Entre 1870 y 1914, se produjo una Segunda Revolución Industrial caracterizada por la aparición de nuevas potencias industriales como Alemania y Estados Unidos. Las principales potencias dominaron el sistema capitalista y expandieron su control imperialista sobre África y otras regiones para obtener materias primas, mercados de exportación y esferas de influencia geopolítica, repartiéndose la mayor parte del continente africano en la Conferencia de Berlín de 1884.