La gallina triste que no podía poner huevos encontró huevos perdidos y los llevó a su nido. De los huevos nacieron diversos animales que fueron nombrados con los días de la semana: el lunes fue un pajarito, el martes una serpiente, el miércoles una tortuga, el jueves un pececito saltarín, el viernes un cocodrilo perezoso, y finalmente el sábado y el domingo nacieron dos dinosaurios. De esta forma, la gallina logró formar una gran familia.