1) Las personas tienden a dar demasiado peso a la primera información que reciben sobre un tema, lo que las ancla y dificulta cambiar de opinión aunque reciban nueva evidencia. 2) Hay una natural resistencia al cambio que lleva a sobrevalorar el statu quo a pesar de opciones objetivamente mejores. 3) Se tiende a justificar decisiones pasadas aunque ya no sean válidas, ignorando que los costos ya incurridos no deben afectar las decisiones presentes.