El documento analiza la tradición anglosajona en la filosofía del lenguaje, centrada en las obras de J.L. Austin y J. Searle, quienes estudian cómo las palabras realizan acciones y transmiten significados en contextos específicos. Austin distingue entre enunciados descriptivos y performativos, introduciendo la clasificación de actos lingüísticos en locutivo, ilocutivo y perlocutivo, mientras que Searle expande esta teoría al definir cinco tipos de actos de habla. Ambos filósofos destacan la importancia del contexto y la intención en la comunicación lingüística.