Un telescopio es fácil de usar ya que casi todos están enfocados al infinito, solo hay que orientarlo y mirar por el ocular. Puede ser necesario calibrar el ocular girando la rueda de enfoque hasta que la imagen sea nítida. La principal dificultad es orientarlo con precisión hacia los objetos, aunque algunos telescopios incluyen uno más pequeño para facilitar esta tarea. Con un telescopio se puede observar interesantes vistas del cielo nocturno, tanto en el campo como en las ciudades.