuestra disposición es el mérito de Cristo. El mérito de Cristo nos
llega por medio de la gracia por la fe. La gracia es el favor
inmerecido de Dios. Es una acción o disposición de Dios hacia
nosotros. La gracia no es una sustancia que puede morar en
nuestras almas. Crecemos en la gracia, no por una medida cuan-
titativa de alguna sustancia dentro nuestro, sino por la ayuda
misericordiosa del Espíritu Santo que mora en nosotros, actuando
en su gracia a favor nuestro y en nosotros. Los medios de la gracia
de Dios que nos ayudan en la vida cristiana incluyen la Escritura,
los sacramentos, la oración, la comunión, y las enseñanzas de la
iglesia.
223
Las grandes doctrinas de la Biblia
Resumen
1. Nuestra salvación es sola gratia, solo por la gracia.
2. No tenemos ningún mérito propio que obligue a Dios a
salvarnos.
3. La teología romana católica distingue entre el mérito mere-
cido, el congruente y el supererogatorio. Estos tres tipos de
méritos son rechazados por el protestantismo.
4. La gracia es el favor inmerecido o la misericordia de Dios
hacia nosotros.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Juan 15:1-8
Romanos 4:1-8
Romanos 5:1-5
2 Corintios 5:17-19
Efesios 2:8-9
Tito 3:4-7
224
LA PERSEVERANCIA
DE LOS SANTOS
La mayoría de nosotros conocemos a personas que han hecho una
profesión de fe en Cristo y que hasta posiblemente han realizado
un potente despliegue de fe, involucrándose activamente en la
vida y el ministerio de la iglesia, para luego repudiar esa fe y
abandonarla. Este tipo de experiencia siempre hace que surja la
pregunta: ¿Acaso puede una persona que experimentó la salva-
ción perderla? ¿Constituye la apostasía un peligro claro y actual
para el creyente?
La Iglesia Romana Católica nos enseña que las personas
pueden y de hecho pierden la salvación. Si una persona comete
un pecado mortal, dicho pecado mata la gracia de la justificación
que habita en su alma. Si muere antes de ser restaurada a un estado
de gracia por medio del sacramento de la penitencia, irá al
infierno.
Existen muchos protestantes que también creen que es posible
perder la salvación. Las advertencias del capítulo 6 de Hebreos y
la preocupación de Pablo con respecto a ser "eliminados" (1
Corintios 9:27), así como los ejemplos del Rey Saúl y de otros,
han conducido a muchas personas a concluir que las personas
pueden caer completa e irreparablemente de la gracia. Por otro
lado, la teología de la Reforma enseña la doctrina de la perseve-
rancia de los santos. Esta doctrina también es conocida como "la
de la seguridad eterna". En esencia esta doctrina enseña que si uno
tiene la fe salvífica nunca la podrá perder, y si se pierde es que
nunca se tuvo. Como escribe Juan: "Salieron de nosotros, pero no
eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían
permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase
que no todos son de nosotros (1 Juan 2:19).
Sabemos que es posible para algunas personas enamorarse de
determinados elementos del cristianismo sin aceptar a Cristo
mismo. Es posible que un joven se sienta atraído por la diversión
y el estímulo de un grupo juvenil que tiene un programa intere-
sante. La persona puede "convertirse" al programa sin convertirse
a Cristo. Dicha persona puede ser como la ilustrada en la parábola
del sembrador:
225
Las grandes doctrinas de la Biblia
El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba,
una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo
la comieron. Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó,
porque no tenía humedad. Otra parte cayó entre espinos, y los
espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron. Y otra
parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno
(Lucas 8:5-8).
Esta parábola puede ser que se refiera a quienes en un princi-
pio creyeron, pero luego se apartaron, o puede significar que
quienes "creyeron" tenían una fe falsa o espuria, como sostiene
la teología de la Reforma. Solamente la semilla que cae en la
buena tierra puede dar el fruto de la obediencia. Jesús nos dice
que estas personas que escuchan su palabra "son las de corazón
bueno y recto" (Lucas 8:15). Su fe procede de un corazón verda-
deramente regenerado.
La doctrina de la perseverancia no se basa en nuestra capaci-
dad para perseverar, ni siquiera si somos regenerados, sino que se
apoya en la promesa que Dios ha hecho de preservarnos. Pablo,
escribiendo a los Filipenses, dice: "Estando persuadido de esto,
que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará
hasta el día de Jesucristo" (Filipenses 1:6). Es por gracia y
únicamente por gracia que los cristianos perseveran. Dios acabará
la obra que comenzó. Se asegurará que sllS propósitos en la
elección no se vean frustrados.
La cadena de oro de Romanos 8 nos da un testimonio adicio-
nal sobre esta esperanza: "Y a los que predestinó, a éstos también
llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que
justificó, a éstos también glorificó" (Romanos 8:30). Y luego
continúa para declarar que "ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna
otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en
Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 8:39).
Tenemos esta seguridad porque la salvación es del Señor y
somos hechura suya. Él le da el Espíritu Santo a todos los
creyentes como una promesa que ha de completar lo que comenzó.
También ha sellado a cada creyente con el Espíritu Santo. Nos ha
marcado con una marca indeleble y nos ha dado su persona como
primer depósito, lo que garantiza que cumplirá con la transacción.
La base principal de esta confianza la encontramos en la obra
de Cristo como Sumo Sacerdote, que intercede por nosotros. De
La perseverancia de los santos
la misma manera que Jesús oró por la restauración de Pedro (pero
no por la de Judas), así ora por nuestra restauración cuando
tropezamos y caemos. Podemos caer durante un período, pero
nunca caeremos del todo e irreparablemente. Jesús oró en el
aposento alto: "Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los
guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y
ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la
Escritura se cumpliese" (Juan 17:12). Solo Judas se perdió, por-
que era el hijo de perdición desde el principio, y su profesión de
fe había sido espuria. Aquellos que verdaderamente son creyentes
no pueden ser arrebatados de la mano de Dios (Juan 10:27-30).
Resumen
1. Muchas personas realizan una profesión de fe en Cristo y
luego lo repudian.
2. La perseverancia de los santos se basa en las promesas de Dios
para preservar a los santos.
3. Dios completará la salvación de los escogidos.
4. La teología de la Reforma enseña que las personas que se
apartan de la fe nunca fueron realmente creyentes.
5. Tenemos confianza en nuestra salvación porgue hemos sido
sellados con el Espíritu Santo. Dios nos ha dado su palabra
en el Espíritu Santo para que nuestra salvación se complete.
6. La intercesión de Cristo es para nuestra preservación.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Juan 6:35-40
Romanos 8:31-39
Filipenses 1:6
2 Timoteo 2:14-19
Hebreos 9:11-15
LA CERTEZA
DE LA SALVACiÓN
¿Puede alguien saber con plena certeza si es salvo? Que alguien
declare que está seguro de su salvación parece ser un acto de
extrema arrogancia. Sin embargo la Biblia nos llama a hacer de
nuestra salvación un asunto de certeza. Pedro nos ordena: "Por lo
cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación
y elección" (2 Pedro 1:10).
Es nuestro deber buscar con diligencia la certeza de nuestra
salvación. No la debemos buscar por vana curiosidad para saber
cuál es el estado de nuestra alma, sino para mejorar nuestro
crecimiento en la santificación. Los cristianos que permanecen
inseguros sobre el estado de su salvación están sujetos a todo tipo
de preguntas que paralizan su caminar con Cristo. Tropiezan con
las dudas y son vulnerables a los ataques de Satanás. Es por eso
que debemos buscar tener la certeza de nuestra salvación. Hay
cuatro posiciones posibles con respecto a la certeza de la salvación.
Primera posición: Hay personas que no son salvas y que
saben que no son salvas. Estas personas saben de la enemistad
hacia Dios que tienen en su corazón y no quieren tener nada que
ver con Cristo como su Salvador. Son audaces en proclamar que
no tienen necesidad de Cristo. Estas personas son por lo general
públicamente hostiles al evangelio.
Segunda posición: Hay personas que son salvas pero que no
saben que son salvas. Estas personas están en realidad en un estado
de gracia pero no tienen la seguridad de la salvación. Es posible
que estén luchando con el pecado en sus vidas y que duden de su
propia salvación porque les remuerde la conciencia. En este grupo
están quienes todavía no tienen la certeza de que están entre los
escogidos.
Tercera posición: Hay personas que son salvas y saben que
son salvas. Este es el grupo constituido por los que tienen la
certeza de su elección y llamado. Tienen un entendimiento claro
y cierto de qué es lo que la salvación requiere y han llenado los
requisitos. Han creído en el testimonio del Espíritu Santo cuando
Él les dio testimonio a sus espíritus de que eran los hijos de Dios
(Romanos 8:16).
229
Las grandes doctrinas de la Biblia
Cuarta posición: Hay personas que no son salvas pero que
creen que son salvas. Estas personas tienen la certeza de la
salvación pero no tienen la salvación. Su certeza es una falsa
certeza.
Como es posible tener una certeza falsa de la salvación,
¿cómo podemos saber si estamos en la tercera posición o en la
cuarta posición? Para responder esta pregunta debemos analizar
con más detalle a este cuarto grupo y preguntarnos cómo es
posible tener un falso sentido de certeza.
La manera más fácil de tener una falsa certeza de la salvación
es tener una falsa doctrina de la salvación. Por ejemplo, si una
persona sostiene un punto de vista universalista sobre la salvación
pueden seguir el siguiente razonamiento:
Todas las personas son salvas.
Yo soy una persona.
Por lo tanto, yo soy salvo.
Como esta doctrina está en el error, su certeza no tiene
ninguna base firme.
Otra manera en que las personas pueden tener una falsa
certeza de su salvación es creer que pueden alcanzar el cielo si
viven una vida de bien. Quienes piensan que están viviendo una
vida suficientemente buena para satisfacer las demandas de un
Dios santo se engañan a sí mismas pensando que están salvas.
¿Pero qué sucede si una persona tiene una doctrina cierta de
la salvación? ¿Acaso todavía es posible que tenga una certeza
falsa? Debemos responder que sí. Una persona puede creer que
tiene la fe salvífica cuando en realidad no la tiene. La prueba para
la certeza auténtica tiene dos vertientes. Por un lado, debemos
examinar nuestros propios corazones y ver si tenemos una fe
verdadera en Cristo. Debemos ver si tenemos o no un amor
genuino hacia el Cristo bíblico. Porque sabemos que dicho amor
sería imposible sin la regeneración.
En segundo lugar, debemos examinar el fruto de nuestra fe.
No necesitamos que el fruto sea perfecto para tener esta certeza,
pero debe haber algún tipo de evidencia del fruto de la obediencia
para que nuestra profesión de fe sea creíble. Si no hay ningún
fruto presente, entonces no hay ninguna fe presente. Donde se
encuentre la fe salvífica, allí también se encontrará el fruto de
dicha fe.
230
La certeza de la salvación
Por último, debemos buscar nuestra certeza en la Palabra de
Dios, a través de la cual el Espíritu Santo da testimonio a nuestro
espíritu de que somos sus hijos.
Resumen
1. Es nuestro deber buscar diligentemente la certeza de la sal-
vación.
2. La certeza de la salvación mejorará nuestra santificación.
3. Hay cuatro grupos o posiciones posibles con respecto a la
certeza:
(a) Quienes no son salvos y saben que no son salvos.
(b) Quienes son salvos pero no tienen la certeza de que son
salvos.
(c) Quienes son salvos y saben que son salvos.
(d) Quienes no son salvos pero creen que son salvos.
4. La falsa certeza se basa principalmente sobre una falsa doc-
trina de la salvación.
5. Para obtener una certeza auténtica debemos analizar nuestros
propios corazones y examinar el fruto de nuestr~ fe.. 1
6. La plena certeza proviene de la Palabra de DlOS unida al
testimonio del Espíritu Santo.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Mateo 7:21-23
Juan 3:1-21
Romanos 8:15-17
2 Corintios 1:12
1 Juan 2:3-6
1 Juan 5:13
EL ESTADO INTERMEDIO
"No está muerta, sino que duerme" (Lucas 8:52). Jesús hizo este
comentario hablando sobre la hija de Jairo cuando Élla estaba por
levantar de los muertos. Con frecuencia la Biblia se refiere a la
muerte a través de la figura del "sueño". Debido a esta imagen,
algunos han llegado a la conclusión de que el Nuevo Testamento
enseña la doctrina del sueño del alma.
El sueño del alma suele ser descrito como un tipo de anima-
ción suspendida del alma por un tiempo, entre el momento de la
muerte personal y el momento en que nuestros cuerpos sean
resucitados. Cuando nuestros cuerpos sean resucitados de los
muertos, el alma despertará para continuar su conciencia personal
en el cielo. Aunque pasen siglos entre la muerte y la resurrección
final, el alma "durmiente" no tendrá ninguna conciencia del paso
del tiempo. Nuestra transición de la muerte al cielo nos parecerá
instantánea.
El sueño del alma representa un alejamiento del cristianismo
ortodoxo. Permanece, de todos modos, firmemente enclavado
entre una minoría de cristianos. Al punto de vista tradicional se lo
conoce como el estado intermedio.
Según este punto de vista, en el momento de la muerte, el alma
del creyente se dirige inmediatamente a estar con Cristo para
gozar de una existencia personal, conciente y continua, mientras
aguarda la resurrección final del cuerpo. Cuando el Credo Apos-
tólico habla de "la resurrección del cuerpo" no se está refiriendo
a la resurrección del cuerpo humano de Cristo (la cual también
está afirmada en el Credo) sino a la resurrección de nuestros
cuerpos en el día final.
¿Pero qué sucede mientras tanto? El punto de vista clásico es
que en el momento de la muerte las almas de los creyentes son
inmediatamente glorificadas. Son hechas perfectas en santidad y
entran inmediatamente en la gloria. Los cuerpos de los creyentes,
sin embargo, permanecen en la tumba, aguardando la resurrección
final.
Jesús le prometió al ladrón sobre la cruz: "De cierto te digo,
hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lucas 23:43). Quienes res-
Las grandes doctrinas de la Biblia
paldan el concepto del sueño del alma argumentan que Jesús no
pudo haber querido decir que se encontraría con el ladrón en el
paraíso ese mismo día porque Jesús permanecería muerto durante
tres días, y que además todavía no había ascendido. Aunque la
ascensión de Cristo, por supuesto, todavía no había tenido lugar
y su cuerpo ciertamente estaba en la tumba, Élle había encomen-
dado su espíritu al Padre. Se nos asegura que en el momento de
su muerte, el alma de Jesús fue al paraíso como declaró. Los
defensores del sueño del alma arguyen que la mayoría de las
ediciones de la Biblia en inglés han colocado la coma en el lugar
equivocado. Leen este texto del siguiente modo: "De cierto te digo
hoy, estarás conmigo en el paraíso".
Al realizar este cambio en la posición del signo ortográfico,
"hoy" se refiere al momento en que Jesús está hablando y no al
momento en que Jesús se encontrará con el ladrón en el paraíso.
Esta posición de la coma, sin embargo, es poco probable. Al
ladrón le resultaba perfectamente obvio en qué día Jesús estaba
conversando con él. No había ninguna necesidad de que Jesús
dijera que estaba hablando "hoy". El que un hombre que se está
asfixiando sobre el madero de la cruz malgaste las palabras de este
modo resulta poco probable. En cambio, y de acuerdo con el resto
de la evidencia bíblica que respalda el estado intermedio (véase
en especial Filipenses 1:19-26 Y2 Corintios 5:1-10), la promesa
al ladrón es que este se reuniría con Cristo en el paraíso ese mismo
día.
El estado del creyente después de la muerte es diferente y
mejor al que experimentamos en esta vida, aunque no es tan
diferente ni tan bendito como lo será en la resurrección final. En
el estado intermedio disfrutamos de la continuidad de la existencia
personal en la presencia de Cristo.
El tiempo de prueba de la humanidad culmina con la muerte.
Nuestro destino está decidido una vez que morimos. No hay
ninguna esperanza de una segunda oportunidad para el arrepenti-
miento después de la muerte, y no hay ningún purgatorio, un lugar
para purgar nuestros pecados, de manera de mejorar nuestra
condición futura. La muerte constituye para el creyente la inme-
diata emancipación del conflicto y las tormentas de esta vida,
cuando pasamos a un estado de bendición.
Aunque la muerte trae el descanso al alma y la Biblia frecuen-
temente se refiere a la muerte utilizando el eufemismo del sueño,
234
El estado intermedie
no corresponde suponer que durante el estado intermedio el alma
duerma o que permanezcamos inconcientes o en un estado de
animación suspendida hasta la resurrección final.
Resumen
1. El sueño del alma corresponde a un período, entre la muerte
y la resurrección final, en que el alma se encuentra en un
estado de "animación suspendida" inconciente. Es un ale-
jamiento del cristianismo ortodoxo.
2. El estado intermedio se refiere a nuestra presencia conciente
con Cristo en el cielo, como almas sin un cuerpo, durante el
período entre nuestra muerte y la resurrección de nuestros
cuerpos.
3. El estado intermedio es mejor que nuestro estado actual perc
no tan maravilloso como nuestro estado final.
4. No hay una segunda oportunidad de arrepentimiento después
de la muerte.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Lucas 8:49-56
Lucas 23:43
2 Corintios 5:1-10
Filipenses 1:19-26
1 Tesalonicenses 4:13-18
235
LA RESURRECCiÓN FINAL
Hay una pregunta que todos los creyentes se hacen y es la pregunta
de a qué nos asemejaremos en el cielo. ¿Seremos capaces de
reconocer a nuestros seres queridos? ¿Nuestros cuerpos resucita-
dos tendrán las características correspondientes a nuestra edad o
las que teníamos en nuestra juventud?
Muchos de estos temas son un misterio para nosotros. La
Biblia solamente nos brinda algunas pistas a las respuestas. Sabe-
mos que cualquier forma que asuma nuestro estado resucitado,
este será mejor que cualquier idea que tengamos ahora. La Biblia
nos dice: "Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en
corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le
aman" (l Corintios 2:9). Pablo nos dice que "ahora vemos por
espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora
conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido" (1
Corintios 13:12).
La Biblia enseña claramente acerca de una resurrección final
de los cuerpos de los santos. Se nos dice que la resurrección de
Jesús es el primer fruto de aquellos que también han de participar
en esta resurrección.
Existe una continuidad entre el cuerpo terrenal que muere y
el cuerpo resucitado que se nos dará. Nuestros cuerpos presentes
son corruptibles y sin duda que entrarán en descomposición, o de
alguna manera serán rotos o fragmentados en la muerte. Sin
embargo, del mismo modo que Jesús regresó de la tumba con su
cuerpo también transformado, así también nuestros cuerpos pre-
sentes serán resucitados y transformados. Un cuerpo puede cam-
biar de estado sin que su identidad sea destruida.
Cada cuerpo resucitado será completo en cantidad y calidad.
No les faltará nada, aunque habrán ganado mucho. Nuestros
cuerpos resucitados serán reconocibles. No sabemos todavía
cómo Dios en su poder logrará esto, pero sí sabemos que así será.
Nuestros nuevos cuerpos estarán especialmente equipados
para la vida eterna en el reino de Dios. Nuestros cuerpos presentes
no se adaptan a ella. Cualquier cambio que sea necesario será
realizado por el poder de Dios. Sabemos que nuestros cuerpos
237
Las grandes doctrinas de la Biblia
resucitados todavía seguirán siendo humanos y finitos. No sere-
mos deificados. Nuestros cuerpos nuevos serán incorruptibles -no
podrán sufrir la descomposición, la enfermedad, el dolor ni la
muerte. Nuestros cuerpos presentes gozarán de un poder adicional
al haber sido elevados en honor, poder y gloria. Nuestros cuerpos
serán diseñados para ser como el cuerpo glorificado de Jesús.
El cuerpo nuevo del santo será un cuerpo espiritual y celestial.
Estará adaptado para vivir en un orden superior, posiblemente
radiante y brillante, como Cristo en ocasión de su transfiguración.
Resumen
l. Nuestro estado futuro en la resurrección del cuerpo está
envuelto en el misterio.
2. Habrá una continuidad entre nuestros cuerpos presentes y
nuestros cuerpos resucitados.
3. Seremos capaces de reconocernos entre nosotros en el cielo.
4. Nuestros nuevos cuerpos serán adaptados y equipados para la
vida en el cielo.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Romanos 8:11
1 Corintios 2:9
1 Corintios 15:1-58
Filipenses 3:20-21
1 Tesalonicenses 4:13-18
23R
LA GLORIFICACiÓN
Recuerdo un momento crucial antes de un partido final por un
campeonato de baloncesto en la escuela secundaria, cuando nos
abrazamos con mis compañeros de equipo para escuchar las
instrucciones de último minuto de nuestro entrenador. Nuestro
entrenador, tratando de inspirarnos hacia la victoria, nos dijo:
"Muchachos, hemos trabajado mucho para este momento. Ahora
salid y ¡cubríos de gloria!" Lo hicimos. Ganamos el campeonato
que tanto habíamos ansiado y nos cubrimos de gloria. Pero este
tipo de gloria es pasajera. La búsqueda de este tipo de gloria
comienza otra vez con la iniciación de cada nueva temporada o
cada nuevo campeonato.
Hay una gloria mayor, una gloria permanente y que nos
satisface mucho más, que le espera a todos los santos al final de
su peregrinación espiritual. En la Biblia se la conoce como la
"glorificación". La glorificación es el término utilizado por Pablo
en su "cadena de oro" de la redención:
Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que
fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea
el primogénito entre muchos hermanos. Ya los que predestinó, a
éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó;
ya los que justificó, a éstos también glorificó (Romanos 8:29-30).
La doctrina de la glorificación se refiere al momento cuando,
en la segunda venida de Cristo, los verdaderos creyentes, tanto los
vivos como los muertos, tendrán la redención completa y final de
sus cuerpos y alcanzarán su estado final. La salvación de los
escogidos se completará. "Porque es necesario que esto corrupti-
ble se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortali-
dad" (l Corintios 15:53). Al final, la muerte, el último enemigo,
será sorbida en victoria. El proceso de la santificación habrá
llegado a la meta.
La glorificación, entonces, es la gran esperanza del creyente
para el futuro. Dios hará que todo esté bien y lo mantendrá de ese
modo por toda la eternidad. Pero la glorificación también es un
consuelo en el presente. En este mundo caído donde sufrimos el
239
Las grandes doctrinas de la Biblia
pecado tanto dentro como fuera de nosotros, es un consuelo saber
que Dios está ahora mismo trabajando para purificar a sus santos
y preparándolos para su gloria futura. El creyente en cierto sentido
ya ha sido glorificado, sellado para la eternidad, para siempre un
hijo de Dios.
Resumen
1. La glorificación constituye el punto final de nuestra sal-
vación.
2. La glorificación completará nuestra santificación.
3. La promesa de la glorificación futura nos da consuelo e
inspiración para el presente.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Juan 17:13-23
Romanos 8:29-30
1 Corintios 15:50-54
2 Corintios 3:18
240
La liglce§Ra
y 1
«J) s sa e :IraJlJtllceJffit «J)s
LOS APÓSTOLES
Como doce de las personas que fueron discípulos de Cristo
posteriormente se convirtieron en sus apóstoles, estas dos pala-
bras, discípulo y apóstol suelen ser confundidas entre sí. Aunque
los términos suelen utilizarse indistintamente, no son exactamente
sinónimos. La Biblia define a un discípulo como un "alumno",
alguien que ha entrado a la comunión de la instrucción rabínica
de Jesús. Aunque los apóstoles fueron discípulos, no todos los
discípulos se convirtieron en apóstoles.
Un apóstol disfrutaba de una función especial en la iglesia del
Nuevo Testamento. La palabra apóstol significa "alguien que es
enviado". Técnicamente, sin embargo, un apóstol era más que un
mensajero. Había sido comisionado con la autoridad para hablar
en nombre de Aquel que lo había enviado y para representarlo. El
Apóstol principal en el Nuevo Testamento es el mismo Jesús. Él
había sido enviado por el Padre y hablaba con la autoridad que le
había sido investida por el Padre. Rechazar a Jesús era rechazar
al Padre que lo había enviado.
De manera similar, los apóstoles habían sido llamados y
comisionados por Cristo y hablaban con su autoridad. Rechazar
la autoridad apostólica era rechazar la autoridad de Cristo, que los
había enviado.
En el Nuevo Testamento, doce discípulos fueron comisiona-
dos como apóstoles. Después de la muerte de Judas, la iglesia
llenó esa vacante eligiendo a Matías, como 10 registra el libro de
los Hechos. A este número Jesús agregó al apóstol Pablo como el
apóstol especial para los gentiles. El apostolado de Pablo era un
tema algo debatido porque no reunía todos los requisitos para el
apostolado, establecidos en los Hechos. El criterio para el apos-
tolado incluía (1) haber sido un discípulo de Jesús durante su
ministerio sobre esta tierra, (2) haber sido testigo de su resurrec-
ción, y (3) haber sido llamado y comisionado directamente por
Cristo. Pablo no había sido discípulo de Cristo, y su visión del
Cristo resucitado tuvo lugar después de la ascensión de Jesús.
Pablo no había sido un testigo directo de la resurrección de la
misma manera que lo habían sido los otros apóstoles. Sin ernbar-
243
Las grandes doctrinas de la Biblia
go, Pablo fue llamado directamente para ejercer esta función por
Cristo. Su llamado fue confirmado por los demás apóstoles, sobre
cuyo apostolado no cabía la menor duda, y fue autenticado por los
milagros que Dios realizó por intermedio de Pablo, dando testi-
monio de su autoridad como agente apostólico de la revelación.
A fines del primer siglo, los padres postapostólicos recono-
cieron que su autoridad estaba subordinada a la de los apóstoles
originales. En la actualidad, no hay apóstoles oficiales en vida ya
que nadie reúne los requisitos bíblicos para esta función ni puede
ser confirmado por los apóstoles originales, como lo fue Pablo.
La Biblia es la única autoridad apostólica que tenemos en la
actualidad.
Resumen
l. Las palabras discípulo y apóstol no son sinónimos.
Discípuloealumno
Apóstolealguien que ha sido enviado con autoridad para
hablar en nombre del que lo comisionó
2. Jesús fue "el Apóstol del Padre".
3. Los requisitos bíblicos para el apostolado consistían en haber
sido:
(a) un discípulo de Jesús.
(b) un testigo de la resurrección de Jesús.
(c) llamado directamente por Cristo.
4. El apostolado de Pablo fue singular, y fue necesario que él
fuera confirmado por los otros apóstoles.
5. En la actualidad no existen apóstoles en el sentido bíblico.
6. La autoridad apostólica en la actualidad la encontramos en la
Biblia.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Romanos 1:1-6
Romanos 11:13
1 Corintios 9:2
1 Corintios 15:9
Hebreos 3:1
244
LA IGLESIA
La iglesia se refiere a todas las personas que pertenecen al Señor,
que han sido compradas por la sangre de Cristo. Hay diversas
imágenes y expresiones que son también utilizadas para definir o
describir a la iglesia. La iglesia es llamada, entre otras cosas, el
cuerpo de Cristo, la familia de Dios, el pueblo de Dios, los
escogidos, la esposa de Cristo, la compañía de los redimidos, la
nueva Israel.
La palabra que utiliza el Nuevo Testamento para iglesia, de
donde proviene nuestra palabra eclesiástico, significa "aquellos
que han sido llamados". La iglesia puede ser concebida como una
asamblea o reunión de los escogidos, aquellos que Dios ha llama-
do a apartarse de este mundo, del pecado, y los ha llamado a un
estado de gracia.
Como la iglesia sobre esta tierra es siempre lo que San
Agustín llamó "un cuerpo mezclado", se hace necesario que
diferenciemos entre la iglesia visible y la iglesia invisible. En la
iglesia visible (conformada por aquellas personas que han hecho
una profesión de fe, han sido bautizadas, y se han hecho miembros
de la iglesia institucional), Jesús nos dice que los abrojos van a
crecer junto con el trigo. Aunque la iglesia es "santa", tiene
siempre en la actualidad mezclado en su seno elementos no santos.
No todos los que honran a Cristo con sus labios lo honran también
con su corazón. Como solamente Dios puede leer el corazón
humano, los verdaderos escogidos son visibles para Dios, pero en
cierta medida nos son invisibles a nosotros. La iglesia invisible es
transparente pero completamente visible para Dios. La tarea de
los escogidos es hacer que esta iglesia invisible se torne visible.
La iglesia es una, santa, católica, y apostólica. La iglesia es
una. Aunque está dividida en denominaciones, los escogidos están
unidos por un Señor, una fe, y un bautismo. La iglesia es santa
porque ha sido santificada por Dios y el Espíritu Santo mora
dentro de ella. La iglesia es católica (la palabra católica significa
"universal") porque sus miembros se extienden alrededor de todo
el mundo, e incluye en su seno a pueblos de todas las naciones.
La iglesia es apostólica porque las enseñanzas de los apóstoles,
245
Las grandes doctrinas de la Biblia
como están contenidas en las Sagradas Escrituras, son el funda-
mento de la iglesia y la autoridad que gobierna la iglesia.
Es el deber y el privilegio de todos los cristianos permanecer
unidos a la iglesia de Cristo. Es nuestra solemne responsabilidad
no olvidarnos de reunirnos con los santos en la adoración comu-
nitaria, permanecer bajo el cuidado y la disciplina de la iglesia, y
trabajar activamente como testigos en la misión de la iglesia.
La iglesia no es tanto una organización como un organismo.
Está conformada por partes vivas. Se la llama el cuerpo de Cristo.
Del mismo modo que el cuerpo humano está configurado para
funcionar Como una unidad a través del trabajo cooperativo e
interdependiente de sus muchas partes, así también la iglesia es
un cuerpo que muestra su unidad y su diversidad. Aunque está
gobernada por una "cabeza" -Cristo- el cuerpo tiene muchos
miembros, cada uno con los dones y las riquezas que Dios les ha
dado para contribuir a la obra de todo el cuerpo.
Resumen
1. La iglesia está compuesta por aquellas personas que pertene-
cen al Señor.
2. La palabra bíblica para iglesia significa "aquellos que han
sido llamados".
3. La iglesia sobre la tierra es siempre un cuerpo donde están
mezclados los cristianos con los no cristianos.
4. La iglesia invisible es visible únicamente a Dios.
5. La iglesia es una, santa, católica y apostólica.
6. La iglesia es un organismo, similar al cuerpo humano.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Mateo 13:24-43
1 Corintios 12:12-14
Efesios 2:19-22
Efesios 4:1-6
Colosenses 1:18
Apocalipsis 7:9-10
246
LAS MARCAS DE
LA IGLESIA VERDADERA
Como el mundo está lleno de miles de instituciones distintas
llamadas iglesias, y como es posible que tanto I~s instituciones
como los individuos se conviertan en apóstatas, es Importante que
podamos discernir las marcas esenciales de la iglesia vis¡~l:
legítima y verdadera. Ninguna iglesia está libre del err~r o ce:
pecado. Solo en el cielo la iglesia será perfecta. Pero existe ~na
diferencia significante entre la corrupción, que afecta a todas las
instituciones, y la apostasía. Por lo tanto, para proteger el d~sa­
rrollo y el cuidado del pueblo de Dios, es importante que defina-
mas las marcas de una iglesia verdadera.
Las marcas de una iglesia verdadera han sido definidas histó-
ricamente como: (1) la predicación verdadera de la Palabra de
Dios, (2) el uso de los sacramentos de acuerdo con su institución,
y (3) la práctica de la disciplina de la iglesia. " .
(1) La predicación de la Palabra de Dios. Aunque las Iglesl~s
difieren sobre detalles de teología y en grados de pureza de la
doctrina, la iglesia verdadera afirma todo lo que es esencial para
la fe cristiana. Del mismo modo, una iglesia es falsa o apóstata
cuando oficialmente niega una de las premisas esenciales de la fe
cristiana como la deidad de Cristo, la Trinidad, 18 justificación
por la fe: la expiación, u otras doctrinas esenciales par~ la salva-
ción. La Reforma, por ejemplo, no fue una SImple lucha por
menudencias, sino por la doctrina cardinal de la salvación.
(2) La administración de los sacramentos. Negar o difamar
los sacramentos instituidos por Cristo es falsificar la iglesia. La
profanación de la Cena del Señor o el ofrecimiento .volu~tario de
los sacramentos a no cristianos profesantes descalificaría a una
iglesia de ser reconocida como una iglesia verdade~a. . . ,
(3) La disciplina de la iglesia. Aunque el eJ.erclclO de la
disciplina de la iglesia en ocasiones puede ser equivocado en la
dirección de ser demasiado severo o demasiado laxo, puede conver-
tirse en algo tan pervertido que ya deje de ser reconocido como
legítimo. Por ejemplo, si una iglesia de manera abierta e impenitente
suscribe, practica, o se niega a disciplinar los pecados graves y
perversos, no está exhibiendo esta marca de una iglesia verdadera.
247
Las grandes doctrinas de la Biblia
Aunque los cristianos deberían estar solemnemente precavi-
dos de no convertirse en cismáticos en su espíritu, o tener espíritu
de división o discusión, también deberían estar advertidos de su
obligación de apartarse de comuniones falsas o apóstatas. Todas
las iglesias verdaderas, en mayor o menor grado, deberán exhibir
las verdaderas marcas de una iglesia. La reforma de la iglesia es
una tarea que no tiene fin. Cada vez más y más buscamos ser fieles
al llamado bíblico de la predicación, los sacramentos y la disci-
plina de la iglesia.
Resumen
1. Una iglesia verdadera tiene marcas visibles que la diferencian
de una iglesia falsa o apóstata.
2. La predicación del evangelio es necesaria para que una iglesia
sea legítima.
3. La administración correcta de los sacramentos, sin profa-
nación, es una marca de la iglesia.
4. La disciplina contra la herejía y los pecados graves es una
tarea necesaria dentro de la iglesia.
5. La iglesia siempre necesita ser reformada de acuerdo con la
Palabra de Dios.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Mateo 18:15-17
Romanos 11:13-24
1 Corintios 1:10-31
Efesios 1:22-23
1 Pedro 2:9-10
248
LA EXCOMULGACIÓN
Ser excomulgado de la iglesia de Cristo es algo terrible. Sin
embargo hay un solo pecado tan serio que merezca el alejamiento
del cuerpo de Cristo. Este pecado es el de la impenitencia. Hay
múltiples pecados graves que requieren de la disciplina de la iglesia.
Sin embargo, como la disciplina de la iglesia es un proceso con varios
pasos en donde la excomulgación constituye el último paso, el único
pecado que nos puede hacer llegar a dicho extremo es el negarse a
arrepentirse del pecado que inició el proceso en primer lugar.
La excomulgación es la medida disciplinaria más extrema de
la iglesia. Implica excluir al pecador impenitente de la comunión
con los fieles. La doctrina proviene de la enseñanza de Jesús sobre
el atar y el desatar (Mateo 16:19; 18:15-20; Juan 20:23). La
responsabilidad de disciplinar recayó sobre la iglesia. El pasaje
en Mateo 18, sin embargo, enumera tres pasos que deben ser dados
antes de la excomulgación. El pecador debe ser corregido en
primer lugar en privado. Si dicha instancia fracasara, entonces
deberá ser corregido delante de testigos. Esto asegura que el
acusador no haya estado equivocado en la primera instancia y
evita que se hagan acusaciones difamatorias. En tercer lugar, el
pecador deberá ser traído frente a toda la congregación de creyen-
tes. Si esta última instancia fracasara, la iglesia deberá dejar de
tener comunión con el ofensor.
Debe notarse que la excomulgación nunca debe ser realizada
con un sentido de venganza. Todo el proceso, hasta la excornul-
gación e incluyéndola, es una forma de disciplina diseñada para
que la persona impenitente regrese al redil. Llegado el extremo de la
excomulgación, la parte culpable será librada al diablo. La intención
no es castigar sino buscar que la parte culpable tome conciencia de
su pecado. Juan Calvino sostenía que la disciplina de la i~lesia es "la
mejor ayuda" para la sana doctrina, el orden y la unidad .
La Confesión de Westminster enumera cinco propósitos para
la excomulgación:
Las censuras de la iglesia son necesarias, para reclamar y ganar
los hermanos que han ofendido, para evitar que otros cometan
249
1 Corintios 5
1 Timoteo 1:18-20
1 Pedro 4:8
Las grandes doctrinas de la Biblia
ofensas similares, para purgar la levadura que podría infectar toda
la rr;,asa, para reivindicar el honor de Cristo, y la santa profesión
del ~vange]¡o, y p~ra e.vitarla ira de Dios, que con justicia podría
caer sobre la Iglesia, SI esta permitiera que su pacto, y los sellos
del p~cto, fuesen profanados por los ofensores notorios y obsti-
nadas.
. ~sta lista podría posiblemente ser reducida a dos razones
pn~~Ipales: la preocupación por el alma del pecador y la preocu-
pacion por la salud de la iglesia.
La disciplina de la iglesia ha sido encomendada por Cristo, y
es ~n asunto que requiere de gran prudencia. La iglesia puede
eqUIv~carse de dos maneras. Puede convertirse en una iglesia
demasiado laxa y no disciplinar adecuadamente a los que hacen
de la fe un motivo de escándalo, o puede convertirse en demasiado
severa y faltarle la caridad que Dios ordena.
No se debería invocar la disciplina de la iglesia cuando se trata
de tema.s triviales o menores. Las nimiedades pueden convertirse
en la.ruma del pueblo de Dios. Hemos sido llamados a tener un
espíntu de paciencia y de tolerancia unos con otros, del mismo
modo que DIOS es paciente con nosotros. La Escritura nos llama
a tener la clase de amor que "cubre multitud de pecados".
Resumen
]. La excomulgacíon es el paso final en la disciplina de la iglesia.
2. La impenrtencra es el único pecado que resulta en la excom-
u1gación.
3. Cristo i~s~ituyó el proceso de la disciplina de la iglesia.
4. El proposito de la excomu1gación es la restauración del ofen-
sor y la protección de la iglesia.
5. La disciplina de la iglesia no debe ser ni laxa ni severa.
6. Los cristianos deben ejercer un amor que es paciente y
tolerante.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Mateo 7:1-5
1 Corintios 11:27-32
1 Timote05:19-20
250
lOS SACRAMENTOS
La palabra sacramento se utilizó históricamente para referirse a
algo que era sagrado. La palabra latina sacramentum se utilizó
para traducir la palabra del Nuevo Testamento misterio. En un
sentido amplio todos los ritos y ceremonias religiosas pueden ser
llamados sacramentos. Con el tiempo, la palabra sacramento
tomó un significado más restricto y preciso, definidos como un
signo visible por el que Dios ofrece su promesa de gracia de una
manera externa. Los signos externos sellan y confirman las pro-
mesas del pacto de Dios. Los sacramentos consisten en algún
elemento visible como el agua, el pan o el vino; una acción
determinada ordenada por Dios en asociación con el signo; y un
beneficio redentor brindado al creyente. La Iglesia Romana Ca-
tólica fijó en siete el número de los sacramentos (en un sentido
especial). Son el Bautismo, la Confirmación, la Eucaristía (la
Cena del Señor), la Penitencia, el Matrimonio, la Ordenación
Sacerdotal, y la Extremaunción.
El protestantismo histórico limita el número de los sacramen-
tos a dos: el Bautismo y la Cena del Señor. Aunque los protestan-
tes reconocen otros ritos como el matrimonio y la ordenación para
funciones especiales, no consideran que estos ritos alcancen el nivel
de los sacramentos. Los sacramentos se limitan a: (1) las ordenan-
zas instituidas directamente por Cristo, (2) las ordenanzas que por
su propia naturaleza son importantes, (3) las ordenanzas diseñadas
para ser perpetuas, y (4) las ordenanzas diseñadas para significar,
instruir y sellar a los creyentes que las reciben en la fe.
Los sacramentos son los medios verdaderos de gracia que
transmiten las promesas de Dios. Su poder no reside en los propios
elementos, sino en Dios, del que son signos. Su poder no depende
tampoco del carácter o de la fe de quienes los administran, sino
de la integridad de Dios.
Los sacramentos son formas no verbales de comunicación.
Nunca fue la intención que se sostuvieran por sí solos sin refer-
.encia a la Palabra de Dios. Los sacramentos confirman la Palabra
de Dios, de modo que la administración de los sacramentos y la
predicación de la Palabra van siempre juntos.
251
Las grandes doctrinas de la Biblia
La salvación no proviene por medio de los sacramentos. La
salvación es por la fe en Cristo. Sin embargo, ahí donde la fe esté
presente, los sacramentos no serán ignorados ni dejados de lado.
Forman una parte vital de la adoración a Dios y del desarrollo de
la vida cristiana.
Aunque los sacramentos implican el uso de formas externas,
no deben ser despreciados como formalismos o rituales vacíos. Si
bien pueden corromperse y convertirse en rituales vacíos, no
deben ser rechazados. Sin duda que constituyen rituales, pero han
sido rituales instituidos por Dios y por lo tanto debemos participar
de ellos con gozo y solemnemente.
Resumen
l. Un sacramento es un signo visible de la promesa de gracia de
Dios a los creyentes.
2. La Iglesia Católica reconoce siete sacramentos, mientras que
los protestantes reconocen dos: el Bautismo y la Cena del
Señor.
3. Los sacramentos no transmiten automáticamente las cosas
que representan. El contenido de los sacramentos se recibe
por la fe.
4. Los sacramentos no son rituales vacíos, sino que fueron
instituidos por Cristo.
5. Los sacramentos deben ser vinculados con la predicación de
la Palabra.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Mateo 28:19-20
Hechos 2:40-47
Romanos 6:1-4
1 Corintios 11:23-34
Gálatas 3:26-29
252
EL BAUTISMO
El bautismo es el signo sacramental de el Nuevo Pacto. Es el
símbolo que Dios utiliza para sellar su palabra en los escogidos
de que están incluidos en el pacto de la gracia.
El bautismo significa varias cosas. En primera instancia, es
un signo del lavamiento y la remisión de los pecados. También
significa que hemos sido regenerados por el Espíritu Santo, sepul-
tados y resucitados juntamente con Cristo, que el Espíritu Santo
ha venido a morar dentro nuestro, que hemos sido adoptados por
la familia de Dios y que hemos sido santificados por el Espíritu
Santo.
El bautismo fue instituido por Cristo y debe ser administrado
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. El signo
externo no transmite automáticamente o por medio de magia las
realidades que significa. Por ejemplo, aunque el bautismo signi-
fica la regeneración, o el nuevo nacimiento, no transmite automá-
ticamente este nuevo nacimiento. El poder del bautismo no está
en el agua sino en el poder de Dios.
La realidad a la que este sacramento apunta puede estar
presente antes o después de que el signo del bautismo ha sido
dado. En el Antiguo Testamento el signo de la alianza era la
circuncisión. La circuncisión era, entre otras cosas, un signo de
fe. En el caso de los adultos, como fue el caso de Abraham, la fe
fue previa al signo de la circuncisión. Con los hijos de los
creyentes, sin embargo, el signo de la circuncisión les era dado
antes que su posesión de la fe, como fue el caso de Isaac. Del
mismo modo, en el Nuevo Pacto, la teología de la Reforma
requiere que los adultos convertidos deban ser bautizados después
de haber hecho su profesión de fe, mientras que sus hijos reciben
el bautismo antes de profesar la fe.
El bautismo significa el lavamiento con agua. El mandamien-
to a bautizar puede ser cumplido por inmersión, por aspersión o
por ablución. La palabra griega bautizar incluye cualquiera de
estas tres posibilidades.
La validez del bautismo no depende del carácter del ministro
que lo administra o del carácter de la persona que lo recibe. El
253
Las grandes doctrinas de la Biblia
bautismo es un signo de la promesa de Dios de salvar a todos
quienes creen en Cristo. Como es una promesa de Dios, la validez
de esta promesa depende del carácter fiel de Dios.
Como el bautismo es el signo de la promesa de Dios, no debe
ser administrado a una persona más de una vez. Ser bautizado más
de una vez es poner una sombra de duda sobre la integridad y la
sinceridad de la promesa de Dios. Sin duda que quienes han sido
bautizados dos o más veces no intentan poner en duda la integri-
dad de Dios, pero su acción, si la entendemos correctamente,
comunicaría dicha duda. Es el deber de cada uno de los cristianos,
sin embargo, ser bautizado. No se trata de un ritual sin ningún
contenido, sino de un sacramento instituido por nuestro Señor.
Resumen
l. El bautismo es el signo sacramental del Nuevo Pacto.
2. El bautismo tiene múltiples significados.
3. El bautismo fue instituido por Cristo y debe ser administrado
con agua en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
4. El bautismo no transmite automáticamente el nuevo
nacimiento.
5. El bautismo puede ser administrado por inmersión, por asper-
sión o por ablución.
6. La validez del bautismo depende de la integridad de la
promesa de Dios y debería ser administrado a una persona
una única vez.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Romanos 4:11-12
Romanos 6:3-4
1 Corintios 12:12-14
Colosenses 2:11-15
Tito 3:3-7
254
LA CENA DEL SEÑOR
Martín Lutero rechazó la doctrina de la transustanciación soste-
nida por la Iglesia Romana Católica, según la cual el pan y el vino
de la Eucaristía son convertidos realmente en el cuerpo y la sangre
de Cristo. Lutero no veía ninguna necesidad para esta doctrina.
La posición de Lutero era que la presencia de Cristo no sustituía
la presencia del pan y el vino sino que era agregada al pan y al
vino. Lutero sostenía que el cuerpo y la sangre de Cristo de algún
modo estaban presentes con, en, y bajo los elementos del pan y el
vino. Es costumbre llamar a la posición luterana la consustancia-
cián porque la sustancia del cuerpo y la sangre de Cristo está
presente con (por eso el uso del prefijo con) la sustancia del pan
y el vino. Los teólogos luteranos, sin embargo, no están satisfe-
chos con la palabra consustanciación y protestan que se la entien-
de en términos muy estrechamente asociados a la doctrina católica
de la transustanciación.
Pero resulta claro que Lutero insistió sobre la presencia
sustancial y físicamente real de Cristo en la Cena del Señor.
Repetidas veces citó las palabras de Jesús cuando instituyó la
Cena, "Este es mi cuerpo", como prueba. Lutero no quería permi-
tir que el verbo es fuese tomado en un sentido figurado o repre-
sentativo. Lutero también adoptó la doctrina de la comunicación
de los atributos por la cual los atributos divinos de la omnipresen-
cia eran comunicados a la naturaleza humana de Jesús, haciendo
posible que su cuerpo y su sangre estuviesen presentes en más de
un lugar al mismo tiempo.
Zuinglio y otros argumentaron que las palabras de Jesús,
"Este es mi cuerpo" realmente significaban "Esto representa mi
cuerpo". Jesús con frecuencia utilizó el verbo ser con este sentido
figurado. Dijo: "Yo soy la puerta", "Yo soy la vid verdadera", etc.
Zuinglio y otros argumentaron que el cuerpo de Cristo no está
presente en su sustancia real en la Cena del Señor. La cena es solo
una conmemoración, y la presencia de Cristo no es distinta a su
presencia normal por medio del Espíritu Santo.
Juan Calvino, por otro lado, cuando debatía con Roma y con
Lutero, negaba la presencia "sustancial" de Cristo en la Cena del
255
Las grandes doctrinas de la Biblia
Señor. Sin embargo, cuando debatía con los anabaptistas, que
reducían la Cena del Señor a una mera conmemoración, insistía
en la presencia "sustancial" de Cristo.
Superficialmente parecería ser que Calvino estaba atrapado
en una contradicción flagrante. Sin embargo, si nos detenemos en
los detalles, vemos que Calvino utilizó el término sustancial de
dos maneras diferentes. Cuando se dirigía a los católicos y a los
luteranos, utilizaba el término sustancial para significar "físico".
Negaba la presencia física de Cristo en la Cena del Señor. Cuando
se dirigía a los anabaptistas, insistía en el término sustancial en el
sentido de "real". Calvino de ese modo estaba argumentando que
Cristo estaba presente de manera verdadera y real en la Cena del
Señor, aunque no en un sentido físico.
Como Calvino rechazó la idea de la comunicación de atribu-
tos de la naturaleza divina a la naturaleza humana, fue acusado de
separar o dividir las dos naturalezas de Cristo y de cometer la
herejía nestoriana, que había sido condenada por el Concilio de
Calcedonia en el año 451 d.C. Calvino respondió que él no estaba
separando ambas naturalezas sino que las estaba distinguiendo
entre sí.
La naturaleza de Jesús está localizada en el presente en el
cielo. Permanece en perfecta unión con su naturaleza divina.
Aunque la naturaleza humana está contenida en un lugar, la
persona de Cristo no está contenida del mismo modo porque su
naturaleza humana todavía tiene el poder de la omnipresencia.
Jesús dijo: "He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el
fin del mundo" (Mateo 28:20). A pesar de sus limitaciones, y del
riesgo de ser malentendidos, acontinuación damos una ilustración
de lo que estamos diciendo.
La naturaleza humana
está sometida al tiempo
y el espacio. La naturaleza
divina no está sometida a
nada.
256
La cena del Señor
I La naturaleza humana en el cielo I
La naturaleza divina
J!);r~
I La Iglesia I
Calvino enseñó que aunque el cuerpo y la sangre de Cristo
permanecen en el cielo, espiritualmente nos son "hechos presen-
tes" por la naturaleza divina y omnipresente de Jesús 1. Donde-
quiera que esté presente la naturaleza divina de Cristo, Él está
verdaderamente presente. Esto es consistente con la propia ense-
ñanza de Jesús que "se iba" pero que sin embargo nos continuaría
acompañando. Cuando nos encontramos con Él en la Cena del
Señor, tenemos comunión con Él. Al encontrarnos en su presencia
divina, somos traídos a su presencia humana místicamente, por-
que su naturaleza divina nunca se separa de su naturaleza humana.
La naturaleza divina nos guía al Cristo ascendido, y en la Cena
del Señor tenemos un atisbo de lo que es el cielo.
Resumen
1. Lutero enseno que el cuerpo y la sangre de Cristo eran
agregados con, en, y debajo de los elementos del pan y del
vino.
2. Zuinglio enseño que la Cena del Señor era una con-
memoración.
3. Calvino negó la presencia física de Cristo en la Cena del
Señor, pero afirmó la presencia real de Cristo.
4. La naturaleza humana de Cristo está localizada en el cielo; su
naturaleza divina es omnipresente.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Mateo 26:26-29
1 Corintios 10:13-17
1 Corintios 11:23-34
257
LA TRANSUSTANCIACiÓN
Nohay un momento más solemne o sagrado en la vida de la iglesia
que la celebración de la Cena del Señor. Se la llama también la
Eucaristía porque durante esta comida tiene lugar un encuentro
especial entre Jesús y su pueblo. En ese momento Jesús está
presente con nosotros de una manera singular.
La pregunta es: ¿Cómo puede Cristo estar presente con noso-
tros en la Cena del Señor? Esta pregunta ha sido motivo de
controversia sin fin entre los cristianos. No solo ha sido una
cuestión de contienda entre el protestantismo y el catolicismo
romano, sino que también ha sido una arena de conflicto que los
líderes de la Reforma -Lutero, Calvino, y Zuinglio- no pudie-
ron resolver entre ellos.
La Iglesia Romana Católica enseña la doctrina de la transus-
tanciación. La transustanciación significa que durante la misa
tiene lugar un milagro por el cual la sustancia de los elementos
ordinarios del pan y del vino se convierte en la sustancia del
cuerpo y la sangre de Cristo. Para los sentidos humanos, el pan y
el vino no exhiben ningún cambio perceptible. Pero los católicos
creen que aunque los elementos todavía se asemejan al pan y al
vino, que saben como el pan y el vino, que huelen como el pan y
el vino, etc., se convierten realmente en la carne y la sangre de
Cristo.
Para entender este milagro se requiere que conozcamos algo
sobre la filosofía de Aristóteles. Aristóteles enseñó, para expre-
sarlo en términos sencillos, que cada objeto (entidad) se compone
de sustancia y accidentes. La sustancia es la esencia más profun-
da, "la materia prima" de algo. Los accidentes se refieren a la
apariencia exterior, externa, o superficial de un objeto. Se refieren
a las cualidades de un objeto que vemos, sentimos, olemos y
saboreamos.
Para Aristóteles había siempre una relación inseparable entre
un objeto y sus accidentes. Un olmo, por ejemplo, tiene siempre
la sustancia y los accidentes de ser un olmo. Para que algo tuviera
la sustancia de una cosa y los accidentes de otra cosa sería
necesario un milagro.
)<;Q
Las grandes doctrinas de la Biblia La transustanciación
Sustancia = Esencia
Accidentes = Cualidades
externas
perceptibles
~ &
«~  I
-.
--- Sustancia Cuerpo y
Sangre de
Cristo
Accidentes = Pano y
vino
Este es el milagro de la transustanciación. Los elementos del
pan y del vino se convierten en la sustancia del cuerpo y la sangre
de Cristo. Mientras tanto, los accidentes del pan y del vino
permanecen. Por lo tanto, en la misa tenemos la sustancia del
cuerpo y la sangre de Cristo sin los accidentes del cuerpo y la
sangre, y los accidentes del pan y del vino sin la sustancia del pan
y del vino.
Antes que el milagro tenga lugar, tenemos la sustancia y los
accidentes del pan y del vino.
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«~  I
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---
V /
!J;
/ / O
-:
»>
Pan y Vino = Sustancia y
accidentes
mana de Jesús se extiendiese por todo el mundo se requeriría la
deificación de la naturaleza humana. Tanto Lutero como la Iglesia
Romana Católica enseñaron que la naturaleza divina de Cristo
(que tiene los atributos de la omnipresencia) comunica este poder
a la naturaleza humana para que la naturaleza humana, aunque
normalmente localizada, pueda estar presente en más de un lugar
al mismo tiempo.
Pero para Calvino y para otros, esta idea de la comunicación
de los atributos divinos a la naturaleza humana era considerada
una violación del Concilio de Calcedonia (451 d.C), que había
afirmado que las dos naturalezas de Cristo, su humanidad y su
divinidad, estaban unidas de manera de ser sin confusión, sin
mutación, sin división y sin separación, cada naturaleza conser-
vando sus propios atributos. Entonces, para Calvino como para
la mayoría de los pensadores de la Reforma, la transustanciación
manifestaba una forma de herejía.
Resumen
Después que el milagro tuvo lugar, tenemos la sustancia del
cuerpo y la sangre de Cristo sin los accidentes del pan y del vino.
De mayor importancia que la controversia que rodea la tran-
sustanciación está la cuestión sobre la naturaleza humana de
Jesús. El cuerpo y la sangre pertenecen a la humanidad de Jesús
y no a su deidad. Como la misa se celebra en distintas partes del
mundo al mismo tiempo, la cuestión es, ¿Cómo puede la natura-
leza humana de Jesús (el cuerpo y la sangre) estar en más de un
lugar al mismo tiempo? La potestad de ser omnipresente, de estar
igualmente presente en todos lados, es un atributo de la deidad,
no de la humanidad. Para que fuera posible que la naturaleza hu-
260
1. La transustanciación significa que, durante la misa, el pan y
el vino se transforman milagrosamente en el cuerpo y la
sangre de Cristo, mientras que se aparecen a los sentidos
como pan y vino.
2. La sustancia se refiere a la esencia de una cosa, mientras que
los accidentes se refieren a las cualidades externas percep-
tibles.
3. La transustanciación requiere que se faculte a la naturaleza
humana de Cristo con el poder de los atributos divinos, para
que su cuerpo y su sangre puedan estar en más de un lugar al
mismo tiempo.
261
Las grandes doctrinas de la Biblia
4. Calvino rechazó la transustanciación como una violación del
Concilio de Calcedonia.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Marcos 14:22-25
1 Corintios 11:23-26
262
EL DíA DE REPOSO
La santidad del día de reposo fue instituida en la creación. Después
de su obra creativa de seis días, Dios descansó en el séptimo día
y 10 sacralizó. Al sacralizarlo, Dios estaba apartando al séptimo
día. Lo consagró como santo. El guardar correctamente el día de
reposo fue uno de los Diez Mandamientos dados en el monte
Sinaí, Es importante recordar que su institución constituía una
parte integral del pacto de la creación. En el Antiguo Testamento,
la violación del día de reposo representaba una ofensa capital.
La palabra traducida como el día de reposo significa "sépti-
mo". Por eso es que algunas personas insisten en que el sábado es
el único úia apropiaúo para ceie'orar el óia úe reposo, y q-ue es
ilegítimo observarlo en domingo. Sin embargo, el cristianismo
histórico siempre ha observado el día domingo como el día de
reposo porque en el Nuevo Testamento es "el día del Señor", el
día en que Cristo resucitó. El principio del día de reposo, uno en
siete, permanece intacto. El día de reposo semanal tiene un efecto
perpetuo desde la creación y fue guardado por los apóstoles.
La pregunta sobre la manera adecuada de guardar el día de
reposo continúa siendo tema de debate entre los teólogos. La
mayoría está de acuerdo con que el día de reposo incluye un
mandato a descansar de todo lo que no sea el comercio o las tareas
imprescindibles. El día de reposo es también el tiempo para la
adoración comunitaria y para la dedicación especial al estudio de
la Palabra de Dios. Es un momento especial para regocijarnos en
la resurrección de Cristo y en la esperanza de nuestro reposo
sabático en el cielo.
El desacuerdo se centra alrededor del papel de la función de
recreación y las obras de misericordia. Algunos consideran a la
función de recreación como una violación terrenal del día de
reposo, mientras que otros insisten en que es una parte importante
en el descanso y la renovación del cuerpo. La Biblia en ningún
lugar explícitamente promueve o prohibe la función de recreación
en el día de reposo, aunque el significado implícito de placer en
Isaías 58: 13 podría sugerir que está prohibido.
Un debate menos estridente se centra en la cuestión de las
2fil
Las grandes doctrinas de la Biblia
obras de misericordia. Muchos apelan al ejemplo de Jesús del
ministerio especial en el día de reposo como un mandamiento
implícito para los cristianos para que en el día de reposo se
comprometan activamente en obras de misericordia, como el
visitar a los enfermos. Otros contienden que el ejemplo de Jesús
prueba que es legítimo y bueno comprometerse de esa manera,
pero que lo que está permitido no necesariamente está requerido.
(Que dichas obras de misericordia no están limitadas al día de
reposo es obvio).
Resumen
1. El día de reposo fue instituido en la creación y todavía está
vigente.
2. El día de reposo significa "séptimo". Se refiere a un ciclo de
un día en siete días.
3. La iglesia primitiva celebró el día de reposo en el día del
Señor, trasladando el día de reposo del sábado al domingo (el
primer día de la semana).
4. El día de reposo requiere el cese del trabajo regular (excepto
los trabajos imprescindibles) y la asamblea de los santos en
la adoración comunitaria.
5. Hay desacuerdo en cuanto a si está bien realizar la función de
recreación y sobre la necesidad de obras de misericordia en
el día de reposo.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Génesis 2:1-3
Éxodo 20:8-11
Isaías 58:13-14
Mateo 12:1-14
Hechos 20:7
1 Corintios 16:1-2
Apocalipsis 1:10
264
LOS JURAMENTOS
y LOS VOTOS
Siendo niño recuerdo haber oído la fábula sobre George Washing-
ton y el cerezo. Cuando el pequeño George se enfrentó a su padre
angustiado por la destrucción antojadiza de un cerezo, el pequeño
dijo: "No sé decir una mentira; yo corté al árbol".
Me llevó años darme cuenta que la confesión de Washington
era en realidad una mentira. Decir "no sé decir una mentira" ya
es mentir sobre la capacidad que uno tiene para mentir. Hay
muchas cosas que George Washington no podía hacer: no podía
volar; no podía estar en más de un lugar al mismo tiempo, etc.
Pero sin duda que George Washington podía decir una mentira.
Era un hombre. Todos los seres humanos son capaces de mentir.
La Escritura nos dice que "todo hombre es mentiroso" (Salmo
116:11). Esto no significa que todos mientan todo el tiempo.
También tenemos la capacidad de decir la verdad. El problema
surge cuando se nos pide que confiemos en la palabra de alguien,
y no podemos saber con certeza si nos está diciendo la verdad.
Para resaltar la importancia de la verdad al hacer promesas y
dar testimonios importantes, recurrimos a los juramentos y los
votos. Antes de testificar en un juicio, el testigo debe prestar
juramento. Él o ella prometen "decir la verdad, toda la verdad, y
nada más que la verdad. Que así me ayude Dios".
En el juramento, se apela a Dios y solo a Dios como el testigo
supremo de la aseveración. Dios es el guardián de los votos, los
juramentos y las promesas. Él es la fuente de toda verdad y es
incapaz de mentir. Lo que era falso en el caso de George Was-
hington, es verdadero en el caso de Dios. Dios no puede mentir
(Tito 1:2; Hebreos 6:17-18). Dios tampoco soporta a los mentiro-
sos. Nos advierte sobre el riesgo de prometer con ligereza o con
falsedad: "Cumple 10 que prometes. Mejor es que no prometas, y
no que prometas y no cumplas" (Eclesiastés 5:4-5). Los Diez
Mandamientos incluyen una ley contra el dar falso testimonio
(Éxodo 20:16).
Como nuestra entera relación con Dios se basa en las prome-
sas de la alianza, Dios consagra el tema de los votos, los juramen-
tos y las promesas. Para el bienestar de la sociedad es necesario
265
Las grandes doctrinas de la Biblia
que se establezca la confianza en cualquier relación humana
(como el matrimonio y los acuerdos comerciales). Un juramento
legítimo es parte de la adoración por la cual las personas, buscando
asegurar la veracidad de lo que dicen, buscan el respaldo de Dios
como testigo de lo que afirman y prometen. Lo que esto implica
es que si quienes prestan juramento luego mienten, Dios los
castigará de manera rápida y severa.
La iglesia cristiana siempre ha afirmado el valor de los
juramentos ylos votos. Los ministros de Westminster enumeraron
las siguientes limitaciones y estipulaciones escriturales:
Los hombres solo deben jurar por el nombre de Dios, y por lo
tanto deben hacerlo con todo santo temor y reverencia. Por lo
tanto, el jurar en vano o con ligereza, por ese nombre glorioso y
tremendo, o el jurar por cualquier otra cosa, es pecado y debe ser
aborrecido. Sin embargo, como en materia de peso y oportunidad,
el juramento está respaldado por la Palabra de Dios, tanto en el
Nuevo Testamento como en el Antiguo; un juramento legal,
impuesto por una autoridad legal, en dicha materia, debe ser
prestado.'.
Una estipulación adicional es que un juramento no debería ser
hecho con reservas mentales o equívocas. Dios no acepta los
dedos cruzados, sino que espera la honestidad. Un juramento no
puede prestarse con ligereza. Debería ser reservado para las
ocasiones más solemnes, para las promesas solemnes. Hasta los
gobiernos reconocen esto al insistir en la prestación dejuramentos
para el caso del matrimonio y antes de prestar testimonio frente a
un tribunal. Pero además, aun en ocasiones menos solemnes, el
creyente es llamado a la honestidad -para que su sí, sea sí; y su
no, sea no. Esta es la responsabilidad de un fiel discípulo de Cristo.
Resumen
l. Los seres humanos tienen la capacidad de mentir.
2. Dios, la fuente de la verdad, no puede mentir y es el guardián
de la verdad.
3. Los juramentos y los votos son parte legítima de la adoración.
4. Los juramentos deberían ser prestados únicamente por el
nombre de Dios. Ninguna criatura puede ser el último testigo
de la verdad.
266
Los juramentos y los l'otOS
5. Los juramentos no deberían ser hechos con ligereza o con
reservas.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Deuteronomio 10:20
2 Crónicas 6:22-23
Esdras 10:5
Mateo 5:33-37
Santiago 5:12
267
L<& ces]p)iritu<&licc1l<&&
y 1<& vi&<&
e([J) Jffit cemn]p)([J) r&Jffice<&
EL FRUTO DEL EspíRITU
El fruto del Espíritu Santo es uno de los aspectos más dejados de
lado en lo que respecta a la enseñanza bíblica sobre la santifica-
ción. Hay varios motivos para esta situación:
1. La preocupación por lo externo. Aunque los estudiantes
varias veces murmuran y se quejan cuando tienen que rendir
pruebas en el salón de clase, en cierto sentido sabemos que
realmente las queremos rendir. Las pruebas que miden la destreza,
los logros, y el conocimiento son hasta moneda corriente en las
revistas. Las personas quieren saber en qué nivel se encuentran.
¿He alcanzado la excelencia en una empresa determinada, o acaso
estoy sumido en la mediocridad?
Los cristianos no son distintos. Tendemos a medir nuestro
progreso en la santificación examinando nuestro desempeño con
estándares externos. ¿Decimos malas palabras? ¿Tomamos alco-
hol? ¿Vamos al teatro a ver películas? Estos estándares con
frecuencia se utilizan para medir la espiritualidad. La prueba
verdadera -la evidencia del fruto del Espíritu- muchas veces
es ignorada o minimizada. Esta es la trampa en la que cayeron los
fariseos.
Le escurrimos el bulto a la verdadera prueba porque el fruto
del Espíritu es más nebuloso. Las demandas que hace a la perso-
nalidad son mayores que lo demandado por los estándares super-
ficiales. Es mucho más fácil reprimirse y no decir malas palabras
que adquirir el hábito de la paciencia piadosa.
2. La preocupación por los dones. El mismo Espíritu Santo
que nos guía a la santidad y da su fruto en nosotros también le da
los dones espirituales a los creyentes. Parece ser que estamos
mucho más interesados en los dones del Espíritu que en su fruto,
a pesar de la clara enseñanza bíblica de que uno puede poseer los
dones y ser inmaduro en el progreso espiritual. La cartas de Pablo
a los Corintios dejan esto bien en claro.
3. El problema de los no creyentes justos. Resulta frustrante
medir nuestro progreso en la santidad por el fruto del Espíritu
cuando algunos no cristianos exhiben las virtudes contenidas en
el fruto, y hasta lo hacen en mayor grado. Todos conocemos a
?71
Las grandes doctrinas de la Biblia
personas que no son creyentes pero que exhiben más mansedum-
bre o paciencia que muchos cristianos. Si las personas pueden
tener "el fruto del Espíritu" independientemente del Espíritu,
¿cómo es posible que podamos determinar nuestro crecimiento
espiritual de esta manera?
Hay una diferencia cualitativa entre la virtudes del amor, el
gozo, la paz, la paciencia, etc., engendradas en nosotros por el
Espíritu Santo, y las virtudes exhibidas por los no cristianos. Los
no cristianos operan en base a motivos que son en última instancia
egoístas. Pero cuando los creyentes exhiben el fruto del Espíritu,
están exhibiendo las características que en último término se
dirigen hacia Dios y hacia los demás. Ser llenos del Espíritu
significa que la vida de una persona está controlada por el Espíritu
Santo; los no cristianos solamente pueden exhibir estas virtudes
espirituales en la medida de su habilidad humana.
Pablo enumera el fruto del Espíritu en su epístola a los
Gálatas: "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza" (Gálatas 5:22-
23). Estas virtudes deben caracterizar la vida de un cristiano. Si
somos llenos del Espíritu, exhibiremos el fruto del Espíritu. Pero,
por supuesto, esto lleva su tiempo. No se trata de una adaptación
superficial de nuestra personalidad que tiene lugar de un día para
otro. Este cambio involucra dar una nueva forma a las inclinacio-
nes más profundas de nuestro corazón, se trata del proceso de
santificación del Espíritu Santo que dura toda la vida.
Resumen
1. Tendemos a dejar de lado el estudio del fruto del Espíritu
porque: (1) estamos preocupados por 10 externo; (2) estamos
preocupados por los dones espirituales; y (3) reconocemos
que muchos no cristianos exhiben las virtudes espirituales
mejor que los cristianos.
2. Es más fácil medir la espiritualidad por lo externo que por el
fruto del Espíritu.
3. Podemos tener los dones espirituales y ser todavía inmaduros.
4. Existe una diferencia cualitativa entre la presencia de las
virtudes espirituales en los no cristianos y en los cristianos.
En el caso de los no cristianos, es simplemente fruto del
esfuerzo humano. En el caso de los cristianos, es Dios el
272
Elfruto del espíritu
Espíritu Santo produciendo el fruto espiritual en una medida
superior a cualquier habilidad humana.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Romanos 12:1-21
1 Corintios 12:1-14:40
Gálatas 5:19-26
Efesios 4:1-6:20
273
EL AMOR
En nuestra sociedad, por lo general hablamos del amor en térmi-
nos pasivos. Es decir, el amor es algo que nos sucede y sobre el
que tenemos escaso o ningún control. Quedamos "perdidamente"
enamorados. Hablamos de esta manera principalmente porque
asociamos el amor con un sentimiento o una emoción particular.
Dicha emoción no es el resultado de apretar un botón o el producto
de un acto consciente de voluntad. No "decidimos" enamorarnos
de alguien.
La Biblia, sin embargo, habla del amor en términos más
activos. El concepto del amor funciona más como un verbo que
como un sustantivo, El amor es un deber -una acción que es
nuestra obligación cumplir. Dios nos manda amar a nuestro
prójimo, amar a nuestras esposas, y hasta amar a nuestros enemi-
gos. Una cosa es tener sentimientos de amor o afecto hacia
nuestros enemigos; otra cosa es actuar con amor hacia ellos.
La Biblia tiene un concepto complejo del amor que 10expresa
en relativamente pocas palabras. En el Antiguo Testamento pre-
domina el uso de la palabra hebrea aheb, para expresar "amor".
El Nuevo Testamento usa principalmente dos palabras griegas
para "amor" -s-phileo y agape. Phileo, de donde proviene el
nombre de la ciudad Filadelfia (que significa "la ciudad del amor
filial") es la palabra griega utilizada para denotar el afecto com-
partido entre amigos. En oposición, el término eros, que no es
utilizado en la Biblia, se refiere más al amor sexual o erótico. Este
es el tipo de amor que asociamos con el romance. Estos dos tipos
de amor son comunes a todos los seres humanos. Ambos tipos de
amor tienen la tendencia a ser motivados por el interés propio, la
gratificación personal y la protección de uno mismo.
El Nuevo Testamento, sin embargo, describe un tercer tipo de
amor. Agape se usa en contraposición a estos afectos más básicos.
Su característica más distintiva es la falta de interés propio.
Procede de un corazón que protege y se preocupa por los demás.
Sus características están enumeradas por Pablo en el capítulo 13
de 1 Corintios. El amor agape es paciente y bueno. No se vana-
gloria ni tiene envidia. No es orgulloso, ni rudo, ni busca su propio
275
Las grandes doctrinas de la Biblia
bien, ni se enoja fácilmente. Es rápido en perdonar; busca el bien
y la verdad. Protege, confía, tiene esperanza, y es siempre perse-
verante. Nunca falla.
El amor bíblico es por lo tanto mucho más que una simple
emoción. Es activo. El llamado del cristiano no es principalmente
a desarrollar sentimientos de amor por los demás. En muchas
instancias estos sentimientos escapan al control del cristiano. Sin
embargo, podemos controlar cómo respondemos y actuamos con
respecto a una persona en particular. El cristiano debe ser amante,
debe reflejar el amor desinteresado de Dios.
El amor agape, entonces, es el fruto principal del Espíritu.
Como escribió Pablo: "Y ahora permanecen la fe, la esperanza y
el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor" (l Corintios
13:13).
Siempre y cuando el amor agape refleje corno en un espejo
las características del amor de Dios por nosotros, podemos lla-
marlo un amor inmutable, un amor leal. Está caracterizado por la
fidelidad -la fidelidad construida sobre la confianza. Un amor así
es incapaz de no ser constante; es el amor del compromiso
permanente.
Resumen
1. El amor bíblico es un amor activo.
2. El amor bíblico es un deber demandado por Dios.
3. De las varias palabras griegas usadas para el amor, es nece-
sario distinguir tres significados importantes:
(a) phileo =afecto filial.
(b) eros = amor romántico o sexual.
(c) agape = amor divino o espiritual.
4. El amor agape refleja el amor inmutable de Dios y está
dirigido hacia los demás.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Deuteronomio 6:4-5
Mateo 5:43-48
1 Corintios 13:1-13
Efesios 5:25-33
1 Juan 4:7-21
'17(;
LA ESPERANZA
"Tenemos la esperanza" de que sucedan muchas cosas en este
mundo. Tenemos la esperanza de que nos den un aumento de
salario. Tenemos la esperanza de que nuestro equipo favorito
salga campeón. Este tipo de esperanza está expresando nuestros
deseos personales para el futuro. Tenemos esperanza con respecto
a las cosas que son inciertas. No sabemos si nuestros deseos se
cumplirán, pero tenemos la esperanza de que sí se realizarán.
Cuando la Biblia nos habla de esperanza, sin embargo, tiene
algo diferente en mente. La esperanza bíblica es una convicción
firme de que las promesas de Dios sobre el futuro se cumplirán.
La esperanza no es una mera proyección, sino una certeza de lo
que sucederá. ee... la esperanza puesta delante de nosotros. La cual
tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta
dentro del velo" (Hebreos 6:19).
La esperanza, juntamente con la fe y el amor, es una de las
virtudes cristianas que el apóstol Pablo presenta en 1 Corintios
13:13. La esperanza es la fe dirigida hacia el futuro.
La Biblia utiliza la esperanza de dos maneras. El uso menos
frecuente apunta hacia el objeto de nuestra esperanza. Cristo es
nuestra esperanza de vida eterna. El uso más común es como una
actitud de certeza con respecto al cumplimiento de las promesas
de Dios. Al cristiano se lo llama a tener esperanza, es decir, a tener
la plena certeza de la resurrección del pueblo de Dios y de la
venida del reino de Dios. La esperanza está inextricablemente
unida a la escatología.
Pablo le recuerda a los cristianos que hasta que el reino llegue
a su plenitud, los creyentes solo pueden tener la certeza de su
esperanza; "porque por fe andamos, no por vista" (2 Corintios
5:7). Esta esperanza tiene un fundamento y una base. Aunque la
vida del cristiano está marcada más por el sufrimiento que por el
triunfo (l Corintios 4:8-13; 2 Corintios 4:7-18), el fundamento de
la esperanza está en la Deidad.
En primer lugar, el creyente tiene la vista puesta sobre la
muerte y la resurrección de Cristo. Su muerte fue la hora más
oscura para sus discípulos. El Mesías prometido había muerto, su
277
Las grandes doctrinas de la Biblia
reino aparentemente había fracasado. Con la resurrección, esta
desesperación se convirtió en esperanza. Junto con el sufrimiento,
grande o pequeño, la esperanza del cristiano debe prevalecer. Dios
es fiel y siempre nos bastará.
En segundo lugar, el creyente ha recibido al Espíritu Santo
como una primera entrega del reino. Su presencia nos asegura que
el reino se consumará plenamente. El Espíritu no es solamente un
signo de la esperanza, sino el sustentador de la esperanza. Cumple
con el papel de Consolador, revistiendo al creyente con fuerza y
esperanza. Es el Espíritu quien le da al creyente el ánimo para orar
al Padre: "Venga tu reino".
Resumen
l. La esperanza bíblica es un asunto relacionado con la certeza
no con el deseo.
2. La esperanza es una virtud, no una debilidad.
3. La fe es la confianza en lo que Dios ya ha realizado. La
esperanza es la confianza en las promesas de Dios para el
futuro.
4. La resurrección de Cristo nos da la esperanza en medio del
sufrimiento.
5. El Espíritu Santo, el Consolador, nos da esperanza. Su pre-
sencia es nuestra garantía de la venida del reino de Dios.
Acontecimientos oC I FE I
pasados . - - - ~=====
I ESPERANZA I .. Acontecimientos
~ futuros
Pasajes bíblicos para la reflexión
Job 13:15
Romanos 5:1-5
Romanos 8:18-25
Tit02:11-14
1 Juan 3:1-3
?7R
LA ORACiÓN
Podemos hablar con Dios. Él nos habla verbalmente en su Palabra
y de manera no verbal a través de su providencia. Nos comunica-
mos con él por medio de la oración. Charles Hodge declaró que
"la oración es la conversación del alma con Dios". En la oración
y por medio de la oración expresamos nuestra reverencia y
adoración a Dios; desnudamos nuestras almas en confesión con-
trita ante Él; derramamos nuestro agradecimiento de corazón; y
le ofrecemos nuestras peticiones y nuestras súplicas.
En la oración experimentamos a Dios como un ser personal
y poderoso. Él nos escucha y actúa en respuesta a nuestra oración.
La Escritura nos enseña la previa disposición soberana de Dios y
la eficacia de la oración. Estas dos cosas no son inconsistentes
entre sí, porque Dios ordena los medios así como los fines de sus
propósitos divinos. La oración es el medio que Dios utiliza para
hacer que su soberana voluntad se cumpla.
La oración debe ser dirigida a Dios, y únicamente a Dios, ya
sea a Dios como la Trinidad o a las personas que conforman la
Divinidad. Orar a cualquier criatura es idolatría.
La oración para ser apropiada tiene varios requisitos. El primer
requisito es que debemos acercarnos a Dios con sinceridad. Las
frases huecas y falsas son una burla. Dichas oraciones, en lugar de
ser un ejercicio de religión piadosa, son una ofensa delante de Dios.
El segundo requisito es que debemos acercanos a Dios con
reverencia. Al orar debemos tener siempre presente a quién le
estamos hablando. Hablar con Dios de manera desenvuelta, ca-
sual, o petulante, como podríamos hablar con nuestros amigos
terrenales, es tratarlo con la inpertinencia de lo familiar. De la
misma manera que las personas rinden homenaje a un rey entran-
do en su presencia con el debido respeto y deferencia, así también
debemos presentarnos delante de Dios, reconociendo plenamente
su suprema majestad.
El tercer requisito, un corolario de los anteriores, es que
debemos acercarnos a Dios en humildad. No alcanza con recordar
quién es Él, sino que también debemos recordar quiénes y qué
somos nosotros. Somos sus hijos adoptivos.
279
Las grandes doctrinas de la Biblia
Somos también criaturas pecaminosas. Él nos invita a venir a
su presencia sin temor, pero también sin arrogancia.
Dios nos instruye a ser diligentes y fervientes en nuestras
peticiones. Al mismo tiempo, debemos venir en sumisión
voluntaria. Decir "Hágase tu voluntad" no es una indicación de
falta de fe. La fe que traemos cuando oramos debe incluir nuestra
confianza en que Dios nos puede escuchar y que Él está dispuesto
a respondernos. Sin embargo, cuando Dios se niega a cumplir
nuestra peticiones, esta fe también debe confiar en su sabiduría.
Quienes se acercan a Él con alguna petición deben dar por sentado
la sabiduría y la benevolencia de Dios, siempre y en todo lugar.
Oramos en el nombre de Jesús porque así estamos recono-
ciendo su oficio como Mediador. Al ser nuestro Sumo Sacerdote,
Cristo es nuestro intercesor, así como el Espíritu Santo es nuestro
ayudador en la oración.
Una herramienta muy útil para aprender a orar es el acróstico
C-A-S-A. Cada una de las letras indica un elemento vital de la
oración.
C=Confesión
AeAdoración
S=Súplica
A=Agradecimiento
Si seguimos este acróstico bien sencillo estaremos seguros de
haber incluido todos los elementos apropiados a la oración.
Resumen
l. La oración es estar en comunión con Dios.
2. La oración debe estar dirigida únicamente a Dios.
3. La oración debe ser sincera, con reverencia y en humildad.
4. Se nos manda a ser fervientes y perseverantes en la oración.
5. La oración con fe es una oración que confía en la sabiduría y
la bondad de Dios.
6. El acróstico C-A-S-A es una ayuda para la oración.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Salmo 5:1-3 Juan 14:13-14 Romanos 8:26-27
Filipenses 4:6-7 1 Juan 5:14-15
280
EL ANTINOMIANISMO
En inglés hay un pequeño poema que se constituye en el canto
temático del antinomianismo. Dice: "Libre de la ley, bendita
condición; pecar puedo todo lo que quiero, igual tengo la remi-
sión". ~
El antinomianismo significa literalmente "antilegalismo".
Niega y le otorga un papel inferior a la importancia de la ley de
Dios en la vida del creyente. Es la contraparte de su herejía
gemela, ellegalismo.
Los antinomianos adquieren este fastidio por la ley de diver-
sas maneras. Algunos creen que ya no están obligados a guardar
la ley moral de Dios porque Jesús los ha librado de esta obligación.
Insisten en que la gracia no solamente nos libra de la maldición
de la ley de Dios sino que nos libra de cualquier obligación a
obedecer la ley de Dios. La gracia se convierte así en una licencia
para desobedecer.
~o sorprendente es que estas personas sostienen este punto
de VIsta a pesar de la enseñanza vigorosa de Pablo contra ella.
Pablo, más que ningún otro escritor del Nuevo Testamento
subrayó las diferencias entre la ley y la gracia. Se glorió en ei
Nuevo Pacto. Sin embargo, fue también el más explícito con
respecto a su condena al antinomianismo. En Romanos 3:31
escribe: "¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera,
sino que confirmamos la ley".
Martín Lutero, al expresar la doctrina de la justificación solo
~or la fe, fue acusado de antinomianismo. Sin embargo, afirmó
Junto con Santiago que "la fe sin obras es muerta". Lutero discutió
con su estudiante Juan Agrícola sobre este punto. Agrícola negaba
que la ley tuviera algún propósito en la vida del creyente. Hasta
negó que la ley sirviera para preparar al pecador para la gracia.
Lutero le respondió a Agrícola con su obra Contra el Antinomia-
nismo en 1539. Agrícola luego se retractó de sus enseñanzas
antinornianas, pero el debate continuó.
. Subsiguientes teólogos luteranos confirmaron el punto de
VIsta de Lutero sobre la ley. En la Fórmula de la Concordia
(1577), la última de las afirmaciones de fe luterana clásicas,
281
Las grandes doctrinas de la Biblia
determinaron tres usos para la ley: (1) el revelar el pecado; (2) el
establecer reglas de decencia generales para la sociedad en su
conjunto; y (3) el proveer una regla de vida para quienes han sido
regenerados por la fe en Cristo.
El error principal del antinomianismo es el confundir la
justificación con la santificación. Somos justificados solo por la
fe, sin intervención de las obras. Sin embargo, todos los creyentes
deben crecer en la fe guardando los santos mandamientos de Dios,
no para ganar el favor de Dios, sino en gratitud por la gracia que
les ha sido dada por la obra de Cristo.
Es un error grave el suponer que el Antiguo Testamento fue
un pacto de la ley y que el Nuevo Testamento es un pacto de la
gracia. El Antiguo Testamento es un testimonio monumental de
la asombrosa gracia de Dios hacia su pueblo. Del mismo modo,
el Nuevo Testamento está literalmente repleto de mandamientos.
No somos salvados por la ley, pero debemos mostrar nuestro amor
a Cristo obedeciendo sus mandamientos. "Si me amáis, guardad
mis mandamientos" (Juan 14:15) dijo Jesús.
Con frecuencia oímos esta afirmación: "El cristianismo no es
un montón de reglas, hay que hacer esto, esto y aquello y no hay
que hacer esto, esto y aquello". Hay algo de verdad en esta
conclusión, ya que el cristianismo es mucho más que una mera
recolección de reglas. Es una relación personal con Cristo mismo.
Sin embargo, el cristianismo también no es nada menos que
reglas. El Nuevo Testamento incluye varias cosas que hay que
hacer y otras que no hay que hacer. El cristianismo no es una
religión que sanciona la idea que cualquiera tiene el derecho a
hacer lo que leparezca bien. Por el contrario, el cristianismo nunca
le da a nadie el "derecho" a hacer lo que está mal.
Resumen
l. El antinomianismo es la herejía que dice que los cristianos no
tienen ninguna obligación de obedecer las leyes de Dios.
2. La ley nos revela el pecado, es un fundamento para la decencia
en la sociedad, y es una guía para la vida cristiana.
3. El antinomianismo confunde lajustificación con la santifica-
ción.
4. La ley y la gracia se encuentran tanto en el Antiguo como en
el Nuevo Testamento.
El antinomianismo
5. Aunque el obedecer la ley de Dios no es una causa meritoria
para nuestra justificación, se espera que una persona justifi-
cada busque ardientemente obedecer los mandamientos de
Dios.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Juan 14:15
Romanos 3:27-31
Romanos 6:1-2
1 Juan 2:3-6
1 Juan 5:1-3
EL LEGALISMO
Ellegalismo es la herejía opuesta del antinomianismo. Mientras
que el antinomianismo niega la importancia de la ley, ellegalismo
exalta la ley por encima de la gracia. Los legalistas en los días de
Jesús eran los fariseos, y Jesús se reservó su crítica más severa
para ellos. La distorsión fundamental del legalismo es la creencia
en que una persona puede ganarse su lugar en el reino de los cielos.
Los fariseos creían que debido a su posición como hijos de
Abraham, y a su cumplimiento estricto de la ley, eran hijos de
Dios. En realidad, esto constituía una negación del evangelio.
Un artículo corolario dellegalismo es el adherirse a la letra
de la ley y no al espíritu de la ley. Para que los fariseos pudiesen
creer que podían cumplir la ley, primero tenían que reducirla a su
interpretación más estrecha y grosera. El relato del joven rico es
una ilustración de este punto. El joven rico le preguntó a Jesús
cómo podía hacer para heredar la vida eterna. Jesús le dijo que
debía "guardar los mandamientos". El joven rico creía que los
había guardado todos. Pero entonces Jesús le reveló cuál era el
"dios" que había servido antes de servir al verdadero Dios -su
"dios" eran sus riquezas. "Anda, vende lo que tienes, y dala a los
pobres, y tendrás tesoro en el cielo" (Mateo 19:21). El joven rico
se fue, entristecido.
Los fariseos eran culpables de otra forma de legalismo. Le
habían agregado sus propias leyes a la ley de Dios. Sus "tradicio-
nes" habían sido elevadas al mismo nivel que la ley de Dios. Le
habían robado a la gente su libertad y la habían encadenado, allí
donde Dios las había liberado. Este tipo de legalismo no acabó
con los fariseos. También ha plagado a la iglesia durante todas sus
generaciones.
Ellegalismo suele surgir como reacción desmedida al antino-
mianismo. Para asegurarnos de no deslizarnos en la laxitud moral
del antinomianismo, tendemos a hacer reglas más estrictas que las
que Dios mismo nos ha impuesto. Cuando esto tiene lugar, el
legalismo introduce una tiranía sobre el pueblo de Dios.
De la misma manera, las diversas formas de antinomianismo
suelen surgir como reacción desmedida allegalismo. Su grito de
285
Las grandes doctrinas de la Biblia
batalla suele ser el de la libertad de toda opresión. Es la búsqueda
por la libertad moral que se ha desbocado. Los cristianos, cuando
defiendan su libertad, deberán cuidarse de no confundir la libertad
con el libertinaje.
Otra forma de legalismo es el hacer hincapié sobre lo menos
importante. Jesús reprendió a los fariseos por haber descuidado
los asuntos más importantes de la ley mientras que escrupulosa-
mente obedecían los asuntos menos importantes (Mateo 23:23-
24). Esta tendencia continúa siendo una amenaza constante para
la iglesia. Tenemos la tendencia a exaltar a un nivel supremo de
piedad cualquier virtud que tengamos y restarle importancia a
cualquiera de nuestros vicios. Por ejemplo, puedo considerar que
es de mucha espiritualidad el no bailar, mientras que considero
mi lascivia un asunto menor.
El único antídoto para ellegalismo y el antinomianismo es el
estudio diligente de la Palabra de Dios. Solo entonces podremos
instruirnos adecuadamente sobre lo que le agrada y 10 que le
desagrada a Dios.
Resumen
1. El legalismo distorsiona la ley de Dios en dirección opuesta
al antinomianismo.
Antinomianismo......- - - LA LEY DE DIOS ---••Legalismo
2. El legalismo eleva las tradiciones humanas al mismo nivel
que la ley divina.
3. Ellegalismo compromete al pueblo de Dios allí donde Dios
le ha dado libertad.
4. Ellegalismo le da valor a 10 menos importante, y le resta valor
a lo más importante.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Mateo 15:1-20
Mateo 23:22-29
Hechos 15:1-29
Romanos 3:19-26
Gálatas 3:10-14
286
LA FUNCiÓN TRIPLE
DE LA LEY
Todo cristiano debe debatirse con la pregunta: ¿Cómo se aplica
la ley del Antiguo Testamento a mi vida? ¿La ley del Antiguo
Testamento es irrelevante para el cristiano o en algún sentido
todavía hay porciones de ella que me obligan? La necesidad de
responder a esta pregunta se vuelve más apremiante y urgente en
la medida que la herejía del antinomianismo se extiende en nuestra
cultura.
La Reforma se fundó sobre la gracia y no sobre la ley. Sin
embargo, los reformadores no repudiaron la ley de Dios. Juan
Calvino, por ejemplo, escribió lo que se conoce como "La triple
función de la ley" para mostrar la importancia de la ley en la vida
d 1
.. 1
e cnstiano.
El primer propósito de la leyes ser un espejo. Por un lado, la
ley de Dios refleja la perfecta justicia de Dios. La ley nos dice
mucho sobre quién es Dios. Pero, incluso más importante que
esto, además la ley ilumina la pecaminosidad humana. Agustín
escribió: "La ley nos ordena que luego de intentar hacer lo que ha
sido ordenado, y sintiendo así nuestra debilidad bajo la ley,
podamos aprender a implorar la ayuda de la gracia,,2. La ley
resalta nuestra debilidad para que busquemos la fuerza en Cristo.
La ley actúa como un profesor severo que nos conduce a Cristo.
El segundo propósito de la leyes guardarnos del mal. La ley,
por sí misma, no puede cambiar los corazones humanos. Puede,
sin embargo, servir para proteger a los justos de los injustos.
Calvino dijo que este propósito es conveniente "para que aquellos
que no aprecian para nada lo recto y lo justo, a no ser que sean
obligados, sean obligados al menos por las acusaciones de la ley
y el temor de las penas,,3. La ley permite que haya en cierta medida
un grado de justicia sobre esta tierra, hasta que el juicio final sea
llevado a cabo.
El tercer propósito de la leyes revelar lo que le agrada a Dios.
Como hijos renacidos de Dios, la ley ilumina nuestras mentes
sobre 10 que le agrada a nuestro Padre, a quien buscamos servir.
El cristiano se deleita en la ley del mismo modo que Dios se deleita
en ella. Jesús dijo: "Si me amáis, guardad mis mandamientos"
2fi,7
Las grandes doctrinas de la Biblia
(Juan 14:15).Esta es la función más elevada de la ley, servir como
un instrumento para que el pueblo de Dios lo pueda honrar y
glorificar.
Al estudiar la ley de Dios y meditar en ella, estamos asistiendo
a la escuela de la justicia. Aprendemos qué es lo que le agrada a
Dios y qué es lo que le ofende. La ley moral que Dios revela en
la Escritura nos compromete. Hemos sido redimidos de la maldi-
ción de la ley de Dios, pero no de nuestro deber de obedecerla.
Hemos sido justificados, no porque hayamos obedecido la ley,
sino para que podamos ser obedientes a la ley de Dios. Amar a
Cristo es guardar sus mandamientos. Amar a Dios es obedecer su
ley.
Resumen
1. La iglesia de la actualidad ha sido invadida por el antinomia-
nismo, que debilita, rechaza y distorsiona la ley de Dios.
2. La ley de Dios es un espejo de la santidad de Dios y de nuestra
injusticia. Sirve para revelarnos nuestra necesidad de un
Salvador.
3. La ley de Dios es un freno contra el pecado.
4. La ley de Dios nos revela lo que le agrada a Dios y lo que le
resulta ofensivo.
5. El cristiano debe amar la ley de Dios y obedecer la ley moral
de Dios.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Salmo 19:7-11
Salmo 119:9-16
Romanos 7:7-25
Romanos 8:3-4
1 Corintios 7:19
Gálatas 3:24
288
El PERFECCIONISMO
La doctrina del perfeccionismo sostiene que la santidad, o el amor
perfecto, producido por la gracia de Dios, puede ser alcanzada por
todos los cristianos en esta vida y libera a los creyentes del pecado
voluntario. Esta doctrina surgió con las enseñanzas de Juan Wes-
ley y continuó con el movimiento pentecostal primitivo. El logro
de la perfección es considerado como la segunda obra de gracia
que es obrada instantáneamente en el corazón del creyente.
Una posición modificada sostiene que después de esta segun-
da bendición el creyente es más y más victorioso sobre el "pecado
voluntario". Cualquier pecado que permanezca en esa persona
será un pecado accidental o un pecado cometido por ignorancia.
La dificultad que entraña este punto de vista es que parte de dos
errores primarios. Primero, reduce las demandas rigurosas de la
ley de Dios. Cualquier entendimiento real de la anchura y la
profundidad de la ley de Dios ya estaría excluyendo la doctrina
perfeccionista. Segundo, tiene una visión inflada sobre los logros
espirituales propios. Para sostener esta posición resulta necesario
sobrestimar la justicia propia.
La gran mayoría de las iglesias evangélicas a lo largo de toda
la historia, ylas Iglesias Reformadas en particular, encuentran esta
doctrina aborrecible. Incluso hasta el movimiento neo-pentecostal
ya casi ha abandonado esta doctrina. Martín Lutero enseñó que
los seres humanos regenerados son al mismo tiempo justificados
y pecadores. Los creyentes son considerados justos a los ojos de
Dios en virtud de la expiación y la justicia de Cristo imputada a
ellos. Dios considera a los creyentes justos "en Cristo". Dejados
librados a sí mismos, sin consideración de la obra de Cristo, los
creyentes siguen siendo pecadores. Si bien el proceso de santifi-
cación implica que el creyente se está convirtiendo cada vez más
en menos pecador, este proceso no se completa hasta la muerte,
cuando el creyente es glorificado.
La perfección es sin duda la meta de la vida cristiana. Que no
la alcancemos no debe ser una excusa para pecar. Como cristianos
debemos seguir adelante a la meta de nuestro llamamiento en
Cristo.
2WJ
Las grandes doctrinas de la Biblia
Resumen
l. El perfeccionismo enseña que hay una segunda obra de gracia
en la que los creyentes experimentan la santidad o el amor
perfecto en esta vida.
2. El perfeccionismo modificado enseña que los cristianos
pueden vencer al pecado voluntario.
3. El perfeccionismo se basa sobre una baja estima de la ley de
Dios y una alta estima del desempeño de los seres humanos.
4. Dios nos justifica aunque somos todavía pecadores.
5. El proceso de santificación, que dura toda la vida, comienza
en el instante mismo de la justificación.
6. Los cristianos serán hechos perfectos en glorificación solo
después de la muerte.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Romanos 5:8
1 Corintios 15:42-57
2 Corintios 7:1
Filipenses 3:7-14
1 Juan 1:5-10
290
El GOBIERNO CIVil
En los Estados Unidos de América se habla y se escribe mucho
sobre la separación de la iglesia y el estado. En sus orígenes, esta
idea llamaba la atención sobre dos instituciones diferenciadas,
ambas creadas por Dios, ordenadas por Dios, que debían rendirle
cuenta a Dios, o que estaban "bajo" las órdenes de Dios. Cada
institución tenía que desarrollar tareas distintas y ninguna debía
usurpar la esfera de autoridad de la otra. La tarea de la iglesia es
predicar el evangelio, administrar los sacramentos, proteger las
almas de sus miembros, etc. Estas tareas no le corresponden al
estado. La responsabilidad del estado es ordenar la sociedad,
cobrar impuestos, regir el comercio y la sociedad, mantener las
fuerzas armadas, proteger la vida y la propiedad, etc. Estas no
constituyen parte de las tareas de la iglesia. Al estado se le da el
poder de la espada; a la iglesia, no. El apóstol Pablo nos declara:
Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no
hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han
sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a
lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean con-
denación para sí mismos. Porque los magistrados no están para
infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues,
no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;
porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo,
teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios,
vengador para castigar al que hace lo malo (Romanos 13:1-4).
Según el punto de vista de Pablo, el gobierno civil ha sido
autorizado por Dios. Cuando un gobernador civil es investido de
poder, en un sentido, se lo "ordena" como un ministro de Dios.
Su gobierno no es independiente de Dios. Los ministros de
Westminster escribieron:
Dios, el supremo Señor y Rey de todo el mundo, ha ordenado a
los magistrados civiles para que, bajo su égida, estén por sobre el
pueblo, para su propia gloria, y para el bien público; a este fin, los
ha armado con el poder de la espada para la defensa y el aliento
291
Las grandes doctrinas de la Biblia
de quienes hacen el bien, y para el castigo de quienes practican el
mal... Los magistrados civiles no pueden asumir para sí la admi-
nistración de la Palabra o de los sacramentos; o el poder de las
llaves del reino o el cielo; ni siquiera interferir sobre los temas de
la fel
.
En nuestros días, el concepto de separación de la iglesia y el
estado ha sido ampliamente reinterpretado (y mal interpretado)
para significar la separación del estado y Dios. Cada vez más, el
gobierno busca evitar quedar "bajo" Dios. Procura un poder y una
autoridad autónoma. Cuando la iglesia le grita "Falta", se critica
a la iglesia por entrometerse en los asuntos del estado. La iglesia,
sin embargo, no está tratando de usurpar las funciones del estado.
La iglesia, al ofrecer su crítica profética, está llamando al estado
a ser el estado como Dios lo ordenó y lo gobierna.
Hay un sentido en el cual el evangelio es sin ningún rubor
político. Declara que Jesús es el Rey de Reyes y el Señor de
Señores. Jesús ocupa el sitial de máxima autoridad. Todos los
magistrados inferiores son responsables ante Él sobre cómo han
ejercido su gobierno.
El magistrado civil tiene el poder de la espada. El estado está
autorizado para usar la fuerza para asegurar la justicia y proteger
sus fronteras. Los gobiernos no gobiernan por medio de solicitu-
des o sugerencias. Gobiernan por la ley, aplicada por medios
legales coercitivos. Aunque los gobiernos con el poder de la
espada tienen la autoridad de ejercer la pena de muerte y participar
en guerras justas, serán responsables delante de Dios por el uso
que hagan de la espada.
La Biblia alienta a los cristianos a ser modelos de obediencia
civil siempre que sea posible. Honramos a Cristo orando por
aquellos que están en autoridad sobre nosotros y siendo sumisos
y obedientes a sus leyes. Debemos hacer todo lo posible para
cumplir con nuestra obediencia civil. Debemos obedecer a los
magistrados siempre y cuando nonos ordenen hacer algo que Dios
prohibe, o nos prohiban hacer algo que Dios ordena. En estos dos
casos no solamente podemos desobedecer a las autoridades, sino
que debemos desobedecerlas.
292
El gobierno civil
Resumen
1. La iglesia y el estado son dos instituciones diferenciadas,
ordenadas por Dios y responsables ante Él por sus respectivas
tareas.
2. La autoridad civil fue ordenada por Dios y tiene el poder de
la espada.
3. Ningún gobierno es autónomo. Ningún gobierno puede ser
independiente de Dios.
4. Cuando los gobiernos buscan ser autónomos, el deber de la
iglesia es criticarlos.
5. La obediencia a la autoridad de gobierno es un deber sagrado
para todos los cristianos. La ley civil debe ser cumplida
escrupulosamente siempre que no sea contraria a la Palabra
de Dios.
Pasajes bíblicos para la reflexión
2 Crónicas 26:16-20
Salmo 2:10-12
Romanos 13:1-7
l Timoteo 2:1-4
1 Pedro 2:13-17
293
EL MATRIMONIO
La institución del matrimonio fue ordenada e instituida por Dios
en la creación. Cristo la santificó con su presencia en las bodas de
Canaán y por medio de las instrucciones dadas por los apóstoles
en elNuevo Testamento. La mayoría de lasceremonias de casamien-
to reflejan esto y reconocen el origen divino del matrimonio. Lo que
se suele ignorar o pasar por alto en los contratos modernos es que el
matrimonio ha sido regulado por los mandamientos de Dios. La ley
de Dios circunscribe el significado y la legitimidad del matrimonio.
El matrimonio debe ser una relación exclusiva entre un hom-
bre y una mujer en la que ambos se convierten en "una carne",
siendo unidos física, emocional, intelectual y espiritualmente. La
intención es que dure por toda la vida. La unión está asegurada
por un voto sagrado y una alianza, y consumada con la unión
física. La Escritura señala solo dos motivos por el cual esta unión
puede ser disuelta -la infidelidad y el abandono.
La infidelidad está prohibida en la relación matrimonial. La
institución del matrimonio fue creada por Dios para que los
hombres y las mujeres pudiesen complementarse mutuamente y
participar en su obra creativa de procreación. La unión física
necesaria para la procreación tiene también un significado espiri-
tual. Está señalando e ilustrando la unión espiritual entre el esposo
y su esposa. Pablo utiliza esta unión para simbolizar la unión entre
Cristo y su iglesia de la misma manera que el Antiguo Testamento
describía a la relación de la alianza entre Dios e Israel con la figura
del matrimonio. La fidelidad, el cariño y el apoyo mutuo, deben
estar en el fundamento del matrimonio. Los actos de infidelidad
quiebran este pacto y, en consecuencia, le permiten a la parte
lastimada la posibilidad de pedir el divorcio.
Además, Pablo en 1 Corintios 7:12-16 nos dice que si alguien
de la pareja es abandonado o abandonada, él o ella no tienen la
obligación de mantener la alianza matrimonial. El abandono,
como la infidelidad, es una violación fundamental de la intención
de Dios para el matrimonio.
El matrimonio es una ordenanza de la creación. No es nece-
sario ser un cristiano para recibir la gracia común de esta institu-
295
Las grandes doctrinas de la Biblia
ción. Mientras que todos los hombres y las mujeres pueden
casarse, el cristiano debe casarse solamente "en el Señor". La
Escritura es clara a este respecto y prohibe que los cristianos se
casen con los no cristianos.
En la institución del matrimonio, el marido debe ser "la
cabeza" de la mujer. La mujer debe sujetarse a su marido como
se sujeta al Señor. El marido debe amar a su mujer y entregarse a
ella con sacrificio de la misma manera que Cristo amó a su esposa,
la iglesia, y entregó su vida por ella.
Resumen
1. El matrimonio ha sido instituido por Dios y está regulado por
Dios.
2. El matrimonio debe ser monogámico.
3. La unión física permitida y ordenada en el matrimonio refleja
la unión espiritual entre el esposo y su esposa.
4. El estado matrimonial es utilizado en sentido figurado en la
Escritura para ilustrar la relación entre Cristo y su iglesia.
5. El matrimonio, siendo una ordenanza de la creación, es posi-
ble para todos los seres humanos. La iglesia reconoce los
matrimonios civiles. Los cristianos, sin embargo, deben
casarse "en el Señor".
6. Dios ha ordenado la estructura de la unión matrimonial. Cada
miembro de la pareja tiene mandatos específicos de Dios que
debe obedecer.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Génesis 2:24
Mateo 19:1-9
1 Corintios 7
Efesios 5:21-33
1 Tesalonicenses 4:3-8
Hebreos 13:4
296
EL DIVORCIO
La cuestión del divorcio se ha convertido en un tema urgente en
una sociedad donde la incidencia de los divorcios ha alcanzado
proporciones epidémicas. Debido a la proliferación radical de los
divorcios y a los problemas legales y familiares que provoca, la
ley se ha movido en la dirección de facilitar el proceso permitien-
do el divorcio sin ninguna causal. Al convertirse el divorcio cada
vez más fácil de obtener, el problema de su aceleración se exacer-
ba.
La Biblia no es tan superficial al tratar el divorcio. La ense-
ñanza de Jesús sobre el tema está planteada en el contexto de un
debate del primer siglo entre las escuelas rabínicas. Los liberales
y los conservadores mantenían un largo desacuerdo sobre las
bases legítimas para el divorcio. Jesús fue confrontado con el
siguiente planteo:
Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es
lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? Él,
respondiendo, le dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al
principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre
dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una
sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por
tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre (Mateo 19:3-6).
Observamos que cuando los fariseos le preguntaron a Jesús
sobre la ley de divorcio liberal, Jesús inmediatamente los remitió
a la Escritura y a la institución originaria de Dios para el matri-
monio. Subrayó que el matrimonio está intencionado para durar
toda la vida. Resaltó la unión entre el hombre y la mujer en una
sola carne, unión que no puede ser disuelta por decretos humanos.
Solo Dios está autorizado para determinar los fundamentos para
disolver el matrimonio.
El debate continuó:
Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divor-
cio, y repudiarla? Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón
Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio
297
Las grandes doctrinas de la Biblia
no fue así. Y yo os digo que cualquiera que repudia su mujer, salvo
por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se
casa con la repudiada, adultera (Mateo 19:7-9).
Si analizamos en detalle la respuesta de Jesús, vemos que
cuestionó la manera que los fariseos tenían de entender la ley del
Antiguo Testamento. Moisés no había "ordenado" el divorcio sino
que lo habíapermitido para casos especiales. (Moisés, por supues-
to, era el vocero de Dios. Fue Dios quien permitió este desvío de
su intención original por la presencia del pecado que violaba el
matrimonio.) Jesús les recordó que hasta este permiso había sido
dado solo por causa del pecado (la dureza de su corazón) y que
por sí no anulaba la intención original del matrimonio.
Jesús luego dio su pronunciamiento sobre el tema -prohibien-
do el divorcio excepto por causa de inmoralidad sexual. Sus
palabras enigmáticas sobre un segundo matrimonio y el adulterio
deben ser entendidas en relación con los divorcios inválidos e
ilegítimos. Si se permite el divorcio en los casos que Dios no lo
permite, entonces la pareja sigue casada a los ojos de Dios. Por lo
tanto, un segundo matrimonio entre dos personas ilegítimamente
divorciadas constituiría una relación de adulterio.
Más adelante, como lo expresamos en el capítulo anterior,
Pablo extendió el permiso del divorcio para el caso del creyente
que había sido abandonado por el no cristiano (l Corintios 7:10-
15). La Confesión de Westminster resume este tema. Expresa lo
siguiente:
En el caso del adulterio después del matrimonio, es legítimo que
la parte inocente solicite el divorcio; y que después del divorcio
pueda contraer nuevo matrimonio, como si la parte ofensora se
hubiese muerto... Aunque la corrupción del hombre puede ser tal
que proponga otros argumentos indebidos para romper los lazos
que Dios ha unido en el matrimonio; sin embargo, nada excepto
el adulterio, o el abandono voluntario que de ningún modo pueden
ser remediados por la iglesia, o el magistrado civil, es motivo
suficiente para disolver los lazos del matrimonio; por lo cual,
deberá cumplirse con un procedimiento público y ordenado; y las
personas involucradas no deberán ser dejadas libres a su voluntad,
y su discreción, para su propio caso 1.
298
El divorcio
Resumen
1. La Biblia no suscribe el divorcio "sin ninguna causal".
2. Jesús repudió la posición liberal sostenida por los fariseos con
respecto al divorcio.
3. Moisés permitió, pero no ordenó, el divorcio.
4. Jesús permitió el divorcio nara los casos de inmoralidad
sexual. ~
5. Jesús enseñó que el matrimonio entre dos personas ilegítima-
mente divorciadas constituye adulterio.
6. Pablo agregó la deserción por parte del no creyente como otra
causal para el divorcio.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Mateo 5:31-32
Mateo 19:3-9
Romanos 7:1-3
1 Corintios 7:10-16
299
L((J)§ ticemn]p)((J)§
]p) ((J) s t Jr ceJr((J)s
EL ANTICRISTO
El retrato bíblico del Anticristo ha despertado mucho interés no
solamente en los círculos cristianos sino en la cultura secular,
siendo caldo de cultivo para películas de Hollywood y novelas
fantásticas. El Anticristo es el último villano, la suprema corpo-
ralización de todo el mal, elevado a la mayor potencia.
El Nuevo Testamento nos pinta al Anticristo de manera algo
enigmática. Hay mucha confusión y debate sobre su papel y su
naturaleza. El término anti- que se utiliza para describirle (o
describirlo) puede significar tanto "contra" como "en lugar de".
El Anticristo es alguien que no solo se opone a Cristo, sino que
procura usurpar el lugar que por derecho le corresponde a Cristo.
Busca sustituir a Cristo. El Anticristo, por lo tanto, es un falso
Cristo, que procura engañar a la gente haciéndole creer que él es
el verdadero Cristo.
La identidad del Anticristo ha sido motivo de mucho debate.
¿El Anticristo es una persona, un poder o una institución? ¿El
Anticristo es una figura religiosa o política, o ambas? ¿Hay un
solo Anticristo, o varios? El Anticristo ha sido identificado con el
tiempo por los cristianos como una persona particular en la
historia, como Nerón, Hitler, Mussolini, para nombrar algunos
pocos. Muchos protestantes han identificado al papado de Roma
como la institución del anticristo, mientras que otros piensan que
el Anticristo se trata de una figura o poder que todavía no ha sido
revelado.
Juan nos habla de "muchos anticristos" (1 Juan 2:18) y del
"espíritu del Anticristo" que "ya está en el mundo" (1 Juan 4:3).
A partir de esto podemos concluir que durante el período com-
prendido entre la época apostólica y el regreso de Cristo habrán
varias manifestaciones del anticristo, al menos en espíritu y en
poder.
El apóstol Pablo nos señala que una manifestación especial
del anticristo aparecerá antes de la segunda venida de Cristo. Este
"hombre de pecado" vendrá de acuerdo con la obra de Satanás y
tendrá su sello de poder en "el templo de Dios" (2 Tesalonicenses
2:1-12). Algunos creen que esto solo puede ocurrir si se restaura
303
Las grandes doctrinas de la Biblia
la adoración en el templo en la nación de Israel, otros lo interpretan
como una referencia a una aparición dentro del "templo" del
Nuevo Testamento, la iglesia cristiana.
La venida del Anticristo está relacionada con una gran apos-
tasía de la iglesia. Posiblemente se considere una alianza entre el
gobierno secular y las instituciones religiosas. La meta del Anti-
cristo es luchar contra el pueblo de Dios y buscar la destrucción
de Cristo y de su reino. La Biblia nos asegura que, sin embargo,
a pesar del tremendo poder e influencia del Anticristo, su derrota,
su juicio, y su perdición están aseguradas. En última instancia, no
es un contendiente para el Cristo vivo y verdadero.
Resumen
l. El Anticristo trabaja "contra" y "en lugar de" Cristo.
2. El Anticristo se ha manifestado a lo largo de la historia de la
iglesia en distintas personas e instituciones.
3. La Biblia predice una manifestación especial del Anticristo
con un poder e influencia extraordinarios en los postreros
tiempos.
4. El Anticristo será derrotado por Cristo.
Pasajes bíblicos para la reflexión
2 Tesalonicenses 2:1-12
1 Juan 2:18-23
1 Juan 4:1-6
2 Juan 1:7
304
LA SEGUNDA VENIDA
DE CRISTO
La iglesia de todas las épocas ha anticipado con gozo la segunda
venida prometida de Cristo. Así como su primera venida aseguró
nuestra redención, su segunda venida es la esperanza bendita de
la iglesia para la consumación de su reino.
La palabra del Nuevo Testamento más utilizada para señalar
la segunda venida de Cristo es Parusía. La Parusía se refiere a la
"aparición", la "manifestación", o la "venida" de Jesús en gloria
al cumplirse el tiempo. Se refiere a la expectativa de la iglesia
sobre la segunda venida o el segundo advenimiento de Cristo.
La Biblia nos enseña que la venida de Jesús será personal y
visible. Aunque su venida será con poder, incluirá más que una
visitación de su poder. Incluirá su propia persona. Su venida no
será ni secreta ni invisible. Su aparición será acompañada de
nubes de gloria así como su partida en la ascensión. Habrá un
despliegue celestial de aclamación, acompañado por la voz de un
arcángel.
En la venida de Cristo, la iglesia experimentará un arrebata-
miento -será arrebatada en el aire para encontrarse con Cristo
cuando venga. La teología de la Reforma enseña que el arrebata-
miento no será secreto sino público y manifiesto. Su propósito no
es llevarse a los escogidos por un tiempo mientras que Cristo
regresa para una segunda "Segunda Venida". El propósito del
arrebatamiento es permitirle a los santos encontrarse con Jesús en
el aire cuando vuelva y ser incluidos como su séquito durante su
descenso triunfal desde el cielo. Su venida de esta manera será
asistida por la resurrección general, el juicio final, y el fin del
mundo.
Los cristianos de cada generación son llamados a ser vigilan-
tes mientras permanecen en vela esperando la Parusía, para que
su venida no los tome por sorpresa, como un ladrón en la noche.
También se nos anima a recordar esta manifestación futura mara-
villosa para alentarnos en nuestro trabajo presente.
Nadie sabe ni el día ni la hora de la venida de Cristo. Muchas
personas han tratado de calcular la hora, solo para avergonzarse
del fracaso de sus predicciones específicas. El llamado de la
30S
Las grandes doctrinas de la Biblia
Escritura es a permanecer vigilantes. Debemos velar por los
signos de su proximidad. Aunque Cristo se ha demorado por
siglos, haciendo que la esperanza de muchos se desvaneciera,
cada día que pasa nos acerca a su venida tan esperada.
EL REINO DE DIOS
Resumen
1. La iglesia tiene la certeza de la venida prometida de Cristo.
2. La Parusía de Cristo será personal y visible.
3. Cristo vendrá como partió en su ascensión -en una nube de
gloria.
4. La iglesia se encontrará con Cristo para acompañarlo en su
reentrada triunfal a la tierra.
5. La iglesia debe estar vigilante, velando por la venida de
Cristo, pero evitando caer en la tontería de predicciones
dogmáticas sobre el día y la horade su venida.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Mateo 24:1-25:46
Mateo 26:64
Lucas 21:5-36
Hechos 1:4-11
1 Tesalonicenses 4:13-5:11
Tito 2:11-14
306
La historia mundial ha sido testigo de múltiples formas divergen-
tes de gobierno. Las formas más comunes han sido las dictaduras
basadas en el poderío militar, las repúblicas gobernadas por la ley,
las democracias gobernadas por el voto de la mayoría, y dos tipos
de monarquía -las monarquías constitucionales (en las que el
poder del monarca tiene límites) y las monarquías absolutas (en
las que la palabra del monarca es la ley).
El reino de Dios es una monarquía absoluta. Dios no tiene
ninguna constitución externa que lo limite. No busca el consenti-
miento de los gobernados para ejercer su dominio sobre ellos. No
está limitado por referendos ni por el voto de la mayoría. Su
palabra es la ley; su gobierno es absolutamente soberano.
En cualquier monarquía, las virtudes del honor y la lealtad al
trono son extremadamente importantes. No hay ninguna monar-
quía donde estos elementos sean más vitales que en el reino de
Dios. No obstante esto, el pecado principal de la raza humana se
funda en nuestra negación a honrar a Dios como Dios (Romanos
1:21) y en nuestra deslealtad hacia el Rey de Reyes.
El tema del reino de Dios es un motivo central que como un
hilo atraviesa el Antiguo y el Nuevo Testamento. El tema pone el
acento sobre el reinado de Dios sobre su pueblo. El Mesías que
viene es anunciado como el Rey ungido de Dios que ocupará el
trono en el cielo como el Rey de Reyes y el Señor de Señores.
El Antiguo Testamento apunta al reino como aconteciendo en
el futuro. El Nuevo Testamento comienza con el anuncio de Juan
el Bautista diciendo que "el reino de los cielos se ha acercado"
(Mateo 3:2). La situación histórica es descrita con imágenes como
que "el hacha está puesta a la raíz de los árboles" (Mateo 3:10) y
que "su aventador está en su mano, y limpiará su era" (Mateo
3:12), lo que está indicando una proximidad radical. Fue la entrada
a la historia del reino de Dios lo que el evangelio del Nuevo
Testamento estaba anunciando. El mensaje de Juan de que "el Rey
ya viene" estaba señalando la urgencia de los tiempos.
El acento de la propia predicación de Jesús también está
puesto sobre el anuncio del evangelio del reino. Declara que el
'2{Y7
Las grandes doctrinas de la Biblia
reino ha venido con poder y que está en medio de su pueblo. En
su ascensión, Jesús le ordenó a sus discípulos que fuesen sus
testigos en el mundo. Deben testificar el reino de Jesús como el
Rey de Reyes. La posición presente de Jesús como Rey cósmico
es invisible. El mundo ignora su soberanía o la niega. La tarea de
la iglesia es dar testimonio visible de este reino invisible.
Jesús inauguró el reino de Dios. Ya ha ocupado su trono en
el cielo. Pero es como si fuera un rey en el exilio, con unos pocos
sujetos leales. Cuando regrese, consumará plenamente su reinado.
El Nuevo Testamento nos está indicando que el reino de Dios
es tanto presente como futuro. Existe un "ya" y un "todavía no"
en este reino. Ambos aspectos deben ser entendidos y aceptados
por los cristianos. Considerar al reino como totalmente realizado
o como un acontecimiento completamente futuro es violar el
mensaje del Nuevo Testamento. Servimos a un Rey que ya ha
ocupado su trono. Sin embargo, aguardamos su regreso triunfal
en gloria, cuando toda rodilla se doblará delante de Él.
Resumen
1. El reino de Dios es un gobierno absoluto.
2. El tema del reino de Dios vincula el Antiguo con el Nuevo
Testamento.
3. El Nuevo Testamento anuncia la inauguración del reino de
Dios con la aparición de Jesús y su subsiguiente ocupación
del trono.
4. El reino de Dios ya existe en la actualidad pero se consumará
plenamente con su gloriosa venida.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Salmo 10:16-18
Salmo 22:27-31
Daniel 2:44
Juan 18:36
Hebreos 1:8-14
308
EL CIELO
Una canción popular dice: "Esto es el cielo... cuando estoy conti-
go". Sin duda que es una bendición estar en comunión próxima
con un ser amado. Pero de la misma manera que no hay ninguna
situación sobre esta tierra que pueda ser comparada con la miseria
del infierno, tampoco hay ningún gozo terrenal que pueda servir
para hacer una analogía adecuada de las maravillas del cielo.
De la misma manera que nos encontramos con imágenes
bíblicas espantosas para el infierno, así nos encontramos con
imágenes bíblicas ricas y prometedoras para el cielo. Se lo ase-
meja a un paraíso, al seno de Abraham, a una ciudad gloriosa
descendiendo desde el cielo. Se describe la Nueva Jerusalén como
teniendo calles de oro, un lugar donde las paredes están cubiertas de
piedras preciosas, y es el lugar del gozo perpetuo que no tendrá fin.
Lo que más llama la atención sobre el cielo es además lo que
está ausente de él. No habrá: (1) lágrimas, (2) tristeza, (3) muerte,
(4) dolor, (5) oscuridad, (6) impíos, (7) pecado, (8) templos, (9)
el solo la luna, (10) la maldición por el pecado de Adán (véase
Génesis 3:14-19).
Entre las cosas que estarán presentes se incluyen: (1) los
santos, (2) el río del agua de la vida, (3) la fruta que sana, (4) el
Cordero de Dios, (5) la adoración, (6) el banquete de bodas entre
el Cordero y su esposa, (7) la cara descubierta de Dios, y (8) el
sol de la justicia.
El cielo es allí donde está Cristo. Es el estado de eterna
felicidad de la comunión con el Dios-hombre. Jonathan Edwards,
al tratar de expresar el gozo que los creyentes encontrarán en el
cielo escribe que los santos
nadarán en el océano del amor, estarán inmersos por los rayos del
amor divino, infinitamente brillantes, y infinitamente tiernos y
dulces; eternamente recibiendo la luz, eternamente llenos de la
luz, y eternamente rodeados por ella, y por siempre reflejándola
hacia la fuente de la luz!.
Si bien los santos se han de regocijar en la comunión con su
Dios y Salvador, no hay ningún motivo para creer que no se
309
Las grandes doctrinas de la Biblia
reconocerán entre sí ni tendrán comunión con los santos que
conocieron sobre esta tierra. El cielo es la morada de todo lo
bueno.
Habrá grados de bendición en el cielo. Pablo utiliza una
metáfora de estrellas de distinto brillo iluminando el mismo cielo
para describir esto. No obstante, es necesario aclarar algunos
puntos a este respecto. En primer lugar, todas las estrellas brilla-
rán. Es decir, no habrá tristeza en el cielo. Todos los que estén allí
serán bendecidos mucho más que lo que nos podemos imaginar.
En segundo lugar, la obra expiatoria de Cristo tiene la misma
eficacia salvífica para todos los santos. Por último, las "obras" del
creyente, que le "merecerán" mayor o menor bendición, no son
buenas en sí mismas. Más bien es la complacencia soberana de
Dios considerar estas obras como meritorias. Lo hace solamente
por amor a Cristo. Mientras que el horror más grande del infierno
es la eternidad, uno de nuestros gozos más grandes en el cielo es
la seguridad de que no terminará jamás. El último enemigo, la
muerte, no será más. Lucas 20:34-38 le asegura al creyente que
el premio del cielo es sempiterno.
El gozo más elevado del cielo será la visión beatífica, ver el
rostro de Dios. Este gozo inefable, sin embargo, nos llegará a
través de los ojos del alma. Dios es espíritu, y los escogidos lo han
de ver en espíritu. Este es el premio, ganado por Cristo, disfrutado
por sus hijos.
Resumen
1. El cielo incluirá la ausencia de todo lo que trae dolor y muerte.
2. El cielo será un lugar sin pecado y sin las consecuencias del
pecado.
3. El cielo será un lugar donde los creyentes disfrutarán la
presencia inmediata de Cristo.
4. El cielo incluirá la visión beatífica, la gloriosa experiencia de
contemplar el rostro de Dios, algo que no es posible en esta
vida.
5. El cielo será un lugar para disfrutar las recompensas de Dios
para siempre.
6. Ningún conocimiento o experiencia sobre esta tierra podrá
empañar la plenitud del gozo que experimentaremos en el
cielo.
310
Pasajes bíblicos para la reflexión
1 Corintios 15:50-57
2 Corintios 5:1-8
1 Pedro 1:3-9
Apocalipsis 21-22
311
El cielo
100
LA VISiÓN BEATíFICA
Hay un cuento sobre un pequeño niño que luchaba con la idea de
Dios que estaba aprendiendo de sus padres. Lo que le molestaba
más era que se le decía que Dios era invisible. ¿Cómo podía adorar
y servir a unDios que no podía ver? Ya era conciente de la máxima
"Ojo que no ve, corazón que no siente". Frustrado por la teología
de un Dios invisible, exclamó: "¡Quiero un Dios que tenga piel!"
Es probable que el deseo de un Dios que tenga piel sea uno
de los factores que impulsa a la humanidad a adorar a los ídolos.
Los ídolos de piedra o de madera, aunque son sordos y mudos y
sin ningún poder para ayudarnos, al menos son visibles. Son un
sustituto diseñado para satisfacer el anhelo de nuestros ojos por
la majestad de Dios.
Pablo escribió que la humanidad es culpable de cambiar "la
gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre
corruptible" (Romanos 1:23), y de cambiar "la verdad de Dios por
la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al
Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén" (Romanos 1:25).
Hasta los discípulos expresaron un deseo de ver el rostro de
Dios directamente. También ellos estaban sufriendo por la invisi-
bilidad elusiva de Dios. Cuando Jesús se encontró con sus discí-
pulos para la Óltima Cena en el aposento alto, Felipe le dijo:
"Señor, muéstranos al Padre, y nos basta" (Juan 14:8). Felipe
habló por cada creyente. Podríamos lograr nuestra satisfacción
con un atisbo del rostro descubierto de Dios. Verlo en su esplendor
santo ya sería suficiente. Satisfacería nuestra alma y calmaría
nuestro espíritu atribulado.
Si Jesús alguna vez expresó fastidio o ansiedad con las
preguntas de sus discípulos, fue con respecto a este pedido.
Contestó: "¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me
has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre;
¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre?" (Juan 14:9).
Al comienzo de su ministerio sobre esta tierra, Jesús había
predicado el Sermón del Monte, comenzando por las Bienaven-
turanzas. Allí había pronunciado su bendición sobre los puros de
corazón, y les había prometido que ellos verían a Dios. Sin duda
313
Las grandes doctrinas de la Biblia
que para aquellos que ansían ver a aquel que es el objeto supremo
de nuestra adoración y amor, representa una carga que Dios no
pueda ser visto hoy en su gloria y que permanezca invisible a los
ojos. Desde el momento en que Dios cerró el acceso al Paraíso
con un ángel blandiendo una espada de fuego, ha sido el mandato
de Dios que ningún ser humano podría verlo al descubierto. Dios
le respondió incluso a Moisés, que le pidió ver la gloria descu-
bierta de Dios: "Mas no se verá mi rostro" (Éxodo 33:23).
Sin embargo, los redimidos esperan ansiosos el momento
cuando podrán ver a través del velo y contemplar directamente la
pureza del esplendor de Dios. El motivo por el cual ahora no la
podemos ver no se debe a ninguna deficiencia de nuestros ojos,
sino a la falta de pureza de nuestros corazones. Cuando seamos
glorificados en el cielo y nuestros corazones hayan sido purifica- .
dos podremos disfrutar el gozo inefable de contemplarlo como Él
es gloria.
La visión beatífica lleva este nombre porque es la promesa de
la visión de Dios, promesa que constituye la máxima bendición al
alma humana. La bendición más importante de Israel era: "Jehová
te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre
ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga
en ti paz" (Números 6:24-26).
Juan nos promete que si bien el misterio rodea mucho de lo que
nos espera en el cielo, de esto podemos estar seguros: que "seremos
semejantes a él, porque le veremos tal como él es puro" (l Juan 3:2).
Esta promesa nos está asegurando que en el cielo Dios se nos
manifestará de una forma que es más que una teofanía (una
manifestación externa de la gloria de Dios, como en el caso de.la
zarza ardiendo). La visión trascenderá la visión de la zarza ardien-
do o la columna de nube conduciendo al pueblo. Veremos más
que una representación externa o una imagen reflejada. Lo vere-
mos "como él es". Podremos, de algún modo, ojear su misma
esencia. No habrá ninguna necesidad de piel.
Resumen
1. La invisibilidad de Dios es con frecuencia causa para los actos
humanos de idolatría.
2. Cristo manifestó la imagen perfecta de Dios; verlo a Él es
verlo al Padre.
314
La visión beatífica
3. La visión de Dios ha sido prometida para los puros de corazón.
4. Ningún mortal puede ver el rostro de Dios hasta que seamos
purificados en el cielo.
5. La visión futura de Dios es llamada "beatífica" porque inun-
dará nuestras almas con bendición.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Éxodo 32: 1-33:23
Números 6:24-26
Mateo 5:8
Juan 14: 1-11
Apocalipsis 22: 1-5
315
EL INFIERNO
Frecuentemente hemos escuchado afirmaciones tales como "La
guerra es un infierno" o "Pasé por un infierno". Estas expresiones,
por supuesto, no deben ser tomadas en un sentido literal. Más bien
están reflejando nuestra tendencia a utilizar la palabra infierno
como un término descriptivo de la experiencia humana más
espantosa. Sin embargo, no hay ninguna experiencia humana en
este mundo que pueda compararse con el infierno. Si tratamos de
imaginar el sufrimiento más atroz aquí y ahora, nuestra imagina-
ción todavía no habrá alcanzado la realidad espantosa del infierno.
El infierno es considerado algo trivial cuando se lo utiliza en
expresiones soeces. El utilizar esta palabra con ligereza puede ser
un tibio intento humano de considerar el concepto con ligereza o
de una manera entretenida. Solemos burlarnos de las cosas que
más temor nos causan como un esfuerzo fútil para quitarles las
garras y los colmillos, reduciendo así su poder amenazador.
No hay ningún concepto bíblico más horrendo ni más aterra-
dor que la idea del infierno. Es tan poco popular que muy pocos
creerían en este concepto si no fuera que nos viene de las propias
enseñanzas de Cristo.
Casi toda la enseñanza bíblica sobre el infierno nos viene de
labios de Jesús. Es en esta doctrina, más que en ninguna otra,
donde se pone más a prueba la lealtad del cristiano a la enseñanza
de Cristo. Los cristianos modernos han hecho muchos esfuerzos
para minimizar el infierno de manera de eludirlo o de suavizar la
enseñanza de Jesús. La Biblia nos describe al infierno como un
lugar de oscuridad, un lago de fuego, un lugar de llanto y de crujir
de dientes, un lugar de eterna separación de las bendiciones de
Dios, una prisión, un lugar de tormento donde el gusano no morirá
jamás. Estas imágenes tan gráficas del castigo eterno nos llevan
a preguntarnos: ¿Debemos tomar estas descripciones literalmente
o son solo símbolos?
Yo sospecho que se tratan de símbolos, pero eso no es ningún
alivio. No debemos pensar que son simplemente símbolos. Es muy
probable que el pecador en el infierno prefiera un lago literalmente
de fuego como su morada eterna que la realidad del infierno
317
Las grandes doctrinas de la Biblia
representada en la imagen del lago de fuego. Si estas imágenes
son símbolos, entonces debemos concluir que la realidad es peor
que lo que el símbolo sugiere. La función de los símbolos es señalar
algo más allá de ellos, hacia un estado más intenso que el contenido
del símbolo. No puede servir de ningún consuelo para aquellos
que los consideran simplemente como símbolos el que Jesús haya
utilizado los símbolos más espantosos que sea posible imaginar.
Un suspiro de alivio parece escucharse cuando alguien decla-
ra: "El infierno es el símbolo de la eterna separación de Dios". Ser
separado de Dios por la eternidad no representa una gran amenaza
para la persona impenitente. Los impíos no quieren otra cosa que
estar separados de Dios. El problema que tendrán en el infierno
no será la separación de Dios, será la presencia de Dios lo que los
atormentará. En el infierno, Dios estará presente en la plenitud de
su ira divina. Estará allí para ejercer su justo castigo sobre los
malditos. Lo conocerán entonces como el fuego consumidor.
De cualquier modo que analicemos el concepto del infierno
siempre termina siendo un lugar de crueldad y de castigo. Sin
embargo, si es que hay algún consuelo en el concepto del infierno
es la plena seguridad que no habrá crueldad allí. Es imposible que
Dios sea cruel. La crueldad implica infligir un castigo que sea más
severo o más duro que el crimen. La crueldad está en la esencia
misma de la injusticia. Dios es incapaz de infligir un castigo
injusto. El Juez de todo el mundo sin duda hará lo que es el bien.
Ninguna persona inocente sufrirá bajo su mano.
Posiblemente el aspecto más aterrador del infierno es su
eternidad. Las personas pueden soportar la más angustiante de las
agonías siempre y cuando sepan que en algún momento ha de
terminar. En el infierno esta esperanza no existirá. La Biblia nos
enseña con claridad que el castigo ha de ser eterno. Se utiliza la
misma palabra para referirse a la vida eterna y la muerte eterna.
El castigo implica dolor. La aniquilación, que algunos han postu-
lado, no implica dolor. Jonathan Edwards, al predicar sobre
Apocalipsis 6:15-16 dijo: "Los hombres malvados de aquí en más
desearán con todas sus fuerzas convertirse en nada y dejar de ser
para poder escapar de la ira de Dios" l.
El infierno, entonces, es una eternidad frente a la ira de Dios,
justa y siempre ardiendo; un tormento en el sufrimiento, del cual
no hay escapatoria posible ni alivio. Comprender esto es crucial
para apreciar la obra de Cristo y para predicar su evangelio.
318
El infierno
Resumen
1. El sufrimiento en el infierno no es comparable a ninguna
experiencia de miseria que podamos hallar en esta tierra.
2. El infierno fue incluido con claridad en la enseñanza de Jesús.
3. Si las descripciones bíblicas del infierno son símbolos, enton-
ces la realidad será peor que los símbolos.
REALIDAD
SíMBOLO
4. El infierno es la presencia de Dios en su ira y en su juicio.
5. No hay crueldad en el infierno. El infierno será un lugar de
perfecta justicia.
6. El infierno es eterno. No hay ninguna escapatoria. ni por el
arrepentimiento ni por la aniquilación.
Pasajes bíblicos para la reflexión
Mateo 8:11-12
Marcos 9:42-48
Lucas 16:19-31
Judas 1:3-13
Apocalipsis 20:11-1S
319
NOTAS
Introducción lo J. V. Langmead Casserley, Apologetics & Evange-
lism (Louisville: Westminster, 1970).
2. John Stott, Christ the Controversialist (Downers
Grave, Ill.: InterVarsity Press, 1970).
3. John Bunyan, Pilrim's Progress (Wheaton, Ill.:
Tyndale House Publishers, 1991), ]]-15.
4. Allan Bloom, The Closing of the American Mind
(New York: Simon & Schuster, 1987).
5. e.S. Lewis, "On the Reading ofOldBooks", in God
in the Dock: Essays on Theology in Ethics (Grand
Rapids: Eerdmans, 1970),204-205.
Capítulo 3 lo Juan Calvino, lnstitutes of the Christian Religion,
trad. Henry Beveridge, 2 vols., bk I (Grand Rapids:
Wm. B. Eerdmans, 1975) 43.
Capítulo 9 lo Roland H. Bainton, Here 1 Stand: ALife ofMartin
Luther (Nashville: Abingdon Press, 1978).
Capítulo 20 lo Confesión de Fe de Westminster, cap. 5, sec lo
Capítulo 26 lo Confesión de Westminster, cap. 8, seco 1.
Capítulo 33 lo Calvino,Institutes.
Capítulo 35 lo Calvino, Institutes.
Capítulo 39 lo Martín Lutero, Bondage ofthe Will (Old Tappan, NJ:
Revell, 1957), 70.
2. Cal vino, lnstitutes.
Capítulo 44 lo William Shakespeare, Obras completas, trad. M. J.
Barroso Bonzón, Sta. edición, (Madrid), Acto 5,
Escena 5.
Capítulo 50 lo Catecismo Mayor de Westminster, pregunta Número
24.
2. Calvino,Institutes.
Capítulo 51 lo Confesión de Westminster, art, 6:1.
2. Confesión de Westminster, arto6:1-4.
Capítulo 53 lo Roland H. Bainton, Here 1 Stand: A Lije ofMartín
Luther (Nashville: Abingdon Press, 1978).
Capítulo 60 lo Charles Colson, Born Again (Old Tappan, N.J.: Re-
vell, 1977).
Capítulo 63 lo JonathanEdwards, The Freedomofthe Will, ed. Paul
Ramsey (New Haven: Yale University Press, 1973),
137.
2. Edwards, The Freedom ofthe Will, 156.
Capítulo 78 1. Calvino, Institutes.
Capítulo 81 1. Calvino, Institutes.
Capítulo 84 lo Confesión de Westminster, arto 22:3.
321
Las grandes doctrinas de la Biblia
íNDICE
Capítulo 91
Capítulo 93
Capítulo 95
Capítulo 99
Capítulo 101
1. Cal vino, Insiitutes,
2. Cal vino, lnstitutes.
3. Ca1vino,Institutes.
1. Confesión de Westminster, art, 23: 1, 3.
1. Confesión de Westminster, art. 24:5, 6.
1. Jonathan Edwards, The Works ofJonathan Edwards,
vol. 2 (Carlisle, Pa.: Banner ofTruth, 1979),29.
1. John H. Gerstner, Heaven & Hell (Orlando: Ligonier
Ministries, 1991),75.
Génes is 1 .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
Génesis 1:1-2 , 122
Génesis 1:1-2:3 117
Génesis 1:1-2:25 147
Génesis 1:3ss 116
Génesis 1:26-27 143
Génesis 1:27 141, 143
Génesis 2:1-3 264
Génesis 2:17 82
Génesis 2:24 296
Génesis 3:1-24 165
Génesis 3:14-19 309
Génesis 9:6 144
Génesis 15 80
Génesis 15:7-21 80
Génesis 17:1 43
Génesis 18:25 58, 59
Génesis 27:30-46 221
Génesis 50:20 68
Éxodo 3:1-6 52
Éxodo 4:1-9 73
Éxodo 7:1-5 191
Éxodo 20 79, 80
Éxodo 20:2. . . . . . . . . . . . . . . . .. 79
Exodo 20:1-17 18
Éxodo 20:8-11 264
Éxodo 20: 16 265
Éxodo 32:1-33:23 315
Éxodo 33:23 : 314
Éxodo 34:6-7 55, 59
Números 6:24-26 314.315
Números 11 130
Deuteronomio 6:4 37,38
Deuteronomio 6:4-5 276
Deuteronomio 6:4-9. . . . . . . . . .. xxi
Deuteronomio 10:20 267
Deuteronomio 18:15-22 20
Deuteronomio 29:29 34
Deuteronomio 30:6 197
Deuteronomio 30: 19-20 207
1 Samuel 2:2. . . . . 52
1 Reyes 8:27 46
1 Reyes 16:29-34 178
1 Reyes 17:21-24 73
2 Crónicas 6:22-23 " 267
2 Crónicas 26:16-20 293
Esdras 10:5 267
Nehemías 8:8 30
Nehemías 9:32-33 59
Job 1:6-12 155
Job11:7-9 46
Job 13:15 278
Job 38: 1-41:34 35,69
Job 42:2 42
Salmo 2:10-12 293
Salmo 5: 1-3 280
Salmo 8:3-5 141
Salmo 10:16-18 308
Salmo 14:1 5
Salmo 19:1-14 6,13
Salmo 19:7-11 288
Salmo 22:27-31 308
Salmo 25:8-10 55
Salmo 33:1-19 66
Salmo51 141
Salmo 51:5 164
Salmo51:10,17 222
Salmo 90:2 40
Salmo 99: 1-9 52
Salmo 100: 1-5 55
Salmo 104:24-26 66
Salmo 110 111, 112
Salmo 115:3 18,43
Salmo 116:11 265
Salmo 119 16
Salmo 119:9-16 288
Salmo 119: 105 127
Salmo 139:1-18 ·.35
Salmo 139:7-8 122
Salmo 139:7-10 46
Salmo 145:17 59
Salmo 147:5 49
Proverbios 16:4 187.191
Eclesiastés 5:4-5 265
Eclesiastés 9:1O 16
Eclesiastés 12:7 147
Isaías 6 . . . 20
Isaías 6:1-13 . . 52
Isaías 7:10-16 96
Isaias 40:3 102
Las grandes doctrinas de la Biblia
Isaías 42:1-4 , 112
Isaías 55:8-9 35
Isaias 58:13 263
Isaías 58:13-14 264
Isaías 61:1 102
Jeremías 10:1-16 66
Jeremías 17:9 165,169
Jeremías 23:23-24 46
Jeremías 31:31-34 80
Jeremías 34:18 80
Ezequiel 11:5 49
Ezequiel 1'8:30-32 222
Ezequiel 36:26-27 183,194,197
DaníeI2:44 308
Daniel 4:34-35 69
Daniel 7 115
Joe12:28-29 131
Joe! 2:28-32 20
Sofonías l .- 183
Mateo 1:21 204
Mateo 1:23 96
Mateo 3:2 307
Mateo 3:10 . .. 307
Mateo 3:12 307
Mateo 3:13-17 102
Mateo 3:15. . 88.94
Mateo 3:16-17 38
Mateo 4:1-11 26, 155
Mateo 4:4 15
Mateo 5:8 315
Mateo 5:17-20 J8
Mateo 5:31-32 299
Mateo 5:33-37 267
Mateo 5:43-48 276
Mateo 7:1-5 250
Mateo 7:15-20 20
Mateo 7:21-23 231
Mateo 8:11-12 319
Mateo 9:1-8 117
Mateo 10:28 145, 147
Mareol~39 8
Mateo 11:20-24 160
Mateo 12:1-14 264
Mateo 12:22-32 175
Mateo 12:31-32 173
Mateo 13:11 9
Mateo 13:24-43 246
Mateo 15:1-20 286
Mateo 16:13-21 117
Mateo 16:19 249
Mateo 16:25 9
Mateo 17:1-9 104
Mateo 18:3 215
Mateo 18:15-17 ...........•.. 248
Mateo 18:15-20 249
Mateo 19:1-9 296
Mateo 19:21 285
Mateo 19:3-6 297
Mateo 19:3-9 299
Mateo 19:7-9 298
Mateo 23:22-29 286
Mateo 23:23-24 286
Mateo.24: 1-25:46 306
Mateo 26:26-29 257
Mateo 26:36-41 151
Mateo 26:64 306
Mateo 28:19 38
Mateo 28:19-20 252
Mateo 28:20 256
Marcos 1:1-5 102
Marcos 1:21-28 158
Marcos 2:1-12 85
Marcos 2:10 115
Marcos 2:28 85, 86
Marcos 9:42-48 319
Marcos 10:15 ix
Marcos 13:11 134
Marcos J3:24-27 104
Marcos 14:22-25 262
Lucas 1:26-38 112
Lucas 1:34 95
Lucas 1:35 95
Lucas 1:37 42,95
Lucas 8:5-8 226
Lucas 8:15 226
Lucas 8:49-56 235
Lucas 8:52 233
Lucas 10:17-20 158
Lucas 11:14-26 158
Lucas 11:39-44 172
Lucas 16:19-31 319
Lucas 20:34-38 310
Lucas 21:5-36 306
Lucas 22:20 80
324
Lucas 22:31 . 155
Lucas 23:34 174,175
Lucas 2::43 233,235
Lucas 24:44-45 24
Lucas 24:46-47 222
Lucas 24:50-53 107
Juan 1:1 115
Juan 1:1-3. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Juan 1:1-5 40
Juan 1:1-14 86,91
Juan 1:1-18 99,117
Juan 1:14 97,98
Juan 1:18 98
Juan 2:11 73
Juan 2:17 87,93
Juan3:1-21 231
Juan 3:3 195
Juan 3:6 151
Juan 3:16 , 204
Juan 3:16-17. . . . . . . . . . . . . . . .. 183
Juan 4:34 88,93
Juan 5:30 88
Juan 6:35-40 227
Juan 6:44. 65 207
Juan 7:37-39 131
Juan 8:34-36. . . . . . . . . . . .. 207
Juan 8:58 86
Juan 10:27-30 204,227
Juan 10:35 15
Juan 13:18 187
Juan 14:]-] 1 3]5
Juan 14:8 313
Juan 14:9 313
Juan 14:13-14 280
Juan J4:15 282.283,288
Juan 14:16 133
Juan 14:16-18 134
Juan 15:1-8 224
Juan ]5:5 207
Juan 15:13 126
Juan 15:26 136
Juan 16 123
Juan 16:13 124
Juan 16:13-15 128
Juan 17:9-12 204
Juan 17:12 227
Juan 17:13-23 240
Índice
Juan 17:17........ .15,16
Juan 18:36 308
Juan 19:11. 77
Juan 20:23. . . . . . . . . . . 249
Juan 20:28 85, 86
Hechos 1:4-11. 306
Hechos 1:9-11 105
Hechos 2:1·11 131
Hechos 2: 16·21. 131
Hechos 2:22·24 69
Hechos 2:40·47 252
Hechos 3:17·26 112
Hechos 5:3-4 121. 122
Hechos 5:32 126
Hechos 7:55·56 107
Hechos 8 130
Hechos 10 130
Hechos 10:47 130
Hechos 14:8-18 13,141
Hechos 15:1·29 286
Hechos 15:15·16 27
Hechos 15:18 49
Hechos 15:28 126
Hechos 17:16·34 13
Hechos 17:22·31. 40. 46. 141
Hechos 17:28 . . . 40. ! 46
Hechos 19..... . 130
Hechos 19:1-7 134
Hechos 20:7 . . . . . . . . 264
Hechos 20: 17·21 222
Hechos 20:28 . . . . .. . 204
Romanos 1:1·6 244
Romanos 1:3-4 96
Romanos 1:16·17 183
Romanos 1:16·32 211
Romanos 1:18·23 4, 13, 141
Romanos 1:20 210
Romanos 1:21 307
Romanos 1:23 313
Romanos 1:25 313
Romanos 2:1·11 160,161
Romanos 2:4 222
Romanos 2:12-16 12, 172
Romanos 2:14·15 13
Romanos 2:15 171
Romanos 3:9·4:8 220
Romanos 3: 10·12 168
325
Las grandes doctrinas de la Biblia
Romanos 3:10-26 161. ]65
Romanos 3:19-26 286
Romanos 3:20 217
Romanos 3:20-26 82
Romanos 3:21-28 200,2]8
Romanos 3:23 ]59,167
Romanos 3:27-31 283
Romanos 3:3] 28]
Romanos 4:]-8 224
Romanos 4:] ]-12 254
Romanos 5:1 110
Romanos 5:1-5 224. 278
Romanos 5:1-] 1 211
Romanos 5:8 290
Romanos 5:12-19 ]61. 165,2]8
Romanos 5:17-19 200
Romanos 5:18-2] 94
Romanos 6:1-2 283
Romanos 6:1-4 252
Romanos 6:3-4 254
Romanos 7: 1-3 299
Romanos 7:7-25 ]8,288
Romanos 7:13-8:17 ]51
Romanos 7:14 ]68
Romanos 7:23 168
Romanos 8 226
Romanos 8:]-1] ]69
Romanos 8:] 1 238
Romanos 8:5-8 207
Romanos 8:9-17 122
Romanos 8:15-17 23]
Romanos 8:16 , ]26, 229
Romanos 8:18-23 147
Romanos 8:18-25 278
Romanos 8:26-27 133, ]34,280
Romanos 8:28 54
Romanos 8:28-39 55
Romanos 8:29 . . . . . . . . . . . . . .. 144
Romanos 8:29-30 240
Romanos 8:30
........... ]87,194, ]97,204,226
Romanos 8:31-39 227
Romanos 8:33-34 ] 10
Romanos 8:34 107
Romanos 8:37 134
Romanos 8:39 226
Romanos 9 ]91
Romanos 9: 10-12. 16 186
Romanos 9:14. . . 58
Romanos 9:]4-15 186
Romanos 9:14-18 , 77
Romanos 9:14-33 59
Romanos 9:15. . . . 58
Romanos 10:5-13 82,215
Romanos ]0:] 4-17 2]]
Romanos 11:]3 244
Romanos] 1:13-24 248
Romanos] 1:33-36 35, 49, 69
Romanos] ]:36 43
Romanos ]2:1-21 273
Romanos 13:1-4 29]
Romanos 13:]-7 293
Romanos 14:9-]0 , ]07
Romanos ]4:23 172
Romanos ]6:25-27 9
1 Corintios 1:10-31. 248
] Corintios 1:26-31. 183
1 Corintios 2:6-16 35
1 Corintios 2:7 ..' 9
1 Corintios 2:9 237, 238
1 Corintios 2:9-] 1 127
] Corintios 2:9-] 6 128
1 Corintios 2: 10-1] ]22
] Corintios 4:8-13 277
l Corintios 5 250
1 Corintios 6:] 9-20 ]22
1 Corintios 7 296
1 Corintios 7:] 0-15 298
] Corintios 7:10-16 299
] Corintios 7: 12-] 6 295
1 Corintios 7: 19 288
1 Corintios 9:22 44
1 Corintios 9:27 225
1 Corintios 10:13-]7 257
] Corintios 10:14-23 178
1 Corintios] O:14-24 ]58
1 Corintios 1] :23-26 262
1 Corintios] 1:23-34 252,257
1 Corintios] 1:27-32 250
1 Corintios 12 131
1 Corintios 12:1-]4:40 273
1 Corintios] 2: 12-14 246,254
1 Corintios 13 275
l Corintios 13:1-13 276
326
] Corintios 13:] 1 x, xx
] Corintios 13:] 2 237
1 Corintios] 3:13 276, 277
] Corintios] 4:20 x, xx
1 Corintios 14:26-33 131
] Corintios ]4:33 9
1 Corintios 15:1-58 238
1 Corintios 15:3-8 24
] Corintios ]5:9 244
1 Corintios 15:35-55 147
1 Corintios 15:42-57 ]44,290
1 Corintios 15:45-49 96
] Corintios 15:50-54 240
1 Corintios 15:50-57 . ' 311
] Corintios ]5:53 239
] Corintios ]6:]-2 264
2 Corintios ]:]2 23]
2 Corintios 3:17-]8 ]36
2 Corintios 3:18 240
2 Corintios 4:7-18 277
2 Corintios 5:] -8 31]
2 Corintios 5:] -] O 234, 235
2 Corintios 5:7 277
2 Corintios 5:16-21 218
2 Corintios 5:17-19 224
2 Corintios 5:19 200
2 Corintios 5:21 94, 102
2 Corintios 6:]4-18 178
2 Corintios 7:] 290
2 Corintios 7:8-12 222
2 Corintios 13:14
................ 38. 122, ]23, 124
Gálatas 2:] 1-21 218
Gálatas 3:1·]4 178,21]
Gálatas 3:] 0-14 82, 286
Gálatas 3:13 ]99
Gálatas 3:23-29 18
Gálatas 3:24 288
Gálatas 3:26-29 252
Gálatas 4:4 91. 96
Gálatas 4:6 134,136
Gálatas 5:16-18 ]26
Gálatas 5:19-26 273
Gálatas 5:22-23 272
Efesios ]:3-6 191
Efesios 1:3-]4 187
Efesios 1:7 200
Índice
Efesios 1:7-12 194
Efesios 1:11 43. 77
Efesios 1:22-23 248
Efesios 2: 1 168
Efesios 2: 1-3 151. 169, 194
Efesios 2:]-10 168.195,218
Efesios 2:3 168
Efesios 2:4-10 215
Efesios 2:8-9 211,224
Efesios 2:19-22 122,246
Efesios 3:1-] 3 6
Efesios 4: 1-6 246
Efesios 4:1-6:20 273
Efesios 4:7-8 107
Efesios 4:] 1-162 0,27
Efesios 4:17-19 169
Efesios 5:21-33. . . . . . . .. . 296
Efesios 5:25-33. . . . . . . . . . 276
Filipenses 1:6 , .. 226.227
Filipenses 1:19-26 234.235
Filipenses 2:5-8 . 88
Filipenses 2:5-11 91
Filipenses 2:9 ,.114
Filipenses 2:9-11 85,86
Filipenses 2: 12, 13 xix, 136,220
Filipenses 3:7-11 .. ...218
Filipenses 3:7-14 . . . . . . 290
Filipenses 3:8-9 . . . . . , . 200
Filipenses 3:20-21 . . 238
Filipenses 4:6-7 ,.. . 280
Colosenses 1:9-14. . . . . , .. 77
Colosenses] :] 5 , 97. 144
Colosenses ]:]5-]9 99
Colosenses 1:]5-20 40
Colosenses 1:18 246
Colosenses 1:] 9 85, 86
Colosenses 2:8 xiii, 178
Colosenses 2:] 1-]5..... . 254
] Tesalonicenses] :6-1O 183
1 Tesalonicenses 1:10, ,.181. 200
1 Tesalonicenses 2:13 16, 215
1 Tesalonicenses 4:3-8 296
] Tesalonicenses 4:13-18 235, 238
] Tesalonicenses 4:13-5:11 306
2 Tesalonicenses 2:1-12 303, 304
2 Tesalonicenses 2:5-] ° 155
2 Tesalonicenses 2:13-14 194
327
Las grandes doctrinas de la Biblia
2 Tesalonicenses 2:13-15 187
1 Timoteo 1:18-20 250
1 Timoteo 2:1-4 293
1 Timoteo 2:5 110
1 Timoteo 4:1. . . . . . . . . . . . . . . . 124
1 Timoteo 4:8 145
1 Timoteo 5:19-20 250
2 Tímoteo 1:8-12 194
2 Timoteo 2:14-19 . . . . . . . . . . . . 227
2 Timoteo 2:15 30
2 Timoteo 3:14-17 6,30
2 Timoteo 3:15-17 16
2 Timoteo 3:16 15
2 Timoteo 3:16-17 24
Tilo 1:2 265
Tito 1:15 165,172
Tito 2:11-14 278,306
Tito 3:1-7 200
Tito 3:3-7 254
Tito 3:4-7 197,224
Hebreos 1:1-2 4
Hebreos 1:1-3 104
Hebreos ]:1-4 6,30
Hebreos 1:1-14 99
Hebreos 1:3 43,144
Hebreos 1:5 , 99
Hebreos 1:8-14. . . . . . . . . . . . . . . 308
Hebreos 2:1-4 73
Hebreos 2:3-4 72
Hebreos 2:14-18 91
Hebreos 3:1 244
Hebreos 3:3-6 110
Hebreos 4:13 49
Hebreos 4:15 91,93
Hebreos 5:5-6 112
Hebreos 5:8-10 , 88
Hebreos 5:12-14 x
Hebreos 6 225
Hebreos 6:13-18 77
Hebreos 6:17-18 265
Hebreos 6:18 41
Hebreos 6:19 277
Hebreos 7:20-25 110
Hebreos 7:26 94
Hebreos 8 80
Hebreos 9:11-15 227
Hebreos 9:11-22 110
Hebreos 9:23-28 107
Hebreos 10:5-10 88
Hebreos 11:1. 210
Hebreos 11:3 66
Hebreos 13:4 296
Hebreos 13:20-21 80
Santiago 1:12-15 161
Santiago 1:13-15 207
Santiago 1:14-15 93
Santiago 1:17 53, 55
Santi~o21 ~
Santiago 2:1O 160
Santiago 2:14 213
Santiago 2:14-26 211,215
Santiago 2:17 213
Santiago 2:18-24 220
Santiago 2:19 210
Santiago 4:5 124
Santiago 5:12 267
1 Pedro 1:2 38
1 Pedro 1:3-9 311
1 Pedro 1:15-16 135,136
1 Pedro ]:23 195
1 Pedro 2:9-10 248
1 Pedro 2:11 , 151
1 Pedro 2:13-17 293
1 Pedro 3:18 94
1 Pedro 4:8 250
1 Pedro 5:8 154
1 Pedro 5:8-11 155
2 Pedro 1:5-11 220
2 Pedro 1:10 · 229
2 Pedro 1:16 209
2 Pedro 1:16-21 27
2 Pedro 1:19-21 24
2 Pedro 1:20-21 16,30
2 Pedro 1:21 128
2 Pedro 3:9 77
2 Pedro 3:14-16 24
2 Pedro 3:14-18 27
1 Juan 1:5-10 290
1 Juan 1:8-10 161,169
1 Juan 1:9 222
1 Juan 2:1 133
1 Juan 2:2 202
1 Juan 2:3-6 220,231,283
1 Juan 2:18 303
328
1 Juan 2:18-23 304
1 Juan 2:19 225
1 Juan 3:1-3 278
1 Juan 3:2 314
1 Juan 4:1-6 158, 304
1 Juan 4:3 303
lfuan4A 1~
1 Juan 4:7-11 220
1 Juan 4:7-21 276
1 Juan 5:1-3 283
1Juan 5:6 124
1 Juan 5:13 231
1 Juan 5:14-15 280
1 Juan 5:16 175
1 Juan 5:19-21 178
329
Índice
2 Juan 1:7 304
Judas 1:3-13 319
Judas 1:4 191
Apocalipsis 1:8 40
Apocalipsis 1:10 264
Apocalipsis 4: 1-11 52
Apocalipsis 6:15-16 318
Apocalipsis 7:9-10 246
Apocalipsis 19:11-16 . . . . . . . . . . 117
Apocalipsis 20:11-15 319
Apocalipsis 21-22 311
Apocalipsis 21:23 , 103
Apocalipsis 22: 1-5 315
Apocalipsis 22:4-5 104

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  • 1. ¿CONOCE LAS VERDADES FUNDAMENTALES DE LA FE CRISTIANA? n.c. SPROUL CONTIENEUN ESTUDIO PROGRAMADO PORLA FACULTAD LATINOAMERICANA DEESTUDIOS TEOLÓGICOS LA.S.GRA.NDES DOCTRINAS DEleitA BIBLI LAS DOCTRINAS BÍBLICAS EXPLICADAS YORGANIZADAS PARA FACILITAR SU USO ALOS PASTORES YOBREROS CRISTIANOS ISBN 0-7899-0251-6 ImlwII111111~"lml 9 780789 902511 A quellos que deseen internarse profundamente en la fe, pueden comenzar su viaje en estas páginas. ) . Sproul retira la teología de los estantes polvo- rientos de las bibliotecas teológicas y,en un lenguaje claro y sencillo, expone más de cien doctrinas principales. Ofrece a sus lectores un entendimiento básico de la fe cristiana, despertando amor por la verdad eterna, requisito funda- mental para alcanzar la madurez en Cristo. Se encuentran aquí los conceptos bíblicos que todo cristiano debe conocer, desarrollados en explicaciones con un firme respaldo teológico pero escritos de tal manera que todos los podamos entender. Sproul utiliza analogías cotidianas e ilustraciones de la vida contemporánea que hacen este libro interesante, informativo, y fácil de leer. EL AUTOR R. C. Sproul es teólogo, pastor, maestro, y presidente de la iuuta de Lígonier Ministries. Es graduado del Westminster College, del Seminario Teológico de Pittsburg, y de la Universidad Libre de Arnsterdam. En la actualidad, Sproul es profesor de Teología Sistemática en el Seminario Teológico Reformado, en Orlando, y el Seminario Juan Knox, en Fort Lauderdale, Florida. ~~¡ EDITORIAL .UNILIT Producto: 491043 Categoría: Referencia / Ayudas pastorales
  • 3. TABLA DE CONTENIDO Publicado por Editorial Unilit Miarni, FL 33172 en coedición con LaGal, Inc. © 1996 por Looot, Inc. Miami, FL 33186 Traductora: Marcela Robaína Título original en inglés: Essentials truths 01the Christianfaith © 1992 por RC. Sproul Publicado por Tyndale House Publishers, Inc. Wheaton, IlIinois Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción, total o parcial, de esta obra, por cualquier medio, visual o auditivo, sin autorización escrita de los editores. Producto 491043 ISBN 0-7899-0251-6 Impreso en Colombia Printed in Colombia Prefacio v Introducción vii I. LA REVELACIÓN 1 l. La revelación divina 3 2. Paradojas, misterios y contradicciones 7 3. La revelación general inmediata y mediata 11 4. Revelaciones especiales y la Biblia 15 5. La ley de Dios 17 6. Los profetas de Dios 19 7. El canon de la Escritura 21 8. Interpretando la Biblia 25 9. Interpretaciones privadas 29 n. LA NATURALEZA Y LOS ATRIBUTOS DE DIOS 31 10. La incomprensibilidad de Dios 33 11. La triple unidad de Dios 37 12. La preexistencia de Dios 39 13. La omnipotencia de Dios 41 14. La omnipresencia de Dios 45 15. La omnisciencia de Dios 47 16. La santidad de Dios 51 17. La bondad de Dios 53 18. La justicia de Dios 57 m. LAS OBRAS Y LOS DECRETOS DE DIOS 61 19. La creación 63 20. La providencia 67 21. Los milagros 71 22. La voluntad de Dios 75 23. La alianza 79 24. El pacto de las obras 81 IV. JESUCRISTO 83 25. La deidad de Cristo 85 26. La subordinación de Cristo 87 27. La humanidad de Cristo 89 28. La no pecaminosidad de Cristo 93 29. El nacimiento virginal 95 30. Jesucristo como el Unigénito 97 31. El bautismo de Cristo 101 32. La gloria de Cristo 103 33. La ascensión de Cristo 105 34. Jesucristo como el mediador 109 35. El oficio triple de Cristo 111 36. Los títulos deJesús 113 V. EL ESPÍRITU SANTO 119 37. La deidad del Espíritu Santo 121 38. La personalidad del Espíritu Santo 123 39. El testimonio interno del Espíritu Santo 125 40. La iluminación del Espíritu Santo 127 41. El bautismo del Espíritu Santo 129 42. El Espíritu Santo como el Consolador 133 43. El Espíritu Santo como Santificador 135 VI. LOS SERES HUMANOS Y LA CAÍDA 137 44. El conocimiento de uno mismo y el conocimiento de Dios 139 45. Los seres humanos creados a imagen de Dios 143
  • 4. 46. Los seres humanos como cuerpo y alma 145 47. Los seres humanos como carne y espíritu 149 48. Satanás 153 49. Los demonios 157 50. El pecado 159 5l. El pecado original 163 52. La depravación humana 167 53. La conciencia humana 171 54. El pecado imperdonable 173 55. El sincretismo 177 VII. LA SALVACIÓN 179 56. La salvación 181 57. La predestinación 185 58. La predestinación y la condenación 189 59. El llamado eficaz 193 60. El nuevo nacimiento 195 61. La expiación 199 62. La expiación determinada 201 63. El libre albedrío 205 64. La fe 209 65. La fe salvífica 213 66. La justificación por la fe 217 67. Lafeylasobras 219 68. El arrepentimiento 221 69. El mérito y la gracia 223 70. La perseverancia de los santos 225 7 l. La certeza de la salvación 229 72. El estado intermedio 233 73. La resurrección final 237 74. La glorificación 239 VIII. LA IGLESIA Y LOS SACRAMENTOS 241 75. Los apóstoles 243 76. La iglesia 245 77. La marcas de una iglesia verdadera 247 78. La excomulgación 249 79. Los sacramentos 251 80. El bautismo 253 81. La Cena del Señor 255 82. La transustanciación 259 83. El día de reposo 263 84. Los juramentos y los votos 265 IX. LA ESPIRITUALIDAD Y LA VIDA CONTEM- PORÁNEA 269 85. El fruto del Espíritu 271 86. El amor 275 87. La esperanza 277 88. La oración 279 89. El antinomianismo 281 90. El1egalismo 285 91. La función triple delaley 287 92. El percepcionismo 289 93. El gobierno civil 291 94. El matrimonio 295 95. El divorcio 297 X. LOS TIEMPOS POSTREROS 301 96. El anticristo 303 97. La segunda venida de Cristo 305 98. El reino de Dios 307 99. El cielo 309 100. La visión beatífica 313 ]Ol. El infierno 317 Notas 321 Índice de citas bíblicas 323 Cómo establecer un seminario en su iglesia 331 Cómo hacer el estudio 333 Guía del estudio 337 Manual para el facilitador 371 Hoja de calificaciones 405 PREFACIO Orlando, Julio, 1992. Cada cnstiano es un teólogo. Siempre estamos aprendiendo sobre los temas relativos a Dios. No todos somos teólogos en el sentido profesional o académico, pero si somos teólogos, para bien o para mal. Y no se trata de ningún asunto menor el serlo "para mal". La segunda carta de Pedro nos advierte que las herejías destruyen al pueblo de Dios y son blasfemias cometidas contra Dios. Son destructivas porque la teología alcanza todas y cada una de las dimensiones de nuestras vidas. La Biblia declara que como el hombre piense en su corazón, así será el hombre. Esta declaración puede resultar extraña. Es casi como si el escritor bíblico cometiera una equivocación. Parece estar confundiendo la mente con el corazón. Lo usual es que asociemos los pensamientos con la mente y los sentimientos con el corazón. Por lo tanto, ¿qué puede querer significar cuando dice que un hombre piensa en su corazón? La frase pensar en el corazón se refiere a una reflexión meditada. Muchas ideas son barajadas fugazmente por nuestra mente sin penetrar nunca en nuestros corazones. Aquellas ideas que nos atrapen en nuestro fuero más íntimo, sin embargo, serán las ideas que darán forma a nuestras vidas. Somos lo que pensamos. Cuando nuestros pen- samientos son corruptos, nuestras vidas también lo serán. Todos sabemos que hay personas que pueden recitar los credos sin cometer ninguna equivocación y pasar los cursos de teología con las más altas calificaciones mientras viven vidas sin Dios. Una teología sólida y cierta no es condición suficiente para vivir una vida piadosa. Pero es de todos modos un requisito para una vida piadosa. ¿Cómo podemos hacer la verdad sin antes comprender lo que es la verdad? Ningún cristiano puede eludir la teología. Todos los cristianos tienen una teología. La cuestión, entonces, no se trata sobre si deseamos tener una teología. Eso ya debe ser dado por hecho. El fondo de la cuesti6n es: ¿contamos con una teología sólida y cierta? ¿Abrazamos una doctrina verdadera, o acaso una falsa? Este libro no se trata de un libro de texto sobre teología formal. Es una introducción para los laicos sobre las doctrinas fundamer-
  • 5. Las grandes doctrinas de la Biblia tales del cristianismo. Para comprender el mensaje de la Biblia es necesario que primero comprendamos los conceptos utilizados para trasmitir este mensaje. Por lo tanto, el propósito de este libro será el de introducir al lector en los conceptos claves que juntos conforman el mensaje bíblico. Cada concepto es expuesto en porciones breves muy digeribles. Se agregan referencias bíblicas sugeridas para dar más cuerpo al tratamiento esquemático de cada concepto. Se trata de un libro básico y elemental. Ha sido diseñado para ser simple pero no simplista. He intentado cristalizar en unas pocas páginas la esencia de los conceptos teológicos, cada uno de los cuales podría ser desarrollado en sendos volúmenes independientes para enten- derlos cabalmente. Quienes lean y estudien este libro no se convertirán en exper- tos en teología. Pero se familiarizarán con los conceptos claves que constituyen el marco de una teología a gran escala. Espero que este libro motive a quienes lo lean para realizar un estudio más profundo de teología, una empresa para toda la vida. Deseo agradecer a Wendell Hawley de Tyndale House por haber sugerido esta empresa, a Donna Mack por preparar el manuscrito, a David Freeland por su ayuda con las gráficas, y a mi hijo, R. c., por su capacidad editorial. vi INTRODUCCIÓN En la década de los ochenta, la organización Gallup realizó un estudio masivo y completo sobre la religión en los Estados Unidos de América. Aunque los indicadores y las tendencias más mar- cadas de este estudio fueron publicadas y evaluadas en diversas revistas, las montañas de información que se recogieron no se hicieron públicas. George Gallup entregó esta información a Christianity Today, quienes a su vez seleccionaron a algunos pocos teólogos para que examinaran y evaluaran el significado de la información. Yo me encontraba en ese pequeño grupo que tuvo el privilegio de analizar la totalidad de la información. Los resultados del estudio son tan aterradores como reve- ladores. Entre los elementos más significantes estaban los siguien- tes: (l) más de sesenta millones de estadounidenses afirmaron haber tenido una experiencia de conversión personal, y (2) un porcentaje extraordinariamente alto de estadounidenses dijeron que creían que la Biblia era la Palabra de Dios. " Como contrapartida a estas afirmaciones, sin embargo, estaba la revelación clara de que los estadounidenses, aun en el caso de evangélicos, eran desgraciadamente ignorantes del contenido de la Escritura y todavía más ignorantes de la historia del cristian- ismo y la teología cristiana clásica. Posiblemente lo más alar- n:ante fuera el tomar conciencia de que la masa de personas que dicen tener una fe bíblica inciden poco y nada sobre las estructuras y valores de la cultura estadounidense. Por ejemplo, algunos estudios recientes sobre la ética sexual y el tema del aborto sugieren que la diferencia entre el comportamiento de cristianos evangélicos y los que no lo son es insignificante. En otras palabras, el mensaje transparente de estos estudios es que la "fe" cristiana produce una pequeña diferencia o ninguna diferencia en la vida de las personas y en la cultura estadounidense. La medida en que estos estudios sean un reflejo exacto de la realidad es un tema para el debate. ¿Cómo es esto posible? Una explicación viene pronto a nuestras mentes. Es posible que muchos de los que dicen haber tenido una experiencia de conversión estén equivocados o min- tiendo sobre su conversión. Sin embargo, si solo la mitad de los vii
  • 6. Las grandes doctrinas de la Biblia que afirman haber tenido un nuevo nacimiento son efectivamente regenerados, debemos llegar a la conclusión de que los Estados Unidos ha experimentado un avivamiento más extendido que el Gran Avivamiento. Si dicho avivamiento ha tenido lugar, debemos preguntarnos entonces por qué hay tan poca evidencia de su impacto sobre la cultura. Parecería ser que tuvimos un enorme avivamiento sin prác- ticamente ninguna transformación de nuestras costumbres y en nuestra vida. Es más, la discrepancia que surge entre el avivamiento y la transformación en nuestras vidas sería la mayor en la historia del cristianismo. Dicho avivamiento es mera ficción. Es espurio. No se trata de la verdadera fe bíblica que ha sido "resucitada". Una perspectiva más optimista sobre esta anomalía sería la que explicamos a continuación. La razón principal por la que observamos tan poca evidencia del impacto de este avivamiento sobre la vida y la cultura es porque todavía es demasiado temprano para discernirlo. Las millones de personas que han nacido de nuevo están todavía en su infancia espiritual. Cuando alcancen una madurez espiritual sin duda que entonces se sentirá su impacto sobre la nación. En la cultura secular, los adolescentes tienden a tener un poderoso impacto en la formación de valores, pero no tan grande como el impacto de aquellos adultos que ocupan posiciones de poder y de influencia. Los niños, sin embargo, no ejercen prácti- camente ningún impacto sobre la formación de valores culturales. Su voz no es escuchada, salvo cuando lloran pidiendo más leche. Los niños no han desarrollado su pensamiento y sus habilidades hasta alcanzar un nivel que haga que sus familias o la comunidad que los rodea busquen su consejo. Deben maduran, deben con- vertirse en mayores de edad, antes de ocupar puestos de liderazgo dentro de sus familias y comunidades. Nuestra esperanza es que quienes permanecen en una infancia espiritual finalmente crezcan en madurez y produzcan un fuerte impacto sobre la familia, la comunidad, la nación y el mundo. Hasta el momento esto no ha sucedido. Puede ser que nunca suceda. Pero para que un avivamiento y un cambio de vida verdaderamente espiritual tengan lugar es necesario superar varias barreras. Y comprenderlas es crucial para el cristiano. A continuación expongo algunas breves notas sobre diez causas que nos desvían de la meta cristiana de madurez espiritual. Yll introducción Las presentaré por separado, definiéndolas a cada una en cular. Causa 1: El error de la fe como la de un niño En algunos círculos cristianos el llamado bíblico a tener una fe como la de un niño ha sido elevado a un ideal espiritual que distorsiona radicalmente el significado bíblico de la fe. El Nueve Testamento describe el adoptar cierta fe como la de un niño corno una virtud. Jesús dijo que "el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él" (Marcos 10:15). ¿Pero de qué se trata esta fe como la de un niño? La palabra como sugiere algún tipo de analogía. La analogía es obvia. Del mismo modo que los hijos confían en sus padres y creen 10 que sus padres les dicen, así también nosotros debemos confiar en Dios. La vida de un niño depende de la confianza que deposite en el cuidado de sus padres. Cuando un bebé que recién comienza a caminar se acerca con curiosidad a las llamas de una estufa, sus padres le dirán: "[No!" No hay tiempo para explicar las leyes de la energía térmica, y además dichas explicaciones sofisticadas no serían entendidas por el niño. Sin embargo, en la medida que los hijos comienzan a crecer, su capacidad para confiar en el liderazgo de sus padres comienza a desvanecerse. Poco tiempo después comenzarán a preguntar el porqué, y tarde o temprano, estarán en franco desafío. Dicho desafío no tiene cabida en el reino de Dios. Los hijos de Dios deben permanecer siempre en esa actitud que caracteriza a un niño, maravillados por su Padre celestial y confiados en Él. Se trata aquí de un ejercicio apropiado de fe implícita. Dios merece nuestra confianza implícita. Sería una tontería y una imprudencia no confiar en Dios implícitamente. Dios en su totali- dad es digno de confianza. El cristiano maduro nunca perderá esta fe similar a la de un niño. Hay una diferencia muy grande sin embargo entre una fe como la de un niño y una fe infantil, aunque muchas personas en ocasiones las confundan entre sí. Una fe infantil se echa para atrás si tiene que aprender sobre Dios en profundidad. Rechaza la carne del evangelio y se aferra a una dieta únicamente de leche. Por dicho motivo, este cristiano infantil recibe una amonestación: Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los ix
  • 7. Las grandes doctrinas de la Biblia primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el elemento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal (Hebreos 5:12-14). El llamado del Nuevo Testamento es a la madurez. El apóstol Pablo dice: "Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño" (1 Corintios 13:11). Pablo vuelve a diferenciar la forma en que hemos de permanecer como bebés y la forma en que hemos sido llamados a comportamos como adultos. Dice: "Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar" (1 Corintios ]4:20). Causa 2: El temor al escepticismo teológico La subcultura cristiana padece de una profunda desconfianza hacia la teología. En muchos casos esta aversión a la teología obedece a una desconfianza hacia los teólogos. 1. V. Langmead Casserley, el eminente apologista anglicano, dedicó un capítulo entero de su libro Apologetics & Evangelism ("Apologética y Evangelismo") al tema, "La traición de los inte- lectuales"l.Casserley observó que la creciente desconfianza por parte del público cristiano hacia los teólogos ha sido provocada por el escepticismo radical hacia la Biblia y el cristianismo histórico que los eruditos del criticismo moderno manifiestan. Fueron los teólogos dentro de la iglesia los primeros en declarar que Dios estaba muerto. Los profesores de seminarios y profeso- res de facultades cristianas son las voces que más se escuchan atacando la confiabilidad de las Escrituras. A comienzos de este siglo el teólogo holandés Abraham Kuyper señaló que "la crítica bíblica se ha convertido en el vandalismo bíblico". Es indudable que muchos de los seminarios teológicos en los Estados Unidos se han convertido en ciudadelas del descreimien- to. Los padres cristianos se sorprenden y se desconciertan cuando sus hijos regresan a sus hogares de las así llamadas facultades "cristianas" cargados con las dudas y el escepticismo que han aprendido de sus profesores. La reacción a esta traición teológica x Introducción teológica suele ser: "Si esto es a lo que conduce el estudiar teología, más vale abandonar cualquier intento". No hay duda de que la mala teología existe. No hay duda de que el estudio profundo de la teología expone al estudiante a la crítica escéptica. No hay duda de que mucho de lo que pasa por ser teología cristiana no es más que el mero intento del teólogo por justificar su propio descreimiento. Sin embargo, debemos recordar que aunque la teología escép- tica cunda por doquier en nuestras instituciones, su presencia no es nueva. Los principales opositores de Jesús durante su ministe- rio en esta tierra pertenecían a la clase clerical. Los teólogos en los días de Jesús odiaban la teología de Jesús. Pero el rechazar a toda la teología y a la educación teológica para evitar la mala teología es cometer un suicidio espiritual. Es el ejercicio de otro tipo de traición. Rechazar la teología es rechazar el conocimiento de Dios. Y esta no es una opción abierta para el cristiano. Causa 3: El error de la creencia fácil La creencia fácil es una forma moderna de antinomianismo, una antigua herejía. Afirma que una vez que una persona ha tomado una decisión por Cristo o ha orado para recibir a Jesús como su Salvador, ya no es necesario que lo acepte como Señor. No existe ningún tipo de requisitos legales que obliguen a ese cristiano. Hay algunos pocos profesores cristianos, si realmente es que existen, que afirman que la persona que acepta a Cristo como Salvador no debería aceptarlo también como Señor. En lugar de hacer esto, animan a dicho "cristiano carnal" a convertirse en más espiritual y obediente. Pero se echan atrás antes de declarar que es necesario aceptar a Cristo como Señor para obtener la salvación. De hecho, insisten en que este requisito no es necesario para alcanzar la salvación. Permiten la realidad de un cristiano carnal. Este tipo de antinomianismo está tan extendido en el mundo evangélico que hasta puede constituir una mayoría. La controver- sia de estos días sobre "señorío de Cristo" en la salvación se centra en esta cuestión. Recientemente un pastor me habló sobre un hombre joven de su congregación que estaba usando drogas y viviendo una relación ilícita con su novia. El pastor intentó aconsejar a dicho joven con respecto a su estilo de vida. El hombre le contestó con naturalidad: "Está todo bien, pastor. Yo soy un cristiano carnal". Xl
  • 8. Las grandes doctrinas de la Biblia Ser un cristiano significa ser un discípulo de Cristo, en el sentido bíblico de la palabra. Un discípulo es un "estudiante". Se ha matriculado en la escuela de Cristo. El discípulo, como el nombre mismo así 10 sugiere, ha sido llamado para seguir un estudio disciplinado de las cosas de Dios. Causa 4: El neo-monasticismo El movimiento monástico en la historia de la iglesia consistió en la glorificación del aislamiento de este mundo. Aquellas personas que huían hacia los claustros estaban buscando refugio de las influencias nefastas de esta sociedad maligna. El monasterio era un puerto seguro para quienes buscaban la pureza espiritual. Hubo muchas personas que ingresaron en la vida monástica para seguir una vida de oración o de devoción espiritual. Para otros, fue una oportunidad para dedicarse al estudio en reclusión. Pero había un elemento en el monasticismo clásico que hoy está ausente en el neo-monasticismo: la devoción hacia la erudición teológica. Cuando hablo sobre el neo-monasticismo, hago referencia a la tendencia presente en algunos evangélicos de "abandonar" este mundo. Estoy describiendo tanto una actitud como un estilo de vida. Se trata de un tipo de negación del mundo que implica muchísimo más que un rechazo a la mundanalidad. Implica un rechazo al mundo como el ruedo principal donde se desarrolla la actividad cristiana. Restringe la actividad del cristiano a un gueto espiritual. Incluye un rechazo voluntarioso del estudio de cualquier cosa que no sea claramente "evangélica". Recuerdo mi segundo año de vida cristiana. Estaba en mi segundo año en la facultad y durante una clase sobre filosofía occidental toda mi alma fue sacudida. El profesor estaba diser- tando sobre un ensayo escrito por San Agustín. La disertación abrió mi mente a todo un horizonte nuevo de entendimiento del carácter de Dios. Por ser un cristiano joven deseaba profundizar en mi fe. La obra de Agustín y de otros como él me parecía ser de enorme ayuda hacia ese fin. Decidí cambiar de carrera para graduarme en filosofía en lugar de Biblia. Cuando hice dicho cambio fui casi expulsado del conjunto de evangélicos en nuestra universidad. Mis amigos estaban escandalizados por mi aparente apostasía. Perdí la cuenta de la cantidad de veces que me citaban el versículo de Colosenses xii Introducción 2:8, "Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas". La reacción de mis compañeros me confundía tanto como me dolía. Había decidido estudiar filosofía para fortalecer mi cono- cimiento de Dios, no para debilitarlo. Aunque ya no estaba en el curso de Biblia, esto no significaba que había rechazado a la Biblia o que había dejado de estudiarla. No podía caber en mi cabeza cómo era posible estar preparados para evitar ser engañados por algo sin antes haber tomado conciencia sobre qué consistía ~se algo. Mis estudios de filosofía secular sirvieron para acrecentar mi aprecio por las profundidades y las riquezas encerradas en las cosas reveladas en las Escrituras. Y además me proporcionaron un entendimiento de las herramientas cruciales para la tarea cristiana de apologética. Nunca se cruzó por mi mente que de- bíamos abandonar al mundo para dejarlo en manos de Jospaganos. El nco-monasticismo engendra la ignorancia -la ~ .- no solo de la cultura y de las ideas que conforman nuestra ,-,uHUd.eL sino también la ignorancia de la teología. Demuestra más una falta de fe que una fortaleza de fe. Los efectos del neo-monasticismo son catastróficos. Al tomar la retirada y no comprometernos con el mundo hemos sufrido la derrota por omisión. Nos agarramos la cabeza al contemplar la secularización de la cultura estadounidense y nos preguntamos cómo puede ser que haya sucedido. Causa 5: El temor a las controversias La teología engendra controversias. De esto no cabe la menor duda. Siempre que se estudie teología, inevitablemente surgirán discusiones a continuación. Todos deseamos mantener relaciones signadas por la paz y la unidad. También comprendemos que la Biblia nos prohibe el ser contenciosos, el provocar divisiones, el ser discutidores, y el emitir juicios con ligereza. Debemos mani- festar el fruto del Espíritu, el cual incluye la benignidad, la mansedumbre, la paciencia y la bondad. Nuestro razonamiento entonces sigue este curso: si hemos de evitar el tener un espíritu discutidor y mostrar el fruto del Espíritu, entonces debemos evitar el estudio de la teología. Existe axioma generalizado que expresa: "Nunca se debe discutir sobre religión ni política". Este axioma ha sido elevado a un sitial preferencia por la sencilla razón que las discusiones sobre xiii
  • 9. Las grandes doctrinas de la Biblia o política suelen generar más calor que iluminación. Estamos cansados de la caza de brujas, de la discusión de cosas menores, de las persecuciones, y hasta de las guerras que han comenzado por controversias teológicas. Sin embargo, la controversia siempre acompaña al com- promiso teológico. John Stott, en un libro titulado Christ the Controversialist2 ("Cristo, el controversial"), afirmó algo que debería resultar obvio a cualquiera que lea la Biblia -la vida de Jesús estuvo envuelta en una tormenta de controversias. Los apóstoles, como antes también le había sucedido a los profetas, no podían pasar un día de sus vidas sin controversias. Pablo dijo que discutía todos los días en el mercado. Eludir la controversia es eludir a Cristo. Podremos tener paz, pero será una paz ob- secuente y carnal mientras la verdad sea pisoteada en las calles. Hemos sido llamados a evitar las controversias impías, sin Dios. Hemos sido llamados a tener controversias piadosas, con Dios. Un aspecto positivo de las controversias cristianas es que los cristianos tienen la tendencia a discutir entre sí sobre teología porque comprenden que la verdad, especialmente la verdad teológica, tiene consecuencias eternas. Las pasiones afloran por- que lo que está enjuego es muy valioso. Las controversias impías surgen con frecuencia no porque los combatientes sepan mucho sobre teología sino porque saben demasiado poco. No disciernen la diferencia entre temas contun- dentes de disputa y detalles menores que nunca deberían ser motivo de división entre nosotros. Tenemos otra máxima: "Tener poco conocimiento sobre algo es muy peligroso". El que se detiene a discutir nimiedades es el estudiante de teología in- maduro. Es el teólogo que todavía no terminó su entrenamiento el que rebosa confianza en sí mismo e insensibilidad, y el que es discutidor. Cuánto más uno se adentra en el estudio de la teología, uno más discierne cuáles son aquellos temas negociables y toler- ables y cuáles son aquellos temas que demandan toda nuestra fuerza para defenderlos. Causa 6: El espíritu antirracional de nuestra época Creo que estamos viviendo en la época más anti-intelectual que haya conocido la historia del cristianismo. No quiero decir anti- académica, ni anti-tecnológica ni anti-científica. Por anti-intelec- tual entiendo contra la mente. xiv Introducción . Vivimos en un período que es alérgico a la racionalidad. La influencia de la filosofía existencialista ha sido masiva. Nos ~~mos convertido en una nación sensual. Hasta nuestro propio idioma lo refleja. Mis estudiantes en el seminario repetidas veces se expresan del siguiente modo en sus exámenes: "Siento que está mal.." o "Sient~ que es verdad..." Siempre les tacho la palabra S/I'/I{O y la sustituyo por la palabra pienso. Hay una diferencia entre sentir y pensar. En la re cristiana hay una primacía de la mente. También ul~a primacía del corazón en la fe cristiana. Sin duda que estas dos ah rrnacioncs paradójicas parecen ser contradictorias. ¿Cómo es posible que cxrstan dos primacías? Debe existir una que prime sobre la otra. Es obvio que no podemos tener dos primacías distintas aI mismo tiempo yen la misma relación. Lo que ocurre es que cuando hablo de dos primacías distintas, quiero decir que son con respecto a dos temas distintos. Con respecto a la primacía en cuanto a la importancia, el corazón viene primero. Si tengo la doctrina conecta en mi oen- samiento pero no tengo el amor a Cristo en mi corazón, me he perdido e}rein~ d~ Dios. Es extremadamente más importante que rru corazon este bien delante de Dios que mi teología sea impeca- blemente correcta. . Sin embargo, para que mi corazón esté bien, existe una pnmacía del intelecto en término de orden. No puede haber nada en mi corazón que no haya estado primero en mi pensamiento. ¿Cómo es posible amar a un Dios o a un Jesús del cual no comprendo nada? Cuanto más llegue a comprender el carácter de Dios, más será mi capacidad para amarlo. Dios se revela a sí mismo en un libro. Ese libro ha sido escrito en palabras. Transmite conceptos que deben ser comprendidos por la mente. Seguramente que algunas cosas permanecerán como misterios. Pero el propósito de la revelación de Dios es que la comprendamos con nuestras mentes para que pueda penetrar en n~estros corazones. Despreciar el estudio de la teología es despre- CIar aprender sobre la Palabra de Dios. ~ Causa 7: La seducción de la mundanalidad Es bueno recordar que el primer desvío que Cristiano encontró el' su cam.ino al cielo en El progreso del peregrino, de John Bunyan, sobrevino cuando Cristiano fue seducido por el consejo del Sr. xv
  • 10. Las grandes aoctrtnas ae la tsioua Sabio Mundano'. El Sr. Sabio Mundano no se llamaba Sr. Falso Teólogo, si bien enseñaba una falsa teología. Podemos entender cómo la mundanalidad nos seduce en términos de sensualidad, materialismo, hedonismo, y otros del mismo calibre. Pero una de las fuerzas seductivas más poderosas del mundo secular es la tentación a adoptar la idea sobre la verdad actualmente popular en la cultura estadounidense. En su libro The Closing ofthe American Mind ("El cierre de la mente americana',4, Allan Bloom ha documentado cómo la educación moderna ha adoptado casi universalmente el relativ- ismo como su epistemología vigente. La mente estadounidense se ha cerrado a la verdad objetiva que puede ser conocida racional- mente. El relativismo es en última instancia irracional. Decir que la verdad es relativa no tiene ningún sentido. Es una afirmación imposible de ser verdadera. La afirmación "Toda verdad es rela- tiva" sería a su vez relativa y no tendría ningún valor como verdad. Este marco mental, o mejor dicho, este marco mental anti-in- telectual de la educación secular se ha infiltrado y casi conquis- tado al mundo evangélico. Los evangélicos se sienten sublime- mente encantados al poder afirmar ambos polos de estas ideas contradictorias que les permite aceptar teologías radicalmente inconsistentes y mutuamente excluyentes. Para ser más precisos, los evangélicos no llaman a esto relativismo o subjetivismo. Esta filosofía es bautizada y espiritu- alizada detrás de un fino velo de jerga religiosa. La "guía del Espíritu" se ha convertido en la licencia para una multitud de pecados epistemológicos. Las personas son "guiadas por el Espíritu" para llevar a cabo actos expresamente prohibidos por las Escrituras. Pero esta guía subjetiva puede tener más valor que las Escrituras porque la verdad es relativa. La afirmación de con- tradicciones irracionales (una redundancia) se justifica por apelacio- nes a un "orden superior de lógica" que se encuentra en la mente de Dios. Si buscamos un entendimiento coherente, lógico, consistente, y racional de la Biblia, se nos acusa inmediatamente de adorar en el templo de Aristóteles. Como la filosofía del racionalismo ha sido con frecuencia hostil al cristianismo, huímos de cualquier cosa que remotamente se asemeje al racionalismo. Como el cristianismo tiene la verdad que la razón por sus propios esfuerzos especulativos no puede descubrir, suponemos que hasta la razón XVI Introduccion misma es negociable. El cristianismo no es racionalismo. Pero es racional. Puede contener la verdad más allá de lo que la razón pueda ser capaz de sondear. Pero es más que racional, no menos. Se trata de una virtud, no de una desventaja para buscar un entendimiento coher- ente de la Palabra de Dios. La Palabra de Dios no es irracional. Fue diseñada para ser comprendida por la mente. Causa 8: La sustitución pietista de la devoción por el estudio ¿Es posible que la lectura devocional de la Biblia sea un impedi- mento para el crecimiento cristiano? Si se convierte en un sustituto del estudio serio de la Biblia, contesto categóricamente que sí. Debo hacer una concesión, sin embargo, y se trata de que no estoy totalmente seguro si entiendo la diferencia que existe entre la "lectura devocional de la Biblia" y el estudio bíblico serio. El estudiar la Biblia en serio es en sí un acto devocional. C. S. Lewis en cierta oportunidad señaló: Este libro es algo así como un experimento. Su traducción está dirigida al mundo en su totalidad, y no solamente a los estudiantes de teología. Si tiene éxito, es posible que le sucedan otras traduc- ciones de otros grandes libros cristianos. En un sentido, por supuesto, no es la primera traducción en este campo. En el mercado podemos encontrar traducciones de la Theologia Ger- manica, la Imitación, La Escala de la Perfeccián, y Las Revelacio- nes de Lady lulian de Norwich, todas ellas muy valiosas si bien no todas con el mismo grado de altura académica. Pero conviene señalar que todos estos libros son de devoción y no de doctrina. Pero, ahora bien, el laico o el aficionado debe ser instruido además de ser exhortado. En los días que corren su necesidad de cono- cimiento es apremiante. Tampoco es mi intención admitir que exista ningún tipo de división marcada entre estos dos tipos de libro. Personalmente, tiendo a encontrar los libros doctrinales de mucha más ayuda en la devoción que los libros propiamente devocionarios, y me inclino a pensar que esta misma experiencia es compartida por muchos otros. Creo que muchas personas que encuentran que "no pasa nada" cuando se sientan, o se arrodillan, frente a un libro devocional, descubrirían que su corazón xvii
  • 11. Las grandes doctrinas de la Biblia comienza a cantar sin que nadie se lo pida mientras tratan de descifrar un pasaje difícil de teología, con una pipa entre sus dientes y sosteniendo un lápiz en sus manos s. Hay muchas ayudas disponibles para las lecturas diarias devocionales. Aquellas personas que leen la Biblia todos los días durante quince o veinte minutos son una minoría. Aunque sin duda que quince minutos de lectura diaria de la Biblia es mejor que ninguna lectura. El problema surge cuando pensamos que podemos sondear las profundidades de las Escrituras con un simple régimen de quince o veinte minutos diarios. Muy pocas disciplinas pueden ser dominadas con ese lapso de atención tan breve. Para crecer en el entendimiento maduro de la Palabra de Dios se requiere un esfuerzo más concertado que el que puede ser logrado por breves períodos de lectura devocional. La lectura devocional es un gran complemento al estudio en serio pero no constituye un sustituto a dicho estudio. Un estudio de las referencias bíblicas al final de cada capítulo de este libro, y el comentario que se hace de las mismas dentro de los capítulos, puede resultar un excelente comienzo para dicho estudio en serio. Causa 9: la pereza Karl Barth en cierta ocasión señaló que los tres pecados primarios y más básicos de la humanidad caída son el orgullo, la deshones- tidad y la pereza. No estoy seguro que Barth estuviera en lo correcto al jerarquizarlos de esta manera, pero no cabe duda que son pecados severos sobre los que la Biblia tiene mucho que decir. Si debido a nuestra naturaleza caída tenemos una inclinación pronunciada hacia la pereza, debemos estar en guardia para evi- tarla. No es para nada seguro el presuponer que el nuevo nacimiento nos librará inmediata y completamente de ser pere- zosos. No nos curamos más instantáneamente de la indolencia que lo que nos curamos del orgullo o la deshonestidad. La vida cristiana demanda un arduo trabajo. Nuestra santifi- cación es un proceso en el que somos colaboradores de Dios. Contamos con la promesa de la ayuda de Dios en nuestra labor, pero su ayuda divina no anula nuestra responsabilidad para asumir el trabajo. "Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, xviii Introducción porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Filipenses 2:12-13). Esta ocupación no es algo que nos redunde en méritos o nos gane nuestra justificación. Es la obra que sigue a la justificación, la consecuencia de la fe. Los cristianos perezosos permanecerán siempre inmaduros porque no se dedican a un estudio diligente de la Palabra de Dios. Con frecuencia suelo sorprender a mis estudiantes en el seminario cuando les digo que los errores teológicos son pecados. Este cargo les resulta demasiado fuerte ya que presuponen que no puede existir ninguna culpabilidad moral si alguien comete un error. Yo argumento que la razón primaria por la que malinterpre- tamos la Biblia no es porque el Espíritu Santo ha fracasado en su labor, sino porque nosotros hemos fracasado en llevar a cabo nuestra labor. No alcanzamos a amar a Dios con toda nuestra mente y descuidamos nuestra responsabilidad de dedicarnos a un estudio riguroso de las cosas de Dios. Causa 10: la desobediencia Es posible que no sea del todo exacto incluir a la desobedien- cia como una influencia causal independiente en nuestro fracaso para crecer en madurez, ya que está implícita en todas las demás. La enumeramos, entonces, como un resumen genérico de todas las demás. Si bien hemos considerado un número de razones por las que los cristianos a veces descuidan el estudio de la teología, existen al mismo tiempo varias razones positivas importantes para em- barcarnos en dicho estudio. Es imperativo que superemos cualquier tipo de obstáculos que se interpongan en nuestro camino mientras perseguimos diligentemente un entendimiento teológico en más profundidad. La teología alimenta al alma Para que el alma de una persona se inflame con la pasión por el Dios vivo, la mente de esa persona debe informarse primero sobre el carácter y la voluntad de Dios. No puede haber nada en el corazón que antes no haya estado en la mente. Aunque es posible tener una teología en la mente sin que ella nos traspase el alma, no puede traspasarnos el alma si antes no la aceptamos con la mente. XIX
  • 12. Las grandes doctrinas de la Biblia El entendimiento intelectual de la doctrina es una condición necesaria para el crecimiento espiritual. Sin embargo, no es una condición suficiente para dicho crecimiento. Una condición ne- cesaria es una condición que debe estar presente para que un resultado buscado tenga lugar. Sin ella, el resultado sería imposi- ble. Por ejemplo, el oxígeno es una condición necesaria para que haya fuego. Sin embargo, la simple presencia de oxígeno no es suficiente para garantizarnos que se produzca un fuego. Esto es una suerte para nosotros, ya que de lo contrario el mundo estaría en llamas si el oxígeno automáticamente produjera fuego. El oxígeno es por lo tanto necesario para producir fuego, pero en sí mismo no es suficiente para producir fuego. Del mismo modo que el oxígeno es necesario pero no alcanza con su presencia para prender un fuego, así también la doctrina es necesaria pero no suficiente para encender un fuego en nuestros corazones. Sin la operación de la gracia del Espíritu Santo en nuestros corazones, la sola presencia de la doctrina nos dejará helados, no importa cuán buena sea esta doctrina. Dios nos manda a ser diligentes en el estudio La segunda razón positiva para buscar un conocimiento de la teología es que Dios, que es el tema central de la teología, nos manda progresar en el entendimiento doctrinal. Debemos seguir la exhortación de Pablo de "dejar lo que era de niño" (1 Corintios 13:11) para poder seguir adelante hacia la meta del entendimiento cristiano. Con respecto a la malicia debemos ser como bebés, pero con respecto al entendimiento debemos buscar alcanzar la madurez de un adulto (l Corintios 14:20). No haremos esto para convertirnos en arrogantes y estar orgullosos de nuestro propio conocimiento, sino para crecer en la gracia. Un entendimiento maduro es el fundamento para una vida madura. Crecer en el conocimiento de Dios es un gran gozo y un privilegio. Es algo que nos encanta. Pero es algo más que un privilegio; es también un deber. Dios nos manda crecer en la plenitud de Cristo. Consideremos el Shema del Israel del Antiguo Testamento: Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando xx Introducción en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas (Deuteronomio 6:4-9). En el corazón de este mandamiento sagrado está el deber solemne de aprender la ley de Dios, de dominar su revelación. No se trata de una empresa alegre e informal. Dominar la Palabra de Dios es sumergirse profundamente en el estudio de la teología. Debemos recordar al lector que es posible tener una teología buena sin tener una vida buena. Pero no es posible tener una vida buena si no contamos con una teología buena. En este sentido, la teología debe ser vista como una ciencia abstracta. Se trata de un asunto de vida o muerte, de un asunto de vida eterna o muerte eterna. La intención de este libro es ser una guía de viaje para recorrer los temas de vida o muerte que aparecen en el paisaje teológico. xxi
  • 14. LA REVELACiÓN DIVINA Todo lo que conocemos sobre el cristianismo nos ha sido revelado por Dios. Revelar significa "quitar el velo". Implica el retirar la cubierta de algo que estaba oculto. Cuando mi hijo estaba creciendo, desarrollamos una tradición anual para festejar su cumpleaños. En lugar de seguir el procedi- miento normal de repartir los regalos, lo hacíamos mediante una modalidad que era nuestra versión casera del programa televisivo de entretenimientos "Hagamos un trato". Escondía sus regalos en lugares secretos tales como un cajón, o debajo del sillón, o detrás de una silla. Luego le daba opciones: "Puedes tener lo que está en el cajón del escritorio o lo que está en mi bolsillo". El juego aicanzaoa su Clímax cuanóo llegáDamos al "gran trato óel ÓÍa". Colocaba en fila a tres sillas que cubría con una manta. Cada manta ocultaba un regalo. Una de las sillas tenía un pequeño regalo, la segunda silla tenía su regalo más grande, y la tercer silla tenía una muleta que había utilizado cuando se fracturó la pierna a los siete años. ¡Por tres años consecutivos mi hijo eligió la silla que tenía la muleta! (Siempre terminaba permitiéndole canjear la muleta por el verdadero regalo.) Al cuarto año, él estaba resuelto a no elegir la silla con la muleta debajo de la manta. Esta vez oculté su regalo grande junto con la muleta y dejé que la punta de la muleta asomara por debajo de la manta. Al ver la punta de la muleta, evitó elegir esa silla. [Nuevamente lo había atrapado! La diversión del juego consistía en adivinar dónde estaba escondido el tesoro. Pero se trataba únicamente de adivinar, de pura especulación. El descubrimiento del tesoro verdadero no podía concretarse hasta tanto la manta no hubiera sido retirada y el regalo quedara al descubierto. Lo mismo sucede con nuestro conocimiento de Dios. La especulación ociosa sobre Dios es tarea para un tonto. Si desea- mos conocerle en verdad, debemos confiar en lo que Él nos dice sobre sí mismo. La Biblia nos indica que Dios se revela a sí mismo de diversas maneras. Despliega su gloria en la naturaleza y por medio de la 3
  • 15. Las grandes doctrinas de la Biblia naturaleza. En los tiempos antiguos se reveló por medio de sueños y de visiones. La marca de su providencia está demostrada ~n las páginas de la historia. Se revel~ a sí mismo ~~ las Escnt~ras inspiradas. Y podemos ver el zemt de su revelacI~n en,!esucrlsto que se hizo hombre -lo que los teólogos denomman la Encar- nación". El autor de la epístola a los Hebreos escribe: Dios habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo (Hebreos 1:1-2). Si bien la Biblia habla de las "muchas maneras" en que Dios se ha revelado a sí mismo, debemos distinguir entre dos tipos principales de revelación -la general y la especial. La revelación general se llama "general" por dos razones: (1) es general en cuanto a su contenido, y (2) ha sido revelada a un público en general. El contenido general . La revelación general nos provee del conocimiento de que I?lOS existe. "Los cielos declaran la gloria de Dios", nos dice el salmista. La gloria de Dios la vemos desplegada en la obr~ de sus ~anos. Este despliegue es tan claro y manifiesto que mnguna cnatura puede dejar de apreciarlo. Nos revela la deidad y el poder eterno de Dios (Romanos 1:18-23). La revelación en la naturaleza no nos brinda una revelación completa de Dios. No nos brinda la infor- mación sobre Dios el Redentor que encontramos en la Biblia. Pero el Dios revelado en la naturaleza es el mismo Dios revelado en las Escrituras. El público en general No todas las personas en el mundo han leído la Biblia o escuch~do la proclamación del evangelio. Pero la luz de la n~tur~leza bnlla sobre cada uno en cualquier lugar y en cualquier ~Iempo. La revelación general de Dios tiene lugar todos los días. El nu~ca se queda sin ningún testigo. El mundo visible es como un espejo que refleja la gloria de su Hacedor., . . El mundo es el escenario de Dios. El es el actor principal que aparece al principio y en el centro. No puede caer ningún telón 4 La revelación divina que oscurezca su presencia. De una simple mirada a la creación podemos saber que la naturaleza no es su propia madre. No hay nada de "madre" en la Madre Naturaleza. La naturaleza en sí misma no tiene ningún poder para producir ningún tipo de vida. En sí misma, la naturaleza es estéril. El poder para producir la vida reside en el Autor de la naturaleza -Dios. El sustituir la natura- leza como la fuente de vida es confundir a la criatura con el Creador. Cualquier forma de adoración de la naturaleza es un acto de idolatría y como talle resulta detestable a Dios. Debido a la fuerza de la revelación general, todos los seres humanos saben que Dios existe. El ateísmo consiste en la nega- ción lisa y llana de algo que se sabe ser cierto. Por eso es que la Biblia dice: "Dice el necio en su corazón: No hay Dios" (Salmo 14:1). Cuando las Escrituras tratan de este modo al ateo, llamán- dolo "necio", le están haciendo un juicio moral. Ser un necio en términos bíblicos no es ser de pocas luces o ser poco inteligente; es ser inmoral. Así como el temor de Dios es el principio de la sabiduría, la negación de Dios es el colmo de la necedad. DIOS Revelación Seres humanos El agnóstico, asimismo, niega la fuerza de la revelación general. El agnóstico es menos estridente que el ateo; no niega de manera tajante la existencia de Dios. Sin embargo, el agnóstico declara que no hay evidencia suficiente para decidirse por una cosa u otra con respecto a la existencia de Dios. Prefiere dejar su juicio en suspenso, dejar la cuestión sobre la existencia de Dios con un signo de interrogación. Sin embargo, a la luz de la claridad de la revelación general, la postura que asume el agnóstico no es menos detestable para Dios que la del ateo militante. Pero para todo aquel cuya mente y corazón estén abiertos, la gloria de Dios es maravillosa de contemplar -desde los billones de universos en los cielos hasta las partículas subatómicas que componen la más pequeña de las moléculas. ¡Qué Dios increíble es este a quien servimos!
  • 16. Diversos movimientos dentro de nuestra cultura contemporánea, tales como la "New Age", las religiones orientales, y la filosofía irracional, han ejercido su influencia y conducido a una crisis de entendimiento. Ha surgido una nueva forma de misticismo que le otorga al absurdo el sello de la verdad religiosa. A nuestro entender, la máxima del budismo zen, "Dios es una mano aplaudi- endo", constituye una clara ilustración de este concepto. Decir que Dios es una mano aplaudiendo suena como algo profundo. La mente conciente se confunde porque va a con- tramano de los patrones normales de pensamiento. Suena "pro- fundo" e intrigante hasta que la analizamos cuidadosamente y descubrimos que en el fondo solo se trata de una afirmación carente de sentido. La irracionalidad es un tipo de caos mental. Descansa sobre una confusión contrapuesta con el Autor de toda verdad que no es un autor de confusión. El cristianismo bíblico es vulnerable a dichas cadenas de irracionalidad exaltada debido a su cándido reconocimiento de que existen muchas paradojas y misterios en la Biblia. Como las diferencias que marcan los límites entre las paradojas, los miste- rios y las contradicciones son débiles pero cruciales, es ;rnnn,·t<>ntp que aprendamos a distinguir cuáles son estas diferencias. Cuando buscamos sondear las profundidades de Dios nos confundimos con mucha rapidez. Ningún mortal puede compren- der a Dios exhaustivamente. La Biblia nos revela cosas sobre Dios, cosas que aunque somos incapaces de comprenderlas com- pletamente sabemos que son verdades. No tenemos ningún punto de referencia humano, por ejemplo, para entender a un ser que es tres en persona y uno en esencia (la Trinidad), o a un ser que es una persona con dos naturalezas distintas, la humana y la divina (la persona de Cristo). Estas verdades, tan ciertas como puedan serlo, son demasiado "elevadas" para ser alcanzadas por nosotros. Nos enfrentamos con problemas similares en el mundo natu- ral. Sabemos que la gravedad existe, pero aunque no la entende- mos, no por ello intentamos definirla en términos irracionales o Las grandes doctrinas de la Biblia Resumen 1, El cristianismo es una religión revelada. 2. La revelación de Dios es Dios revelándose. Dios mismo quita el velo que nos impide conocerle. 3. No podemos llegar a conocer a Dios por medio de la especu- lación. 4. Dios, a lo largo de la historia, se reveló a sí mismo de diversas maneras. 5. La revelación general ha sido dada a todos los seres humanos. 6. El ateísmo y el agnosticismo se basan en la negación de lo que las personas saben que es cierto. 7. La necedad se funda sobre la negación de Dios. 8. La sabiduría se funda en el temor de Dios. Pasajes bíblicos para la reflexión Salmo 19:1-14 Efesios 3:1-13 2 Timoteo 3:14-17 Hebreos 1:1-4 La revelación general: Dios el Creador La revelación especial: 4--/---If----- Dios el Redentor se revela a quienes escuchan ~ La revelación dada a todos los seres humanos 2 ' PARADOJAS, MISTERIOS, Y CONTRADICCiONES 6 7
  • 17. Las grandes doctrinas de la Biblia Paradojas, misterios, y contradicciones Pasajes bíblicos para la reflexión Mateo 13:11 Mateo 16:25 Romanos 16:25-27 1 Corintios 2:7 1 Corintios 14:33 palabra contradicción proviene del latín "hablar en contra". Tam- bién se las conoce como una antinomia, que significa "contra la ley". Si Dios hablara por medio de contradicciones carecería intelectualmente de leyes, tendría un doble discurso. Es un tre- mendo insulto y una blasfemia incluso el sugerir que el Autor de la verdad pudiera hablar con contradicciones. La contradicción es la herramienta de aquel que miente -el padre de las mentiras que desprecia la verdad. Existe una relación entre los misterios y las contradicciones que fácilmente nos conduce a confundirlas entre sí. No podemos entender los misterios. No podemos entender las contradicciones. El punto de contacto entre los dos conceptos es su carácter de no inteligible. Los misterios no nos resultan claros ahora porque carecemos d~ l~ información o de la perspectiva para compren- derlos. La Biblia nos promete que, una vez en el cielo estos misterios. qu~ ahora no podemos comprender serán explicados. Las explicaciones solucionarán los misterios del presente. Sin embargo, no hay ninguna explicación posible, ni en el cielo ni en la tierra, que pueda solucionar una contradicción. contradictorios. Casi todos estamos de acuerdo que el movimiento forma parte integral de la realidad, sin embargo, la esencia del movimiento en sí mismo ha dejado perplejos a los filósofos y a los científicos por milenios. La realidad tiene mucho de misteriosa y mucho que no podemos entender. Pero esto no se convierte en nuestra garantía para dar un salto al absurdo. Tanto en la religión como en la ciencia, la irracionalidad es fatal. En realidad, es mortal para cualquier verdad. El filósofo cristiano Gordon H. Clark en cierta ocasión definió un paradoja como "un calambre entre las orejas". El propósito de su definición era señalar que lo que muchas veces se denomina una paradoja no es nada más que un razonamiento descuidado. Clark, sin embargo, reconoció con claridad la función y el papel legítimo de las paradojas. La palabra paradoja proviene de la raíz griega que significa "parecer o aparecer". Las paradojas nos resultan difíciles porque a primera vista "parecen" ser contradic- torias, pero si las examinamos con mayor detalle podemos encon- trarles la solución. Por ejemplo, Jesús dijo que "El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará" (Mateo 10:39). Superficialmente, esto parece ser una afirmación del mismo tenor que la que dice que "Dios es una mano aplaudi- endo". Parece contener en sí una contradicción. Lo que Jesús intentó decir, sin embargo, fue que si alguien pierde su vida en un sentido, la encontrará en otro sentido. Como la pérdida y el hallazgo están en dos sentidos distintos, no hay ninguna contradic- ción. Yo sayal mismo tiempo un padre y un hijo pero, obvia- mente, no en la misma relación. Debido a que la palabraparadoja ha sido muy frecuentemente entendida como sinónimo de contradicción, en algunos diccion- arios ingleses ha sido ingresada como una segunda acepción al término contradicción. Una contradicción es una afirmación que viola la clásica ley de no contradicción. La ley de no contradicción afirma que no es posible que A sea A y no-A al mismo tiempo y en el mismo sentido. En otras palabras, algo no puede ser lo que es y no ser lo que es, al mismo tiempo y en el mismo sentido. Se trata de la ley más importante de todas las leyes de lógica. Nadie es capaz de entender una contradicción porque una contradicción es inherentemente no inteligible. Ni siquiera Dios puede comprender las contradicciones. Pero sin duda que las puede reconocer por lo que en realidad son -rneras falsedades. La 8 1. 2. 3. Resumen Una p~rad~ja es una contradicción aparente que puede ser entendida SI se la examina en detalle. Un misterio es algo que ahora nos resulta desconocido, pero que puede ser resuelto. Una contradicción es una violación de la ley de no contradic- ción. Una contradicción no puede ser resuelta, ni por los mortales ni por Dios, ni en este mundo ni en el porvenir. l)
  • 18. LA REVELACiÓN GENERAL INMEDIATA Y MEDIATA Cuando era niño y mi madre me pedía que hiciera algo sin demora, siempre me daba las órdenes pautándolas con el adverbio inme- diatamente. Decía: "Hijo, ve inmediatamente a tu dormitorio". Utilizaba la palabra inmediatamente para referirse a un acon- tecimiento en el tiempo que tiene lugar sin que transcurra ningún lapso de tiempo. En la teología el término inmediato significa algo distinto. Significa que algo sucede sin pasar a través de ningún tipo de medio, de cosa o de agente interventor. Se trata de una acción que tiene lugar sin intermediarios. En la teología bíblica, se distinguen dos tipos de revelación general, aquella que ha sido comunicada por medio de un inter- mediario y aquella que es directa. Cuando hablamos de la reve- lación general mediata, nos estamos refiriendo a la revelación que ha sido transmitida a través de algo. Cuando los cielos nos revelan a Dios, se convierten en el medio o los medios a través de los cuales Dios despliega su gloria. En este sentido, todo el universo es un medio de revelación divina. La creación da testimonio sobre su Creador. La Biblia nos dice que toda la tierra está llena de la gloria de Dios. Lamentablemente, con frecuencia no nos damos cuenta de la propia gloria que nos rodea. Tenemos la tendencia a vivir en la superficie de las cosas. Somos ajenos a las maravillas y el encanto que Dios nos provee en su gloriosa creación. Hemos perdido la sintonía. Hemos perdido el contacto. Las ideas religiosas no tienen ningún valor si no expresan algo real. La sublime presencia de Dios está en todo lo que nos rodea. Sin embargo, con frecuencia somos sordos y ciegos. No entendemos su idioma. Para apreciar el aroma de las flores es necesario hacer algo más que detenerse. La flor contiene más que un dulce aroma o fragancia. Exhala la gloria de su Creador. Estamos en contacto con la revelación divina cuando somos concientes de la gloria de Dios en la naturaleza. La naturaleza no es divina. Pero la gloria de Dios llena la naturaleza y se nos revela en ella y por medio de ella. Además de revelar su gloria indirectamente por medio de la creación, Dios también se revela a sí mismo directamente a la 11
  • 19. Las grandes doctrinas de la Biblia mente humana. Esta revelación se llama la revelación general inmediata. El apóstol Pablo habla sobre la ley de Dios que ha sido grabada en nuestros corazones (Romanos 2:12-16). Juan Calvino habló de un sentido de lo divino que Dios implanta en la mente de cada persona. Escribió: Que existe en la mente humana, y por instinto natural, una determinada percepción de la Deidad, no puede ser cuestión de disputa, ya que Dios mismo... ha dotado a todos los hombres con alguna idea de su Divinidad, la memoria de la cual constantemente renueva y ocasionalmente expandel. Las culturas en todas partes atestiguan la presencia de algún tipo de actividad religiosa, confirmando así la naturaleza religiosa incurable en el género humano. Los seres humanos son religiosos en su parte más íntima. El carácter de dicha religión puede ser crasamente idolátrico; pero hasta la idolatría, y en realidad espe- cialmente la idolatría, nos brinda la evidencia de este cono- cimiento innato que puede presentarse distorsionado pero nunca obliterado. En lo más profundo de nuestras almas sabemos que Dios existe y que nos ha dado su ley. Intentamos reprimir este cono- cimiento para eludir cumplir con los mandamientos de Dios. Pero no importa cuánto tratemos, no podremos silenciar esta voz interior. Puede ser amordazada pero no puede ser destruida. La revelación general mediata DIOS La revelación general inmediata y mediata Resumen l. La gloria de Dios es evidente en todo lo que nos rodea. Ha sido mediatizada por la creación de Dios. 2. Los seres humanos son religiosos por naturaleza. 3. Dios implanta en todos los seres humanos un conocimiento innato de Él. En esto consiste la revelación general inmediata. Pasajes bíblicos para la reflexión Salmo 19:1-14 Hechos 14:8-18 Hechos 17:16-34 Romanos 1:18-23 Romanos 2:14-15 La revelación general inmediata lOS implanta un sentido innato de Él en los seres humanos. Los seres humanos Creación Los seres humanos C-~) 12 Dios se revela a sí mismo en el medio de la creación 13
  • 20. LA REVELACiÓN ESPECIAL Y LA BIBLIA Cuando Jesús fue tentado por Satanás en el desierto, reprendió al demonio con estas palabras: "No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4:4). Históricamente, la iglesia se ha hecho eco de la enseñanza de Jesús al afirmar que la Biblia es la vox Dei, la "voz de Dios" o el verbuni Dei, la "Palabra de Dios". Llamar a la Biblia la Palabra de Dios no significa sugerir que fue escrita por la propia mano divina de Dios o que nos cayó del cielo en un paracaídas. La Biblia misma dirige nuestra atención hacia muchos de sus escritores humanos. Si estudiamos la Escritura diligentemente, notaremos que cada uno de sus escritores humanos tiene su estilo literario propio, su vocabulario, su énfasis especial, su perspectiva, y otras carac- terísticas. Si la producción de la Biblia implicó el esfuerzo hu- mano, ¿cómo es posible considerarla la Palabra de Dios? A la Biblia se la llama la Palabra de Dios porque ella misma declara, y la iglesia lo cree, que los escritores humanos no escribieron simplemente sus propias opiniones, sino que sus palabras fueron inspiradas por Dios. El apóstol Pablo escribe: "Toda la Escritura es inspirada por Dios" (2 Timoteo 3:16). La palabra inspiración es una traducción de la palabra griega que significa "exhalado por Dios". Dios exhaló la Biblia. De la misma manera que exhalamos el aire a través de nuestras bocas cuando hablamos, así la Escritura es Dios hablando. Aunque la Escritura llegó a nuestras manos de las plumas de los autores humanos, la fuente originaria de la Escritura es Dios. Por eso es que los profetas podían anteponer a sus palabras este prefacio: "Así dijo el Señor". Por eso es que Jesús pudo decir: "Tu palabra es verdad" (Juan 17:17), y "la Escritura no puede ser quebrantada" (Juan 10:35). La palabra inspiración también dirige nuestra atención al proceso utilizado por el Espíritu Santo para supervisar la produc- ción de la Escritura. El Espíritu Santo guió a los autores humanos para que sus palabras no fueran otra cosa que la palabra de Dios. No sabemos cómo supervisó Dios los escritos originales de la Biblia. Pero la inspiración no implica que Dios dictó sus men- 15
  • 21. Las grandes doctrinas de la Biblia Resumén Pasajes bíblicos para la reflexión l. La inspiración es el proceso por el cual Dios ha exhalado su palabra. 2. Dios es lafuente originaria de la Biblia. 3. Dios es el supervisor final de la Biblia. 4. Solamente los manuscritos originales de la Biblia no con- tenían ningún error. LA LEY DE DIOS Dios gobierna a su universo por la ley. La propia naturaleza funciona bajo su gobierno providencial. Las así denominadas leyes de la naturaleza son simples descripciones de la manera normal que Dios tiene de ordenar su universo. Estas "leyes" son expresiones de su voluntad soberana. Dios no le rinde cuentas a ninguna ley fuera de sí mismo. No existen normas cósmicas independientes que obliguen a Dios a obedecerlas. Por el contrario, Dios es su propia ley. Esto decir que Dios actúa de acuerdo con su propio carácter moral. SLn propio carácter no es solo moralmente perfecto, sino que es el patrón estándar de la perfección. Su acciones son perfectas porque su naturaleza es perfecta, y Él siempre actúa de acuerdo con su naturaleza. Por lo tanto, Dios nunca es arbitrario, caprichoso o antojadizo. Siempre hace lo que es correcto. Como criaturas de Dios, a nosotros también se nos exige que hagamos lo que es correcto. Dios nos exige que vivamos una vida de acuerdo a su ley moral, la cual nos ha revelado en la Biblia. La ley de Dios es el estándar de justicia y la norma suprema para juzgar el bien y el mal. Dios tiene la autoridad para imponernos obligaciones, para exigir nuestra obediencia, y exigir el compro- miso de nuestras conciencias, porque Él es nuestro soberano. También tiene el poder y el derecho para castigar la desobediencia cuando violamos su ley. (El pecado puede ser definido como la desobediencia a la ley de Dios.) Algunas leyes de la Biblia están directamente basadas en el carácter de Dios. Estas leyes reflejan los elementos transculturales y permanentes de las relaciones, tanto divinas como humanas. Otras leyes obedecieron a condiciones pasajeras de la sociedad. Esto significa que algunas leyes son absolutas y eternas, mientras que otras pueden ser anuladas por Dios por razones históricas, como las leyes ceremoniales y de dieta de Israel. Solo Dios puede abolir dichas leyes. Los seres humanos nunca tienen la autoridad para abolir la ley de Dios. No somos autónomos. Es decir, no se nos permite vivir de acuerdo con nuestra propia ley. La condición moral de la huma- DIOS:::Autor Supremo ~ I J Los seres humanos ~ t La Biblia Salmo 119 Juan 17:17 1 Tesalonicenses 2: 13 2 Timoteo 3:15-17 2 Pedro 1:20-2J sajes a quienes escribieron la Biblia. El Espíritu Santo comunicó las propias palabras de Dios por medio de los escritores humanos. Los cristianos afirman la infalibilidad y la inerrabilidad de la Biblia porque en última instancia Dios es el autor de la Biblia. Y como es imposible que Dios inspire falsedades, su palabra debe ser completamente cierta y confiable. Cualquier producto literario preparado normalmente por los humanos es factible de contener errores. Pero la Biblia no es un proyecto humano normal. Si la Biblia ha sido inspirada y supervisada por Dios, entonces no puede equivocarse. Esto no significa que las traducciones de la Biblia con las que contamos hoy en día no contengan errores, sino que los manuscri- tos originales eran absolutamente correctos. Tampoco significa que todas las afirmaciones contenidas en la Biblia sean verda- deras. El escritor del libro de Eclesiastés, por ejemplo, declara que "en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría" (Eclesiastés 9:1O).El escritor estaba escribiendo desde una perspectiva de desesperación humana, y sabemos que su afirmación no es verdadera a la luz de otras partes de la Escritura. Pero hasta cuando nos revela los falsos razonamientos de un hombre desesperado, la Biblia nos dice la verdad. 16 17
  • 22. Las grandes doctrinas de la Biblia nidad es la de heteronomía: vivimos bajo la ley de otro. La forma específica de heteronomía bajo la cual vivimos es la teonomía, o la ley de Dios. Resumen l. Dios gobierna al universo por leyes. La gravedad es un ejemplo de las leyes de Dios para la naturaleza. La ley moral de Dios está en los Diez Mandamientos. 2. Dios tiene la autoridad para imponer obligaciones a sus criaturas. 3. Dios actúa de acuerdo a la ley de su propio carácter. 4. Dios nos revela su ley moral a nuestras conciencias y en la Escritura. 5. Solo Dios tiene la autoridad para abolir sus leyes. Pasajes bíblicos para la reflexión Exodo 20:1-17 Salmo 115:3 Mateo 5:17-20 Romanos 7:7-25 Gálatas 3:23-29 Autonomía» Auto nomos Ley propia Heteronomía= Hetera nomos Ley de otro Teonomíae Theo nomos Ley de Dios 18 lOS PROFETAS DE DIOS Los profetas del Antiguo Testamento fueron personas llamadas exclusivamente por Dios y a quienes Dios les entregó en forma sobrenatural sus mensajes para que nos los entregaran. Dios habló su palabra por medio de los labios y los escritos de los profetas. La profecía implicaba tanto la predicción sobre el futuro (el predecir) como la exhortación y la proclamación presente de la palabra de Dios (el proclamar). Los profetas fueron dotados por elEspíritu Santo para que sus palabras fueran las palabras de Dios. Por eso es que los mensajes proféticos solían estar precedidos por la expresión: "Así dice el Señor". Los profetas fueron reformadores de la religión de Israel. Llamaron al pueblo a volverse a la adoración pura y a la obedien- cia a Dios. Aunque los profetas criticaron la manera como la adoración judía muchas veces se había degenerado y se había convertido en un simple ritual, no condenaron ni atacaron las formas originales de adoración que Dios había encomendado a su pueblo. Los profetas no fueron revolucionarios ni anarquistas religiosos. Su tarea consistía en purificar, no en destruir; en reformar, no en sustituir la adoración de Israel. Los profetas también estaban profundamente preocupados por la justicia y la equidad social. Eran la conciencia de Israel, llamando al pueblo al arrepentimiento. También actuaron como los defensores del pacto de Dios. Ellos "entregaron citaciones a comparecer" a la nación ante eljuez divino por violar los términos del pacto con Dios. Los profetas hablaron con una autoridad divina porque Dios los había llamado específicamente para ser sus voceros. El profeta no era un cargo hereditario, ni tampoco eran elegidos para ocupar dicha función. Las credenciales de los profetas la constituían el llamado directo e inmediato de Dios unido al poder del Espíritu Santo. Los falsos profetas fueron constantemente un problema en Israel. En lugar de transmitir los oráculos de Dios, relataban sus propios sueños y opiniones ~diciéndoles a las personas única- mente lo que ellas deseaban escuchar. Los verdaderos profetas 19
  • 23. Las grandes doctrinas de la Biblia fueron muchas veces perseguidos y rechazados por sus contem- poráneos por rehusarse a comprometer la proclamación del con- sejo de Dios. Los libros de los profetas suelen dividirse en los libros de los "profetas mayores" y los "profetas menores". Esta diferenciación solo se refiere a la extensión de los escritos canónicos y no constituye ninguna referencia a la mayor o menor importancia de los profetas. Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel son conocidos como los profetas mayores porque fueron los que más escribieron; mientras que Amós, Oseas, Miqueas, Jonás, etc. son los profetas menores porque sus libros son más pequeños. Los apóstoles del Nuevo Testamento también tuvieron mu- chas de las características de los profetas del Antiguo Testamento. Los apóstoles junto con los profetas son llamados el fundamento de la iglesia. Resumen 1. Los profetas del Antiguo Testamento fueron agentes de la revelación divina. 2. La profecía implicaba la predicción sobre el futuro y la proclamación. 3. Los profetas fueron reformadores de la adoración y la vida israelita. 4. Solo quienes habían sido llamados directamente por Dios tenían la autoridad para ser sus profetas. 5. Los falsos profetas expresaban sus propias opiniones y le manifestaban a la gente solo lo que esta deseaba escuchar. 6. La división en profetas mayores y menores es una diferencia establecida en base a la extensión de sus escritos y no en base a su importancia. Pasajes bíblicos para la reflexión Deuteronomio 18:15-22 Isaías 6 Joe12:28-32 Mateo 7:15-20 Efesios 4:11-16 20 EL CANON DE LA ESCRITURA Comúnmente pensamos en la Biblia como un solo gran libro. En realidad, es una pequeña biblioteca de sesenta y seis libros indi- viduales. La reunión de estos libros constituye lo que llamamos el canon de la sagrada Escritura. El término canon proviene de la palabra griega que significa "vara de medir" °"metro", "están- dar", o "norma". Históricamente, la Biblia ha sido siempre el precepto autorizado para la fe y la práctica en la iglesia. Con respecto a los libros incluidos en el Nuevo Testamento, los católicos y los protestantes están de acuerdo. Sin embargo, los dos grupos están en franco desacuerdo con lo que respecta a los libros que deberían ser incluidos en el Antiguo Testamento. Los católicos creen que los libros apócrifos deberían ser considerados canónicos, mientras que el protestantismo piensa lo contrario. (Estos libros apócrifos fueron escritos después que se completó el Antiguo Testamento y antes que se comenzara a escribir el Nuevo Testamento.) El debate con respecto a los libros apócrifos se centra en el tema más amplio sobre qué fue considerado canónico por la comunidad judía. Existe una contundente eviden- cia que los libros apócrifos no estaban incluidos en el canon palestino de los judíos. Por otro lado, parece ser que losjudíos que vivían en Egipto habrían incluido a los libros apócrifos (traduci- dos al griego) en el canon alejandrino. Hay pruebas más recientes, sin embargo, que arrojan ciertas dudas a este respecto. Algunos críticos de la Biblia aducen que la iglesia no contó con una Biblia como tal hasta casi principios del siglo quinto. Pero esto es una distorsión de todo el proceso de desarrollo canónico. La iglesia se reunió en concilios en varias ocasiones durante los primeros siglos para decidir sobre cuales libros pertenecían pro- piamente al canon. El primer canon formal del Nuevo Testamento fue creado por el hereje Marcia, quien produjo su propia versión expurgada de la Biblia. Para combatir a este hereje, la iglesia se vio obligada a declarar cuál era el contenido exacto del Nuevo Testamento. Aunque la gran mayoría de los libros que hoy en día están incluidos en el Nuevo Testamento en su día claramente funciona- 21
  • 24. Las grandes doctrinas de la Biblia ron con autoridad canónica desde que fueron escritos, hubo algu- nos pocos libros cuya inclusión en el canon del Nuevo Testamento fue motivo de discusión. Estos fueron Hebreos, Santiago, la segunda epístola de Pedro, la segunda y tercera epístola de Juan, Judas, y Apocalipsis. Existieron además varios libros que rivalizaron para obtener esta posición canónica pero que no fueron incluidos. La gran mayoría de estos eran obras espurias escritas por herejes gnósticos del segundo siglo. Estos libros nunca recibieron una considera- ción seria. (Este es un punto clave que los críticos suelen pasar por alto cuando alegan que entre más de dos mil contendientes al canon se eligieron solo veintisiete. Y luego preguntan: "¿No es poco probable que se haya seleccionado a los veintisiete correc- tos?") En realidad, son solo dos o tres libros los que no fueron incluidos luego de haber sido seriamente considerados. Estos fueron 1 Clemente, El Pastor de Hermas, y La Didaqué. Estos libros no fueron incluidos en el canon de la Escritura porque no habían sido escritos por los apóstoles, y sus propios autores recono- cieron que su autoridad estaba subordinada a la de los apóstoles. Algunos cristianos están preocupados por el hecho de que haya habido un proceso histórico selectivo. Les molesta la pre- gunta: ¿cómo es posible saber que el canon del Nuevo Testamento incluye los libros que debería contener? La teología católica tradicional contesta esta pregunta apelando a la infalibilidad de la iglesia. La iglesia es vista entonces como "creando" el canon, y tiene así la misma autoridad que la propia Escritura. El protestan- tismo clásico niega el hecho de que la iglesia sea infalible y que la iglesia "haya creado" el canon. La diferencia entre el catolicis- mo y el protestantismo puede resumirse de la siguiente manera: El punto de vista católico: El canon es una colección infalible de libros infalibles. El punto de vista protestante clásico: El canon es una colección falible de libros infalibles. El punto de vista crítico liberal: El canon es una colección falible de libros falibles. Si bien los protestantes creen que Dios en su providencia ejerció su cuidado especial para asegurar que solo los libros apropiados fueran incluidos, no convirtió a la iglesia en sí misma 22 El canon de la escritura en infalible. Los protestantes, además, le recuerdan a los católicos que la iglesia no "creó" al canon. La iglesia reconoció, aceptó, recibió y se sujetó al canon de la Escritura. El término que la iglesia utilizó en los concilios fue recipimus, "Recibimos". ¿Cuál fue el criterio utilizado para evaluar los libros? Las así llamadas evidencias canónicas incluían las siguientes: l. Los libros deberían contar con la autoría o el respaldo apos- tólico. 2. Su autoridad debería haber sido recibida por la iglesia primi- tiva. 3. Deberían estar en armonía con los libros de los cuales nadie dudaba de su canonicidad. Si bien en una etapa de su vida Martín Lutero cuestionó el carácter canónico de Santiago, más adelante cambió de parecer. No hay ninguna razón valedera para dudar de que los libros que actualmente están incluidos en el canon del Nuevo Testamento no son los que deberían estar allí. Resumen 1. El término canon proviene del griego, y significa "norma" o "estándar". Se utiliza la palabra canon para describir la lista autorizada de libros que la iglesia reconoce como la sagrada Escritura y, por ende, el "precepto" para su fe y su práctica. 2. Además de los sesenta y seis libros de la Biblia aceptados por los protestantes, los católicos también aceptan a los libros apócrifos como Escritura autorizada. 3. Para combatir la herejía, la iglesia reconoció la necesidad de declarar a cuáles libros se les había reconocido su autoridad. 4. Hubo algunos libros cuya inclusión en el canon fue motivo de disputa (Hebreos, Santiago, 2 Pedro, 2 y 3 Juan, Judas, y Apocalipsis), y otros libros cuya inclusión fue considerada pero que no fueron admitidos en el canon, entre los que se encuentran 1 Clemente, El Pastor de Hermas, y La Didaqué. 5. La iglesia no creó al canon, simplemente reconoció a los libros que tenían las evidencias canónicas y que por lo tanto gozaban de autoridad dentro de la iglesia. 6. Las evidencias canónicas incluyen: (1) la autoría o el respaldo apostólico, (2) que la autoridad de dichos libros haya sido 23
  • 25. Las grandes doctrinas de la Biblia reconocida por la iglesia primitiva, y (3) el estar en armonía con los libros que sin ningún tipo de duda formaban parte del canon. Pasajes bíblicos para la reflexión Lucas 24:44-45 1 Corintios 15:3-8 2 Timoteo 3:16-17 2 Pedro 1:19-21 2 Pedro 3:14-16 24 INTERPRETANDO LA BIBLIA Cualquier documento escrito debe ser interpretado si ha de ser entendido. Los Estados Unidos de América cuentan con nueve individuos extremadamente capacitados cuya tarea diaria consiste en interpretar la Constitución. Constituyen la Corte Suprema de dicho país. El interpretar la Biblia es una tarea muchísimo más solemne que interpretar la Constitución de los Estados Unidos de América. Demanda mucho cuidado y diligencia. La Biblia misma es su propia Corte Suprema. La regla prin- cipal de la interpretación bíblica es "la sagrada Escritura es su propio intérprete". Este principio significa que la Biblia ha de ser interpretada por la Biblia. Un pasaje oscuro en la Escritura puede ser aclarado por otro pasaje. Interpretar la Escritura con la Escri- tura significa que no podemos enfrentar un pasaje de la Escritura con otro pasaje. Cada texto debe ser entendido no solamente a la luz de su contexto inmediato sino también a la luz del contexto de la Escritura en su totalidad. Además, entendido correctamente, el único método íegítrmo y válido para interpretar la Biblia es el método de la interpretación literal. Sin embargo, existe mucha confusión con respecto a la idea de la interpretación literal. La interpretación literal, en un sentido restringido, significa que hemos de interpretar a la Biblia tal como ha sido escrita. Un sustantivo ha de ser tratado como un sustan- tivo, lI0 verbo como un verbo. Significa que todas las formas utilizadas en la escritura de la Biblia han de ser interpretadas de acuerdo con las reglas normales que gobiernan dichas formas. La poesía debe ser tratada como poesía. Los relatos históricos han de ser tratados como historia. Las parábolas como parábolas, las hipérboles como hipérboles, y así sucesivamente. A este respecto, la Biblia ha de ser interpretada de acuerdo a las normas que gobiernan la interpretación de cualquier libro. En algunos sentidos la Biblia es muy distinta a cualquier libro que jamás haya sido escrito. Sin embargo, en lo que tiene que ver con su interpretación, ha de ser tratada como cualquier otro libro. La Biblia no ha de ser interpretada de acuerdo con nuestros deseos y prejuicios. Debemos encontrar lo que en realidad dice y 25
  • 26. Las grandes doctrinas de la Biblia cuidarnos de no forzar nuestros propios puntos de vista. El deporte de los herejes es buscar el respaldo de la Escritura para las falsas doctrinas que no tienen base alguna en el texto. Satanás mismo citó a la Escritura de manera no válida para tentar a Cristo al pecado (Mateo 4:1-11). El mensaje básico de la Biblia en tan sencillo y claro que hasta un niño lo puede comprender. Sin embargo, para entender ade- cuadamente la carne de la Escritura se requiere de una cuidadosa atención y estudio. Algunos de los temas abordados por la Biblia son tan complejos y profundos que acaparan el esfuerzo perenne del académico más especializado. Existen algunos pocos principios de interpretación que son básicos para cualquier estudio correcto de la Biblia. Entre ellos se encuentran los siguientes: (1) Los relatos narrativos deben ser interpretados a la luz de los pasajes "de enseñanza". Por ejemplo, la historia de Abraham ofreciendo a Isaac en el monte de Moriah parecería sugerir que Dios no sabía que la fe de Abraham era verdadera. Pero las porciones didácticas de la Escritura reflejan con claridad que Dios es omnisciente. (2) Lo implícito debe ser siempre interpretado a la luz de 10 explícito; y nunca lo explícito por lo implícito. En otras palabras, si un texto en particular parecer implicar algo, no debemos aceptar como correcto lo que ese texto implica si dicha interpretación se contrapone a una afirmación explícita de otro lugar de la Escritura. (3) La leyes de lógica gobiernan la interpretación bíblica. Si, por ejemplo, sabemos que todos los gatos tienen cola, no podemos deducir que algu- nos gatos no tienen cola. Si es cierto que algunos gatos no tienen cola, entonces no puede ser igualmente cierto que todos los gatos tienen cola. No se trata de un mero asunto de las leyes técnicas de la inferencia; se trata de un asunto de sentido común. Sin embargo, la gran mayoría de las interpretaciones erróneas de la Biblia han sido provocadas por deducciones no legítimas de la Escritura. Resumen l. La Biblia es su propio intérprete. 2. Debemos interpretar la Biblia literalmente -como ha sido escrita. 3. La Biblia debe ser interpretada como cualquier otro libro. 26 Interpretando la Biblia 4. Las partes oscuras de la Biblia deben ser interpretadas a la luz de las partes más claras. 5. Lo implícito debe ser interpretado a la luz de lo explícito. 6. Las leyes lógicas gobiernan todo lo que pueda ser razonable- mente deducido o concluido a partir de la Escritura. Pasajes bíblicos para la reflexión Hechos 15:15-16 Efesios 4:11-16 2 Pedro 1:16-21 2 Pedro 3:14-18 27
  • 27. LA INTERPRETACiÓN PRIVADA Dos de los grandes legados de la Reforma fueron el principio de la interpretación privada y la traducción de la Biblia al lenguaje común del pueblo. El mismo Lutero trajo este tema a la luz. Cuando Lutero se apareció frente a la Dieta de Worms (un concilio que lo estaba acusando de herejía por causa de su enseñanza), declaró: Si no se me convence con las Escrituras y claras razones -pues yo no acepto la autoridad ni del Papa ni de los concilios exclusi- vamente, ya que con frecuencia se han contradicho entre sí- mi conciencia está prisionera de la Palabra de Dios. Por tanto, no puedo ni quiero retractarme, porque hacer algo contra la concien- cia no tranquiliza ni estaría bien. Dios mío, ayúdame. Amén 1 . La declaración de Lutero, y su subsiguiente traducción de la Biblia a su lengua materna, tuvo dos consecuencias. Primero, le retiró a la iglesia católica el derecho exclusivo de interpretación. A partir de entonces el pueblo no estaría a la merced de la doctrina de la iglesia, teniendo que aceptar la autoridad de la enseñanza tradicional o la de la iglesia en igualdad de condiciones que la Palabra de Dios. Segundo, puso la interpretación en manos del pueblo. Este cambio ha sido más problemático. Condujo a los mismos excesos que la iglesia católica quería prevenir -la inter- pretación subjetiva del texto que se aparta de la fe cristiana histórica. El subjetivismo ha sido el gran peligro de la interpretación privada. Sin embargo, el principio de interpretación privada no significa que el pueblo de Dios tiene derecho a interpretar la Biblia como se le antoje. El "derecho" a interpretar la Escritura va junto con la responsabilidad para interpretarla correctamente. Los cre- yentes tienen la libertad para descubrir las verdades de la Escri- tura, pero no están libres para fabricar sus propias verdades. Los creyentes han sido llamados para entender los principios válidos de interpretación y para evitar el peligro de subjetivismo. Al buscar un entendimiento objetivo de la Escritura no esta- mos reduciendo la Escritura a algo frío, abstracto y carente de 29
  • 28. Las grandes doctrinas de la Biblia vida. Lo que estamos buscando es entender lo que dice la Palabra en el contexto, antes de encaminarnos a la tarea igualmente necesaria de ponerla en práctica en nuestras vidas. Una afirmación en particular puede tener numerosas aplicaciones personales po- sibles, pero solo puede tener un significado correcto. El derecho a interpretar la Escritura lleva consigo la obligación de interpre- tarla con exactitud. La Biblia no es una estatua de cera que puede ser moldeada y a la que puede darse la forma que mejor convenga a las opiniones del intérprete. Resumen 1. La Reforma le brindó a la iglesia una traducción de la Biblia en el lenguaje común del pueblo, y le otorgó a cada creyente el derecho y la responsabilidad de la interpretación privada. 2. La tradición de la iglesia, si bien puede servir como una guía instructiva, no tiene la misma autoridad que la Escritura. 3. La interpretación privada no es una licencia para el subjeti- visrno. 4. El principio de interpretación privada lleva consigo la obli- gación de buscar la interpretación correcta de la Biblia. 5. Cada texto bíblico tiene múltiples aplicaciones, pero un solo significado correcto. Pasajes bíblicos para la reflexión Nehemías 8:8 2 Timoteo 2:15 2 Timoteo 3:14-17 Hebreos 1:1-4 2 Pedro 1:20-21 30 Le& n<8l,ltuJI&leza 'y l([})§ ~tJri1but(())§ de Di((J)§
  • 29. LA INCOMPRENSIBILIDAD DE DIOS Durante un seminario en los Estados Unidos, un estudiante le preguntó al teólogo suizo Karl Barth: "Dr. Barth, ¿cuál ha sido lo más profundo que usted ha aprendido en su estudio de la teolo- gía?" Barth pensó por un momento y luego contestó: "Cristo me ama, bien lo sé, en la Biblia dice así". Los estudiantes se rieron de su respuesta tan simplista, pero su risa se tornó algo nerviosa cuando pronto advirtieron que Barth lo había dicho muy en serio. Barth dio una respuesta sencilla a una pregunta muy profunda. Al hacerlo estaba llamando la atención a por lo menos dos nociones fundamentalmente importantes. (1) En la más sencilla de las verdades cristianas reside una profundidad que puede ocupar las mentes de las personas más brillantes durante toda su vida. (2) Que aun dentro de la sofisticación teológica más acadé- mica nunca nos podremos elevar más allá del entendimiento de un niño para comprender las profundidades misteriosas y las riquezas del carácter de Dios. Juan Calvino utilizó otra analogía. Dijo que Dios nos habla como si estuviera balbuceando. De la misma manera que los padres les hablan a sus hijos recién nacidos imitando el balbuceo de los bebés, así Dios cuando desea comunicarse con los mortales debe condescenderse y hablarnos con balbuceos. Ningún ser humano tiene la capacidad para entender a Dios exhaustivamente. Existe una barrera infranqueable que impide un entendimiento completo y exhaustivo de Dios. Somos seres fini- tos; Dios es un ser infinito. Y ahí radica el problema. ¿Cómo puede algo que es finito comprender a algo que es infinito? Los teólogos medioevales tenían una frase que se ha convertido en un axioma dominante en cualquier estudio de teología. "Lo finito no puede aprehender (o contener) a lo infinito." No hay nada que resulte más obvio que esto, que un objeto infinito no puede ser introdu- cido dentro de un espacio finito. Este axioma contiene una de las doctrinas más importantes del cristianismo ortodoxo. Se trata de la doctrina de la incompren- sibilidad de Dios. Este término puede no ser bien entendido. Puede sugerir que como lo finito no puede "aprehender" a lo 33
  • 30. Las grandes doctrinas de la Biblia La incomprensibilidad de Dios infinito, entonces es imposible llegar a conocer nada sobre Dios. Si Dios está más allá del entendimiento humano, ¿no sugiere eso que toda discusión religiosa no es más que mero palabrería teológico y que entonces, como mucho, solo nos queda un altar a un Dios desconocido? Por supuesto que esto no es la intención. La incomprensibili- dad de Dios no significa que no sabemos nada sobre Dios. En realidad significa que nuestro conocimiento será parcial y limita- do, que nunca podremos alcanzar el conocimiento total y exhaus- tivo de Dios. El conocimiento que Dios nos da sobre sí mismo mediante la revelación es verdadero y útil. Podemos conocer a Dios en la medida que Él decida revelarse a sí mismo. Lo finito puede "aprehender" a lo infinito, pero lo finito no podrá nunca contener a lo infinito en sus manos. Siempre habrá algo más de Dios que lo que podamos aprehender. La Biblia expresa esto mismo de esta manera: "Las cosas REVELADO = El aspecto secreto de Dios = El aspecto revelado de Dios 1. Hasta las verdades cristianas más sencillas contienen un profundo significado. 2. Independientemente de lo profundo que pueda ser nuestro conocimiento teológico, siempre habrá mucho sobre la natu- raleza y el carácter de Dios que seguirá siendo un misterio para nosotros. 3. Ningún ser humano puede tener un conocimiento exhaustivo sobre Dios. 4. La doctrina de la incomprensibilidad de Dios no significa que no podemos llegar a conocer nada sobre Dios. Significa que nuestro conocimiento está restringido, limitado por nuestra humanidad. Pasajes bíblicos para la reflexión Job 38:1-41:34 Salmo 139:1-18 Isaías 55:8-9 Romanos 11:33-36 1 Corintios 2:6-16 secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre" (Deuteronomio 29:29). Martín Lutero hizo referencia a los dos aspectos de Dios -el secreto y el revelado. Una porción del conocimiento divino permanece oculta a nuestros ojos. Trabajamos a la luz de lo que Dios nos ha revelado. Resumen iNFINITO 8 Lo finito no puede contener a lo infinito. 34 35
  • 31. LA TRIPLE UNIDAD DE DIOS La doctrina de la Trinidad nos resulta difícil y confusa. A veces hasta se ha pensado que el cristianismo enseña la noción absurda de que 1+1+1=1. Resulta claro que esta es una ecuación falsa. El término Trinidad describe una relación de un Dios que es tres personas, y no una relación entre tres dioses. La Trinidad no significa un triteísmo, es decir, que hay tres seres que en su conjunto conforman un Dios. La palabra Trinidad se utiliza como un esfuerzo para definir la plenitud de la Deidad en términos de su unidad y su diversidad. La formulación histórica de la Trinidad es que Dios es uno en esencia y tres en persona. Aunque esta fórmula es misteriosa y paradójica, no conlleva de modo alguno una contradicción. Con respecto a la esencia o el ser, se afirma la unidad de la Deidad; con respecto a la persona, se expresa la diversidad de la Deidad. Si bien el término Trinidad no se encuentra en la Biblia, el concepto aparece en ella con claridad. Por un lado la Biblia declara de manera contundente la unidad de Dios (Deuteronomio 6:4). Por otro lado, la Biblia declara con claridad el carácter plenamente divino de las tres personas de la Deidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La iglesia ha rechazado las herejías del modalismo y el triteísmo. El modalismo niega la diferencia que existe entre las personas de la Deidad, afirmando que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son distintas maneras en que Dios se expresa a sí mismo. El triteísmo, por otro lado, falsamente afirma que existen tres seres que juntos constituyen a Dios. El término persona no significa una diferencia en esencia sino una subsistencia diferente en la Deidad. Una subsistencia en la Deidad constituye una diferencia real pero no es una diferencia esencial, en cuanto a una diferencia en el ser. Cada persona subsiste o existe "bajo" la pura esencia de lo divino. La subsisten- cia es una diferencia dentro del mismo ser, no un ser o una esencia separada. Todas las personas de la Deidad comparten todos los atributos divinos. También hay una diferencia en la función desarrollada por cada miembro de la Trinidad. El trabajo de la salvación es en cierto 37
  • 32. Las grandes doctrinas de la Biblia sentido compartido por las tres personas de la Trinidad. Sin embargo, con respecto a la manera de actuar, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo operan de distinta forma. El Padre es quien inicia la creación y la redención; el Hijo es quien redime a la creación; y el Espíritu Santo regenera y santifica, operando la redención en los creyentes. La Trinidad no se refiere a las partes de Dios, ni siquiera a los roles. Las analogías humanas, como las de un hombre que es un padre, un hijo y un esposo, son insuficientes para reflejar el misterio de la naturaleza de Dios. La doctrina de la Trinidad no explica completamente el carácter misterioso de Dios. En realidad lo que hace es fijar los límites que no debemos trasponer. Define los límites de nuestra reflexión finita. Nos ordena ser fieles a la revelación bíblica de que Dios es uno en un sentido y tres en otro sentido. Resumen 1. La doctrina de la Trinidad afirma la triple unidad de Dios. 2. La doctrina de la Trinidad no es una contradicción: Dios es uno en esencia y tres en persona. 3. La Biblia declara tanto la unicidad de Dios como el carácter divino del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. 4. La Trinidad se distingue por la obra asumida por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. S. La doctrina de la Trinidad fija los límites de la especulación humana con respecto a la naturaleza de Dios. Pasajes bíblicos para la reflexión Deuteronomio 6:4 Mateo 3:16-17 Mateo 28:19 2 Corintios 13:14 1 Pedro 1:2 38 LA PREEXISTENCIA DE DIOS Cuando la Biblia declara que Dios es el Creador del universo nos está señalando que Dios mismo no ha sido creado. Existe una diferencia crucial entre el Creador y la creación. La creación tiene el sello del Creador y es testigo de su gloria. Pero esta creación nunca será digna de adoración. No es suprema. Es imposible que algo se cree a sí mismo. El concepto de la autocreación es una contradicción de palabras, es una afirmación carente de sentido. Le solicito al lector que se detenga y reflexione un poco. Nada puede autocrearse. Ni siquiera Dios puede crearse a sí mismo. Para que Dios se creara a sí mismo debería haber sido antes que Él. Ni siquiera Dios puede hacer eso. Todo efecto debe tener una causa. Esto es cierto por defini- ción. Pero Dios no es un efecto. Él no tiene principio y por lo tanto no tiene ninguna causa precedente. Él es eterno. Él siempre ha sido o es. Él tiene, dentro de sí mismo, el poder de ser. No necesita de ninguna ayuda de recursos externos para seguir existiendo. Esto es lo que significa la idea de la preexistencia. Reconocemos que se trata de un concepto elevado y tremendo. No conocemos nada que se le parezca. Todo lo que percibimos en nuestro marco de referencia es dependiente y ha sido creado. No podemos entender cabalmente algo que sea preexistente. Pero solo porque sea imposible (por definición) que una criatura sea preexistente no significa que sea imposible que el Creador sea preexistente. Dios, como nosotros, no puede crearse a símismo. Pero Dios, a diferencia de nosotros, puede ser preexistente. En realidad esto constituye la esencia misma de la diferencia que existe entre el Creador y la creación. Esto es lo que lo convierte en el Ser Supremo yen 1afuente de todos los demás seres. El concepto de preexistencia no viola ninguna ley racional, lógica o científica. Es una noción racional válida. Por el contrario, el concepto de la autocreación viola la más básica de todas las leyes racionales, lógicas y científicas -la ley de la no contradicción. La preexistencia es un concepto racional; la autocreación es irracional. La noción de que algo sea preexistente no es solo racional- mente posible, es racionalmente necesaria. Nuevamente, la razón 39
  • 33. Las grandes doctrinas de la Biblia exige que si algo es, entonces debe haber algo q~e conteng~ dentro de sí mismo la capacidad de ser. De lo contrano no habna nada. Si no hubiese algo que existiera en sí mismo, nada podría existir. Posiblemente la pregunta más antigua y más profunda sea: .Por qué hay algo en vez de nada? Una respuesta necesaria para ~l menos parte de la pregunta es porque Dios existe. Dios exis~e en sí mismo eternamente. Es el origen y la fuente del ser. Solo El tiene, dentro de sí mismo, el poder de ser. Pablo declara ~ue nuestra propia existencia depende del poder del ser de DlOS: "Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos" (Hechos 17:28). Resumen 1. Todo efecto debe tener una causa. 2. Dios no es un efecto; Dios no tiene causa. 3. La autocreación es un concepto irracional. 4. La preexistencia es un concepto racional. . 5. La preexistencia no es solamente posible sino que es racio- nalmente necesaria. Pasajes bíblicos para la reflexión Salmo 90:2 Juan 1:1-5 Hechos 17:22-31 Colosenses 1:15-20 Apocalipsis 1:8 40 LA OMNIPOTENCIA DE DIOS A todos los teólogos, tarde o temprano, un estudiante les planteará una pregunta que resulta ser un rompedero de cabeza. Esta pre- gunta tan antigua es la siguiente: ¿puede Dios crear una roca tan grande que no la pueda mover? A primera vista esta pregunta parece crear un cerco que encierra al teólogo en un dilema sin solución. Si contestamos que sí, entonces estamos diciendo que hay algo que Dios no puede hacer; no puede mover la roca. Si contestamos que no, entonces estamos diciendo que Dios no puede construir dicha roca. Cualquiera sea la respuesta que demos estamos forzados a establecerle límites al poder de Dios. Este problema se asemeja a otro: ¿qué sucede cuando una fuerza irresistible se enfrenta con un objeto inamovible? Es posi- ble concebir una fuerza irresistible. También es posible concebir un objeto inamovible. Lo que nos resulta imposible de concebir es la coexistencia de ambos. Si una fuerza irresistible se enfrentara con un objeto inamovible y el objeto se moviera, entonces no podría ser con propiedad llamado inamovible. Si el objeto no se moviera, entonces nuestra fuerza "irresistible" no podría ser llamada con propiedad irresistible. Vemos, entonces, que la realidad no puede contener a ambos -una fuerza irresistible y un objeto inamovible. Volvamos ahora al tema de la roca inamovible. El dilema que se plantea aquí (como en el caso de la fuerza irresistible) es un falso dilema. Es falso porque se funda sobre una premisa falsa. Está suponiendo que la "omnipotencia" significa que Dios puede hacer cualquier cosa. Sin embargo, considerado como un término teológico, la omnipotencia no significa que Dios pueda hacer cualquier cosa. La Biblia nos señala varias cosas que Dios no puede hacer. No puede mentir (Hebreos 6: 18). No puede morir. No puede ser eterno y a la vez haber sido creado. No puede actuar en contra de su naturaleza. No puede ser Dios y no ser Dios al mismo tiempo y en el mismo sentido. La omnipotencia significa que Dios tiene el poder sobre su creación. No hay ninguna parte de la creación fuera del alcance de su control soberano. Por lo tanto, hay una respuesta correcta al dilema de la roca. El problema tiene solución. La respuesta es no. 41
  • 34. Las grandes doctrinas de la Biblia Dios no puede construir una roca tan grande imposible de mover. ¿Por qué? Si Dios construyera dicha roca estaría creando algo sobre lo que no podría ejercer su poder. Estaría destruyendo su propia omnipotencia. Dios no puede dejar de ser Dios; no puede no ser omnipotente. Cuando la Virgen María se vio confundida por la anunciación de Gabriel sobre la concepción de Jesús en su vientre, el ángel le dijo: "porque nada hay imposible para Dios" (Lucas 1:37). El ángel le estaba recordando a María la omnipotencia de Dios. Creo que hasta los ángeles son capaces de usar hipérboles. En un sentido restringido, el ángel estaba expresando una teología inco- rrecta. Pero en un sentido bíblico más amplio entendemos que el poder de Dios supera al de la criatura. Lo que para nosotros es imposible para Dios es posible. Decir que nada es imposible para Dios significa que Dios puede hacer cualquier cosa que sea su voluntad. Su poder no está limitado por limitaciones finitas. Nada o "ninguna cosa" puede restringir su poder. Sin embargo, su poder todavía está limitado por lo que él es. El pecado le es imposible porque uno no puede pecar si no lo desea. Dios no puede pecar porque nunca tendrá la voluntad de pecar. Job llegó al meollo de este asunto cuando dijo: "Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti" (Job 42:2). Para el cristiano la omnipotencia de Dios es una enorme fuente de consuelo. Sabemos que el mismo poder que Dios desplegó al crear el universo está a su disposición para asegurar- nos la salvación. Demostró su poder en el Éxodo de Egipto. Demostró su poder sobre la muerte en la resurrección de Cristo. Sabemos que ninguna parte de la creación puede frustrar sus planes para el futuro. No hay moléculas perdidas al azar en el universo que puedan destruir sus planes. Aunque los poderes y las fuerzas de este mundo amenacen con destruirlos, no tenemos por qué temer. Podemos descansar confiados en el conocimiento de que nada puede superar el poder de Dios. Dios es el Todopoderoso. Resumen l. La omnipotencia no significa que Dios puede hacer cualquier cosa. Dios no puede actuar en contra de su naturaleza. 2. La omnipotencia se refiere al poder, la autoridad y el control soberano que Dios ejerce sobre el orden creado. 42 La omnipotencia de Dios 3. La omnipotencia es una amenaza para los malvados, y es una fuente de consuelo para los creyentes. 4. El mismo poder que Dios exhibió en la creación lo demostró en nuestra redención. 5. No existe nada en el universo que pueda desbaratar los planes de Dios. Pasajes bíblicos para la reflexión Génesis 17:l Salmo 115:3 Romanos 11:36 Efesios 1:11 Hebreos 1:3 43
  • 35. LA OMNIPRESENCIA DE DIOS La proyección astral es una fantasía. Hay personas que dicen que pueden abandonar sus cuerpos y viajar a California o a la India y regresar sin utilizar trenes, aviones o barcos; pero cuando hacen estas afirmaciones, se han engañado a sí mismos o están engañan- do a otros. Incluso si el alma o el espíritu de una persona pudiera "proyectarse" de esta manera para peregrinar por el mundo, dichos viajes solo podrían incluir una parada por vez. Nuestros espíritus humanos son espíritus finitos y no pueden, ni nunca podrán, ser capaces de estar en más de un lugar al mismo tiempo. Solo un Espíritu infinito tiene la capacidad de la omnipresencia. Cuando hablamos de la omnipresencia de Dios queremos decir que su presencia está en todo lugar. No hay ningún lugar donde Dios no esté. Sin embargo, como espíritu, Dios no ocupa ningún lugar, en el sentido que los objetos físicos ocupan el espacio. No tiene cualidades físicas que puedan ocupar el espacio. La clave para entender esta paradoja es pensar en términos de otra dimensión. La barrera que existe entre Dios y nosotros no es una barrera de espacio o tiempo. Encontrarse con Dios no implica un "lugar" adonde ir o un "momento" donde transcurrir. Estar en la presencia inmediata de Dios es traspasar el umbral de otra dimen- sión. Hay otro segundo aspecto relacionado con la omnipresencia de Dios que solemos soslayar. La partícula "ornni" se refiere no solo a los lugares donde Dios está, sino a cuánto de Dios está en un determinado lugar. Dios no solo está presente en todo lugar sino que Dios está plenamente presente en todo lugar. A esta característica se la llama su Inmensidad. Los creyentes en Nueva York disfrutan de la plenitud de la presencia de Dios mientras que los creyentes en Moscú también disfrutan de la misma presencia. Su Inmensidad no se refiere, entonces, a su tamaño, sino a su capacidad para estar plenamente presente en todo lugar. La doctrina sobre la omnipresencia de Dios nos llena de asombro. Esta doctrina engendra reverencia en nosotros, pero además nos sirve de consuelo. Siempre podemos estar seguros de la atención exclusiva de Dios. No tenemos necesidad de hacer una 45
  • 36. Las grandes doctrinas de la Biblia fila o solicitar una entrevista para estar con Dios. Cuando estamos en la presencia de Dios, Dios no está preocupado por los aconte- cimientos que están sucediendo del otro lado del planeta; Esta doctrina, sin embargo, no es ningún consuelo para los no creyen- tes. No hay ningún lugar donde puedan esconderse de Dios. No hay ningún rincón en el universo donde Dios no esté. Los malva- dos en el infierno no están separados de Dios, están separados de su benevolencia. La ira de Dios los acompaña constantemente. David, que muchas veces alabó la gloria de la omnipresencia de Dios en los salmos, nos da un resumen poético de esta doctrina: ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Ya dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. (Salmo 139:7-10) Resumen l. Solo un Espíritu infinito puede ser omnipresente. 2. Dios no está limitado por el tiempo ni por el espacio. Su Ser trasciende el tiempo y el espacio. 3. La omnipresencia de Dios incluye su Inmensidad, que le permite estar presente en su plenitud en todos los tiempos y en todos los lugares. 4. La omnipresencia de Dios es un consuelo para el creyente y un motivo de terror para el no creyente. Pasajes bíblicos para la reflexión 1 Reyes 8:27 Job 11:7-9 Jeremías 23:23-24 Hechos 17:22-31 46 LA OMNISCIENCIA DE DIOS Mi primer recuerdo sobre el concepto de omnisciencia está rela- cionado con mi entendimiento infantil sobre Papá Noel. Me dijeron que "estaba haciendo una lista y verificándola". También pensé en el conejillo de Pascuas que vivía en nuestra buhardilla (fuera de temporada) y que podía vigilarme todo el tiempo. La palabra omnisciencia significa "tener todo (omni) conoci- miento (ciencia)". Es un término que solo puede ser apropiada- mente aplicado a Dios. Únicamente un ser que es infinito y eterno es capaz de conocer todo. El conocimiento de una criatura finita estará siempre limitado por un ser finito. Dios, siendo infinito, es capaz de ser conciente de todas las cosas, de entender todas las cosas y de comprender todas las cosas. Nunca aprende nada ni adquiere nuevos conocimientos. El futuro así como el pasado y el presente le son completamente conocidos. Nada lo puede sorprender. Como el conocimiento de Dios supera ampliamente nuestro conocimiento (es de un tipo más elevado), algunos cristianos creen que su pensamiento es de un tipo radical- mente distinto al nuestro. Por ejemplo, para Jos cristianos se ha convertido en un lugar común el afirmar que Dios opera con una lógica distinta a la nuestra. Este concepto es muy conveniente cuando encallamos en nuestra teología. Si nos encontramos afirmando ambos polos de una contradicción, podemos aliviar la tensión apelando a un orden de lógica de Dios distinta a la nuestra. Podemos decir con total tranqui- lidad: "Esto nos puede resultar contradictorio, pero no es contradictorio en la mente de Dios". Este tipo de razonamiento es fatal para el cristianismo. ¿Por qué? Si Dios tiene un orden de lógica diferente, por el cual lo que para nosotros es contradictorio para Él es lógico, entonces no tenemos ninguna razón para confiar en ninguna palabra de la Biblia. Cualquier cosa que nos dijera la Biblia podría significar exactamente lo contrario para Dios. En la mente de Dios hasta el mal y el bien podrían no ser contrarios, y el Anticristo podría hasta llegar a ser el Cristo. 47
  • 37. Las grande,s doctrinas de la Biblia El conocimiento superior de Dios le permite resolver miste- rios que a nosotros nos deslumbran. Pero esto está apuntando a una diferencia en el grado del conocimiento de Dios, ha a una diferencia en el tipo de lógica que Él utiliza. Como Dios es racional, ni siquiera Él puede reconciliar las contradicciones. La omnisciencia de Dios asimismo proviene de su omnipo- tencia. Dios no conoce todas las cosas por el simple hecho que Él ha aplicado su intelecto superior a un estudio diligente del univer- so y de todo su contenido. En realidad, Dios conoce todas las cosas porque Él las ha creado y por su voluntad existen. Como Soberano del universo, Dios controla al universo. Si bien algunos teólogos han intentado separar estas dos cosas, sería imposible que Dios conociera todo si no controlara todo, y sería igualmente imposible que Dios controlara todo si no conociera todo. Así como sucede con todos los demás atributos de Dios, son interdependientes, las dos partes necesarias para un todo. La omnisciencia de Dios, del mismo modo que su omnipo- tencia y su omnipresencia, también se da con respecto al tiempo. El conocimiento de Dios es absoluto en el sentido que Dios siempre tiene conciencia de todas las cosas. El intelecto de Dios es distinto al nuestro en que Él no tiene que "acceder" a la información, como un computador accede y abre un archivo. Todo tipo de conocimiento está siempre directamente delante de Dios. El conocimiento de Dios de todas las cosas es una espada de doble filo. Para el creyente este pensamiento le brinda seguridad -Dios mantiene el control, Dios comprende. A Dios no lo confunden los problemas que nos confunden a nosotros. Para el no cristiano, sin embargo, esta doctrina vuelve a enfatizar el hecho de que las personas no pueden esconderse de Dios. Sus pecados están expuestos. Como Adán, procuran esconderse. Sin embargo, no hay ningún rincón en el universo fuera del alcance de la mirada de Dios, de su amor y de su ira. La omnisciencia de Dios es también una parte crucial de la promesa de Dios de traer la justicia a este mundo. Antes de que un juez pueda dar su veredicto justo es necesario que esté al corriente de todos los hechos. No hay ninguna evidencia que pueda ser encubierta del escrutinio de Dios. Cualquier circunstan- cia atenuante será conocida por Dios. 48 La omnisciencia de Dios Resumen 1. Omnisciencia significa "todo conocimiento". 2. Únicamente un Ser infinito puede poseer un conocimiento infinito. 3. Dios tiene un grado de conocimiento superior al de sus criaturas, pero se trata del mismo orden de lógica. 4. El atribuirle a Dios un tipo distinto de lógica es fatal para el cristianismo. 5. La omnisciencia de Dios se basa en su carácter infinito y en su omnipotencia. 6. La omnisciencia de Dios es crucial para el papel que desem- peña como Juez de este mundo. Pasajes bíblicos para la reflexión Salmo 147:5 Ezequiel 11:5 Hechos 15:18 Romanos 11 :33-36 Hebreos 4:13 49
  • 38. LA SANTIDAD DE DIOS La primera oración que aprendí siendo un niño fue la sencilla oración de agradecimiento frente a los alimentos: "Dios es grande; Dios es bueno. Y le agradecemos estos alimentos". Supongo que esta oración debería de rimar. Al menos, rimaba cuando la redtaba mi abuela que pronunciabajoozí ("alimentos") de manera tal que rimara con good ("bueno"). Estas dos virtudes asignadas a Dios en esta oración, la gran- deza y la bondad, están comprendidas en una sola palabra bíblica, la santidad. Cuando hablamos de la santidad de Dios, estamos muy acostumbrados a asociarla casi exclusivamente con la pureza y la justicia de Dios. Sin duda que la idea de santidad contiene dichas virtudes, pero no constituyen el significado principal de la santidad. La palabra bíblica santo tiene dos significados distintos. El significadoprincipal es "lo apartado" o "lo otro". Cuando decimos que Dios es santo, estamos llamando la atención a la profunda diferencia que existe entre Él y todas las demás criaturas. Se refiere a la majestad trascendente de Dios, a su augusta supe- rioridad, en virtud de la cual Él es digno de todo nuestro honor, nuestra reverencia, nuestra adoración y nuestra alabanza. Él es "otro", o es distinto a nosotros en su gloria. Cuando la Biblia habla de objetos santos, o de un pueblo santo, o de un tiempo santo, se refiere a objetos que han sido apartados, consagrados o hechos diferentes por la mano de Dios. El suelo que pisaba Moisés frente a la zarza que ardía era suelo santo porque Dios estaba allí, presente de una manera muy especial. Era la cercanía de lo divino que convertía a lo ordinario súbitamente en algo extraordinario, y a lo cotidiano en algo fuera de lo común. El segundo significado de santo se refiere a las acciones puras yjustas de Dios. Dios hace lo que está bien. Nunca hace algo que esté mal. Dios siempre actúa de manerajusta porque su naturaleza es santa. Podemos entonces diferenciar la justicia interna de Dios (su naturaleza santa) de la justicia externa de Dios (sus acciones). Como Dios es santo, es grande y bueno al mismo tiempo. No hay maldad entremezclada con su bondad. Cuando somos llama-
  • 39. Las grandes doctrinas de la Biblia dos a ser santos, no significa que hemos de compartir la majestad divina de Dios, sino que hemos de apartarnos de nuestra pec.aml- nosidad normal como caídos. Hemos sido llam.ad~s a reflejar el carácter moral y la actividad de Dios. Hemos de umtar su bondad. LA BONDAD DE DIOS Pasajes bíblicos para la reflexión Éxodo 3:1-6 1 Samuel 2:2 Salmo 99: 1-9 Isaías 6:1-13 Apocalipsis 4:1-11 Hemos sido llamados a ser santos -a ret1ejar la justicia y la pureza de Dios. Resumen La santidad tiene dos significados: (1) "lo otro" o "lo apar- tado", y (2) "las acciones puras Yjustas". 1. 2. SANTO 1. Lo otro (majestad) = 2. Pureza (justicia) Quizás uno de los momentos más divertidos de esta vida sea cuando observamos como un pequeño perro o gato persiguen su propia sombra. En vano tratan de alcanzarla. Cuando se mueven, su sombra se mueve con ellos. Esto no sucede en el caso de Dios. Santiago nos dice: "Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación" (Santiago 1:17). Dios nunca cambia. En Él no hay "sombra de variación". Esto no está únicamente sugiriendo que Dios es inmaterial y que por lo tanto es incapaz de tener una sombra, sino que asimismo nos dice que Dios no tiene un "lado sombrío" en un sentido figurativo o moral. Las sombras sugieren oscuridad, y en términos espiritua- les la oscuridad sugiere maldad. Como no hay maldad en Dios, tampoco hay ningún indicio de oscuridad en Él. Él es el Padre de las luces. Cuando Santiago agrega que no hay "sombra de variación" en Dios no alcanza con entender esto simplemente en términos del ser incambiable e inmutable de Dios. Se trata también de una referencia al carácter de Dios. Dios no es solo enteramente bueno, sino que es siempre bueno. Dios no sabe cómo ser otra cosa que no sea bueno. La relación entre la bondad y Dios es tan estrecha que hasta los filósofos paganos como Platón equiparan la máxima bondad, el bien supremo, con Dios mismo. La bondad de Dios se refiere tanto a su carácter como a su conducta. Sus actos proceden de su propio ser. Dios actúa en base a lo que Él es. De la misma manera que un árbol corrupto no puede producir fruta incorrupta, tampoco un Dios incorrupto puede producir fruta corrupta. La ley de Dios refleja su bondad. El que Dios sea bueno no es consecuencia de que Dios obedezca y pueda ser juzgado por alguna ley cósmica ajena a sí mismo, o debido a que Dios define la bondad de manera tal que pueda actuar sin estar sujeto a ninguna ley y por el solo poder de su autoridad le sea permitido declarar sus acciones como buenas. La bondad de Dios no es ni arbitraria ni caprichosa. Dios no obedece una ley, sino que la ley que 'i'J 53
  • 40. Las grandes doctrinas de la Biblia obedece es la ley de su propio carácter. Dios siempre actúa de acuerdo con su propio carácter, que es eterno, inmutable, e intrín- secamente bueno. Santiago nos enseña que todo lo bueno y lo perfecto provienen de Dios. Dios no es solo el estándar principal de bondad; es la Fuente de toda bondad. Uno de los versículos más populares del Nuevo Testamento es el de Romanos 8:28. "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados". Este texto sobre la providencia divina es tan difícil de comprender como lo es de popular. Si Dios es capaz de hacer que todo lo que nos suceda redunde en nuestro bien, entonces en última instancia todo lo que nos suceda será bueno. Conviene resaltar aquí la expresión en ultima instancia. En el plano mundano nos pueden suceder cosas que sean maldad. (Debemos estar precavidos y no llamar al bien, maldad o a la maldad, bien.) Encontramos aflicción, miseria, injusticia, y otro montón de maldades. Sin embargo, Dios en su bondad trasciende todas estas cosas y hace que ellas ayuden para nuestro bien. Para el cristiano, en última instancia, no existen las tragedias. En última instancia, la providencia de Dios hará que todas estas maldades tan cercanas redunden para nuestro beneficio final. Martín Lutero comprendió muy bien este aspecto de la buena providencia de Dios cuando dijo que "si Dios me pidiera que comiera el estiércol de la calles, no solo lo comería sino que sabría que es para mi bien". Resumen l. Las criaturas tienen sombra por causa de la oscuridad del pecado. La bondad de Dios 4. Dios es inseparable de la ley. Ley / DIOS 5. Dios es su propia ley. ~ ~ Pasajes bíblicos para la reflexión Éxodo 34:6-7 Salmo 25:8-10 Salmo 100:1-5 Romanos 8:28-39 Santiago 1:17 l.... criaturaJ (Tiene sombra) 1 DIOS I (No tiene sombra) 2. Dios no tiene un lado sombrío. 3. Dios no está bajo ninguna ley. 54 Ley ~ DIOS ss
  • 41. LA JUSTICIA DE DIOS La justicia es una palabra que escuchamos decir todos los días. La usamos en nuestras relaciones personales, en el trato social, con respecto a la legislación, y en ocasión de los veredictos de un tribunal. Pero aunque se trata de una palabra tan frecuentemente utilizada, ha confundido a los filósofos que buscan definirla con exactitud. Muchas veces relacionamos y equiparamos la justicia con lo que se ha ganado o se merece. Hablamos de personas que reciben su justa retribución en términos de recompensas o castigos. Pero las recompensas no siempre son otorgadas en base al mérito. Supongamos que realizamos un concurso de belleza y declaramos que se otorgará un premio a la persona considerada la más bella, Si la "belleza" recibe el premio, no será porque hay algo meritorio en ser bella. En realidad, se hará justicia cuando se le otorgue el premio al participante más bello. Si los jueces votan por alguien a quien no consideran la persona más bella (ya sea por razones políticas, o porque fueron sobornados) entonces el resultado de! concurso será injusto, Por este tipo de razones es que Aristóteles definió la justicia corno "el dar a una persona su merecido". Lo "merecido" puede estar determinado por obligaciones éticas o por algún acuerdo previo. Si una persona es castigada con mayor severidad que la requerida por su crimen, el castigo es injusto. Si una persona recibe una recompensa menor a la que es acreedor, entonces la recompensa no ha sido justa. ¿Cómo se relaciona entonces la misericordia con la justicia? La misericordia y la justicia son obviamente dos cosas distintas, aunque a veces se las confunda. La misericordia ocurre cuando a quienes actuaron mal se les da un castigo menor al merecido o una recompensa mayor a la que se han ganado. Dios templa su justicia con misericordia. Su gracia es esen- cialmente un tipo de misericordia. Dios es misericordioso hacia nosotros cuando no nos castiga como nos correspondería y cuando recompensa nuestra obediencia aun teniendo en cuenta que le debernos obediencia y que por lo tanto no mereceríamos ninguna 57
  • 42. Las grandes doctrinas de la Biblia recompensa. Dios siempre tiene la voluntad de ejercer su miseri- cordia. No está obligado a ser misericordioso. Se reserva el derecho a ejercer su gracia de acuerdo con su voluntad. Por eso le dice a Moisés: "Tendré misericordia del que yo tenga miseri- cordia, y me compadeceré del que yo me compadezca" (Romanos 9:15). Las personas suelen quejarse de que Dios no es justo porque no distribuye su gracia o su misericordia a todos por igual. Nos quejamos de que si Dios perdona a alguien está entonces obligado a perdonar a todos. Sin embargo, vemos claramente en la Escritura que Dios no trata a todos del mismo modo. Dios se reveló a Abraham de un modo como no lo hizo con los otros paganos en el mundo antiguo. En su gracia se le apareció a Pablo en el camino como no se le apareció a Judas Iscariote. Pablo recibió la gracia de Dios; Judas Iscariote recibió su justicia. La misericordia y la gracia no son formas de justicia, pero no son actos de injusticia. Si el castigo de Judas hubiese sido más severo que el que merecía, entonces habría tenido motivos para quejarse. Pablo recibió la gracia, pero esto no significa que Judas tenga también derecho a recibir la gracia. Si la gracia debe ser exigida a Dios, si Dios está obligado a manifestar su gracia, entonces no estamos hablando de la gracia sino de la justicia. Bíblicamente, la justicia se define en términos de rectitud. Cuando Dios es justo, está actuando con rectitud. Abraham le preguntó a Dios una pregunta retórica que tiene una sola respuesta obvia: "El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?" (Génesis 18:25). De la misma manera, el apóstol Pablo hizo la misma pregunta retórica: "¿Qué pues diremos? ¿Qué hay injusti- cia en Dios? En ninguna manera" (Romanos 9:14). Resumen l. La justicia consiste en dar lo que se merece. 2. La justicia bíblica está relacionada con la rectitud, con actuar con justicia. 3. La injusticia cae fuera de la categoría de justicia y es una violación a la justicia. La misericordia también cae fuera de la categoría de justicia pero no es una violación a la justicia. 58 La justicia de Dios Pasajes bíblicos para la reflexión Génesis 18:25 Éxodo 34:6-7 Nehemías 9:32-33 Salmo 145:17 Romanos 9:14-33 59
  • 43. PcéllJrtce L&§ ([J)lbJre&§ Y R([J)§ JceceJrcet([J)§ de Di([J)§
  • 44. , 19 LA CREACIÓN Todo lo que existe en el tiempo y el espacio tuvo un principio. Yo tuve un principio; todos tuvimos un principio. La casa en que vivimos ha tenido un principio. La ropa que vestimos ha tenido un principio. Hubo un tiempo en que nuestras casas, nuestra ropa, nuestros automóviles, nuestras lavadoras, y nosotros mismos, no existíamos. No eran, no existían. Nada puede resultar más obvio que esto. Como estamos rodeados por cosas ypersonas que obviamente tuvieron un principio, nos vemos tentados a saltar a la conclusión de que todo tuvo un principio. Esta conclusión, sin embargo, podría ser un salto fatal al abismo de lo absurdo. Sería fatal para la religión. También sería fatal para la ciencia y la razón. ¿Por qué? ¿No dije en un comienzo que todo lo que existe en el tiempo y el espacio tuvo un principio? ¿No es acaso 10 mismo que decir que todo tuvo un principio? De ningún modo. Resulta simplemente imposible lógica y científicamente que todo haya tenido un principio. ¿Por qué? Si todo lo que existe tuvo un principio, entonces debe haber habido un tiempo cuando nada existía. Detengámonos un instante para reflexionar. Intentemos ima- ginarnos que nada existe. Absolutamente nada. No podemos ni siquiera concebir la nada absoluta. El concepto en sí mismo es la negación de algo. Sin embargo, si dicho tiempo cuando nada existía fue, ¿qué habría ahora? Exactamente. ¡Nada! Si no había nada, entonces la lógica me obliga a deducir que siempre habrá nada. Ni siquiera es posible hablar de un "siempre" en que nada hubo. ¿Cómo podemos tener tanta certidumbre, en realidad, la más absoluta de las certezas, de que si no había nada entonces no habría nada ahora? La respuesta es sorprendentemente sencilla, a pesar de que hasta las personas muy inteligentes se tropiezan con este hecho tan obvio. La respuesta es sencillamente que no se puede extraer algo a partir de la nada. Una ley absoluta de la ciencia y de la lógica es ex nihilo nihilfit (de la nada, nada surge). La nada no puede producir nada. La nada no puede reír, cantar, llorar, 63
  • 45. La creación trabajar, bailar o respirar. Y de ningún modo puede crear. La nada no puede hacer nada porque nada es. No existe. No tiene absolu- tamente ningún poder porque no es. Para que algo surgiera de la nada tendría que poseer el poder de la autocreación. Debería ser capaz de crearse a sí mismo, de traerse a la existencia. Pero esto es a todas luces un absurdo. Para que algo se cree o se produzca a sí mismo es necesario que sea antes de ser. Pero si algo ya es, no tiene necesidad de ser creado. Para crearse a sí mismo, algo debería ser y no ser, debería existir y no existir, al mismo tiempo y en el mismo sentido. Esto es una contradicción. Violala más fundamental de todas las leyes cien- tíficas y racionales, la ley de la no contradicción. Si es que sabemos algo, sabemos que si hoy algo existe, entonces, de algún modo, y en algún lugar, debe haber habido algo que no tuvo un principio. Soy conciente de que pensadores brillantes como Bertrand Russell, en su famoso debate con Fre- derick Copelston, argumentó que el universo presente es el resul- tado de una "serie infinita de causas finitas". Postula una serie infinita, desarrollándose hacia la eternidad pasada, de cosas cau- sadas causando otras por siempre. Lo que esta idea hace es simplemente replantear el problema de la autocreación hacia el infinito. Es un concepto fundamentalmente tonto. El hecho de que haya sido propuesto por personas inteligentes no lo hace menos tonto. Es peor que una tontería. Las tonterías pueden ser reales. Pero este concepto es lógicamente imposible. Russell puede negar la ley de que nada surge de la nada, pero no puede refutarla sin cometer un suicidio mental. Sabemos (con certidumbre lógica) que si algo existe ahora, entonces debe haber algo que no tuvo un principio. La cuestión ahora se convierte en saber qué o quién. Hay muchos académicos que creen que la respuesta al qué la hallamos en el universo mismo. Argumentan (como en el caso de Carl Sagan) que no hay necesidad de buscar más allá del universo para encontrar algo que no tenga un principio a partir del cual todo proviene. En otras palabras, no es necesario suponer que exista algo semejante a "Dios" que trascienda el universo. El universo, o alguna cosa dentro del universo, puede cumplir esta función perfectamente. Hay un error muy sutil en este escenario. Tiene que ver con el significado del término trascendente. En filosofía y en teología 64 Las grandes doctrinas de la Biblia la idea de trascendencia significa que Dios está "sobre y más allá" del universo en el sentido de que Dios es un ser de orden superior a los otros seres. Solemos referimos a Dios como el Ser supremo. ¿Qué es lo que convierte al Ser supremo en algo distinto de los seres humanos? Notemos que ambos conceptos tienen algo en común, la palabra ser. Cuando decimos que Dios es el Ser supremo, estamos diciendo que es un tipo de ser distinto a los seres ordinarios. ¿En que consiste precisamente esta diferencia? Lo llamamos supremo porque no tiene principio. Él es supremo porque todos los demás seres le deben su existencia a Él, mientras que Él no le debe su existencia a nadie. Él es el Creador eterno. Todo lo demás es la obra de su creación. Cuando Carl Sagan y otros dicen que dentro del universo, y nopor encima omásalládel universo, hayalgoque noha sidocreado, simplemente están haciendo uso de sofismas para hablar sobre la morada del Creador. Están diciendo que lo que no fue creado vive aquí (dentro del universo), y no "allá afuera" (por encima o trascen- diendo el universo). Pero esto todavía requiere la existencia de un Ser supremo. La parte misteriosa, a partir de la cual provienen todas las cosas creadas, todavía estará más allá y por encima de cualquier otra cosa de la creación en términos de ser. En otras palabras, todavía se requiere la existencia de un Ser trascendente. Cuanto más indagamos sobre este "Creador dentro-del-uni- verso", más se asemeja a Dios. No ha sido creado. Crea todo lo demás. Tiene el poder intrínseco de ser. Lo que resulta tan claro como el agua es que si algo ahora existe, entonces debe haber un Ser supremo que lo hizo existir. La primera afirmación de la Biblia es "En el principio creó Dios los cielos y la tierra". Este texto es fundacional para todo el pensamiento cristiano. No se trata solamente de una afirmación religiosa sino que es un concepto racionalmente necesario. Resumen l. Todo lo que existe en el tiempo y el espacio tuvo un principio. 2. De la nada no puede surgir algo. La nada, nada puede hacer. 3. Si no había nada, entonces ahora habría nada. 4. Ahora existe algo; por lo tanto, debe existir algo que no tuvo un principio. 65
  • 46. La creación 5. Las cosas no se pueden crear a sí mismas porque esto impli- caría que fueran antes de ser. 6. Si alguna "parte" del universo no ha sido creada, entonces esta "parte" es superior o trascendente a las partes que han tenido un principio. 7. Un ser que no ha sido creado es supremo (es un ser de un orden superior a los seres creados), independientemente de dónde esté su morada. 8. La trascendencia se refiere a un nivel de existencia, no a la geografía. Pasajes bíblicos para la reflexión Génesis 1 Salmo 33:1-9 Salmo 104:24-26 Jeremías 10:1-16 Hebreos 11:3 66 LA PROVIDENCIA En Rhode Island hay una ciudad importante llamada Providence ("Providencia" en castellano). Este nombre tiene algo de extraor- dinario. El nombre de la ciudad hace que nos demos cuenta del abismo que separa el pensamiento de nuestra sociedad actual del pensamiento de las generaciones pasadas. ¿A quién hoy día se le ocurriría llamar a una ciudad "Providencia"? La palabra de por sí suena pasada de moda y arcaica. Cuando leo los escritos de los cristianos de siglos pasados me llama la atención la multitud de referencias a la providencia de Dios. Parece ser como si antes del advenimiento del siglo veinte los cristianos sintonizaban más con la providencia de Dios en sus vidas que lo que sucede ahora. El espíritu del naturalismo que entiende que todos los acontecimientos en la naturaleza están gobernados por fuerzas naturales ha hecho su impacto sobre nuestra generación. La raíz del significado de la palabra providencia es "prever o verde antemano", o "proveer". La palabra, como tal, no transmite el significado profundo de la doctrina de la providencia. La doctrina implica mucho más que el hecho de que Dios sea un espectador de los acontecimientos humanos. Conlleva más que una simple referencia a su previo conocimiento. Los ministros de Westminster en el siglo diecisiete definieron la providencia de la siguiente manera: Dios, el gran Creador de todas las cosas, sostiene, dirige, dispone y gobiernaa todas lascriaturas,acciones, y cosas, desde la más grande hasta la más pequeña, por su más sabia y santa providencia, de acuerdocon su previo conocimiento infalible,y el libre e inmutable consejo de su propia voluntad, para la alabanza de la gloria de su sabiduría, su poder,sujusticia, su bondad y su misericordia'. Dios también sostiene lo que crea. El universo no solo depen- de de Dios para su origen, depende de Dios para continuar existiendo. El universo no puede ni existir ni operar por su propio poder. Dios tiene todo en su poder. Es en Él que vivimos, nos movemos y somos. 67
  • 47. Las grandes doctrinas de la Biblia El punto central de la doctrina de la provi~encia e? la iu:por- tancia otorgada al gobierno de Dios sobre el universo. El gobierna a su creación con absoluta soberanía y autoridad. Gobierna todo lo que acontece, desde lo más importante hasta lo más insi~nifi­ cante. No sucede nada que esté fuera del alcance de su gobierno providencial soberano. Él hace que caiga la lluv~a ~ que brille el sol. Él hace que surjan los reinos y los hace caer. El tiene contados los cabellos sobre nuestras cabezas y los días de nuestra vida. Hay una diferencia crucial entre la providencia de Dios y el destino, la fatalidad o la fortuna. La clave de esta diferencia la encontramos en el carácter personal de Dios. El destino es ciego, mientras que Dios todo lo ve. La fatalidad es impersonal, mientras que Dios es un Padre. La fortuna no tiene voz, ~ientras que Dios puede hablar. No hay fuerzas impersonales y ciegas act~an?~ en la historia de la humanidad. Todo acontece por la mano invisible de la Providencia. En un universo gobernado por Dios no hay lugar para acon- tecimientos fortuitos. La casualidad no existe. La probabilidad es solo una palabra que utilizamos para describir las posibilidades matemáticas. Pero ni la casualidad ni la probabilidad intrínseca- mente tienen ningún poder porque no son. La casualidad no es una entidad capaz de influenciar la realidad. La casualidad no es algo. Es nada. . Otro aspecto de la providencia es llamado la concurrencia. La concurrencia se refiere a las acciones coextensivas de Dios y los seres humanos. Somos criaturas con nuestra propia voluntad. Podemos provocar acontecimientos. Sin embargo, el poder cau~al que ejercemos es secundario. ,La providencia soberana de ?lOS trasciende nuestras acciones. El cumple su voluntad a traves de las acciones de las voluntades humanas, sin violar la libertad de dichas voluntades humanas. El ejemplo más claro de concurrencia que encontramos en la Escritura es el caso de José y sus hermanos. Aunque los hermanos de José incurrieron en una culpa verdadera por haber traicionado a su hermano, la providencia de Dios seguía actuando a través de su pecado. José le dijo a sus hermanos: "Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo" (Génesis 50:20). . , La providencia redentora de Dios puede obrar incluso a traves de las acciones más diabólicas. La ofensa más grande jamás 68 La providencia cometida por un ser humano fue la traición de Cristo por Judas. Sin embargo, la muerte de Cristo no fue un accidente histórico. Estaba en concordancia con el consejo determinado de Dios. El acto malvado de Judas hizo que sucediera lo mejor que haya sucedido en la historia, la Expiación. No es ninguna casualidad que ese día sea conocido históricamente como el Viernes "Santo". Resumen 1. Hoy en día no se cree generalmente en el concepto de la providencia divina. 2. La providencia implica la obra de Dios para sostener a su creación. 3. La providencia se refiere principalmente al gobierno de Dios sobre la creación. 4. A la luz de la providencia divina no hay cabida para fuerzas impersonales como el destino, la fatalidad o la casualidad. 5. La providencia implica la concurrencia por medio de la cual Dios obra su divina voluntad a través de la voluntad de sus criaturas. Pasajes bíblicos para la reflexión Job 38:1-41:34 Daniel 4:34-35 Hechos 2:22-24 Romanos 11:33-36 69
  • 48. LOS MILAGROS A veces, cuando juego al golf con mis amigos (en un campo de golf que tiene un número elevado de lagunas de agua), hago un tiro equivocado y la pelota sale en dirección a una laguna, pero luego salta rozando la superficie del agua y se detiene del otro lado. Como soy un ministro, mis amigos se extrañan de dicho logro y comentan el hecho con expresiones tales como: "[Es un milagro!" Como cualquier niño puede saberlo, no se requiere un milagro para hacer saltar una piedra sobre la superficie del agua. Tampoco se requiere de un milagro para hacer saltar una pelota de golf sobre el agua. Siempre y cuando la pelota tenga la trayectoria correcta y esté girando sobre sí misma, es un hecho sencillo. El término milagro hoy se utiliza con demasiada ligereza. Por rutina decimos que ocurrió un milagro cuando se da un pase en profundidad en un partido, o se evita un accidente a último momento, o cuando contemplamos la belleza de una puesta de sol. Pero la palabra milagro puede ser utilizada de tres maneras distintas. La primera de ellas describe acontecimientos ordinarios, pero que nos causan una fuerte impresión. Nos referimos al nacimiento de un bebé, por ejemplo, como un milagro. Al hacerlo, estamos honrando a Dios por los detalles y la belleza de su creación. Nos quedamos asombrados de la majestad del cosmos al ver cómo Dios obra a través de los medios secundarios de las leyes naturales, las que a su vez son creaciones de Dios. En este sentido el término milagro se refiere a cosas ordinarias que apuntan a una causa extraordinaria, el poder de Dios. La segunda manera en que utilizamos el término milagro es similar a la primera. Con frecuencia en la Escritura leemos como Dios obra a través de medios secundarios en el momento y el lugar más propicio. La estrella de Belén, por ejemplo, posiblemente tuvo una causa científica y natural. La extraordinaria alineación de un grupo de estrellas, o una supernova pueden haber sido la explicación de suluminosidad. Pero el reconocer esta posibilidad, sinembargo, no hace que el acontecimiento sea menos milagroso. La luz irradió su brillo en oportunidad del nacimiento de Cristo. 71
  • 49. Las grandes doctrinas de la Biblia Le indicó a los magos el camino a Belén. La estrella es entonces un milagro de tiempo y lugar. Este milagro honra a Dios y a su manera de tejer el tapiz de la historia y, por lo tanto, debemos reconocer que el acontecimiento ocurrió de manera milagrosa. En tercer lugar, los milagros se refieren a actos de Dios contrarios a la naturaleza. Este es el uso más técnico del término. Cuando Jesús convirtió el agua en vino o cuando levantó a Lázaro de entre los muertos, Dios estaba actuando por encima de sus leyes naturales. No hay explicación natural posible para estos aconte- cimientos. Sirven para convalidar a Cristo como el Hijo divino de Dios. La Biblia utiliza varias palabras para encerrar el concepto contenido en la palabra milagro. La Biblia nos habla de señales, maravillas y prodigios. En el sentido más restricto, identificamos los milagros con la palabra bíblica señales. A los milagros se los llama señales porque como cualquier señal, apuntan hacia algo que es distinto a ellas, algo que es más significativo. Dios utilizó los milagros con sus agentes como prueba o confirmación de la revelación divina (Hebreos 2:3-4). Dios le otorgó a Moisés la capacidad de hacer milagros para que esto fuera la prueba de que Dios había enviado a Moisés. Del mismo modo, Dios autenticó a su Hijo por medio de las señales que Él hizo. En la actualidad hay tres puntos de vista distintos de entender los milagros. El primer punto de vista es escéptico y niega la posibilidad de que los milagros hayan ocurrido alguna vez. El segundo punto de vista considera que los milagros ocurrieron en los tiempos bíblicos y que todavía ocurren hoy en día. Y el tercer punto de vista considera que hubo milagros verdaderos en la Biblia, pero que una vez que Dios terminó de establecer su revelación en la Escritura, dejó de realizar milagros. Según este punto de vista, Dios todavía obra en el mundo de manera sobre- natural pero no le otorga el poder de realizar milagros a los seres humanos. Resumen l. La Biblia nos habla de señales, prodigios y maravillas. 2. La Biblia registra distintos tipos de milagros. 3. Todos los milagros son acontecimientos sobrenaturales, pero no todos los acontecimientos sobrenaturales son milagros. 72 Pasajes bíblicos para la reflexión Éxodo 4:1-9 1 Reyes 17:21-24 Juan 2:11 Hebreos 2:1-4 73 Los milagros
  • 50. LA VOLUNTAD DE DIOS Doris Day cantaba una canción popular llamada "(Lo) que será, será". A primera vista, el tema de esta canción parece transmitir un tipo de fatalismo que es deprimente. La teología islámica frecuentemente dice con respecto a algún acontecimiento especí- fico: "Así es la voluntad de Alá". La voluntad de Dios -su autoridad soberana sobre su crea- cióny sobre todo lo que en ella hay- es un tema muy importante en la Biblia. Cuando nos referimos a la voluntad de Dios lo hacemos, por lo menos, de tres maneras distintas. El concepto más amplio se conoce como la voluntad secreta, decretal, o soberana de Dios. Los teólogos utilizan esta expresión para referirse a la voluntad de Dios por medio de la cual en su soberanía ordena todo loque tiene lugar. Como Dios es soberano y su voluntad no puede versefrustrada, podemos tener la certeza de que nada sucede fuera de su control. Por lo menos, debe "permitir" que suceda lo que sucede. Pero incluso cuando Dios pasivamente permite que suce- dan las cosas, elige permitirlas en la medida que siempre tiene el poder y el derecho de evitar e intervenir en las acciones y los acontecimientos de este mundo. En la medida que permite que las cosas sucedan, "está disponiendo" de ellas en este sentido. Aunque la soberana voluntad de Dios nos suele ser descono- cida hasta que se haya cumplido, hay un aspecto de su voluntad que nos resulta muy claro -su voluntad preceptiva. Dios revela su voluntad por intermedio de su santa ley. Por ejemplo, es la voluntad de Dios que no robemos; que amemos a nuestros ene- migos; que nos arrepintamos; que seamos santos. Este aspecto de la voluntad de Dios nos ha sido revelado en su Palabra y en nuestras conciencias, en las que Dios ha escrito su ley moral sobre nuestros corazones. Sus leyes, ya sean las que encontramos en la Escritura o en nuestro corazón, tienen plena vigencia. No tenemos ninguna autoridad para violar su voluntad. Tenemos el poder o la capaci- dad de distorsionar la voluntad preceptiva de Dios, pero nunca tendremos el derecho de hacerlo. Tampoco es una excusa que nos disculpemos por pecar, diciendo: "(Lo) que será, será". Puede ser 75
  • 51. Las grandes doctrinas de la Biblia la voluntad soberana y secreta de Dios que se nos "permita" pecar, al disponer que su voluntad se cumpla por intermedio de los actos pecaminosos de la gente. Dios dispuso que Jesús fuera traicionado por instrumento de la traición de Judas. Pero esto no convierte al pecado de Judas en una traición menor o a Judas en menos malvado. Cuando Dios nos "permite" que transgredamos su vo- luntad preceptiva, no debemos entender este permiso en un sen- tido moral, de otorgarnos un derecho moral. Su permiso nos da el poder de pecar, pero no el derecho a pecar. La tercer manera como la Biblia habla de la voluntad de Dios es con respecto a la voluntad de disposición de Dios. Esta voluntad nos describe la actitud de Dios. Nos define qué es lo que le agrada a Dios. Por ejemplo, Dios no se deleita en la muerte de los malvados, pero dispone o decreta la muerte de los malvados. El deleite supremo de Dios está en su propia santidad y justicia. Cuando Dios juzga al mundo, se deleita en reivindicar su propia rectitud yjusticia, pero no se complace por haberse vengado, para decirlo de cierto modo, de los que debían recibir su juicio. Dios se complace cuando nosotros encontramos nuestro placer en la obediencia. Se disgusta, y mucho, cuando somos desobedientes. Muchos cristianos se preocupan, y hasta llegan a obsesionar- se, por encontrar la "voluntad" de Dios para sus vidas. Si la voluntad que estamos buscando es su voluntad secreta, oculta, o decretal, entonces nuestra búsqueda será infructuosa. El consejo secreto de Dios es un secreto que le pertenece. No le ha agradado darlo a conocer a nosotros. Lejos de ser una señal de espirituali- dad, la búsqueda de la voluntad secreta de Dios es una invasión inexcusable a lo que es privativo de Dios. El consejo secreto de Dios no es asunto nuestro. Por eso es que la Biblia asume, en parte, una posición muy negativa con respecto a los adivinadores, la necromancia, y otras formas de prácticas prohibidas. Debemos ser sabios y seguir el consejo de Juan Calvino cuando dijo: "Cuando Dios cierra su santa boca, dejo de insistir". La verdadera señal de espiritualidad es la que encontramos en quienes buscan conocer la voluntad de Dios revelada en su volun- tad preceptiva. Es la persona piadosa que medita en la ley de Dios de noche y de día. Mientras buscamos la "guía" del Espíritu Santo, es fundamental que recordemos que el Espíritu Santo nos guía antes que nada a la justicia. Hemos sido llamados a vivir nuestras vidas de acuerdo con cada palabra que salga de la boca de Dios. 76 La voluntad de Dios La voluntad revelada de Dios deberá ser nuestra ocupación; incluso más, en realidad deberá consistir en la principal ocupación de nuestras vidas. Resumen 1. La voluntad de Dios significa tres cosas: (a) La voluntad decretal soberana es la voluntad por medio de la cual Dios hace que se cumplan todos sus decretos y ordenanzas. Esta voluntad es secreta hasta el momento en que acontezca. (b) La voluntad preceptiva es la ley o los mandamientos revelados por Dios. Tenemos la capacidad de transgre- dirlos, aunque no el derecho. (e) La voluntad de disposición describe la actitud o la dis- posición de Dios. Nos revela lo que le agrada a Dios. 2. El pecado humano cuenta con el "permiso" soberano de Dios pero no cuenta con su aprobación moral. Pasajes bíblicos para la reflexión Juan 19:11 Romanos 9:14-18 Efesios 1:11 Colosenses 1:9-14 Hebreos 6:13-18 2 Pedro 3:9 77
  • 52. LA ALIANZA La estructura básica de la relación que Dios ha establecido con su pueblo es la alianza. Una alianza es algo así como un contrato. Si bien hay algunas similitudes entre las alianzas y los contratos, hay también algunas diferencias importantes. Se trata en ambos casos de acuerdos que crean compromisos. Los contratos suelen conso- lidarse a partir de dos posiciones negociadoras en igualdad de condiciones, y ambas partes están en libertad de no firmar el contrato. Una alianza también es un acuerdo. Sin embargo, las alianzas en la Biblia no suelen ser entre iguales. Por el contrario, siguen el patrón común de los tratados entre el soberano y sus vasallos, en la antigüedad del Cercano Oriente. Los tratados entre el soberano y sus vasallos (como se ve en el caso de los reyes Hititas) eran pactados entre un rey conquistador y el conquistado. No había ninguna negociación entre las partes. El primer elemento de estos pactos es el preámbulo, que identi- ficaalas partesrespectivas.Éxodo 20:2 comienza diciendo: "Yo soy Jehová tu Dios". Dios es el soberano; el pueblo de Israel son los vasallos. El segundo elemento es el prólogo histórico. Esta sección describe lo que el soberano (o el Señor) ha hecho para merecer la lealtad, como el haber liberado a los hebreos de la esclavitud en Egipto. En términos teológicos, esta es la sección de la gracia. En la siguiente sección, el Señor detalla lo que exigirá de quienes están bajo su gobierno. En Éxodo 20, estas exigencias son los Diez Mandamientos. Cada uno de los mandamientos era considerado un compromiso moral asumido por toda la comuni- dad que hacía el pacto. La parte final de este tipo de pacto detalla las bendiciones y las maldiciones. El Señor describe los beneficios que le corres- ponderán a los vasallos que acaten lo estipulado en el pacto. Encontrarnos un ejemplo de esto en el quinto mandamiento. Dios le promete a los israelitas que serán largos sus días en la Tierra Prometida si honran a sus padres. El pacto también describe las maldiciones que sobrevendrán si el pueblo no cumple con sus responsabilidades. Dios le advierte a Israel que no los liberará de culpa si no honran su nombre. 79
  • 53. Las grandes doctrinas de la Biblia Resumen Los elementos de un pacto son los siguientes: 1. El preámbulo: identifica al soberano. 2. El prólogo histórico: describe la historia de la relación entre las partes. 3. Las cláusulas: se detallan los términos del pacto. 4. Los juramentos/votos: las promesas que comprometen a las partes a cumplir con los términos del pacto. 5. Las sanciones: las bendiciones y las maldiciones (las recom- pensas y los castigos) a ser ejecutadas por guardar o romper el pacto. 6. La ratificación: el sello del pacto con sangre; es decir, el sacrificio de animales o la muerte de Cristo. Este esquema básico es también evidente en las alianzas de Dios con Adán, con Noé, con Abraharn, con Moisés, y en el pacto de Jesús con su iglesia. En los tiempos bíblicos, las alianzas eran ratificadas con sangre. Era una costumbre para ambas partes de la alianza pasar entre animales despedazados, como prueba del acuerdo estable- cido en los términos de la alianza (véase Jeremías 34:18). Tene- mos un ejemplo de este tipo de alianza en Génesis 15:7-21 en donde Dios le hizo determinadas promesas a Abraham, las que fueron ratificadas por el sacrificio de animales. Sin embargo, en este caso fue solo Dios el que pasó entre los animales divididos, indicando de ese modo que se estaba comprometiendo por medio de un juramento solemne a cumplir la alianza. La nueva alianza, el pacto de la gracia, fue ratificada por el derramamiento de sangre de Cristo sobre la cruz. En el centro de esta alianza está la promesa de Dios de la redención. Dios no solo ha prometido redimir a todos los que confían en Cristo, sino que ha sellado y confirmado esa promesa con el más sagrado de todos los votos. Servimos y adoramos a un Dios que se entregó a sí mismo para nuestra plena redención. EL PACTO DE LAS OBRAS Cuando Adán y Eva fueron creados, tenían una relación moral con Dios, su Creador. Le debían obediencia sin ningún derecho inherente a reclamar una recompensa o bendición por dicha obediencia. En su amor, misericordia, y gracia, sin embargo, Dios voluntariamente entró en una alianza con sus criaturas para agre- gar una promesa de bendición a su ley. No se trataba de una alianza entre socios en igualdad de condiciones, sino una alian- za que descansaba en la iniciativa de Dios y en su divina autoridad. El pacto original entre Dios y la humanidad fue un pacto de obras. En este pacto, Dios exigía una obediencia perfecta y total a su gobierno. Les prometió la vida eterna como bendición él la obediencia, pero amenazó a la humanidad con la muerte si deso- bedecía la ley de Dios. Todos los seres humanos desde Adán hasta la actualidad están ineludiblemente incluidos en este pacto. Las personas puede rehusarse a obedecer o incluso pueden hasta no reconocer la existencia de dicho pacto, pero no pueden escaparse de sus cláusulas. Todos los seres humanos están bajo una relación pactada con Dios, ya sea como transgresores de dicho pacto o como fieles cumplidores del mismo. El pacto de las obras es la base de nuestra necesidad de salvación (porque lo hemos violado) y nuestra esperanza de redención (porque Cristo ha tomado nues- tro lugar y cumplido con las cláusulas del pacto). Basta solo un pecado para transgredir el pacto de las obras y convertirnos en deudores incapaces de saldar nuestra deuda con Dios. El hecho de que nosotros, después de haber cometido aunque tan solo sea un pecado,tengamos alguna esperanza de ser redimidos se debe a la gracia de Dios, y únicamente a la gracia de Dios. Las recompensas que recibiremos de Dios en el cielo son también actos de gracia. Son la coronación de Dios de sus propias dádivas de gracia. Si Adán hubiese sido obediente al pacto de las obras, solo habría alcanzado el mérito en virtud de haber cumplido lo pactado con Dios. Como Adán pecó, Dios, en su misericordia, instituyó un nuevo pacto de la gracia que hizo posible y vigente la salvación. Hebreos 8 Hebreos 13:20-21 Jeremías 31:31-34 Lucas 22:20 Pasajes bíblicos para la reflexión Génesis 15 Exodo 20 80 81
  • 54. Las grandes doctrinas de la Biblia Hay solo un humano que cumplió el pacto de las obras. Esa persona fue Jesús. Su obra como el segundo o el nuevo Adán cumplió con todos los términos de nuestro pacto original con Dios. El mérito que logró al cumplirlo está disponible para todos los que confían en Jesús. Jesús es la primer persona en entrar al cielo por sus buenas obras. Nosotros también podemos alcanzar el cielo por buenas obras -las buenas obras de Jesús. Se convierten en "nuestras" buenas obras cuando recibimos aJesús por la fe. Cuando ponemos nuestra fe en Cristo, Dios nos acredita las buenas obras de Cristo en nuestra cuenta. El pacto de la gracia cumple con el pacto de las obras porque Dios gratuitamente asigna el mérito de Cristo en nuestra cuenta. Por la gracia, entonces, es que podemos cumplir con los términos establecidos en el pacto de las obras. Resumen 1. Dios estableció un pacto de obras con Adán y Eva. 2. Todos los seres humanos están ineludiblemente comprometi- dos con el pacto de las obras establecido por Dios. 3. Todos los seres humanos han violado el pacto de las obras. 4. Jesús cumplió con el pacto de las obras. 5. El pacto de la gracia nos confiere los méritos de Cristo, que permiten satisfacer los términos del pacto de las obras. Pasajes bíblicos par la reflexión Génesis 2:17 Romanos 3:20-26 Romanos 10:5-13 Gálatas 3:10-14 82
  • 55. LA DEIDAD DE CRISTO La fe en la deidad de Cristo es necesaria para ser un cristiano, t"s una parte esencial del evangelio de Cristo del Nuevo Testamento. Sin embargo, en todos los siglos la iglesia se ha visto obligada 2. habérselas con personas que dicen ser cristianas mientras que al mismo tiempo niegan o distorsionan la deidad de Cristo. En la historia de la iglesia ha habido cuatro en que la confesión de la deidad de Cristo fue un asunto Ji crucial dentro de la iglesia. Fueron los siglos cuarto, diecinueve y veinte. Como estamos viviendo durante uno de los en que la herejía arremete contra la iglesia, es urgente que resguardemos la confesión de la iglesia sobre la deidad de Cristo. En el Concilio de Nicea, en el año 325 d.C; la iglesia en oposición a la herejía arriana declaró que Jesús había sido engen- drado, no hecho, y que su naturaleza divina era de la misma sustancia (homousios) que la del Padre. Esta afirmación declaró que la Segunda Persona de la Trinidad es una en sustancia COIl Dios el Padre. Es decir, el "ser" de Cristo es el ser de Dios. No es solo semejante a la Deidad, sino que es la Deidad. La confesión de la deidad de Cristo surge de los múltiples testimonios del Nuevo Testamento. Como el Lagos Encarnado, Cristo se nos revela no solo como siendo preexistente a la crea- ción, sino eterno. Se nos dice que en el principio era con Dios y que también Él era Dios (Juan 1:1-3). Que sea con Dios requiere una diferencia personal dentro de la Divinidad. sea Dios requiere que esté incluido en la Divinidad. En otros pasajes, el Nuevo Testamento le atribuye a Jesús términos y títulos que son claramente títulos divinos. Dios le otorga el título preeminentemente divino de Señor (Filipenses 2:9-11). Como Hijo del Hombre, Jesús dice ser el Señor del día de reposo (Marcos 2:28) y de tener autoridad para perdonar pecados (Marcos 2:1-12). Se lo llama el "Señor de la gloria" (Santiago 2:1) Yacepta la adoración de Tomás cuando le confiesa "[Señor mío, y Dios mío!" (Juan 20:28, véase Apocalipsis 22:8-9). Pablo nos dice que en Él habita toda plenitud de la divinidad (Colosenses 1:19) y que Jesús es más alto que los ángeles, un tema 85
  • 56. Las grandes doctrinas de la Biblia reiterado en el libro de los Hebreos. Adorar a un ángel o a cualquier criatura, no importa lo exaltada que sea, es violar la prohibición bíblica en contra de la idolatría. Los Yo soy del evangelio de Juan también son un testimonio de la identificación de Cristo con la Deidad. En el siglo quinto, el Concilio de Calcedonia (45 ¡ d.C.) afirmó que Jesús era verdadero hombre Ji verdadero Dios. Las dos naturale-zas de Dios, su humanidad y su divinidad, eran sin con- sin mutación, sin división y sin separación. Resumen l. La deidad de Cristo es una doctrina esencial para el cristia- nismo. 2. La iglesia ha tenido varias crisis heréticas con respecto a la deidad de Cristo en los siglos cuarto, quinto, diecinueve y veinte. 3. El Concilio de Nicea (325 d.C.) afirmó la deidad de Cristo, declarando que Él es de la misma sustancia o esencia que el Padre y que Él no es un ser creado. 4. El Nuevo Testamento afirma con claridad la deidad de Cristo. 5. El Concilio de Calcedonia (451 d.C.) declaró que Jesús era verdadero Dios. Pasajes bíblicos para la reflexión Marcos 2:28 Juan 1:}-14 Juan 8:58 Juan 20:28 Filipenses 2:9-11 Colosenses 1:19 86 LA SUBORDINACIÓN DE CRISTO ¿Qué es un subordinado? En nuestro idioma resulta claro que ser un subordinado de alguien es estar "bajo" la autoridad de es" persona. Un subordinado no es un igual; un 2':0 goza de la misma jerarquía que su superior o superiora. El sUD- significa "bajo" y super- significa "sobre" o "encima". Cuando hablamos de la subordinación de Cristo debemos hacerlo con mucho cuidado. Nuestra cultura equipara la subordi- nación con la desigualdad. Pero en la Trinidad todos los miembros son iguales en naturaleza, en honor yen gloria. Los tres miembros son eternos, preexistentes; participan de todos los aspectos y los atributos de la Deidad. En el plan de Dios para la redención, sin embargo, el voluntariamente asume un papel subordinado al Padre. Es el Padre quien envía al Hijo al mundo. El Hijo en obediencia viene a este mundo para hacer la voluntad del Padre. Debemos tener mucho cuidado y tomar nota, sin embargo, que no se trata de una obediencia forzada. Como son iguales en gloria, el Padre el son de una misma voluntad. El Padre desea la redención tante como la desea el Hijo. El Hijo está ansioso por cumplir la obra de la salvación, tanto como el Padre está ansioso de que Élla cumpla. Jesús declaró que lo consumía el celo por la casa de su Padre 2:17) y que su comida y bebida era hacer la voluntad del Padre. Por último, debemos señalar que la subordinación y la obe- diencia de Cristo no fue únicamente en el sufrimiento. El incluyó todos los aspectos de la obra de Cristo por nosotros y la glorificación final de Cristo. La Confesión de Westminster recoge la interrelación entre el propósito del Padre y la obra de Cristo: Le complació a Dios, en su eterno propósito, el elegir y ordenar al Señor Jesús, su Unigénito Hijo, para ser el Mediador entre Dios y el hombre, el Profeta, el Sacerdote y el Rey, la Cabeza y el Salvador de Su Iglesia, el heredero de todas las cosas, y el Juez del mundo; a quien le dio desde la eternidad un pueblo, para que fuera su semilla, y para que en el tiempo Él lo redimiera, llamara, justificara, santificara y glorificara1 . 87
  • 57. Las grandes doctrinas de la Biblia EL PADRE=EL HIJO EL HIJO Resumen LA HUMANIDAD DE CRISTO Que Dios el Hijo haya tomado sobre sí mismo una naturaleza humana real es una doctrina crucial del cristianismo histórico. El gran concilio ecuménico de Calcedonia, en el año 4S1 d.e. declaré que Jesús es verdadero hombre y verdadero Dios y que la huma- nidad y divinidad de Cristo están unidas sin confusión, sin muta- ción, sin división y sin separación, cada naturaleza conservando sus propios atributos. La verdadera humanidad de Jesús ha sido atacada, pnncipaí- mente en dos formas. La iglesia primitiva se vio a combatir la herejía del docetismo, que enseñaba que Jesús no había tenido un cuerpo físico real ni una verdadera naturaleza humana. Argumentaban que Jesús meramente "parecía" tener cuerpo pero que en realidad era un ser fantasmal. Para contrarres- tal' esto, Juan declaró con total firmeza que aquellos que negaban que Jesús había verdaderamente venido en la carne eran del Anticristo. La otra herejía rechazada por la iglesia consistió en la monofisita. Según esta herejía Jesús no tenía dos naturalezas sine solo una, y esta naturaleza singular no era ni verdaderamente divina ni verdaderamente humana sino una mezcla de ambas. Se la llamaba una naturaleza , La ",u' nofisita implica una naturaleza humana deificada o una naturaleza divina humanizada. formas sutiles de la mononsita que amenazan 2; la iglesia en cada generación. La tendencia es h~cia el . que la naturaleza humana de Dios sea absorbida por la naturaleza divina, de manera tal que la humanidad de Jesús no tenga ninguna limitación verdadera. Debemos distinguir entre las dos naturalezas de Jesús sin separarlas. Cuando Jesús tiene hambre, por ejemplo, vemos una manifestación de la naturaleza humana, no de la divina. Lo que se dice de la naturaleza divina o la naturaleza humana puede ser afirmado sobre la persona. Por ejemplo, en la cruz, Cristo, el Dios-hombre, murió. Esto, sin embargo, no significa decir que Dios pereció en la cruz. Aunque las dos naturalezas permanecen Juan 5:30 Hebreos 5:8-10 Pasajes bíblicos para la reflexión 1. Aunque Cristo es igual al Padre en términos de su naturaleza divina, está subordinado al padre en su papel en la redención. 2. La subordinación no implica ser "inferior". 3. La subordinación de Cristo es voluntaria. 4. La perfecta obediencia de Cristo hizo que cumpliera los requisitos para llevar el pecado de su pueblo y ganarse las recompensas del cielo prometidas a los redimidos. EL PADRE El Hijo subordinado en la economía de la redención Al someterse a sí mismo a la perfecta voluntad de su Padre, Jesús hizo lo que nosotros no estábamos dispuestos a hacer, ni éramos capaces de hacer, por nosotros mismos. Obedeció la ley de Dios de manera perfecta. En su bautismo Cristo le dijo a Juan: "Porque así conviene que cumplamos todajusticia" (Mateo 3: 15). Toda la vida y el ministerio de Jesús demuestran esta perfecta obediencia. Al obedecer la ley de manera perfecta, Jesús logró dos cosas importantes. Por un lado, cumplió con los requisitos para ser nuestro Redentor, el Cordero sin mancha. Si Jesús hubiese peca- do, no podría haber expiado sus propios pecados, mucho menos los nuestros. Por otro lado, su perfecta obediencia le mereció la recompensa prometida por Dios a todos quienes guardan su pacto. Mereció las recompensas del cielo que ahora las ha entregado a nosotros. Como el Subordinado, salvó a un pueblo que se había insubordinado. Iguales en el ser y en los atributos eternos Juan 4:34 Filipenses 2:5-8 Hebreos 10:5-10 88 89
  • 58. Las grandes doctrinas de la Biblia unidas después de la ascensión de Cristo, es necesario que todavía diferenciemos ambas naturalezas en lo que respecta a la modali- dad de su presencia entre nosotros. Con respecto a su naturaleza humana, Cristo ya no está entre nosotros. Sin embargo, con respecto a su naturaleza divina, Cristo siempre está entre nosotros. La humanidad de Cristo fue como la nuestra. Se hizo hombre "por nuestra causa". Compartió nuestra situación para actuar como nuestro Redentor. Se convirtió en nuestro sustituto, toman- do sobre sí mismo nuestros pecados y sufriendo en nuestro lugar. También se convirtió en nuestro defensor, cumpliendo con la ley de Dios en nuestro lugar. En la redención hay un intercambio en dos sentidos. Nuestros pecados son entregados a Jesús. Su justicia es entregada a noso- tros. Él recibe el juicio que correspondía a nuestra humanidad imperfecta, mientras que nosotros recibimos la bendición que le correspondía a su humanidad perfecta. En su humanidad Jesús compartía las mismas limitaciones comunes a todos los seres humanos, excepto que Él era sin pecado. En su naturaleza humana Él no era omnisciente. Su conocimiento, aunque verdadero y exacto, no era infinito. Había cosas que desconocía, tales como el día y la hora de su regreso a la tierra. Por supuesto, en su naturaleza divina Él es omnisciente y su conocimiento no tiene límites. Como un ser humano, Jesús estaba restringido por el tiempo y el espacio. Como cualquier otro ser humano, no podía estar en más de un lugar al mismo tiempo. Transpiró. Tuvo hambre. Lloró. Soportó el dolor. Era mortal, era capaz de sufrir la muerte. En todos estos aspectos Él era como nosotros. Resumen l. Jesús tuvo una naturaleza humana verdadera que estaba per- fectamente unida a su naturaleza divina. 2. El docetismo dice que Jesús no tuvo un cuerpo físico verdadero. 3. La herejía monofisita implica de deificación de la naturaleza humana, resultando su humanidad eclipsada por su deidad. 4. La humanidad de Cristo es la base de su identificación con nosotros. 5. Jesús llevó sobre sí nuestros pecados y nos imparte sujusticia. 6. La naturaleza humana de Jesús tenía las limitaciones de cualquier ser humano normal, excepto que Él era sin pecado. 90 La humanidad de Cristo Pasajes bíblicos para la reflexión Juan 1:1-14 Gálatas 4:4 Filipenses 2:5-11 Hebreos 2:14-18 Hebreos 4:15 91
  • 59. LA NO PECAMINOSIDAD DE CRISTO Cuando nos referimos a la no pecaminosidad de Cristo por lo general estamos haciendo referencia a su humanidad. Sería del todo innecesario afirmar la no pecaminosidad de la deidad de Cristo, ya que la deidad, por definición, no puede pecar ni peca. La doctrina sobre la no pecaminosidad de Cristo nunca ha sido campo de controversia fundamental. Ni siquiera los herejes más recalcitrantes de la historia la han negado. La no pecaminosidad de Cristo no nos sirve solamente de ejemplo. Es fundamental y necesaria para nuestra salvación. Si Cristo no hubiese sido el "cordero sin mancha" no podría haber asegurado la salvación de nadie, y además tendría que haber necesitado un salvador para Él mismo. Los múltiples pecados que Cristo cargó en la cruz requerían un sacrificio perfecto. Ese sacrificio debería ser hecho por uno que no tenía pecado. La no pecaminosidad de Cristo puede considerarse desde un punto de vista positivo y otro negativo. Negativamente, Cristo estaba completamente libre de cualquier transgresión. No que- brantó nada de lo establecido en la santa ley de Dios. Obedeció escrupulosamente todo lo que Dios ordenó. A pesar de su no pecaminosidad, Cristo igualmente obedeció la ley judía, some- tiéndose a la circuncisión, al bautismo, y posiblemente hasta al sistema de sacrificios. Positivamente, Cristo estaba ansioso por obedecer la ley; estaba comprometido en cumplir la voluntad de su Padre. De Cristo se nos dice que lo consumía el celo por la casa de su Padre (Juan 2:17) y que su comida era hacer la voluntad de su Padre (Juan 4:34). Una dificultad relacionada con la no pecaminosidad de Cristo está relacionada con el versículo de Hebreos 4:15: "Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nues- tras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado". Si Cristo fue tentado según nuestra semejanza, ¿cómo podría ser sin pecado? El problema se torna mayor aún cuando leemos Santiago 1:14-15, "sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, 93
  • 60. Las grandes doctrinas de la Biblia Resumen Pasajes bíblicos para la reflexión 1. La no pecaminosidad de Cristo es necesaria para nuestra salvación. 2. Jesús hizo la expiación como el Cordero sin mancha. 3. Cristo no fue tentado por sus deseos pecaminosos. 4. Jesús, por su perfecta obediencia, cumplió con la justicia (el mérito) que requeríamos para ser salvos. da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte". Santiago nos describe un tipo de tentación que surge de los deseos pecaminosos que existen dentro nuestro. Estos deseos ya son pecaminosos por naturaleza. Si Jesús fue tentado del mismo modo que somos tentados nosotros, esto parece estar sugiriendo que tenía deseos pecaminosos. Sin embargo, es precisamente hacia este asunto donde apunta el calificativo "pero sin pecado" del libro de Hebreos. Jesús tenía deseos. Pero no tenía ningún deseo pecaminoso. Cuando fue tentado por Satanás el asalto vino del exterior. Fue una tentación externa. Satanás trató de seducir a Jesús para que comiera durante su ayuno. Sin duda que Jesús tenía hambre físicamente, que deseaba comer. Pero no hay ningún pecado en tener hambre. Jesús deseaba comer; pero Jesús estaba comprometido a obedecer la voluntad de su Padre. No tenía ningún deseo de pecar. Fue la no pecaminosidad de Jesús lo que lo habilitó para ser el sacrificio perfecto por nuestros pecados. Sin embargo, nuestra salvación requiere dos aspectos para la redención. No solo fue necesario que Jesús fuese nuestro sustituto y que recibiera el castigo que merecían nuestros pecados; también tuvo que cumplir con toda la ley de Dios de manera perfecta para asegurar el mérito que nos era necesario para recibir las bendiciones del pacto de Dios. Jesús no solo murió como lo perfecto por Jo imperfecto, lo que era sin pecado por lo que era pecaminoso, sino que vivió la vida de perfecta obediencia exigida para nuestra salvación. EL NACIMIE VIRGI . , r ~ J, "·,28. " "t ~ " );/''• •~. /~,"'x "~~ ('.-",. ;f ~ , • " "",!iI,;.;.: La doctrina del nacimiento virginal de Jesús sostiene que e~ nacimiento de Jesús fue el resultado de una concepción rmlagrosa en la que la Virgen María concibió un niño en su vientre e: poder del Espíritu Santo, sin intervención de un padre humano. El nacimiento milagroso de Cristo nos está diciendo mucho su naturaleza. El hecho de que haya nacido de una mujer demuestra que Jesús era verdaderamente humano y que se convirtió en uno de nosotros. La humanidad de Cristo, sin embargo, no era samente igual a la nuestra. Nosotros hemos nacido con el original, Cristo no. El nacimiento virginal también está relacionado con la de Cristo. Si bien es posible que la Deidad se incorpore a este mundo de otra manera que no sea un nacimiento virginal, el milagro de su nacimiento nos demuestra la divinidad de Cristo, La anunciación del ángel Gabriel a María subraya este Cuando le dijo a María que habría de tener un María estaba sorprendida: "¿Cómo será esto? pues no conozco varón" ] :34). La respuesta de Gabriel a María tiene un significado decisivo para nuestro entendimiento del nacimiento virginal: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder el Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios" (Lucas 1:35). Y momentos más tarde el ángel agregó: "porque nada hay imposible para Dios" (Lucas 1:37). Fuera de la inseminación artificial, que es una variación moderna y no milagrosa de la concepción, no hay nada más regular y común en la naturaleza que la concepción de un bebé como resultado normal luego de una relación. Que una mujer que no ha tenido relaciones sexuales con un hombre quede embaraza- da no es solo un hecho biológico extraordinario sino que es claramente contrario a las leyes de la naturaleza. Pero el hijo de María no fue generado por María misma. El "padre" del niño fue el Espíritu Santo. El Espíritu descendiendo sobre María y "cubriéndola con su sombra" nos recuerda la obra del Espíritu Santo en la creación original del mundo. Nos revela Romanos 5:18-21 Hebreos 7:26 Mateo 3:15 2 Corintios 5:21 1 Pedro 3:18 94 95
  • 61. Las grandes doctrinas de la Biblia que este niño será una creación especial porque su padre es Dios mismo. Quienes no creen en el nacimiento virginal por lo general tampoco creen que Jesús es el verdadero Hijo de Dios. La doctrina del nacimiento virginal se convierte así en una doctrina divisoria de las aguas, separando a los cristianos ortodoxos de aquellos que no creen en la resurrección ni en la expiación. Resumen l. La Biblia enseña el nacimiento virginal claramente y sin ambages. 2. El nacimiento de Jesús de una mujer dirige nuestra atención a su humanidad y su venida como el nuevo o el segundo Adán. 3. El hecho de que Jesús haya nacido sin la intervención de un padre humano nos está indicando su naturaleza divina como el Hijo de Dios. 4. La negación del nacimiento virginal suele estar vinculada a la negación de los elementos sobrenaturales y milagrosos en la Escritura. Pasajes bíblicos para la reflexión Isaías 7:10-16 Mateo 1:23 Romanos 1:3-4 1 Corintios 15:45-49 Gálatas 4:4 96 JESUCRISTO COMO EL UNIGÉNITO HIJO La Biblia se refiere a Jesús como siendo "el unigénito del Padre" (Juan 1:14) Yesto ha provocado mucha controversia en la historia de la iglesia. Como a Jesús también se lo llama "el primogénito de toda creación" (Colosenses 1:15), se sostiene que la Biblia enseña que Jesús no es divino, sino que se trata de una criatura exaltada. Tanto los Testigos de Jehová como los Mormones niegan la deidad de Cristo apelando a estos conceptos. Es principalmente por causa de su negación de la deidad de Cristo que estos dos grupos son considerados sectas y no denominaciones cristianas propiamente dichas. La deidad de Cristo fue un tema crucial de discusión en el siglo cuarto cuando el hereje Arria negó la Trinidad. El principal argumento de Arria en contra de la deidad de Cristo anticipaba los argumentos modernos de los Testigos de Jehová JI los Mor- mones. Arria fue condenado como hereje en el Concilio de Nicea en el año 325 d.e. Arria sostenía que la palabra griega traducida como el sufijo "génito" (en la palabra "unigénito" y "primogénito") significaba "suceder", "convertirse", "comenzar a ser". Lo que ha sido en- gendrado debe tener un comienzo en el tiempo. Debe ser finito en lo que respecta al tiempo, lo que es un signo de una criatura. Ser "el primogénito de toda creación" sugiere la jerarquía superior de todo lo creado, superior a los ángeles, pero siempre dentro del orden de lo creado, sin ascender a un orden superior. Adorar a una criatura, de cualquier tipo, constituye una idolatría. Ningún ángel ni ninguna otra criatura es digna de adoración. AITioconcibió el atribuirle la deidad a Jesús como un rechazo blasfemo del mono- teísmo bíblico. Arria consideraba que Dios debía ser considerado "uno", uno en esencia y uno en persona. El Credo Niceno refleja la respuesta de la iglesia a la herejía arriana. Confiesa que Jesús "fue engendrado, no hecho". En esta fórmula tan sencilla, la iglesia estaba celosamente protegiéndose de la idea de interpretar el sufijo "génito" (en la palabra "unigé- nito" y "primogénito") como queriendo significar creado, o lle- vando implícita la idea de una criatura. 97
  • 62. Las grandes doctrinas de la Biblia Algunos historiadores han censurado al Concilio de Nicea por haberse comprometido en defender una causa especial o requerir una gimnasia mental para eludir el significado liso y llano de la palabra griega traducida por el sufijo génito en la expresión "el primogénito de toda creación". La iglesia, sin embargo, no huyó del significado primario de estos términos de una manera arbitra- ria. Había una base justificable para esgrimir el morfema génito con el calificativo "no hecho". En primer lugar, la iglesia estaba buscando entender estas expresiones dentro del contexto total de la enseñanza bíblica relacionada con la naturaleza de Cristo. Estando persuadida de que el Nuevo Testamento le asignaba claramente la deidad a Cristo, la iglesia se rehusaba a enfrentar una parte de la Escritura contra otra. En segundo lugar, si bien el Nuevo Testamento había sido escrito en griego, muchos de sus conceptos y formas de pensa- miento estaban cargados de significados hebreos. Los conceptos hebreos fueron transmitidos por el vehículo de la lengua griega. Este hecho de por sí ya nos está poniendo en sobreaviso con respecto a la tendencia a apoyarnos excesivamente sobre los matices del griego clásico. Del mismo modo que sería un error entender la palabra logos, tan cargada de connotaciones, que Juan utilizó para referirse a Jesús, exclusivamente con las ideas griegas asociadas a la utilización de ese término. En tercer lugar, el morfema génito es utilizado de una manera especial en el Nuevo Testamento. En Juan 1:14 Jesús es llamado "el unigénito". Nuevamente, en Juan 1:18 se lo llama "el unigénito Hijo". Hay evidencia muy significativa en los manuscritos que sugiere que el griego original decía "el unigénito Dios". Si este texto hubiese sido el aceptado, el debate ya habría sido superado. Sin embargo, si de todos modos tratamos el pasaje como diciendo "el unigénito Hijo", todavía contamos con un calificativo crucial. Jesús es llamado el unigénito (monogenais). El prefijo mono es más fuerte en griego que el prefijo castellano uni. Jesús es abso- lutamente singular en su génesis. Ha sido engendrado de una manera única en su género. No hay nada ni nadie que haya sido engendrado en el mismo sentido en que fue engendrado Jesús. El hecho de que la iglesia pueda hablar sobre la génesis eterna de Cristo es un intento de hacer justicia a este factor. El Hijo procede eternamente del Padre, no como una criatura, sino como la Se- gunda Persona de la Trinidad. 98 Jesucristo como el unigénito 'rijo El libro de Hebreos, que también hace referencia a Jesús come "engendrado" (Hebreos 1:5), es posiblemente la oue contiene la Cristología más elevada del Nuevo Testamento. 'E: único libro del Nuevo Testamento que puede rivalizar con He- breos a este respecto es el evangelio de Juan. Y- es precisamente Juan que llamaba a Jesús "Dios" con total claridad. Es también Juan que habla de Cristo como "el unigénito". Por último, la expresión "el primogénito de toda creación" debe ser entendida a partir del panorama cultural judío del primer siglo. Desde esta perspectiva podemos ver que el término primo- génito se refiere a la posición exaltada de Cristo como el heredero del Padre. De la misma manera que el hijo primogénito solía recibir la herencia patriarcal, Jesús como el Hijo divino recibe el reino del Padre como su herencia. Resumen l. Ha habido mucha controversia en la historia de la iglesia sobre la deidad de Cristo por el hecho de que Jesús es llamado "el unigénito del Padre" y "el primogénito de toda creación". 2. Los Testigos de Jehová y los Mormones utilizan estos pasajes para negar la deidad de Cristo. 3. El Credo Niceno declaró que Jesús fue "engendrado, no hecho". Esta aclaración se hizo para reflejar la afirmación sobre la deidad de Cristo contenida en el Nuevo Testamento. 4. Jesús es llamado "el unigénito" del Padre. Jesús ha sido engendrado por el Padre de una manera única en su género, no como una criatura, sino como el Hijo eterno de Dios, como la Segunda Persona de la Trinidad. S. El término primogénito debe ser entendido en el contexto judío del primer siglo. Jesús es "el primogénito de toda creación" en el sentido de que Él es el heredero de todo lo que le pertenece al Padre. " Pasajes bíblicos para la reflexión Juan 1:1-18 Colosenses 1:15-19 Hebreos 1:1-14 99
  • 63. , 31 EL BAUTISMO DE CRISTO El rito del bautismo con agua efectuado por Juan el Bautista está ligado estrechamente al sacramento del bautismo instituido por Jesús como señal del nuevo pacto. Si bien hay una continuidad entre los dos bautismos, no deben ser considerados como idén- ticos. El bautismo de Juan, considerado de manera apropiada, co- rresponde al Antiguo Testamento. Aunque leemos sobre Él en el Nuevo Testamento, el Nuevo Pacto no comenzó hasta que el ministerio de Juan hubo terminado. Fue un requisito que Dios le dio a su pueblo, Israel. Fue un bautismo de preparación. Juan predicó que el reino de Dios se acercaba. Era el heraldo del Mesías. La cercanía de] reino venidero de Dios estaba presente en la inminente aparición de Cristo. El Mesías Rey estaba a punto de ser conocido, pero el pueblo de Israel no estaba pronto para recibirlo. No estaban preparados. Estaban sucios. El bautismo de Juan constituyó una innovación radical. Antes de Juan, los gentiles que se convertían al judaísmo debían cumplir con un rito de purificación de lavamiento. Cuando aparece Juan el Bautista, Dios le ordena también a los judíos que se arrepientan y sean lavados. El clero judío entendía que el requisito de Juan era herético e insultante. Significaba que Juan estaba tratando a los judíos como si fueran tan sucios como los gentiles. Jesús se sometió voluntariamente al bautismo de Juan, e incluso insistió (frente a las protestas de Juan) porque en su papel como Mesías era necesario que él se sometiera a todos los requi- sitos de la ley de Dios para Israel. En su identificación con su pueblo, Jesús fue bautizado para cumplir con la justicia. Cuando Jesús entró en el río Jordán para ser bautizado por Juan, este acontecimiento marcó el comienzo del ministerio terre- nal de Jesús. En ese momento Jesús no solo se identificó con el pecado de su pueblo, sino que fue ungido por el Espíritu Santo para su ministerio. En un sentido se trató de la ordenación de Jesús. Fue aquí cuando comenzó su vocación como el Cristo. El término Cristo significa "el ungido". Jesús fue ungido por el Espíritu Santo en ocasión de su bautismo y comenzó a cumplir J01
  • 64. Los grandes doctrinos de lo Biblia con el papel del Mesías descrito por Isaías. "El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos" (Isaías 61:1). Resumen 1. El bautismo de Juan fue una preparación para la venida del Mesías. 2. El bautismo de Juan era un insulto para la oficialidad judía porque implicaba que estaban "sucios". 3. Jesús fue bautizado no por sus pecados sino para identificarse con los pecadores a quienes había venido a salvar. 4. Jesús fue ordenado o ungido en su bautismo. Pasajes bíblicos para la reflexión Isaías 40:3 Mateo 3:13-17 Marcos 1:1-5 2 Corintios 5:21 102 LA GLORIA DE CRISTO Solemos pensar en la gloria como algo que es alcanzado por victorias atléticas extraordinarias, por logros comerciales, por la fama personal. En la Biblia, sin embargo, está relacionada con el fulgor radiante que emana de la majestad trascendente de Dios. En algunos momentos cruciales el esplendor de la deidad de Jesús se filtró a través del manto de su humanidad. El posible que la gloria de Cristo no haya sido más evidente que lo que fue durante su transfiguración. La palabra griega para transfiguración es metamorphoomai, de donde proviene también nuestra palabra metamorfosis. Está denotando un cambio de for- ma; por ejemplo, la transformación que ocurre cuando una oruga se convierte en una mariposa. El prefijo trans- significa literal- mente "a través". En ocasión de la transfiguración hubo un límite o barrera que fue traspuesto. Podríamos decir que fue el cruce de una línea entre lo natural y lo sobrenatural, entre lo humano y lo divino. El cruce de una dimensión a otra para ingresar al dominio exclusivo de Dios. En la transfiguración una luz resplandeciente emanaba de Jesús. Esta luz era la manifestación visible de la frontera que había sido traspuesta. Existen algunas similitudes entre esta manifesta- ción de la gloria y la cara resplandeciente de Moisés cuando descendió del monte Sinaí con los Diez Mandamientos. Las diferencias, sin embargo, son significantes. El rostro de Moisés resplandecía con la gloria reflejada. Cristo no estaba simplemente reflejando el esplendor de la gloria divina, sino que su gloria era el esplendor de la gloria divina. A este respecto, y con toda claridad, su gloria trascendía la gloria reflejada en el rostro de Moisés. Cristo, entonces, no reflejaba la luz sino que era la fuente de la luz. La transfiguración se asemeja a lo que los cristianos hemos , de experimentar en la Nueva Jerusalén. En Apocalipsis 21 :23, Juan nos explica que la ciudad celestial no tendrá necesidad ni de sol ni de luna para iluminarla. Será iluminada por la gloria de Dios. El Cordero será su luz. Juan escribe: "Y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen 103
  • 65. Las grandes doctrinas de la Biblia necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará" (Apocalipsis 22:4-5). No debe sorprendernos que la gloria de Cristo resplandeciera durante la transfiguración. Lo que debe sorprendernos es que voluntariamente cubrió su gloria con un velo por amor de sus hijos. Resumen 1. La gloria de Cristo fue revelada en ocasión de su transfigu- ración. 2. La transfiguración de Cristo fue un cambio de forma, el paso desde lo natural a lo sobrenatural. 3. La gloria de Cristo no es simplemente el reflejo de la gloria de Dios, sino que es la propia gloria de Dios mismo. Pasajes bíblicos para la reflexión Mateo 17:1-9 Marcos 13:24-27 Hebreos 1:1-3 Apocalipsis 22:4-5 104 LA ASCENSiÓN DE CRISTO La iglesia moderna suele pasar por alto la importancia de la ascensión. Tenemos celebraciones especiales y feriados (días santos) para recordar el nacimiento (la Navidad), la muerte (el Viernes Santo) y la resurrección (Domingo de Resurrección) de Cristo. La mayoría de las iglesias, sin embargo, apenas si hacen alguna mención a la ascensión. Sin embargo, la ascensión es un acontecimiento de profunda importancia en la redención. Señala el momento cumbre de la exaltación de Cristo antes de su segunda venida. Fue en la ascensión cuando Cristo entró en su gloria. Jesús describió su partida de esta tierra como siendo mejor para nosotros que su presencia permanente. La primera vez que Jesús les anunció su pronta partida a sus discípulos, estos se entristecieron. Sin embargo, más adelante pudieron reconocer la importancia de este gran acontecimiento. Lucas nos registra la ascensión: y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mi- rando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo (Hechos 1:9-11). Observamos que Jesús partió en una nube. Esta es pro- bablemente una referencia a la Shekinah, la nube de la gloria de Dios. La Shekinah supera en resplandor a cualquier otra nube. Es la manifestación visible de la gloria esplendorosa de Dios. Por lo tanto, la manera de la partida de Jesús no fue para nada ordinaria. Fue un momento de asombroso esplendor. Ascender significa "subir" o "elevarse". Sin embargo, la expresión ascensión es utilizada con respecto a Cristo con un significado más profundo, más rico y más específico. La ascen- sión de Jesús fue un acontecimiento singular. Tiene un carácter distinto al hecho de que Enoc haya sido llevado directamente al cielo o a la partida de Elías en un carro de fuego. 105
  • 66. Las grandes doctrinas de la Biblia La ascensión de Jesús se refiere al hecho de la ida de Jesús a un lugar especial con un propósito especial. Va al Padre, a la diestra del Padre. Asciende a la sede de la autoridad cósmica. Jesús se dirige al cielo para su coronación, su confirmación como el Rey de Reyes. Jesús también ascendió para entrar al Lugar Santísimo celes- tial, para continuar su obra como nuestro Sumo Sacerdote. En el cielo Jesús reina como el Rey e intercede por nosotros como nuestro Sumo Sacerdote. Desde esa posición de autoridad eleva- da, Él derramó su Espíritu sobre la iglesia. Juan Calvino señaló: y así, aunque habiendo subido al cielo, haya sido quitada de nuestra vida su presencia corporal, no ha dejado de estar con los fieles su auxilio y su potencia, ni ha dejado de manifestar la virtud d . 1 e su presencIa . Cuando Jesús ascendió al cielo para su coronación como el Rey de Reyes, se sentó a la diestra de Dios. La diestra de Dios es la sede de la autoridad. Desde esta posición Jesús gobierna, administra su reino, y preside como el juez del cielo y de la tierra. A la diestra del Padre, Jesús ocupa la posición como Cabeza de su cuerpo, la iglesia. Pero en esta posición, la autoridad, y la jurisdicción y administración de su gobierno se extienden más allá de la esfera de su iglesia y alcanzan a todo el mundo. Aunque es posible distinguir a la iglesia y el estado dentro del dominio de Jesús, estas nunca están separadas o divorciadas. Su autoridad se extiende a ambas. Todos los gobernantes de este mundo deberán rendirle cuentas a Él y serán juzgados por Él en su función como el Rey de Reyes y el Señor de Señores. Todas las personas en el cielo y la tierra han sido llamadas por Dios para reverenciar la majestad de Jesús, para ser goberna- das por su mano, para rendirle el homenaje debido, y para some- terse a su poder. Todas las personas finalmente deberán pararse delante de Jesús cuando se siente en el juicio final. Jesús tiene la autoridad para derramar su Espíritu Santo sobre la iglesia. Pero Jesús derramó su Espíritu recién después que se hubo sentado a la diestra de Dios. El Espíritu ejerce su ministerio en subordinación al Padre y al Hijo, que juntos lo enviaron para aplicar la obra de Cristo para salvación a los creyentes. Mientras está sentado a la diestra de Dios, Jesús ejerce su papel como el Rey de Reyes y, asimismo, cumple su papel como 106 La ascensión de Cristo juez cósmico. Es el juez sobre todas las naciones y sobre todos los pueblos. Aunque Jesús es nuestro juez, el Padre también lo ha nombrado nuestro abogado. Es nuestro defensor. En eljuicio final nuestro defensor de oficio será el mismo juez que presida. Pode- mos atisbar la intercesión de Jesús por sus santos en el martirio de Esteban: Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios (Hechos 7:55-56). Resumen 1. La ascensión no recibe mucha atención en la iglesia moderna. 2. La ascensión representa un punto crítico en la exaltación de Cristo en la historia de la redención. 3. Cristo partió en una nube de gloria. 4. Cristo ascendió a un lugar específico para un propósito específico: su coronación como el Rey de Reyes. 5. En su ascensión, Cristo entró a desempeñar su papel como nuestro Sumo Sacerdote celestial y se sentó a la diestra de Dios, la sede de autoridad cósmica. 6. Desde esa posición a la diestra de Dios, Jesús autorizó el derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés. 7. En su posición de autoridad, Jesús es el Juez sobre todo. 8. Jesús también es el abogado o defensor de su pueblo. Pasajes bíblicos para la reflexión Lucas 24:50-53 Romanos 8:34 Romanos 14:9-10 Efesios 4:7-8 Hebreos 9:23-28 107
  • 67. JESUCRISTO COMO EL MEDIADOR Un mediador es un intermediario. Es alguien que hace de inter- mediario entre dos o más personas o grupos en disputa e intenta reconciliarlos. En términos bíblicos, los seres humanos son con- siderados en enemistad contra Dios. Nos hemos rebelado, revo- lucionado y rehusado a obedecer la ley de Dios. Como resultado, la ira de Dios está sobre nosotros. Para modificar o redimir esta situación catastrófica, es necesario que seamos reconciliados con Dios. Para efectuar nuestra reconciliación, Dios el Padre nombró y envió a su Hijo como nuestro Mediador. Cristo nos trae nada más y nada menos que la majestad divina de Dios mismo -Él es Dios encarnado. Sin embargo, tomó sobre sí mismo una naturaleza humana y se sometió voluntariamente a las demandas de la ley de Dios. Cristo no comenzó la reconciliación en un intento para per- suadir al Padre a dejar de lado su ira. Por el contrario, en el eterno consejo de la Divinidad había un acuerdo total entre el Padre y el Hijo para que el Hijo viniera como nuestro Mediador. Ningún ángel podía venir como representante de Dios; únicamente Dios mismo podía hacer eso. En la Encarnación, el Hijo tomó sobre sí mismo la naturaleza humana para obtener la redención de la simiente caída de Adán. Por su perfecta obediencia, Cristo satisfizo las demandas de la ley de Dios y logró la vida eterna para nosotros. Por su sumisión a la muerte expiatoria en la cruz, satisfizo las demandas de la ira de Dios contra nosotros. Tanto desde una perspectiva positiva como negativa, Cristo satisfizo las condiciones divinas para la reconci- liación. Nos hizo un nuevo pacto con Dios por su sangre y continúa diariamente intercediendo por nosotros como nuestro Sumo Sacerdote. Un mediador efectivo es alguien que es capaz de lograr que dos partes que están en conflicto, o alejadas entre sí, logren la paz. Este es el papel que desempeñó Jesús como nuestro Mediador perfecto. Pablo declaró que tenemos paz con Dios mediante la obra de reconciliación de Cristo: "Justificados, pues, por la fe, 109
  • 68. Las grandes doctrinas de la Biblia tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo" (Romanos 5:1). La obra mediadora de Cristo es superior a la obra ejercida por cualquier otro mediador. Moisés fue el mediador del Antiguo Pacto. Fue el intermediario de Dios, entregándole a los israelitas la ley. Pero Jesús es superior a Moisés. El autor del libro a los Hebreos declara: Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno éste, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo... Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo... pero Cristo (fue fiel) como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros (Hebreos 3:3-6). Resumen 1. Un mediador trabaja para lograr la reconciliación entre dos partes alejadas. 2. Cristo como el Dios-hombre nos reconcilia con el Padre. 3. Cristo y el Padre estaban de acuerdo desde la eternidad de que Cristo debería ser nuestro Mediador. 4. La obra de mediación de Cristo es superior a la de los profetas, la de los ángeles, y la de Moisés. Pasajes bíblicos para la reflexión Romanos 8:33-34 1 Timoteo 2:5 Hebreos 7:20-25 Hebreos 9:11-22 1 1() EL OFICIO TRIPLE DE CRISTO Una de las grandes contribuciones para un entendimiento cristia- no de la obra de Cristo es la exposición de Juan Calvino sobre el oficio triple de Cristo como Profeta, Sacerdote y Rey] . Como el profeta de Dios por excelencia, Jesús fue el objeto y el sujeto de la profecía. Su persona y su obra son el punto focal de las profecías del Antiguo Testamento, pero Él mismo también fue un profeta. El reino de Dios y el papel que Jesús desempeñaría dentro de dicho reino venidero son temas principales en las afirmaciones proféti- cas de Jesús. La función principal de un profeta era transmitir la ~alabra de Dios. Jesús transmitió la Palabra de Dios, pero además, El mismo es la Palabra de Dios. Jesús fue el Profeta de Dios supremo, siendo la Palabra de Dios en la carne. El profeta del Antiguo Testamento era una clase de mediador entre Dios y el pueblo de Israel. Hablaba al pueblo como repre- sentante de Dios. El sacerdote hablaba a Dios como representante del pueblo. Jesús también cumplió el papel del Sumo Sacerdote. Los sacerdotes del Antiguo Testamento ofrecían sacrificios regu- larmente, pero Jesús ofreció un sacrificio de valor eterno, una vez y para siempre. La ofrenda de Jesús al Padre consistió en el sacrificio de sí mismo. Él era la ofrenda y el que ofrendaba. Mientras que en el Antiguo Testamento los oficios mediado- res de profeta, sacerdote y rey eran ejercidos por individuos distintos, estos oficios son ejercidos de manera suprema en la persona de Jesús. Jesús cumplió la profecía mesiánica del Salmo 110. Él es descendiente de David y el Señor de David. Él es el sacerdote que también es Rey. El Cordero que es sacrificado es también el León de Judá. Para entender la obra de Cristo en su totalidad, no debemos considerarlo simplemente como un profeta, o un sacerdote, o un rey. Todas estos tres oficios fueron perfecta- mente cumplidos por Él. Resumen 1. Jesús fue e~ cumplimiento de las profecías del Antiguo Tes- tamento y El mismo fue un profeta. 111
  • 69. Las grandes doctrinas de la Biblia 2. Jesús fue el Sacerdote y el sacrificio. Como el Sacerdote, Él se ofreció a sí mismo como el sacrificio perfecto por el pecado. 3. Jesús es el ungido Rey de Reyes y el Señor de Señores. LOS TíTULOS DE JESÚS t Profeta t Pasajes bíblicos para la reflexión Salmo 110 lsaías 42:1-4 Lucas 1:26-38 Hechos 3:17-26 Hebreos 5:5-6 112 Jesús de Nazaret tuvo más títulos que ninguna otra persona de la historia. Una muestra breve incluiría a los siguientes: Cristo Señor Hijo del Hombre Salvador Hijo de David Gran Sumo Sacerdote Hijo de Dios Alfa y Omega Maestro Rabí Justicia Profeta Rosa de Sarón Lirio del Valle Abogado León de Judá Cordero de Dios Segundo Adán Los principales titulas conferidos a Jesús son: 1. Cristo. El título de Cristo es utilizado con respecto a Jesús con tanta frecuencia que la gente suele confundirlo con su apelli- do. No se trata de un nombre, sin embargo, sino de un título que hace referencia a su posición y a su obra como el Mesías. El término Cristo proviene delgriego Christos, utilizado para traducir la palabra hebrea Mesías. Cristo y Mesías significan "el Ungido". En el Antiguo Testamento el concepto del Mesías prometido, que sería ungido por el Espíritu Santo, era una idea compleja y de varias aristas. No todos los judíos compartían la misma idea sobre el Mesías. Un concepto sobre el Mesías era que sería un rey. Sería el ungido Hijo de David, el León de Judá, que restauraría el reino 113
  • 70. Las grandes doctrinas de la Biblia caído de David. (Este aspecto excitaba a los judíos y avivaba las llamas de su esperanza en un gobernador político que los liberaría del yugo de Roma.) Pero el Mesías también era conocido como el Siervo de Dios, como el Siervo Sufriente mencionado en la profecía de Isaías. Parece ser imposible unir estas dos vertientes en una persona, aunque obviamente 10 fueron en Jesús. El Mesías sería también un ser celestial (el Hijo del Hombre) y estaría relacionado con Dios el Padre de una manera singular (el Hijo de Dios). Sería, además, el sacerdote y el profeta. Cuanto más reconocemos la complejidad que encierra el concepto del Mesías, más nos asombra la manera intrincada en que todas estas vertientes se fusionaron en la persona y la obra de Jesús. 2. Señor. El segundo título utilizado con mayor frecuencia para referirse a Jesús en el Nuevo Testamento es el título de Señor. Este título es de suprema importancia para entender el retrato que nos hace el Nuevo Testamento sobre Jesús. El término Señor es utilizado de tres maneras distintas en el Nuevo Testamento. La primera de ellas es una costumbre cordial y amable de dirigirse a alguien, la que usamos cuando anteponemos la palabra "señor" al apellido de alguien. El segundo uso se refiere al dueño de un esclavo o "señor". En este caso se aplica a Jesús en un sentido figurativo. Él es nuestro señor y nosotros sus esclavos. El tercer uso es de carácter imperial. Se refiere a aquel que tiene la sobera- nía. En el primer siglo, los emperadores romanos exigían un juramento de lealtad de parte de sus sujetos, quienes debían confesar según la fórmula de que "César es el Señor". Los cristianos sufrieron el martirio por negarse a cumplir esta orden. En su lugar, proclamaban el primero de los credos cristianos, "Jesús es el Señor". Llamar a Jesús "Señor" era una postura radical desde el punto de vista de los romanos, pero también lo era desde una perspectiva judía, ya que es el título dado a Dios mismo en el Antiguo Testamento. El título Señor le fue dado a Jesús por Dios el Padre. Es "el nombre que es sobre todo nombre" al que Pablo hace referencia en Filipenses 2:9. 3. El Hijo del Hombre. Este título es uno de los títulos más fascinantes que se le haya dado él Jesús y, probablemente, uno de los más mal entendidos. Debido a que la iglesia confiesa la lU Los títulos de Jesús naturaleza dual de Jesús, que es verdaderamente hombre y verda- deramente Dios, y a que la Biblia describe a Jesús como el Hijo del Hombre y como el Hijo de Dios, puede resultar una tentación suponer que el Hijo del Hombre se refiere a la humanidad de Jesús y que el Hijo de Dios se refiere a su deidad. Esto, sin embargo, no es exactamente así. Si bien el título el Hijo del Hombre incluye un elemento de humanidad, su referencia primaria es la naturaleza divina de Jesús. El título Hijo de Dios también incluye una referencia a su deidad, pero nos está señalando principalmente la obediencia de Jesús como el hijo. Este título, el Hijo del Hombre, toma una importancia adicio- nal cuando observamos que si bien ocupa el tercer lugar en cuanto a su frecuencia de utilización en el Nuevo Testamento (bastante bajo), ocupa el primer lugar (por un amplio margen) entre los títulos que Jesús utiliza para referirse a sí mismo. El Hijo del Hombre es por lejos ladesignación favorita de Jesús para sí mismo. La importancia de este título surge de su vinculación con el uso que hace Daniel en el Antiguo Testamento (véase Daniel En dicho caso el Hijo del Hombre se refiere claramente a un ser celestial que oficia en el papel de Juez cósmico. En labios de Jesús el título no es un ejercicio de falsa humildad, sino una reivindica- ción de su autoridad divina. Jesús reivindicó, por ejemplo, que el Hijo del Hombre tenía autoridad para perdonar pecados (Marcos 2:10), una prerrogativa divina, y que era el Señor del Día de Reposo (Marcos 2:28). 4. El Logos. No hay otro título para Jesús que haya engendra- do tanto interés teológico y filosófico en los primeros tres siglos que el título de Logos. El Lagos fue central para el desarrollo temprano de la cristología de la iglesia. El prólogo del evangelio de Juan es crucial para el entendimiento cristológico del Lagos. Juan escribe "En el principio era el Verbo (Logos), y el Verbo (Logos) era con Dios, y el Verbo (Logos) era Dios" (Juan 1:1). En este pasaje asombroso el Lagos es distinguido de Dios ("era con Dios") y al mismo tiempo es identificado con Dios ("era Dios"). Esta paradoja tuvo gran influencia sobre el desarrollo de la doctrina de la Trinidad, en la que el Lagos es considerado 12, Segunda Persona de la Trinidad. Difiere en persona del Padre, pero es uno en esencia con el Padre. Es fácil comprender por qué las filosofías cristianas atraídas hacia el concepto del lagos como un título para Jesús. 11 ~
  • 71. Las grandes doctrinas de la Biblia bien el término lagos puede ser sencillamente traducido como "verbo" o "palabra", había detrás de lagos una historia de uso filosófico técnico que enriquecía su significado. Los antiguos griegos habían estado preocupados por encontrarle un sentido al universo y se habían embarcado, entonces, en la búsqueda de la "realidad última" (la metafísica). Sus filósofos procuraban encon- trar al factor o el poder unificador que trajera el orden y la armonía a toda la diversidad existente en el reino de 10creado (la cosmo- logía). Procuraban hallar un nous (una mente) a la que (o a quien) atribuirle el orden de todas las cosas. A esta realidad suprema, unificadora, los griegos habían denominado lagos. Proveía a la realidad de coherencia o de "lógica". Este concepto fue usado por Heráclito y luego por los filósofos estoicos, donde se utilizó como una ley abstracta y cósmica. Aunque el término está cargado de un bagaje filosófico griego pre-cristiano, el uso bíblico de lagos abarca más que el uso griego. En Génesis 1:3ss. se nos dice que "dijo Dios ... y fue". Entonces, fue por la palabra de Dios que se hizo la creación. Lo que diferencia al concepto de lagos de la filosofía griega, sin embargo, es que el "lagos" del Nuevo Testamento es personal -la Palabra, o el Verbo, se hizo hombre y como tal vivió y murió en nuestro mundo. Resumen 1. El Mesías significa "el Ungido" y es utilizado como un título de Jesús para demostrar su papel como Rey y como Siervo Sufriente. El Mesías es el título utilizado con mayor frecuen- cia para referirse a Jesús. 2. El Señor es el título asignado a Jesús que le sigue en frecuen- cia de uso, y se refiere a su autoridad suprema como Soberano del universo. 3. El Hijo del Hombre es el título que Jesús utilizó con mayor frecuencia para referirse a sí mismo. Este título se refiere principalmente al papel desempeñado por Jesús como Juez de todo el cosmos. 4. El título de Lagos tiene una rica herencia de la cultura hebrea y griega. Jesús es el Lagos -el Creador del universo, la realidad suprema detrás del universo, y Aquel que está cons- tantemente sosteniendo al universo. 116 Los títulos de Jesús Pasajes bíblicos para la reflexión Génesis 1:1-2:3 Mateo 9:1-8 Mateo 16:13-21 Juan 1:1-18 Apocalipsis 19:11-16 117
  • 73. LA DEIDAD DEL EspíRITU SANTO En la liturgia de la iglesia solemos escuchar la palabras "En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén". Esta expresión es una fórmula trinitaria que le asigna la deidad a las tres personas de la Divinidad. De manera similar entonamos el Gloria: Gloria sea al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como fue en el principio, y es ahora, y siempre será, por siempre. Amén. Esta himno le asigna la gloria eterna a las tres personas de la Trinidad. Se le asigna la gloria eterna al Espíritu Santo, junto con el Padre y el Hijo. Mientras que la deidad de Cristo ha sido tema de debate por siglos, y este debate todavía continúa en la actualidad, la deidad del Espíritu Santo es generalmente aceptada en la iglesia. Posi- blemente la razón por la cual la deidad del Espíritu Santo no ha sido tan controvertida es porque el Espíritu nunca tomó forma humana. La Biblia claramente representa al Espíritu Santo como pose- yendo los atributos divinos y ejerciendo la autoridad divina. Desde el siglo cuarto, casi todos los que concuerdan con el hecho de que el Espíritu es una persona también concuerdan con que es divino. En el Antiguo Testamento 10 que se nos dice de Dios también es dicho sobre el Espíritu de Dios. Las expresiones "Dios dijo" y "el Espíritu dijo" son utilizadas indistintamente repetidas veces. En el Nuevo Testamento este esquema continúa, y posiblemente el pasaje con más fuerza en este sentido sea el que encontramos en Hechos 5:3-4, donde Pedro dice: "Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustra- jeseis del precio de la heredad? .. No has mentido a los hombres, sino a Dios". Para decirlo lisa y llanamente, mentir al Espíritu Santo es mentirle a Dios mismo. La Escritura también le asigna atributos divinos al Espí- ritu Santo. Pablo escribe sobre la omnisciencia del Espíritu 121
  • 74. Las grandes doctrinas de la Biblia en 1 Corintios 2:10-11, "El Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios". El salmista atestigua sobre la omnipresencia del Espíritu en el Salmo 139:7-8: "¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Ya dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás". El Espíritu también trabaja en la creación, moviéndose sobre la faz de las aguas (Génesis 1:1-2). Como conclusión final sobre la deidad del Espíritu Santo tenemos la bendición de Pablo en su segunda carta a los Corintios, "La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén" (2 Corintios 13:14). Resumen 1. La liturgia de la iglesia le atribuye la deidad al Espíritu Santo. 2. El Antiguo Testamento le asigna los atributos y la autoridad divina al Espíritu Santo. 3. El Nuevo Testamento le asigna los atributos divinos al Espíritu Santo. Pasajes bíblicos para la reflexión Génesis 1:1-2 Hechos 5:3-4 Romanos 8:9-17 1 Corintios 6:19-20 Efesios 2:19-22 122 LA PERSONALIDAD DEL EspíRITU SANTO La noche que mi esposa se convirtió a Cristo exclamó: "Ahora sé quién es el Espíritu Santo". Hasta ese momento ella había pensado en el Espíritu Santo como "algo" y no como "alguien". Cuando hablamos sobre la personalidad del Espíritu Santo, queremos decir que el Tercer Miembro de la Trinidad es una persona y no una fuerza. Esto resulta claro de la Escritura, donde se utilizan solo pronombres personales para referirse al Espíritu. En Juan 16:13, Jesús dijo: "Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir". Como el Espíritu Santo se trata de una persona real y precisa y no de una fuerza impersonal, nosotros tenemos la posibilidad de disfrutar una relación personal con Él. Pablo le dio su bendición a la iglesia de Corinto resaltando este hecho, "La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén" (2 Corintios 13:14). Tener comunión con alguien es entrar en una relación personal con ese alguien. Además, se nos llama a no pecar contra el Espíritu Santo, a no resistirle y a no afligirlo. Las fuerzas impersonales no pueden ser "afligidas". La aflicción únicamente puede ser experimentada por un ser personal. Como el Espíritu Santo es una persona, es posible que le oremos. Su papel en la oración es ayudarnos a expresarnos de manera adecuada al Padre. Del mismo modo que Jesús intercede por nosotros como nuestro Sumo Sacerdote, así el Espíritu Santo intercede por nosotros en la oración. Por último, la Biblia también nos habla del Espíritu Santo realizando tareas que solo pueden ser llevadas a cabo por personas. El Espíritu consuela, guía, y enseña a los elegidos (véase Juan 16). Estas actividades son desarrolladas de manera tal que involu- cran la inteligencia, la voluntad, el sentimiento y el poder. Él busca, selecciona, revela, consuela, convence, y amonesta. Solo una persona puede hacer tales cosas. La respuesta del cristiano, enton- ces, no es la mera afirmación de que tal ser existe, sino obedecer, 123
  • 75. Las grandes doctrinas de la Biblia amar y adorar al Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Trinidad. Resumen EL TESTIMONIO INTERNO DEL EspíRITU SANTO l. El Espíritu Santo es una persona, no una fuerza impersonal. 2. La Escritura utiliza pronombres personales cuando se refiere al Espíritu Santo. 3. La obra del Espíritu Santo requiere de una personalidad y refleja una personalidad. 4. El cristiano disfruta de una relación personal con el Espíritu Santo. 5. El Espíritu Santo debe ser adorado y obedecido. Pasajes bíblicos para la reflexión Juan 16:13 2 Corintios 13:14 1 Timoteo 4: 1 Santiago 4:5 1 Juan 5:6 124 En cualquier obra teatral que involucre un juicio, incluyendo a testigos, el testimonio que se brinde será crucial para el caso. El testimonio es importante porque su función es ayudarnos a llegar a la verdad del asunto. En algunos juicios, el testimonio de los testigos es puesto en tela de juicio porque el carácter de los testigos es sospechoso. El testimonio de un mentiroso psicópata es de poco valor. Para que un testimonio sea creíble, el testigo debe ser creíble. Cuando Dios testifica la verdad sobre algo, su testimonio es cierto. Su testimonio no puede ser recusado. El testimonio que tiene a Dios como su autor no puede fallar. Se trata, de hecho, de un testimonio infalible. Procede del carácter más elevado posible, de la fuente más profunda de conocimiento, y de la autoridad más suprema. La confiabilidad en el testimonio de Dios fue 10 que impulsó a Lutero a declarar que "el Espíritu Santo no es escépti- co,,1. Las verdades reveladas por el Espíritu son más ciertas que la propia vida. Juan Calvino enseñó que aunque las Escrituras manifiestan signos claros y razonables de autoridad divina y exhiben la suficiente evidencia de su procedencia divina, estas evidencias recién nos convencen plenamente cuando han sido selladas ep nuestros corazones por el testimonio interior del Espíritu Santo". Cal vino reconoció la diferencia que existe entre las pruebas y el convencimiento. Aunque seamos capaces de ofrecer evidencias objetivas y precisas sobre la veracidad de la Escritura, esto no constituye ninguna garantía de que las personas creerán en ella, se rendirán a ella o la abrazarán. Para estar persuadidos de su verdad necesitamos la ayuda del testimonio interno del Espíritu. El Espíritu es quien nos hace someternos y rendirnos ante la evidencia precisa de la verdad de las Escrituras. En su testimonio interior, el Espíritu Santo no nos ofrece ninguna información nueva y secreta o ningún argumento inteli- gente que no estuviera de otro modo a nuestra disposición. Lo que hace, en realidad, es operar sobre nuestros espíritus para quebrar- los y vencer nuestra resistencia a la verdad de Dios. Nos mueve a 125
  • 76. Las grandes doctrinas de la Biblia rendirnos ante las enseñanzas claras de la Palabra de Dios y a abrazarlas con total seguridad. El testimonio interno del Espíritu no es una huida al misticis- mo o un escape al subjetivismo, donde los sentimientos personales son ascendidos a un rango de absoluta autoridad. Existe una diferencia crucial entre el testimonio del Espíritu Santo a nuestros espíritus y el testimonio humano de nuestros espíritus. El testimo- nio del Espíritu Santo es a la Palabra de Dios. Nos viene con la Palabra y a través de la Palabra. No nos viene por fuera de la Palabra o sin la Palabra. Del mismo modo que el Espíritu Santo da testimonio a nuestros espíritus de que somos hijos de Dios, confirmando su palabra a nosotros (Romanos 8:16), el Espíritu Santo también nos asegura interiormente que la Biblia es la Palabra de Dios. Resumen 1. El testimonio de Dios es completamente confiable. 2. La Biblia nos ofrece evidencia objetiva de que es la Palabra de Dios. 3. No estamos plenamente convencidos de la verdad de la Escri- tura sin el testimonio del Espíritu Santo. 4. El testimonio interno del Espíritu no ofrece ningún argumento nuevo a la mente, sino que obra sobre nuestros corazones y espíritus para rendirlos a la evidencia ya presente. 5. La doctrina del testimonio interno del Espíritu Santo no es una licencia para creer que cualquier cosa que sintamos ser verdadera sea verdadera. Pasajes bíblicos para la reflexión Juan 15:13 Hechos 5:32 Hechos 15:28 Romanos 8:16 Gálatas 5:16-18 126 LA ILUMINACiÓN DEL EspíRITU SANTO Una de la invenciones modernas más útiles ha sido la linterna a pilas. Cuando hay un corte de electricidad y la casa se SU111erge en la oscuridad, la linterna es un salvavidas. Su función es hacer brillar la luz en la oscuridad para que podamos ver lo que hay allí. Sirve para iluminar la escena. La Biblia no es un libro de oscuridad. Por el contrario, es la fuente de luz tan necesaria. El salmista dice sobre la Palabra de Dios "lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino" (Salmo 119:105). No todas las partes de la Escritura son igualmente claras para nuestro entendimiento. Algunos pasajes son difíciles de entender. En algunos pasajes debemos hacer un gran esfuerzo para discernir el significado del texto. La consecuencia del pecado sobre noso- tros ha sido la de envolver nuestras mentes en la oscuridad. Debido a nuestra naturaleza caída, somos criaturas en la oscuridad, deses- peradas por la luz. Aunque las Escrituras en sí mismas son nuestra luz, todavía tenemos necesidad de iluminación adicional para que podamos percibir la luz con claridad. El mismo Espíritu Santo que inspira la Escritura, trabaja para iluminar las Escrituras para nuestro beneficio. Él hará que la luz original ilumine todavía más. La iluminación es el trabajo del Espíritu Santo. Él nos ayuda a escuchar, a recibir y a entender adecuadamente el mensaje de la Palabra de Dios. Como lo expresa el apóstol Pablo: Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha prepa- rado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios (l Corintios 2:9-11). Pablo está haciendo una analogía extraída de la experiencia humana. Es posible aprender muchas cosas nuevas sobre mí observándome o escuchando lo que se dice de mí, pero no es 127
  • 77. "¿Has recibido el bautismo del Espíritu Santo?" A cualquier persona hoy en día que se convierta en cristiano tarde o temprano se le hará esta pregunta. Esta pregunta la suelen formular los cristianos carismáticos, muy entusiastas de sus experiencias con el Espíritu Santo. Una doctrina que en un tiempo estaba confinada a las Iglesias Pentecostales y a las Asambleas de Dios, se ha convertido ahora de vital importancia para un número muy extendido de creyentes. El movimiento neo-Pentecostal ha alcanzado a casi todas las denominaciones cristianas. Un sentimiento de excitación y de renovación espiritual suele acompañareste descubrimiento fresco de la presencia y el poder del Espíritu Santo en la iglesia. El neo-Pentecostalismo ha buscado definir la doctrina del bautismo del Espíritu Santo basándose en las experiencias de las personas. Esta doctrina ha sido motivo de mucha controversia. Por 10 general, si bien no siempre, el cristiano carismático considera que el bautismo del Espíritu Santo es una segunda obra de gracia, distinta y subsiguiente a la regeneración y la conversión. Es una obra del Espíritu Santo que esta disponible para todos los cristianos, pero que no todos los cristianos toman posesión de ella. Los carismáticos están divididos entre sí sobre el tema de si el hablar en lenguas es una señal o manifestación necesaria del "bautismo". Los Pentecostales señalan que en el libro de Hechos los creyentes (que obviamente ya habían experimentado la obra de regeneración del Espíritu con anterioridad a Pentecostés) fueron llenos del Espíritu Santo y hablaron en lenguas. Este modelo bíblico, que incluye el transcurso del tiempo entre la conversión y el bautismo del Espíritu,es visto como normativo para todas las edades. Los Pentecostales están en lo cierto cuando distinguen entre la regeneración del Espíritu Santo y el bautismo del Espíritu Santo. La regeneración se refiere al Espíritu Santo otorgándole al creyente una nueva vida -resucitando a la vida a alguien que estaba muerto en el pecado. El bautismo del Espíritu Santo se refiere a Dios dotando a su pueblo del poder para el ministerio. Las grandes doctrinas de la Biblia posible saber lo que está ocurriendo en realidad en mi mente ni en mi espíritu a no ser que yo mismo opte por revelarlo. Solamente yo sé lo que estoy pensando. (Aunque a veces, ¡estoy seguro que mi esposa puede leer mi pensamiento!) De la misma manera, es el Espíritu Santo quien conoce los pensamientos más secretos de Dios. Pablo nos dice que el Espíritu "escudriña" lo profundo de Dios. Esto no significa que el Espíritu Santo deba investigar o estudiar la mente de Dios para ser instrui- do. No está buscando información que Él no tenga. "Escudriña" del mismo modo que lo hace una linterna en la noche para traer a la luz lo que de otro modo quedaría oculto. La iluminación no debe ser confundida con la revelación. Hoy en día se ha vuelto un lugar común oír hablar a las personas sobre revelaciones privadas que dicen haber recibido del Espíritu Santo. La obra de iluminación del Espíritu Santo no es la de proveer nueva información o nuevas revelaciones aparte de las que encon- tramos en la sagrada Escritura. El cristianismo reformado niega enfáticamente que Dios esté dando hoy día nuevas revelaciones normativas. El Espíritu toda- vía está trabajando para iluminar lo que ha sido revelado en la Escritura. El Espíritu nos ayuda a entender la Biblia, nos convence de la verdad de la Biblia, y aplica esta verdad en nuestras vidas. Trabaja con la Palabra y a través de la Palabra. Su tarea nunca consiste en enseñar algo contrario a la Palabra. Por 10tanto, resulta siempre necesario comparar lo que escuchamos con la enseñanza de la Escritura. La Escritura es el libro del Espíritu. Resumen l. La iluminación se refiere a la ayuda que el Espíritu Santo nos brinda para entender y aplicar la Escritura. 2. La iluminación no debe ser confundida con la revelación. Pasajes bíblicos para la reflexión Juan 16:13-15 2 Pedro 1:21 1 Corintios 2:9-16 EL BAUTISMO DEL EspíRITU SANTO 128 129
  • 78. Las grandes doctrinas de la Biblia Si bien la diferencia entre la regeneración y el bautismo del Espíritu Santo es legítima, el hacer que el transcurso del tiempo entre ambos sea normativo para todas las edades no es válido. El modelo normal, desde el tiempo de los apóstoles, ha sido que los cristianos recibieran el poder del Espíritu Santo de manera con- comitante con la regeneración. No es necesario que los creyentes busquen un bautismo específico a una segunda obra del Espíritu, subsiguiente a su conversión. Todos los cristianos están, en mayor o menor grado, llenos del Espíritu -dependiendo de cuanto de sí han rendido al Espíritu. Otro problema relacionado con la doctrina pentecostal es que nos brinda una visión inadecuada de Pentecostés. Pentecostés representa la divisoria de las aguas en la historia del Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento, solo un grupo muy selec- to de creyentes habían recibido los dones de Dios para el minis- terio (véase Números 11). Este modelo se modificó en Pentecos- tés. En Pentecostés todos los creyentes presentes (quienes eran todos judíos) recibieron el bautismo. De manera similar, recibie- ron e!bautismo del Espíritu cuando e!Espíritu también se derramó en los convertidos en Samaria (Hechos 8), los creyentes en la casa de Camelia (Hechos 10), y los discípulos gentiles de luan en Éfeso (Hechos 19). Los primeros creyentes no pensaban que los samaritanos, los temerosos de Dios, y los discípulos gentiles de Juan podían ser cristianos. Por eso, el bautismo del Espíritu Santo sirvió como confirmación de su calidad de miembros dentro de la iglesia. Como cada uno de estos grupos había experimentado el bautismo del Espíritu Santo de la misma manera que lo habían experimen- tado los judíos en Pentecostés, no había forma de rechazar su inclusión en la iglesia. Pedro mismo tuvo esta experiencia perso- nalmente. Cuando Pedro vio que el Espíritu Santo había venido sobre los gentiles temerosos de Dios que estaban en la casa de Camelia, concluyó que no había ningún motivo para mantenerlos alejados de la plena comunión en la iglesia. Pedro dijo: "¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?" (Hechos 10:47). Los episodios del bautismo del Espíritu Santo subsiguientes a Pentecostés deben ser entendidos como una prolongación de Pentecostés por medio de la cual todo el cuerpo de Cristo tiene el 130 El bautismo del Espíritu SCllJ!O don del ministerio. En la iglesia del Nuevo Testamento no todos los creyentes hablaban en lenguas, pero todos los cristianos tenían el don del Espíritu Santo. Se había cumplido así con la profecía de Joel (Hechos 2:16-21). Resumen l. El bautismo del Espíritu Santo es una obra específica en la cual el Espíritu dota a los creyentes con los dones para el ministerio. 2. En Hechos, el Espíritu Santo es derramado en cuatro grupos (los judíos, los samaritanos, los temerosos de Dios, y los gentiles), indicando así que todos están incluidos en la iglesia de! Nuevo Pacto. 3. Pentecostés cumple la profecía del Antiguo Testamento que dice que el Espíritu sería derramado sobre todos los creyentes y no estaría restricto a unos pocos. Pasajes bíblicos para la reflexión loeI2:28-29 luan 7:37-39 Hechos 2:1-11 1 Corintios 12 1 Corintios 14:26-33 1'11
  • 79. EL EspíRITU SANTO COMO EL CONSOLADOR Al enseñar en vísperas de su muerte en el aposento alto, Jesús se explayó sobre el Espíritu Santo. Dijo: "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador" (Juan 14:16). La palabra Consolador a veces es traducida como "Ayudador" o "Consejero" y proviene de la palabra griega paracleto. Lo primero que nos llama la atención en este pasaje es que Jesús nos promete otro "Paracleto" o "Ayudador". Para que Jesús haya dicho que el Espíritu Santo sería otro Ayudador es necesario que haya habido un Ayudador antes del Espíritu. El Nuevo Testamento identifica claramente al Primer Ayudador, o Paracle- to, con Jesús mismo. Juan escribe'. "Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo" (l Juan 2:1). El título de Abogado que se le da a Jesús en esta oportunidad es otra traducción posible de la palabra griega paracleto. Vemos entonces que Jesús es el primer Paracleto, y Jesús oró para que posteriormente a su partida de este mundo el Padre proveyera de otro Paracleto en su ausencia. El Espíritu fue enviado para ser el sustituto de Cristo, Él es el vicario supremo de Cristo sobre la tierra. En el mundo de la antigüedad, un paracleto era alguien que había sido llamado para brindar su asistencia en una corte legal. El Espíritu Santo, al desempeñar este papel, cumple con más de una tarea. Uno de sus trabajos es la ayuda que el Espíritu brinda al creyente que se dirige al Padre. Pablo le escribe a la iglesia en Roma: Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos (Romanos 8:26-27). El Espíritu Santo también ayuda al creyente a dirigirse al mundo. Habla por nuestro intermedio cuando nos enfrentamos al 133
  • 80. Las grandes doctrinas de la Biblia conflicto, como lo prometió Jesús en Marcos 13:11. El Espíritu nos defiende frente al mundo procesándolo por el pecado. El Espíritu Santo trabaja para reivindicar la justicia frente a los ataques de los impíos. El concepto del Paracleto también incluye el papel del Con- solador. Esto está vinculado a dos aspectos. Es una fuente de solaz para los heridos, los derrotados, y los afligidos. El segundo aspecto es de igual importancia. La palabra Consolador en su derivado latino significa "con fuerza". El Espíritu viene a nosotros cuando tenemos necesidad de fuerza. Nos dota de coraje y de valentía. En su papel como el Consolador, nos consuela y nos da el coraje para que en Cristo seamos más que vencedores (Roma- nos 8:37). Resumen 1. Jesús es nuestro primer Consolador en su papel como Abo- gado delante del Padre. 2. El Espíritu Santo es otro Consolador, el sustituto de Jesús después de su ascensión. 3. El Espíritu actúa como nuestro Ayudador actual. Pasajes bíblicos para la reflexión Juan 14:16-18 Hechos 19:1-7 Romanos 8:26-27 Gálatas 4:6 134 EL EspíRITU COMO SANTIFICADOR Dios llama a todas las personas a reflejar su carácter santo: "Como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo" (l Pedro 1:15-16). Nuestro problema radica en que nosotros mismos no somos santos. Sin embargo, la Biblia se refiere a nosotros como "santos". El término santo significa "uno que es santo". Como no podemos encontrar la santidad en noso- tros mismos, debemos ser hechos santos. Es el Espíritu Santo el que actúa en nosotros para hacernos santos, para hacernos con- forme a la imagen de Cristo. Como la Tercera Persona de la Trinidad, el Espíritu Santo no es más santo que el Padre ni que el Hijo. Sin embargo, no hablamos del Padre Santo, del Hijo Santo y del Espíritu Santo. Al Espíritu de Dios se lo llama el Espíritu Santo no tanto por su persona (que sin duda es santa) sino por su obra, que nos hace santos. Es la tarea especial del Espíritu Santo hacernos santos. Él nos consagra. El Espíritu Santo cumple el papel de santificador. Ser santificado es ser hecho santo, o justo. La santificación es un proceso que comienza en el instante en que nos convertimos en cristianos. El proceso continúa hasta nuestra muerte cuando el creyente es hecho justo por última vez, completamente y para siempre. La fe de la Reforma es muy precisa en cuanto a su énfasis sobre la obra del Espíritu Santo por sí solo en la regeneración. No lo ayudamos al Espíritu Santo en nuestro nuevo nacimiento. Rechazamos de plano cualquier noción de esfuerzo cooperativo en el nuevo nacimiento del creyente. La santificación, sin embar- go, es otro asunto. Nuestra santificación es un emprendimiento cooperativo. Debemos trabajar junto con el Espíritu Santo para crecer en la santificación. El apóstol Pablo expresó esta idea en su carta a la iglesia de Filipo: Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios 135
  • 81. Las grandes doctrinas de la Biblia es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad (Filipenses 2:12-13). El llamado a la cooperación implica trabajo. Debemos traba- jar en serio. Trabajar con temor y temblor no sugiere un espíritu de terror sino de reverencia unida al esfuerzo. Somos consolados por el conocimiento de saber que no estamos solos para hacer este trabajo ni librados a nuestros propios esfuerzos. Dios está traba- jando dentro nuestro para lograr nuestra santificación. El Espíritu Santo mora dentro del creyente, obrando para producir una vida más justa y un corazón más recto. Debemos ser cuidadosos, sin embargo, y no confundir la morada interior del Espíritu Santo con ninguna deificación del individuo. El Espíritu está dentro del creyente y obra con el creyente, pero no se convierte en el creyente. El Espíritu obra para producir la santifi- cación de los seres humanos, no la deificación de las criaturas. Cuando el Espíritu mora en nosotros, Él no se convierte en humano ni nosotros nos convertimos en dioses. El Espíritu Santo no destruye nuestras identidades personales como seres humanos. Por medio de nuestra santificación nos hemos de convertir en semejantes a Dios en nuestro carácter, pero no en nuestro ser. Resumen 1. Dios nos llama a reflejar su santidad. 2. Para ser santos es necesario que recibamos la santidad desde fuera de nosotros mismos. 3. El Espíritu Santo es llamado santo por su obra como nuestro santificador. 4. La santificación es un proceso que dura toda la vida. 5. La santificación es un trabajo cooperativo, que involucra al creyente y al Espíritu Santo. 6. El Espíritu Santo que mora en nosotros no nos deifica. Pasajes bíblicos para la reflexión Juan 15:26 2 Corintios 3:17-18 Gálatas 4:6 Filipenses 2:12-13 1 Pedro 1:15-16 136 L([))§ §cerce§ huJtll&n(Q)§ y la c&ídLa
  • 82. EL CONOCIMIENTO DE UNO MISMO Y EL CONOCIMIENTO DE DIOS Una palmada en las nalgas suele acompañar la llegada de un bebé a este mundo. La respuesta del niño es prorrumpir en una protesta estridente. ¿Por qué llora el bebé? ¿Es el llanto una respuesta al dolor? ¿O al miedo? ¿O acaso llora de rabia? Posiblemente el llanto sea provocado por todos estos factores. Nuestra entrada a este mundo está marcada por ruido y furia. Esta protesta inicial es considerada por algunos como la expresión no solo del significado del nacimiento sino del significado de la vida en su totalidad. Macbeth murmuraba: La vida no es más que una sombra que pasa, un histrión que se ensobérbese y se impacienta el tiempo que le toca estar en el tablado, y de quien luego nada se sabe: es un cuento que dice un idiota, lleno de miedo y de arrebato, pero falto de toda significación1 . No tener ningún significado es ser completamente insignifi- cante. Ser insignificante es no tener ningún sentido. Y no tener ningún sentido es no tener ningún valor. El sentido de mi vida y el de la de todos está vinculado a las preguntas ¿Quiénes somos? y ¿Qué somos? Es una cuestión de identidad. Mi identidad está en última instancia vinculada a mi relación con Dios. No puedo entender quién o qué soy si no entiendo quién o qué es Dios. Existe una dependencia mutua entre nuestro conocimiento de nosotros mismos y nuestro conocimiento de Dios. Tan pronto como adquiero conocimiento de mí con yo, tomo conciencia de que no soy Dios; soy una criatura. Tengo una fecha de nacimiento, un instante en que mi vida comenzó sobre esta tierra. Mi punto de partida tallado en mi lápida no será la eternidad. No puedo saber cuál ha de ser la fecha final sobre mi lápida, pero la primera fecha fue 1939. Mi sentido de criatura hace que mi pensamiento se vuelque hacia el pasado, o "hacia arriba", a mi Creador. No puedo con- 139
  • 83. Las grandes doctrinas de la Biblia templar a Dios ni a ninguna otra cosa externa a mí mismo hasta no tomar conciencia de mí. Sin embargo, no puedo entender todo mi significado hasta que no me entienda en relación con Dios. En última instancia, entonces, la antropología, el estudio del hombre, es una subdivisión de la teología, el estudio de Dios. La crisis de la humanidad moderna la encontramos en la ruptura entre la antropología y la teología, entre el estudio de los seres humanos y el estudio de Dios. Cuando nuestra historia es narrada en forma aislada o divorciada de la historia de Dios, entonces sí se convierte en falta "de toda significación". Si nos consideramos sin referencia a Dios, nos convertimos en "una pasión inútil" como lo afirmó el filósofo Jean-Paul Sartre. ¿En qué consiste "una pasión inútil"? Una pasión es un sentimiento intenso. La vida humana está signada por sentimien- tos intensos. Entre ellos hay pasiones tales como el amor, el odio, el temor, la culpa, la ambición, la lujuria, la envidia, los celos, y muchísimos más. Como criaturas tenemos sentimientos muy pro- fundos sobre nuestras vidas. La pregunta nos angustia: ¿Acaso todos estos sentimientos son inútiles? ¿Acaso todo nuestro esfuer- zo y nuestro amor es un simple ejercicio en la futilidad, una excursión de vanidad? Está en juego el significado de nuestras vidas. Nos estamos jugando nuestra dignidad. Si se considera a los seres humanos aislados, no relacionados con Dios, entonces permanecen solos e insignificantes. Si no somos criaturas hechas por Dios y relacio- nadas con Dios, entonces somos un mero accidente cósmico. Nuestro origen es insignificante y nuestro destino es igualmente insignificante. Si surgimos del barro por accidente y hemos de desintegrarnos en el vacío o en el abismo de la nada, entonces estamos viviendo nuestras vidas entre los dos polos del más absoluto sin sentido. Somos ceros a la izquierda, desnudos de dignidad o de valor. El dotar temporalmente de dignidad a un ser humano que se encuentra entre los polos de un origen sin sentido y un destino sin sentido, es acceder meramente a los caprichos de un sentimiento. Nos ilusionamos con nuestro propio engaño. Nuestro origen y nuestro destino están unidos a Dios. El único significado final que podemos tener debe ser teológico. Esta misma pregunta que nos hacemos ya fue formulada por el sal- mista: 140 El conocimiento de 1II1O mismo v el conocimiento de Dios Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra (Salmo 8:3-5). Haber sido creados por Dios es estar relacionados con Dios. Esta relación ineludible nos brinda la seguridad de que no somos ruido o sentimientos inútiles. En la creación recibimos una corona de gloria. Una corona de gloria es una tiara de dignidad. Con Dios, tenemos dignidad; sin Dios, no somos nada. Resumen 1. No podemos conocer a Dios sin antes tomar conciencia de nosotros mismos. 2. No nos podemos conocer a nosotros mismos con precisión si no conocemos antes a Dios. Conocimiento de DIOS ~Conocimiento más elevado de uno mismo Conocimiento de uno mismo (conciencia de uno mismo) El conocimiento de uno mismo nos conduce al conocimiento de Dios, el cual a su vez nos brinda un entendimiento más elevado y más completo de nosotros mismos. 3. Los seres humanos en relación con Dios: Un origen con un propósito +Un destino con un propósito = Una vida con sentido. 4. Los seres humanos sin relación con Dios: Un origen sin sentido + Un destino sin sentido =Una vida sin sentido. Pasajes bíblicos para la reflexión Génesis 1:27 Hechos 17:22-31 Salmo 51 Romanos 1:18-23 Hechos 14:8-18 141
  • 84. LOS SERES HUMANOS CREADOS A IMAGEN DE DIOS En el arte, el hacer imágenes es un ejercicio de belleza. La pintura, la escultura, y otras artes suelen ser imitativas. Mediante nuestra creación imitamos a los objetos de la vida real. El artista principal es Dios. Cuando Dios diseñó el universo, dejó su sello sobre él de manera tal que los cielos declaran su gloria y el firmamento nos muestra su obra. Cuando Dios hizo a las criaturas que habitan la tierra y el mar, creó una criatura singular, hecha a su propia imagen. Génesis 1:26-27 nos dice: Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, con- forme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, yen todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Como la Biblia dice que fuimos creados a la imagen y seme- janza de Dios, algunos (en especial los católicos) han llegado a la conclusión de que existe una diferencia entre ser a imagen y ser a semejanza de Dios. Pero la estructura del lenguaje bíblico nos indica que la imagen y la semejanza se refieren a una misma cosa. Somos los iconos de Dios, criaturas hechas con la capacidad única de reflejar el carácter de Dios, como si fuésemos un espejo. El haber sido hechos a imagen de Dios suele entenderse como señalando el sentido de que somos como Dios. Aunque Él es el Creador y nosotros sus criaturas, y aunque Dios nos trasciende en esencia, en poder yen gloria, sin embargo en cierto sentido somos como Él. Hay algún tipo de analogía entre Dios y nosotros. Dios es un ser moral e inteligente. Nosotros también somos agentes morales equipados con una mente, un corazón y una voluntad. Estas facultades hacen posible que podamos reflejar la santidad de Dios, santidad que fue nuestra vocación original. La palabra hombre, cuando es utilizada en los pasajes de la Escritura como "creó Dios al hombre a su imagen" (Génesis 1:27), significa "la humanidad". Tanto el varón como la hembra de la especie humana han sido creados a imagen de Dios. Parte de esta 143
  • 85. Las grandes doctrinas de la Biblia imagen comprende el llamado de la humanidad a gobernar la tierra, a tener dominio sobre ella. Hemos sido llamados a cultivar, a llenar, y a guardar esta tierra como los regentes de Dios. Hemos sido llamados a reflejar el carácter del gobierno justo de Dios sobre el universo. Él nunca saquea o explota lo que domina, sino que reina con justicia y bondad. En ocasión de la caída de la humanidad, algo terrible ocurrió. La imagen de Dios perdió su lustre. Nuestra capacidad para reflejar su santidad se vio tan afectada que ahora este espejo está opaco. La caída, sin embargo, no destruyó nuestra humanidad. Aun- que nuestra capacidad para reflejar la santidad de Dios se perdió en la caída, todavía somos humanos. Todavía tenemos una mente, un corazón y una voluntad. Todavía llevamos la marca de nuestro Creador sobre nosotros. Cristo es quien restaura la plenitud de la imagen de Dios en los seres humanos. Él es, como lo declara el autor de Hebreos, "el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia" (Hebreos 1:3). Resumen l. Dios creó a los seres humanos -al varón ya la hembra- a su imagen y semejanza. 2. Existe cierta analogía entre Dios y los seres humanos que hace posible la comunicación entre ambos. 3. Los seres humanos, como Dios, son agentes morales con las facultades de pensamiento y voluntad. 4. Los seres humanos han sido llamado a ejercer el dominio sobre la tierra. 5. En la caída, la imagen de Dios en los seres humanos se opacó. 6. Cristo es la imagen perfecta de Dios. Él nos está restaurando a la plenitud de la imagen de Dios. Pasajes bíblicos para la reflexión Génesis 9:6 Romanos 8:29 1 Corintios 15:42-57 Colosenses 1:15 144 LOS SERES HUMANOS COMO CUERPO Y ALMA Tres veces a la semana me someto a la tortura de mi entrenador en el Gimnasio de Gold. Él es mi Faraón privado, mi Simon Legree. El ejercicio cardiovascular, la bomba de hierro, y las rutinas de contorsiones son parte de mi dieta. Todo esto a pesar del conocimiento de la Escritura que dice que i"el ejercicio corporal para poco es provechoso" (l Timoteo 4:8)! Mientras me preocupo por mi cuerpo, por su peso, su aparien- cia y su salud, vienen a mi mente las palabras de Jesús: "Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno" (Mateo 10:28). Los seres humanos, creados a imagen y semejanza de Dios, son criaturas hechas de un cuerpo material y de un alma no material. Esta alma también es llamada espíritu. Tanto el cuerpo como el alma fueron creados por Dios y constituyen dos aspectos distintos de nuestra personalidad. El punto de vista bíblico sobre los seres humanos difiere marcada- mente del punto de vista de los antiguos griegos. Nuestro cuerpo y alma forman una dualidad, no un dualismo. En las teorías dualísticas, el cuerpo y el alma son vistos como dos sustancias incompatibles que coexisten en constante tensión. Son fundamen- talmente incompatibles. El dualismo suele afirmar que hay algo inherentemente malvado o imperfecto en cualquier cosa física y, por 10 tanto, considera que el cuerpo es un recipiente malvado para contener al alma pura. Para los griegos, la salvación significaba en última instancia ser redimidos del cuerpo, cuando el alma finalmente fuera liberada de la prisión de la carne. El punto de vista bíblico es que el cuerpo fue creado bueno y no hay ningún mal inherente a su sustancia física. Sin embargo, padece la corrupción moral de la misma manera que el alma. Los seres humanos son pecaminosos tanto en su cuerpo como en su alma. El cristianismo no enseña la redención independiente del cuerpo, sino la redención del cuerpo. Al ser una dualidad, los seres humanos son una entidad con dos partes distintas unidas por el acto creativo de Dios. No 145
  • 86. Las grandes doctrinas de la Biblia ninguna necesidad, ni filosófica ni exegética, para agregar otra tercer parte o sustancia (como un espíritu) para sortear la tensión dualística. La teología ortodoxa rechaza la visión tricotómica de los seres humanos, que concibe a los seres humanos como inte- grados por tres partes: el cuerpo, el alma y el espíritu. Aunque hay muchos teólogos que han argumentado en favor de la inmortalidad natural o esencial del alma humana, es impor- tante recordar que el alma humana: (1) ha sido creada por Dios y no es inherentemente eterna; (2) aunque no está compuesta por materia y como tal sujeta a las fuerzas físicas, de todos modos es factible de ser destruida por Dios. El alma no puede existir en ningún momento separada del poder sustentador de Dios. "En él vivimos, y nos movemos, y somos" (Hechos 17:28). En el momento de la muerte, aunque el cuerpo muere, el alma del creyente y del no creyente continúan viviendo. Los creyentes aguardan la consumación de su redención con la resurrección y la glorificación de sus cuerpos, mientras que los impenitentes aguar- dan el juicio final de Dios. Como Dios preserva al alma de la muerte, los seres humanos tienen una continuidad de su existencia personal conciente más allá de la muerte. Toda la persona ha caído; tanto el cuerpo como el alma son los objetos de la gracia salvífica de Dios. Resumen l. Los seres humanos tienen un cuerpo material y un alma inmaterial. 2. Los seres humanos son una unidad-en-la-dualidad. El cris- tianismo rechaza la noción griega de dualismo. Los seres humanos-Unídad en la dualidad CUERPO ALMA Los seres humanos como cuerpo y alma Concepto griego=Dualismo unificado CUERPO ALMA ---. ..-- Trtcotomlael,a tensión entre el cuerpo y el alma aliviada por el espíritu m UJ u CUERPO ji' ALMA ---. =1 ..-- e 3, El cuerpo humano forma parte de la buena creación de Dios. Aunque cayó, junto con el alma, ninguno de los dos son inherentemente malvados. 4. El alma humana no es naturalmente eterna. Debió ser creada y sustentada por Dios. Pasajes bíblicos para la reflexión Génesis 1:1-2:25 Eclesiastés 12:7 Mateo 10:28 Romanos 8:18-23 1 Corintios 15:35-55 147
  • 87. LOS SERES HUMANOS COMO CARNE Y EspíRITU En la iglesia moderna hay mucha confusión con respecto al significado bíblico de la carne y el espíritu. Por un lado, la iglesia todavía está luchando contra la idea griega de que todo lo que sea físico debe ser malo en cierto grado. Algunos, por lo tanto, suponen que la vida cristiana es algo que debe ser completamente espiritual y que no puede tener nada que ver con nuestra existencia corporal. Algunos llevan este requisito al extremo de considerar necesariamente malas todas las funcio- nes corporales, como comer, beber y la satisfacción sexual. Otros, creyendo que el cuerpo carece de importancia, se engañan creyen- do que no importa como sea utilizado el cuerpo siempre y cuando su alma esté saludable. Ambas perspectivas reflejan una grave distorsión de la enseñanza bíblica sobre el cuerpo y el espíritu, según la cual ambos son importantes y deben ser alimentados cuidados. Surge un segundo problema cuando se hace una diferencia demasiado marcada entre los cristianos "carnales" y los cristianos "espirituales". En este caso debemos considerar tres tipos de personas: (l) los que no son cristianos y son carnales, (2) los cristianos carnales, y (3) los cristianos llenos del Espíritu. Sí pensamos en un cristiano carnal como en una persona totalmente vacía del Espíritu Santo, entregada a un estilo de vida completa- mente carnal, no estamos hablando de un cristiano carnal, estamos hablando de alguien que ni siquiera es cristiano. Una persona puede profesar ser cristiano y seguir siendo completamente car- nal, haciendo de su profesión una mentira. Un cristiano comple- tamente carnal es una contradicción. Todos los cristianos han sido llenos por el Espíritu. La "ple- nitud" del Espíritu puede ser de menor a mayor grado; porque los cristianos varían entre sí, se han entregado al Espíritu en distinto grado. Pero el Espíritu habita dentro de todos los cristianos. El apóstol Pablo habla sobre una lucha o conflicto que el creyente experimenta entre la carne y el espíritu. Al hacerlo, Pablo no está enseñando un dualismo o una falta de armonía entre el cuerpo y el alma. El conflicto descrito por Pablo no puede ser 1;10
  • 88. Las grandes doctrinas de la Biblia reducido a una lucha entre los deseos o apetitos físicos y las virtudes espirituales. El conflicto es más profundo que eso. La palabra carne (sarx) es a veces utilizada en el Nuevo Testamento como un sinónimo virtual de cuerpo (soma). Sin embargo, cuando esta palabra es usada en claro contraste con espíritu (pneuma), suele referirse a algo diferente del cuerpo físico. La carne en dicho caso suele referirse a la naturaleza corrupta de los seres humanos caídos. Cuando el Espíritu Santo nos regenera y nos convertimos en nuevas criaturas en Cristo, el poder de nuestra naturaleza caída (la carne) es conquistado pero no destruido. Como la santificación consiste en un proceso que dura toda la vida, los cristianos están inmersos en una lucha diaria con su vieja naturaleza mientras buscan crecer en el Espíritu y en la gracia. La vieja persona muere día a día mientras que la nueva persona en Cristo se fortalece por el Espíritu Santo que mora en ella. El Espíritu, que nos ha dado su palabra y nos ha sellado, será quien finalmente prevalezca en esta lucha. Mientras tanto, sin embargo, la lucha puede ser muy intensa. Los cristianos deben seguir luchando contra el pecado y la tentación. La conversión nos libera del control total de la carne, pero no nos perfecciona. Esta lucha entre la vieja persona (la carne) y el Espíritu continúa hasta nuestra muerte. Después de la muerte hemos de ser glorificados: la carne será completamente aniquilada, y la nueva persona será completamente purificada. Resumen l. La Biblia rechaza la noción griega que considera al cuerpo intrínsecamente malo. 2. Los cristianos no deben ni despreciar ni exaltar al cuerpo. El cuerpo y el alma tienen necesidad de santificación. 3. Ningún cristiano puede ser completamente carnal ni comple- tamente libre de carnalidad. 4. El Espíritu Santo habita en todos los cristianos. 5. La lucha entre la carne y el espíritu no es un conflicto entre el cuerpo y el alma sino un conflicto entre nuestra naturaleza de pecado caída (la vieja persona) y nuestra naturaleza rege- nerada (la nueva persona). 6. La lucha entre la carne y el Espíritu continúa durante toda la vida del cristiano hasta su glorificación. 150 Los seres humanos como carne v espíritu Pasajes bíblicos para la reflexión Mateo 26:36-41 Juan 3:6 Romanos 7:13-8:17 Efesios 2:1-3 1 Pedro 2:11 151
  • 89. SATANÁS La figura de Satanás suele ser concebida como un fugitivo de una fiesta de "Halloween", Se lo retrata vistiendo un ridículo traje rojo. Tiene espuelas, cuernos, una cola, y lleva consigo un triden- te. Esta figura es motivo de ridículo entre quienes niegan el cristianismo bíblico. En determinada ocasión le pregunté a mi clase de unos treinta estudiantes: "¿Cuántos creen en Dios?" La mayoría de los estudiantes levantó su mano. Luego pregunté: "¿Cuántos creen en el diablo?" Solamente se alzaron un de manos. Un estudiante espetó, "¿Cómo puede una persona inteligente creer en el diablo en los días que corren? El diablo pertenece a superstición, junto con los fantasmas, los duendes y todo el reste de la parafernalia nocturna", Yo le respondí: "Hay un origen muchísimo más fiable para creer en Satanás que para creer en los duendes. Es posible que no estén convencidos de la veracidad de la Biblia, pero sin duda que es un origen más fiable que los cuentos de hadas", Amontonar a Satanás junto con las brujas y los duendes implica violar las reglas de un pensamiento serio y grave. Conti- nué mi discusión con el estudiante realizándole otra pregunta: "Si creemos que Dios es un ser invisible, y personal, que tiene la capacidad de influenciar a las personas hacia el bien, ¿por qué resulta tan increíble y tan difícil imaginar que existe un ser invisible, y personal, que tiene la capacidad de influenciar a las personas al mal?" Es posible que nuestro problema con respecto a Satanás radique en el hecho de que estamos reaccionando a una caricatura y no al punto de vista bíblico sobre él. En la Escritura, la palabra Satanás significa "adversario". Lo conocemos como el diablo. Es una criatura angelical que, antes de la creación de la raza humana, se rebeló contra Dios y que desde entonces ha luchado contra la raza humana y contra Dios. Se lo llama el príncipe de las tinieblas, el padre de la mentira, el acusador, y la serpiente. Este retrato no tiene nada que ver con el adversario cómico, con cuernos, y un tridente, al que nos hemos acostumbrado. Esa imagen, por lo ]53
  • 90. Las grandes doctrinas de la Biblia menos en parte, surgió en la iglesia medioeval. Esta caricatura de Satanás fue creada intencionalmente en la iglesia para poder burlarse de él. La iglesia estaba convencida que era una estrata- gema efectiva contra Satanás el insultarlo. Se consideraba que su parte más vulnerable era su orgullo. El atacar su orgullo era visto como una manera efectiva para repeler su ataque. La noción bíblica, sin embargo, es mucho más sofisticada. Él se aparece como un "ángel de luz". Esta imagen subraya la habilidad inteligente de Satanás para manifestarse bajo la aparien- cia del bien. Satanás es muy sutil, seductor y astuto. Sabe hablar con elocuencia; su apariencia es deslumbrante. El príncipe de las tinieblas se viste con un ropaje de luz. La Escritura también nos habla de Satanás como un león rugiente, buscando a quien devo- rar. Cristo también es llamado un león, el León de Judá. Él es el redentor, el anti-león y devorador. Ambas imágenes nos hablan de la fuerza. ¿Cómo deberá reaccionar, entonces, el creyente frente a Sa- tanás? Por un lado, Satanás es realmente temible. En 1 Pedro 5:8 se nos dice que "vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar". La respuesta del creyente no debe ser, sin embargo, la del miedo. Satanás puede ser más fuerte que nosotros, pero Cristo es más fuerte que Satanás. La Biblia afirma que "mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo" (1 Juan 4:4). Satanás es después de todo una criatura. Es finito y limitado. Está limitado en el tiempo y el espacio. No puede estar en más de un lugar al mismo tiempo. Nunca debe ser considerado igual a Dios. Satanás es de un orden superior a los humanos, es un ángel caído. Pero no es divino. Tiene más poder que las criaturas de este mundo pero su poder es infinitamente menor que el poder del Dios todopoderoso. Resumen 1. Satanás no debe ser comparado a las criaturas mitológicas. 2. Satanás es un ángel caído con poderes sofisticados para engañar, tentar y acusar a las personas. 3. Satanás es una criatura finita sin los poderes y los atributos divinos. 154 Pasajes bíblicos para la reflexión Job 1:6-12 Mateo 4:1-11 Lucas 22:31 2 Tesalonicenses 2:5-10 1 Pedro 5:8-11 155 Satanás
  • 91. " > 49 LOS DEMONIOS Los demonios son seres sobrenaturales que sirven a Satanás. Como Satanás, también fueron ángeles. Se unieron con Satanás en su rebelión y fueron echados del cielo junto con él. Cuando se los menciona en la Escritura, es principalmente con respecto a la posesión demoníaca de los seres humanos. El apóstol Pablo señala que mientras los dioses idolátricos adorados por los paganos no existen en realidad, los demonios sí existen, instigando y propagando dicha adoración pagana. Quie- nes participan de dichos ritos paganos en realidad están ofreciendo su adoración a los demonios y están operando bajo las directivas demoníacas. El Nuevo Testamento nos revela varias características de los demonios. Suelen estar asociados con algún tipo de deficiencia física o mental, como la ceguera o el inf1igirse daño a sí mismos. Los demonios con frecuencia reconocieron a Cristo como el Santo de Dios. Le temieron y se sujetaron a la autoridad de Jesús. Además, los demonios tenían un conocimiento superior o sobre- natural, una fuerza superior, y la capacidad de predecir el futuro. La Reforma reaccionó con firmeza contra el exceso de prác- ticas y supersticiones que rodeaban a los demonios en la Edad Media. Hacia fines del siglo dieciséis, la práctica de exorcizar demonios había sido abolida dentro de la Iglesia Luterana. Si bien los demonios todavía continúan actuando, el nivel y la severidad de su actividad como están expresadas en el Nuevo Testamento son propias de ese tiempo. Era la "plenitud del tiempo", la última gran defensa de este mundo contra el Redentor de la humanidad. Satanás, por decirlo de algún modo, tiró la casa por la ventana. Con la resurrección y la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, el reino de Satanás, y sus camaradas los demonios, se vio severamente restringido. Sin embargo, tanto Pablo como Juan le advierten a los creyentes que en los tiempos postreros las actividades de Satanás y sus demonios se habrían de incrementar. Si tomamos lo que nos dice la Biblia en serio, debemos tomar en serio también al mundo de los demonios. No puede haber una teología bíblica sin su correspondiente demonología. 157
  • 92. Las grandes doctrinas de la Biblia Aunque los demonios son reales y poderosos, no hay ningún motivo para creer que pudieran llegar a poseer a un cristiano. Podremos ser acosados, tentados, o acusados por los demonios, pero nunca nos podrán controlar. Todos los cristianos tienen al Espíritu Santo morando dentro de sí. Su presencia les garantiza el estar libre de la posesión de los demonios. El Espíritu Santo es más poderoso que cualquier demonio que pueda atacarnos. Resumen l. Los demonios son ángeles caídos que están bajo el dominio de Satanás. 2. Los demonios aparecieron con fuerza inusitada cuando Jesús estuvo sobre esta tierra. 3. Los cristianos no pueden ser poseídos por los demonios. Pasajes bíblicos para la reflexión Marcos 1:21-28 Lucas 10:17-20 Lucas 11:14-26 1 Corintios 10:14-24 1 Juan 4:1-6 158 EL PECADO El pecado puede ser ilustrado como un a.rquero que dispara una flecha y no da en el blanco. No se trata, por supuesto, de inferir que es un asunto moral el no dar en el blanco en las competencias de tiro al blanco. Lo que ocurre es que la definición bíblica más sencilla para el pecado es "errar el blanco". En términos bíblicos, el blanco que no se consigue no es un blanco relleno de paja; es el blanco o la "norma" de la ley de Dios. La ley de Dios expresa su propia justicia y es el estándar supremo para nuestro compor- tamiento. Cuando no damos en el blanco de este estándar, pecamos. La Biblia nos habla de la universalidad del pecado en términos de no dar en el blanco de la gloria de Dios. "Por cuantos todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23). Decir que "nadie es perfecto" o que "errar es humano" es recono- cer la universalidad del pecado. Todos somos pecadores y todos tenemos necesidad de la redención. El pecado puede definirse como "el no conformarse o el transgredir cualquier ley de Dios, otorgada como la norma para las criaturas racionales"¡. ay tres dimensiones cruciales en esta definición. En primer lugar, el pecado es la no conformidad o el no poder cumplir plenamente algo. Constituye el no cumplimiento de la ley de Dios. Un pecado de omisión es el fracaso de hacer lo que Dios ordena. Si nos ordena amar al prójimo y no lo amamos, eso es pecado. En segundo lugar, el pecado es definido como una transgre- sión a la ley. Transgredir una leyes pasar por alto sus barreras, traspasar sus límites. Por eso es que podemos describir al pecado como "una invasión al derecho de propiedad". Caminamos por donde no se nos permite caminar. En este caso hablamos de pecados por comisión, cuando cometemos acciones prohibidas por Dios. Cuando la ley de Dios se pronuncia en términos nega- tivos, "No harás talo cual cosa", y nosotros hacemos lo que no está permitido, pecamos. En tercer lugar, el pecado es una acción realizada por criaturas que tienen uso de razón. Por ser criaturas creadas a la imagen de Dios, somos agentes morales libres. Porque tenemos una mente y 159
  • 93. Las grandes doctrinas de la Biblia una voluntad, somos capaces de realizar acciones morales. Peca- mos siempre que hacemos algo que sabemos que está mal, y elegimos desobedecer la ley de Dios. El protestantismo rechaza la diferencia clásica establecida en la teología católica entre los pecados veniales y los pecados mortales. La teología católica clásica define un pecado mortal como un pecado que "mata" la gracia en el alma y requiere renovar la justificación mediante el sacramento de la penitencia. Un pecado venial es un pecado de menor gravedad. No destruye la gracia salvífica. Juan Calvino declaró que todo pecado contra Dios es un pecado mortal en cuanto merece la muerte, pero ningún pecado es mortal en el sentido que destruye nuestra justificación por la fe2 . El protestantismo afirma que cualquier pecado es grave. Hasta el pecado más pequeño es un acto de rebeldía contra Dios. Todos los pecados constituyen un acto de traición cósmica, un intento fútil por destronar a Dios en su autoridad soberana. Sin embargo, la Biblia considera a algunos pecados más atroces que otros. Hay grados de maldad del mismo modo que habrá grados de castigo en el tribunal de la justicia de Dios. Jesús reprendió a los Fariseos por haber omitido cumplir con las cues- tiones más importantes de la ley, y reconvino a las ciudades de Betsaida y Corazín diciéndoles que su pecado era peor que el de Sodoma y Gomarra (Mateo 11:20-24). La Biblia también nos advierte sobre la culpa incurrida al pecar múltiples veces. Aunque Santiago nos enseña que pecar contra una parte de la leyes pecar contra toda la ley (Santiago 2:10), cada transgresión particular añade más culpa. Pablo nos previene de no atesorar ira para el día de la ira (Romanos 2:1-11). Cada vez que cometemos un pecado estamos agrandando nuestra culpa y nuestra exposición a la ira de Dios. Sin embargo, la gracia de Dios es mayor que toda nuestra culpa junta. La Biblia toma al pecado muy en serio porque toma a Dios muy en serio, y también toma en serio a los seres humanos. Cuando pecamos contra Dios, estamos violando su santidad. Cuando pecamos contra nuestro prójimo, estamos violando su humanidad. 160 El pecado Resumen 1. El significado bíblico del pecado es errar el blanco de la justicia de Dios. 2. Todos los seres humanos son pecadores. 3. El pecado comprende el fracaso de no conformarse a algo (de omisión) y la transgresión (de comisión) de la ley de Dios. 4. Solo los agentes morales pueden ser culpables de pecado. 5. El protestantismo rechaza la diferencia entre pecados mor- tales y veniales, pero afirma que hay pecados más graves que otros. 6. Con cada pecado que se comete se incurre en mayor culpa. 7. El pecado viola a Dios y a las personas. Pasajes bíblicos para la reflexión Romanos 2:1-11 Romanos 3:10-26 Romanos 5:12-19 Santiago 1:12-15 1 Juan 1:8-10 161
  • 94. EL PECADO ORIGINAL Es un lugar bastante común escuchar la aseveración de que "la gente es básicamente buena". Aunque se admite que nadie es perfecto, se minimiza la malicia humana. Sin embargo, si las personas son básicamente buenas, ¿por qué el pecado es tan universal? Suele decirse que todo el mundo peca debido a la influencia negativa de la sociedad. El problema es encuadrado dentro del entorno social y no dentro de nuestra propia naturaleza. Pero esta explicación sobre la universalidad del pecado no contesta esta pregunta: "¿Cómo fue que la sociedad se tornó corrupta en primer lugar?" Si las personas son buenas e inocentes cuando nacen, cabría esperar que al menos un porcentaje de ellas permaneciesen buenas y sin pecado. Debería ser posible encontrar sociedades no corruptas, donde el entorno haya sido condicionado por la no pecaminosidad en lugar de haber sido condicionado por la peca- minosidad. Y sin embargo, hasta las comunidades más compro- metidas-con-la-justicia han tenido que tomar provisiones para tratar con la culpa del pecado. Como la fruta está universalmente corrupta, buscamos la raíz del problema en el árbol. Jesús nos enseñó que un árbol bueno no puede producir fruta corrupta. La Biblia enseña con total claridad que nuestros padres originales, Adán y Eva, cayeron en el pecado. De ahí en más, todos los seres humanos han nacido con una naturaleza pecaminosa y corrupta. Si la Biblia no enseñara esto explícitamente, de todos modos tendríamos que deducirlo racio- nalmente debido a la universalidad del pecado. Sin embargo la caída no es meramente una cuestión de deducción racional. Es un punto en la revelación divina. Se refiere a lo que conocemos como el pecado original. El pecado original no se refiere principalmente al primer pecado o el pecado original cometido por Adán y Eva. El pecado original se refiere al resul- tado del primer pecado -la corrupción de la raza humana. El pecado original se refiere a la condición caída en la que estamos ya cuando nacemos. De la Escritura surge claramente que la caída tuvo lugar. La caída fue devastadora. Cómo fue que sucedió es un tema abierto
  • 95. Las grandes doctrinas de la Biblia a la disputa aun entre los pensadores de la Reforma. La Confesión de Westminster, de manera muy similar a la explicación de la Escritura, explica este acontecimiento con sencillez: Nuestros primeros padres, habiendo sido seducidos por la sutileza y la tentación de Satanás, pecaron, al comer de la fruta prohibida. Dios, de acuerdo con su sabio y santo consejo, permitió este su pecado, habiendo decidido ordenarlo para su propia gloria 1 • Por consiguiente, la caída ocurrió. Los resultados, sin embar- go, alcanzaron mucho más que a Adán y Eva. No solo alcanzaron a toda la humanidad, sino que diezmaron a la humanidad. Somos pecadores en Adán. No corresponde preguntarnos: ¿Cuándo se convierte una persona en un pecador? Porque la verdad es que los seres humanos nacen en un estado de pecaminosidad. Son vistos por Dios como pecadores, por su solidaridad con Adán. La Confesión de Westminster nuevamente expresa elegante- mente los resultados de la caída, en particular en su relación con los seres humanos: Por este pecado cayeron de su estado original de justicia y comu- nión con Dios, y murieron al pecado, completamente corruptos en todas las partes y facultades del alma y del cuerpo. Como eran la raíz de toda la humanidad, la culpa de este pecado, y la misma muerte al pecado, y la naturaleza corrupta se imputó y se transmi- tió a toda su descendencia postrera por generación ordinaria. A partir de esta corrupción original, por la cual estamos comple- tamente indispuestos, inhabilitados, y contrarios hacia el bien, y completamente inclinados hacia el mal, es que proceden todas las . 2 transgresiones presentes . Esta última frase es crucial. Somos pecadores no porque pequemos, sino que pecamos porque somos pecadores. Por eso es que David se lamenta: "En verdad, soy malo desde que nací; soy pecador desde el seno de mi madre" (Salmo 51:5, La Biblia, Versión Popular). Resumen 1. La universalidad del pecado no puede ser explicada por factores sociales o del entorno. 2. La universalidad del pecado es explicada por la caída de la humanidad. 164 El pecado original 3. El pecado original no se refiere principalmente al primer pecado, sino al resultado de dicho pecado. . 4. Todas las personas nacen con una naturaleza pecammosa o con un "pecado original". 5. Todos pecamos porque somos pecadores por naturaleza. Pasajes bíblicos para la reflexión Génesis 3:1-24 Jeremías 17:9 Romanos 3:10-26 Romanos 5:12-19 Tito 1:15 165
  • 96. LA DEPRAVACiÓN HUMANA Como mencionamos en el capítulo anterior, un tema común de debate entre los teólogos radica en la cuestión de si los seres humanos son básicamente buenos o básicamente malos. Esta cuestión gira en torno a la palabra básicamente. Existe un consen- so prácticamente universal de que nadie es perfecto. Todos acep- tamos la máxima de que "errar es humano". La Biblia nos dice qué "todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23). A pesar de este veredicto sobre las limitaciones de los humanos, nuestra cultura, dominada por el humanismo, persiste en creer que el pecado es algo periférico o tangencial a nuestra naturaleza. No obstante, tenemos fallas por causa del pecado. Nuestros registros morales exhiben manchas. Pero de algún modo pensamos que nuestra maldad reside en la periferia de nuestro carácter, apenas lo roza, y nunca puede penetrar a nuestro centro interior. Se supone, básicamente, que las personas son inherentemente buenas. Después de haber sido liberado de su cautiverio en Iraq y haber experimentado de primera mano la corrupción de los mé- todos de Saddam Hussein, uno de los rehenes declaró: "A pesar de todo lo que padecí, nunca perdí mi confianza en la bondad básica de las personas". Es posible que este punto de vista des- canse en parte en una escala variable de relativa bondad o maldad de la gente. Es obvio que algunas personas son más malvadas que otras. Al lado de Saddam Hussein o Adolfo Hitler, cualquier pecador del montón se parece a un santo. Pero si elevamos nuestra mirada hacia el estándar supremo de bondad -el carácter santo de Dios- nos damos cuenta de que lo que se presenta como una bondad en un nivel terrenal es corrupto hasta la cabeza. La Biblia nos enseña la total depravación de la raza humana. La depravación total significa la corrupción radical. Debemos tener cuidado de observar la diferencia que existe entre la depra- vación total y la depravación completa. Ser completamente de- pravados es ser tan malos como es posible ser. Hitler era extre- madamente depravado, pero podría haber sido todavía peor. Yo soy un pecador. Pero podría pecar más a menudo y mis pecados 167
  • 97. Las grandes doctrinas de la Biblia podrían ser más graves que los que peco en realidad. No hago cosas completamente depravadas, pero sí soy totalmente depra- vado. La depravación total significa que yo y todos los demás somos depravados o corruptos en todo nuestro ser. No hay ningu- na parte de nosotros que no haya sido alcanzada por el pecado. Nuestras mentes, nuestras voluntades, y nuestros cuerpos se han visto afectados por el mal. Hablamos palabras pecaminosas, de- sarrollamos acciones pecaminosas, tenemos pensamientos impu- ros. Nuestros propios cuerpos padecen los estragos del pecado. Posiblemente la expresión corrupción radical sea más feliz que la expresión "depravación total" para describir nuestra con- dición caída. Utilizo la palabra radical no tanto como sinónimo de "extremo" sino en el sentido de su significado original. La palabra radical proviene de la palabra latina que significa "raíz". Nuestro problema con el pecado es que está radicado en el centro de nuestro ser. Cala en lo profundo de nuestros corazones. Debido a que el pecado está en lo más profundo de nuestro ser y no simplemente en el exterior de nuestras vidas es que la Biblia dice: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno (Romanos 3:10-12). Por causa de esta condición se escucha el veredicto de la Escritura: estamos "muertos en delitos y pecados" (Efesios 2:1); hemos sido "vendidos al pecado" (Romanos 7:14); hemos sido llevados "cautivos a la ley del pecado" (Romanos 7:23) y somos "por naturaleza hijos de ira" (Efesios 2:3). Solamente el poder vivificador del Espíritu Santo puede sacarnos de este estado de muerte espiritual. Es Dios quien nos vuelve a la vida mientras nos convierte en hechura suya (Efesios 2:1-10). Resumen l. El humanismo considera que el pecado se encuentra en el borde o la periferia de la vida humana. Considera que los seres humanos son básicamente buenos. 168 La depravacián humana 2. El cristianismo bíblico enseña que el pecado cala hasta lo más profundo de nuestras vidas. 3. La depravación total no significa la depravación completa. No somos tan malos como podríamos ser. 4. La corrupción radical subraya la pecaminosidad que alcanza hasta lo más profundo de nuestros corazones. Pasajes bíblicos para la reflexión Jeremías 17:9 Romanos 8:1-11 Efesios 2:1-3 Efesios 4:17-19 1 Juan 1:8-10 169
  • 98. LA CONCIE HUMANA Fue Cricket quien que tu conciencia sea siempre tu guía". Este es un buen si nuestra conciencia ha sido instruida por la Palabra de Dios y dirigida por ella. Sir, embargo, si nuestra conciencia es ignorante de la Escritura e sido cauterizada o endurecida por repetidos pecados, 12, teC;lC!;2J8 de Jimmy Cricket puede ser desastrosa. La conciencia juega un papel importante en la vida cristiana. Resulta vital, sin embargo, que la comprendamos correctamente. La conciencia ha sido descrita como una voz interior de Dios que nuestra mente utiliza para acusarnos o excusarnos de los pecados. Incluye dos elementos básicos: (1) una conciencia o realización interna del bien y del mal, y (2) una habilidad mental para aplicar leyes, normas, y preceptos a situaciones concretas. En Romanos 2:15, Pablo nos enseña que Dios ha escrito St~ ley sobre el corazón humano. La conciencia humana ha sido instruida por la revelación de la ley de Dios, que Él ha implantado en el corazón humano. Las personas tienen una responsabilidad moral de que su conciencia les dicte. Es pecado actuar en contra de conciencia de uno. En la Dieta de Lutero declaró: "Mi conciencia está cautiva de la Palabra de Dios.... porque hacer contra la conciencia no tranquiliza ni estaría bi~n"f. La respuesta de Lutero demuestra dos principios bíblicos importantes. En primer lugar, que la conciencia debe ser instruida o "hecha cautiva" por la Palabra de Dios. La conciencia puede ser mal enseñada o cauterizarse, o apagarse, por los pecados repetidos una vez tras otra. El pecado habitual o la aceptación de la sociedad del pecado nos pueden endurecer tanto que acallemos la voz de la conciencia y pequemos sin ningún remordimiento. Por otro lado, si nuestra conciencia nos convence de que algo es ilegal o pecaminoso, aunque en realidad no sea pecaminoso, igualmente estaría mal que lo hiciésemos. Hacer lo que conside- ramos mal, aunque no sea en realidad mal, es pecar. Pablo nos enseña que cualquier cosa que no provenga de fe, es pecado 171
  • 99. Las grandes doctrinas de la Biblia (Romanos 14:23). En dicha instancia, actuar en contra de la conciencia no nos tranquilizaría ni estaría bien. Resumen EL PECADO IMPERDONABLE 1. La conciencia es una buena guía únicamente cuando ha sido instruida y dirigida por Dios. 2. La conciencia es una voz moral dentro nuestro que nos acusa o nos excusa de nuestras acciones. 3. Es un pecado actuar en contra de la conciencia. Pasajes bíblicos para la reflexión Lucas 11:39-44 Romanos 2:12-16 Romanos 14:23 Tito 1:15 1'7") Muchas personas temen y se preocupan porque en la Biblia hay un pecado que se describe como "imperdonable". Aunque el evangelio ofrece gratuitamente el perdón a todos los que se arrepienten de sus pecados, hay un límite colocado en el umbral de este crimen. El pecado imperdonable sobre el que advirtió Jesús se identifica con la blasfemia contra el Espíritu Santo. Jesús declaró que este pecado no puede ser perdonado ni en el presente ni en el futuro: Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será per- donada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero (Mateo 12:31-32). Ha habido varios intentos por identificar este crimen especí- fico que es imperdonable. Se lo ha asignado a crímenes tan horrendos como el homicidio o el adulterio. Sin embargo, si bien estos dos crímenes son pecados horribles contra Dios, la Escritura deja muy en claro que pueden ser perdonados si la persona que los cometió se arrepiente. David, por ejemplo, era culpable de ambos, pero fue restaurado a la gracia. El pecado imperdonable con frecuencia suele ser identificado con la resistencia total y persistente a creer en Cristo. Como la muerte trae consigo el final de la oportunidad que una persona tiene para arrepentirse de su pecado y confiar en Cristo, la conse- cuencia de rehusarse a creer trae consigo el fin de la esperanza del perdón. Si bien la resistencia total y persistente a creer tiene estas consecuencias no explica de manera adecuada la advertencia de Jesús relacionada con la blasfemia contra el Espíritu Santo. La blasfemia es algo que se hace con los labios o con la pluma. Involucra palabras. Aunque cualquier forma de blasfemia es un ataque grave al carácter de Dios, se la suele considerar perdonable. Cuando Jesús 173
  • 100. considerarla en el contexto de sus acusadores que estaban afir- mando que Él estaba en liga con Satanás, Su advertencia es seria aterradora. No obstante, sobre la cruz, Jesús oró para que los que habían blasfemado contra fuesen perdonados por causa de su ignorancia. "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lucas 23:34). Pero, sin embargo, si las personas han sido iluminadas por el Espíritu Santo hasta el grado de saber que Jesús es verdaderamen- te el Cristo, y luego lo acusan de ser satánico, han cometido un pecado que no tiene perdón. Los cristianos librados a sus propios recursos son capaces de cometer el pecado imperdonable, pero confiamos en que Dios en su gracia protectora guardará a sus escogidos de cometer dicho pecado. Cuando los cristianos fieles temen haber cometido dicho pecado, esta señal posiblemente ya nos esté indicando que no lo cometieron. Quienes cometan dicho pecado tendrán su corazón tan endurecido y se habrán abandona- do tanto a su pecado que no sentirán ningún remordimiento. Incluso en una cultura pagana y secular como la nuestra, las personas son reacias a blasfemar abiertamente contra Dios y contra Cristo. Aunque el nombre de Cristo es arrastrado por el barro cuando se echan ternos y el evangelio es ridiculizado con chanzas y comentarios irreverentes, la gente evita relacionar a Jesús con Satanás. Si bien el ocultismo y el satanismo proveen un contexto de peligro inminente para cometer el pecado imperdonable, aunque la blasfemia radical ocurriera ahí, todavía podría ser perdonada porque habría sido cometida en ignorancia por aquellos que todavía no fueron iluminados por el Espíritu Santo. Los grandes doctrinas de lo Biblia hace esta advertencia sobre el imperdonable debemos El pecado Imperdonable 5. Los cnstianos nunca cometerán este pecado por la gracia protectora de Dios. Pasajes bíblicos para la reflexión Mateo 12:22-32 Lucas 23:34 1 Juan 5: 16 Resumen l. La blasfemia contra el Espíritu Santo no debe ser equiparada al homicidio o el adulterio. 2. La blasfemia es un pecado contra Dios que involucra palabras. 3. La advertencia original de Cristo era en contra de atribuirle las obras de Dios el Espíritu Santo a Satanás. 4. Jesús oró pidiendo el perdón de los blasfemos que ignoraban su verdadera identidad. 174 17<;
  • 101. EL SINCRETISMO El sincretismo es el proceso por el cual algunos aspectos de una religión son asimilados, o incorporados, a otra religión. Esto lleva a cambios fundamentales en ambas religiones. En el Antiguo Testamento, Dios estaba profundamente preo- cupado con las presiones y las tentaciones hacia el sincretismo. Cuando el pueblo de Dios entró en la Tierra Prometida fueron confrontados con religiones paganas. Los dioses cananeos, Baal y Asera, se convirtieron en objetos de la devoción israelita. Más adelante, el pueblo de Dios adoró a los dioses nacionales de Asiria y Babilonia. La ley de Dios le advertía a Israel con claridad que no debía abandonar a Jehová en pos de otros dioses, y que tampoco debía adorar a otros dioses además del verdadero Dios. Los profetas predijeron los juicios venideros que caerían si la gente modificaba su fe para acomodarla a las doctrinas y prácticas extranjeras. El período del Nuevo Testamento fue típico de un extenso sincretismo. Con la expansión del Imperio Griego, sus dioses se mezclaron con los dioses nativos de las naciones conquistadas. El Imperio Romano también abrigó en su seno a todo tipo de culto y religiones de misterio. El cristianismo no pudo escapar a esto. Los padres de la iglesia no solo propagaron el evangelio sino que lucharon por proteger su integridad. El maniqueísmo (una filoso- fía dualística que identificaba lo físico con el mal) se introdujo en algunas doctrinas. El docetismo (una enseñanza que negaba que Jesús hubiese tenido un cuerpo físico) ya constituía un problema mientras el Nuevo Testamento estaba en proceso de composición. Muchas formas de neoplatonismo hacían un esfuerzo conciente por combinar elementos de la religión cristiana con la filosofía platónica y con el dualismo oriental. La historia de los credos cristianos es la historia del pueblo de Dios buscando separarse de las artimañas de las religiones y filosofías foráneas. Este problema todavía existe hoy en día en la iglesia. Las filosofías no cristianas como el marxismo o el existencialismo buscan el poder del cristianismo mientras dejan de lado lo que es singularmente cristiano. El sincretismo continúa siendo una he- rramienta poderosa para separar a Dios de su pueblo. 177
  • 102. Las grandes doctrinas de la Biblia Cada generación de cristianos tiene que enfrentarse con la tentación del sincretismo. Si nuestro deseo es "estar al día" o ser contemporáneo en nuestras prácticas y creencias, caeremos en la tentación de ser conformados por los modelos de este mundo. Aceptaremos las prácticas y las ideas paganas e intentaremos "bautizarlas". Hasta cuando combatimos y nos enfrentamos con las religiones y filosofías extrañas corremos el riesgo de ser influenciados por ellas. Cualquier elemento extraño que se filtre en la fe y la práctica cristiana constituye un elemento que debilita la pureza de la fe. Resumen l. El sincretismo es la incorporación o la combinación de re- ligiones o filosofías extrañas. 2. Uno de los problemas constantes de la religión israelita en el Antiguo Testamento fue la intromisión de las religiones pa- ganas. 3. La iglesia del Nuevo Testamento luchó contra la influencia de la religión y la cultura griega y romana. 4. El cristianismo moderno está amenazado por los intentos de combinar el pensamiento cristiano con la religión pagana y la filosofía secular. Pasajes bíblicos para la reflexión 1 Reyes 16:29-34 1 Corintios 10:14-23 2 Corintios 6:14-18 Gálatas 3:1-14 Colosenses 2:8 1 Juan 5:19-21 "70
  • 103. LA SALVACiÓN En cierta ocasión un hombre joven en Filadelfia me detuvo y me preguntó: "¿Sois salvo?" Mi respuesta fue: "¿Salvo de qué?" Mi respuesta lo tomó por sorpresa. Obviamente no había pensado mucho sobre la pregunta que le estaba formulando a la gente. De lo que no me había salvado era de las personas que me detienen en la calle para acribillarme con la pregunta: "¿Sois salvo?" La cuestión de ser salvo es la cuestión más importante de la Biblia. El tema de las Sagradas Escrituras es el tema de la salvación. En su concepción en el seno de María, Jesús es anun- ciado como el Salvador. El Salvador y la salvación van unidos. El papel del Salvador es salvar. Pero volvemos a preguntarnos: ¿Salvarse de qué? El signifi- cado bíblico de la salvación es amplio y diverso. En su forma más sencilla el verbo salvar significa "ser rescatado de una situación peligrosa o amenazante". Cuando Israel se escapó de la derrota de manos de sus enemigos en la batalla, se nos dice que fue salvado. Cuando una persona se recupera de una enfermedad que puso su vida en peligro de muerte, experimenta la salvación. Cuando se evita que una cosecha se pierda por una plaga o una sequía, el resultado es la salvación. Utilizamos la palabra salvación de una manera similar. Deci- mos que a un boxeador lo "salvó la campana" si el asalto termina antes de que el árbitro acabe de contar. La salvación significa el haber sido rescatado de alguna calamidad. Sin embargo, la Biblia también utiliza la palabra salvación en un sentido específico para referirse a nuestra redención final del pecado y nuestra reconci- liación con Dios. En este sentido, la salvación es la salvación de la mayor calamidad -el juicio de Dios. La salvación suprema ha sido lograda por Cristo que "nos libra de la ira venidera" (1 Tesalonicenses 1:10). La Biblia anuncia con total claridad que habrá un día de juicio en el que todos los seres humanos deberán rendir cuentas delante del tribunal de Dios. Para muchos este "día del Señor" será un día de oscuridad sin ninguna luz. Será el día en que Dios derrame su ira contra los malvados y los impenitentes. Será el holocausto 181
  • 104. Las grandes doctrinas de la Biblia final, la hora más oscura, la peor calamidad que haya ocurrido en la historia humana. Ser libre de la ira de Dios, que sin duda se derramará sobre el mundo, es la salvación suprema. Es la opera- ción de rescate que Cristo como el Salvador realiza para su pueblo. La Biblia utiliza la palabra salvación en pocos sentidos, pero en muchos tiempos verbales. El verbo salvar aparece práctica- mente en todos los tiempos verbales griegos. En un sentidofuimos salvados (desde la fundación del mundo);fuimos siendo salvados (por la obra de Dios en la historia); estamos salvados (por estar en un estado de justificación); estamos siendo salvados (al ser santificados o ser hechos santos); y seremos salvados (cuando experimentemos la consumación denuestra redención en el cielo). La Biblia nos habla de la salvación en términos del pasado, del presente y del futuro. A veces, equiparamos la salvación presente con nuestra jus- tificación, que es presente. Otras veces, consideramos a la justifi- cación como un paso específico dentro del orden o plan de la salvación. Por último, es importante señalar otro aspecto central del concepto bíblico de la salvación. La salvación es del Señor. La salvación no es un emprendimiento humano. Los seres humanos no se pueden salvar a sí mismos. La salvación es una obra divina; Dios es quien la logra y la aplica. La salvación es del Señor y proviene del Señor. Es el Señor el que nos libra de la ira del Señor. Resumen l. El significado más amplio de salvación es "ser rescatados de una situación amenazadora". 2. La salvación suprema significa ser librados de la peor calami- dad, de la ira de Dios. 3. La Biblia utiliza la palabra salvación en varios tiempos ver- bales, para referirse a la obra redentora de Dios en el pasado, en el presente y en el futuro. 4. La justificación es a veces utilizada como sinónimo de sal- vación; otras veces, es considerada como un aspecto dentro del esquema de la redención. 5. La salvación es del Señor y proviene del Señor. Pasajes bíblicos Ezequiel 36:26-27 Sofonías 1 Juan 3:16-17 Romanos 1:16-17 1 Corintios 1:26-31 1 Tesalonicenses 1:6-10 182 183
  • 105. LA PREDESTINACiÓN Hay muy pocas doctrinas que despiertan tanta controversia o provocan tanta consternación como la doctrina de la predestina- ción. Es una doctrina muy difícil que requiere ser tratada con mucho cuidado y esmero. Sin embargo, es una doctrina bíblica y por lo tanto es necesario considerarla. No nos atrevemos a ignorarla. Prácticamente todas las iglesias cristianas tienen algún tipo de doctrina sobre la predestinación. Es inevitable, porque el concepto aparece claramente en la Sagrada Escritura. Estas igle- sias sin embargo están en desacuerdo, a veces en franco desacuer- do sobre su significado. El punto de vista metodista difiere del punto de vista luterano, el que difiere del punto de vista presbite- riano. Aunque todos estos puntos de vista difieren, cada uno esta intentando entender este tema difícil. En su forma más elemental, la predestinación significa que nuestro destino final, el cielo o el infierno, ha sido decidido por Dios no solamente antes de que lleguemos allí, sino antes incluso de haber nacido. Nos enseña que nuestro destino está en las manos de Dios. Para expresar esto de otro modo: desde la eternidad pasada, antes de que existiésemos, Dios decidió salvar a algunos miembros de la raza humana y dejar que el resto de la raza humana perezca. Dios hizo una elección -eligió a algunos individuos para que fuesen salvos y disfrutaran la eterna bendición del cielo y eligió a otros para que sufrieran las consecuencias de sus pecados hasta el tormento eterno en el infierno. Esta definición es común para muchas iglesias. Pero para llegar al centro de la contienda corresponde preguntarse: ¿Cómo elige Dios? El punto de vista de las iglesias que no provienen de la Reforma, sostenido por lamayoría de los cristianos, es que Dios realiza esta elección en base a su previo conocimiento. Dios elige para la vida eterna a las personas que Él sabe han de elegirlo a Él. Es la noción presciente de la predestinación porque descansa sobre el previo conocimiento de Dios sobre las decisiones o actos humanos. El punto de vista de las Iglesias Reformadas difiere en tanto que considera que la decisión final para la salvación depende de 185
  • 106. Las grandes doctrinas de la Biblia Dios y no de nosotros. Según esta noción, la elección de Dios es soberana. No descansa sobre las decisiones o las respuestas pre- vistas por Dios. Considera que estas decisiones emanan de la soberana gracia de Dios. El punto de vista sostenido por las Iglesias Reformadas es que, librada a sí misma, ninguna persona escogería a Dios. Las personas caídas todavía tienen una voluntad libre y son capaces de elegir 10 que desean. Pero el problema radica en que no tenemos ningún deseo por Dios y no elegiremos a Cristo hasta que no seamos regenerados. La fe es el don que surge del nuevo naci- miento. Solo los escogidos pueden responder en la fe al evangelio. Los escogidos se deciden por Cristo, pero solo porque fueron elegidos por Dios en primer lugar. Como en el caso de Jacob y de Esaú, los escogidos son elegidos únicamente en base a la soberana buena voluntad de Dios y no sobre la base de nada que hayan hecho o que hayan de realizar. Pablo nos dice: y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama), se le dijo: El mayor servirá al menor... Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. (Romanos 9:10-12,16) Un problema polémico con respecto a la predestinación es que Dios no escoge o elige salvar a todos. Se reserva el derecho de tener misericordia sobre quien Él decida tener misericordia. Algunas personas de la caída humanidad reciben la gracia y la misericordia de la elección. Al resto, Dios las pasa por alto dejándolas en su pecado. Los que no han sido escogidos reciben la justicia. Los escogidos reciben la misericordia. Nadie recibe la injusticia. No hay nada que obligue a Dios a ser misericordioso hacia algunos o hacia todos por igual. Es su entera decisión definir cuán misericordioso desea ser. Sin embargo, nunca será culpable de no ser justo con alguien (véase Romanos 9:14-15). Resumen l. La predestinación es una doctrina difícil que debe ser tratada con delicadeza. 186 La iJrecies'tiJ7,]ci,5n 2. La Biblia nos enseña la doctrina de la predestinación. 3. Muchos cristianos definen la predestinación en función del previo conocimiento de Dios. 4. El punto de vista de la Reforma no considera al conocimiento como una explicación de la predestinación bíblica. 5. La predestinación se basa en la elección de Dios, no en la elección de los seres humanos. 6. Las personas no regeneradas no tienen deseo de escoger a Cristo. 7. Dios no escoge a todos. Se reserva el. cerceno tener misericordia sobre quien quiera. 8. Dios no trata a nadie injustamente. Pasajes bíblicos para la reflexión Proverbios 16:4 Juan 13:18 Romanos 8:30 Efesios 1:3-14 2 Tesalonicenses 2:13-15 187
  • 107. .. , 58 LA PREDESTINACiÓN Y LA CONDENACiÓN Toda moneda tiene dos caras. También hay otra cara a la doctrina de la elección. La elección se refiere tan solo a uno de los aspectos de la doctrina más amplia de la predestinación. El otro lado de la moneda es la cuestión de la condenación. Dios declaró que amó a Jacob pero que odió a Esaú. ¿Cómo debemos entender esta referencia alodio divino? La predestinación es doble. La única manera de evitar la doctrina de la doble predestinación sería el afirmar que Dios predestina a todos a ser escogidos o que no predestina a nadie ni a ser escogido ni a ser condenado. Como la Biblia enseña la predestinación con claridad en cuanto a la elección y niega la salvación universal, debemos concluir que la predestinación es doble. Incluye tanto la elección como la condenación. La doble predestinación es inevitable si tomamos a la Escritura en serio. El punto crucial, sin embargo, es ¿cómo debe ser entendida la doble predestinación? Algunos han entendido a la doble predestinación como una relación de causa y efecto, en la cual Dios es igualmente respon- sable de que el malvado no crea y de que los escogidos crean. Esta posición sobre la predestinación se conoce como la positiva-po- sitiva. La posición positiva-positiva sobre la predestinación nos enseña que Dios positiva y activamente interviene en las vidas de los escogidos para obrar su gracia en sus corazones y para traerlos a la fe. Del mismo modo, en el caso de los malvados, obra el mal en los corazones de los malvados y activamente les impide que se lleguen a la fe. Esta posición ha sido llamada con frecuencia el "hipercalvinismo" porque va más allá de las posiciones que a este respecto tenían Calvino, Lutero y otros pensadores de la Reforma. La posición de la Iglesia Reformada sobre la doble predesti- nación sigue un patrón positivo-negativo. En el caso de los esco- gidos, Dios interviene positiva y activamente para obrar la gracia en sus almas y traerlos a la fe salvadora. Unilateralmente regenera a los escogidos y les asegura su salvación. En el caso de los malvados, no obra el mal en ellos o impide que se acerquen a la 189
  • 108. Las grandes doctrinas de la Biblia fe. En lugar de hacer esto, los pasa por alto, dejándolos librados a sus propios pecados. Según esta posición la acción divina no es simétrica. La actividad de Dios es asimétrica con respecto a los escogidos y a los malvados. Existe, sin embargo, un plano de igualdad. El malvado, que ha sido pasado por alto por Dios, está finalmente condenado, y su maldición es tan real y cierta como la salvación final de los escogidos. El problema se vincula a las afirmaciones bíblicas como en el caso de Dios endureciendo el corazón de Faraón. Nadie discute que la Biblia dice que Dios endureció el corazón de Faraón. Pero la pregunta sigue en pie: ¿Cómo endureció Dios el corazón de Faraón? Lutero argumentaba que se trataba de un endurecimiento pasivo y no activo. En otras palabras, Dios no creó ninguna nueva maldad en el corazón de Faraón. Ya existía suficiente maldad en el corazón de Faraón para que este se inclinara a resistir la voluntad de Dios siempre que pudiera. Todo lo que Dios tiene que hacer para que alguien se endurezca es retirar su gracia de dicha persona y dejarla librada a sus propios impulsos hacia el mal. Esto es precisamente lo que Dios hace a quienes están condenados en el infierno. Los abandona a su propia maldad. ¿En que sentido "odió" Dios a Esaú? Hay dos explicaciones propuestas para resolver este problema. La primera de ellas lo explica definiendo alodio no como una pasión negativa dirigida hacia Esaú sino simplemente como la ausencia de amor redentor. Que Dios "amó" aJacob significa sencillamente que hizo de Jacob el objeto de su gracia inmerecida. Le dio a Jacob un beneficio que Jacob no merecía. Esaú no recibió el mismo beneficio y en dicho sentido fue odiado por Dios. Esta primera explicación suena un poco rebuscada, parece querer evitar que se pueda decir que Dios puede odiar a alguien. La segunda explicación le da más fuerza a la palabra odio. Según esta segunda explicación Dios efectivamente odió a Esaú. Esaú era odioso a la vista de Dios. No había nada en Esaú que Dios pudiera amar. Esaú era un vaso solo digno de ser destruido y merecedor de la ira y el odio santo de Dios. Que el lector decida con cuál explicación se queda. Resumen l. La predestinación es doble; tiene dos facetas. 190 La predestinación y la condenación 2. Algunos enseñan que Dios es igualmente responsable de la elección y de la condenación. Esto es característico del hiper- calvinismo. 3. La posición sostenida por la Reforma es que la doble predesti- nación refleja un esquema positivo-negativo. 4. Dios endureció el corazón de Faraón en forma pasiva, no activa. S. Dios odió a Esaú en el sentido de que no le dio la bendición de la gracia, o en el sentido de aborrecerlo, de considerarlo un objeto digno de ser destruido. Pasajes bíblicos para la reflexión Éxodo 7:l-S Proverbios 16:4 Romanos 9 Efesios 1:3-6 Judas 1:4 191
  • 109. EL LLAMADO EFICAZ Cuando era un niño mi madre me solía llamar desde la ventana para que viniera a cenar. Por lo general iba la primera vez que me llamaba, pero no siempre. Si me demoraba, me volvía a llamar una segunda vez, por lo general con un tono de voz más elevado. Su primer llamado no siempre era efectivo; no lograba el efecto buscado. Su segundo llamado solía ser efectivo; corría hacia adentro de la casa. Hay un llamado de Dios que es efectivo. Cuando Dios ordenó la creación del mundo, el universo no titubeó antes de cumplir con dicha orden. El efecto deseado por Dios en la creación se hizo realidad. De mismo modo, cuando Dios llamó a Lázaro de su tumba, Lázaro respondió viniendo a la vida. Hay también un llamado eficaz de Dios en la vida del creyen- te. Es un llamado que produce el efecto buscado. Teólogos de la Reforma enseñan que el llamado eficaz está relacionado con el poder de Dios para regenerar al pecador de su muerte espiritual. También suele ser conocido como la "gracia irresistible". El llamado eficaz se refiere a un llamado de Dios que por su poder y autoridad soberana produce el efecto, o el resultado, buscado u ordenado. Cuando Pablo nos enseña que aquellos a quienes predestina, los llamó, y aquellos a quienes llamó, justifi- có, se está refiriendo al llamado eficaz de Dios. El llamado eficaz de Dios es un llamado interior. Es el trabajo secreto de avivamiento o regeneración logrado en las almas de los escogidos por la obra sobrenatural inmediata del Espíritu Santo. Efectúa u obra el cambio interior en la predisposición, la inclina- ción, y el deseo del alma. Ninguna persona siente la inclinación de venir a Dios antes de recibir el llamado de Dios eficaz e interior. y todos los que son eficazmente llamados tienen una predisposi- ción hacia Dios y le responden en la fe. Vemos, entonces, que la fe en sí misma es un regalo de Dios, habiendo sido entregada en el llamado eficaz del Espíritu Santo. La predicación del evangelio representa el llamado externo de Dios. Este llamado es audible tanto para los escogidos como para los que no han sido escogidos. Los seres humanos tienen la 193
  • 110. Las grandes doctrinas de la Biblia capacidad de resistir y de rechazar este llamado externo. No responderán en la fe al llamado externo hasta que este llamado externo venga acompañado del llamado interno eficaz del Espíritu Santo. El llamado eficaz es irresistible en el sentido que Dios en su soberanía producirá el efecto deseado. Esta obra soberana de la gracia es resistible en el sentido de que podemos resistirla por causa de nuestra naturaleza caída, y de hecho la resistimos; pero es irresistible en el sentido de que la gracia de Dios prevalece sobre nuestra resistencia natural. El llamado eficaz se refiere al poder creativo de Dios por medio del cual somos traídos a la vida espiritual. El apóstol Pablo escribe: y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la volun- tad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás (Efesios 2:1-3). Nosotros que en otro tiempo fuimos hijos de ira, y estábamos espiritualmente muertos nos hemos convertidos en "los llamados" por virtud del poder y la eficacia del llamado interior de Dios. En su gracia, el Espíritu Santo nos ha dado la vista para ver lo que no queríamos ver y el oídopara escuchar loque no queríamos escuchar. Resumen l. Los llamados humanos pueden ser eficaces o ineficaces. 2. Dios tiene el poder de llamar eficazmente para que los mun- dos existan, los muertos resuciten, y las personas pasen de la muerte espiritual a la vida espiritual. 3. Las personas pueden escuchar el llamado externo de Dios en el evangelio y rechazarlo. Pero el llamado interno de Dios es siempre efectivo. Siempre produce el resultado deseado. Pasajes bíblicos para la reflexión Ezequiel 36:26-27 Romanos 8:30 Efesios 1:7-12 2 Tesalonicenses 2:13-14 2 Timoteo 1:8-12 EL NUEVO NACIMIENTO Cuando Jimmy Carter fue elegido presidente de los Estados Unidos de América se definió como "un cristiano nacido de nuevo". Luego Charles Colson, el hombre que hacía el trabajo sucio para la Casa Blanca de Nixon, escribió un libro que se convirtió en un éxito de librería y que se llamó Born Again ("Nacido de nuevo") 1. En dicho libro, narra su propia expel~iencia de conversión al cristianismo. Desde que estas dos personalidades popularizaran la expresión nacido de nuevo, esta se ha convertido en moneda corriente en el lenguaje moderno. Describir a alguien como un cristiano nacido de nuevo es, técnicamente, una redundancia. No existe tal cosa como un cristiano no-nacido-de-nuevo. Un cristiano no regenerado (que no ha nacido de nuevo) es una contradicción de términos. Del mismo modo, un no-cristiano nacido-de-nuevo también es una contradicción. Fue Jesús el primero en declarar que era una necesidad absoluta el nacer de nuevo espiritualmente para entrar en el reino de Dios. Le dijo a Nicodemo: "De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios" (Juan 3:3). Esta oración condicional en la enseñanza de Jesús nos está señalando la condición universalmente necesaria para ver y entrar en el reino de Dios. El nuevo nacimiento constituye, por lo tanto, una parte esencial del cristianismo; sin él, la entrada en el reino de Dios es imposible. La regeneración es el término teológico utilizado para des- cribir el nuevo nacimiento. Se refiere a una nueva generación, una nueva génesis, un nuevo comienzo. Es más que "dar vuelta la hoja"; señala el comienzo de una nueva vida en una persona radicalmente renovada. Pedro nos expresa con respecto a los creyentes que "siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre" (l Pedro 1:23). La regeneración es la obra del Espíritu Santo sobre aquellas personas que están espiritualmente muertas (véase Efesios 2:1- 10). El Espíritu vuelve a crear al corazón humano, resucitándolo de la muerte espiritual a la vida espiritual. Las personas regene- 'O~
  • 111. Las grandes doctrinas de la Biblia radas son nuevas creaciones. Donde antes no existía ningún tipo de predisposición, ninguna inclinación o deseo para las cosas de Dios, ahora hay una predisposición y una atracción hacia Dios. En la regeneración, Dios siembra en el corazón humano el deseo hacia Él, deseo que de otro modo no estaría presente. La regeneración no debe ser confundida con la plena expe- riencia de la conversión. De la misma manera que el nacimiento es nuestro principio, nuestra primera entrada a la vida fuera del vientre de nuestra madre, así también nuestro nuevo nacimiento espiritual es el punto de partida de nuestra vida espiritual. Tiene lugar por la iniciativa divina de Dios y es un acto soberano, inmediato, e instantáneo. El tomar conciencia de nuestra conver- sión puede ser un proceso gradual; sin embargo, el nuevo naci- miento es instantáneo. Nadie puede ser parcialmente renacido, como ninguna mujer puede estar parcialmente embarazada. Teólogos de la Reforma enseñan que la regeneración no es el fruto ni el resultado de la fe, sino que la regeneración precede a Zafe como la condición necesaria para la fe. Tampoco de ningún modo nos predisponemos hacia la regeneración o cooperamos como colaboradores con el Espíritu Santo para que acontezca. No decidimos ni elegimos ser regenerados. Dios elige regenerarnos antes de que nosotros confiemos en Él. Para ser más precisos, después de que hemos sido regenerados por la gracia soberana de Dios, entonces sí elegimos a Cristo, actuamos y cooperamos con Él, y creemos en Él. Dios no tiene fe por nosotros. Es nuestra propia fe la que nos justifica. Lo que Dios hace es despertarnos para la vida espiritual, rescatándonos de la oscuridad, el someti- miento y la muerte espiritual. Dios hace que la fe sea posible y actual, despierta la fe dentro nuestro. Resumen l. Todos los que son verdaderamente cristianos han nacido de nuevo. 2. Todos los que verdaderamente han nacido de nuevo son cristianos. 3. El nuevo nacimiento es la condición previa necesaria para entrar en el reino de Dios. 4. La regeneraciónesla obra soberanadegraciadel EspírituSanto. 196 El nuevo nacimiento 5. La posición de los teólogos de la Reforma es que la regene- ración precede a la fe. Es la iniciativa divina de Dios en la salvación. EL ORDEN DE LA SALVACiÓN Glorificación » Santificación / Justificación / Fe / Regeneración Pasajes bíblicos para la reflexión Deuteronomio 30:6 Ezequiel 36:26-27 Romanos 8:30 Tito 3:4-7 IQ7
  • 112. LA EXPIACiÓN El Pablo declaró que él se había propuesto no saber nada excepto a Cristo y a Cristo crucificado. Esta era la forma que el apóstol tenía para resaltar la importancia extrema que tiene 12 'C:~t1Z en el cristianismo. La doctrina de la es centra: t-ara cualquier doctrina cristiana. Lutero que el cristianismo ere. una teología de la Cruz. La figura de la cruz es el umversa: del cristianismo. El concepto de expiación se remonta ?c2 "-"'n"E'L.·~ Testamento cuando Dios construyó un sistema por el cual e. pueblo de Israel podía expiar sus pecados. Expiar repa- rar, corregir lo que está mal. Tanto eI Antiguo como el Nuevo Testamento bien en claro que todos los seres humanos son pecadores. Como nues- tros pecados han sido contra un Dios santo e infinito que ni siquiera puede contemplar el pecado, la expiación es necesaria para poder restablecer la comunión con Dios. Como el pecaco alcanza hasta nuestras mejores obras, somos incapaces de rea- lizar un sacrificio suficientemente bueno. Incluso nuestros sa- crificios estarían manchados y requerirían otro sacrificio adi- cional para cubrir dicha mancha, ad infinitum. No tenernos ningún don que sea lo suficientemente valioso, obra que sea lo suficientemente justa, para poder expiar nuestros propios pecados. Somos deudores que no podemos pagar nues- tras deudas. Al recibir la ira del Padre sobre la cruz, Cristo fue capaz de realizar la expiación por su pueblo. Cristo llevó, o cargó, el casuzo por el pecado de los seres humanos. Él los expió al aceptar el castigo justo que dichos pecados merecían. El pacto del Antiguo Testamento pronunciaba una maldición sobre cualquier persona que quebrantara la ley de Dios. Sobre la cruz, Jesús no solo tomó esa maldición sobre sí mismo, sino que fue "hecho por nosotros maldición" (Gálatas 3:13). Fue desamparado por el Padre y expe- rimentó toda la fuerza del infierno sobre la cruz. El cristianismo ortodoxo ha insistido en que la expiación conlleva la sustitución y la satisfacción. Al llevar la maldición de Dios sobre sí mismo, Jesús satisfizo las demandas de la santa 199
  • 113. Las grandes doctrinas de la Biblia justicia de Dios. Recibió la ira de Dios por nosotros, salvándonos así de la ira venidera (l Tesalonicenses 1:10). Hay una frase en la Biblia que resulta clave con relación a la expiación: "en nuestro lugar". Jesús no murió por sí mismo, sino que murió por nosotros. Fue un sufrimiento vicario; Él fue nuestro sustituto. Tomó nuestro lugar al desempeñar el papel del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Conviene notar que aunque la ira de Dios es real, la expiación que Cristo hizo no significa que el Hijo estuviese obrando en contra de la voluntad del Padre. No implica que Cristo estuviese arrebatando a su pueblo de las manos del Padre. El Hijo no convenció al Padre para que salvara a las personas que el Padre no deseaba salvar. Por el contrario, la salvación de los escogidos era la voluntad del Padre y del Hijo, y juntos trabajaron para que se cumpliese. Como escribió el apóstol Pablo: "Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo" (2 Corintios 5:19). Resumen l. La expiación implica un pago para reparar una deuda. 2. Los seres humanos no son capaces de expiar sus propios pecados. 3. La perfección de Jesús lo calificó para realizar la expiación. 4. Cristo llevó la maldición del Antiguo Pacto. 5. La expiación de Cristo fue una obra de sustitución y una obra de satisfacción. 6. El Padre y el Hijo trabajaron en armonía para lograr nuestra reconciliación. Pasajes bíblicos para la reflexión Romanos 3:21-28 Romanos 5:17-19 Efesios 1:7 Filipenses 3:8-9 Tito 3:1-7 200 LA EXPIACiÓN DETERMINADA Las doctrinas que identifican la teología de la Reforma suelen resumirse en un acróstico inglés T-U-L-I-P. Cada una de estas letras significa lo siguiente: T=Total depravación U=Elección incondicional L=Expiación limitada I=Gracia irresistible P=Perseverancia de los santos Si bien este acróstico sirve para aprender de memoria estas doctrinas, también puede crear confusión sobre las mismas doc- trinas por la manera en que el acróstico determina su defi~ici?:. Esto es particularmente cierto en el tercer punto, la expiacion limitada. Muchos calvinistas, que se llaman a sí mismo "de los cuatro puntos", están dispuestos a aceptar todos los puntos excep- to el de la expiación limitada. Sacan la L del acróstico TULIP. Yo personalmente prefiero utilizar la expresión expiación determinada en lugar de expiación limitada (si bien también estaría modificando el acróstico, convirtiéndolo en tudip). La doctrina sobre la expiación determinada se centra en la cuestión del designio de la expiación de Cristo. Está relacionada con la intención de Dios al enviar a Jesús a la cruz. Con excepción de un universalista, todos están dispuestos a aceptar que el efecto de la obra de Cristo sobre la cruz est~ lirnit.ado a los que creen. Es decir, la expiación de Cristo no está disponible para los no creyentes. Su muerte no salva a todo el mundo. También todos están de acuerdo con que el mérito de la muerte de Cristo es suficiente para pagar por los pecados de todos los seres humanos. Algunos lo expresan de este modo: la expiación de Cristo es suficiente para todos, pero eficiente solamente para algunos. Esto, sin embargo, no llega a la raíz de la cuestión sobre la expiación determinada. Quienes niegan la expiación det~rn:~nada insisten en que el designio de Dios en la obra de expiacion de Cristo fue que sirviera para expiar los pecados de todo el mundo. Hizo que la salvación fuese posible para todos, pero no aseguró 201
  • 114. Las grandes doctrinas de la Biblia la salvación para nadie. El designio sería por 10 tanto ilimitado e indeterminado. El punto de vista de la Reforma sostiene que el designio y la intención de la expiación de Cristo eran determinados únicamente para los escogidos. Cristo entregó su vida por sus corderos y únicamente por sus corderos. Además, la expiación aseguró la salvación para todos los escogidos. La expiación era una obra de redención real, no meramentepotencial. Según este punto de vista no hay ninguna posibilidad de que el designio y la intención de Dios para la expiación fuesen frustrados. El propósito de Dios en la salvación es seguro. Los teólogos de la Reforma no concuerdan con respecto a la cuestión del ofrecimiento de la expiación a la raza humana. Algunos insisten en que este ofrecimiento del evangelio es uni- versal. La Cruz y sus beneficios son ofrecidos a todos los que creen. Otros insisten en que este concepto de un ofrecimiento universal es confuso y que implica un juego de palabras. Como únicamente los escogidos serán quienes crean, en realidad el ofrecimiento es hecho solo a ellos. Dios nunca ofrece el beneficio de la expiación de Cristo a los impenitentes o a los que no creen. Como el creer y el arrepentimiento son condiciones cumplidas únicamente por los escogidos, en último término la expiación es ofrecida únicamente a ellos. Juan escribe: "Y él es propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo" (l Juan 2:2). Este pasaje, más que ningún otro, es la cita utilizada como la prueba de la Escritura en contra de la expiación determinada. A primera vista parece apoyar la idea de que la muerte de Cristo fue intencionada para todos (para todo el mun- do). Sin embargo, si la tomamos en este sentido, el texto prueba aun más que los pensadores no vinculados a la Reforma quieren que pruebe. Se convierte en la prueba del universalismo. Si Cristo propició o satisfizo las demandas de Dios para el castigo de los pecados de todos, entonces todos habrían de ser salvados. Si Dios hubiese castigado los pecados que ya habían sido propiciados, entonces Él sería injusto. Si entendemos este texto como querien- do decir que los pecados de todos han sido propiciados condicio- nalmente (en base a la fe y el arrepentimiento), volvemos al punto de partida original en el que únicamente los escogidos satisfacen estas condiciones. 202 La expiación determinada Otra posibilidad de entender este texto es ver el contraste que existe entre nuestros pecados y los de todo el mundo. ¿Qué personas están incluidas en la palabra nuestros? Si Juan está hablando solo de los creyentes como él, entonces la interpretación previa al texto sería la que correspondería. ¿Pero es este el único significado posible de nuestros? En el Nuevo Testamento se suele hacer un contraste entre la salvación que disfrutaban los judíos y la que disfrutaban los no judíos. Un punto crucial del evangelio es que no está limitado a los judíos sino que ha sido extendido a los pueblos de todo el mundo, a los pueblos de toda tribu y nación. Dios ama a todo el mundo, pero no salva a todo el mundo; salva a personas de todas partes del mundo. De acuerdo a los teólogos de la Reforma, en este texto, Juan simplemente está diciendo que Cristo no es solamente una propiciación por nuestros pecados (los de los creyentes judíos) sino por los de los escogidos que aparezcan en todo el mundo. De cualquier modo, el plan de Dios se definió antes de que hubiese nadie en el mundo. La expiación de Cristo no fue algo que se le ocurrió más tarde. El propósito de Dios en la muerte de Cristo fue determinado en la fundación del mundo. El designio no fue mera conjetura, sino que fue de acuerdo a un plan y a un propósito específico, que Dios en su soberanía llevó a cabo. Todos por quienes murió Cristo han sido redimidos por su actode sacrificio. Resumen 1. La expiación determinada reemplaza el término expiación limitada en el acróstico inglés TULIP. . 2. La expiación determinada se refiere al alcance del designio de Dios para la redención y la intención de la Cruz. 3. Todos, con excepción de los universalistas, están de acuerdo con que la expiación de Cristo es suficiente para todos, pero efectiva únicamente para los que creen. 4. La expiación de Cristo fue una propiciación real por el pe- cado, no una propiciación potencial o condicional. 5. La expiación en un sentido amplio es ofrecida a todos; en un sentido restricto, es solamente ofrecida a los escogidos. 203
  • 115. Las grandes doctrinas de la Biblia 6. La enseñanza de Juan con respecto a que Cristo murió por los pecados de todo el mundo significa que los escogidos no se limitan a Israel sino que pueden encontrarse en todo el mundo. EL LIBRE ALBEDRío Pasajes bíblicos para la reflexión Mateo 1:21 Juan 3:16 Juan 10:27-30 Juan 17:9-12 Hechos 20:28 Romanos 8:30 ?04 En este mismo momento usted está leyendo estas palabras porque ha elegido por su propia y libre voluntad leerlas. Es posible protestar: "¡No! Yo no elegí leerlas. Me obligaron a leerlas. En realidad no quisiera leerlas". Es posible que ese fuera el caso. Sin embargo, las está leyendo. Es posible que haya otras cosas que prefiriera estar haciendo en este momento, pero ha optado por leer este libro a pesar de ello. Ha decidido leerlo en lugar de no leerlo. Yana puedo saber por qué lo está leyendo. Pero sí sé que debe tener sus motivos para leerlo. Si no tuviese ningún motivo para leerlo, simplemente no habría decidido leerlo. Toda elección que hacemos en la vida, la hacemos por alguna razón. Nuestras decisiones se basan en lo que en determinado momento, y considerando todos los factores, nos parece bien. Algunas cosas las hacemos porque tenemos un deseo muy intenso de realizarlas. Otras cosas las hacemos sin tener ni siquiera la conciencia de desearlas. Sin embargo, el deseo está allí presente; de otro modo, no habríamos elegido realizarlas. En esto consiste la esencia misma de la libre voluntad, o el libre albedrío -el elegir de acuerdo a nuestros deseos. Jonathan Edwards, en su obra The Freedom ofthe Will ("La Libertad de la Voluntad"), define a la voluntad, o el albedrío, como "aquello con lo que la mente elige"!. No cabe ninguna duda de que los seres humanos realmente hacen elecciones. Yo elegí escribir, usted eligió leer. Es mi voluntad escribir, y la escritura se pone en acción. Cuando le agrego la idea de libertad, sin embargo, el tema se torna terriblemente complicado. Debemos preguntarnos: ¿Libertad para hacer qué? Hasta el calvinista más ardiente no negaría que la voluntad es libre de elegir cualquier cosa que desee. Hasta el arminiano más ardiente estaría de acuer- do con que la voluntad no es libre de elegir lo que no desea. Con respecto a la salvación, la pregunta entonces se transfor- ma en: ¿Qué es los que los seres humanos desean? Los arminianos creen que algunas personas desean arrepentirse y ser salvas. Otras desean huir de Dios y cosechar entonces la maldición eterna. Los arminianos nunca dejan en claro por qué las distintas personas 205
  • 116. 2. 1. Las grandes doctrinas de la Biblia tienen deseos distintos. Los calvinistas sostienen que todos los seres humanos desean huir de Dios hasta el momento en que el Espíritu Santo realiza una obra de regeneración. Dicha regenera- ción cambia nuestros deseos para que libremente nos arrepinta- mos y seamos salvos. Es importante señalar que hasta los no regenerados nunca son forzados a ir en contra de su voluntad. Sus voluntades cambian sin su permiso, pero siempre están libres para elegir según su voluntad. Entonces, somos realmente libres para actuar según nuestra voluntad. No somos libres, sin embargo, para elegir o seleccionar nuestra naturaleza. Uno no puede declarar: "De ahora en más desearé solamente el bien" del mismo modo que Cristo no podría haber declarado: "De ahora en más desearé solamente el mal". Aquí termina nuestra libertad. La teología de la Reforma afirma que la caída dejó a la voluntad humana intacta en cuanto todavía tenemos la facultad de elegir. Nuestras mentes han sido oscurecidas por el pecado y nuestros deseos han sido atados por impulsos malvados. Pero todavía podemos pensar, elegir, y actuar. Pero algo terrible nos ha sucedido. Hemos perdido cualquier deseo que pudiésemos tener por Dios. Los pensamientos y los deseos de nuestro corazón son continuamente hacia el mal. Nuestro libre albedrío es una maldición. Como todavía podemos elegir según nuestros deseos, elegimos el pecado y quedamos sujetos al juicio de Dios. Agustín dijo que aunque todavía tenemos una voluntad libre, hemos perdido nuestra libertad. La libertad real de la que habla la Biblia es la libertad o el poder de elegir a Cristo como nuestro. Pero hasta que el Espíritu Santo no transforme nuestros corazones, no tendremos ningún deseo por Cristo. Sin ese deseo nunca lo elegiremos a Él. Dios debe despertar nuestras almas y darnos el deseo por Cristo antes de que nos sintamos inclinados a elegirlo. Edwards dijo que como seres humanos caídos retenemos nuestra libertad natural (el poder de actuar de acuerdo con nues- tros deseos) pero perdemos la libertad moral'', La libertad moral incluye la predisposición, la inclinación y el deseo del alma hacia la justicia. Esta tendencia hacia la justicia fue lo que se perdió en la caída. Todas las decisiones que tomo están determinadas por algo. Hay una razón para ellas, un deseo detrás de ellas. Esto puede sonar a determinismo. ¡De ningún modo! El determinismo nos El libre albedrío enseña que nuestras acciones están completamente controladas por algo que nos es externo, que nos hace hacer lo que no queremos hacer. Esto es coerción y es lo opuesto a la libertad. ¿Como es posible que nuestras decisiones sean determinadas pero que no hayan sido coaccionadas? Porque han sido determi- nadas por algo ~esde dentr? -por lo que somos y por lo que deseamos. Han SIdo determinadas por nosotros mismos. Esto es la autodeterminación, que es la esencia propia de la libertad. Para ser más precisos, para que podamos elegir a Cristo, Dios debe cambi~r nuestros corazones. Yeso es precisamente lo que hace. Cambia nuestro corazón. Nos da un deseo por Él, deseo que de otro modo no tendríamos. Luego 10 elegimos a raíz del de~eo que está dentI:o nue/stro. Lo elegimos libremente a Él porque deseamos elegirlo a El. En esto consiste la maravilla de su gracia. Resumen Cualquier elección que hagamos, la hacemos por alguna razón. Siempre elegimos de acuerdo con nuestra inclinación más fuerte en el momento de la decisión. 3. La voluntad es la facultad electiva. 4. Los seres humanos caídos tienen una voluntad libre pero carecen de libertad. Tenemos libertad natural pero no tene-mos libertad moral. 5. La libertad consiste en la autodeterminación. 6. En la regeneración, Dios cambia la predisposición de nuestros corazones y siembra en nosotros un deseo hacia Él. Pasajes bíblicos para la reflexión Deuteronomio 30: 19-20 Juan 6:44, 65 Juan 8:34-36 Juan 15:5 Romanos 8:5-8 Santiago 1:13-15 207
  • 117. LA FE Al cristianismo se lo suele llamar una religión. Más apropiado sería llamarlo una "fe". Solemos hablar de laje cristiana. Se la llama una fe porque consiste en un conjunto de conocimientos que es afirmado o creído por sus adherentes. También se la llama una fe porque la virtud de la fe es central a su entendimiento de la redención. ¿Qué significa la fe? En nuestra cultura suele confundirse con una creencia ciega en algo irrazonable. Llamar a la fe cristiana una "fe ciega", sin embargo, no es solo rebajar a los cristianos sino que es una afrenta a Dios. Cuando la Biblia habla de ceguera está utilizando esta imagen para laspersonas que, por su pecado, caminan en la oscuridad. El cristianismo llama a las personas a abandonar la oscuridad, no a venir a la oscuridad. La fe es el antídoto a la ceguera, no la causa de la ceguera. En su raíz, la palabraje significa "confianza". Confiar en Dios no es un acto de creencia irracional. Dios nos ha demostrado que es eminentemente digno de confianza. Nos ha dado razones más que suficientes para confiar en Él. Él nos ha probado que es fiel y que es digno de nuestra confianza. Existe una enorme diferencia entre la fe y la credulidad. Ser crédulo es creer en algo por ninguna razón valedera. La supersti- ción está hecha y prospera en base a la credulidad. La fe, en cambio, se establece sobre un razonamiento coherente y consis- tente y sobre evidencias empíricamente valederas. Pedro escribe: "Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad" (2 Pedro 1:16). El cristianismo no descansa sobre mitos y fábulas sino sobre el testimonio de quienes vieron con sus propios ojos y oyeron con sus propios oídos. La verdad del evangelio se basa sobre aconte- cimientos históricos. Si el relato de estos acontecimientos no es digno de confianza, entonces sin duda que nuestra fe es en vano. Pero Dios no nos pide que creamos en cualquier cosa en base al mito. 209
  • 118. Las grandes doctrinas de la Biblia El libro de Hebreos nos proporciona una definición de la fe: "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" (Hebreos 11:1). La fe comprende la esencia de nuestra esperanza para el futuro. En términos sencillos, esto significa que confiamos en Dios para el futuro en base a nuestra fe en lo que Él ha logrado en el pasado. Creer que Dios seguirá siendo digno de confianza no es una fe gratuita. Existen múltiples razones para creer que Dios seguirá siendo tan fiel a sus promesas en el futuro como ha sido en el pasado. Existe una razón, una razón sustancial, para la esperanza que tenemos dentro nuestro. La fe que es la evidencia de las cosas ocultas tiene una referencia primaria, pero no exclusiva, hacia el futuro. Nadie tiene una bola de cristal que funcione. Todos nos encaminamos hacia el futuro por la fe y no por la vista. Podemos hacer planes y proyectos, pero hasta nuestras mejores previsiones estarán basa- das sobre conjeturas inteligentes. Nadie de nosotros cuenta con el conocimiento de la experiencia del mañana. Contemplamos el presente y recordamos elpasado. Somos expertos en lapercepción tardía de lo sucedido. La única evidencia sólida que tenemos para nuestro futuro surge de las promesas de Dios. Es aquí donde la fe nos ofrece la evidencia para las cosas no vistas. Confiamos en Dios para el mañana. También confiamos o creemos que Dios existe. Y si bien Dios mismo no puede ser visto, las Escrituras dejan en claro que el Dios invisible se ha hecho manifiesto por las cosas visibles (Romanos 1:20). Aunque Dios no es visible para nosotros, creemos que Él está ahí porque se ha manifestado en la creación y en la historia. La fe incluye el creer en Dios. Sin embargo este tipo de fe no es particularmente loable. Santiago escribe: "Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan" (Santiago 2:19). El sarcasmo emana de la pluma de Santiago. Creer en la existencia de Dios solo nos califica para ser demonios. Una cosa es creer en Dios, y otra cosa es creerle a Dios. Creerle a Dios, confiar en Él para nuestra propia vida, en eso consiste la esencia de la fe cristiana. Resumen l. El cristianismo es una fe porque está basado en un conjunto de conocimientos revelados por Dios. i10 Lo fe 2. La fe no es un salto ciego en la oscuridad, sino una confianza en Dios que nos transfiere de la oscuridad a la luz. 3. La fe es simple, pero no es simplista. 4. La fe no es credulidad. Está basada sobre razones valederas y evidencias históricas. 5. La fe nos proporciona la sustancia para nuestra esperanza futura. 6. La fe implica confiar en lo que no se ve. 7. La fe implica más que creer en Dios; significa creerle a Dios. Pasajes bíblicos para la reflexión Romanos 1:16-32 Romanos 5:1-11 Romanos 10:14-17 Gálatas 3:1-14 Efesios 2:8-9 Santiago 2:14-26 '""'11
  • 119. LA FE SALViFICA Jesús en una ocasión señaló que si no tenemos la fe de un niño no podemos entrar en el reino de los cielos. Una fe como la de un niño es un requisito previo para ser miembro del reino de Dios. Existe una diferencia, sin embargo, entre una fe como la de un niño y una fe infantil. La Biblia nos llama a ser niños en la malicia, pero maduros en nuestro entendimiento. La fe salvífica es simple, pero no es simplista. Como la Biblia nos enseña que la justificación es por la fe sola, y que la fe es condición necesaria para la salvación, resulta imperativo que entendamos en qué consiste esta fe salvífica. Santiago nos explica claramente en qué no consiste esta fe: "Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?" (Santiago 2:14). Santiago está distinguiendo entre la profesión de fe y la realidad de la fe. Cualquiera puede decir que tiene fe. Si bien hemos sido llamados a profesar nuestra fe, la profesión por sí sola no salva a nadie. La Biblia deja bien en claro que las personas son capaces de honrar a Cristo de labios mientras sus corazones están lejos de Él. La fe de los labios para fuera, sin ninguna manifestación del fruto de la fe, no es fe salvífica. Santiago continúa diciendo: "Así también, si no tiene obras, es muerta en sí misma" (Santiago 2:17). Santiago describe la fe muerta en sí misma como una fe sin ningún provecho. Es fútil y vana y no justifica a nadie. Cuando Lutero y los demás de la Reforma declararon la justificación solo por la fe, se dieron cuenta que era necesario dar una definición detallada sobre la fe salvífica. Definieron la fe salvífica en función de determinados elementos constituyentes. La fe salvífica está compuesta de la información, el consentimien- to intelectual, y la confianza personal. La fe salvífica implica el contenido. No somos justificados por creer en cualquier cosa. Algunos han dicho: "No importa lo que uno cree, siempre y cuando sea sincero". Este sentimiento es radicalmente opuesto a la enseñanza de la Biblia. La Biblia nos enseña que lo que creemos es muy importante. La sinceridad por 213
  • 120. Las grandes doctrinas de la Biblia sí sola no es suficiente para la justificación. Podemos estar since- ramente equivocados. La sana doctrina, al menos en lo que concierne a Ls verdades fundamentales del evangelio, es un ingrediente necesario de la fe salvífica. Creemos en el evangelio, en la persona y la obra de Cristo. Esto es una parte integral de la fe salvífica. Si nuestra doctrina es herética en los fundamentos, no seremos salvos. Si, por ejemplo, decimos que creemos en Cristo pero negamos su deidad, no poseemos la fe que justifica. Aunque es necesario tener un correcto entendimiento de las verdades fundamentales del evangelio para poder ser salvos, un entendimiento correcto de ellas no es suficiente para ser salvos. Un estudiante puede sacar las notas máximas en un examen de teología cristiana, entendiendo todas las verdades del cristianis- mo, sin afirmar personalmente que son verdad. La fe salvífica incluye la afirmación de la mente a la verdad del evangelio. Pero aun si las personas entienden el evangelio y afirman o confirman su verdad, todavía pueden llegar a no alcanzar la fe salvífica. El diablo sabe que el evangelio es verdad, pero lo odia con todas las fibras de su ser. Hay un elemento de confianza en la fe salvífica. Implica una confianza y una dependencia personal sobre el evangelio. Podemos creer que una silla va a soportar nuestro peso, pero no exhibimos una confianza personal en la silla hasta el momento en que nos sentamos sobre ella. La confianza comprende la voluntad además de la mente. Tener la fe salvífica requiere que amemos la verdad del evangelio y que deseemos vivirla. Confiamos de corazón en la dulzura y el amor de Cristo. Considerada técnicamente, la confianza personal podría ser un corolario o una proyección del consentimiento intelectual. El diablo puede aceptar la verdad de ciertos hechos relacionados con Jesús, pero no los acepta a todos. No acepta el amor de Cristo, ni lo anhela. Pero ya sea que diferenciemos o que combinemos la aceptación intelectual y la confianza personal, el hecho sigue en pie de que la fe salvífica requiere lo que Lutero llamó una fe viviente -una confianza vital y personal en Cristo como el Salvador y el Señor. Resumen l. La fe salvífica es como la de un niño pero no es infantil. 214 Lafe "({IVII/"II 2. La mera profesión de fe no es suficiente para justificar a una persona. 3. La fe salvífica requiere la aceptación intelectual de la verdad del evangelio. 4. La fe salvífica implica una confianza personal en Cristo y el amor a Cristo. Pasajes bíblicos para la reflexión Mateo 18:3 Romanos 10:5-13 Efesios 2:4-10 1 Tesalonicenses 2:13 Santiago 2:14-26
  • 121. LA JUSTIFICACiÓN POR LA FE Martín Lutero declaró que la justificación solo por la fe es el artículo sobre el cual la iglesia se apoya o cae. Esta doctrina cardinal de la Reforma Protestante fue vista como el campo de batalla para nada menos que el propio evangelio. La justificación puede ser definida como el acto por el cual los pecadores injustos son hechos justos a la vista de un Dios justo y santo. La necesidad suprema de las personas injustas es la justicia. Cristo provee esta falta de justicia en lugar del pecador creyente. La justificación solo por la fe significa la justificación únicamente por la justicia o el mérito de Cristo, no por nuestra bondad o por nuestras buenas obras. La cuestión de la justificación se centra en el tema del mérito y la gracia. La justificación por la fe significa que las obras que hacemos no son lo suficientemente buenas para merecer la justi- ficación. Como lo expresó Pablo, "ya que por las obras de la ley, ningún ser humano será justificado delante de él" (Romanos 3:20). La justificación es contable. Es decir, somos declarados, contabilizados o considerados justos cuando Dios nos acredita la justicia de Cristo en nuestra cuenta. La condición necesaria para esto es la fe. La teología protestante afirma que la fe es la causa instrumen- tal para la justificación porque la fe es el medio por el cual nos apropiamos de los méritos de Cristo. La teología católica enseña que el bautismo es la causa instrumental primaria para la justifi- cación y que el sacramento de la penitencia es la causa secundaria, o restauradora. (La teología católica considera a la penitencia como la segunda tabla salvavidas para la justificación de aque- llas personas cuyas almas han encallado -aquellas que han perdido la gracia de la justificación por cometer un pecado mortal.) El sacramento de la penitencia precisa de obras de satisfacción por las cuales los seres humanos logran el mérito apropiado para la justificación. El punto de vista católico afir- ma que la justificación es por la fe, pero niega que sea única- mente por la fe, agregando las buenas obras como una condi- ción necesaria. 217
  • 122. Hay muchas personas que suponen que si tratan de llevar una vida de bien, ya han hecho todo lo que es necesario para entrar en el cielo. Depositan su confianza para satisfacer las demandas de la justicia de Dios sobre las buenas obras que han realizado. Se trata de una esperanza fútil. La ley de Dios requiere perfección. Como no somos perfectos, carecemos del bien nece- sario para ingresar al cielo. Por eso es que es imposible alcanzar el bien viviendo una vida de bien. La única manera de alcanzare! bien es confiando en la justicia de Cristo. Su mérito es perfecto y está a disposición nuestra por la fe. Creer que seamos justificados por nuestras buenas obras independientemente de la fe es aceptar la herejía del legalismo. Creer que seamos justificados por un tipo de fe que no produce obras es aceptar la herejía del antinomianismo. La relación entre la fe y las buenas obras implica que estas deben ser diferenciadas pero no separadas. Aunque nuestras bue- nas obras no agregan ningún mérito a nuestra fe delante de Dios, y si bien la condición exclusiva para nuestra justificación es nuestra fe en Cristo; si nuestra profesión de fe no es seguida de buenas obras, esta es una indicación clara de que no poseemos la fe que justifica. La fórmula de la Reforma es que "somos justifi- cados solamente por la fe, pero no por una fe por sí sola". La verdadera justificación siempre tiene como resultado el proceso de santificación. Si hay justificación, la santificación sucederá inevitablemente. Si la justificación no es sucedida por la santifi- cación, es seguro que la justificación nunca estuvo realmente presente. Esto no significa que la justificación dependa o se apoye en la santificación. La justificación depende de la fe verdadera, la cual a su vez conducirá inevitablemente a obras de obediencia. Cuando Santiago declara que la fe sin obras es muerta, está afirmando que dicha "fe" no puede justificar a nadie porque no es una fe viva. La fe viviente produce buenas obras, pero estas buenas obras no son la base para nuestra justificación. Únicamen- te el mérito logrado por Jesucristo puede justificar al pecador. 219 Las grandes doctrinas de la Biblia La fe que justifica es una fe viviente, no una profesión hueca de fe. La fe es una confianza personal que acepta únicamente a Cristo para su salvación. La fe salvífica es también una fe que acepta a Cristo como su Salvador y Señor. La Biblia dice que no podemos ser justificados por nuestras propias buenas obras, sino por lo que la fe nos agrega; vale decir, la justicia de Cristo. En síntesis, algo nuevo es agregado a algo básico. Nuestra justificación es una síntesis porque la justicia de Cristo nos ha sido agregada. Nuestra justificación es por imputa- ción. Dios nos transfiere, por la fe, la justicia de Cristo. Esto no se trata de una "ficción legal" porque Dios nos atribuye el mérito real de Cristo, a quien ahora pertenecemos. Se trata de una imputación real. Resumen l. La justificación es un acto de Dios por el cual Él declarajustos a los pecadores injustos, después de haberles imputado la justicia de Cristo. 2. Nadie puede acceder a la justificación por sus buenas obras. 3. La fe es la condición necesaria para recibir la imputación de los méritos de Cristo. 4. La justificación requiere una fe viva y real, no la mera profesión de fe. 1010sl ' I! /// Mérito de Cristo ¡Humanidad injustal Pasajes bíblicos para la reflexión Romanos 3:21-28 Romanos 5:12-19 2 Corintios 5:16-21 Gálatas 2:11-21 Efesios 2:1-10 Filipenses 3:7-11 218 LA FE Y LAS OBRAS
  • 123. Las grandes doctrinas de la Biblia Resumen Pasajes bíblicos para la reflexión 1. Nadie puede ser justificado por buenas obras. Solo podemos ser justificados por la fe en Cristo. 2. La fe y las buenas obras deben ser diferenciadas pero nunca separadas. La verdadera fe siempre producirá obras de obe- diencia. 3. La justificación es solo por la fe, pero no por una fe por sí sola. 4. La fe que es muerta no puede justificar. 5. Tener fe en Cristo significa confiar en Él como el Salvador y someterse a Él como el Señor. 6. Seremos recompensados en el cielo según nuestras buenas obras, aunque esta recompensa es por la gracia. EL ARREPENTIMIENTO El mensaje principal de Juan el Bautista, que fue el heraldo de Jesús, era "Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acer- cado". Este llamado al arrepentimiento era una apelación urgente a los pecadores. Nadie que se niegue a arrepentirse puede entrar en el reino de Dios. El arrepentimiento es un requisito previo, una condición necesaria para la salvación. En la Escritura, el arrepentimiento significa "sufrir un cambio de mentalidad". Este cambio de mentalidadno es un simple cambio de opiniones menores, sino un cambio completo en la dirección de nuestras vidas. Implica un giro radical del pecado a Cristo. El arrepentimiento no es la causa de un nuevo nacimiento o regeneración; es el resultado del fruto de la regeneración. Aunque el arrepentimiento comienza con la regeneración, constituye una actitud y una acción que debe ser repetida a lo largo de la vida cristiana. Como continuaremos pecando, se nos llama a arrepen- tirnos al ser convencidos de pecado por el Espíritu Santo. Los teólogos distinguen dos tipos de arrepentimiento. El primero es llamado atrición. La atrición es un arrepentimiento falso o espurio. Comprende el remordimiento causado por un temor al castigo o la pérdida de una bendición. Cualquier padre ha comprobado la atrición en un hijo cuando lo descubre con las manos en la masa. El niño, temiendo la paliza, grita: "Lo siento, ¡por favor no me pegues!" Estas plegarias junto con algunas lágrimas de cocodrilo no suelen ser signos de un remordimiento genuino por haber actuado mal. Fue el tipo de arrepentimiento que exhibió Esaú (Génesis 27:30-46). Se lamentaba no por haber pecado sino por haber perdido su primogenitura. La atrición, entonces, es el arrepentimiento motivado por un intento de obte- ner un boleto que nos saque del infierno o de evitar el castigo. La contrición, en cambio, es el arrepentimiento verdadero y piadoso. Es genuino. Comprende un remordimiento profundo por haber ofendido a Dios. La persona contrita confiesa su pecado de manera abierta y completa, sin intentar buscar excusas o justifi- carlo. Este reconocimiento del pecado viene acompañado de una voluntad por hacer una restitución siempre que sea posible y una Falso Falso Falso Verdadero Filipenses 2:12-13 2 Pedro 1:5-11 1 Juan 4:7-11 Obras ~ Justificación. Fe-Obras ~ Justificación. Fe ~ Justificación-Obras. Fe ~ .Justiñcaclón-Obras. Romanos 3:9-4:8 Santiago 2:18-24 1 Juan 2:3-6 Se trata de un error muy grave, una forma moderna de la herejía del antinomianismo, el sugerir que una persona puede ser justificada por aceptar a Jesús como el Salvador pero no como el Señor. La fe verdadera acepta a Cristo como Salvador y como Señor. Depender solo de Cristo para la salvación es el reconocer la más completa dependencia de nuestra persona en Él y el arrepentirse de nuestros pecados. Arrepentirse de los pecados es someterse a la autoridad de Cristo. Negar su señorío es buscar la justificación con una fe impenitente,que no representa ninguna fe. Aunque nuestras buenas obras no nos hacen merecedores de la salvación, son la base sobre la cual Dios nos promete distribuir las recompensas en el cielo. Nuestra entrada al reino de Dios es únicamente por la fe. Nuestra recompensa en el reino será según nuestras buenas obras, lo que representa un caso de la coronación gratuita de Dios sobre sus propios dones, como lo observó Agustín. 220 221
  • 124. Las grandes doctrinas de la Biblia resolución de abandonar el pecado. Este es el espíritu que exhibió David en el Salmo 51. "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí... Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios" (Salmo 51: 10, 17). Cuando le ofrecemos a Dios nuestro arrepentimiento en un espíritu de verdadera contrición, Él nos promete perdonarnos y restaurarnos a la comunión con Él. "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9). Resumen 1. El arrepentimiento es una condición necesaria para la sal- vación. 2. El arrepentimiento es el fruto de la regeneración. 3. La atrición es un arrepentimiento falso motivado por el temor. 4. La contrición es un arrepentimiento verdadero motivado por el remordimiento piadoso. 5. El arrepentimiento verdadero conlleva la plena confesión, la restitución, y la resolución de abandonar el pecado. 6. Dios promete el perdón y la restauración a todos los que se arrepienten en verdad. Pasajes bíblicos para la reflexión Ezequiel 18:30-32 Lucas 24:46-47 Hechos 20:17-21 Romanos 2:4 2 Corintios 7:8-12 'Y)') EL MÉRITO Y LA GRACIA La cuestión del mérito y la gracia está en el corazón del debate histórico entre la teología romana católica y el protestantismo. La declaración principal de la Reforma fue sola gratia -la salvación es únicamente por la gracia de Dios. Los creyentes no traen ningún mérito propio delante del juicio de Dios, sino que descansan exclusivamente sobre la misericordia y la gracia de Dios. El mérito se define como aquello que se gana o se merece. La justicia requiere que el mérito sea otorgado allí donde es merecido. El mérito es algo que una persona merece por su actuación. Si no se recibe el mérito debido, se comete una injusticia. La teología romana católica habla del mérito de tres maneras. Se refiere al mérito merecido, algo que es tan meritorio que impone la obligación de ser recompensado. También habla sobre un mérito congruente, en el que si bien no es tan elevado como el mérito merecido, la recompensa de Dios sería "congruente o apropiada". El mérito congruente se logra al realizar buenas obras en conjunto con el sacramento de la penitencia. Un tercer tipo de mérito es el mérito supererogatorio, que es el mérito que trasciende el llamado al deber. Es el mérito en exceso logrado por los santos. Este mérito es depositado en la tesorería del mérito de donde laiglesia puede retirarlo para suplir las cuentas de aquellos que carecen del mérito suficiente para progresar del purgatorio al cielo. La teología protestante niega y "protesta" contra todos estos tipos de mérito, declarando que el único mérito que tenemos a nuestra disposición es el mérito de Cristo. El mérito de Cristo nos llega por medio de la gracia por la fe. La gracia es el favor inmerecido de Dios. Es una acción o disposición de Dios hacia nosotros. La gracia no es una sustancia que puede morar en nuestras almas. Crecemos en la gracia, no por una medida cuan- titativa de alguna sustancia dentro nuestro, sino por la ayuda misericordiosa del Espíritu Santo que mora en nosotros, actuando en su gracia a favor nuestro y en nosotros. Los medios de la gracia de Dios que nos ayudan en la vida cristiana incluyen la Escritura, los sacramentos, la oración, la comunión, y las enseñanzas de la iglesia. 223
  • 125. Las grandes doctrinas de la Biblia Resumen 1. Nuestra salvación es sola gratia, solo por la gracia. 2. No tenemos ningún mérito propio que obligue a Dios a salvarnos. 3. La teología romana católica distingue entre el mérito mere- cido, el congruente y el supererogatorio. Estos tres tipos de méritos son rechazados por el protestantismo. 4. La gracia es el favor inmerecido o la misericordia de Dios hacia nosotros. Pasajes bíblicos para la reflexión Juan 15:1-8 Romanos 4:1-8 Romanos 5:1-5 2 Corintios 5:17-19 Efesios 2:8-9 Tito 3:4-7 224 LA PERSEVERANCIA DE LOS SANTOS La mayoría de nosotros conocemos a personas que han hecho una profesión de fe en Cristo y que hasta posiblemente han realizado un potente despliegue de fe, involucrándose activamente en la vida y el ministerio de la iglesia, para luego repudiar esa fe y abandonarla. Este tipo de experiencia siempre hace que surja la pregunta: ¿Acaso puede una persona que experimentó la salva- ción perderla? ¿Constituye la apostasía un peligro claro y actual para el creyente? La Iglesia Romana Católica nos enseña que las personas pueden y de hecho pierden la salvación. Si una persona comete un pecado mortal, dicho pecado mata la gracia de la justificación que habita en su alma. Si muere antes de ser restaurada a un estado de gracia por medio del sacramento de la penitencia, irá al infierno. Existen muchos protestantes que también creen que es posible perder la salvación. Las advertencias del capítulo 6 de Hebreos y la preocupación de Pablo con respecto a ser "eliminados" (1 Corintios 9:27), así como los ejemplos del Rey Saúl y de otros, han conducido a muchas personas a concluir que las personas pueden caer completa e irreparablemente de la gracia. Por otro lado, la teología de la Reforma enseña la doctrina de la perseve- rancia de los santos. Esta doctrina también es conocida como "la de la seguridad eterna". En esencia esta doctrina enseña que si uno tiene la fe salvífica nunca la podrá perder, y si se pierde es que nunca se tuvo. Como escribe Juan: "Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros (1 Juan 2:19). Sabemos que es posible para algunas personas enamorarse de determinados elementos del cristianismo sin aceptar a Cristo mismo. Es posible que un joven se sienta atraído por la diversión y el estímulo de un grupo juvenil que tiene un programa intere- sante. La persona puede "convertirse" al programa sin convertirse a Cristo. Dicha persona puede ser como la ilustrada en la parábola del sembrador: 225
  • 126. Las grandes doctrinas de la Biblia El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron. Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron. Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno (Lucas 8:5-8). Esta parábola puede ser que se refiera a quienes en un princi- pio creyeron, pero luego se apartaron, o puede significar que quienes "creyeron" tenían una fe falsa o espuria, como sostiene la teología de la Reforma. Solamente la semilla que cae en la buena tierra puede dar el fruto de la obediencia. Jesús nos dice que estas personas que escuchan su palabra "son las de corazón bueno y recto" (Lucas 8:15). Su fe procede de un corazón verda- deramente regenerado. La doctrina de la perseverancia no se basa en nuestra capaci- dad para perseverar, ni siquiera si somos regenerados, sino que se apoya en la promesa que Dios ha hecho de preservarnos. Pablo, escribiendo a los Filipenses, dice: "Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" (Filipenses 1:6). Es por gracia y únicamente por gracia que los cristianos perseveran. Dios acabará la obra que comenzó. Se asegurará que sllS propósitos en la elección no se vean frustrados. La cadena de oro de Romanos 8 nos da un testimonio adicio- nal sobre esta esperanza: "Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó" (Romanos 8:30). Y luego continúa para declarar que "ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 8:39). Tenemos esta seguridad porque la salvación es del Señor y somos hechura suya. Él le da el Espíritu Santo a todos los creyentes como una promesa que ha de completar lo que comenzó. También ha sellado a cada creyente con el Espíritu Santo. Nos ha marcado con una marca indeleble y nos ha dado su persona como primer depósito, lo que garantiza que cumplirá con la transacción. La base principal de esta confianza la encontramos en la obra de Cristo como Sumo Sacerdote, que intercede por nosotros. De La perseverancia de los santos la misma manera que Jesús oró por la restauración de Pedro (pero no por la de Judas), así ora por nuestra restauración cuando tropezamos y caemos. Podemos caer durante un período, pero nunca caeremos del todo e irreparablemente. Jesús oró en el aposento alto: "Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese" (Juan 17:12). Solo Judas se perdió, por- que era el hijo de perdición desde el principio, y su profesión de fe había sido espuria. Aquellos que verdaderamente son creyentes no pueden ser arrebatados de la mano de Dios (Juan 10:27-30). Resumen 1. Muchas personas realizan una profesión de fe en Cristo y luego lo repudian. 2. La perseverancia de los santos se basa en las promesas de Dios para preservar a los santos. 3. Dios completará la salvación de los escogidos. 4. La teología de la Reforma enseña que las personas que se apartan de la fe nunca fueron realmente creyentes. 5. Tenemos confianza en nuestra salvación porgue hemos sido sellados con el Espíritu Santo. Dios nos ha dado su palabra en el Espíritu Santo para que nuestra salvación se complete. 6. La intercesión de Cristo es para nuestra preservación. Pasajes bíblicos para la reflexión Juan 6:35-40 Romanos 8:31-39 Filipenses 1:6 2 Timoteo 2:14-19 Hebreos 9:11-15
  • 127. LA CERTEZA DE LA SALVACiÓN ¿Puede alguien saber con plena certeza si es salvo? Que alguien declare que está seguro de su salvación parece ser un acto de extrema arrogancia. Sin embargo la Biblia nos llama a hacer de nuestra salvación un asunto de certeza. Pedro nos ordena: "Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección" (2 Pedro 1:10). Es nuestro deber buscar con diligencia la certeza de nuestra salvación. No la debemos buscar por vana curiosidad para saber cuál es el estado de nuestra alma, sino para mejorar nuestro crecimiento en la santificación. Los cristianos que permanecen inseguros sobre el estado de su salvación están sujetos a todo tipo de preguntas que paralizan su caminar con Cristo. Tropiezan con las dudas y son vulnerables a los ataques de Satanás. Es por eso que debemos buscar tener la certeza de nuestra salvación. Hay cuatro posiciones posibles con respecto a la certeza de la salvación. Primera posición: Hay personas que no son salvas y que saben que no son salvas. Estas personas saben de la enemistad hacia Dios que tienen en su corazón y no quieren tener nada que ver con Cristo como su Salvador. Son audaces en proclamar que no tienen necesidad de Cristo. Estas personas son por lo general públicamente hostiles al evangelio. Segunda posición: Hay personas que son salvas pero que no saben que son salvas. Estas personas están en realidad en un estado de gracia pero no tienen la seguridad de la salvación. Es posible que estén luchando con el pecado en sus vidas y que duden de su propia salvación porque les remuerde la conciencia. En este grupo están quienes todavía no tienen la certeza de que están entre los escogidos. Tercera posición: Hay personas que son salvas y saben que son salvas. Este es el grupo constituido por los que tienen la certeza de su elección y llamado. Tienen un entendimiento claro y cierto de qué es lo que la salvación requiere y han llenado los requisitos. Han creído en el testimonio del Espíritu Santo cuando Él les dio testimonio a sus espíritus de que eran los hijos de Dios (Romanos 8:16). 229
  • 128. Las grandes doctrinas de la Biblia Cuarta posición: Hay personas que no son salvas pero que creen que son salvas. Estas personas tienen la certeza de la salvación pero no tienen la salvación. Su certeza es una falsa certeza. Como es posible tener una certeza falsa de la salvación, ¿cómo podemos saber si estamos en la tercera posición o en la cuarta posición? Para responder esta pregunta debemos analizar con más detalle a este cuarto grupo y preguntarnos cómo es posible tener un falso sentido de certeza. La manera más fácil de tener una falsa certeza de la salvación es tener una falsa doctrina de la salvación. Por ejemplo, si una persona sostiene un punto de vista universalista sobre la salvación pueden seguir el siguiente razonamiento: Todas las personas son salvas. Yo soy una persona. Por lo tanto, yo soy salvo. Como esta doctrina está en el error, su certeza no tiene ninguna base firme. Otra manera en que las personas pueden tener una falsa certeza de su salvación es creer que pueden alcanzar el cielo si viven una vida de bien. Quienes piensan que están viviendo una vida suficientemente buena para satisfacer las demandas de un Dios santo se engañan a sí mismas pensando que están salvas. ¿Pero qué sucede si una persona tiene una doctrina cierta de la salvación? ¿Acaso todavía es posible que tenga una certeza falsa? Debemos responder que sí. Una persona puede creer que tiene la fe salvífica cuando en realidad no la tiene. La prueba para la certeza auténtica tiene dos vertientes. Por un lado, debemos examinar nuestros propios corazones y ver si tenemos una fe verdadera en Cristo. Debemos ver si tenemos o no un amor genuino hacia el Cristo bíblico. Porque sabemos que dicho amor sería imposible sin la regeneración. En segundo lugar, debemos examinar el fruto de nuestra fe. No necesitamos que el fruto sea perfecto para tener esta certeza, pero debe haber algún tipo de evidencia del fruto de la obediencia para que nuestra profesión de fe sea creíble. Si no hay ningún fruto presente, entonces no hay ninguna fe presente. Donde se encuentre la fe salvífica, allí también se encontrará el fruto de dicha fe. 230 La certeza de la salvación Por último, debemos buscar nuestra certeza en la Palabra de Dios, a través de la cual el Espíritu Santo da testimonio a nuestro espíritu de que somos sus hijos. Resumen 1. Es nuestro deber buscar diligentemente la certeza de la sal- vación. 2. La certeza de la salvación mejorará nuestra santificación. 3. Hay cuatro grupos o posiciones posibles con respecto a la certeza: (a) Quienes no son salvos y saben que no son salvos. (b) Quienes son salvos pero no tienen la certeza de que son salvos. (c) Quienes son salvos y saben que son salvos. (d) Quienes no son salvos pero creen que son salvos. 4. La falsa certeza se basa principalmente sobre una falsa doc- trina de la salvación. 5. Para obtener una certeza auténtica debemos analizar nuestros propios corazones y examinar el fruto de nuestr~ fe.. 1 6. La plena certeza proviene de la Palabra de DlOS unida al testimonio del Espíritu Santo. Pasajes bíblicos para la reflexión Mateo 7:21-23 Juan 3:1-21 Romanos 8:15-17 2 Corintios 1:12 1 Juan 2:3-6 1 Juan 5:13
  • 129. EL ESTADO INTERMEDIO "No está muerta, sino que duerme" (Lucas 8:52). Jesús hizo este comentario hablando sobre la hija de Jairo cuando Élla estaba por levantar de los muertos. Con frecuencia la Biblia se refiere a la muerte a través de la figura del "sueño". Debido a esta imagen, algunos han llegado a la conclusión de que el Nuevo Testamento enseña la doctrina del sueño del alma. El sueño del alma suele ser descrito como un tipo de anima- ción suspendida del alma por un tiempo, entre el momento de la muerte personal y el momento en que nuestros cuerpos sean resucitados. Cuando nuestros cuerpos sean resucitados de los muertos, el alma despertará para continuar su conciencia personal en el cielo. Aunque pasen siglos entre la muerte y la resurrección final, el alma "durmiente" no tendrá ninguna conciencia del paso del tiempo. Nuestra transición de la muerte al cielo nos parecerá instantánea. El sueño del alma representa un alejamiento del cristianismo ortodoxo. Permanece, de todos modos, firmemente enclavado entre una minoría de cristianos. Al punto de vista tradicional se lo conoce como el estado intermedio. Según este punto de vista, en el momento de la muerte, el alma del creyente se dirige inmediatamente a estar con Cristo para gozar de una existencia personal, conciente y continua, mientras aguarda la resurrección final del cuerpo. Cuando el Credo Apos- tólico habla de "la resurrección del cuerpo" no se está refiriendo a la resurrección del cuerpo humano de Cristo (la cual también está afirmada en el Credo) sino a la resurrección de nuestros cuerpos en el día final. ¿Pero qué sucede mientras tanto? El punto de vista clásico es que en el momento de la muerte las almas de los creyentes son inmediatamente glorificadas. Son hechas perfectas en santidad y entran inmediatamente en la gloria. Los cuerpos de los creyentes, sin embargo, permanecen en la tumba, aguardando la resurrección final. Jesús le prometió al ladrón sobre la cruz: "De cierto te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lucas 23:43). Quienes res-
  • 130. Las grandes doctrinas de la Biblia paldan el concepto del sueño del alma argumentan que Jesús no pudo haber querido decir que se encontraría con el ladrón en el paraíso ese mismo día porque Jesús permanecería muerto durante tres días, y que además todavía no había ascendido. Aunque la ascensión de Cristo, por supuesto, todavía no había tenido lugar y su cuerpo ciertamente estaba en la tumba, Élle había encomen- dado su espíritu al Padre. Se nos asegura que en el momento de su muerte, el alma de Jesús fue al paraíso como declaró. Los defensores del sueño del alma arguyen que la mayoría de las ediciones de la Biblia en inglés han colocado la coma en el lugar equivocado. Leen este texto del siguiente modo: "De cierto te digo hoy, estarás conmigo en el paraíso". Al realizar este cambio en la posición del signo ortográfico, "hoy" se refiere al momento en que Jesús está hablando y no al momento en que Jesús se encontrará con el ladrón en el paraíso. Esta posición de la coma, sin embargo, es poco probable. Al ladrón le resultaba perfectamente obvio en qué día Jesús estaba conversando con él. No había ninguna necesidad de que Jesús dijera que estaba hablando "hoy". El que un hombre que se está asfixiando sobre el madero de la cruz malgaste las palabras de este modo resulta poco probable. En cambio, y de acuerdo con el resto de la evidencia bíblica que respalda el estado intermedio (véase en especial Filipenses 1:19-26 Y2 Corintios 5:1-10), la promesa al ladrón es que este se reuniría con Cristo en el paraíso ese mismo día. El estado del creyente después de la muerte es diferente y mejor al que experimentamos en esta vida, aunque no es tan diferente ni tan bendito como lo será en la resurrección final. En el estado intermedio disfrutamos de la continuidad de la existencia personal en la presencia de Cristo. El tiempo de prueba de la humanidad culmina con la muerte. Nuestro destino está decidido una vez que morimos. No hay ninguna esperanza de una segunda oportunidad para el arrepenti- miento después de la muerte, y no hay ningún purgatorio, un lugar para purgar nuestros pecados, de manera de mejorar nuestra condición futura. La muerte constituye para el creyente la inme- diata emancipación del conflicto y las tormentas de esta vida, cuando pasamos a un estado de bendición. Aunque la muerte trae el descanso al alma y la Biblia frecuen- temente se refiere a la muerte utilizando el eufemismo del sueño, 234 El estado intermedie no corresponde suponer que durante el estado intermedio el alma duerma o que permanezcamos inconcientes o en un estado de animación suspendida hasta la resurrección final. Resumen 1. El sueño del alma corresponde a un período, entre la muerte y la resurrección final, en que el alma se encuentra en un estado de "animación suspendida" inconciente. Es un ale- jamiento del cristianismo ortodoxo. 2. El estado intermedio se refiere a nuestra presencia conciente con Cristo en el cielo, como almas sin un cuerpo, durante el período entre nuestra muerte y la resurrección de nuestros cuerpos. 3. El estado intermedio es mejor que nuestro estado actual perc no tan maravilloso como nuestro estado final. 4. No hay una segunda oportunidad de arrepentimiento después de la muerte. Pasajes bíblicos para la reflexión Lucas 8:49-56 Lucas 23:43 2 Corintios 5:1-10 Filipenses 1:19-26 1 Tesalonicenses 4:13-18 235
  • 131. LA RESURRECCiÓN FINAL Hay una pregunta que todos los creyentes se hacen y es la pregunta de a qué nos asemejaremos en el cielo. ¿Seremos capaces de reconocer a nuestros seres queridos? ¿Nuestros cuerpos resucita- dos tendrán las características correspondientes a nuestra edad o las que teníamos en nuestra juventud? Muchos de estos temas son un misterio para nosotros. La Biblia solamente nos brinda algunas pistas a las respuestas. Sabe- mos que cualquier forma que asuma nuestro estado resucitado, este será mejor que cualquier idea que tengamos ahora. La Biblia nos dice: "Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman" (l Corintios 2:9). Pablo nos dice que "ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido" (1 Corintios 13:12). La Biblia enseña claramente acerca de una resurrección final de los cuerpos de los santos. Se nos dice que la resurrección de Jesús es el primer fruto de aquellos que también han de participar en esta resurrección. Existe una continuidad entre el cuerpo terrenal que muere y el cuerpo resucitado que se nos dará. Nuestros cuerpos presentes son corruptibles y sin duda que entrarán en descomposición, o de alguna manera serán rotos o fragmentados en la muerte. Sin embargo, del mismo modo que Jesús regresó de la tumba con su cuerpo también transformado, así también nuestros cuerpos pre- sentes serán resucitados y transformados. Un cuerpo puede cam- biar de estado sin que su identidad sea destruida. Cada cuerpo resucitado será completo en cantidad y calidad. No les faltará nada, aunque habrán ganado mucho. Nuestros cuerpos resucitados serán reconocibles. No sabemos todavía cómo Dios en su poder logrará esto, pero sí sabemos que así será. Nuestros nuevos cuerpos estarán especialmente equipados para la vida eterna en el reino de Dios. Nuestros cuerpos presentes no se adaptan a ella. Cualquier cambio que sea necesario será realizado por el poder de Dios. Sabemos que nuestros cuerpos 237
  • 132. Las grandes doctrinas de la Biblia resucitados todavía seguirán siendo humanos y finitos. No sere- mos deificados. Nuestros cuerpos nuevos serán incorruptibles -no podrán sufrir la descomposición, la enfermedad, el dolor ni la muerte. Nuestros cuerpos presentes gozarán de un poder adicional al haber sido elevados en honor, poder y gloria. Nuestros cuerpos serán diseñados para ser como el cuerpo glorificado de Jesús. El cuerpo nuevo del santo será un cuerpo espiritual y celestial. Estará adaptado para vivir en un orden superior, posiblemente radiante y brillante, como Cristo en ocasión de su transfiguración. Resumen l. Nuestro estado futuro en la resurrección del cuerpo está envuelto en el misterio. 2. Habrá una continuidad entre nuestros cuerpos presentes y nuestros cuerpos resucitados. 3. Seremos capaces de reconocernos entre nosotros en el cielo. 4. Nuestros nuevos cuerpos serán adaptados y equipados para la vida en el cielo. Pasajes bíblicos para la reflexión Romanos 8:11 1 Corintios 2:9 1 Corintios 15:1-58 Filipenses 3:20-21 1 Tesalonicenses 4:13-18 23R LA GLORIFICACiÓN Recuerdo un momento crucial antes de un partido final por un campeonato de baloncesto en la escuela secundaria, cuando nos abrazamos con mis compañeros de equipo para escuchar las instrucciones de último minuto de nuestro entrenador. Nuestro entrenador, tratando de inspirarnos hacia la victoria, nos dijo: "Muchachos, hemos trabajado mucho para este momento. Ahora salid y ¡cubríos de gloria!" Lo hicimos. Ganamos el campeonato que tanto habíamos ansiado y nos cubrimos de gloria. Pero este tipo de gloria es pasajera. La búsqueda de este tipo de gloria comienza otra vez con la iniciación de cada nueva temporada o cada nuevo campeonato. Hay una gloria mayor, una gloria permanente y que nos satisface mucho más, que le espera a todos los santos al final de su peregrinación espiritual. En la Biblia se la conoce como la "glorificación". La glorificación es el término utilizado por Pablo en su "cadena de oro" de la redención: Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Ya los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; ya los que justificó, a éstos también glorificó (Romanos 8:29-30). La doctrina de la glorificación se refiere al momento cuando, en la segunda venida de Cristo, los verdaderos creyentes, tanto los vivos como los muertos, tendrán la redención completa y final de sus cuerpos y alcanzarán su estado final. La salvación de los escogidos se completará. "Porque es necesario que esto corrupti- ble se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortali- dad" (l Corintios 15:53). Al final, la muerte, el último enemigo, será sorbida en victoria. El proceso de la santificación habrá llegado a la meta. La glorificación, entonces, es la gran esperanza del creyente para el futuro. Dios hará que todo esté bien y lo mantendrá de ese modo por toda la eternidad. Pero la glorificación también es un consuelo en el presente. En este mundo caído donde sufrimos el 239
  • 133. Las grandes doctrinas de la Biblia pecado tanto dentro como fuera de nosotros, es un consuelo saber que Dios está ahora mismo trabajando para purificar a sus santos y preparándolos para su gloria futura. El creyente en cierto sentido ya ha sido glorificado, sellado para la eternidad, para siempre un hijo de Dios. Resumen 1. La glorificación constituye el punto final de nuestra sal- vación. 2. La glorificación completará nuestra santificación. 3. La promesa de la glorificación futura nos da consuelo e inspiración para el presente. Pasajes bíblicos para la reflexión Juan 17:13-23 Romanos 8:29-30 1 Corintios 15:50-54 2 Corintios 3:18 240 La liglce§Ra y 1 «J) s sa e :IraJlJtllceJffit «J)s
  • 134. LOS APÓSTOLES Como doce de las personas que fueron discípulos de Cristo posteriormente se convirtieron en sus apóstoles, estas dos pala- bras, discípulo y apóstol suelen ser confundidas entre sí. Aunque los términos suelen utilizarse indistintamente, no son exactamente sinónimos. La Biblia define a un discípulo como un "alumno", alguien que ha entrado a la comunión de la instrucción rabínica de Jesús. Aunque los apóstoles fueron discípulos, no todos los discípulos se convirtieron en apóstoles. Un apóstol disfrutaba de una función especial en la iglesia del Nuevo Testamento. La palabra apóstol significa "alguien que es enviado". Técnicamente, sin embargo, un apóstol era más que un mensajero. Había sido comisionado con la autoridad para hablar en nombre de Aquel que lo había enviado y para representarlo. El Apóstol principal en el Nuevo Testamento es el mismo Jesús. Él había sido enviado por el Padre y hablaba con la autoridad que le había sido investida por el Padre. Rechazar a Jesús era rechazar al Padre que lo había enviado. De manera similar, los apóstoles habían sido llamados y comisionados por Cristo y hablaban con su autoridad. Rechazar la autoridad apostólica era rechazar la autoridad de Cristo, que los había enviado. En el Nuevo Testamento, doce discípulos fueron comisiona- dos como apóstoles. Después de la muerte de Judas, la iglesia llenó esa vacante eligiendo a Matías, como 10 registra el libro de los Hechos. A este número Jesús agregó al apóstol Pablo como el apóstol especial para los gentiles. El apostolado de Pablo era un tema algo debatido porque no reunía todos los requisitos para el apostolado, establecidos en los Hechos. El criterio para el apos- tolado incluía (1) haber sido un discípulo de Jesús durante su ministerio sobre esta tierra, (2) haber sido testigo de su resurrec- ción, y (3) haber sido llamado y comisionado directamente por Cristo. Pablo no había sido discípulo de Cristo, y su visión del Cristo resucitado tuvo lugar después de la ascensión de Jesús. Pablo no había sido un testigo directo de la resurrección de la misma manera que lo habían sido los otros apóstoles. Sin ernbar- 243
  • 135. Las grandes doctrinas de la Biblia go, Pablo fue llamado directamente para ejercer esta función por Cristo. Su llamado fue confirmado por los demás apóstoles, sobre cuyo apostolado no cabía la menor duda, y fue autenticado por los milagros que Dios realizó por intermedio de Pablo, dando testi- monio de su autoridad como agente apostólico de la revelación. A fines del primer siglo, los padres postapostólicos recono- cieron que su autoridad estaba subordinada a la de los apóstoles originales. En la actualidad, no hay apóstoles oficiales en vida ya que nadie reúne los requisitos bíblicos para esta función ni puede ser confirmado por los apóstoles originales, como lo fue Pablo. La Biblia es la única autoridad apostólica que tenemos en la actualidad. Resumen l. Las palabras discípulo y apóstol no son sinónimos. Discípuloealumno Apóstolealguien que ha sido enviado con autoridad para hablar en nombre del que lo comisionó 2. Jesús fue "el Apóstol del Padre". 3. Los requisitos bíblicos para el apostolado consistían en haber sido: (a) un discípulo de Jesús. (b) un testigo de la resurrección de Jesús. (c) llamado directamente por Cristo. 4. El apostolado de Pablo fue singular, y fue necesario que él fuera confirmado por los otros apóstoles. 5. En la actualidad no existen apóstoles en el sentido bíblico. 6. La autoridad apostólica en la actualidad la encontramos en la Biblia. Pasajes bíblicos para la reflexión Romanos 1:1-6 Romanos 11:13 1 Corintios 9:2 1 Corintios 15:9 Hebreos 3:1 244 LA IGLESIA La iglesia se refiere a todas las personas que pertenecen al Señor, que han sido compradas por la sangre de Cristo. Hay diversas imágenes y expresiones que son también utilizadas para definir o describir a la iglesia. La iglesia es llamada, entre otras cosas, el cuerpo de Cristo, la familia de Dios, el pueblo de Dios, los escogidos, la esposa de Cristo, la compañía de los redimidos, la nueva Israel. La palabra que utiliza el Nuevo Testamento para iglesia, de donde proviene nuestra palabra eclesiástico, significa "aquellos que han sido llamados". La iglesia puede ser concebida como una asamblea o reunión de los escogidos, aquellos que Dios ha llama- do a apartarse de este mundo, del pecado, y los ha llamado a un estado de gracia. Como la iglesia sobre esta tierra es siempre lo que San Agustín llamó "un cuerpo mezclado", se hace necesario que diferenciemos entre la iglesia visible y la iglesia invisible. En la iglesia visible (conformada por aquellas personas que han hecho una profesión de fe, han sido bautizadas, y se han hecho miembros de la iglesia institucional), Jesús nos dice que los abrojos van a crecer junto con el trigo. Aunque la iglesia es "santa", tiene siempre en la actualidad mezclado en su seno elementos no santos. No todos los que honran a Cristo con sus labios lo honran también con su corazón. Como solamente Dios puede leer el corazón humano, los verdaderos escogidos son visibles para Dios, pero en cierta medida nos son invisibles a nosotros. La iglesia invisible es transparente pero completamente visible para Dios. La tarea de los escogidos es hacer que esta iglesia invisible se torne visible. La iglesia es una, santa, católica, y apostólica. La iglesia es una. Aunque está dividida en denominaciones, los escogidos están unidos por un Señor, una fe, y un bautismo. La iglesia es santa porque ha sido santificada por Dios y el Espíritu Santo mora dentro de ella. La iglesia es católica (la palabra católica significa "universal") porque sus miembros se extienden alrededor de todo el mundo, e incluye en su seno a pueblos de todas las naciones. La iglesia es apostólica porque las enseñanzas de los apóstoles, 245
  • 136. Las grandes doctrinas de la Biblia como están contenidas en las Sagradas Escrituras, son el funda- mento de la iglesia y la autoridad que gobierna la iglesia. Es el deber y el privilegio de todos los cristianos permanecer unidos a la iglesia de Cristo. Es nuestra solemne responsabilidad no olvidarnos de reunirnos con los santos en la adoración comu- nitaria, permanecer bajo el cuidado y la disciplina de la iglesia, y trabajar activamente como testigos en la misión de la iglesia. La iglesia no es tanto una organización como un organismo. Está conformada por partes vivas. Se la llama el cuerpo de Cristo. Del mismo modo que el cuerpo humano está configurado para funcionar Como una unidad a través del trabajo cooperativo e interdependiente de sus muchas partes, así también la iglesia es un cuerpo que muestra su unidad y su diversidad. Aunque está gobernada por una "cabeza" -Cristo- el cuerpo tiene muchos miembros, cada uno con los dones y las riquezas que Dios les ha dado para contribuir a la obra de todo el cuerpo. Resumen 1. La iglesia está compuesta por aquellas personas que pertene- cen al Señor. 2. La palabra bíblica para iglesia significa "aquellos que han sido llamados". 3. La iglesia sobre la tierra es siempre un cuerpo donde están mezclados los cristianos con los no cristianos. 4. La iglesia invisible es visible únicamente a Dios. 5. La iglesia es una, santa, católica y apostólica. 6. La iglesia es un organismo, similar al cuerpo humano. Pasajes bíblicos para la reflexión Mateo 13:24-43 1 Corintios 12:12-14 Efesios 2:19-22 Efesios 4:1-6 Colosenses 1:18 Apocalipsis 7:9-10 246 LAS MARCAS DE LA IGLESIA VERDADERA Como el mundo está lleno de miles de instituciones distintas llamadas iglesias, y como es posible que tanto I~s instituciones como los individuos se conviertan en apóstatas, es Importante que podamos discernir las marcas esenciales de la iglesia vis¡~l: legítima y verdadera. Ninguna iglesia está libre del err~r o ce: pecado. Solo en el cielo la iglesia será perfecta. Pero existe ~na diferencia significante entre la corrupción, que afecta a todas las instituciones, y la apostasía. Por lo tanto, para proteger el d~sa­ rrollo y el cuidado del pueblo de Dios, es importante que defina- mas las marcas de una iglesia verdadera. Las marcas de una iglesia verdadera han sido definidas histó- ricamente como: (1) la predicación verdadera de la Palabra de Dios, (2) el uso de los sacramentos de acuerdo con su institución, y (3) la práctica de la disciplina de la iglesia. " . (1) La predicación de la Palabra de Dios. Aunque las Iglesl~s difieren sobre detalles de teología y en grados de pureza de la doctrina, la iglesia verdadera afirma todo lo que es esencial para la fe cristiana. Del mismo modo, una iglesia es falsa o apóstata cuando oficialmente niega una de las premisas esenciales de la fe cristiana como la deidad de Cristo, la Trinidad, 18 justificación por la fe: la expiación, u otras doctrinas esenciales par~ la salva- ción. La Reforma, por ejemplo, no fue una SImple lucha por menudencias, sino por la doctrina cardinal de la salvación. (2) La administración de los sacramentos. Negar o difamar los sacramentos instituidos por Cristo es falsificar la iglesia. La profanación de la Cena del Señor o el ofrecimiento .volu~tario de los sacramentos a no cristianos profesantes descalificaría a una iglesia de ser reconocida como una iglesia verdade~a. . . , (3) La disciplina de la iglesia. Aunque el eJ.erclclO de la disciplina de la iglesia en ocasiones puede ser equivocado en la dirección de ser demasiado severo o demasiado laxo, puede conver- tirse en algo tan pervertido que ya deje de ser reconocido como legítimo. Por ejemplo, si una iglesia de manera abierta e impenitente suscribe, practica, o se niega a disciplinar los pecados graves y perversos, no está exhibiendo esta marca de una iglesia verdadera. 247
  • 137. Las grandes doctrinas de la Biblia Aunque los cristianos deberían estar solemnemente precavi- dos de no convertirse en cismáticos en su espíritu, o tener espíritu de división o discusión, también deberían estar advertidos de su obligación de apartarse de comuniones falsas o apóstatas. Todas las iglesias verdaderas, en mayor o menor grado, deberán exhibir las verdaderas marcas de una iglesia. La reforma de la iglesia es una tarea que no tiene fin. Cada vez más y más buscamos ser fieles al llamado bíblico de la predicación, los sacramentos y la disci- plina de la iglesia. Resumen 1. Una iglesia verdadera tiene marcas visibles que la diferencian de una iglesia falsa o apóstata. 2. La predicación del evangelio es necesaria para que una iglesia sea legítima. 3. La administración correcta de los sacramentos, sin profa- nación, es una marca de la iglesia. 4. La disciplina contra la herejía y los pecados graves es una tarea necesaria dentro de la iglesia. 5. La iglesia siempre necesita ser reformada de acuerdo con la Palabra de Dios. Pasajes bíblicos para la reflexión Mateo 18:15-17 Romanos 11:13-24 1 Corintios 1:10-31 Efesios 1:22-23 1 Pedro 2:9-10 248 LA EXCOMULGACIÓN Ser excomulgado de la iglesia de Cristo es algo terrible. Sin embargo hay un solo pecado tan serio que merezca el alejamiento del cuerpo de Cristo. Este pecado es el de la impenitencia. Hay múltiples pecados graves que requieren de la disciplina de la iglesia. Sin embargo, como la disciplina de la iglesia es un proceso con varios pasos en donde la excomulgación constituye el último paso, el único pecado que nos puede hacer llegar a dicho extremo es el negarse a arrepentirse del pecado que inició el proceso en primer lugar. La excomulgación es la medida disciplinaria más extrema de la iglesia. Implica excluir al pecador impenitente de la comunión con los fieles. La doctrina proviene de la enseñanza de Jesús sobre el atar y el desatar (Mateo 16:19; 18:15-20; Juan 20:23). La responsabilidad de disciplinar recayó sobre la iglesia. El pasaje en Mateo 18, sin embargo, enumera tres pasos que deben ser dados antes de la excomulgación. El pecador debe ser corregido en primer lugar en privado. Si dicha instancia fracasara, entonces deberá ser corregido delante de testigos. Esto asegura que el acusador no haya estado equivocado en la primera instancia y evita que se hagan acusaciones difamatorias. En tercer lugar, el pecador deberá ser traído frente a toda la congregación de creyen- tes. Si esta última instancia fracasara, la iglesia deberá dejar de tener comunión con el ofensor. Debe notarse que la excomulgación nunca debe ser realizada con un sentido de venganza. Todo el proceso, hasta la excornul- gación e incluyéndola, es una forma de disciplina diseñada para que la persona impenitente regrese al redil. Llegado el extremo de la excomulgación, la parte culpable será librada al diablo. La intención no es castigar sino buscar que la parte culpable tome conciencia de su pecado. Juan Calvino sostenía que la disciplina de la i~lesia es "la mejor ayuda" para la sana doctrina, el orden y la unidad . La Confesión de Westminster enumera cinco propósitos para la excomulgación: Las censuras de la iglesia son necesarias, para reclamar y ganar los hermanos que han ofendido, para evitar que otros cometan 249
  • 138. 1 Corintios 5 1 Timoteo 1:18-20 1 Pedro 4:8 Las grandes doctrinas de la Biblia ofensas similares, para purgar la levadura que podría infectar toda la rr;,asa, para reivindicar el honor de Cristo, y la santa profesión del ~vange]¡o, y p~ra e.vitarla ira de Dios, que con justicia podría caer sobre la Iglesia, SI esta permitiera que su pacto, y los sellos del p~cto, fuesen profanados por los ofensores notorios y obsti- nadas. . ~sta lista podría posiblemente ser reducida a dos razones pn~~Ipales: la preocupación por el alma del pecador y la preocu- pacion por la salud de la iglesia. La disciplina de la iglesia ha sido encomendada por Cristo, y es ~n asunto que requiere de gran prudencia. La iglesia puede eqUIv~carse de dos maneras. Puede convertirse en una iglesia demasiado laxa y no disciplinar adecuadamente a los que hacen de la fe un motivo de escándalo, o puede convertirse en demasiado severa y faltarle la caridad que Dios ordena. No se debería invocar la disciplina de la iglesia cuando se trata de tema.s triviales o menores. Las nimiedades pueden convertirse en la.ruma del pueblo de Dios. Hemos sido llamados a tener un espíntu de paciencia y de tolerancia unos con otros, del mismo modo que DIOS es paciente con nosotros. La Escritura nos llama a tener la clase de amor que "cubre multitud de pecados". Resumen ]. La excomulgacíon es el paso final en la disciplina de la iglesia. 2. La impenrtencra es el único pecado que resulta en la excom- u1gación. 3. Cristo i~s~ituyó el proceso de la disciplina de la iglesia. 4. El proposito de la excomu1gación es la restauración del ofen- sor y la protección de la iglesia. 5. La disciplina de la iglesia no debe ser ni laxa ni severa. 6. Los cristianos deben ejercer un amor que es paciente y tolerante. Pasajes bíblicos para la reflexión Mateo 7:1-5 1 Corintios 11:27-32 1 Timote05:19-20 250 lOS SACRAMENTOS La palabra sacramento se utilizó históricamente para referirse a algo que era sagrado. La palabra latina sacramentum se utilizó para traducir la palabra del Nuevo Testamento misterio. En un sentido amplio todos los ritos y ceremonias religiosas pueden ser llamados sacramentos. Con el tiempo, la palabra sacramento tomó un significado más restricto y preciso, definidos como un signo visible por el que Dios ofrece su promesa de gracia de una manera externa. Los signos externos sellan y confirman las pro- mesas del pacto de Dios. Los sacramentos consisten en algún elemento visible como el agua, el pan o el vino; una acción determinada ordenada por Dios en asociación con el signo; y un beneficio redentor brindado al creyente. La Iglesia Romana Ca- tólica fijó en siete el número de los sacramentos (en un sentido especial). Son el Bautismo, la Confirmación, la Eucaristía (la Cena del Señor), la Penitencia, el Matrimonio, la Ordenación Sacerdotal, y la Extremaunción. El protestantismo histórico limita el número de los sacramen- tos a dos: el Bautismo y la Cena del Señor. Aunque los protestan- tes reconocen otros ritos como el matrimonio y la ordenación para funciones especiales, no consideran que estos ritos alcancen el nivel de los sacramentos. Los sacramentos se limitan a: (1) las ordenan- zas instituidas directamente por Cristo, (2) las ordenanzas que por su propia naturaleza son importantes, (3) las ordenanzas diseñadas para ser perpetuas, y (4) las ordenanzas diseñadas para significar, instruir y sellar a los creyentes que las reciben en la fe. Los sacramentos son los medios verdaderos de gracia que transmiten las promesas de Dios. Su poder no reside en los propios elementos, sino en Dios, del que son signos. Su poder no depende tampoco del carácter o de la fe de quienes los administran, sino de la integridad de Dios. Los sacramentos son formas no verbales de comunicación. Nunca fue la intención que se sostuvieran por sí solos sin refer- .encia a la Palabra de Dios. Los sacramentos confirman la Palabra de Dios, de modo que la administración de los sacramentos y la predicación de la Palabra van siempre juntos. 251
  • 139. Las grandes doctrinas de la Biblia La salvación no proviene por medio de los sacramentos. La salvación es por la fe en Cristo. Sin embargo, ahí donde la fe esté presente, los sacramentos no serán ignorados ni dejados de lado. Forman una parte vital de la adoración a Dios y del desarrollo de la vida cristiana. Aunque los sacramentos implican el uso de formas externas, no deben ser despreciados como formalismos o rituales vacíos. Si bien pueden corromperse y convertirse en rituales vacíos, no deben ser rechazados. Sin duda que constituyen rituales, pero han sido rituales instituidos por Dios y por lo tanto debemos participar de ellos con gozo y solemnemente. Resumen l. Un sacramento es un signo visible de la promesa de gracia de Dios a los creyentes. 2. La Iglesia Católica reconoce siete sacramentos, mientras que los protestantes reconocen dos: el Bautismo y la Cena del Señor. 3. Los sacramentos no transmiten automáticamente las cosas que representan. El contenido de los sacramentos se recibe por la fe. 4. Los sacramentos no son rituales vacíos, sino que fueron instituidos por Cristo. 5. Los sacramentos deben ser vinculados con la predicación de la Palabra. Pasajes bíblicos para la reflexión Mateo 28:19-20 Hechos 2:40-47 Romanos 6:1-4 1 Corintios 11:23-34 Gálatas 3:26-29 252 EL BAUTISMO El bautismo es el signo sacramental de el Nuevo Pacto. Es el símbolo que Dios utiliza para sellar su palabra en los escogidos de que están incluidos en el pacto de la gracia. El bautismo significa varias cosas. En primera instancia, es un signo del lavamiento y la remisión de los pecados. También significa que hemos sido regenerados por el Espíritu Santo, sepul- tados y resucitados juntamente con Cristo, que el Espíritu Santo ha venido a morar dentro nuestro, que hemos sido adoptados por la familia de Dios y que hemos sido santificados por el Espíritu Santo. El bautismo fue instituido por Cristo y debe ser administrado en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. El signo externo no transmite automáticamente o por medio de magia las realidades que significa. Por ejemplo, aunque el bautismo signi- fica la regeneración, o el nuevo nacimiento, no transmite automá- ticamente este nuevo nacimiento. El poder del bautismo no está en el agua sino en el poder de Dios. La realidad a la que este sacramento apunta puede estar presente antes o después de que el signo del bautismo ha sido dado. En el Antiguo Testamento el signo de la alianza era la circuncisión. La circuncisión era, entre otras cosas, un signo de fe. En el caso de los adultos, como fue el caso de Abraham, la fe fue previa al signo de la circuncisión. Con los hijos de los creyentes, sin embargo, el signo de la circuncisión les era dado antes que su posesión de la fe, como fue el caso de Isaac. Del mismo modo, en el Nuevo Pacto, la teología de la Reforma requiere que los adultos convertidos deban ser bautizados después de haber hecho su profesión de fe, mientras que sus hijos reciben el bautismo antes de profesar la fe. El bautismo significa el lavamiento con agua. El mandamien- to a bautizar puede ser cumplido por inmersión, por aspersión o por ablución. La palabra griega bautizar incluye cualquiera de estas tres posibilidades. La validez del bautismo no depende del carácter del ministro que lo administra o del carácter de la persona que lo recibe. El 253
  • 140. Las grandes doctrinas de la Biblia bautismo es un signo de la promesa de Dios de salvar a todos quienes creen en Cristo. Como es una promesa de Dios, la validez de esta promesa depende del carácter fiel de Dios. Como el bautismo es el signo de la promesa de Dios, no debe ser administrado a una persona más de una vez. Ser bautizado más de una vez es poner una sombra de duda sobre la integridad y la sinceridad de la promesa de Dios. Sin duda que quienes han sido bautizados dos o más veces no intentan poner en duda la integri- dad de Dios, pero su acción, si la entendemos correctamente, comunicaría dicha duda. Es el deber de cada uno de los cristianos, sin embargo, ser bautizado. No se trata de un ritual sin ningún contenido, sino de un sacramento instituido por nuestro Señor. Resumen l. El bautismo es el signo sacramental del Nuevo Pacto. 2. El bautismo tiene múltiples significados. 3. El bautismo fue instituido por Cristo y debe ser administrado con agua en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. 4. El bautismo no transmite automáticamente el nuevo nacimiento. 5. El bautismo puede ser administrado por inmersión, por asper- sión o por ablución. 6. La validez del bautismo depende de la integridad de la promesa de Dios y debería ser administrado a una persona una única vez. Pasajes bíblicos para la reflexión Romanos 4:11-12 Romanos 6:3-4 1 Corintios 12:12-14 Colosenses 2:11-15 Tito 3:3-7 254 LA CENA DEL SEÑOR Martín Lutero rechazó la doctrina de la transustanciación soste- nida por la Iglesia Romana Católica, según la cual el pan y el vino de la Eucaristía son convertidos realmente en el cuerpo y la sangre de Cristo. Lutero no veía ninguna necesidad para esta doctrina. La posición de Lutero era que la presencia de Cristo no sustituía la presencia del pan y el vino sino que era agregada al pan y al vino. Lutero sostenía que el cuerpo y la sangre de Cristo de algún modo estaban presentes con, en, y bajo los elementos del pan y el vino. Es costumbre llamar a la posición luterana la consustancia- cián porque la sustancia del cuerpo y la sangre de Cristo está presente con (por eso el uso del prefijo con) la sustancia del pan y el vino. Los teólogos luteranos, sin embargo, no están satisfe- chos con la palabra consustanciación y protestan que se la entien- de en términos muy estrechamente asociados a la doctrina católica de la transustanciación. Pero resulta claro que Lutero insistió sobre la presencia sustancial y físicamente real de Cristo en la Cena del Señor. Repetidas veces citó las palabras de Jesús cuando instituyó la Cena, "Este es mi cuerpo", como prueba. Lutero no quería permi- tir que el verbo es fuese tomado en un sentido figurado o repre- sentativo. Lutero también adoptó la doctrina de la comunicación de los atributos por la cual los atributos divinos de la omnipresen- cia eran comunicados a la naturaleza humana de Jesús, haciendo posible que su cuerpo y su sangre estuviesen presentes en más de un lugar al mismo tiempo. Zuinglio y otros argumentaron que las palabras de Jesús, "Este es mi cuerpo" realmente significaban "Esto representa mi cuerpo". Jesús con frecuencia utilizó el verbo ser con este sentido figurado. Dijo: "Yo soy la puerta", "Yo soy la vid verdadera", etc. Zuinglio y otros argumentaron que el cuerpo de Cristo no está presente en su sustancia real en la Cena del Señor. La cena es solo una conmemoración, y la presencia de Cristo no es distinta a su presencia normal por medio del Espíritu Santo. Juan Calvino, por otro lado, cuando debatía con Roma y con Lutero, negaba la presencia "sustancial" de Cristo en la Cena del 255
  • 141. Las grandes doctrinas de la Biblia Señor. Sin embargo, cuando debatía con los anabaptistas, que reducían la Cena del Señor a una mera conmemoración, insistía en la presencia "sustancial" de Cristo. Superficialmente parecería ser que Calvino estaba atrapado en una contradicción flagrante. Sin embargo, si nos detenemos en los detalles, vemos que Calvino utilizó el término sustancial de dos maneras diferentes. Cuando se dirigía a los católicos y a los luteranos, utilizaba el término sustancial para significar "físico". Negaba la presencia física de Cristo en la Cena del Señor. Cuando se dirigía a los anabaptistas, insistía en el término sustancial en el sentido de "real". Calvino de ese modo estaba argumentando que Cristo estaba presente de manera verdadera y real en la Cena del Señor, aunque no en un sentido físico. Como Calvino rechazó la idea de la comunicación de atribu- tos de la naturaleza divina a la naturaleza humana, fue acusado de separar o dividir las dos naturalezas de Cristo y de cometer la herejía nestoriana, que había sido condenada por el Concilio de Calcedonia en el año 451 d.C. Calvino respondió que él no estaba separando ambas naturalezas sino que las estaba distinguiendo entre sí. La naturaleza de Jesús está localizada en el presente en el cielo. Permanece en perfecta unión con su naturaleza divina. Aunque la naturaleza humana está contenida en un lugar, la persona de Cristo no está contenida del mismo modo porque su naturaleza humana todavía tiene el poder de la omnipresencia. Jesús dijo: "He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:20). A pesar de sus limitaciones, y del riesgo de ser malentendidos, acontinuación damos una ilustración de lo que estamos diciendo. La naturaleza humana está sometida al tiempo y el espacio. La naturaleza divina no está sometida a nada. 256 La cena del Señor I La naturaleza humana en el cielo I La naturaleza divina J!);r~ I La Iglesia I Calvino enseñó que aunque el cuerpo y la sangre de Cristo permanecen en el cielo, espiritualmente nos son "hechos presen- tes" por la naturaleza divina y omnipresente de Jesús 1. Donde- quiera que esté presente la naturaleza divina de Cristo, Él está verdaderamente presente. Esto es consistente con la propia ense- ñanza de Jesús que "se iba" pero que sin embargo nos continuaría acompañando. Cuando nos encontramos con Él en la Cena del Señor, tenemos comunión con Él. Al encontrarnos en su presencia divina, somos traídos a su presencia humana místicamente, por- que su naturaleza divina nunca se separa de su naturaleza humana. La naturaleza divina nos guía al Cristo ascendido, y en la Cena del Señor tenemos un atisbo de lo que es el cielo. Resumen 1. Lutero enseno que el cuerpo y la sangre de Cristo eran agregados con, en, y debajo de los elementos del pan y del vino. 2. Zuinglio enseño que la Cena del Señor era una con- memoración. 3. Calvino negó la presencia física de Cristo en la Cena del Señor, pero afirmó la presencia real de Cristo. 4. La naturaleza humana de Cristo está localizada en el cielo; su naturaleza divina es omnipresente. Pasajes bíblicos para la reflexión Mateo 26:26-29 1 Corintios 10:13-17 1 Corintios 11:23-34 257
  • 142. LA TRANSUSTANCIACiÓN Nohay un momento más solemne o sagrado en la vida de la iglesia que la celebración de la Cena del Señor. Se la llama también la Eucaristía porque durante esta comida tiene lugar un encuentro especial entre Jesús y su pueblo. En ese momento Jesús está presente con nosotros de una manera singular. La pregunta es: ¿Cómo puede Cristo estar presente con noso- tros en la Cena del Señor? Esta pregunta ha sido motivo de controversia sin fin entre los cristianos. No solo ha sido una cuestión de contienda entre el protestantismo y el catolicismo romano, sino que también ha sido una arena de conflicto que los líderes de la Reforma -Lutero, Calvino, y Zuinglio- no pudie- ron resolver entre ellos. La Iglesia Romana Católica enseña la doctrina de la transus- tanciación. La transustanciación significa que durante la misa tiene lugar un milagro por el cual la sustancia de los elementos ordinarios del pan y del vino se convierte en la sustancia del cuerpo y la sangre de Cristo. Para los sentidos humanos, el pan y el vino no exhiben ningún cambio perceptible. Pero los católicos creen que aunque los elementos todavía se asemejan al pan y al vino, que saben como el pan y el vino, que huelen como el pan y el vino, etc., se convierten realmente en la carne y la sangre de Cristo. Para entender este milagro se requiere que conozcamos algo sobre la filosofía de Aristóteles. Aristóteles enseñó, para expre- sarlo en términos sencillos, que cada objeto (entidad) se compone de sustancia y accidentes. La sustancia es la esencia más profun- da, "la materia prima" de algo. Los accidentes se refieren a la apariencia exterior, externa, o superficial de un objeto. Se refieren a las cualidades de un objeto que vemos, sentimos, olemos y saboreamos. Para Aristóteles había siempre una relación inseparable entre un objeto y sus accidentes. Un olmo, por ejemplo, tiene siempre la sustancia y los accidentes de ser un olmo. Para que algo tuviera la sustancia de una cosa y los accidentes de otra cosa sería necesario un milagro. )<;Q
  • 143. Las grandes doctrinas de la Biblia La transustanciación Sustancia = Esencia Accidentes = Cualidades externas perceptibles ~ & «~ I -. --- Sustancia Cuerpo y Sangre de Cristo Accidentes = Pano y vino Este es el milagro de la transustanciación. Los elementos del pan y del vino se convierten en la sustancia del cuerpo y la sangre de Cristo. Mientras tanto, los accidentes del pan y del vino permanecen. Por lo tanto, en la misa tenemos la sustancia del cuerpo y la sangre de Cristo sin los accidentes del cuerpo y la sangre, y los accidentes del pan y del vino sin la sustancia del pan y del vino. Antes que el milagro tenga lugar, tenemos la sustancia y los accidentes del pan y del vino. ~ & «~ I -. --- V / !J; / / O -: »> Pan y Vino = Sustancia y accidentes mana de Jesús se extiendiese por todo el mundo se requeriría la deificación de la naturaleza humana. Tanto Lutero como la Iglesia Romana Católica enseñaron que la naturaleza divina de Cristo (que tiene los atributos de la omnipresencia) comunica este poder a la naturaleza humana para que la naturaleza humana, aunque normalmente localizada, pueda estar presente en más de un lugar al mismo tiempo. Pero para Calvino y para otros, esta idea de la comunicación de los atributos divinos a la naturaleza humana era considerada una violación del Concilio de Calcedonia (451 d.C), que había afirmado que las dos naturalezas de Cristo, su humanidad y su divinidad, estaban unidas de manera de ser sin confusión, sin mutación, sin división y sin separación, cada naturaleza conser- vando sus propios atributos. Entonces, para Calvino como para la mayoría de los pensadores de la Reforma, la transustanciación manifestaba una forma de herejía. Resumen Después que el milagro tuvo lugar, tenemos la sustancia del cuerpo y la sangre de Cristo sin los accidentes del pan y del vino. De mayor importancia que la controversia que rodea la tran- sustanciación está la cuestión sobre la naturaleza humana de Jesús. El cuerpo y la sangre pertenecen a la humanidad de Jesús y no a su deidad. Como la misa se celebra en distintas partes del mundo al mismo tiempo, la cuestión es, ¿Cómo puede la natura- leza humana de Jesús (el cuerpo y la sangre) estar en más de un lugar al mismo tiempo? La potestad de ser omnipresente, de estar igualmente presente en todos lados, es un atributo de la deidad, no de la humanidad. Para que fuera posible que la naturaleza hu- 260 1. La transustanciación significa que, durante la misa, el pan y el vino se transforman milagrosamente en el cuerpo y la sangre de Cristo, mientras que se aparecen a los sentidos como pan y vino. 2. La sustancia se refiere a la esencia de una cosa, mientras que los accidentes se refieren a las cualidades externas percep- tibles. 3. La transustanciación requiere que se faculte a la naturaleza humana de Cristo con el poder de los atributos divinos, para que su cuerpo y su sangre puedan estar en más de un lugar al mismo tiempo. 261
  • 144. Las grandes doctrinas de la Biblia 4. Calvino rechazó la transustanciación como una violación del Concilio de Calcedonia. Pasajes bíblicos para la reflexión Marcos 14:22-25 1 Corintios 11:23-26 262 EL DíA DE REPOSO La santidad del día de reposo fue instituida en la creación. Después de su obra creativa de seis días, Dios descansó en el séptimo día y 10 sacralizó. Al sacralizarlo, Dios estaba apartando al séptimo día. Lo consagró como santo. El guardar correctamente el día de reposo fue uno de los Diez Mandamientos dados en el monte Sinaí, Es importante recordar que su institución constituía una parte integral del pacto de la creación. En el Antiguo Testamento, la violación del día de reposo representaba una ofensa capital. La palabra traducida como el día de reposo significa "sépti- mo". Por eso es que algunas personas insisten en que el sábado es el único úia apropiaúo para ceie'orar el óia úe reposo, y q-ue es ilegítimo observarlo en domingo. Sin embargo, el cristianismo histórico siempre ha observado el día domingo como el día de reposo porque en el Nuevo Testamento es "el día del Señor", el día en que Cristo resucitó. El principio del día de reposo, uno en siete, permanece intacto. El día de reposo semanal tiene un efecto perpetuo desde la creación y fue guardado por los apóstoles. La pregunta sobre la manera adecuada de guardar el día de reposo continúa siendo tema de debate entre los teólogos. La mayoría está de acuerdo con que el día de reposo incluye un mandato a descansar de todo lo que no sea el comercio o las tareas imprescindibles. El día de reposo es también el tiempo para la adoración comunitaria y para la dedicación especial al estudio de la Palabra de Dios. Es un momento especial para regocijarnos en la resurrección de Cristo y en la esperanza de nuestro reposo sabático en el cielo. El desacuerdo se centra alrededor del papel de la función de recreación y las obras de misericordia. Algunos consideran a la función de recreación como una violación terrenal del día de reposo, mientras que otros insisten en que es una parte importante en el descanso y la renovación del cuerpo. La Biblia en ningún lugar explícitamente promueve o prohibe la función de recreación en el día de reposo, aunque el significado implícito de placer en Isaías 58: 13 podría sugerir que está prohibido. Un debate menos estridente se centra en la cuestión de las 2fil
  • 145. Las grandes doctrinas de la Biblia obras de misericordia. Muchos apelan al ejemplo de Jesús del ministerio especial en el día de reposo como un mandamiento implícito para los cristianos para que en el día de reposo se comprometan activamente en obras de misericordia, como el visitar a los enfermos. Otros contienden que el ejemplo de Jesús prueba que es legítimo y bueno comprometerse de esa manera, pero que lo que está permitido no necesariamente está requerido. (Que dichas obras de misericordia no están limitadas al día de reposo es obvio). Resumen 1. El día de reposo fue instituido en la creación y todavía está vigente. 2. El día de reposo significa "séptimo". Se refiere a un ciclo de un día en siete días. 3. La iglesia primitiva celebró el día de reposo en el día del Señor, trasladando el día de reposo del sábado al domingo (el primer día de la semana). 4. El día de reposo requiere el cese del trabajo regular (excepto los trabajos imprescindibles) y la asamblea de los santos en la adoración comunitaria. 5. Hay desacuerdo en cuanto a si está bien realizar la función de recreación y sobre la necesidad de obras de misericordia en el día de reposo. Pasajes bíblicos para la reflexión Génesis 2:1-3 Éxodo 20:8-11 Isaías 58:13-14 Mateo 12:1-14 Hechos 20:7 1 Corintios 16:1-2 Apocalipsis 1:10 264 LOS JURAMENTOS y LOS VOTOS Siendo niño recuerdo haber oído la fábula sobre George Washing- ton y el cerezo. Cuando el pequeño George se enfrentó a su padre angustiado por la destrucción antojadiza de un cerezo, el pequeño dijo: "No sé decir una mentira; yo corté al árbol". Me llevó años darme cuenta que la confesión de Washington era en realidad una mentira. Decir "no sé decir una mentira" ya es mentir sobre la capacidad que uno tiene para mentir. Hay muchas cosas que George Washington no podía hacer: no podía volar; no podía estar en más de un lugar al mismo tiempo, etc. Pero sin duda que George Washington podía decir una mentira. Era un hombre. Todos los seres humanos son capaces de mentir. La Escritura nos dice que "todo hombre es mentiroso" (Salmo 116:11). Esto no significa que todos mientan todo el tiempo. También tenemos la capacidad de decir la verdad. El problema surge cuando se nos pide que confiemos en la palabra de alguien, y no podemos saber con certeza si nos está diciendo la verdad. Para resaltar la importancia de la verdad al hacer promesas y dar testimonios importantes, recurrimos a los juramentos y los votos. Antes de testificar en un juicio, el testigo debe prestar juramento. Él o ella prometen "decir la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad. Que así me ayude Dios". En el juramento, se apela a Dios y solo a Dios como el testigo supremo de la aseveración. Dios es el guardián de los votos, los juramentos y las promesas. Él es la fuente de toda verdad y es incapaz de mentir. Lo que era falso en el caso de George Was- hington, es verdadero en el caso de Dios. Dios no puede mentir (Tito 1:2; Hebreos 6:17-18). Dios tampoco soporta a los mentiro- sos. Nos advierte sobre el riesgo de prometer con ligereza o con falsedad: "Cumple 10 que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas" (Eclesiastés 5:4-5). Los Diez Mandamientos incluyen una ley contra el dar falso testimonio (Éxodo 20:16). Como nuestra entera relación con Dios se basa en las prome- sas de la alianza, Dios consagra el tema de los votos, los juramen- tos y las promesas. Para el bienestar de la sociedad es necesario 265
  • 146. Las grandes doctrinas de la Biblia que se establezca la confianza en cualquier relación humana (como el matrimonio y los acuerdos comerciales). Un juramento legítimo es parte de la adoración por la cual las personas, buscando asegurar la veracidad de lo que dicen, buscan el respaldo de Dios como testigo de lo que afirman y prometen. Lo que esto implica es que si quienes prestan juramento luego mienten, Dios los castigará de manera rápida y severa. La iglesia cristiana siempre ha afirmado el valor de los juramentos ylos votos. Los ministros de Westminster enumeraron las siguientes limitaciones y estipulaciones escriturales: Los hombres solo deben jurar por el nombre de Dios, y por lo tanto deben hacerlo con todo santo temor y reverencia. Por lo tanto, el jurar en vano o con ligereza, por ese nombre glorioso y tremendo, o el jurar por cualquier otra cosa, es pecado y debe ser aborrecido. Sin embargo, como en materia de peso y oportunidad, el juramento está respaldado por la Palabra de Dios, tanto en el Nuevo Testamento como en el Antiguo; un juramento legal, impuesto por una autoridad legal, en dicha materia, debe ser prestado.'. Una estipulación adicional es que un juramento no debería ser hecho con reservas mentales o equívocas. Dios no acepta los dedos cruzados, sino que espera la honestidad. Un juramento no puede prestarse con ligereza. Debería ser reservado para las ocasiones más solemnes, para las promesas solemnes. Hasta los gobiernos reconocen esto al insistir en la prestación dejuramentos para el caso del matrimonio y antes de prestar testimonio frente a un tribunal. Pero además, aun en ocasiones menos solemnes, el creyente es llamado a la honestidad -para que su sí, sea sí; y su no, sea no. Esta es la responsabilidad de un fiel discípulo de Cristo. Resumen l. Los seres humanos tienen la capacidad de mentir. 2. Dios, la fuente de la verdad, no puede mentir y es el guardián de la verdad. 3. Los juramentos y los votos son parte legítima de la adoración. 4. Los juramentos deberían ser prestados únicamente por el nombre de Dios. Ninguna criatura puede ser el último testigo de la verdad. 266 Los juramentos y los l'otOS 5. Los juramentos no deberían ser hechos con ligereza o con reservas. Pasajes bíblicos para la reflexión Deuteronomio 10:20 2 Crónicas 6:22-23 Esdras 10:5 Mateo 5:33-37 Santiago 5:12 267
  • 147. L<& ces]p)iritu<&licc1l<&& y 1<& vi&<& e([J) Jffit cemn]p)([J) r&Jffice<&
  • 148. EL FRUTO DEL EspíRITU El fruto del Espíritu Santo es uno de los aspectos más dejados de lado en lo que respecta a la enseñanza bíblica sobre la santifica- ción. Hay varios motivos para esta situación: 1. La preocupación por lo externo. Aunque los estudiantes varias veces murmuran y se quejan cuando tienen que rendir pruebas en el salón de clase, en cierto sentido sabemos que realmente las queremos rendir. Las pruebas que miden la destreza, los logros, y el conocimiento son hasta moneda corriente en las revistas. Las personas quieren saber en qué nivel se encuentran. ¿He alcanzado la excelencia en una empresa determinada, o acaso estoy sumido en la mediocridad? Los cristianos no son distintos. Tendemos a medir nuestro progreso en la santificación examinando nuestro desempeño con estándares externos. ¿Decimos malas palabras? ¿Tomamos alco- hol? ¿Vamos al teatro a ver películas? Estos estándares con frecuencia se utilizan para medir la espiritualidad. La prueba verdadera -la evidencia del fruto del Espíritu- muchas veces es ignorada o minimizada. Esta es la trampa en la que cayeron los fariseos. Le escurrimos el bulto a la verdadera prueba porque el fruto del Espíritu es más nebuloso. Las demandas que hace a la perso- nalidad son mayores que lo demandado por los estándares super- ficiales. Es mucho más fácil reprimirse y no decir malas palabras que adquirir el hábito de la paciencia piadosa. 2. La preocupación por los dones. El mismo Espíritu Santo que nos guía a la santidad y da su fruto en nosotros también le da los dones espirituales a los creyentes. Parece ser que estamos mucho más interesados en los dones del Espíritu que en su fruto, a pesar de la clara enseñanza bíblica de que uno puede poseer los dones y ser inmaduro en el progreso espiritual. La cartas de Pablo a los Corintios dejan esto bien en claro. 3. El problema de los no creyentes justos. Resulta frustrante medir nuestro progreso en la santidad por el fruto del Espíritu cuando algunos no cristianos exhiben las virtudes contenidas en el fruto, y hasta lo hacen en mayor grado. Todos conocemos a ?71
  • 149. Las grandes doctrinas de la Biblia personas que no son creyentes pero que exhiben más mansedum- bre o paciencia que muchos cristianos. Si las personas pueden tener "el fruto del Espíritu" independientemente del Espíritu, ¿cómo es posible que podamos determinar nuestro crecimiento espiritual de esta manera? Hay una diferencia cualitativa entre la virtudes del amor, el gozo, la paz, la paciencia, etc., engendradas en nosotros por el Espíritu Santo, y las virtudes exhibidas por los no cristianos. Los no cristianos operan en base a motivos que son en última instancia egoístas. Pero cuando los creyentes exhiben el fruto del Espíritu, están exhibiendo las características que en último término se dirigen hacia Dios y hacia los demás. Ser llenos del Espíritu significa que la vida de una persona está controlada por el Espíritu Santo; los no cristianos solamente pueden exhibir estas virtudes espirituales en la medida de su habilidad humana. Pablo enumera el fruto del Espíritu en su epístola a los Gálatas: "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza" (Gálatas 5:22- 23). Estas virtudes deben caracterizar la vida de un cristiano. Si somos llenos del Espíritu, exhibiremos el fruto del Espíritu. Pero, por supuesto, esto lleva su tiempo. No se trata de una adaptación superficial de nuestra personalidad que tiene lugar de un día para otro. Este cambio involucra dar una nueva forma a las inclinacio- nes más profundas de nuestro corazón, se trata del proceso de santificación del Espíritu Santo que dura toda la vida. Resumen 1. Tendemos a dejar de lado el estudio del fruto del Espíritu porque: (1) estamos preocupados por 10 externo; (2) estamos preocupados por los dones espirituales; y (3) reconocemos que muchos no cristianos exhiben las virtudes espirituales mejor que los cristianos. 2. Es más fácil medir la espiritualidad por lo externo que por el fruto del Espíritu. 3. Podemos tener los dones espirituales y ser todavía inmaduros. 4. Existe una diferencia cualitativa entre la presencia de las virtudes espirituales en los no cristianos y en los cristianos. En el caso de los no cristianos, es simplemente fruto del esfuerzo humano. En el caso de los cristianos, es Dios el 272 Elfruto del espíritu Espíritu Santo produciendo el fruto espiritual en una medida superior a cualquier habilidad humana. Pasajes bíblicos para la reflexión Romanos 12:1-21 1 Corintios 12:1-14:40 Gálatas 5:19-26 Efesios 4:1-6:20 273
  • 150. EL AMOR En nuestra sociedad, por lo general hablamos del amor en térmi- nos pasivos. Es decir, el amor es algo que nos sucede y sobre el que tenemos escaso o ningún control. Quedamos "perdidamente" enamorados. Hablamos de esta manera principalmente porque asociamos el amor con un sentimiento o una emoción particular. Dicha emoción no es el resultado de apretar un botón o el producto de un acto consciente de voluntad. No "decidimos" enamorarnos de alguien. La Biblia, sin embargo, habla del amor en términos más activos. El concepto del amor funciona más como un verbo que como un sustantivo, El amor es un deber -una acción que es nuestra obligación cumplir. Dios nos manda amar a nuestro prójimo, amar a nuestras esposas, y hasta amar a nuestros enemi- gos. Una cosa es tener sentimientos de amor o afecto hacia nuestros enemigos; otra cosa es actuar con amor hacia ellos. La Biblia tiene un concepto complejo del amor que 10expresa en relativamente pocas palabras. En el Antiguo Testamento pre- domina el uso de la palabra hebrea aheb, para expresar "amor". El Nuevo Testamento usa principalmente dos palabras griegas para "amor" -s-phileo y agape. Phileo, de donde proviene el nombre de la ciudad Filadelfia (que significa "la ciudad del amor filial") es la palabra griega utilizada para denotar el afecto com- partido entre amigos. En oposición, el término eros, que no es utilizado en la Biblia, se refiere más al amor sexual o erótico. Este es el tipo de amor que asociamos con el romance. Estos dos tipos de amor son comunes a todos los seres humanos. Ambos tipos de amor tienen la tendencia a ser motivados por el interés propio, la gratificación personal y la protección de uno mismo. El Nuevo Testamento, sin embargo, describe un tercer tipo de amor. Agape se usa en contraposición a estos afectos más básicos. Su característica más distintiva es la falta de interés propio. Procede de un corazón que protege y se preocupa por los demás. Sus características están enumeradas por Pablo en el capítulo 13 de 1 Corintios. El amor agape es paciente y bueno. No se vana- gloria ni tiene envidia. No es orgulloso, ni rudo, ni busca su propio 275
  • 151. Las grandes doctrinas de la Biblia bien, ni se enoja fácilmente. Es rápido en perdonar; busca el bien y la verdad. Protege, confía, tiene esperanza, y es siempre perse- verante. Nunca falla. El amor bíblico es por lo tanto mucho más que una simple emoción. Es activo. El llamado del cristiano no es principalmente a desarrollar sentimientos de amor por los demás. En muchas instancias estos sentimientos escapan al control del cristiano. Sin embargo, podemos controlar cómo respondemos y actuamos con respecto a una persona en particular. El cristiano debe ser amante, debe reflejar el amor desinteresado de Dios. El amor agape, entonces, es el fruto principal del Espíritu. Como escribió Pablo: "Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor" (l Corintios 13:13). Siempre y cuando el amor agape refleje corno en un espejo las características del amor de Dios por nosotros, podemos lla- marlo un amor inmutable, un amor leal. Está caracterizado por la fidelidad -la fidelidad construida sobre la confianza. Un amor así es incapaz de no ser constante; es el amor del compromiso permanente. Resumen 1. El amor bíblico es un amor activo. 2. El amor bíblico es un deber demandado por Dios. 3. De las varias palabras griegas usadas para el amor, es nece- sario distinguir tres significados importantes: (a) phileo =afecto filial. (b) eros = amor romántico o sexual. (c) agape = amor divino o espiritual. 4. El amor agape refleja el amor inmutable de Dios y está dirigido hacia los demás. Pasajes bíblicos para la reflexión Deuteronomio 6:4-5 Mateo 5:43-48 1 Corintios 13:1-13 Efesios 5:25-33 1 Juan 4:7-21 '17(; LA ESPERANZA "Tenemos la esperanza" de que sucedan muchas cosas en este mundo. Tenemos la esperanza de que nos den un aumento de salario. Tenemos la esperanza de que nuestro equipo favorito salga campeón. Este tipo de esperanza está expresando nuestros deseos personales para el futuro. Tenemos esperanza con respecto a las cosas que son inciertas. No sabemos si nuestros deseos se cumplirán, pero tenemos la esperanza de que sí se realizarán. Cuando la Biblia nos habla de esperanza, sin embargo, tiene algo diferente en mente. La esperanza bíblica es una convicción firme de que las promesas de Dios sobre el futuro se cumplirán. La esperanza no es una mera proyección, sino una certeza de lo que sucederá. ee... la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo" (Hebreos 6:19). La esperanza, juntamente con la fe y el amor, es una de las virtudes cristianas que el apóstol Pablo presenta en 1 Corintios 13:13. La esperanza es la fe dirigida hacia el futuro. La Biblia utiliza la esperanza de dos maneras. El uso menos frecuente apunta hacia el objeto de nuestra esperanza. Cristo es nuestra esperanza de vida eterna. El uso más común es como una actitud de certeza con respecto al cumplimiento de las promesas de Dios. Al cristiano se lo llama a tener esperanza, es decir, a tener la plena certeza de la resurrección del pueblo de Dios y de la venida del reino de Dios. La esperanza está inextricablemente unida a la escatología. Pablo le recuerda a los cristianos que hasta que el reino llegue a su plenitud, los creyentes solo pueden tener la certeza de su esperanza; "porque por fe andamos, no por vista" (2 Corintios 5:7). Esta esperanza tiene un fundamento y una base. Aunque la vida del cristiano está marcada más por el sufrimiento que por el triunfo (l Corintios 4:8-13; 2 Corintios 4:7-18), el fundamento de la esperanza está en la Deidad. En primer lugar, el creyente tiene la vista puesta sobre la muerte y la resurrección de Cristo. Su muerte fue la hora más oscura para sus discípulos. El Mesías prometido había muerto, su 277
  • 152. Las grandes doctrinas de la Biblia reino aparentemente había fracasado. Con la resurrección, esta desesperación se convirtió en esperanza. Junto con el sufrimiento, grande o pequeño, la esperanza del cristiano debe prevalecer. Dios es fiel y siempre nos bastará. En segundo lugar, el creyente ha recibido al Espíritu Santo como una primera entrega del reino. Su presencia nos asegura que el reino se consumará plenamente. El Espíritu no es solamente un signo de la esperanza, sino el sustentador de la esperanza. Cumple con el papel de Consolador, revistiendo al creyente con fuerza y esperanza. Es el Espíritu quien le da al creyente el ánimo para orar al Padre: "Venga tu reino". Resumen l. La esperanza bíblica es un asunto relacionado con la certeza no con el deseo. 2. La esperanza es una virtud, no una debilidad. 3. La fe es la confianza en lo que Dios ya ha realizado. La esperanza es la confianza en las promesas de Dios para el futuro. 4. La resurrección de Cristo nos da la esperanza en medio del sufrimiento. 5. El Espíritu Santo, el Consolador, nos da esperanza. Su pre- sencia es nuestra garantía de la venida del reino de Dios. Acontecimientos oC I FE I pasados . - - - ~===== I ESPERANZA I .. Acontecimientos ~ futuros Pasajes bíblicos para la reflexión Job 13:15 Romanos 5:1-5 Romanos 8:18-25 Tit02:11-14 1 Juan 3:1-3 ?7R LA ORACiÓN Podemos hablar con Dios. Él nos habla verbalmente en su Palabra y de manera no verbal a través de su providencia. Nos comunica- mos con él por medio de la oración. Charles Hodge declaró que "la oración es la conversación del alma con Dios". En la oración y por medio de la oración expresamos nuestra reverencia y adoración a Dios; desnudamos nuestras almas en confesión con- trita ante Él; derramamos nuestro agradecimiento de corazón; y le ofrecemos nuestras peticiones y nuestras súplicas. En la oración experimentamos a Dios como un ser personal y poderoso. Él nos escucha y actúa en respuesta a nuestra oración. La Escritura nos enseña la previa disposición soberana de Dios y la eficacia de la oración. Estas dos cosas no son inconsistentes entre sí, porque Dios ordena los medios así como los fines de sus propósitos divinos. La oración es el medio que Dios utiliza para hacer que su soberana voluntad se cumpla. La oración debe ser dirigida a Dios, y únicamente a Dios, ya sea a Dios como la Trinidad o a las personas que conforman la Divinidad. Orar a cualquier criatura es idolatría. La oración para ser apropiada tiene varios requisitos. El primer requisito es que debemos acercarnos a Dios con sinceridad. Las frases huecas y falsas son una burla. Dichas oraciones, en lugar de ser un ejercicio de religión piadosa, son una ofensa delante de Dios. El segundo requisito es que debemos acercanos a Dios con reverencia. Al orar debemos tener siempre presente a quién le estamos hablando. Hablar con Dios de manera desenvuelta, ca- sual, o petulante, como podríamos hablar con nuestros amigos terrenales, es tratarlo con la inpertinencia de lo familiar. De la misma manera que las personas rinden homenaje a un rey entran- do en su presencia con el debido respeto y deferencia, así también debemos presentarnos delante de Dios, reconociendo plenamente su suprema majestad. El tercer requisito, un corolario de los anteriores, es que debemos acercarnos a Dios en humildad. No alcanza con recordar quién es Él, sino que también debemos recordar quiénes y qué somos nosotros. Somos sus hijos adoptivos. 279
  • 153. Las grandes doctrinas de la Biblia Somos también criaturas pecaminosas. Él nos invita a venir a su presencia sin temor, pero también sin arrogancia. Dios nos instruye a ser diligentes y fervientes en nuestras peticiones. Al mismo tiempo, debemos venir en sumisión voluntaria. Decir "Hágase tu voluntad" no es una indicación de falta de fe. La fe que traemos cuando oramos debe incluir nuestra confianza en que Dios nos puede escuchar y que Él está dispuesto a respondernos. Sin embargo, cuando Dios se niega a cumplir nuestra peticiones, esta fe también debe confiar en su sabiduría. Quienes se acercan a Él con alguna petición deben dar por sentado la sabiduría y la benevolencia de Dios, siempre y en todo lugar. Oramos en el nombre de Jesús porque así estamos recono- ciendo su oficio como Mediador. Al ser nuestro Sumo Sacerdote, Cristo es nuestro intercesor, así como el Espíritu Santo es nuestro ayudador en la oración. Una herramienta muy útil para aprender a orar es el acróstico C-A-S-A. Cada una de las letras indica un elemento vital de la oración. C=Confesión AeAdoración S=Súplica A=Agradecimiento Si seguimos este acróstico bien sencillo estaremos seguros de haber incluido todos los elementos apropiados a la oración. Resumen l. La oración es estar en comunión con Dios. 2. La oración debe estar dirigida únicamente a Dios. 3. La oración debe ser sincera, con reverencia y en humildad. 4. Se nos manda a ser fervientes y perseverantes en la oración. 5. La oración con fe es una oración que confía en la sabiduría y la bondad de Dios. 6. El acróstico C-A-S-A es una ayuda para la oración. Pasajes bíblicos para la reflexión Salmo 5:1-3 Juan 14:13-14 Romanos 8:26-27 Filipenses 4:6-7 1 Juan 5:14-15 280 EL ANTINOMIANISMO En inglés hay un pequeño poema que se constituye en el canto temático del antinomianismo. Dice: "Libre de la ley, bendita condición; pecar puedo todo lo que quiero, igual tengo la remi- sión". ~ El antinomianismo significa literalmente "antilegalismo". Niega y le otorga un papel inferior a la importancia de la ley de Dios en la vida del creyente. Es la contraparte de su herejía gemela, ellegalismo. Los antinomianos adquieren este fastidio por la ley de diver- sas maneras. Algunos creen que ya no están obligados a guardar la ley moral de Dios porque Jesús los ha librado de esta obligación. Insisten en que la gracia no solamente nos libra de la maldición de la ley de Dios sino que nos libra de cualquier obligación a obedecer la ley de Dios. La gracia se convierte así en una licencia para desobedecer. ~o sorprendente es que estas personas sostienen este punto de VIsta a pesar de la enseñanza vigorosa de Pablo contra ella. Pablo, más que ningún otro escritor del Nuevo Testamento subrayó las diferencias entre la ley y la gracia. Se glorió en ei Nuevo Pacto. Sin embargo, fue también el más explícito con respecto a su condena al antinomianismo. En Romanos 3:31 escribe: "¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley". Martín Lutero, al expresar la doctrina de la justificación solo ~or la fe, fue acusado de antinomianismo. Sin embargo, afirmó Junto con Santiago que "la fe sin obras es muerta". Lutero discutió con su estudiante Juan Agrícola sobre este punto. Agrícola negaba que la ley tuviera algún propósito en la vida del creyente. Hasta negó que la ley sirviera para preparar al pecador para la gracia. Lutero le respondió a Agrícola con su obra Contra el Antinomia- nismo en 1539. Agrícola luego se retractó de sus enseñanzas antinornianas, pero el debate continuó. . Subsiguientes teólogos luteranos confirmaron el punto de VIsta de Lutero sobre la ley. En la Fórmula de la Concordia (1577), la última de las afirmaciones de fe luterana clásicas, 281
  • 154. Las grandes doctrinas de la Biblia determinaron tres usos para la ley: (1) el revelar el pecado; (2) el establecer reglas de decencia generales para la sociedad en su conjunto; y (3) el proveer una regla de vida para quienes han sido regenerados por la fe en Cristo. El error principal del antinomianismo es el confundir la justificación con la santificación. Somos justificados solo por la fe, sin intervención de las obras. Sin embargo, todos los creyentes deben crecer en la fe guardando los santos mandamientos de Dios, no para ganar el favor de Dios, sino en gratitud por la gracia que les ha sido dada por la obra de Cristo. Es un error grave el suponer que el Antiguo Testamento fue un pacto de la ley y que el Nuevo Testamento es un pacto de la gracia. El Antiguo Testamento es un testimonio monumental de la asombrosa gracia de Dios hacia su pueblo. Del mismo modo, el Nuevo Testamento está literalmente repleto de mandamientos. No somos salvados por la ley, pero debemos mostrar nuestro amor a Cristo obedeciendo sus mandamientos. "Si me amáis, guardad mis mandamientos" (Juan 14:15) dijo Jesús. Con frecuencia oímos esta afirmación: "El cristianismo no es un montón de reglas, hay que hacer esto, esto y aquello y no hay que hacer esto, esto y aquello". Hay algo de verdad en esta conclusión, ya que el cristianismo es mucho más que una mera recolección de reglas. Es una relación personal con Cristo mismo. Sin embargo, el cristianismo también no es nada menos que reglas. El Nuevo Testamento incluye varias cosas que hay que hacer y otras que no hay que hacer. El cristianismo no es una religión que sanciona la idea que cualquiera tiene el derecho a hacer lo que leparezca bien. Por el contrario, el cristianismo nunca le da a nadie el "derecho" a hacer lo que está mal. Resumen l. El antinomianismo es la herejía que dice que los cristianos no tienen ninguna obligación de obedecer las leyes de Dios. 2. La ley nos revela el pecado, es un fundamento para la decencia en la sociedad, y es una guía para la vida cristiana. 3. El antinomianismo confunde lajustificación con la santifica- ción. 4. La ley y la gracia se encuentran tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. El antinomianismo 5. Aunque el obedecer la ley de Dios no es una causa meritoria para nuestra justificación, se espera que una persona justifi- cada busque ardientemente obedecer los mandamientos de Dios. Pasajes bíblicos para la reflexión Juan 14:15 Romanos 3:27-31 Romanos 6:1-2 1 Juan 2:3-6 1 Juan 5:1-3
  • 155. EL LEGALISMO Ellegalismo es la herejía opuesta del antinomianismo. Mientras que el antinomianismo niega la importancia de la ley, ellegalismo exalta la ley por encima de la gracia. Los legalistas en los días de Jesús eran los fariseos, y Jesús se reservó su crítica más severa para ellos. La distorsión fundamental del legalismo es la creencia en que una persona puede ganarse su lugar en el reino de los cielos. Los fariseos creían que debido a su posición como hijos de Abraham, y a su cumplimiento estricto de la ley, eran hijos de Dios. En realidad, esto constituía una negación del evangelio. Un artículo corolario dellegalismo es el adherirse a la letra de la ley y no al espíritu de la ley. Para que los fariseos pudiesen creer que podían cumplir la ley, primero tenían que reducirla a su interpretación más estrecha y grosera. El relato del joven rico es una ilustración de este punto. El joven rico le preguntó a Jesús cómo podía hacer para heredar la vida eterna. Jesús le dijo que debía "guardar los mandamientos". El joven rico creía que los había guardado todos. Pero entonces Jesús le reveló cuál era el "dios" que había servido antes de servir al verdadero Dios -su "dios" eran sus riquezas. "Anda, vende lo que tienes, y dala a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo" (Mateo 19:21). El joven rico se fue, entristecido. Los fariseos eran culpables de otra forma de legalismo. Le habían agregado sus propias leyes a la ley de Dios. Sus "tradicio- nes" habían sido elevadas al mismo nivel que la ley de Dios. Le habían robado a la gente su libertad y la habían encadenado, allí donde Dios las había liberado. Este tipo de legalismo no acabó con los fariseos. También ha plagado a la iglesia durante todas sus generaciones. Ellegalismo suele surgir como reacción desmedida al antino- mianismo. Para asegurarnos de no deslizarnos en la laxitud moral del antinomianismo, tendemos a hacer reglas más estrictas que las que Dios mismo nos ha impuesto. Cuando esto tiene lugar, el legalismo introduce una tiranía sobre el pueblo de Dios. De la misma manera, las diversas formas de antinomianismo suelen surgir como reacción desmedida allegalismo. Su grito de 285
  • 156. Las grandes doctrinas de la Biblia batalla suele ser el de la libertad de toda opresión. Es la búsqueda por la libertad moral que se ha desbocado. Los cristianos, cuando defiendan su libertad, deberán cuidarse de no confundir la libertad con el libertinaje. Otra forma de legalismo es el hacer hincapié sobre lo menos importante. Jesús reprendió a los fariseos por haber descuidado los asuntos más importantes de la ley mientras que escrupulosa- mente obedecían los asuntos menos importantes (Mateo 23:23- 24). Esta tendencia continúa siendo una amenaza constante para la iglesia. Tenemos la tendencia a exaltar a un nivel supremo de piedad cualquier virtud que tengamos y restarle importancia a cualquiera de nuestros vicios. Por ejemplo, puedo considerar que es de mucha espiritualidad el no bailar, mientras que considero mi lascivia un asunto menor. El único antídoto para ellegalismo y el antinomianismo es el estudio diligente de la Palabra de Dios. Solo entonces podremos instruirnos adecuadamente sobre lo que le agrada y 10 que le desagrada a Dios. Resumen 1. El legalismo distorsiona la ley de Dios en dirección opuesta al antinomianismo. Antinomianismo......- - - LA LEY DE DIOS ---••Legalismo 2. El legalismo eleva las tradiciones humanas al mismo nivel que la ley divina. 3. Ellegalismo compromete al pueblo de Dios allí donde Dios le ha dado libertad. 4. Ellegalismo le da valor a 10 menos importante, y le resta valor a lo más importante. Pasajes bíblicos para la reflexión Mateo 15:1-20 Mateo 23:22-29 Hechos 15:1-29 Romanos 3:19-26 Gálatas 3:10-14 286 LA FUNCiÓN TRIPLE DE LA LEY Todo cristiano debe debatirse con la pregunta: ¿Cómo se aplica la ley del Antiguo Testamento a mi vida? ¿La ley del Antiguo Testamento es irrelevante para el cristiano o en algún sentido todavía hay porciones de ella que me obligan? La necesidad de responder a esta pregunta se vuelve más apremiante y urgente en la medida que la herejía del antinomianismo se extiende en nuestra cultura. La Reforma se fundó sobre la gracia y no sobre la ley. Sin embargo, los reformadores no repudiaron la ley de Dios. Juan Calvino, por ejemplo, escribió lo que se conoce como "La triple función de la ley" para mostrar la importancia de la ley en la vida d 1 .. 1 e cnstiano. El primer propósito de la leyes ser un espejo. Por un lado, la ley de Dios refleja la perfecta justicia de Dios. La ley nos dice mucho sobre quién es Dios. Pero, incluso más importante que esto, además la ley ilumina la pecaminosidad humana. Agustín escribió: "La ley nos ordena que luego de intentar hacer lo que ha sido ordenado, y sintiendo así nuestra debilidad bajo la ley, podamos aprender a implorar la ayuda de la gracia,,2. La ley resalta nuestra debilidad para que busquemos la fuerza en Cristo. La ley actúa como un profesor severo que nos conduce a Cristo. El segundo propósito de la leyes guardarnos del mal. La ley, por sí misma, no puede cambiar los corazones humanos. Puede, sin embargo, servir para proteger a los justos de los injustos. Calvino dijo que este propósito es conveniente "para que aquellos que no aprecian para nada lo recto y lo justo, a no ser que sean obligados, sean obligados al menos por las acusaciones de la ley y el temor de las penas,,3. La ley permite que haya en cierta medida un grado de justicia sobre esta tierra, hasta que el juicio final sea llevado a cabo. El tercer propósito de la leyes revelar lo que le agrada a Dios. Como hijos renacidos de Dios, la ley ilumina nuestras mentes sobre 10 que le agrada a nuestro Padre, a quien buscamos servir. El cristiano se deleita en la ley del mismo modo que Dios se deleita en ella. Jesús dijo: "Si me amáis, guardad mis mandamientos" 2fi,7
  • 157. Las grandes doctrinas de la Biblia (Juan 14:15).Esta es la función más elevada de la ley, servir como un instrumento para que el pueblo de Dios lo pueda honrar y glorificar. Al estudiar la ley de Dios y meditar en ella, estamos asistiendo a la escuela de la justicia. Aprendemos qué es lo que le agrada a Dios y qué es lo que le ofende. La ley moral que Dios revela en la Escritura nos compromete. Hemos sido redimidos de la maldi- ción de la ley de Dios, pero no de nuestro deber de obedecerla. Hemos sido justificados, no porque hayamos obedecido la ley, sino para que podamos ser obedientes a la ley de Dios. Amar a Cristo es guardar sus mandamientos. Amar a Dios es obedecer su ley. Resumen 1. La iglesia de la actualidad ha sido invadida por el antinomia- nismo, que debilita, rechaza y distorsiona la ley de Dios. 2. La ley de Dios es un espejo de la santidad de Dios y de nuestra injusticia. Sirve para revelarnos nuestra necesidad de un Salvador. 3. La ley de Dios es un freno contra el pecado. 4. La ley de Dios nos revela lo que le agrada a Dios y lo que le resulta ofensivo. 5. El cristiano debe amar la ley de Dios y obedecer la ley moral de Dios. Pasajes bíblicos para la reflexión Salmo 19:7-11 Salmo 119:9-16 Romanos 7:7-25 Romanos 8:3-4 1 Corintios 7:19 Gálatas 3:24 288 El PERFECCIONISMO La doctrina del perfeccionismo sostiene que la santidad, o el amor perfecto, producido por la gracia de Dios, puede ser alcanzada por todos los cristianos en esta vida y libera a los creyentes del pecado voluntario. Esta doctrina surgió con las enseñanzas de Juan Wes- ley y continuó con el movimiento pentecostal primitivo. El logro de la perfección es considerado como la segunda obra de gracia que es obrada instantáneamente en el corazón del creyente. Una posición modificada sostiene que después de esta segun- da bendición el creyente es más y más victorioso sobre el "pecado voluntario". Cualquier pecado que permanezca en esa persona será un pecado accidental o un pecado cometido por ignorancia. La dificultad que entraña este punto de vista es que parte de dos errores primarios. Primero, reduce las demandas rigurosas de la ley de Dios. Cualquier entendimiento real de la anchura y la profundidad de la ley de Dios ya estaría excluyendo la doctrina perfeccionista. Segundo, tiene una visión inflada sobre los logros espirituales propios. Para sostener esta posición resulta necesario sobrestimar la justicia propia. La gran mayoría de las iglesias evangélicas a lo largo de toda la historia, ylas Iglesias Reformadas en particular, encuentran esta doctrina aborrecible. Incluso hasta el movimiento neo-pentecostal ya casi ha abandonado esta doctrina. Martín Lutero enseñó que los seres humanos regenerados son al mismo tiempo justificados y pecadores. Los creyentes son considerados justos a los ojos de Dios en virtud de la expiación y la justicia de Cristo imputada a ellos. Dios considera a los creyentes justos "en Cristo". Dejados librados a sí mismos, sin consideración de la obra de Cristo, los creyentes siguen siendo pecadores. Si bien el proceso de santifi- cación implica que el creyente se está convirtiendo cada vez más en menos pecador, este proceso no se completa hasta la muerte, cuando el creyente es glorificado. La perfección es sin duda la meta de la vida cristiana. Que no la alcancemos no debe ser una excusa para pecar. Como cristianos debemos seguir adelante a la meta de nuestro llamamiento en Cristo. 2WJ
  • 158. Las grandes doctrinas de la Biblia Resumen l. El perfeccionismo enseña que hay una segunda obra de gracia en la que los creyentes experimentan la santidad o el amor perfecto en esta vida. 2. El perfeccionismo modificado enseña que los cristianos pueden vencer al pecado voluntario. 3. El perfeccionismo se basa sobre una baja estima de la ley de Dios y una alta estima del desempeño de los seres humanos. 4. Dios nos justifica aunque somos todavía pecadores. 5. El proceso de santificación, que dura toda la vida, comienza en el instante mismo de la justificación. 6. Los cristianos serán hechos perfectos en glorificación solo después de la muerte. Pasajes bíblicos para la reflexión Romanos 5:8 1 Corintios 15:42-57 2 Corintios 7:1 Filipenses 3:7-14 1 Juan 1:5-10 290 El GOBIERNO CIVil En los Estados Unidos de América se habla y se escribe mucho sobre la separación de la iglesia y el estado. En sus orígenes, esta idea llamaba la atención sobre dos instituciones diferenciadas, ambas creadas por Dios, ordenadas por Dios, que debían rendirle cuenta a Dios, o que estaban "bajo" las órdenes de Dios. Cada institución tenía que desarrollar tareas distintas y ninguna debía usurpar la esfera de autoridad de la otra. La tarea de la iglesia es predicar el evangelio, administrar los sacramentos, proteger las almas de sus miembros, etc. Estas tareas no le corresponden al estado. La responsabilidad del estado es ordenar la sociedad, cobrar impuestos, regir el comercio y la sociedad, mantener las fuerzas armadas, proteger la vida y la propiedad, etc. Estas no constituyen parte de las tareas de la iglesia. Al estado se le da el poder de la espada; a la iglesia, no. El apóstol Pablo nos declara: Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean con- denación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo (Romanos 13:1-4). Según el punto de vista de Pablo, el gobierno civil ha sido autorizado por Dios. Cuando un gobernador civil es investido de poder, en un sentido, se lo "ordena" como un ministro de Dios. Su gobierno no es independiente de Dios. Los ministros de Westminster escribieron: Dios, el supremo Señor y Rey de todo el mundo, ha ordenado a los magistrados civiles para que, bajo su égida, estén por sobre el pueblo, para su propia gloria, y para el bien público; a este fin, los ha armado con el poder de la espada para la defensa y el aliento 291
  • 159. Las grandes doctrinas de la Biblia de quienes hacen el bien, y para el castigo de quienes practican el mal... Los magistrados civiles no pueden asumir para sí la admi- nistración de la Palabra o de los sacramentos; o el poder de las llaves del reino o el cielo; ni siquiera interferir sobre los temas de la fel . En nuestros días, el concepto de separación de la iglesia y el estado ha sido ampliamente reinterpretado (y mal interpretado) para significar la separación del estado y Dios. Cada vez más, el gobierno busca evitar quedar "bajo" Dios. Procura un poder y una autoridad autónoma. Cuando la iglesia le grita "Falta", se critica a la iglesia por entrometerse en los asuntos del estado. La iglesia, sin embargo, no está tratando de usurpar las funciones del estado. La iglesia, al ofrecer su crítica profética, está llamando al estado a ser el estado como Dios lo ordenó y lo gobierna. Hay un sentido en el cual el evangelio es sin ningún rubor político. Declara que Jesús es el Rey de Reyes y el Señor de Señores. Jesús ocupa el sitial de máxima autoridad. Todos los magistrados inferiores son responsables ante Él sobre cómo han ejercido su gobierno. El magistrado civil tiene el poder de la espada. El estado está autorizado para usar la fuerza para asegurar la justicia y proteger sus fronteras. Los gobiernos no gobiernan por medio de solicitu- des o sugerencias. Gobiernan por la ley, aplicada por medios legales coercitivos. Aunque los gobiernos con el poder de la espada tienen la autoridad de ejercer la pena de muerte y participar en guerras justas, serán responsables delante de Dios por el uso que hagan de la espada. La Biblia alienta a los cristianos a ser modelos de obediencia civil siempre que sea posible. Honramos a Cristo orando por aquellos que están en autoridad sobre nosotros y siendo sumisos y obedientes a sus leyes. Debemos hacer todo lo posible para cumplir con nuestra obediencia civil. Debemos obedecer a los magistrados siempre y cuando nonos ordenen hacer algo que Dios prohibe, o nos prohiban hacer algo que Dios ordena. En estos dos casos no solamente podemos desobedecer a las autoridades, sino que debemos desobedecerlas. 292 El gobierno civil Resumen 1. La iglesia y el estado son dos instituciones diferenciadas, ordenadas por Dios y responsables ante Él por sus respectivas tareas. 2. La autoridad civil fue ordenada por Dios y tiene el poder de la espada. 3. Ningún gobierno es autónomo. Ningún gobierno puede ser independiente de Dios. 4. Cuando los gobiernos buscan ser autónomos, el deber de la iglesia es criticarlos. 5. La obediencia a la autoridad de gobierno es un deber sagrado para todos los cristianos. La ley civil debe ser cumplida escrupulosamente siempre que no sea contraria a la Palabra de Dios. Pasajes bíblicos para la reflexión 2 Crónicas 26:16-20 Salmo 2:10-12 Romanos 13:1-7 l Timoteo 2:1-4 1 Pedro 2:13-17 293
  • 160. EL MATRIMONIO La institución del matrimonio fue ordenada e instituida por Dios en la creación. Cristo la santificó con su presencia en las bodas de Canaán y por medio de las instrucciones dadas por los apóstoles en elNuevo Testamento. La mayoría de lasceremonias de casamien- to reflejan esto y reconocen el origen divino del matrimonio. Lo que se suele ignorar o pasar por alto en los contratos modernos es que el matrimonio ha sido regulado por los mandamientos de Dios. La ley de Dios circunscribe el significado y la legitimidad del matrimonio. El matrimonio debe ser una relación exclusiva entre un hom- bre y una mujer en la que ambos se convierten en "una carne", siendo unidos física, emocional, intelectual y espiritualmente. La intención es que dure por toda la vida. La unión está asegurada por un voto sagrado y una alianza, y consumada con la unión física. La Escritura señala solo dos motivos por el cual esta unión puede ser disuelta -la infidelidad y el abandono. La infidelidad está prohibida en la relación matrimonial. La institución del matrimonio fue creada por Dios para que los hombres y las mujeres pudiesen complementarse mutuamente y participar en su obra creativa de procreación. La unión física necesaria para la procreación tiene también un significado espiri- tual. Está señalando e ilustrando la unión espiritual entre el esposo y su esposa. Pablo utiliza esta unión para simbolizar la unión entre Cristo y su iglesia de la misma manera que el Antiguo Testamento describía a la relación de la alianza entre Dios e Israel con la figura del matrimonio. La fidelidad, el cariño y el apoyo mutuo, deben estar en el fundamento del matrimonio. Los actos de infidelidad quiebran este pacto y, en consecuencia, le permiten a la parte lastimada la posibilidad de pedir el divorcio. Además, Pablo en 1 Corintios 7:12-16 nos dice que si alguien de la pareja es abandonado o abandonada, él o ella no tienen la obligación de mantener la alianza matrimonial. El abandono, como la infidelidad, es una violación fundamental de la intención de Dios para el matrimonio. El matrimonio es una ordenanza de la creación. No es nece- sario ser un cristiano para recibir la gracia común de esta institu- 295
  • 161. Las grandes doctrinas de la Biblia ción. Mientras que todos los hombres y las mujeres pueden casarse, el cristiano debe casarse solamente "en el Señor". La Escritura es clara a este respecto y prohibe que los cristianos se casen con los no cristianos. En la institución del matrimonio, el marido debe ser "la cabeza" de la mujer. La mujer debe sujetarse a su marido como se sujeta al Señor. El marido debe amar a su mujer y entregarse a ella con sacrificio de la misma manera que Cristo amó a su esposa, la iglesia, y entregó su vida por ella. Resumen 1. El matrimonio ha sido instituido por Dios y está regulado por Dios. 2. El matrimonio debe ser monogámico. 3. La unión física permitida y ordenada en el matrimonio refleja la unión espiritual entre el esposo y su esposa. 4. El estado matrimonial es utilizado en sentido figurado en la Escritura para ilustrar la relación entre Cristo y su iglesia. 5. El matrimonio, siendo una ordenanza de la creación, es posi- ble para todos los seres humanos. La iglesia reconoce los matrimonios civiles. Los cristianos, sin embargo, deben casarse "en el Señor". 6. Dios ha ordenado la estructura de la unión matrimonial. Cada miembro de la pareja tiene mandatos específicos de Dios que debe obedecer. Pasajes bíblicos para la reflexión Génesis 2:24 Mateo 19:1-9 1 Corintios 7 Efesios 5:21-33 1 Tesalonicenses 4:3-8 Hebreos 13:4 296 EL DIVORCIO La cuestión del divorcio se ha convertido en un tema urgente en una sociedad donde la incidencia de los divorcios ha alcanzado proporciones epidémicas. Debido a la proliferación radical de los divorcios y a los problemas legales y familiares que provoca, la ley se ha movido en la dirección de facilitar el proceso permitien- do el divorcio sin ninguna causal. Al convertirse el divorcio cada vez más fácil de obtener, el problema de su aceleración se exacer- ba. La Biblia no es tan superficial al tratar el divorcio. La ense- ñanza de Jesús sobre el tema está planteada en el contexto de un debate del primer siglo entre las escuelas rabínicas. Los liberales y los conservadores mantenían un largo desacuerdo sobre las bases legítimas para el divorcio. Jesús fue confrontado con el siguiente planteo: Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? Él, respondiendo, le dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre (Mateo 19:3-6). Observamos que cuando los fariseos le preguntaron a Jesús sobre la ley de divorcio liberal, Jesús inmediatamente los remitió a la Escritura y a la institución originaria de Dios para el matri- monio. Subrayó que el matrimonio está intencionado para durar toda la vida. Resaltó la unión entre el hombre y la mujer en una sola carne, unión que no puede ser disuelta por decretos humanos. Solo Dios está autorizado para determinar los fundamentos para disolver el matrimonio. El debate continuó: Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divor- cio, y repudiarla? Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio 297
  • 162. Las grandes doctrinas de la Biblia no fue así. Y yo os digo que cualquiera que repudia su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera (Mateo 19:7-9). Si analizamos en detalle la respuesta de Jesús, vemos que cuestionó la manera que los fariseos tenían de entender la ley del Antiguo Testamento. Moisés no había "ordenado" el divorcio sino que lo habíapermitido para casos especiales. (Moisés, por supues- to, era el vocero de Dios. Fue Dios quien permitió este desvío de su intención original por la presencia del pecado que violaba el matrimonio.) Jesús les recordó que hasta este permiso había sido dado solo por causa del pecado (la dureza de su corazón) y que por sí no anulaba la intención original del matrimonio. Jesús luego dio su pronunciamiento sobre el tema -prohibien- do el divorcio excepto por causa de inmoralidad sexual. Sus palabras enigmáticas sobre un segundo matrimonio y el adulterio deben ser entendidas en relación con los divorcios inválidos e ilegítimos. Si se permite el divorcio en los casos que Dios no lo permite, entonces la pareja sigue casada a los ojos de Dios. Por lo tanto, un segundo matrimonio entre dos personas ilegítimamente divorciadas constituiría una relación de adulterio. Más adelante, como lo expresamos en el capítulo anterior, Pablo extendió el permiso del divorcio para el caso del creyente que había sido abandonado por el no cristiano (l Corintios 7:10- 15). La Confesión de Westminster resume este tema. Expresa lo siguiente: En el caso del adulterio después del matrimonio, es legítimo que la parte inocente solicite el divorcio; y que después del divorcio pueda contraer nuevo matrimonio, como si la parte ofensora se hubiese muerto... Aunque la corrupción del hombre puede ser tal que proponga otros argumentos indebidos para romper los lazos que Dios ha unido en el matrimonio; sin embargo, nada excepto el adulterio, o el abandono voluntario que de ningún modo pueden ser remediados por la iglesia, o el magistrado civil, es motivo suficiente para disolver los lazos del matrimonio; por lo cual, deberá cumplirse con un procedimiento público y ordenado; y las personas involucradas no deberán ser dejadas libres a su voluntad, y su discreción, para su propio caso 1. 298 El divorcio Resumen 1. La Biblia no suscribe el divorcio "sin ninguna causal". 2. Jesús repudió la posición liberal sostenida por los fariseos con respecto al divorcio. 3. Moisés permitió, pero no ordenó, el divorcio. 4. Jesús permitió el divorcio nara los casos de inmoralidad sexual. ~ 5. Jesús enseñó que el matrimonio entre dos personas ilegítima- mente divorciadas constituye adulterio. 6. Pablo agregó la deserción por parte del no creyente como otra causal para el divorcio. Pasajes bíblicos para la reflexión Mateo 5:31-32 Mateo 19:3-9 Romanos 7:1-3 1 Corintios 7:10-16 299
  • 163. L((J)§ ticemn]p)((J)§ ]p) ((J) s t Jr ceJr((J)s
  • 164. EL ANTICRISTO El retrato bíblico del Anticristo ha despertado mucho interés no solamente en los círculos cristianos sino en la cultura secular, siendo caldo de cultivo para películas de Hollywood y novelas fantásticas. El Anticristo es el último villano, la suprema corpo- ralización de todo el mal, elevado a la mayor potencia. El Nuevo Testamento nos pinta al Anticristo de manera algo enigmática. Hay mucha confusión y debate sobre su papel y su naturaleza. El término anti- que se utiliza para describirle (o describirlo) puede significar tanto "contra" como "en lugar de". El Anticristo es alguien que no solo se opone a Cristo, sino que procura usurpar el lugar que por derecho le corresponde a Cristo. Busca sustituir a Cristo. El Anticristo, por lo tanto, es un falso Cristo, que procura engañar a la gente haciéndole creer que él es el verdadero Cristo. La identidad del Anticristo ha sido motivo de mucho debate. ¿El Anticristo es una persona, un poder o una institución? ¿El Anticristo es una figura religiosa o política, o ambas? ¿Hay un solo Anticristo, o varios? El Anticristo ha sido identificado con el tiempo por los cristianos como una persona particular en la historia, como Nerón, Hitler, Mussolini, para nombrar algunos pocos. Muchos protestantes han identificado al papado de Roma como la institución del anticristo, mientras que otros piensan que el Anticristo se trata de una figura o poder que todavía no ha sido revelado. Juan nos habla de "muchos anticristos" (1 Juan 2:18) y del "espíritu del Anticristo" que "ya está en el mundo" (1 Juan 4:3). A partir de esto podemos concluir que durante el período com- prendido entre la época apostólica y el regreso de Cristo habrán varias manifestaciones del anticristo, al menos en espíritu y en poder. El apóstol Pablo nos señala que una manifestación especial del anticristo aparecerá antes de la segunda venida de Cristo. Este "hombre de pecado" vendrá de acuerdo con la obra de Satanás y tendrá su sello de poder en "el templo de Dios" (2 Tesalonicenses 2:1-12). Algunos creen que esto solo puede ocurrir si se restaura 303
  • 165. Las grandes doctrinas de la Biblia la adoración en el templo en la nación de Israel, otros lo interpretan como una referencia a una aparición dentro del "templo" del Nuevo Testamento, la iglesia cristiana. La venida del Anticristo está relacionada con una gran apos- tasía de la iglesia. Posiblemente se considere una alianza entre el gobierno secular y las instituciones religiosas. La meta del Anti- cristo es luchar contra el pueblo de Dios y buscar la destrucción de Cristo y de su reino. La Biblia nos asegura que, sin embargo, a pesar del tremendo poder e influencia del Anticristo, su derrota, su juicio, y su perdición están aseguradas. En última instancia, no es un contendiente para el Cristo vivo y verdadero. Resumen l. El Anticristo trabaja "contra" y "en lugar de" Cristo. 2. El Anticristo se ha manifestado a lo largo de la historia de la iglesia en distintas personas e instituciones. 3. La Biblia predice una manifestación especial del Anticristo con un poder e influencia extraordinarios en los postreros tiempos. 4. El Anticristo será derrotado por Cristo. Pasajes bíblicos para la reflexión 2 Tesalonicenses 2:1-12 1 Juan 2:18-23 1 Juan 4:1-6 2 Juan 1:7 304 LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO La iglesia de todas las épocas ha anticipado con gozo la segunda venida prometida de Cristo. Así como su primera venida aseguró nuestra redención, su segunda venida es la esperanza bendita de la iglesia para la consumación de su reino. La palabra del Nuevo Testamento más utilizada para señalar la segunda venida de Cristo es Parusía. La Parusía se refiere a la "aparición", la "manifestación", o la "venida" de Jesús en gloria al cumplirse el tiempo. Se refiere a la expectativa de la iglesia sobre la segunda venida o el segundo advenimiento de Cristo. La Biblia nos enseña que la venida de Jesús será personal y visible. Aunque su venida será con poder, incluirá más que una visitación de su poder. Incluirá su propia persona. Su venida no será ni secreta ni invisible. Su aparición será acompañada de nubes de gloria así como su partida en la ascensión. Habrá un despliegue celestial de aclamación, acompañado por la voz de un arcángel. En la venida de Cristo, la iglesia experimentará un arrebata- miento -será arrebatada en el aire para encontrarse con Cristo cuando venga. La teología de la Reforma enseña que el arrebata- miento no será secreto sino público y manifiesto. Su propósito no es llevarse a los escogidos por un tiempo mientras que Cristo regresa para una segunda "Segunda Venida". El propósito del arrebatamiento es permitirle a los santos encontrarse con Jesús en el aire cuando vuelva y ser incluidos como su séquito durante su descenso triunfal desde el cielo. Su venida de esta manera será asistida por la resurrección general, el juicio final, y el fin del mundo. Los cristianos de cada generación son llamados a ser vigilan- tes mientras permanecen en vela esperando la Parusía, para que su venida no los tome por sorpresa, como un ladrón en la noche. También se nos anima a recordar esta manifestación futura mara- villosa para alentarnos en nuestro trabajo presente. Nadie sabe ni el día ni la hora de la venida de Cristo. Muchas personas han tratado de calcular la hora, solo para avergonzarse del fracaso de sus predicciones específicas. El llamado de la 30S
  • 166. Las grandes doctrinas de la Biblia Escritura es a permanecer vigilantes. Debemos velar por los signos de su proximidad. Aunque Cristo se ha demorado por siglos, haciendo que la esperanza de muchos se desvaneciera, cada día que pasa nos acerca a su venida tan esperada. EL REINO DE DIOS Resumen 1. La iglesia tiene la certeza de la venida prometida de Cristo. 2. La Parusía de Cristo será personal y visible. 3. Cristo vendrá como partió en su ascensión -en una nube de gloria. 4. La iglesia se encontrará con Cristo para acompañarlo en su reentrada triunfal a la tierra. 5. La iglesia debe estar vigilante, velando por la venida de Cristo, pero evitando caer en la tontería de predicciones dogmáticas sobre el día y la horade su venida. Pasajes bíblicos para la reflexión Mateo 24:1-25:46 Mateo 26:64 Lucas 21:5-36 Hechos 1:4-11 1 Tesalonicenses 4:13-5:11 Tito 2:11-14 306 La historia mundial ha sido testigo de múltiples formas divergen- tes de gobierno. Las formas más comunes han sido las dictaduras basadas en el poderío militar, las repúblicas gobernadas por la ley, las democracias gobernadas por el voto de la mayoría, y dos tipos de monarquía -las monarquías constitucionales (en las que el poder del monarca tiene límites) y las monarquías absolutas (en las que la palabra del monarca es la ley). El reino de Dios es una monarquía absoluta. Dios no tiene ninguna constitución externa que lo limite. No busca el consenti- miento de los gobernados para ejercer su dominio sobre ellos. No está limitado por referendos ni por el voto de la mayoría. Su palabra es la ley; su gobierno es absolutamente soberano. En cualquier monarquía, las virtudes del honor y la lealtad al trono son extremadamente importantes. No hay ninguna monar- quía donde estos elementos sean más vitales que en el reino de Dios. No obstante esto, el pecado principal de la raza humana se funda en nuestra negación a honrar a Dios como Dios (Romanos 1:21) y en nuestra deslealtad hacia el Rey de Reyes. El tema del reino de Dios es un motivo central que como un hilo atraviesa el Antiguo y el Nuevo Testamento. El tema pone el acento sobre el reinado de Dios sobre su pueblo. El Mesías que viene es anunciado como el Rey ungido de Dios que ocupará el trono en el cielo como el Rey de Reyes y el Señor de Señores. El Antiguo Testamento apunta al reino como aconteciendo en el futuro. El Nuevo Testamento comienza con el anuncio de Juan el Bautista diciendo que "el reino de los cielos se ha acercado" (Mateo 3:2). La situación histórica es descrita con imágenes como que "el hacha está puesta a la raíz de los árboles" (Mateo 3:10) y que "su aventador está en su mano, y limpiará su era" (Mateo 3:12), lo que está indicando una proximidad radical. Fue la entrada a la historia del reino de Dios lo que el evangelio del Nuevo Testamento estaba anunciando. El mensaje de Juan de que "el Rey ya viene" estaba señalando la urgencia de los tiempos. El acento de la propia predicación de Jesús también está puesto sobre el anuncio del evangelio del reino. Declara que el '2{Y7
  • 167. Las grandes doctrinas de la Biblia reino ha venido con poder y que está en medio de su pueblo. En su ascensión, Jesús le ordenó a sus discípulos que fuesen sus testigos en el mundo. Deben testificar el reino de Jesús como el Rey de Reyes. La posición presente de Jesús como Rey cósmico es invisible. El mundo ignora su soberanía o la niega. La tarea de la iglesia es dar testimonio visible de este reino invisible. Jesús inauguró el reino de Dios. Ya ha ocupado su trono en el cielo. Pero es como si fuera un rey en el exilio, con unos pocos sujetos leales. Cuando regrese, consumará plenamente su reinado. El Nuevo Testamento nos está indicando que el reino de Dios es tanto presente como futuro. Existe un "ya" y un "todavía no" en este reino. Ambos aspectos deben ser entendidos y aceptados por los cristianos. Considerar al reino como totalmente realizado o como un acontecimiento completamente futuro es violar el mensaje del Nuevo Testamento. Servimos a un Rey que ya ha ocupado su trono. Sin embargo, aguardamos su regreso triunfal en gloria, cuando toda rodilla se doblará delante de Él. Resumen 1. El reino de Dios es un gobierno absoluto. 2. El tema del reino de Dios vincula el Antiguo con el Nuevo Testamento. 3. El Nuevo Testamento anuncia la inauguración del reino de Dios con la aparición de Jesús y su subsiguiente ocupación del trono. 4. El reino de Dios ya existe en la actualidad pero se consumará plenamente con su gloriosa venida. Pasajes bíblicos para la reflexión Salmo 10:16-18 Salmo 22:27-31 Daniel 2:44 Juan 18:36 Hebreos 1:8-14 308 EL CIELO Una canción popular dice: "Esto es el cielo... cuando estoy conti- go". Sin duda que es una bendición estar en comunión próxima con un ser amado. Pero de la misma manera que no hay ninguna situación sobre esta tierra que pueda ser comparada con la miseria del infierno, tampoco hay ningún gozo terrenal que pueda servir para hacer una analogía adecuada de las maravillas del cielo. De la misma manera que nos encontramos con imágenes bíblicas espantosas para el infierno, así nos encontramos con imágenes bíblicas ricas y prometedoras para el cielo. Se lo ase- meja a un paraíso, al seno de Abraham, a una ciudad gloriosa descendiendo desde el cielo. Se describe la Nueva Jerusalén como teniendo calles de oro, un lugar donde las paredes están cubiertas de piedras preciosas, y es el lugar del gozo perpetuo que no tendrá fin. Lo que más llama la atención sobre el cielo es además lo que está ausente de él. No habrá: (1) lágrimas, (2) tristeza, (3) muerte, (4) dolor, (5) oscuridad, (6) impíos, (7) pecado, (8) templos, (9) el solo la luna, (10) la maldición por el pecado de Adán (véase Génesis 3:14-19). Entre las cosas que estarán presentes se incluyen: (1) los santos, (2) el río del agua de la vida, (3) la fruta que sana, (4) el Cordero de Dios, (5) la adoración, (6) el banquete de bodas entre el Cordero y su esposa, (7) la cara descubierta de Dios, y (8) el sol de la justicia. El cielo es allí donde está Cristo. Es el estado de eterna felicidad de la comunión con el Dios-hombre. Jonathan Edwards, al tratar de expresar el gozo que los creyentes encontrarán en el cielo escribe que los santos nadarán en el océano del amor, estarán inmersos por los rayos del amor divino, infinitamente brillantes, y infinitamente tiernos y dulces; eternamente recibiendo la luz, eternamente llenos de la luz, y eternamente rodeados por ella, y por siempre reflejándola hacia la fuente de la luz!. Si bien los santos se han de regocijar en la comunión con su Dios y Salvador, no hay ningún motivo para creer que no se 309
  • 168. Las grandes doctrinas de la Biblia reconocerán entre sí ni tendrán comunión con los santos que conocieron sobre esta tierra. El cielo es la morada de todo lo bueno. Habrá grados de bendición en el cielo. Pablo utiliza una metáfora de estrellas de distinto brillo iluminando el mismo cielo para describir esto. No obstante, es necesario aclarar algunos puntos a este respecto. En primer lugar, todas las estrellas brilla- rán. Es decir, no habrá tristeza en el cielo. Todos los que estén allí serán bendecidos mucho más que lo que nos podemos imaginar. En segundo lugar, la obra expiatoria de Cristo tiene la misma eficacia salvífica para todos los santos. Por último, las "obras" del creyente, que le "merecerán" mayor o menor bendición, no son buenas en sí mismas. Más bien es la complacencia soberana de Dios considerar estas obras como meritorias. Lo hace solamente por amor a Cristo. Mientras que el horror más grande del infierno es la eternidad, uno de nuestros gozos más grandes en el cielo es la seguridad de que no terminará jamás. El último enemigo, la muerte, no será más. Lucas 20:34-38 le asegura al creyente que el premio del cielo es sempiterno. El gozo más elevado del cielo será la visión beatífica, ver el rostro de Dios. Este gozo inefable, sin embargo, nos llegará a través de los ojos del alma. Dios es espíritu, y los escogidos lo han de ver en espíritu. Este es el premio, ganado por Cristo, disfrutado por sus hijos. Resumen 1. El cielo incluirá la ausencia de todo lo que trae dolor y muerte. 2. El cielo será un lugar sin pecado y sin las consecuencias del pecado. 3. El cielo será un lugar donde los creyentes disfrutarán la presencia inmediata de Cristo. 4. El cielo incluirá la visión beatífica, la gloriosa experiencia de contemplar el rostro de Dios, algo que no es posible en esta vida. 5. El cielo será un lugar para disfrutar las recompensas de Dios para siempre. 6. Ningún conocimiento o experiencia sobre esta tierra podrá empañar la plenitud del gozo que experimentaremos en el cielo. 310 Pasajes bíblicos para la reflexión 1 Corintios 15:50-57 2 Corintios 5:1-8 1 Pedro 1:3-9 Apocalipsis 21-22 311 El cielo
  • 169. 100 LA VISiÓN BEATíFICA Hay un cuento sobre un pequeño niño que luchaba con la idea de Dios que estaba aprendiendo de sus padres. Lo que le molestaba más era que se le decía que Dios era invisible. ¿Cómo podía adorar y servir a unDios que no podía ver? Ya era conciente de la máxima "Ojo que no ve, corazón que no siente". Frustrado por la teología de un Dios invisible, exclamó: "¡Quiero un Dios que tenga piel!" Es probable que el deseo de un Dios que tenga piel sea uno de los factores que impulsa a la humanidad a adorar a los ídolos. Los ídolos de piedra o de madera, aunque son sordos y mudos y sin ningún poder para ayudarnos, al menos son visibles. Son un sustituto diseñado para satisfacer el anhelo de nuestros ojos por la majestad de Dios. Pablo escribió que la humanidad es culpable de cambiar "la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible" (Romanos 1:23), y de cambiar "la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén" (Romanos 1:25). Hasta los discípulos expresaron un deseo de ver el rostro de Dios directamente. También ellos estaban sufriendo por la invisi- bilidad elusiva de Dios. Cuando Jesús se encontró con sus discí- pulos para la Óltima Cena en el aposento alto, Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre, y nos basta" (Juan 14:8). Felipe habló por cada creyente. Podríamos lograr nuestra satisfacción con un atisbo del rostro descubierto de Dios. Verlo en su esplendor santo ya sería suficiente. Satisfacería nuestra alma y calmaría nuestro espíritu atribulado. Si Jesús alguna vez expresó fastidio o ansiedad con las preguntas de sus discípulos, fue con respecto a este pedido. Contestó: "¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre?" (Juan 14:9). Al comienzo de su ministerio sobre esta tierra, Jesús había predicado el Sermón del Monte, comenzando por las Bienaven- turanzas. Allí había pronunciado su bendición sobre los puros de corazón, y les había prometido que ellos verían a Dios. Sin duda 313
  • 170. Las grandes doctrinas de la Biblia que para aquellos que ansían ver a aquel que es el objeto supremo de nuestra adoración y amor, representa una carga que Dios no pueda ser visto hoy en su gloria y que permanezca invisible a los ojos. Desde el momento en que Dios cerró el acceso al Paraíso con un ángel blandiendo una espada de fuego, ha sido el mandato de Dios que ningún ser humano podría verlo al descubierto. Dios le respondió incluso a Moisés, que le pidió ver la gloria descu- bierta de Dios: "Mas no se verá mi rostro" (Éxodo 33:23). Sin embargo, los redimidos esperan ansiosos el momento cuando podrán ver a través del velo y contemplar directamente la pureza del esplendor de Dios. El motivo por el cual ahora no la podemos ver no se debe a ninguna deficiencia de nuestros ojos, sino a la falta de pureza de nuestros corazones. Cuando seamos glorificados en el cielo y nuestros corazones hayan sido purifica- . dos podremos disfrutar el gozo inefable de contemplarlo como Él es gloria. La visión beatífica lleva este nombre porque es la promesa de la visión de Dios, promesa que constituye la máxima bendición al alma humana. La bendición más importante de Israel era: "Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz" (Números 6:24-26). Juan nos promete que si bien el misterio rodea mucho de lo que nos espera en el cielo, de esto podemos estar seguros: que "seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es puro" (l Juan 3:2). Esta promesa nos está asegurando que en el cielo Dios se nos manifestará de una forma que es más que una teofanía (una manifestación externa de la gloria de Dios, como en el caso de.la zarza ardiendo). La visión trascenderá la visión de la zarza ardien- do o la columna de nube conduciendo al pueblo. Veremos más que una representación externa o una imagen reflejada. Lo vere- mos "como él es". Podremos, de algún modo, ojear su misma esencia. No habrá ninguna necesidad de piel. Resumen 1. La invisibilidad de Dios es con frecuencia causa para los actos humanos de idolatría. 2. Cristo manifestó la imagen perfecta de Dios; verlo a Él es verlo al Padre. 314 La visión beatífica 3. La visión de Dios ha sido prometida para los puros de corazón. 4. Ningún mortal puede ver el rostro de Dios hasta que seamos purificados en el cielo. 5. La visión futura de Dios es llamada "beatífica" porque inun- dará nuestras almas con bendición. Pasajes bíblicos para la reflexión Éxodo 32: 1-33:23 Números 6:24-26 Mateo 5:8 Juan 14: 1-11 Apocalipsis 22: 1-5 315
  • 171. EL INFIERNO Frecuentemente hemos escuchado afirmaciones tales como "La guerra es un infierno" o "Pasé por un infierno". Estas expresiones, por supuesto, no deben ser tomadas en un sentido literal. Más bien están reflejando nuestra tendencia a utilizar la palabra infierno como un término descriptivo de la experiencia humana más espantosa. Sin embargo, no hay ninguna experiencia humana en este mundo que pueda compararse con el infierno. Si tratamos de imaginar el sufrimiento más atroz aquí y ahora, nuestra imagina- ción todavía no habrá alcanzado la realidad espantosa del infierno. El infierno es considerado algo trivial cuando se lo utiliza en expresiones soeces. El utilizar esta palabra con ligereza puede ser un tibio intento humano de considerar el concepto con ligereza o de una manera entretenida. Solemos burlarnos de las cosas que más temor nos causan como un esfuerzo fútil para quitarles las garras y los colmillos, reduciendo así su poder amenazador. No hay ningún concepto bíblico más horrendo ni más aterra- dor que la idea del infierno. Es tan poco popular que muy pocos creerían en este concepto si no fuera que nos viene de las propias enseñanzas de Cristo. Casi toda la enseñanza bíblica sobre el infierno nos viene de labios de Jesús. Es en esta doctrina, más que en ninguna otra, donde se pone más a prueba la lealtad del cristiano a la enseñanza de Cristo. Los cristianos modernos han hecho muchos esfuerzos para minimizar el infierno de manera de eludirlo o de suavizar la enseñanza de Jesús. La Biblia nos describe al infierno como un lugar de oscuridad, un lago de fuego, un lugar de llanto y de crujir de dientes, un lugar de eterna separación de las bendiciones de Dios, una prisión, un lugar de tormento donde el gusano no morirá jamás. Estas imágenes tan gráficas del castigo eterno nos llevan a preguntarnos: ¿Debemos tomar estas descripciones literalmente o son solo símbolos? Yo sospecho que se tratan de símbolos, pero eso no es ningún alivio. No debemos pensar que son simplemente símbolos. Es muy probable que el pecador en el infierno prefiera un lago literalmente de fuego como su morada eterna que la realidad del infierno 317
  • 172. Las grandes doctrinas de la Biblia representada en la imagen del lago de fuego. Si estas imágenes son símbolos, entonces debemos concluir que la realidad es peor que lo que el símbolo sugiere. La función de los símbolos es señalar algo más allá de ellos, hacia un estado más intenso que el contenido del símbolo. No puede servir de ningún consuelo para aquellos que los consideran simplemente como símbolos el que Jesús haya utilizado los símbolos más espantosos que sea posible imaginar. Un suspiro de alivio parece escucharse cuando alguien decla- ra: "El infierno es el símbolo de la eterna separación de Dios". Ser separado de Dios por la eternidad no representa una gran amenaza para la persona impenitente. Los impíos no quieren otra cosa que estar separados de Dios. El problema que tendrán en el infierno no será la separación de Dios, será la presencia de Dios lo que los atormentará. En el infierno, Dios estará presente en la plenitud de su ira divina. Estará allí para ejercer su justo castigo sobre los malditos. Lo conocerán entonces como el fuego consumidor. De cualquier modo que analicemos el concepto del infierno siempre termina siendo un lugar de crueldad y de castigo. Sin embargo, si es que hay algún consuelo en el concepto del infierno es la plena seguridad que no habrá crueldad allí. Es imposible que Dios sea cruel. La crueldad implica infligir un castigo que sea más severo o más duro que el crimen. La crueldad está en la esencia misma de la injusticia. Dios es incapaz de infligir un castigo injusto. El Juez de todo el mundo sin duda hará lo que es el bien. Ninguna persona inocente sufrirá bajo su mano. Posiblemente el aspecto más aterrador del infierno es su eternidad. Las personas pueden soportar la más angustiante de las agonías siempre y cuando sepan que en algún momento ha de terminar. En el infierno esta esperanza no existirá. La Biblia nos enseña con claridad que el castigo ha de ser eterno. Se utiliza la misma palabra para referirse a la vida eterna y la muerte eterna. El castigo implica dolor. La aniquilación, que algunos han postu- lado, no implica dolor. Jonathan Edwards, al predicar sobre Apocalipsis 6:15-16 dijo: "Los hombres malvados de aquí en más desearán con todas sus fuerzas convertirse en nada y dejar de ser para poder escapar de la ira de Dios" l. El infierno, entonces, es una eternidad frente a la ira de Dios, justa y siempre ardiendo; un tormento en el sufrimiento, del cual no hay escapatoria posible ni alivio. Comprender esto es crucial para apreciar la obra de Cristo y para predicar su evangelio. 318 El infierno Resumen 1. El sufrimiento en el infierno no es comparable a ninguna experiencia de miseria que podamos hallar en esta tierra. 2. El infierno fue incluido con claridad en la enseñanza de Jesús. 3. Si las descripciones bíblicas del infierno son símbolos, enton- ces la realidad será peor que los símbolos. REALIDAD SíMBOLO 4. El infierno es la presencia de Dios en su ira y en su juicio. 5. No hay crueldad en el infierno. El infierno será un lugar de perfecta justicia. 6. El infierno es eterno. No hay ninguna escapatoria. ni por el arrepentimiento ni por la aniquilación. Pasajes bíblicos para la reflexión Mateo 8:11-12 Marcos 9:42-48 Lucas 16:19-31 Judas 1:3-13 Apocalipsis 20:11-1S 319
  • 173. NOTAS Introducción lo J. V. Langmead Casserley, Apologetics & Evange- lism (Louisville: Westminster, 1970). 2. John Stott, Christ the Controversialist (Downers Grave, Ill.: InterVarsity Press, 1970). 3. John Bunyan, Pilrim's Progress (Wheaton, Ill.: Tyndale House Publishers, 1991), ]]-15. 4. Allan Bloom, The Closing of the American Mind (New York: Simon & Schuster, 1987). 5. e.S. Lewis, "On the Reading ofOldBooks", in God in the Dock: Essays on Theology in Ethics (Grand Rapids: Eerdmans, 1970),204-205. Capítulo 3 lo Juan Calvino, lnstitutes of the Christian Religion, trad. Henry Beveridge, 2 vols., bk I (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1975) 43. Capítulo 9 lo Roland H. Bainton, Here 1 Stand: ALife ofMartin Luther (Nashville: Abingdon Press, 1978). Capítulo 20 lo Confesión de Fe de Westminster, cap. 5, sec lo Capítulo 26 lo Confesión de Westminster, cap. 8, seco 1. Capítulo 33 lo Calvino,Institutes. Capítulo 35 lo Calvino, Institutes. Capítulo 39 lo Martín Lutero, Bondage ofthe Will (Old Tappan, NJ: Revell, 1957), 70. 2. Cal vino, lnstitutes. Capítulo 44 lo William Shakespeare, Obras completas, trad. M. J. Barroso Bonzón, Sta. edición, (Madrid), Acto 5, Escena 5. Capítulo 50 lo Catecismo Mayor de Westminster, pregunta Número 24. 2. Calvino,Institutes. Capítulo 51 lo Confesión de Westminster, art, 6:1. 2. Confesión de Westminster, arto6:1-4. Capítulo 53 lo Roland H. Bainton, Here 1 Stand: A Lije ofMartín Luther (Nashville: Abingdon Press, 1978). Capítulo 60 lo Charles Colson, Born Again (Old Tappan, N.J.: Re- vell, 1977). Capítulo 63 lo JonathanEdwards, The Freedomofthe Will, ed. Paul Ramsey (New Haven: Yale University Press, 1973), 137. 2. Edwards, The Freedom ofthe Will, 156. Capítulo 78 1. Calvino, Institutes. Capítulo 81 1. Calvino, Institutes. Capítulo 84 lo Confesión de Westminster, arto 22:3. 321
  • 174. Las grandes doctrinas de la Biblia íNDICE Capítulo 91 Capítulo 93 Capítulo 95 Capítulo 99 Capítulo 101 1. Cal vino, Insiitutes, 2. Cal vino, lnstitutes. 3. Ca1vino,Institutes. 1. Confesión de Westminster, art, 23: 1, 3. 1. Confesión de Westminster, art. 24:5, 6. 1. Jonathan Edwards, The Works ofJonathan Edwards, vol. 2 (Carlisle, Pa.: Banner ofTruth, 1979),29. 1. John H. Gerstner, Heaven & Hell (Orlando: Ligonier Ministries, 1991),75. Génes is 1 .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66 Génesis 1:1-2 , 122 Génesis 1:1-2:3 117 Génesis 1:1-2:25 147 Génesis 1:3ss 116 Génesis 1:26-27 143 Génesis 1:27 141, 143 Génesis 2:1-3 264 Génesis 2:17 82 Génesis 2:24 296 Génesis 3:1-24 165 Génesis 3:14-19 309 Génesis 9:6 144 Génesis 15 80 Génesis 15:7-21 80 Génesis 17:1 43 Génesis 18:25 58, 59 Génesis 27:30-46 221 Génesis 50:20 68 Éxodo 3:1-6 52 Éxodo 4:1-9 73 Éxodo 7:1-5 191 Éxodo 20 79, 80 Éxodo 20:2. . . . . . . . . . . . . . . . .. 79 Exodo 20:1-17 18 Éxodo 20:8-11 264 Éxodo 20: 16 265 Éxodo 32:1-33:23 315 Éxodo 33:23 : 314 Éxodo 34:6-7 55, 59 Números 6:24-26 314.315 Números 11 130 Deuteronomio 6:4 37,38 Deuteronomio 6:4-5 276 Deuteronomio 6:4-9. . . . . . . . . .. xxi Deuteronomio 10:20 267 Deuteronomio 18:15-22 20 Deuteronomio 29:29 34 Deuteronomio 30:6 197 Deuteronomio 30: 19-20 207 1 Samuel 2:2. . . . . 52 1 Reyes 8:27 46 1 Reyes 16:29-34 178 1 Reyes 17:21-24 73 2 Crónicas 6:22-23 " 267 2 Crónicas 26:16-20 293 Esdras 10:5 267 Nehemías 8:8 30 Nehemías 9:32-33 59 Job 1:6-12 155 Job11:7-9 46 Job 13:15 278 Job 38: 1-41:34 35,69 Job 42:2 42 Salmo 2:10-12 293 Salmo 5: 1-3 280 Salmo 8:3-5 141 Salmo 10:16-18 308 Salmo 14:1 5 Salmo 19:1-14 6,13 Salmo 19:7-11 288 Salmo 22:27-31 308 Salmo 25:8-10 55 Salmo 33:1-19 66 Salmo51 141 Salmo 51:5 164 Salmo51:10,17 222 Salmo 90:2 40 Salmo 99: 1-9 52 Salmo 100: 1-5 55 Salmo 104:24-26 66 Salmo 110 111, 112 Salmo 115:3 18,43 Salmo 116:11 265 Salmo 119 16 Salmo 119:9-16 288 Salmo 119: 105 127 Salmo 139:1-18 ·.35 Salmo 139:7-8 122 Salmo 139:7-10 46 Salmo 145:17 59 Salmo 147:5 49 Proverbios 16:4 187.191 Eclesiastés 5:4-5 265 Eclesiastés 9:1O 16 Eclesiastés 12:7 147 Isaías 6 . . . 20 Isaías 6:1-13 . . 52 Isaías 7:10-16 96 Isaias 40:3 102
  • 175. Las grandes doctrinas de la Biblia Isaías 42:1-4 , 112 Isaías 55:8-9 35 Isaias 58:13 263 Isaías 58:13-14 264 Isaías 61:1 102 Jeremías 10:1-16 66 Jeremías 17:9 165,169 Jeremías 23:23-24 46 Jeremías 31:31-34 80 Jeremías 34:18 80 Ezequiel 11:5 49 Ezequiel 1'8:30-32 222 Ezequiel 36:26-27 183,194,197 DaníeI2:44 308 Daniel 4:34-35 69 Daniel 7 115 Joe12:28-29 131 Joe! 2:28-32 20 Sofonías l .- 183 Mateo 1:21 204 Mateo 1:23 96 Mateo 3:2 307 Mateo 3:10 . .. 307 Mateo 3:12 307 Mateo 3:13-17 102 Mateo 3:15. . 88.94 Mateo 3:16-17 38 Mateo 4:1-11 26, 155 Mateo 4:4 15 Mateo 5:8 315 Mateo 5:17-20 J8 Mateo 5:31-32 299 Mateo 5:33-37 267 Mateo 5:43-48 276 Mateo 7:1-5 250 Mateo 7:15-20 20 Mateo 7:21-23 231 Mateo 8:11-12 319 Mateo 9:1-8 117 Mateo 10:28 145, 147 Mareol~39 8 Mateo 11:20-24 160 Mateo 12:1-14 264 Mateo 12:22-32 175 Mateo 12:31-32 173 Mateo 13:11 9 Mateo 13:24-43 246 Mateo 15:1-20 286 Mateo 16:13-21 117 Mateo 16:19 249 Mateo 16:25 9 Mateo 17:1-9 104 Mateo 18:3 215 Mateo 18:15-17 ...........•.. 248 Mateo 18:15-20 249 Mateo 19:1-9 296 Mateo 19:21 285 Mateo 19:3-6 297 Mateo 19:3-9 299 Mateo 19:7-9 298 Mateo 23:22-29 286 Mateo 23:23-24 286 Mateo.24: 1-25:46 306 Mateo 26:26-29 257 Mateo 26:36-41 151 Mateo 26:64 306 Mateo 28:19 38 Mateo 28:19-20 252 Mateo 28:20 256 Marcos 1:1-5 102 Marcos 1:21-28 158 Marcos 2:1-12 85 Marcos 2:10 115 Marcos 2:28 85, 86 Marcos 9:42-48 319 Marcos 10:15 ix Marcos 13:11 134 Marcos J3:24-27 104 Marcos 14:22-25 262 Lucas 1:26-38 112 Lucas 1:34 95 Lucas 1:35 95 Lucas 1:37 42,95 Lucas 8:5-8 226 Lucas 8:15 226 Lucas 8:49-56 235 Lucas 8:52 233 Lucas 10:17-20 158 Lucas 11:14-26 158 Lucas 11:39-44 172 Lucas 16:19-31 319 Lucas 20:34-38 310 Lucas 21:5-36 306 Lucas 22:20 80 324 Lucas 22:31 . 155 Lucas 23:34 174,175 Lucas 2::43 233,235 Lucas 24:44-45 24 Lucas 24:46-47 222 Lucas 24:50-53 107 Juan 1:1 115 Juan 1:1-3. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 Juan 1:1-5 40 Juan 1:1-14 86,91 Juan 1:1-18 99,117 Juan 1:14 97,98 Juan 1:18 98 Juan 2:11 73 Juan 2:17 87,93 Juan3:1-21 231 Juan 3:3 195 Juan 3:6 151 Juan 3:16 , 204 Juan 3:16-17. . . . . . . . . . . . . . . .. 183 Juan 4:34 88,93 Juan 5:30 88 Juan 6:35-40 227 Juan 6:44. 65 207 Juan 7:37-39 131 Juan 8:34-36. . . . . . . . . . . .. 207 Juan 8:58 86 Juan 10:27-30 204,227 Juan 10:35 15 Juan 13:18 187 Juan 14:]-] 1 3]5 Juan 14:8 313 Juan 14:9 313 Juan 14:13-14 280 Juan J4:15 282.283,288 Juan 14:16 133 Juan 14:16-18 134 Juan 15:1-8 224 Juan ]5:5 207 Juan 15:13 126 Juan 15:26 136 Juan 16 123 Juan 16:13 124 Juan 16:13-15 128 Juan 17:9-12 204 Juan 17:12 227 Juan 17:13-23 240 Índice Juan 17:17........ .15,16 Juan 18:36 308 Juan 19:11. 77 Juan 20:23. . . . . . . . . . . 249 Juan 20:28 85, 86 Hechos 1:4-11. 306 Hechos 1:9-11 105 Hechos 2:1·11 131 Hechos 2: 16·21. 131 Hechos 2:22·24 69 Hechos 2:40·47 252 Hechos 3:17·26 112 Hechos 5:3-4 121. 122 Hechos 5:32 126 Hechos 7:55·56 107 Hechos 8 130 Hechos 10 130 Hechos 10:47 130 Hechos 14:8-18 13,141 Hechos 15:1·29 286 Hechos 15:15·16 27 Hechos 15:18 49 Hechos 15:28 126 Hechos 17:16·34 13 Hechos 17:22·31. 40. 46. 141 Hechos 17:28 . . . 40. ! 46 Hechos 19..... . 130 Hechos 19:1-7 134 Hechos 20:7 . . . . . . . . 264 Hechos 20: 17·21 222 Hechos 20:28 . . . . .. . 204 Romanos 1:1·6 244 Romanos 1:3-4 96 Romanos 1:16·17 183 Romanos 1:16·32 211 Romanos 1:18·23 4, 13, 141 Romanos 1:20 210 Romanos 1:21 307 Romanos 1:23 313 Romanos 1:25 313 Romanos 2:1·11 160,161 Romanos 2:4 222 Romanos 2:12-16 12, 172 Romanos 2:14·15 13 Romanos 2:15 171 Romanos 3:9·4:8 220 Romanos 3: 10·12 168 325
  • 176. Las grandes doctrinas de la Biblia Romanos 3:10-26 161. ]65 Romanos 3:19-26 286 Romanos 3:20 217 Romanos 3:20-26 82 Romanos 3:21-28 200,2]8 Romanos 3:23 ]59,167 Romanos 3:27-31 283 Romanos 3:3] 28] Romanos 4:]-8 224 Romanos 4:] ]-12 254 Romanos 5:1 110 Romanos 5:1-5 224. 278 Romanos 5:1-] 1 211 Romanos 5:8 290 Romanos 5:12-19 ]61. 165,2]8 Romanos 5:17-19 200 Romanos 5:18-2] 94 Romanos 6:1-2 283 Romanos 6:1-4 252 Romanos 6:3-4 254 Romanos 7: 1-3 299 Romanos 7:7-25 ]8,288 Romanos 7:13-8:17 ]51 Romanos 7:14 ]68 Romanos 7:23 168 Romanos 8 226 Romanos 8:]-1] ]69 Romanos 8:] 1 238 Romanos 8:5-8 207 Romanos 8:9-17 122 Romanos 8:15-17 23] Romanos 8:16 , ]26, 229 Romanos 8:18-23 147 Romanos 8:18-25 278 Romanos 8:26-27 133, ]34,280 Romanos 8:28 54 Romanos 8:28-39 55 Romanos 8:29 . . . . . . . . . . . . . .. 144 Romanos 8:29-30 240 Romanos 8:30 ........... ]87,194, ]97,204,226 Romanos 8:31-39 227 Romanos 8:33-34 ] 10 Romanos 8:34 107 Romanos 8:37 134 Romanos 8:39 226 Romanos 9 ]91 Romanos 9: 10-12. 16 186 Romanos 9:14. . . 58 Romanos 9:]4-15 186 Romanos 9:14-18 , 77 Romanos 9:14-33 59 Romanos 9:15. . . . 58 Romanos 10:5-13 82,215 Romanos ]0:] 4-17 2]] Romanos 11:]3 244 Romanos] 1:13-24 248 Romanos] 1:33-36 35, 49, 69 Romanos] ]:36 43 Romanos ]2:1-21 273 Romanos 13:1-4 29] Romanos 13:]-7 293 Romanos 14:9-]0 , ]07 Romanos ]4:23 172 Romanos ]6:25-27 9 1 Corintios 1:10-31. 248 ] Corintios 1:26-31. 183 1 Corintios 2:6-16 35 1 Corintios 2:7 ..' 9 1 Corintios 2:9 237, 238 1 Corintios 2:9-] 1 127 ] Corintios 2:9-] 6 128 1 Corintios 2: 10-1] ]22 ] Corintios 4:8-13 277 l Corintios 5 250 1 Corintios 6:] 9-20 ]22 1 Corintios 7 296 1 Corintios 7:] 0-15 298 ] Corintios 7:10-16 299 ] Corintios 7: 12-] 6 295 1 Corintios 7: 19 288 1 Corintios 9:22 44 1 Corintios 9:27 225 1 Corintios 10:13-]7 257 ] Corintios 10:14-23 178 1 Corintios] O:14-24 ]58 1 Corintios 1] :23-26 262 1 Corintios] 1:23-34 252,257 1 Corintios] 1:27-32 250 1 Corintios 12 131 1 Corintios 12:1-]4:40 273 1 Corintios] 2: 12-14 246,254 1 Corintios 13 275 l Corintios 13:1-13 276 326 ] Corintios 13:] 1 x, xx ] Corintios 13:] 2 237 1 Corintios] 3:13 276, 277 ] Corintios] 4:20 x, xx 1 Corintios 14:26-33 131 ] Corintios ]4:33 9 1 Corintios 15:1-58 238 1 Corintios 15:3-8 24 ] Corintios ]5:9 244 1 Corintios 15:35-55 147 1 Corintios 15:42-57 ]44,290 1 Corintios 15:45-49 96 ] Corintios 15:50-54 240 1 Corintios 15:50-57 . ' 311 ] Corintios ]5:53 239 ] Corintios ]6:]-2 264 2 Corintios ]:]2 23] 2 Corintios 3:17-]8 ]36 2 Corintios 3:18 240 2 Corintios 4:7-18 277 2 Corintios 5:] -8 31] 2 Corintios 5:] -] O 234, 235 2 Corintios 5:7 277 2 Corintios 5:16-21 218 2 Corintios 5:17-19 224 2 Corintios 5:19 200 2 Corintios 5:21 94, 102 2 Corintios 6:]4-18 178 2 Corintios 7:] 290 2 Corintios 7:8-12 222 2 Corintios 13:14 ................ 38. 122, ]23, 124 Gálatas 2:] 1-21 218 Gálatas 3:1·]4 178,21] Gálatas 3:] 0-14 82, 286 Gálatas 3:13 ]99 Gálatas 3:23-29 18 Gálatas 3:24 288 Gálatas 3:26-29 252 Gálatas 4:4 91. 96 Gálatas 4:6 134,136 Gálatas 5:16-18 ]26 Gálatas 5:19-26 273 Gálatas 5:22-23 272 Efesios ]:3-6 191 Efesios 1:3-]4 187 Efesios 1:7 200 Índice Efesios 1:7-12 194 Efesios 1:11 43. 77 Efesios 1:22-23 248 Efesios 2: 1 168 Efesios 2: 1-3 151. 169, 194 Efesios 2:]-10 168.195,218 Efesios 2:3 168 Efesios 2:4-10 215 Efesios 2:8-9 211,224 Efesios 2:19-22 122,246 Efesios 3:1-] 3 6 Efesios 4: 1-6 246 Efesios 4:1-6:20 273 Efesios 4:7-8 107 Efesios 4:] 1-162 0,27 Efesios 4:17-19 169 Efesios 5:21-33. . . . . . . .. . 296 Efesios 5:25-33. . . . . . . . . . 276 Filipenses 1:6 , .. 226.227 Filipenses 1:19-26 234.235 Filipenses 2:5-8 . 88 Filipenses 2:5-11 91 Filipenses 2:9 ,.114 Filipenses 2:9-11 85,86 Filipenses 2: 12, 13 xix, 136,220 Filipenses 3:7-11 .. ...218 Filipenses 3:7-14 . . . . . . 290 Filipenses 3:8-9 . . . . . , . 200 Filipenses 3:20-21 . . 238 Filipenses 4:6-7 ,.. . 280 Colosenses 1:9-14. . . . . , .. 77 Colosenses] :] 5 , 97. 144 Colosenses ]:]5-]9 99 Colosenses 1:]5-20 40 Colosenses 1:18 246 Colosenses 1:] 9 85, 86 Colosenses 2:8 xiii, 178 Colosenses 2:] 1-]5..... . 254 ] Tesalonicenses] :6-1O 183 1 Tesalonicenses 1:10, ,.181. 200 1 Tesalonicenses 2:13 16, 215 1 Tesalonicenses 4:3-8 296 ] Tesalonicenses 4:13-18 235, 238 ] Tesalonicenses 4:13-5:11 306 2 Tesalonicenses 2:1-12 303, 304 2 Tesalonicenses 2:5-] ° 155 2 Tesalonicenses 2:13-14 194 327
  • 177. Las grandes doctrinas de la Biblia 2 Tesalonicenses 2:13-15 187 1 Timoteo 1:18-20 250 1 Timoteo 2:1-4 293 1 Timoteo 2:5 110 1 Timoteo 4:1. . . . . . . . . . . . . . . . 124 1 Timoteo 4:8 145 1 Timoteo 5:19-20 250 2 Tímoteo 1:8-12 194 2 Timoteo 2:14-19 . . . . . . . . . . . . 227 2 Timoteo 2:15 30 2 Timoteo 3:14-17 6,30 2 Timoteo 3:15-17 16 2 Timoteo 3:16 15 2 Timoteo 3:16-17 24 Tilo 1:2 265 Tito 1:15 165,172 Tito 2:11-14 278,306 Tito 3:1-7 200 Tito 3:3-7 254 Tito 3:4-7 197,224 Hebreos 1:1-2 4 Hebreos 1:1-3 104 Hebreos ]:1-4 6,30 Hebreos 1:1-14 99 Hebreos 1:3 43,144 Hebreos 1:5 , 99 Hebreos 1:8-14. . . . . . . . . . . . . . . 308 Hebreos 2:1-4 73 Hebreos 2:3-4 72 Hebreos 2:14-18 91 Hebreos 3:1 244 Hebreos 3:3-6 110 Hebreos 4:13 49 Hebreos 4:15 91,93 Hebreos 5:5-6 112 Hebreos 5:8-10 , 88 Hebreos 5:12-14 x Hebreos 6 225 Hebreos 6:13-18 77 Hebreos 6:17-18 265 Hebreos 6:18 41 Hebreos 6:19 277 Hebreos 7:20-25 110 Hebreos 7:26 94 Hebreos 8 80 Hebreos 9:11-15 227 Hebreos 9:11-22 110 Hebreos 9:23-28 107 Hebreos 10:5-10 88 Hebreos 11:1. 210 Hebreos 11:3 66 Hebreos 13:4 296 Hebreos 13:20-21 80 Santiago 1:12-15 161 Santiago 1:13-15 207 Santiago 1:14-15 93 Santiago 1:17 53, 55 Santi~o21 ~ Santiago 2:1O 160 Santiago 2:14 213 Santiago 2:14-26 211,215 Santiago 2:17 213 Santiago 2:18-24 220 Santiago 2:19 210 Santiago 4:5 124 Santiago 5:12 267 1 Pedro 1:2 38 1 Pedro 1:3-9 311 1 Pedro 1:15-16 135,136 1 Pedro ]:23 195 1 Pedro 2:9-10 248 1 Pedro 2:11 , 151 1 Pedro 2:13-17 293 1 Pedro 3:18 94 1 Pedro 4:8 250 1 Pedro 5:8 154 1 Pedro 5:8-11 155 2 Pedro 1:5-11 220 2 Pedro 1:10 · 229 2 Pedro 1:16 209 2 Pedro 1:16-21 27 2 Pedro 1:19-21 24 2 Pedro 1:20-21 16,30 2 Pedro 1:21 128 2 Pedro 3:9 77 2 Pedro 3:14-16 24 2 Pedro 3:14-18 27 1 Juan 1:5-10 290 1 Juan 1:8-10 161,169 1 Juan 1:9 222 1 Juan 2:1 133 1 Juan 2:2 202 1 Juan 2:3-6 220,231,283 1 Juan 2:18 303 328 1 Juan 2:18-23 304 1 Juan 2:19 225 1 Juan 3:1-3 278 1 Juan 3:2 314 1 Juan 4:1-6 158, 304 1 Juan 4:3 303 lfuan4A 1~ 1 Juan 4:7-11 220 1 Juan 4:7-21 276 1 Juan 5:1-3 283 1Juan 5:6 124 1 Juan 5:13 231 1 Juan 5:14-15 280 1 Juan 5:16 175 1 Juan 5:19-21 178 329 Índice 2 Juan 1:7 304 Judas 1:3-13 319 Judas 1:4 191 Apocalipsis 1:8 40 Apocalipsis 1:10 264 Apocalipsis 4: 1-11 52 Apocalipsis 6:15-16 318 Apocalipsis 7:9-10 246 Apocalipsis 19:11-16 . . . . . . . . . . 117 Apocalipsis 20:11-15 319 Apocalipsis 21-22 311 Apocalipsis 21:23 , 103 Apocalipsis 22: 1-5 315 Apocalipsis 22:4-5 104