La revolución industrial se expandió desde Gran Bretaña a otras partes de Europa, Norteamérica y Japón en el siglo XIX, generando cambios como la industrialización, el desarrollo de ciudades, nuevos grupos sociales y la división internacional del trabajo. Esto trajo consigo malas condiciones laborales para los obreros y el surgimiento del capitalismo, lo que llevó al descontento obrero y el surgimiento de sindicatos, sociedades de ayuda mutua e ideologías políticas como el socialismo y el anarquismo para mejorar