TORTUGAS MARINAS
Los quelonioideos (Chelonioidea) son una superfamilia de tortugas que comprende las tortugas marinas.
Consta de dos familias actuales: Cheloniidae y Dermochelyidae, que incluyen siete especies vivas.
Algunas de estas especies viven en todos los océanos, excepto en las regiones polares, y hacen grandes
migraciones, como la tortuga verde (Chelonia mydas), la tortuga de carey (Eretmochelys imbricata), la
tortuga boba (Caretta caretta) o la tortuga laúd (Dermochelys coriacea). Otras tienen una distribución
mucho más limitada como la tortuga olivácea (Lepidochelys olivacea) o la tortuga bastarda (Lepidochelys
kempii). La tortuga plana (Natator depressus) se encuentra únicamente en la costa norte de Australia.
Características generales de las tortugas.
Las tortugas marinas poseen unos caparazones que se unen lateralmente, lo que las protege de los
depredadores y las variaciones en la temperatura. Sin embargo, no todos los caparazones de las tortugas
son iguales. Por ejemplo, la tortuga laúd (Dermochelys coriacea) tiene un caparazón flexible y delgado,
por eso se le suele llamar tortuga de cuero.
Las tortugas marinas pueden vivir aproximadamente 100 años según su especie. Pueden alcanzar 27
km/h a 35 km/h nadando en el mar. Poseen un cuello conformado por 8 vértebras, el cual no pueden
introducir dentro del caparazón, y tienen en general poca movilidad.
Las tortugas carecen de dientes, pero tienen picos cortantes en la parte superior e inferior de su boca.
Por otro lado, algunas tortugas marinas han modificado sus papilas gustativas en forma de pinchos
afilados, estos les sirve para evitar que se escapen las presas, como las medusas. Además, no poseen
oídos externos, sino un oído interno muy eficiente. Pueden oír por las vibraciones del suelo y detectar la
presencia de sus depredadores. Poseen una lengua muy áspera.
Su gran orientación bajo el agua mediante los sentidos de la vista, el oído y la detección de campos
magnéticos continúa representando una de las principales incógnitas en sus largos viajes oceánicos. No
es cierto que las tortugas marinas siempre vuelvan a la playa donde nacieron. Las hembras pueden
mantener los huevos en su interior durante un periodo de tiempo que aún no se conoce hasta que
encuentran un lugar idóneo para la puesta. Se dan frecuentemente casos de anidación en playas nunca
antes visitadas por ellas, constituyendo aún un misterio cómo consiguen orientarse en plena noche para
localizar un lugar de arena rodeado de entornos urbanos y de rocas desde mar adentro.
Para cada uno de los siete tipos de tortugas marinas, las hembras y los machos tienen el mismo tamaño;
no existe dimorfismo sexual.
En general, las tortugas marinas tienen un plan corporal más fusiforme que sus homólogos terrestres o
de agua dulce. Este estrechamiento en ambos extremos reduce el volumen y significa que las tortugas
marinas no pueden retraer la cabeza y las extremidades dentro de sus caparazones para protegerse, a
diferencia de muchas otras tortugas y galápagos. Sin embargo, la forma aerodinámica de su cuerpo
reduce la fricción y la resistencia en el agua y permite a las tortugas nadar con mayor facilidad y rapidez.
La tortuga laúd es la tortuga marina más grande, mide 2-3 m (6-9 ft) de longitud, 1-1,5 m (3-5 ft) de
anchura y pesa hasta 700 kg (1500 lb). Otras especies de tortugas marinas son más pequeñas, siendo en
su mayoría de 60-120 cm (2-4 ft) de largo y proporcionalmente más estrechas.
Los cráneos de las tortugas marinas tienen regiones de las mejillas encerradas en hueso.56 Aunque esta
condición parece parecerse a la encontrada en los primeros reptiles fósiles conocidos (anápsidos), es
posible que sea un rasgo de evolución más reciente en las tortugas marinas, situándolas fuera de los
anápsido.
Las tortugas se caracterizan, a grandes rasgos, por lo siguiente:
 Son reptiles, o sea, vertebrados de sangre fría y reproducción ovípara, cuyos cuerpos consisten
en un gran caparazón, una cabeza, una cola pequeña y cuatro extremidades, que son patas en
las tortugas terrestres y aletas en las acuáticas.
 Carecen de dientes en la mandíbula, en su lugar tienen un pico correoso de queratina, afilado y
en ocasiones dentado.
 Poseen una buena visión, que privilegian por encima del resto de sus sentidos, aunque también
empleen a menudo el olfato y el oído. Poseen un sistema nervioso superior, como todos los
animales vertebrados, con un cerebro y una médula espinal.
 A excepción de las tortugas acuáticas bajo el agua, se trata de animales parsimoniosos y no muy
ágiles. Sus lentos metabolismos les proveen de una vida larga, alcanzando en algunas especies el
siglo de vida.
 Acostumbradas a reptar o nadar, no suelen nunca estar acostadas sobre sus caparazones, y
especialmente las tortugas de tierra presentan una enorme dificultad para darse la vuelta.
Alimentación de las tortugas
La alimentación de las tortugas depende en buena medida de su hábitat. Aquellas adecuadas a la vida
terrestre suelen ser mayormente herbívoras, con una dieta casi exclusiva de hojas, tallos, raíces y
frutos, aunque otras especies son omnívoras y comen básicamente lo que puedan, desde pequeños
moluscos, insectos y lombrices hasta carroña.
Algo similar ocurre con las especies acuáticas, capaces de comer desde coral, que les suministra
importantes nutrientes como el calcio, hasta algas, peces, aguamalas, pulpos y pequeños crustáceos.
Hábitat de las tortugas
A lo largo de los siglos, las tortugas se han adaptado muy bien a casi todos los ambientes de la superficie
terrestre, así como a la vida marítima y de agua dulce. En el sureste asiático y en Norte América se
encuentra la mayor diversidad de especies. En ambos casos, el entorno favorito parece ser el lacustre, ya
sea en pequeños pozos, o ríos y lagos extensos.
Generalmente, cada especie de tortugas es endémica de su ubicación, o sea, no se da en ningún otro
lado. Además, hay especies típicas de bosques, desiertos, llanuras o en islas volcánicas, como las
tortugas galápagos que inspiraron a Charles Darwin, de enorme tamaño y capaces de vivir más de cien
años.
Reproducción de las tortugas
Como muchos otros los reptiles, las tortugas se aparean de acuerdo a patrones estacionales. Las tortugas
no cuidan de sus retoños, sino que depositan un gran número de huevos y apuestan por la supervivencia
de un bajo porcentaje de las crías.
Las hembras fecundadas depositan huevos de distinta forma y contextura, siempre en la tierra. Incluso
las tortugas marinas, tras aparearse, migran cientos o miles de kilómetros para ir a desovar en la tierra,
cavando agujeros y luego enterrándolos con enorme esfuerzo. De allí salen luego las pequeñas tortugas
en una carrera desenfrenada de vuelta hacia el agua.
Su edad de madurez sexual, dadas sus vidas prolongadas, tarda en llegar, y la cópula es trabajosa, debido
a la rigidez de los caparazones. Muchas especies poseen un hundimiento en el vientre del macho, para
que pueda acoplarse a la hembra al subírsele encima desde atrás.
Los machos suelen ser más pequeños que las hembras y tienen la cola más larga y ancha. No son vistos
en tierra porque son las hembras las que depositan los huevos en la playa. Las tortugas marinas poseen
un orificio que tiene doble propósito: Expulsar el excremento y la reproducción. El pene de la tortuga
macho se exterioriza a la edad de 6 a 8 años. A la hora del apareamiento los machos se posan en la parte
superior de la hembra, clavan las garras e introducen el semen en la hembra, que puede almacenarlo
durante varios años. La reproducción se suele dar en aguas profundas.
El caparazón de la tortuga
Los caparazones de las tortugas están hechos de materiales biológicos resistentes, como el hueso y el
cartílago, pero su forma, resistencia y coloración puede variar enormemente de una especie a otra.
En general, el caparazón consiste de tres regiones: una cubierta de piel parecida al cuero, recubriendo un
conjunto de placas resistentes de queratina (el mismo material del que están hechos sus picos),
parecidas a las escamas de otros reptiles, y que reposan sobre una serie de escudos de hueso.
Además, el caparazón consta de dos partes diferenciadas:
 El espaldar. Que ocupa la región superior o el dorso del animal, conformado por cinco hileras de
placas, dispuestas en regiones concéntricas de extrema dureza.
 El plastrón. Que es la región del vientre y pecho del animal, o sea, la que da hacia la tierra,
también llamada “peto”, y que suele ser de color pálido, lisa y menos resistente.
Adaptación.
Las tortugas marinas son reptiles y por lo tanto son animales ectotermos, es decir, su temperatura
corporal se ve afectada por las condiciones del medio. Las tortugas marinas regulan su temperatura
alterando su comportamiento, como realizando inmersiones a gran profundidad para enfriar su cuerpo o
nadando más rápido para que el calor de la actividad muscular aumente su temperatura. Las tortugas
marinas también escogen las corrientes de agua fría o caliente con el mismo objetivo.
El sentido del olfato en las tortugas marinas es débil pero el de la vista se desarrolla mejor en estas que
en las terrestres. El sentido del oído es muy agudo. Las tortugas marinas tienen un sentido de la
orientación muy desarrollado, el cual les permite regresar a desovar a la misma playa en la que nacieron.
Incubación
Los huevos tardan 2 a 3 semanas en formarse dentro de la hembra. Las tortugas hacen un recorrido muy
largo por la playa hasta encontrar el lugar perfecto para el desove. Los lugares para el depósito de los
huevos tienen que estar sin vegetación y a cierta distancia de la costa, ya que la marea alta podría llegar
al lugar de incubación y arrastrar a los huevos. Para realizar la puesta las tortugas escarban un hoyo de
entre 40 cm a 60 cm en los que depositan de 50 a 100 huevos.
La temperatura del nido es la que determina el sexo de las tortugas. La incubación puede durar entre 40
o 70 días. Los huevos se enfrentan a peligros como perros, mareas altas, traficantes de huevos para su
posterior venta, turistas clavando sombrillas o haciendo castillos de arena. Las nuevas tortugas tratan de
emerger en la noche cuando no hay tantos predadores y la temperatura baja. Las pequeñas tortugas
siempre esperan hasta que todas sus hermanas salgan del huevo, así salen todas a la vez dirigiéndose al
mar.
Crecimiento y alimentación.
Las tortugas de tierra son herbívoras; las de agua dulce y las de mar, omnívoras. Las tortugas marinas
comen coral, que les provee de calcio, vegetación acuática, algas, y las más carnívoras comen pequeños
invertebrados o pulpos, las tortugas baúlas comen medusas. Las tortugas migran constantemente entre
las áreas de alimentación y las de reproducción. Las tortugas se encuentran en las áreas de reproducción
en invierno y en las de alimentación en verano.
Las tortugas marinas tienen un crecimiento ininterrumpido durante toda su vida. Al nacer, las tortugas
pueden pesar 50 g, en un año 2 kg, a los 3 años 20 kg y 300 kg en la madurez (14 años). La madurez
sexual la alcanzan entre los 6 y los 15 años.
Taxonomía y evolución.
Frecuentemente se considera que el género Chelonia incluye dos subespecies de la especie Chelonia
mydas: la tortuga negra C. m. agassizii (Bocourt, 1868) en el Pacífico Oriental (de Baja California hacia el
sur hasta Perú y hacia el oeste hasta las Islas Galápagos) y la tortuga verde C. m. mydas (Linnaeus, 1758)
en el resto del rango de distribución global. Sin embargo, existe controversia sobre el estatus taxonómico
de la tortuga negra, que algunos autores consideran una especie diferente, ya que difiere de la tortuga
verde en tamaño, coloración, forma de carapacho (Groombridge y Luxmoore, 1989) y características
osteológicas. Los resultados de diversos análisis de ADN tanto mitocondrial como nuclear no apoyan la
distinción de la tortuga negra como una especie distinta (Bowen et al., 1992; Karl y Bowen, 1999). Por lo
mismo, los tratados y convenciones internacionales como la Convención Internacional para el Comercio
de Especies en Peligro de Extinción (CITES) y la Convención Interamericana para la Conservación de las
Tortugas Marinas (CIT) solamente reconocen a la especie Chelonia mydas.
Las evidencias fósiles de tortugas marinas se remontan al Jurásico Tardío (hace 150 millones de años)
con géneros como Plesiochelys, procedente de Europa. En África, la primera tortuga marina es
Angolachelys, del Turoniano de Angola. Un linaje de testudines marinos no relacionados, los pleurodiros
(de cuello lateral) bothremydidos, también sobrevivió hasta bien entrado el Cenozoico. También se cree
que otros pleurodiros vivieron en el mar, como Araripemys y pelomedusidoss extintos. Las tortugas
marinas modernas no descienden de más de uno de los grupos de tortugas marinas que han existido en
el pasado, sino que constituyen una única radiación que se diferenció de todas las demás tortugas hace
al menos 110 millones de años. Sus parientes actuales más cercanos son, de hecho, las tortugas
mordedoras (Chelydridae), tortugas bivalvas (Kinosternidae), y hickatee (Dermatemyidae) de las
Américas, que junto con las tortugas marinas constituyen el clado Americhelydia.
El representante más antiguo posible del linaje (Panchelonioidea) que conduce a las tortugas marinas
modernas fue posiblemente Desmatochelys padillai del Cretácico temprano. Desmatochelys era un
protostegido, un linaje que más tarde daría lugar a algunas especies de gran tamaño, pero que se
extinguió a finales del Cretácico. Actualmente se cree que están fuera del grupo de la corona que
contiene a las tortugas marinas modernas (Chelonioidea), las relaciones exactas de los protostegidos con
las tortugas marinas modernas aún se debaten debido a su morfología primitiva; pueden ser el grupo
hermano de los Chelonoidea, o un linaje de tortugas no relacionado que evolucionó convergentemente
adaptaciones similares. En 2022, se describió la especie fósil gigante Leviathanochelys de España. Esta
especie habitó los océanos que cubrían Europa en el Cretácico Superior y rivalizó con los protostegidos
gigantes concurrentes como Archelon y Protostega como una de las tortugas más grandes que han
existido. A diferencia de los protostegidos, que tienen una relación incierta con las tortugas marinas
modernas, se cree que [Leviathanochelys]' es una verdadera tortuga marina de la superfamilia
Chelonioidea.
Las extremidades y el cerebro de las tortugas marinas han evolucionado para adaptarse a su dieta. Sus
extremidades evolucionaron originalmente para la locomoción, pero más recientemente evolucionaron
para ayudarles en la alimentación. Utilizan sus extremidades para sujetar, agarrar y buscar comida. Esto
les ayuda a comer de forma más eficiente.
Conservación.
El hombre ha matado tortugas para aprovechar todo lo que hay en ella: carne, huevos, piel y su
caparazón. Por ende, ha habido masacres de tortugas y ahora la mayoría están en vías de extinción.
Actualmente, se conservan las playas de desove como parques nacionales o reservas protegidas.
Los huevos de tortuga se comen en La India. En Sudamérica el aceite extraído de la tortuga tiene un gran
valor como aceite para lámparas. En otros lugares se usa el caparazón para fabricar instrumentos
musicales. Pero se pagó un gran precio con las masacres, ya que en tres siglos se mataron 100 millones
de tortugas verdes.
En la actualidad se está educando a la población mundial para que ayude en la protección de estos
animales; además se está implementando una nueva técnica para redes de pesca TED (Turtle Exclusion
Device, ‘dispositivo de exclusión de tortugas’) el cual permite que las tortugas salgan de las redes de
pesca. También la WWF está ayudando a proteger a las tortugas marinas, con mayor peligro de
extinguirse, haciendo donaciones a las organizaciones que las protegen.
Desde 1999 en Uruguay la organización no gubernamental Karumbé se destaca por colaborar en
conservación de tortugas marinas.
TORTUGAS MARINAS CARACTERISTICAS Y HABITAD.docx

TORTUGAS MARINAS CARACTERISTICAS Y HABITAD.docx

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    TORTUGAS MARINAS Los quelonioideos(Chelonioidea) son una superfamilia de tortugas que comprende las tortugas marinas. Consta de dos familias actuales: Cheloniidae y Dermochelyidae, que incluyen siete especies vivas. Algunas de estas especies viven en todos los océanos, excepto en las regiones polares, y hacen grandes migraciones, como la tortuga verde (Chelonia mydas), la tortuga de carey (Eretmochelys imbricata), la tortuga boba (Caretta caretta) o la tortuga laúd (Dermochelys coriacea). Otras tienen una distribución mucho más limitada como la tortuga olivácea (Lepidochelys olivacea) o la tortuga bastarda (Lepidochelys kempii). La tortuga plana (Natator depressus) se encuentra únicamente en la costa norte de Australia. Características generales de las tortugas. Las tortugas marinas poseen unos caparazones que se unen lateralmente, lo que las protege de los depredadores y las variaciones en la temperatura. Sin embargo, no todos los caparazones de las tortugas son iguales. Por ejemplo, la tortuga laúd (Dermochelys coriacea) tiene un caparazón flexible y delgado, por eso se le suele llamar tortuga de cuero. Las tortugas marinas pueden vivir aproximadamente 100 años según su especie. Pueden alcanzar 27 km/h a 35 km/h nadando en el mar. Poseen un cuello conformado por 8 vértebras, el cual no pueden introducir dentro del caparazón, y tienen en general poca movilidad. Las tortugas carecen de dientes, pero tienen picos cortantes en la parte superior e inferior de su boca. Por otro lado, algunas tortugas marinas han modificado sus papilas gustativas en forma de pinchos afilados, estos les sirve para evitar que se escapen las presas, como las medusas. Además, no poseen oídos externos, sino un oído interno muy eficiente. Pueden oír por las vibraciones del suelo y detectar la presencia de sus depredadores. Poseen una lengua muy áspera. Su gran orientación bajo el agua mediante los sentidos de la vista, el oído y la detección de campos magnéticos continúa representando una de las principales incógnitas en sus largos viajes oceánicos. No es cierto que las tortugas marinas siempre vuelvan a la playa donde nacieron. Las hembras pueden mantener los huevos en su interior durante un periodo de tiempo que aún no se conoce hasta que encuentran un lugar idóneo para la puesta. Se dan frecuentemente casos de anidación en playas nunca antes visitadas por ellas, constituyendo aún un misterio cómo consiguen orientarse en plena noche para localizar un lugar de arena rodeado de entornos urbanos y de rocas desde mar adentro. Para cada uno de los siete tipos de tortugas marinas, las hembras y los machos tienen el mismo tamaño; no existe dimorfismo sexual. En general, las tortugas marinas tienen un plan corporal más fusiforme que sus homólogos terrestres o de agua dulce. Este estrechamiento en ambos extremos reduce el volumen y significa que las tortugas marinas no pueden retraer la cabeza y las extremidades dentro de sus caparazones para protegerse, a diferencia de muchas otras tortugas y galápagos. Sin embargo, la forma aerodinámica de su cuerpo reduce la fricción y la resistencia en el agua y permite a las tortugas nadar con mayor facilidad y rapidez. La tortuga laúd es la tortuga marina más grande, mide 2-3 m (6-9 ft) de longitud, 1-1,5 m (3-5 ft) de anchura y pesa hasta 700 kg (1500 lb). Otras especies de tortugas marinas son más pequeñas, siendo en su mayoría de 60-120 cm (2-4 ft) de largo y proporcionalmente más estrechas.
  • 2.
    Los cráneos delas tortugas marinas tienen regiones de las mejillas encerradas en hueso.56 Aunque esta condición parece parecerse a la encontrada en los primeros reptiles fósiles conocidos (anápsidos), es posible que sea un rasgo de evolución más reciente en las tortugas marinas, situándolas fuera de los anápsido. Las tortugas se caracterizan, a grandes rasgos, por lo siguiente:  Son reptiles, o sea, vertebrados de sangre fría y reproducción ovípara, cuyos cuerpos consisten en un gran caparazón, una cabeza, una cola pequeña y cuatro extremidades, que son patas en las tortugas terrestres y aletas en las acuáticas.  Carecen de dientes en la mandíbula, en su lugar tienen un pico correoso de queratina, afilado y en ocasiones dentado.  Poseen una buena visión, que privilegian por encima del resto de sus sentidos, aunque también empleen a menudo el olfato y el oído. Poseen un sistema nervioso superior, como todos los animales vertebrados, con un cerebro y una médula espinal.  A excepción de las tortugas acuáticas bajo el agua, se trata de animales parsimoniosos y no muy ágiles. Sus lentos metabolismos les proveen de una vida larga, alcanzando en algunas especies el siglo de vida.  Acostumbradas a reptar o nadar, no suelen nunca estar acostadas sobre sus caparazones, y especialmente las tortugas de tierra presentan una enorme dificultad para darse la vuelta. Alimentación de las tortugas La alimentación de las tortugas depende en buena medida de su hábitat. Aquellas adecuadas a la vida terrestre suelen ser mayormente herbívoras, con una dieta casi exclusiva de hojas, tallos, raíces y frutos, aunque otras especies son omnívoras y comen básicamente lo que puedan, desde pequeños moluscos, insectos y lombrices hasta carroña. Algo similar ocurre con las especies acuáticas, capaces de comer desde coral, que les suministra importantes nutrientes como el calcio, hasta algas, peces, aguamalas, pulpos y pequeños crustáceos. Hábitat de las tortugas A lo largo de los siglos, las tortugas se han adaptado muy bien a casi todos los ambientes de la superficie terrestre, así como a la vida marítima y de agua dulce. En el sureste asiático y en Norte América se encuentra la mayor diversidad de especies. En ambos casos, el entorno favorito parece ser el lacustre, ya sea en pequeños pozos, o ríos y lagos extensos. Generalmente, cada especie de tortugas es endémica de su ubicación, o sea, no se da en ningún otro lado. Además, hay especies típicas de bosques, desiertos, llanuras o en islas volcánicas, como las tortugas galápagos que inspiraron a Charles Darwin, de enorme tamaño y capaces de vivir más de cien años.
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    Reproducción de lastortugas Como muchos otros los reptiles, las tortugas se aparean de acuerdo a patrones estacionales. Las tortugas no cuidan de sus retoños, sino que depositan un gran número de huevos y apuestan por la supervivencia de un bajo porcentaje de las crías. Las hembras fecundadas depositan huevos de distinta forma y contextura, siempre en la tierra. Incluso las tortugas marinas, tras aparearse, migran cientos o miles de kilómetros para ir a desovar en la tierra, cavando agujeros y luego enterrándolos con enorme esfuerzo. De allí salen luego las pequeñas tortugas en una carrera desenfrenada de vuelta hacia el agua. Su edad de madurez sexual, dadas sus vidas prolongadas, tarda en llegar, y la cópula es trabajosa, debido a la rigidez de los caparazones. Muchas especies poseen un hundimiento en el vientre del macho, para que pueda acoplarse a la hembra al subírsele encima desde atrás. Los machos suelen ser más pequeños que las hembras y tienen la cola más larga y ancha. No son vistos en tierra porque son las hembras las que depositan los huevos en la playa. Las tortugas marinas poseen un orificio que tiene doble propósito: Expulsar el excremento y la reproducción. El pene de la tortuga macho se exterioriza a la edad de 6 a 8 años. A la hora del apareamiento los machos se posan en la parte superior de la hembra, clavan las garras e introducen el semen en la hembra, que puede almacenarlo durante varios años. La reproducción se suele dar en aguas profundas. El caparazón de la tortuga Los caparazones de las tortugas están hechos de materiales biológicos resistentes, como el hueso y el cartílago, pero su forma, resistencia y coloración puede variar enormemente de una especie a otra. En general, el caparazón consiste de tres regiones: una cubierta de piel parecida al cuero, recubriendo un conjunto de placas resistentes de queratina (el mismo material del que están hechos sus picos), parecidas a las escamas de otros reptiles, y que reposan sobre una serie de escudos de hueso. Además, el caparazón consta de dos partes diferenciadas:  El espaldar. Que ocupa la región superior o el dorso del animal, conformado por cinco hileras de placas, dispuestas en regiones concéntricas de extrema dureza.  El plastrón. Que es la región del vientre y pecho del animal, o sea, la que da hacia la tierra, también llamada “peto”, y que suele ser de color pálido, lisa y menos resistente. Adaptación. Las tortugas marinas son reptiles y por lo tanto son animales ectotermos, es decir, su temperatura corporal se ve afectada por las condiciones del medio. Las tortugas marinas regulan su temperatura alterando su comportamiento, como realizando inmersiones a gran profundidad para enfriar su cuerpo o nadando más rápido para que el calor de la actividad muscular aumente su temperatura. Las tortugas marinas también escogen las corrientes de agua fría o caliente con el mismo objetivo. El sentido del olfato en las tortugas marinas es débil pero el de la vista se desarrolla mejor en estas que en las terrestres. El sentido del oído es muy agudo. Las tortugas marinas tienen un sentido de la orientación muy desarrollado, el cual les permite regresar a desovar a la misma playa en la que nacieron.
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    Incubación Los huevos tardan2 a 3 semanas en formarse dentro de la hembra. Las tortugas hacen un recorrido muy largo por la playa hasta encontrar el lugar perfecto para el desove. Los lugares para el depósito de los huevos tienen que estar sin vegetación y a cierta distancia de la costa, ya que la marea alta podría llegar al lugar de incubación y arrastrar a los huevos. Para realizar la puesta las tortugas escarban un hoyo de entre 40 cm a 60 cm en los que depositan de 50 a 100 huevos. La temperatura del nido es la que determina el sexo de las tortugas. La incubación puede durar entre 40 o 70 días. Los huevos se enfrentan a peligros como perros, mareas altas, traficantes de huevos para su posterior venta, turistas clavando sombrillas o haciendo castillos de arena. Las nuevas tortugas tratan de emerger en la noche cuando no hay tantos predadores y la temperatura baja. Las pequeñas tortugas siempre esperan hasta que todas sus hermanas salgan del huevo, así salen todas a la vez dirigiéndose al mar. Crecimiento y alimentación. Las tortugas de tierra son herbívoras; las de agua dulce y las de mar, omnívoras. Las tortugas marinas comen coral, que les provee de calcio, vegetación acuática, algas, y las más carnívoras comen pequeños invertebrados o pulpos, las tortugas baúlas comen medusas. Las tortugas migran constantemente entre las áreas de alimentación y las de reproducción. Las tortugas se encuentran en las áreas de reproducción en invierno y en las de alimentación en verano. Las tortugas marinas tienen un crecimiento ininterrumpido durante toda su vida. Al nacer, las tortugas pueden pesar 50 g, en un año 2 kg, a los 3 años 20 kg y 300 kg en la madurez (14 años). La madurez sexual la alcanzan entre los 6 y los 15 años. Taxonomía y evolución. Frecuentemente se considera que el género Chelonia incluye dos subespecies de la especie Chelonia mydas: la tortuga negra C. m. agassizii (Bocourt, 1868) en el Pacífico Oriental (de Baja California hacia el sur hasta Perú y hacia el oeste hasta las Islas Galápagos) y la tortuga verde C. m. mydas (Linnaeus, 1758) en el resto del rango de distribución global. Sin embargo, existe controversia sobre el estatus taxonómico de la tortuga negra, que algunos autores consideran una especie diferente, ya que difiere de la tortuga verde en tamaño, coloración, forma de carapacho (Groombridge y Luxmoore, 1989) y características osteológicas. Los resultados de diversos análisis de ADN tanto mitocondrial como nuclear no apoyan la distinción de la tortuga negra como una especie distinta (Bowen et al., 1992; Karl y Bowen, 1999). Por lo mismo, los tratados y convenciones internacionales como la Convención Internacional para el Comercio de Especies en Peligro de Extinción (CITES) y la Convención Interamericana para la Conservación de las Tortugas Marinas (CIT) solamente reconocen a la especie Chelonia mydas. Las evidencias fósiles de tortugas marinas se remontan al Jurásico Tardío (hace 150 millones de años) con géneros como Plesiochelys, procedente de Europa. En África, la primera tortuga marina es Angolachelys, del Turoniano de Angola. Un linaje de testudines marinos no relacionados, los pleurodiros (de cuello lateral) bothremydidos, también sobrevivió hasta bien entrado el Cenozoico. También se cree que otros pleurodiros vivieron en el mar, como Araripemys y pelomedusidoss extintos. Las tortugas marinas modernas no descienden de más de uno de los grupos de tortugas marinas que han existido en el pasado, sino que constituyen una única radiación que se diferenció de todas las demás tortugas hace
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    al menos 110millones de años. Sus parientes actuales más cercanos son, de hecho, las tortugas mordedoras (Chelydridae), tortugas bivalvas (Kinosternidae), y hickatee (Dermatemyidae) de las Américas, que junto con las tortugas marinas constituyen el clado Americhelydia. El representante más antiguo posible del linaje (Panchelonioidea) que conduce a las tortugas marinas modernas fue posiblemente Desmatochelys padillai del Cretácico temprano. Desmatochelys era un protostegido, un linaje que más tarde daría lugar a algunas especies de gran tamaño, pero que se extinguió a finales del Cretácico. Actualmente se cree que están fuera del grupo de la corona que contiene a las tortugas marinas modernas (Chelonioidea), las relaciones exactas de los protostegidos con las tortugas marinas modernas aún se debaten debido a su morfología primitiva; pueden ser el grupo hermano de los Chelonoidea, o un linaje de tortugas no relacionado que evolucionó convergentemente adaptaciones similares. En 2022, se describió la especie fósil gigante Leviathanochelys de España. Esta especie habitó los océanos que cubrían Europa en el Cretácico Superior y rivalizó con los protostegidos gigantes concurrentes como Archelon y Protostega como una de las tortugas más grandes que han existido. A diferencia de los protostegidos, que tienen una relación incierta con las tortugas marinas modernas, se cree que [Leviathanochelys]' es una verdadera tortuga marina de la superfamilia Chelonioidea. Las extremidades y el cerebro de las tortugas marinas han evolucionado para adaptarse a su dieta. Sus extremidades evolucionaron originalmente para la locomoción, pero más recientemente evolucionaron para ayudarles en la alimentación. Utilizan sus extremidades para sujetar, agarrar y buscar comida. Esto les ayuda a comer de forma más eficiente. Conservación. El hombre ha matado tortugas para aprovechar todo lo que hay en ella: carne, huevos, piel y su caparazón. Por ende, ha habido masacres de tortugas y ahora la mayoría están en vías de extinción. Actualmente, se conservan las playas de desove como parques nacionales o reservas protegidas. Los huevos de tortuga se comen en La India. En Sudamérica el aceite extraído de la tortuga tiene un gran valor como aceite para lámparas. En otros lugares se usa el caparazón para fabricar instrumentos musicales. Pero se pagó un gran precio con las masacres, ya que en tres siglos se mataron 100 millones de tortugas verdes. En la actualidad se está educando a la población mundial para que ayude en la protección de estos animales; además se está implementando una nueva técnica para redes de pesca TED (Turtle Exclusion Device, ‘dispositivo de exclusión de tortugas’) el cual permite que las tortugas salgan de las redes de pesca. También la WWF está ayudando a proteger a las tortugas marinas, con mayor peligro de extinguirse, haciendo donaciones a las organizaciones que las protegen. Desde 1999 en Uruguay la organización no gubernamental Karumbé se destaca por colaborar en conservación de tortugas marinas.