“Algunas personas andan por todos lados diciendo: ‘Estoy tratando de crucificar al viejo hombre’. ¡Están perdiendo el tiempo! Ya ha sido crucificado. Ustedes YA son una nueva creación”
1. YA NO VIVO YO, MAS VIVE CRISTO EN MÍ
Por Jonathan Bravo
Escritura: Gálatas 2:20; 6:14
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo,
mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne,
lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó
y se entregó a sí mismo por mí.
Pero lejos esté de mí gloriarme,
sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo,
por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.
El apóstol Pablo nos revela el núcleo más profundo de la vida cristiana: no
se trata simplemente de mejorar nuestro pasado, añadir unas cuantas prácticas
religiosas, ni de vivir “con Cristo como apoyo”. Se trata de morir radicalmente al
yo, de colocar nuestra vieja naturaleza en la cruz y permitir que una nueva
existencia en Cristo comience a brotar en nosotros.
Martín Lutero lo expresó con fuerza: “La fe une al creyente con Cristo como
el esposo con la esposa; lo que es de Él viene a ser nuestro, y lo que es nuestro, Él lo
llevó en la cruz”.
Ser cristiano no significa que Cristo nos ayude a vivir mejor; significa que
Cristo vive en mí, y yo existo solamente porque Él vive en mí. Cada pensamiento,
cada acción, cada emoción debe estar habitada por Él.
I. Crucificado con Cristo.
Gálatas 2:20; Romanos 6:6-7
1. La realidad de la unión con Cristo:
○ Pablo no habla de una metáfora, sino de una verdad espiritual. En la
cruz, el creyente murió con Cristo.
“Cuando Pablo dice que está crucificado con Cristo, significa que su antigua
naturaleza está muerta, y que ya no vive sino por la vida de Cristo”.
Juan Calvino
2. La controversia: Salvación y responsabilidad.
○ La cruz nos libra de la condenación, pero no de la responsabilidad de
vivir en obediencia.
2. ○ Estamos en paz con Dios, pero todavía en guerra con el pecado y con
nuestra propia naturaleza caída!.
3. Aplicación: Cada día debo recordar que el pecado ya no tiene autoridad
sobre mí. No soy esclavo. El viejo yo está muerto.
II. Cristo en mí: El centro de la vida cristiana.
“Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gálatas 2:20)
1. La doctrina de Cristo es la más importante. Deberemos enfocar más el
“Vive Cristo en Mi” y expresar esa vida diariamente!
○ Conocer a Cristo es el supremo llamamiento (Filipenses 3:8-10).
“La vida cristiana no es una imitación de Cristo, sino una participación en Cristo”.
John Stott
2. Regeneración y conversión. (Se nos ha dado un Nuevo Corazón!)
○ Dos alas de un avión: no puedes volar con una sola.
○ Dios nos da una nueva naturaleza (regeneración) y una nueva
dirección (conversión).
3. Aplicación: Todas las áreas de la vida deben ser alineadas al Evangelio:
hogar, familia, trabajo, estudios, negocios. No hay rincón neutral.
En El librito Mi Corazón, Hogar de Cristo, Robert Boyd Munger, el autor,
nos invita a mirar nuestra vida como una casa y nuestro corazón como un hogar
que Cristo desea habitar. Cada habitación representa un aspecto de nuestra
existencia: nuestra mente, nuestras emociones, nuestra voluntad, nuestras
relaciones. El autor no se limita a una descripción pasiva; nos desafía a examinar
cada espacio de nuestra vida, a abrir puertas cerradas y dejar que Cristo entre y
gobierne. La idea es clara: no podemos ofrecerle a Jesús una parte de nuestro
corazón mientras mantenemos otras áreas cerradas; Él no es un huésped parcial,
sino El Señor absoluto de nuestro ser.
Este libro es un llamado urgente a la acción. Munger nos reta a rendir cada
pensamiento, cada deseo, cada decisión a Cristo, permitiendo que Él transforme
nuestras habitaciones internas en espacios de vida, paz y santidad. No es
suficiente conocer a Cristo de manera intelectual; debemos permitirle habitar
plenamente, dejando que su presencia cambie nuestra mente, purifique nuestro
corazón y guíe cada paso que damos. La pregunta final que nos deja es decisiva:
¿permitirás que Cristo sea el dueño total de tu vida, o seguirás tratando de
3. administrar tu hogar a medias? Cada día es una oportunidad para abrir más
puertas, para hacer de nuestro corazón un hogar donde Cristo gobierne, viva y
transforme todo lo que tocamos.
III. Cambio de Identidad: El viejo yo ha muerto.
1. Una nueva identidad
○ Como un “testigo protegido”, ya no somos reconocidos por el viejo
expediente del pecado.
○ El enemigo puede buscarnos, pero el deudor ya está muerto.
Romanos 6:6-7
2. El viejo hombre crucificado.
○ El ego, el yo autónomo, el que vivía para sí, ya no existe.
“Ser cristiano es dejar de vivir centrado en uno mismo,
y comenzar a vivir centrado en Cristo”.
Martyn Lloyd-Jones
3. Gálatas 2:20 nos muestra la esencia de la vida cristiana: “ya no vivo yo,
mas vive Cristo en mí.”
4. La cruz no es solo un símbolo, sino un modelo de vida: El creyente debe
participar en la muerte y resurrección de Cristo.
“El creyente no es aquel que se esfuerza por ser bueno,
sino aquel que se une a Cristo y recibe su vida.”
Martín Lutero
Cada cristiano está llamado a vivir co-crucificado con Cristo, donde manos,
pies, cabeza y corazón representan áreas de la vida sometidas al Señor.
A. Manos – Nuestras Acciones.
Romanos 6:6; Efesios 2:10
● Las manos representan lo que hacemos: nuestras obras, servicio, acciones
diarias.
● La crucifixión nos llama a entregar todas nuestras acciones a Dios, no para
ganar salvación, sino como expresión de fe en Cristo.
4. “Toda obra del creyente debe fluir de la vida de Cristo, no de la fuerza del yo.”
Juan Calvino
● Aplicaciones prácticas:
1. Someter las decisiones laborales y familiares a la voluntad de Dios.
2. Servir a otros como Cristo sirvió, no para reconocimiento humano. Sino
para Su Gloria!
B. Pies – Nuestra Dirección y Movimiento.
Salmo 119:105; Proverbios 4:26
● Los pies simbolizan el camino que tomamos, nuestras decisiones y
dirección en la vida.
● La co-crucifixión significa que ya no caminamos según el mundo, sino que
nuestra dirección está determinada por Cristo.
“Un cristiano crucificado con Cristo no se mueve por impulso del yo,
sino guiado por la voluntad de Dios.”
Martyn Lloyd-Jones
● Aplicaciones prácticas:
1. Decisiones financieras, académicas, profesionales y familiares deben ser
“crucificadas” al ego y alineadas a Dios.
2. Evitar caminos que satisfacen deseos pasajeros y conducen al pecado.
C. Costado – Nuestras Emociones y Pasiones.
Romanos 7:18-25; Gálatas 5:16-17
● El costado traspasado de Cristo simboliza el corazón, las emociones y
pasiones.
● Co-crucificarnos implica que nuestras emociones ya no dominan nuestras
acciones, sino que Cristo gobierna nuestro interior.
“El corazón debe ser un altar donde la carne muere y el Espíritu de Cristo reina.”
John Owen
Aplicaciones prácticas:
5. 1. Asegurarse de haber confesado los pecados en las relaciones
interpersonales, perdonar y restituir en lo necesario.
2. Someter los instintos y las pasiones como el enojo, la envidia, el deseo de
venganza a la autoridad de Cristo.
3. Aprender a vivir en paz y alegría, aun en medio de pruebas, porque Cristo
gobierna nuestras emociones.
D. Cabeza – La Mente Crucificada.
Romanos 12:1-2; 2 Corintios 10:5
● Renovación de nuestro entendimiento.
● La cabeza, coronada de espinas, simboliza la mente: pensamientos, ideas,
valores.
● Co-crucificarnos con Cristo significa que nuestra mente está transformada,
no conformada al mundo.
● Adiós a la mente trastornada y entenebrecida!
“La verdadera transformación cristiana empieza en la mente, donde los
pensamientos se alinean con la verdad del Evangelio.”
John Stott
Aplicaciones prácticas:
1. Renovar la mente cada día con La Palabra de Dios.
2. Rechazar filosofías y creencias que contradicen la soberanía de Cristo.
3. Hacer nuevas memorias de La Nueva Vida!
4. Permanecer fiel en las pequeñas cosas, no solo en las grandes.
5. Permitir que la vida de Jesús se manifieste en nuestro día a día.
● La vida cristiana es co-crucifixión con Cristo: manos, pies, corazón y mente
están entregados a Él.
● Nuestra gloria está en la cruz, no en logros humanos (Gálatas 6:14).
6. ● Aplicación: El creyente no debe vivir esclavo de la culpa del pasado. Su
identidad está en Cristo.
IV. Un sacrificio vivo.
Romanos 12:1-2; 2 Corintios 4:7-11
Una cita representativa de John MacArthur sobre el concepto del "viejo
hombre crucificado" se encuentra en su sermón titulado "Morir para vivir,
donde explica:
“Algunas personas andan por todos lados diciendo: ‘Estoy tratando de
crucificar al viejo hombre’. ¡Están perdiendo el tiempo! Ya ha sido
crucificado. Ustedes YA son una nueva creación”
En este sermón, MacArthur enfatiza que la crucifixión del "viejo hombre"
no es un proceso continuo, sino un hecho consumado en la obra redentora de
Cristo. El "viejo hombre" representa la naturaleza pecaminosa y no regenerada,
mientras que el "nuevo hombre" es la nueva creación en Cristo, regenerada y
capacitada para vivir en santidad.
Este concepto se basa en pasajes bíblicos como Romanos 6:6, que afirma:
“Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él,
para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más
al pecado”
1. No un sacrificio muerto, sino vivo! (¡Toda La Carne al asador!)
○ El lobo muerto es un sacrificio, pero el lobo vivo enjaulado, rodeado
de ovejas, es la verdadera prueba. Así es el creyente: La carne sigue
presente, pero sometida bajo la cruz.
2. La vida de Cristo manifestada en nuestra carne mortal.
○ Cada sufrimiento, cada tribulación, cada renuncia es una
oportunidad para que Cristo sea visto en nosotros. (Eso es
Discipulado! La Disciplina de entrar al orden de Dios y Vivir de ese
modo!)
3. Aplicación: El llamado no es a bajarnos de la cruz, sino a permanecer como
sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. (Tomar La Cruz! …Cada Dia!)
Conclusión.
Pablo lo dijo con claridad:
7. “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo,
mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne,
lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó
y se entregó a sí mismo por mí. ”
● Esta es la esencia del Evangelio: muerte al yo, vida en Cristo.
● Nuestra gloria no está en los logros, ni en el prestigio, ni en el yo, sino en la
cruz de nuestro Señor Jesucristo (Gálatas 6:14).
“No podemos gloriarnos en Cristo
hasta que primero nos hayamos despreciado a nosotros mismos”.
Juan Calvino
Hermanos, no estamos llamados a una fe tibia, a gestos religiosos ni a una
moral superficial. Estamos llamados a morir al yo, a entregar cada rincón de
nuestra vida a la cruz de Cristo, y a permitir que Él viva en nosotros plenamente.
Cada pensamiento, cada emoción, cada decisión, cada paso debe estar marcado
por Su presencia viva.
Esto no es un ideal, no es una metáfora; es la realidad de todo creyente
regenerado. El que antes vivía para sí mismo ahora vive para Cristo. Lo que antes
gobernaba nuestras manos, nuestros pies, nuestro corazón y nuestra mente,
ahora está crucificado, y en su lugar Cristo gobierna y reina. Solo cuando nuestro
yo muere, nuestra verdadera vida comienza.
Que cada uno examine sus manos, sus pasos, sus emociones y su mente.
Pregúntese: ¿están crucificados con Cristo? ¿O seguimos viviendo el viejo yo en
alguna área de nuestra vida?
La cruz nos llama a la entrega total: no un sacrificio muerto, sino un
sacrificio vivo, donde Cristo se manifiesta en cada fibra de nuestro ser.
Hermanos, la vida cristiana es esto: Que esta realidad no sea solo doctrina, sino
experiencia diaria, palpable, tangible. ¡Que nuestra vida diaria sea la evidencia de
que Cristo vive en mí!
JBravo