Los francos crearon un reino en la Galia romana en el siglo VI. Pipino el Breve fue proclamado rey de los francos en 751 y su hijo Carlomagno expandió el reino para restablecer el Imperio romano, fijando la capital en Aquisgrán. Carlomagno dividió el territorio en condados y marcas gobernados por nobles, pero el Imperio carolingio se dividió tras su muerte al ser incapaz su hijo Luis el Piadoso de mantener la unidad.