Gabriel Terra dio un golpe de estado en Uruguay en 1933 y se convirtió en dictador hasta 1938. Impulsó una nueva constitución en 1934 que fortaleció el poder ejecutivo. Fue reelecto y su cuñado Alfredo Baldomir lo sucedió como presidente en 1938 tras elecciones relativamente libres. Baldomir disolvió el parlamento en 1942 en un "golpe bueno" para reformar la constitución otra vez, marcando el inicio de la restauración democrática.